Wei Ying "ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ"|| Wangx...

Af KimKely17

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Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de La... Mere

Prólogo
ACLARACIONES
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Extra 1: Encuentro
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27

Capítulo 26

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Af KimKely17

La batalla estaba en su ápice, muchos cultivadores de la alianza estaban heridos y sin fuerzas para enfrentarse a los cadáveres de Wen Ruohan, quien hasta el momento no había asomado su cabeza en la batalla. Las voces en su cabeza se intensificaban, recordándole las decisiones que lo llevaron a ese punto, la muerte de sus hijos lo estaban volviendo loco; no podía creer lo que había perdido hasta ese momento, por su ambición, por su maldito egoísmo.

A pesar de tener el control de un vasto ejército de criaturas resentidas, su corazón estaba lleno de vacío y desesperación.

En la lucha por el trono de Qishan Wen, padre e hijo se enfrentaron, y la tragedia se desató. Wen Taoli, en su afán por mantener el poder, había perdido la vida a manos de su propio hijo. Esta pérdida afectó profundamente a Wen Ruohan, aunque intentaba mantener una fachada de indiferencia. La batalla afuera continuaba, pero Wen Ruohan permanecía inmóvil, perdido en sus pensamientos y en el dolor de su propia creación.

De pronto, Wei Wuxian, el gran y temido Patriarca Yiling, apodado así por su supervivencia en los túmulos funerarios, por su hábil manejo de la energía resentida, y por ser la pieza clave en la guerra, había llegado al campo de batalla. Sus pasos eran lentos, el cansancio y la debilidad se reflejaban en su rostro, pero su determinación no flaqueaba, pues su aspecto aún era intimidante.

Su típica vestimenta negra y roja ondeaba con el viento, resaltando la elegancia y la letalidad que emanaban de él. El cabello largo y suelto se movía al compás de sus pasos, mientras la cinta carmesí que lo adornaba añadía un toque distintivo.

A pesar de lo que había sufrido recientemente, Wei Wuxian irradiaba una mezcla única de superioridad, belleza innata y un poder que trascendía lo convencional, el doncel se veía envuelto en un aura majestuosa que imponía respeto.

En el palacio, Wen Ruohan, aún abrumado por la pérdida de su hijo y la furia en su interior, comenzaba a sentir una perturbación. Las voces en su cabeza se intensificaban, como si algo o alguien estuviera desafiándolo. La presencia de Wei Wuxian se hacía sentir, y el destino de la guerra pendía de un hilo. 

Lan Wangji estaba abrumado por la tristeza y la preocupación. Su prioridad siempre había sido la seguridad de Wei Ying y su hijo, y ahora, al ver a su amado herido debido a su propio descuido, sentía que el mundo se venía abajo a su alrededor. El remordimiento lo consumía por no haber sido capaz de protegerlos como se proponía.

En medio de la ira y la desesperación, Lan Wangji se vio envuelto en una lucha frenética contra Wen Chao. Con la mente nublada por la cólera y el miedo por la seguridad de Wei Ying, no recordaba claramente quién le ayudó en ese momento. Su enfoque estaba completamente en el Wen y su amado doncel tirado en el suelo; el resto de gente y criaturas en la batalla desaparecieron de su campo de visión.

La pérdida de control en medio de la batalla revelaba la vulnerabilidad de Lan Wangji, quien, a pesar de ser un cultivador poderoso, estaba profundamente afectado por el peligro que acechaba a su familia.

Tomó a su amado esposo en brazos y se alejó rápidamente del caos de la batalla. Lan Wangji se sumió en un silencio ensordecedor; sus oídos resonaban solo con el latido acelerado y desesperado de su corazón. Cada palpitar parecía subir hasta su garganta y luego caer hacia su estómago, una manifestación física del miedo y la ansiedad que experimentaba.

Las emociones tumultuosas se apoderaban de él mientras se movía con rapidez, tratando de alejarse del peligro y llevar a salvo a su amado Wei Ying. En su mente, la batalla se difuminaba, y solo existían él, Wei Ying, su hijo y la urgencia de encontrar un lugar seguro. La angustia y la preocupación se reflejaban en sus ojos, pero también la determinación de proteger lo más preciado para él en este mundo.

Cuando finalmente estuvieron a salvo, el Lan pidió que Wen Qing y otros médicos se apresuraran a atender a Wei Ying. El doncel se veía pálido, cansado y débil, y el segundo jade odiaba esa imagen. Odiaba ver a Wei Ying en ese estado, odiaba al responsable de todo aquello, incluso cuando las reglas de su clan prohibían odiar a otro ser o mostrarse demasiado triste. Su corazón estaba lleno de una furia silenciosa y una tristeza profunda.

Lan Wangji se mantenía cerca, observando con ojos preocupados cada movimiento de los médicos. Su deseo ferviente era que Wei Ying se recuperara pronto, que aquel brillo y vitalidad volvieran a sus ojos. Sin embargo, la sensación de impotencia lo envolvía mientras esperaba, incapaz de hacer más que velar por el bienestar de su amado.

Al escuchar la recomendación de los médicos de que Wei Ying debía descansar durante varios días debido a su estado y las heridas de guerra, el corazón de Lan Wangji se rompió.

El jade sabía que era normal sufrir daños en una guerra, pero también entendía que proteger a Wei Ying era vital. Se culpaba a sí mismo por no haber detenido a su amado antes. Aunque comprendía que esa decisión podría haber llevado a la pérdida de la guerra, no podía evitar pensar que, de alguna manera, habría evitado el sufrimiento actual de Wei Ying. La carga de la culpa y la impotencia pesaba sobre él.

