BEAUTIFUL GANGSTER || KTH & J...

By cwtiecat

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❝Si por besar tus bellos labios carmesí me condenan al infierno, juro que cometería tal hermoso pecado un mil... More

PRÓLOGO
NOTA DE INICIO
UNIVERSO
PERSONAJES PRINCIPALES
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
XXXV

XXIV

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By cwtiecat

Nueve años atrás:

02:45 a.m.

– ¡Sunno!

Vociferó tan alto como pudo un pequeño alfa de tan solo diecisiete años de edad, el cual recorría con prisa aquellas oscuras y gélidas calles de Daegu, que si bien presentaban una correcta iluminación gracias a los faroles, estos tan solo las hacía ver más escalofriantes por la falta de personas y autos circulando ante las altas horas de la madrugada.

– ¡Kim Sunno!

Volvió a llamar con vigor Taehyung, rasgándose en el proceso las cuerdas vocales, gracias a la presión ejercidas y las bajas temperaturas de la frívola noche que cobraban factura en él luego de haber salido corriendo de aquella casa con el corazón en la boca sin otorgarse dar tan siquiera una sola parada para descansar en el extenso trayecto recorrido, esto al estar gobernando tanto en su mente y corazón el miedo palpable que lo hacía actuar por impulso.

Quería que sucediera un milagro

Tan solo uno pedía...

Sus pasos tan solo deteniéndose de golpe, en su caso obligado, al haber cruzado descuidadamente con excesiva velocidad una intersección que por poco lo hacía patinar ante la humedad de las calles, pero ello no podía importarle menos, no cuando frente a él luego de largos minutos de camino se alzó aquel conocido parque donde muchas veces pasó tiempo con su hermano menor... mismo parque donde el mejor amigo de este último mencionado le había avisado que fue la última vez donde se le avisó que el menor se encontraría acompañado de un muchacho de su misma edad, antes de desaparecer por completo.

Maldito...

Maldito sea el momento donde aquel sujeto cruzó camino por primera vez con su hermano... Maldito el momento donde ambos intercambiaron palabras por primera vez... Maldito el momento que lo hizo sonreír, maldito el momento que le tomó la mano, maldita sea la primera palabra de amor que le recitó, maldito el primer encuentro de sus labios... maldito el momento que este se propuso el cortejarlo, pero más maldito sea el desdichado momento de que a este se le ocurrió llevárselo consigo a tales horas sin importarle dejarlo totalmente desprotegido del hogar del amigo donde se suponía debía quedarse a pasar la noche, y este suceso teniendo origen gracias al maldito momento donde no se les ocurrió a sus padres la nefasta solución de darle permiso a Sunno luego de una discusión familiar, todo para mantenerlos distanciados...

Pero más maldito que todos los anteriores... era él... tan maldito y miserable sea el mismo al haber sido el causante directo de que aquel bonito omega de su misma sangre se fuera enfurecido de la casa familiar por una pelea ridícula que protagonizaron ambos.

Se arrepentía

Joder, claro que lo hacía

Se arrepentía tanto que la culpa que lo carcomió lo obligó a permanecer largas horas encerrado en su dormitorio sin comer o beber un solo líquido como castigo por sus acciones, y llegaba a parecer que al destino le entretuvo su malestar que decidió intensificarlo.

¿Cómo lo hizo?

No ocurriéndosele mejor idea a este desdichado ser que darle la sorpresa más devastadora en el maldito momento que el reloj de su casa marcó la una en punto de la madrugada, hora exacta donde los dispositivos de sus padres resonaran con vigor y tras contestarse estos, anunciándoles a la familia la desgarradora noticia... aquella noticia que quebranta a cualquiera individuo al no ser capaces de soportar escuchar que su pariente más cercano no había vuelto al lugar que debía protegerlo luego de haber salido un par de horas a conversar con el supuesto alfa que lo cortejaba.

Noticia que Taehyung se tuvo que enterar de la peor manera posible ante los llantos desgarradores de su madre, quien con justa razón... lo culpo.

Maldito sea cada momento de aquellas últimas horas transcurridas... pero más maldito sea él por no haber podido controlar sus celos cuando se enteró de la existencia de aquel alfa y no fue capaz de medir su explosivo temperamento para no herir a su hermano ante la cruda realidad que él mejor que nadie, como cualquiera de su casta, conocía.

