ENAMORADA DEL DIABLO

By florenciaJaen

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Halley Roosevelt ingresa a estudiar a un internado gracias a una beca. Al llegar allí lo primero de lo cual e... More

Capítulo 1- La llegada
Capítulo 2- Problemas a la orden
Capítulo 3 - En las manos del diablo
Capítulo 4 - Imán de problemas
Capítulo 5 - El héroe anónimo
Capítulo 6 - Incidente inesperado
Capítulo 7 - La debilidad del diablo
Capítulo 8 - Pequeño ruiseñor
Capítulo 9 - Confusión
Capítulo 10 - La verdad oculta
Capítulo 11 - Corazón indeciso
Capítulo 12 - Tú también me gustas
Capítulo 13 - Bésame
Capítulo 14 - Encubriendo la mentira
Capítulo 15 - El dolor de la despedida
Capítulo 16 - La novia de Hunter Hayes
Capítulo 17 - Hazme lo que quieras
Capítulo 19 - Contratiempo
Capítulo 20 - La tragedia de Halley
Capítulo 21 - Consuelo
Capítulo 22 - Me enamoré de ti

Capítulo 18 - Irremediablemente

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By florenciaJaen

 Halley y Hunter estaban en el viejo salón tras el cuadro de béisbol. Él la observa leer. Cuando ella se percata de aquello le devuelve la mirada.

—¿Qué? ¿Por qué me miras?

—Me gusta verte leer. Luces lista y bonita.

—¿Ah, sí? —deja el libro a un lado— Quédate quieto.

Él se queda quieto.

—¿Y ahora?

—Ahora cierra los ojos.

Él la mira con duda, pero lo hace.

 Ella se muerde el labio, luciendo un poco tímida. Luego lentamente se acerca a él. Se sienta lentamente en sus piernas, para después tomar su rostro con una mano y acercar su boca para darle un beso.

 Él no hace nada en un principio, ya que se encuentra un poco sorprendido, pero luego le responde el beso. Le coloca una mano en la espalda y otra en la cintura.

 Cuando Halley termina de besarlo, él la observa. Sin intención de terminar el momento, él continúa el beso.

Son interrumpidos cuando el teléfono de él vibra en su bolsillo. Hunter mira y ve que se trata de su abuelo. 

—Es mi abuelo. 

—Bien. En ese caso, creo que es mejor irme para que hables con él —se pone de pie, pero Hunter le toma la mano. 

—No te vayas.

Ella lo mira y luego se sienta a su lado. Hunter responde la llamada.

Halley lo escucha hablar. Cuando la llamada finaliza, él mira al suelo. 

—¿Pasó algo malo? —le pregunta.

—No —cierra los ojos y hecha la cabeza para atrás—. Mi hermana estará en casa y mi abuelo quería que fuera a verla.

—¿Estará en casa? ¿Vive en otro país o estado?

Él niega con la cabeza. Respira profundo y luego vuelve a abrir los ojos. 

—Halley, mi hermana se encuentra en un centro de rehabilitación para personas adictas a las drogas.

Ella lo mira sorprendida. 

—¿Qué?

Hunter se pone de pie. 

—Hace más de un año Sarah estaba aquí también estudiando. Era tranquila y estudiosa. Me recuerdas a ella en ese parte. Pero todo cambió cuando conoció a un chico que entró nuevo al internado.

—¿Por qué? 

 —Porque él solo fue su perdición —mira hacia otro lado y aprieta los puños—. El tipo se acercó a ella, y al poco tiempo empezaron a salir. Jamás quise que nada pasara entre ellos, porque el sujeto en sí no me daba buena espina. Transmitía demasiada "perfección". Me opuse, pero ella solo se enojó —agacha la mirada—. Me enfadé con ella y nos alejamos, y ese fue el mayor error que pude cometer, porque al alejarme de ella no me di cuenta de lo que estaba pasando.

Halley lo mira atentamente. 

—¿Y luego?

 —En resumen, él la metió al mundo de las drogas. Se aprovechó de que ella estaba enamorada de él para manipularla. La hizo volverse adicta, con apenas catorce años —contiene una lágrima—. Y como si eso no fuera suficiente, la embarazó y luego la abandonó, dejándola aún peor, porque aquello solo hizo que ella consumiera más drogas. Supe todo cuando era tarde, cuando él ya se había ido y ella había quedado sumida en la depresión.