Lan Wangji, a pesar de sentirse abrumado por la culpa y la impotencia, sabía que no podía retroceder en el tiempo y cambiar las decisiones tomadas en el calor de la batalla. Ahora, su enfoque estaba en el bienestar de Wei Ying. Acompañó a los médicos y se quedó junto a la cama de su amado, observando con atención cada gesto y suspiro de Wei Ying.

La habitación estaba sumida en un silencio tenso, interrumpido ocasionalmente por los murmullos de los médicos que evaluaban el estado de Wei Ying. Lan Wangji se sentía atrapado en una mezcla de emociones: preocupación, tristeza y rabia. No podía soportar ver a Wei Ying sufrir, y la idea de que la guerra había dejado cicatrices físicas y emocionales en su amado lo llenaba de desesperación.

Lan Wangji se dio cuenta de que necesitaba encontrar una manera de procesar sus emociones y, al mismo tiempo, brindar apoyo a Wei Ying en su proceso de recuperación.

Su amor por Wei Ying le daba fuerzas para enfrentar los desafíos que se avecinaban, pero también entendía que la sanación llevaría tiempo y paciencia.

Determinado, se comprometió a estar a su lado en cada paso del camino, incluso si eso significaba enfrentar las sombras del pasado y las consecuencias de la guerra.

Lan Wangji se enfrentó a la difícil decisión de dejar a Wei Ying para unirse a la batalla en Lanling. La idea de separarse de su amado en un momento tan crítico le resultaba dolorosa. Durante un breve instante, contempló la posibilidad de oponerse a la orden y quedarse junto a Wei Ying. El deseo de ser egoísta por una vez en su vida, de priorizar su felicidad personal, chocaba con su deber y responsabilidad como cultivador, como Lan.

Sin embargo, Lan Wangji sabía que la guerra aún no había llegado a su fin, y la amenaza persistía. Wei Ying necesitaba tiempo para recuperarse y sanar, y el deber llamaba a Lan Wangji a enfrentar las adversidades en el frente. La lucha contra Wen Ruohan y la protección de los seres queridos requerían su presencia y habilidades.

Aunque se sentía dividido entre su amor por Wei Ying y su deber como cultivador, Lan Wangji tomó la decisión de acatar la orden y unirse a la batalla, eso era lo que Wei Wuxian hubiera querido. Prometió a un Wei Ying inconsciente que regresaría tan pronto como fuera posible y que estaría a su lado y al de su hijo, en cada paso del camino hacia la recuperación.

Mientras se alejaba, sus pensamientos estaban con su amado, y su corazón anhelaba el día en que pudieran dejar atrás las sombras de la guerra y encontrar la paz junto a su familia.

Lan Wangji, llevaba dos días sin recibir noticias sobre el estado de su amado Wei Ying, por lo que su ser estaba lleno de ansiedad y preocupación. La incertidumbre lo consumía, y su mente estaba plagada de temores sobre la salud y bienestar del brillante doncel.

Intentó mantener la calma, recordándose a sí mismo que los médicos y sanadores estaban cuidando de Wei Ying. No obstante, la falta de información lo mantenía en vilo. La guerra continuaba su curso, y Lan Wangji estaba atrapado entre la responsabilidad de su deber y la angustia por su amado.

Ahora en el campo de batalla, el doncel dueño de su ser se abría paso entre la multitud de cultivadores y criaturas resentidas. Su presencia emanaba una mezcla de enojo y determinación que era palpable en el aire. Con cada paso, sus ojos reflejaban la intensidad de sus emociones.

Wei Ying avanzaba con una determinación feroz, su figura destacando entre la caótica escena de la guerra. Aunque su aspecto mostraba signos de la reciente lucha y el agotamiento, su espíritu parecía inquebrantable.

La ira ardía en sus ojos, impulsándolo hacia adelante mientras buscaba desesperadamente poner fin al conflicto que asolaba la tierra.

Mientras observaba a su amado avanzar en medio del caos, Lan Wangji sentía una mezcla de orgullo y preocupación. Ansiaba la seguridad de Wei Ying, pero al mismo tiempo admiraba su valentía y determinación para enfrentar el peligro.

El destino de ambos estaba entrelazado en esa batalla, y Lan Wangji solo podía esperar que el resultado fuera un final que les permitiera estar juntos finalmente.

La mirada de Lan Wangji cambió cuando dirigió su vista al vientre de Wei Ying. Donde antes había un abultamiento visible, ahora no se distinguía nada. La desesperación se apoderó de él al temer por su hijo y su amado.

El corazón de Lan Wangji latía con fuerza, su mente se llenaba de preocupaciones y miedos. Observar la aparente desaparición del abultamiento en el vientre de Wei Ying lo llenó de angustia. Temía lo peor y ansiaba desesperadamente obtener respuestas sobre la seguridad de su hijo y la salud de su amado.

Sin embargo, en medio de la guerra y la confusión, Lan Wangji sabía que no podía permitirse distraerse por completo. Aunque la inquietud lo consumía, Lan Wangji se obligó a centrarse en la batalla. Sin embargo, su distracción tuvo consecuencias, ya que un corte profundo se dibujó en su brazo, provocando una considerable pérdida de sangre. La herida no solo alertó a sus aliados, sino que también atrajo la atención de lo más importante para él: Wei Ying.