Maldito sean todos... inclusive él mismo

Todos, menos aquel pequeño omega

– ¡Sunno! – volvió a gritar Taehyung con la desesperación tocando su corazón, está calando tan profundo en él, causando que sus ojos empezarán a picar y su garganta a cerrarse, pero ello no siendo en realidad un impedimento que le prohibiera adentrarse a aquel desolado parque en su delante – Sunno, por favor...

Por favor, que te encuentres en este lugar

Pidió, aquella baja plegaria y el pisar de sus suelas bajo el asfalto siendo el inicio del quebrantar el pacífico silencio en esa extensa área de recreación familiar. Taehyung reconociendo a simple vista lo difícil que sería de ahora en más su ya complicada labor de búsqueda, la cual se había propuesto ejecutar por cuenta propia al dejar de lado al resto del grupo, pero ahora... en aquel preciso momento donde sus ojos escaneaban todo en su delante y sus cansados pies recorrían por aquel desolado sendero debidamente iluminado, muy a diferencia de la penumbrosa vegetación a ambos costados, tan solo hizo que un peso tan doloroso cayera encima suyo al identificar su cruda realidad... y se le fue imposible seguir conteniendo el llanto que tanto venía reprimiendo.

Si tan solo no hubiera actuado así...

Pero ya era demasiado tarde para arrepentirse

(...)

17:15 p.m.

– ¡No tienes edad para tener alfa, Sunno, deja de decir tonterías! – la ruidosa burla de Taehyung interfiriendo de manera descortés la amena charla que mantenían madre e hijo, este último girando a observar con el ceño fruncido la gran sonrisa que se posaba en los labios de su hermano, quien se encontraba negando divertido sin apartar la mirada de la gran televisión en su delante – Al parecer ya se te olvidó que hace tan solo un mes cumpliste quince años, hace tan solo un mes te presentaste como omega. No conoces nada con respecto a estos temas, así que deja de pensar en ridiculeces y céntrate en conocerte primero

Tan delicado como siempre...

El omega afectando levantándose con rudeza de su asiento al sentirse tan enfurecido de haberse visto nuevamente ridiculizado por aquella persona que los últimos meses se había encargado de entrometerse en todo lo que hacía. Tanto así llegando a escalar su enojo que no le importó ser el causante del chirriante sonido que invadió el living ante la madera raspar contra el fino mármol, turbando a los presentes, pero mucho más a la mujer que observaba cansina el próximo enfrentamiento.

– ¿¡Y debo de suponer que tú sabes tanto, no!? – contestó altanero el omega, enfrentando directamente a su hermano quien soltó una bulliciosa carcajada como respuesta, esté recién dignándose a girar el rostro para encarar, al contrario – ¡Te das tantas ínfulas de superior, pero estás igual que yo, Taehyung!

Uy

– Corrección, tengo mucha más experiencia que tú – respondió la ofensa el nombrado, esté terminando por tomar asiento correctamente en aquel largo sillón, para seguido a ello girar su cuerpo y dejar que ambos brazos cruzados entre sí reposaran en el respaldar del mismo – No por nada soy el mayor

Y aquello espetado con un notorio deje de burla solo logró que la quijada de Sunno se tensara ante el coraje, el cual se dejó apreciar gracia al característico carmín que inundó su delicado rostro.

– ¡Por dos putos años, Taehyung! – bramó enfurecido, su palma alzándose en su delante demostrando la numeración que vociferaba con la cantidad de falanges levantados – ¡Dos miserables años!

– ¡Vocabulario! – corrigió la mujer, está golpeando en el transcurso su palma contra la dureza de la mesa, la cual al resonar hizo guardar silencio a ambos menores quienes agacharon la cabeza – ¡No lo volveré a repetir! – advirtió, no haciendo falta esperar mucho para escucharse un bajo perdón de parte del regañado directamente, seguido a ello centrando su atención en el joven alfa – Taehyung, cariño, deja de echar leña al fuego, ¿quieres? – inquirió la omega, al mismo momento que le pedía con suavidad a su hijo menor volver a tomar asiento, gesto el cual fue ignorado – Tu hermano sabe lo que significa esta etapa, yo misma estoy que me ocupo de hacerle saber y confío que sabrá tomar la mejor decisión para él

¿Es en serio lo que estaba escuchando?