 Halley apenas podía creer lo que oía. Nunca pensó que la historia de la hermana de Hunter fuera tan profunda. Ahora entendía muchas cosas. Ahora entendía el porqué a él le dolía hablar sobre ese tema.

 Lo notaba en sus ojos. Había culpa, pena y dolor. Él realmente sufría por eso.

 Siente pena por él. Por ello se pone de pie y camina a su lado. 

—¿Entonces ella tiene un bebé? 

—No, lo perdió.

Aquello termina de impactar a Halley.

—No puede ser.

 —Yo le prometí que encontraría a ese sujeto para que diera la cara por lo que había hecho, pero hasta el día de hoy no he podido hacerlo, porque la rata esa se largó. Por ello no puedo ir a verla, porque no he podido cumplir con mi promesa. 

 —Creo que ella ahora prefiere que tú, su hermano, esté a su lado. Lo que más necesita es apoyo para superar el trauma de todo lo que vivió. 

 —No sé si pueda hacerlo. Me siento el peor hermano del mundo. Le prometí a mi madre que la cuidaría siempre, pero no lo hice. 

 —Tu mamá querría verte a su lado en estos momentos —le pone una mano en la mejilla—. Yo creo que debes ir.

Él la mira. Luego de un instante en que se mantuvieron en silencio, ambos salen del salón. Caminan hasta llegar a los edificios de dormitorios. 

—¿Irías conmigo a Oklahoma? —pregunta Hunter.

Ella lo mira. 

 —¿Quieres que vaya contigo a ver a tu hermana?

Hunter sacude la cabeza. 

—Olvídalo.

Ella le toma una mano.

—Hunter, me encantaría acompañarte. Vamos el fin de semana. 





El viernes en la tarde Halley platicaba con Alexa y Jade. 

—Bueno, ya mañana aprovechamos y tenemos un día de chicas —dice Alexa. 

—Respecto a eso —dice Halley—, debo decirles que no podré ir con ustedes. 

—¿Por qué no? 

—Iré a otro lugar. 

—Déjame adivinar, ¿es con tu tenebroso novio?

Jade ríe, mientras que Halley se queda seria. 

—Sí, saldré con Hunter. 

—Típico. Los novios desplazan a las amigas —dice la rubia. 




 El sábado temprano Halley se va para Oklahoma con Hunter. Al llegar son recibidos por la abuela de este, quien lo abraza. 

 —Me alegra tanto verte y que te animaras a venir —mira tras de Hunter y ve a Halley, quien permanecía parada tímidamente en silencio—. ¿Y quién es tu amiga?

 —Ella es Halley, mi novia.

La abuela se sorprende. 

—¿Novia? —sonríe—. Eso es fantástico —se acerca a Halley—. Bienvenida.

Poco después el abuelo aparece.

—Qué bueno que vinieras, Hunter.

 —¿En dónde está ella? —pregunta este.

—En su habitación —responde el adulto mayor.

Hunter mira a Halley. Luego camina con su abuelo hacia la habitación de su hermana.

 Halley se queda allí parada observando el lugar. Veía fotos que había colgadas en las paredes. Incluso ve un cuadro de una mujer con una niña y un niño, lo que llama su atención.

 Se acerca a verlo. La abuela se para tras ella. 

—Halley, ¿cierto?

Esta voltea a verla.

—Sí —se ajusta los lentes y sonríe tímidamente—. Halley Roosevelt. 

—Apenas y puedo creerlo. Hunter no mencionó tener novia, aunque nunca ha sido tan comunicativo. Le cuesta abrirse con las personas. Por ello me sorprende que te trajera aquí, ya que supongo que te contó lo que sucede.

Halley asiente. 

—Algo me dice que tú lo influenciaste para que viniera, por lo cual te doy las gracias —mira el cuadro—. Ellos eran tan felices de niños. Quisiera que volvieran a sonreír como antes.

— ¿Son Hunter, su hermana y su madre?