La mirada de Wei Ying se volvió intensa al percatarse de la herida en el brazo de Lan Wangji. A pesar de la intensidad de la batalla, sus ojos se encontraron, comunicando una preocupación silenciosa y un amor profundo. La conexión entre ambos cultivadores se manifestó en ese breve momento, recordándoles la importancia mutua en medio del caos que los rodeaba.

Ante la visión desgarradora de su amado Lan Wangji herido y otros cultivadores siendo atacados, incluyendo a sus padres, hermanos, suegros y cuñado, todos luchando con valentía a pesar de sus múltiples heridas, Wei Ying cerró los ojos y llevó ChengQing a sus labios.

En ese momento, sintió la urgencia de poner fin a todo el sufrimiento de una vez por todas. La flauta, cargada con el Hierro Yin, representaba la única herramienta capaz de cambiar el rumbo de la batalla y poner fin al conflicto.

La aterradora melodía comenzó a resonar, capturando la atención tanto de amigos como de enemigos. Los miembros de la alianza celebraban el regreso del doncel, mientras que los cultivadores del ejército Wen y otros se enfurecían por su presencia. El sonido de la flauta llenó el campo de batalla, creando una atmósfera tensa y expectante.

Wei Wuxian avanzó con determinación, su flauta emitiendo una poderosa energía que resonaba en el aire. A medida que tocaba, las criaturas resentidas y los cadáveres que Wen Taoli había convocado se vieron afectados por la melodía, convulsionando y perdiendo su ferocidad. El Hierro Yin brillaba con intensidad en manos de Wei Ying.

Los cultivadores de la alianza aprovecharon la oportunidad para contraatacar, mientras que los seguidores de Wen Ruohan se veían afectados por la magia de la flauta. Lan Wangji, a pesar de sus heridas, se unió a la lucha con renovada determinación al ver a su amado liderar el cambio en la batalla.

Bajo el influjo de la melodía, Wei Wuxian canalizó su energía espiritual y comenzó a controlar las fuerzas resentidas y criaturas malignas presentes en el campo de batalla. Los cadáveres de Wen Ruohan se retorcían y las criaturas resentidas se volvían contra sus antiguos amos. La energía espiritual del Hierro Yin danzaba en armonía con la flauta, tejiendo un espectáculo aterrador pero majestuoso.

Wei Wuxian, sin embargo, sentía el agotamiento pesando sobre él. El uso de la energía espiritual y el control del Hierro Yin eran tareas agotadoras, y su reciente parto lo había dejado física y emocionalmente debilitado. Aun así, persistió, decidido a cambiar el curso de la guerra y proteger a sus seres queridos.

La batalla se intensificó, y la melodía de la flauta resonó en medio del caos, marcando un giro en el destino de la guerra.

Wen Ruohan, lleno de rabia y desesperación al presenciar la caída de su ejército y el resurgimiento de Wei Wuxian, emergió de su palacio con el Hierro Yin en mano. Su mirada furiosa se encontró con la del doncel, creando un enfrentamiento tenso entre ambos líderes.

Wei Wuxian, sosteniendo su flauta y el Hierro Yin, se preparó para el enfrentamiento final. Los dos líderes se encontraron en el campo de batalla, sus energías chocaron, creando ondas de impacto que afectaron a todos los presentes. La melodía de la flauta de Wei Wuxian continuaba, pero ahora tenía un tono más amenazante, como un viento que precede a una tormenta.

En medio de la lucha, Wen Qing y su grupo llegaron a la escena, observando la intensidad del enfrentamiento. La médico estaba preocupada por la salud de Wei Wuxian, pero también decidida a apoyar en la batalla.

Wen Ruohan, desesperado por cambiar el curso de la guerra, desató todo el poder del Hierro Yin. La energía destructiva amenazaba con consumir todo a su paso. Wei Wuxian, a pesar de su agotamiento, se mantuvo firme, resistiendo la embestida y contraatacando con la flauta fantasma y el Hierro Yin.

En ese momento crucial, la melodía de Wei Wuxian alcanzó su punto culminante, resonando con fuerza y determinación. La energía espiritual fluía a través de él, fusionándose con el Hierro Yin en su mano.

De pronto el artilugio celestial se elevó junto a la mano del doncel y luego empezó flotar por sí solo por encima de Wei Ying, las piezas de Hierro Yin dispersadas por quien sabe dónde, aparecieron en el campo de batalla y se fusionaron en el aire incluyendo la que poseía Wen Ruohan, creando una esfera luminosa en tonalidades rojas que parecían contener todo el poder y energía de resentimiento.

Los ojos de Wei Wuxian brillaban de un intenso color rojo carmesí, el doncel controlaba esta esfera de energía como si fuera una extensión de sí mismo. La melodía de su flauta resonaba con una armonía intensa, guiando la energía hacia un propósito claro.

Wen Ruohan, atónito ante la manifestación del poder del Hierro Yin, retrocedió instintivamente. La esfera de energía se expandía, iluminando el campo de batalla con una luz deslumbrante. Los aliados de la alianza observaban con asombro, sintiendo la intensidad del momento.

Wei Wuxian, con voz firme, pronunció palabras que resonaron en toda la Ciudad Sin Noche.

— Es hora de poner fin a este ciclo de odio y sufrimiento — La esfera de Hierro Yin se movió hacia el corazón mismo de Qishan Wen, desencadenando una purificación que disipaba la energía resentida que había contaminado la tierra y la gente durante tanto tiempo.

A medida que el Hierro Yin cumplía su propósito, Wen Ruohan, aunque resistiéndose al principio, pronto se dio cuenta de que no podía luchar contra la purificación que se desataba. La energía resentida que lo había fortalecido ahora lo consumía, debilitándolo rápidamente.