– ¿La mejor decisión? ¡Prácticamente es un niño en este tema, mamá! – destacó el alfa, señalando al omega quien se había mantenido en silencio – Hace nada pasó su primer celo ¿y ya tiene a un alfa cortejándolo? ¡Es más que obvio que ese sujeto busca aprovecharse de él!

Oh, mierda

Palabras incorrectas

– ¡Tú no sabes nada de mi alfa! – bramó exaltado Sunno, recortando tan repentinamente la distancia con su hermano quien se quedó impactado ante su fuerte grito y el tenerlo frente a él – ¡Él me ama! ¡Ya es hora de que te grabes en tu pequeño cerebro que yo ya dejé de ser un niño al que debes de proteger, entiéndelo de una vez!

¿En serio había dicho eso?

Una sarcástica risotada abandonando nuevamente los labios de Taehyung al haber escuchado lo último expuesto por su menor, no obstante, hay que recalcar que si bien se encontraba riendo a viva voz algo en él ardiendo tan dolorosamente cuando aquel omega en su delante defendió con garras y dientes a un muchacho que, prácticamente, recién había conocido... un muchacho que le había dado la más insignificante muestra de su atención y seguro viles mentiras... un muchacho que al parecer, valía más que él... Y ante la furia recorriendo sus venas, el mayor terminó por levantarse de su asiento retando de manera directa al causante de que aquel enfrentamiento subiera drásticamente en intensidad hasta llegar a los gritos.

Y para estos momentos, Sunno odio tanto la excesiva diferencia de altura que existía entre ellos, dejándolo a él en una posición tan ridícula al verse obligado a alzar el mentón para no romper aquella lucha silenciosa de miradas, sabiéndose que quien se atrevía a apartarla primero, perdería, y ninguno de los dos deseaba dejarse vencer tan fácilmente.

– ¿Él te ama? – repitió incrédulo el alfa, este recortando aún más la distancia que los separaba al imponer su altura a su favor, buscando que el omega retrocediera por instinto, no obstante, ello no sucediendo y no supo si enorgullecerse o enfurecerse – ¿Cómo es que puedes llegar a creer tal ridiculez? Pero bueno, ¿qué más da? Ya que estamos hablando con la verdad, Sunno, te la diré sin tapujos de por medio al ver que sigues viviendo en un mundo de fantasía. Ese miserable que haces llamar tu alfa, tiene tu misma edad, lo que significa, que anda con los deseos carnales más primitivos a flor de piel

Oh, no, Taehyung

Cállate, cierra la boca y no digas nada

– ¡Taehyung!

Gritó en advertencia la mujer desde su lugar, pero para infortunio de está siendo pasada de largo por el nombrado, debido a que esté en estos momentos se encontraba desconectado de la realidad al estar centrado exclusivamente en aquel omega que daba todo de sí para no echarse a llorar o girar el rostro rendido al no saber cómo debatir directamente contra lo expuesto por su mayor.

Taehyung debía calmarse

Debía de... pero no podía, no ahora

Por ello, y ante la burbujeante ira que recorría su sangre, ahora sí, dejó de contenerse con su pensar, otorgándose aquella libertad para soltar todo lo que tenía para decir... aún si lo que diría llegaba a ser cruel para más de una persona que lograba escucharlo.

Las verdades duelen

– Te diré algo, Sunno. Ese miserable puberto que defiendes con tanto esmero de mi – inició, el tono borde tintando su habladuría – Todo lo que queda de este año y parte del próximo, estará pensando más con la cabeza de abajo que con la de arriba, sí, esa es la realidad. Ese mismo miserable que te anda jurando desvergonzadamente amor ¡muy por seguro! debió de haber utilizado ¡tu imagen! para sus morbosos deseos ¡en más de una ocasión! ¿¡Sabes, cómo lo sé!?

Preguntó sarcástico, no deteniéndose aun cuando escuchó con claridad como la silla de su madre fue arrastrada al estar anunciando que se aproximaba, mientras que le pedía a viva voz no continuar, peticiones que Taehyung ignoró.