—Sí. Leila El cuadro fue pintado dos años antes de que mi hija muriera —camina por la sala—. Desde allí mi esposo y yo hemos estado a cargo de los dos, aunque no ha sido fácil. Los pobres han pasado por tanto.




Un rato después, Hunter ha salido de la habitación de Sarah.

Halley estaba sentada en la sala. Al verlo se pone de pie.

Él se le acerca. 

—¿Y? ¿Cómo te fue con tu hermana? 

—Ella ya está mejor que antes, pero sigue mal. Todavía se ve triste —suspira—. No creo que sea el momento de que la conozcas. 

—Descuida. Lo entiendo.

Él le acaricia una mejilla. 

—Gracias por esto, por venir conmigo. 

—Lo hago con gusto.

Se acerca a él y lo abraza. Al separarse él le toma de la mano. 

—Ven. Quiero mostrarte algo.

Se van a la habitación de él.

 Al llegar, Halley observa la el lugar. Ve colgada en la pared una fotografía de la madre de él.

—Era muy hermosa —expresa.

—Se fue hace tanto que apenas podría recordarla sin las fotos. H

—Al menos pudiste conocerla y tener algunos recuerdos de ella. Yo siempre quise conocer a la mía, pero no pude.

—Al igual que tú, ella creía en Dios.

Halley lo mira.

—¿Tú no crees en él?

Hunter se recuesta a un mueble mientras mira de forma reflexiva al suelo.

—Solo digo, ¿cómo puede alguien que dice amarnos permitir que suframos? ¿Cómo puede ese Dios, si es tan poderoso, permitir que exista la maldad? —camina hacia la ventana y mira por esta—. Dejé de creer en él cuando vi que era en vano, ya que no hacía nada más que traer dolor. Tal vez aquel concepto suyo solo fue creado para suplir la necesidad de creer en algo.

Halley lo mira. Ahora que lo conocía a fondo, sabía que él estaba muy herido en su interior. Por ello a veces se mostraba tan rebelde y adoptaba esa postura de "diablo".

—Hunter, creer en Dios no nos libra del mal, pero nos da fuerza y capacidad para enfrentarnos a aquello.

Se acerca a él y le pone una mano en el hombro.

Él se gira a verla. Luego toma la mano que estaba en su hombro.

—¿Quieres saber cuál es mi fe?

Ella lo mira sin decir nada. Él se acerca a ella y le aparta un mechón de cabello de la cara.

—Tú.

La besa.

Más tarde ella caminaba por el pasillo de las habitaciones, cuando ve salir a una chica de una de estas. Se trataba de Sarah, quien lucía distraída.

Cuando ella ve a Halley se queda seria.

—¿Tú quién eres?

—Hola, mi nombre es Halley.

—¿Qué haces aquí?

—Yo, mmm... vine con Hunter.

Sarah mira pensativa hacia el suelo. A diferencia de Hunter, ella tenía los ojos de un color azul zafiro. Su cabello era negro como las alas de un cuervo y su piel blanca cubierta de pecas.

Era bonita, aunque su aura estaba marchita por la tristeza.

—Con Hunter.

Mira de nuevo a Halley. Sin decir más, se mete a la habitación otra vez.

Bastaron solo unos instantes para que Halley notara que aquella persona era como una luciérnaga que había perdido su luz.

Sentía pesar por ella, porque se notaba que había sufrido mucho.

Continúa caminando. Poco después su teléfono suena. Ve que se trata de su padre, a quien le responde.

—Hola, papá.

—Hola, mi sol. Tu tío Ethan me dijo que está en Chicago y pasará a visitarte al internado.

—Oh... —se rasca la cabeza—. Papá, yo... es que... no estoy en aquella ciudad.

—¿Cómo que no estás en aquella ciudad?

—Ni siquiera estoy en el estado. Estoy en Oklahoma.

Desde el otro lado de la línea, su padre agranda los ojos.

—¿Oklahoma? ¿Qué haces en Oklahoma?

—Vine a acompañar a alguien.

—¿Alguna amiga del colegio?

—No. De hecho —hace una pausa—, tengo que contarte que tengo novio. Vine con él a su casa.