Wen Ruohan, aprovechando un momento de distracción, tomó su espada y se lanzó hacia Wei Wuxian mientras este se concentraba en la purificación. La sorpresa se reflejó en los rostros de los presentes, y Lan Wangji, que había estado observando con preocupación, reaccionó instantáneamente.

En un acto instintivo, Lan Wangji se interpuso entre Wei Wuxian y la espada de Wen Ruohan, bloqueando el ataque con su propia espada. Un sonido metálico resonó en el aire cuando las dos espadas chocaron, y Lan Wangji, con expresión seria, miró fijamente a Wen Ruohan.

Wei Wuxian, al darse cuenta del peligro, se volvió hacia Lan Wangji con gratitud en sus ojos. — Lan Zhan — susurró, agradecido por la rápida intervención de su amado.

Wen Ruohan, frustrado por el obstáculo inesperado, retrocedió momentáneamente. Quiso atacar de nuevo, pero al instante sintió un dolor inmenso en su ser, como si el aire que respiraba le quemara por dentro; su núcleo había sido derretido. Se dio la vuelta para descubrir qué había sucedido, y en ese momento abrió los ojos muy grandes al encontrarse con Wen Zhuliu, su fiel asistente, como el responsable de su repentina condena.

Wen Zhuliu, con una mirada inexpresiva veía en dirección a su quien era su amo, aún el fuego espiritual estaba en su mano, su rostro mostraba una expresión que no dejaba lugar a la compasión. La lealtad que le tenía a Wen Ruohan había llegado a su fin, y ahora, el subordinado había decidido ponerle fin a la tiranía de su amo.

El dolor y el desconcierto se reflejaron en el rostro de Wen Ruohan antes de que finalmente sucumbiera a las quemaduras internas causadas por el derretimiento de su núcleo dorado.

La traición de Wen Zhuliu generó preguntas en la mente de todos los presentes. ¿Por qué el fiel perro de Wen Ruohan había decidido traicionar a su amo? La confusión y el asombro se reflejaban en los rostros de los cultivadores que observaban la escena. La respuesta a esa interrogante permanecía oculta, pero el acto de Wen Zhuliu marcaba un giro inesperado en la batalla y dejaba a todos cuestionándose las lealtades en medio del caos.

Horas antes

Wen Zhuliu, herido y desolado, se arrastró lejos de Lanling Jin, llevando consigo el peso de su fracaso al no lograr proteger a su segundo joven amo, Wen Chao, quien había perdido la vida a manos de Lan Wangji. Mientras se alejaba, las preguntas retumbaban en su mente. ¿Qué le diría a Wen Ruohan? ¿Cómo enfrentaría la vergüenza y el dolor de su fallida misión? Sus pasos eran lentos y sus pensamientos oscuros mientras se adentraba en la oscuridad de la noche, llevando consigo la carga de su derrota.

Mientras se acercaba a Ciudad Sin Noche, Wen Zhuliu se cruzó con Gao Zhifeng, identificándolo como uno de los ancianos que siempre se oponía a la opresión de Wen Ruohan. A pesar de su debilidad y desesperación, Wen Zhuliu no mostró interés en entablar una conversación con el anciano.

Realizando una reverencia ante Gao Zhifeng, Wen Zhuliu se disponía a seguir su camino, pero fue detenido por las palabras del anciano.

— Zhao Zhuliu — lo llamó Gao Zhifeng , Wen Zhuliu se volteó para mirarlo — Hace años, tu secta fue asediada, tus padres perdieron la vida, junto con los discípulos y las mujeres, ninguno fue perdonado. Si no hubieras escapado tras el sacrificio de tu madre, tal vez también estuvieras muerto ahora — Wen Zhuliu se volteó con una expresión entre tristeza y confusión. Eran pocas las personas que conocían su historia.

— ¿U-usted cómo sabe eso? — preguntó confundido.

— Sígueme — ordenó el anciano, guiándolo hacia un lugar más apartado antes de entrar en la habitación de una posada.

Ya dentro de la habitación el anciano se detuvo, por consecuencia Wen Zhuliu también.

— Espera aquí, dentro de un momento vendrá un médico para que trate tus heridas, después hablaremos — dijo el anciano, mientras salía de la habitación.

Wen Zhuliu asintió en silencio, agradecido por la atención y a la vez confundido por todas las preguntas que tenía en su mente.

Se quedó solo en la habitación, reflexionando sobre las palabras de Gao Zhifeng y las posibles implicaciones de su decisión de seguir a Wen Ruohan.

Poco después, un médico entró en la habitación, y comenzó a tratar las heridas de Wen Zhuliu. Durante el proceso, ambos hombres intercambiaron algunas palabras. El médico expresó su sorpresa al ver a un cultivador tan hábil herido de esa manera, y Wen Zhuliu compartió brevemente su historia, sin revelar demasiado.

Finalmente, una vez que sus heridas estuvieron adecuadamente tratadas, Wen Zhuliu se preparó para escuchar lo que el anciano tenía para decir. Luego de unos minutos el anciano Wen volvió a ingresar a la habitación, tras el iban dos sirvientas que llevaban bandejas de comida y bebida.

Gao Zhifeng se acomodó y clavó su mirada en Wen Zhuliu antes de comenzar a hablar.