– ¡Porque la mente de un alfa funciona así, triste realidad, ¿no?! Nosotros luego de pasar nuestro primer celo, no buscamos esas ridiculeces del amor, Sunno, ¡que estupidez más grande! Nosotros no funcionamos como los omegas, mientras ustedes sueñan en cortejo y un amor eterno y sincero, para nosotros la mente nos vuela en otro objetivo que has de suponerte muy bien, ¡claro que lo haces!... ¡Esa es nuestra cruda realidad! ¡Una realidad que no podemos contener por instinto! ¡Cuántas veces me he cansado de escucharlo! ¡Cuántas veces he escuchado a amigos alardear el estar utilizando a sus omegas! ¡Cuántas veces he tenido que soportar la grosera manera de expresarse de los alfas hacia los omegas como simples objetos sexuales! ¡No te haces ni una mísera idea al seguir viviendo en un mundo tan fantasioso!

– ¡Kim Taehyung!

Otro grito acompañado esta vez de las fuertes pisadas del tacón aguja de su madre intentando corromper el enfrentamiento, mismo que actualmente había cambiado drásticamente los papeles, dejando al alfa hecho una furia y al omega en un total silencio haciéndose cada vez más pequeño cuando su hermano recortaba la distancia entre ambos y su voz se iba tornando más tétrica.

Debía detenerse...

– Deja de ser tan ingenuo – su índice y pulgar sosteniendo el mentón del menor quien temblaba asustadizo – A esa edad los alfas jamás amamos, ¡jamás lo hemos hecho! y es hora que empieces a entenderlo o te lastimarán de la forma más cruel posible. ¿Por qué crees que existen tantos omegas a tan corta edad en cinta? ¿Por gusto?... No, no deseo eso para ti. Sería cruel contigo si te dejo ir con él sabiendo como pensamos

– Él me ama... – murmuró cerrándose en su pensar el omega, sus lágrimas ya recorriendo sus pomposas mejillas – Él me juro amor, yo creo en él

Mierda

La quijada de Taehyung tensándose, la ira burbujeante que intentó contener todo este tiempo volviendo a resurgir cuando logró descubrir cómo aquel sujeto fue capaz de lavarle tan descaradamente la mente a su hermano, quien aún, luego de todo lo confesado por él al revelarle la cruda realidad que cada uno de su casta pasaba, lo seguía defendiendo.

Lo mataría

Jura que lo mataría

– Él no te ama – susurró con voz ronca Taehyung, sus dígitos sin darse cuenta empezando a ejercer presión en aquel delicado rostro bajo su tacto, lo cual causó que el afectado torciera ante el dolor sus facciones – Él se quiere aprovechar de tu inocencia. ¡Entiéndelo de una jodida vez, Sunno!

Escúchalo...

Por favor, escúchalo

– Suéltame, me haces daño... – pidió entre llantos el menor, sus manos yendo con apuro a la palma acanelada del alfa que lo apresaba, intentando con todas sus fuerzas apartarla cuando con el pasar de los segundos se intensificaba el ardor en su piel – Suéltame... – rogó, esperanzado que su mayor lo escuchara y acabara con esto, lamentablemente, no fue así y al ver que no tenía escapatoria, su lobo ante el temor tomando control de él – ¡Ya suéltame, Taehyung!

¿Y alguna vez han experimentado en carne propia aquel inexplicable sentir de estar siendo lastimado por alguien que debería protegerte?

Aquel desdichado sentir que te corrompe cruelmente el corazón de una manera tan brutal al ser conocedor que la persona que cotidianamente, aunque te molestara, era el primero en estar para ti y que ahora estaba infringiéndote dolor... aquella misma persona que desde que te vio por primera vez entre la inocencia de sus palabras te prometió estar para ti... aquella persona que daba todo por defenderte, no importara de quién en realidad, de mayores o menores ¿qué más daba? siempre estaba ahí siendo aquel escudo que necesitabas... aquella misma persona que se había encargado de inculcarte que era tu lugar seguro y siempre te extendería una mano...

Dolía

Aquella persona era Taehyung para Sunno... aquella persona que desde que lo conoció por primera vez se encargó de protegerlo de todos, al según esté, no agradarle verlo llorar... aquella persona que si bien era bromista y fastidioso era capaz de irse de golpes o insultos con alguien que lo hiciera sentir mal... aquel mismo alfa que hoy se encontraba frente a él... aquel que cambió mucho desde su presentación en aquella desdichada casta, la cual si bien lo hacía privilegiado, lo hizo encerrarse tras enormes muros al ser educado de manera más rigurosa por su madre.