Sin verlo, Halley sabía que su padre estaba en shock.

—¿Qué? ¿Cómo que tienes novio?

—Siento no habértelo dicho antes, pero...

—A ver, a ver. ¿Qué es todo esto? ¿Me dices que tienes novio y que te fuiste con él a su casa? ¿Quién es? ¿Desde cuándo pasó eso?

—Es un compañero del internado, y pasó mucho tiempo ya desde que somos novios.

—¿Fue por eso que querías volver al internado aquella vez?

Ella se queda en silencio.

—No puedo creerlo, Halley.

—Papá, no es nada malo.

—Me parece lo contrario. Tu comportamiento me desconcierta. Te comportas como si estuvieras...

—¿Enamorada? Pues sí, puede ser eso —dice sin poder detenerse.

Su padre se sorprende por su tono de rebeldía, incluso ella misma se sorprende. Se quedan en silencio por un instante, hasta que ella encuentra nuevamente su voz.

—Papá, ya no soy tan niña. Sé cuidarme. Te prometo que todo está bien.

—Halley, tú desconoces sobre estas cosas. Hay muchos chicos que solo quieren aprovecharse de chicas como tú.

—Tienes que confiar en que no soy tan ingenua como piensas.

En la noche va con Hunter a caminar por la propiedad del lujoso chalet de los abuelos de este. Tenía una vasta área verde, por lo cual los dos caminan en esta hasta alejarse bastante de la casa.

Al llegar a una pequeña colina, se sientan en esta.

—Supongo que a tu padre no le agradará conocerme —dice él—. Dijiste que es muy religioso, y yo soy lo contrario a eso. Tal vez soy todo lo que para él está mal.

—Mi papá siempre ha sido muy sobre protector conmigo. Creo que se debe a que nací enferma.

Hunter la mira.

—¿Cómo que enferma?

—Tengo una afección cardíaca. No es tan grave, pero igual según mi papá debe cuidarme mucho.

—Yo no sabía eso.

Ella se encoge de hombros.

—Como ya te dije, no es tan grave.

Se acuesta en la hierba.

Hunter se acuesta a su lado y la observa. Luego le pasa una mano por los labios, para después acercarse a estos y capturarlos en un beso. No pasa mucho tiempo para que se acueste encima de ella. Su boca desciende por el cuello de Halley, hasta bajar a sus hombros.

Ella cierra los ojos, deleitándose por completo de aquellos cálidos besos en su piel.

Amaba aquello. Amaba sus besos, amaba la forma en que él la hacía sentir.

Hunter se separa un poco y la mira a los ojos. Luego comienza a quitarse la camiseta.

 A ella en ese instante no le importaba si estaban a la intemperie, solo sabía que quería eso allí y en ese momento, tanto como él lo quería.

Por eso cuando él le muestra su pecho desnudo, ella le pasa una mano por este.

Ese chico realmente era su debilidad, su delirio, quien la hacía sentir y hacer cosas que antes no hubiera pensado.

Impulsada por el calor del deseo, lo toma del rostro y lo besa. Luego se gira sobre él y sigue besándolo.

Entonces él le quita la blusa y luego el sostén, y así se consumen en un apasionado momento.

Minutos después, Halley reposa su cabeza en el pecho de él mientras él le acaricia la espalda. Una chaqueta de negro cuero que él había llevado consigo, les servía par arroparlos un poco.

Ambos miraban en silencio al cielo. De pronto ven algo que aparece en este. Era una lluvia de meteoros, también conocida como lluvia de estrellas.

—Mira —dice ella señalando al cielo mientras observa con fascinación aquello.

Hunter también mira eso.

Los dos intercambian una rápida mirada y una sonrisa.

 Estando allí, en lo que se sentía como un momento mágico, Halley supo algo. Aquello que le dijo a su padre por teléfono era cierto: ella estaba enamorada. Estaba enamorada de aquel chico un poco complicado, pero que al mismo tiempo la cautivaba.

Estaba irremediablemente enamorada del diablo.






Autora: chicos y chicas, si no estan leyendo mi otra historia EL ODIOSO Y YO, les invito a hacerlo, al igual que seguirme en instagram como florencia_historias.


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