— Wen Zhuliu, me llamo Gao Zhifeng. Es probable que ya me conozcas, pero quizá no sepas que yo fui el tío de la difunta Madame Wen, mi sobrina se casó con Wen Ruohan debido a las ambiciones de mi hermano, quien consideraba que unirse a Qishan Wen era una oportunidad imperdible — aquella revelación sorprendió profundamente a Wen Zhuliu, ya que no estaba al tanto de esos acontecimientos. — Tu madre, Xu Yue, fue una cultivadora valiente. La conocí por casualidad hace años, durante una cacería con mi esposa, después de un ataque de una bestia, mi esposa resultó gravemente herida, y tanto tu madre como tu padre nos ayudaron enormemente. Aunque mi querida esposa falleció, siempre estaré agradecido por la ayuda que nos brindaron — confesó.

Gao Zhifeng continuó con su relato mientras Wen Zhuliu escuchaba con atención.

— Tu madre era una mujer admirable, después de ese incidente, mantuvimos el contacto durante un tiempo, pero lamentablemente, perdí rastro de ella. No fue sino hasta después de su muerte y del exterminio de la familia Zhao, que me enteré de los horrores que sufrió tu secta — Gao Zhifeng suspiró, recordando momentos difíciles. — Aunque intenté buscar rastros de ti no pude encontrar nada, no fue hasta hace unos días que descubrí que tú eres el heredero del clan Zhao, jamás imaginé que eras tú, creí que solo eras un discípulo sobreviente del clan Zhao, después de todo estaba equivocado, las noticias sobre la muerte de los líderes y heredero del clan Zhao se extendieron por todos lados por lo que creí que tu solo fuiste un suertudo por sobrevivir ente el ataque y que te uniste a Wen Ruohan por miedo a que te hiciera lo mismo, de todos modos tu apellido fue cambiado —

Wen Zhuliu, intrigado por esta revelación, no pudo evitar preguntar:

— ¿A qué se refiere? — preguntó el Wen, quien estaba muy conmocionado por la reciente revelación.

— Bueno, fue Wen Ruohan quien asedió tu secta, fue el quien mato a todo ser vivo dentro del que era territorio de tu clan ¿Acaso no lo sabías? — preguntó al final.

Wen Zhuliu quedó atónito ante la verdad que Gao Zhifeng acababa de revelar. La información sobre la aniquilación de su clan a manos de Wen Ruohan lo golpeó como un rayo. El asombro y la incredulidad se reflejaron en sus ojos mientras procesaba la impactante revelación.

— No... no tenía idea, creí que mi secta había sido diezmada por algún conflicto interno, no sabía que Wen Ruohan estaba involucrado en ello, es más yo creí que él me había salvado — Wen Zhuliu murmuró estas palabras, sintiendo cómo el peso de su lealtad hacia Wen Ruohan se tambaleaba.

Gao Zhifeng se acercó a él con calma y continuó explicando. — Tu madre fue valiente, luchó hasta el final para proteger a su gente. Pero Wen Ruohan era implacable, después de exterminar tu secta, él se encargó de borrar cualquier rastro de su existencia, toda la masacre fue atribuida a conflictos internos, es obvio que Wen Ruohan no quería que nadie conociera la verdad y menos tú, o jamás te habrías unido a él —

Wen Zhuliu, aun procesando la información, se dio cuenta de la profundidad de la traición a la que había sido sometido. La figura de Wen Ruohan, a la que había servido con lealtad, comenzó a desmoronarse ante sus ojos.

— ¿Qué debo hacer ahora? — preguntó Wen Zhuliu, mirando a Gao Zhifeng en busca de orientación.

— Puedes elegir tu propio camino, si te unes a nosotros en la lucha contra Wen Ruohan, podrías contribuir a poner fin a su reinado de terror y vengar a tu clan, además de poder redimirte de tus antiguos pecados, no prometo que no exista castigo, pero abogaré por ti para que sea lo menos terrible posible — Gao Zhifeng habló con sinceridad. — La elección es tuya, Wen Zhuliu — dijo finalmente, mientras dirigía la pequeña taza de té hacia sus labios.

Wen Zhuliu reflexionó sobre las palabras de Gao Zhifeng mientras observaba la pequeña taza de té entre sus manos. La amargura del brebaje parecía reflejar su estado de ánimo tumultuoso, la oferta de redención y la posibilidad de vengar a su clan resonaban en su interior, creando una tormenta de emociones.

— Mi lealtad hacia Wen Ruohan ha sido ciega, y ahora veo que he estado sirviendo a un tirano sin conocer la verdad — Wen Zhuliu habló con voz serena pero cargada de pesar — Estoy dispuesto a unirme a su causa y a luchar contra Wen Ruohan. No merezco redención, pero haré lo que esté en mis manos para reparar los errores del pasado.

Gao Zhifeng asintió, reconociendo así la valentía en las palabras de Wen Zhuliu — Bienvenido a la Alianza para Derribar al Sol, Wen Zhuliu, trabajaremos juntos para poner fin al reinado de Wen Ruohan y restaurar la justicia en este mundo —

Después de ese encuentro, Wen Zhuliu se comprometió a cambiar su destino y a buscar redención por los pecados de su pasado. Un nuevo capítulo se abría para él, y la Alianza, aunque no lo sabía ganaba un aliado inesperado en su lucha contra el opresivo líder de Qishan Wen. 

Tiempo actual

— Tú — gritó Wen Ruohan, cayendo al suelo debido al dolor de su reciente perdida. — Me traicionaste Wen Zhuliu, eres un maldito perro —

Wen Zhuliu, ahora alineado con la Alianza para Derribar al Sol, observó impasible la reacción de Wen Ruohan.

El líder tirano se retorcía en el suelo, sintiendo el dolor de la traición de su leal seguidor. Las miradas de ambos se encontraron, y Wen Zhuliu no mostró ni un ápice de arrepentimiento.

