Después de que Fuutarou eligió a Yotsuba como su «verdadero amor», Miku fue en busca de Nino a darle la noticia de la elección de Fuu. Nino lloró amargamente junto a Miku.
Ichika e Itsuki también se resignaron frente a la noticia de la elección de Fuu. Por otro lado, Yotsuba, la elegida y ganadora, se hacía a la tonta, porque se sentía indigna de ser amada por Uesugi.
Las cuatro hermanas al enterarse de la actitud de Yotsuba empezaron a cuestionarla. Como son Quintillizas Miku decidió suplantar a Yotsuba en la relación con Uesugi, ella le decía: «Yo soy Yotsuba» de manera insistente, el objetivo era quedarse con Fuu.
Pero algo en el interior de Miku empezó a florecer sentimientos de odio y de soledad. Un sin sentido hacia la vida cobraba forma. Su mente se llenaba de pensamientos oscuros.
— Siento un gran vacío en mi corazón. Malvado Fuutarou, quedarse con Yotsuba, la atleta y futura ama de casa, qué tiene de especial esa mocosa— decía para sus adentros. En su interior empezaba a anidar la venganza.
Nuevos sentimientos de obsesión y delirios de amor errante se apoderaban. Cada día sufría por esas fantasías de amor junto a Fuu. — ¿Existirá alguien que me ame como soy? A todo esto ¿existe el amor? ¿Dónde estás? me siento a morir— decía para sus adentros.
Pasaron los años y cada una de las hermanas empezaron a tomar caminos diferentes. Itsuki se dedicó a la docencia, Ichika se fue a trabajar como actriz a EEUU, Nino y Miku se dedicaron a la gastronomía y en consecuencia abrieron un negocio, Yotsuba de dedicó al atletismo.
Hay quien dice que para superar a un amor no correspondido «hay que darle tiempo al tiempo» o «el tiempo borra las heridas» pero la realidad es que Miku moría por dentro, pensaba que dedicarse en cuerpo y alma al trabajo borrarían sus males. Pero la verdad cuando es tu primer amor es difícil olvidar.
Un mes antes de la boda de Yotsuba, Miku empezó a tener ideas nihilistas —maldita Yotsuba, el amor no tiene sentido, la vida misma no tiene un sentido— decía para sí misma.
—Mataría a todos los presentes solamente para tratar de llenar este vacío que se empieza a apoderar de mi ser. Pienso que la infelicidad de uno es mi felicidad.
Miku no dejaba de pensar de esa manera hasta que llegó el día de la boda y como hermana de la novia tuvo que asistir, todo fue lindo y bonito; antes de la ceremonia las hermanas realizaron el juego de quintillizas para marear a Futaro, pero él ya sabía distinguirlas, después de todo el show que se montaron, Fuu reconoció a su «verdadero amor».
Luego de la boda las hermanas empezaron a sugerir el viaje de la luna de miel para los recién casados. Las cinco frente a un mapa a ojo cerrado escogieron un lugar para el viaje. Todas tenían lugares diferentes par el viaje.
Ante la indecisión del viaje Miku se puso de pie, pues ya no aguantaba aquellos sentimientos que la atormenten y les dijo: —yo tengo que irme, ahora debo buscar un nuevo horizonte, hay un sentimiento de odio que siento hacia todas ustedes, en especial a ti Yotsuba, ¡¡¡te odio!!!¡¡¡Fuu eres un payaso, tú sabías mis sentimientos hacía ti!!! Y ustedes, son unas tontas al seguir aquí planeando el viaje.
Nino inmediatamente reaccionó frente a las declaraciones de Miku —¿Qué te pasa? Ya habíamos hablado sobre ésto ¡¡¡Miku tienes que superarlo!!! A ésto Miku respondió — ja, ja, ja, miren quien lo dice, Nino realmente tú eres la roba hombres, estás esperando el momento a qué Yotsuba se descuide para que puedas quedarte con Fuutaro. No vengas con tu apariencia de piedad, das lastima Nino. Bueno, si tienen tv ahí se ven. Yo me voy.
Ninguna de las otras hermanas se atrevían a detener a Miku. Se limitaban a mover la cabeza de manera negativa.
Inmediatamente Miku salió a la calle a deambular sin un rumbo, ella pensaba —soy una extraña en tierra conocida ¿A dónde iré? Mi mundo se desmorona. Pensé que superar a Fuutaro era «como comer una naranja» osea que debería ser fácil olvidarlo.
—En fin, se me complica olvidarlo— el cielo comenzó a nublarse, de repente se puso a llover. —¿A dónde iré? No tengo un lugar y ya está lloviendo, ojalá está lluvia torrencial pudiese borrar mis recuerdos de Fuutaro.
Entre que caminaba bajo la lluvia se le ocurrió ir a visitar la tumba de su madre —ya sé a donde iré— A toda prisa corrió hacia el cementerio, llegó a la tumba de su madre. Mientras contemplaba la tumba empezó a recordar a sus hermanas y aquellos momentos donde relativamente eran felices.
—Mamá, no soy una buena hija, decía, necesito reconstruirme, empezar de nuevo, quisiera que estés aquí para que me aconsejes para encontrar un nuevo horizonte.
De repente la lluvia empezó a calmar, se oía a lo lejos el sonido de los truenos, Miku empezó a entrar en un silencio de meditación, tal vez esperaba que ocurriese una actividad paranormal o que pueda escuchar la voz de su mamá en su interior.
Entre el silencio y la contemplación empezó a llorar, se sentía impotente, la rabia carcomía su corazón. De tanto llorar se le hinchó los ojos y empezó a sentir sueño. Después de un rato se quedó dormida junto a la tumba de su madre.
Hay quien dice que no es bueno dormir en el cementerio, otros piensan que los muertos salen a dar un paseo por el panteón y si encuentran a alguien de los vivos se lo llevan a lo más profundo del Hades, pese a esos cuentos Miku no tenía otro lugar a dónde ir, pues no quería regresar a casa.
Entre la tristeza y el sueño comenzó a soñar con su mamá, ella le decía: —hija mía, no tienes que sufrir por un amor no correspondido; tampoco tienes porqué culpar a otros de tu tristeza— . A ésto Miku empezó a abrazar a su madre y no dejaba de llorar, le decía:—Mamá por qué te fuiste, te necesito.
—Hija mía, ya no llores más, escucha bien a mis palabras: el tiempo sana las heridas, sino el hambre y si no te sirven las dos entonces la soga— Miku algo desconcertada con la última parte del consejo de su madre empezó a sonreír pues parecía una broma.
—hijita mía, la soga es que si continúas sufriendo es para que te suicides pues no vale la pena sufrir por un chico. Te aconsejo que puedas trabajar para reunir dinero y te vayas de viaje. Sal de Japón, conocé el mundo. Ahí encontrarás el nuevo horizonte que tanto anhelas. Bueno hija mía tengo que regresar al sueño eterno, confío que podrás encontrar tu camino.
Después de un rato Miku despertó del sueño pues estaba mojada y con frío y nada sería eso pues también tenía los ojos hinchados de tanto llorar.
Se puso de pie, y empezó a contemplar el horizonte para emprender el viaje de su vida. —Adios mamá gracias por ayudarme desde el más allá.
Fin de la primera parte.