— No soy un perro, soy un hombre que ha decidido liberarse de tus cadenas, vengar a mi familia, a mi secta y buscar la redención que merezco — respondió Wen Zhuliu con firmeza.

Wen Ruohan, furioso y herido en muchos niveles, intentó incorporarse — Te arrepentirás de haberme traicionado, Zhuliu, nadie escapa impune después de enfrentarse a mí — soltó.

Sin embargo, Wen Zhuliu permaneció imperturbable — Puede que tenga que pagar por mis acciones, pero eso será decidido por aquellos que buscan justicia. Ya no eres mi líder, Wen Ruohan, la Alianza te derribará, como lo hiciste con todos aquellos que se negaron a someterse a ti, aunque no todas fueron tus decisiones, finalmente eres culpable —

Con esas palabras, Wen Zhuliu se dio la vuelta y se unió a las fuerzas de la Alianza, dejando atrás al desesperado Wen Ruohan, quien luchaba por no caer al suelo nuevamente.

¿Que fue todo eso? Los cultivadores se preguntaban lo mismo tras el reciente suceso.

Wei Ying finalmente logró purificar todo resentimiento liberado por Wen Taoli y Wen Ruohan, esto con la ayuda del poderoso y temido "Hierro Yin".

Al instante posó sus pies nuevamente al suelo y caminó hacia Wen Ruohan.

Wei Wuxian avanzó con determinación hacia Wen Ruohan, el líder de la secta Qishan Wen que yacía en el suelo nuevamente pues se encontraba débil y vulnerable. Los ojos del doncel reflejaban una mezcla de ira, tristeza y compasión, mientras se acercaba al hombre que tanto sufrimiento había causado.

Wen Ruohan, aún en el suelo, levantó la mirada para encontrarse con los ojos ferozmente determinados de Wei Wuxian. La energía resentida que había estado presente en Ciudad Sin Noche comenzó a disiparse lentamente, dejando a los cultivadores circundantes asombrados por la repentina transformación.

— Tu reinado de opresión y sufrimiento termina aquí — proclamó Wei Wuxian mientras dirigía la energía del Hierro Yin hacia Wen Ruohan.

El líder caído intentó resistirse, pero la purificación era inevitable. Las ataduras de su maldad se desvanecieron, y una sensación de liberación llenó al Wen.

Los cultivadores de la Alianza observaban con asombro, sin comprender completamente el alcance de lo que acababan de presenciar.

— ¿Qué... qué ha pasado? — murmuraba uno de los cultivadores, incapaz de asimilar la rápida transformación, este al igual que otros pensó que el doncel mataría finalmente al Wen pero este no lo hizo.

Wei Wuxian, con el Hierro Yin aún en mano, miró al cultivador que expresaba su confusión. Sus ojos reflejaban la comprensión de que algo más grande que una simple venganza había tenido lugar.

— No he venido aquí para sembrar más muerte — dijo Wei Wuxian, su tono calmado pero firme — Ciudad Sin Noche ha sufrido demasiado, todos hemos sufrido ya bastante, mi objetivo no es agregar más sufrimiento, sino liberar a esta ciudad y a las demás de las cadenas de la opresión y resentimiento —

El cultivador, junto con los demás presentes, observó en silencio mientras Wei Wuxian se dirigía hacia Wen Ruohan, quien yacía en el suelo, ahora despojado de su poder y malevolencia.

— Wen Ruohan, tu destino ahora está en manos de aquellos a quienes has oprimido — Wei Wuxian habló directamente al derrotado líder —Sabes, no te guardo rencor por todo lo que me hiciste vivir a mí y a mi familia e incluso a estas y muchas otras personas, es irónico, pero te agradezco, sin tus malas decisiones no habría podido conocer a mucha gente que ahora es mi amiga, tampoco habría podido descubrir cosas de mi pasado y sobre todo liberar a mi abuela y a otros inmortales que fueron castigados a permanecer aquí a causa de este objeto — sonrió cansado. — La justicia será decidida por la comunidad que has gobernado con puño de hierro — finalizó.

La noticia de que Wei Wuxian no había optado por la venganza, sino por la liberación y la justicia, se extendió entre la multitud.

— ¿Wei Wuxian quien te crees que eres para decidir eso tu solo? — se opuso un cultvador que si buscaba la muerte del malvado y tirano líder Wen.

Wei Wuxian se volvió hacia el cultivador con una expresión serena.

— No estoy aquí para actuar como un juez, sino para ofrecer la oportunidad de decidir el destino de Wen Ruohan de manera colectiva. Todos ustedes han sufrido bajo su gobierno, y ahora es el momento de que la comunidad decida cómo avanzar —

Los cultivadores presentes intercambiaron miradas y murmullos, discutiendo entre ellos la mejor manera de abordar la situación. Algunos estaban ansiosos por venganza, mientras que otros parecían más inclinados a buscar una solución justa y equitativa.

— Wei Ying tiene razón — intercedió Lan Wangji, avanzando junto a su amado — La justicia no debe basarse en la venganza, sino en la sabiduría y la equidad. Es hora de que Ciudad Sin Noche encuentre su propio camino —

— Yo apoyo a mi hijo y sé que mi marido también lo hará — respondió Madame Yu, a pesar de su odio por el Wen, sabía que su yerno e hijo tenían razón, ya mucho habían sufrido.

Muchos estaban de acuerdo, pero sin previo aviso, un cultivador decidió acabar con Wen Ruohan, su sed de venganza no le permitía perdonar fácilmente como los demás lo habían hecho, su querido hermano menor había muerto por su culpa, su pequeño hermano menor no tenía siquiera diez años ¿Cómo podría dejar al Wen sin castigo?

El cultivador enfurecido avanzó con determinación hacia Wen Ruohan, ignorando las llamadas de sus compañeros para detenerse. Levantó su espada con la intención clara de acabar con la vida del tirano, sin embargo, antes de que pudiera asestar el golpe final, alguien surgió repentinamente, deteniéndolo con su cuerpo.

Mo Xuanyu había abrazado al Wen, colocándose así entre el furioso cultivador y el debilitado Wen Ruohan, sufriendo un corte considerable en la espalda como resultado de su valiente intervención.

— ¡Detente! — exclamó Wei Wuxian, corriendo hacia Mo Xuanyu. — No puedes buscar venganza de esta manera, la violencia solo perpetuará más sufrimiento —

Wen Ruohan reaccionó al escuchar el grito que pronunciaba el nombre de su actual esposo, sorprendiéndose al descubrir la presencia de este y, sobre todo, impactado por su valentía al interponerse para protegerlo.

— A-Yu, no debiste — pronunció entre sollozos, era realmente sorprendente ver llorar a Wen Ruohan, quien era conocido por su terrible manera de liderar, por su arrogancia y crueldad, pero además se sorprendieron de la manera muy cercana en la que este habló con Mo Xuanyu.

— S-soy tu esposo, d-debía hacerlo — el doncel sonrió con dificultad, ya que la sangre comenzaba a salir por la comisura de sus labios.

Wen Ruohan acarició el pelo de su esposo mientras se arrepentía profundamente de las decisiones que había tomado hasta ese momento.

Wen Ruohan, en ese momento, experimentó una revelación, una comprensión de la magnitud de sus errores y del daño que había causado a lo largo de su vida. La presencia de su Mo Xuanyu y el sacrificio que había hecho su querido esposo por él lo conmovieron profundamente.

— A-Yu, he cometido innumerables errores y he causado mucho sufrimiento. Si pudiera retroceder el tiempo, cambiaría muchas cosas. Ahora veo el amor que me has brindado a pesar de todo, y lamento no haber tenido la valentía de reconocer lo que siento hasta ahora, estaba cegado por cosas poco importantes — expresó Wen Ruohan con sinceridad.

Mo Xuanyu le sonrió débilmente, sabiendo que su tiempo se agotaba.

— N-no guardo rencor A-Ruo, al principio s-solo me uní a ti por venganza tampoco esperaba enamorarme de ti, sabes iba a decirte esto antes de que la batalla inicie, pero no pude, Su She me recluyó en una habitación ya que no quería que tú lo s-supieras — confesó el doncel — Pero Wen Zhuliu y alguien Llamado Xue Yang me liberaron y a-acabaron con él, A-Ruo toca mi vientre, n-nuestro hijo está allí — el doncel sonrió débilmente.

Wen Ruohan se estremeció al escuchar las palabras de Mo Xuanyu. Con delicadeza, puso sus manos en el vientre del doncel, sintiendo la presencia del pequeño ser que crecía dentro. Una mezcla de emociones lo embargó, desde la sorpresa hasta la tristeza por no haber sido consciente de la existencia de su propio hijo.

— A-Yu, lo siento, lo lamento profundamente, no deberías haber pasado por todo esto solo — Wen Ruohan habló con sinceridad, sus lagrimeantes ojos reflejaban el pesar y la responsabilidad que sentía.

— Todos m-merecemos una o-oportunidad de redención, incluso tú A-Ruo — dijo Mo Xuanyu, al instante cayó inerte en los brazos de un desconsolado Wen Ruohan.

Los cultivadores presentes, observando esta escena, se encontraban en silencio, incapaces de comprender la complejidad de la situación. Incluso Wei Wuxian y Jiang Cheng se veían estupefactos ante aquella situación, ambos no tenían conocimiento de que Mo Xuanyu y Wen Ruohan se habían enamorado.

Wen Ruohan, sosteniendo el cuerpo de Mo Xuanyu, se sumió en un silencio doloroso. Su mente revivía todas las decisiones equivocadas que había tomado y las oportunidades perdidas para cambiar su destino y el de quienes lo rodeaban. El precio de su ambición y crueldad se manifestaba frente a él de la manera más amarga.

Wei Wuxian y Jiang Cheng, a pesar de su sorpresa, no podían dejar de sentir empatía por la tragedia que se desplegaba ante sus ojos. Aquel hombre que una vez fue un tirano implacable estaba ahora llorando la aparente pérdida de alguien que había llegado a amar.

Mientras el campo de batalla seguía en un estado tumultuoso, la figura de Wen Ruohan sosteniendo a Mo Xuanyu resonaba como un recordatorio de la complejidad de la naturaleza humana y la posibilidad de redención, incluso para aquellos que alguna vez fueron considerados inhumanos.

— Wen Qing, por favor sálvalo — pidió Wen Ruohan de manera suplicante, con la mirada buscó desesperado una figura familiar, afortunadamente la encontró, su sobrina se encontraba allí — Se que no tengo el derecho de pedir nada, pero por favor, A-Qing sálvalo, por favor... —

Wen Qing, sorprendida por la súplica de Wen Ruohan y sintiendo el peso de la situación, miró a su alrededor. Los cultivadores presentes estaban enmudecidos por la escena trágica que acababan de presenciar, algunos con gestos de compasión, otros con miradas más duras recordando los crímenes de Wen Ruohan.

— No sé si puedo hacer algo, pero lo intentaré — respondió Wen Qing con seriedad, dejando en claro que no podía garantizar el éxito.

Los médicos y sanadores de la Alianza comenzaron a converger hacia ellos, llevando consigo sus herramientas y conocimientos. Wei Wuxian, a pesar de sus propias heridas, se unió a ellos, consciente de la importancia de este momento y dispuesto a brindar su ayuda en lo que pudiera.

Mientras Wen Qing y el equipo médico rodeaban el cuerpo de Mo Xuanyu, Wen Ruohan permanecía a un lado, con la mirada llena de angustia y arrepentimiento. La vida de Mo Xuanyu pendía de un hilo, y la esperanza de salvarlo se entrelazaba con la incertidumbre del resultado.

La escena se desarrollaba en un silencio tenso, interrumpido solo por los susurros de los cultivadores y el suave murmullo de las técnicas de curación. El destino de Mo Xuanyu estaba en manos de aquellos que, en otro tiempo, habrían sido considerados sus aliados – enemigos, Wen Ruohan finalmente sería juzgado cuando su esposo esté estable.

Marcando así el final de la guerra. 

Finalmente, Wei Ying sucumbió al agotamiento, su cuerpo no pudo soportar la carga de energía y esfuerzo que había empleado con el Hierro Yin. Por lo que se desplomó en el suelo, mostrando los signos evidentes de fatiga y debilidad. Su respiración era agitada, y su rostro reflejaba el cansancio acumulado.

Al ver a Wei Ying en ese estado, Lan Wangji, preocupado, se apresuró a su lado. Con cuidado, lo levantó en sus brazos, sosteniéndolo con ternura. El resto de los presentes observaba con respeto y cierta admiración por el sacrificio y la valentía demostrada por el Gran Patriarca Yiling.

Wen Qing, después de atender a Mo Xuanyu, se aproximó a Wei Ying y Lan Wangji para brindar ayuda al valiente doncel.

— Lan Zhan, finalmente hemos superado todo este sufrimiento — dijo Wei Ying con una sonrisa cansada — Nuestro hijo es tan hermoso como tú; ahora podrá crecer sin miedo ni temor —dijo mientras se resistía a cerrar sus ojos.

— Wei Ying, no hables — le pidió Lan Wangji — De seguro se parece a ti también —

— Aiyo, Lan Zhan, ¿Acaso no soy un doncel de hierro? ¿No soy el Patriarca Yiling? No te preocupes tanto — bromeó Wei Ying mientras intentaba mantener los ojos abiertos — Pude hacerlo Lan Zhan pude ayudarlos — dijo cerrando sus bellos ojos finalmente.

Wen Qing observó con preocupación a Wei Wuxian, consciente de la fatiga y las heridas que llevaba consigo. Por lo que indicó a Lan Wangji a llevar al doncel a la tienda para que pudiera descansar antes de que fuera demasiado tarde.

Lan Wangji, sin dudar, tomó a su amado en brazos nuevamente, llevándolo hacia la tienda donde podría recuperarse. Mientras se dirigían hacia el refugio, Lan Wangji sostenía con cuidado a Wei Wuxian, preocupado por su estado.

Wen Qing, por su parte, se apresuró a preparar los recursos necesarios para atender las heridas de Wei Wuxian y asegurarse de que tuviera el descanso necesario.

Dentro de la tienda, Lan Wangji colocó suavemente a Wei Wuxian en un lugar cómodo. Wen Qing comenzó a examinar las heridas del doncel y a aplicar los tratamientos necesarios para acelerar su recuperación. La atmósfera en la tienda estaba cargada de tensión y preocupación, pero también de un cuidado amoroso que Lan Wangji dispensaba a su amado.

La médica trabajó diligentemente, consciente de la importancia de que Wei Wuxian descansara para recuperar sus fuerzas.

Dentro de la tienda, Lan Wangji permanecía a la cabecera de Wei Wuxian, brindándole apoyo constante. Su mirada reflejaba una mezcla de preocupación y amor, consciente de la importancia de velar por el bienestar de su amado doncel.

Wen Qing, por su parte, se esforzaba en aplicar cuidadosamente los tratamientos necesarios para las heridas de Wei Wuxian. Aunque la batalla había llegado a su fin, la atención médica seguía siendo esencial para asegurar una pronta recuperación. La médica trabajaba con precisión y rapidez, utilizando sus habilidades para aliviar el dolor y promover la curación.

La tienda se llenaba de una atmósfera de calma y cuidado, interrumpida solo por el suave murmullo de Wen Qing mientras realizaba sus tareas. Lan Wangji, con su serena presencia, ofrecía un apoyo silencioso pero reconfortante.

Ambos estaban comprometidos con la recuperación de Wei Wuxian, conscientes de que el descanso y los cuidados eran fundamentales en ese momento crucial después de la intensa batalla.

Aunque la guerra había llegado a su fin, el ambiente en el campo de batalla no era de celebración. Wei Wuxian se encontraba gravemente herido y debilitado, producto del desgaste físico y la intensidad de la contienda.

Nadie se atrevía a celebrar mientras el héroe de la guerra yacía herido, recordando a todos que, a pesar de la culminación exitosa del conflicto, aún había un precio que pagar y cuidados esenciales que proporcionar para asegurar la recuperación de Wei Wuxian.


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Hola mis personitas bellas, ¿Les gustó el cap? en verdad espero que si🥹✨.

Gracias por leer.

Atte. Kimkely17

Fortsæt med at læse

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