Y Sunno deseaba tanto que el tiempo retrocediera y trajera de vuelta a aquel niño de sonrisa cuadrada que aunque estuviera totalmente golpeado por defenderlo, aun así tenía fuerza para tomarlo de la mano y llevárselo consigo... aquel mismo niño que saltaba de un lado a otro y no aquel alto alfa que no tan solo cambió físicamente de golpe, sino que su comportamiento y forma de pensar igual lo hizo... aquel niño que fue obligado a ser alfa... aquel que años pasados, jamás se había atrevido a ponerle una mano encima, pero que hoy al verse cegado por su instinto, su rostro estaba pagando las consecuencias de su inestabilidad al aún no controlar bien a su lobo.

Tenía miedo

Por primera vez, tuvo miedo de él...

Y fue aquel mismo sentir tan desconocedor, pero escalofriante, el cual lo llevó a apartar con extrema rudeza aquella firme palma que lo sostenía. Suceso que terminó turbando al mayor, quien al recaer por fin en sus acciones abrió incrédulo ambos pares de ojos, siendo inercia el de alejarse lo más que se le era posible del menor y de él aquella palma que oso tocar a la persona que se le había inculcado proteger.

¿Cómo pudo hacerle daño?

¿Cómo?

¡No me toques! – gritó alterado el omega, sus iris habiéndose tintado de un fuerte color esmeralda a la misma vez de que su aroma se agrió ante el miedo y furia... y todo hubiera terminado ahí, con ambos hermanos distanciados sin la necesidad de seguir escalando el problema... todo hubiera terminado... hubiera sido más sencillo... pero se volvió a cometer un grave error por una de las partes... y si antes fue el alfa quien lo ejecutó, ahora era el omega – ¡Te odio!

Bramó Sunno sin pensar mucho en las consecuencias de sus palabras, mucho menos cuando decidió aprovechar a su favor el desconcierto del alfa quien se estaba recriminando aún sus acciones, esté no esperándose en lo absoluto ser golpeado repetidas veces por una palma que iba dirigida hacia él con tanta brutalidad al desear herirlo, ante ello, no quedándole más de otra a Taehyung que cubrirse con sus brazos por inercia, acto que tan solo hizo enfurecer aún más al más bajito.

¡Te odio, siempre la arruinas todo! – siguió golpeando Sunno, el cual, entre su excesiva confianza, llegó a creer que tenía libre disponibilidad de seguir actuando sin medirse en lo absoluto, debido a que su mayor no mostraba ni la más insignificante intención de regresar la agresión, lo cual lo incentivo más, a este importándole tan poco cuando ahora su padre tomó lugar en la escena, el cual se quedó sorprendido ante lo que observaba – ¡Te odio tanto!

Respira...

Soporta... debes soportar

– Detente... – pidió en un bajo murmullo Taehyung, cuando algunos golpes llegaron a dolerle, aunque no lo demostrara tan abiertamente. Y si bien se encargó de pedir amablemente antes de actuar, pareciera que solo logró incentivar aún más a su hermano, lo que causó que su lobo rasgara en su interior al no agradarle ser tratado de aquella manera – Sunno, detente...

Por favor, soporta

No puedes... no puedes herirlo

Él... Tú no eres igual al resto de alfas

La respiración de Taehyung volviéndose tan irregular y pesada ante la batalla mental que estaba padeciendo consigo mismo, y si bien estaba dando todo de sí para controlarse, por desgracia de todos... el omega estaba cegado, lo cual complicaba todo.

¡Ojalá jamás hubiéramos sido hermanos!

– ¡Sunno! – gritó el padre, esté muy a diferencia de su mujer, quien se había quedado petrificada al no saber cómo reaccionar, se fue acercando con rapidez hacia sus hijos, preocupándole cuando logró ver atisbos de esmeralda en los ojos del alfa que a simple vista se notaba que estaba dando todo de sí para no cometer una locura – ¡Sunno, detente ahora mismo!

Respira

¡Hazlo!

¡¿Por qué no te mueres y me dejas en paz?!

Todo se fue al diablo

Taehyung para este momento, perdiéndose por completo en la inconsciencia cuando un golpe llegó darle directamente en el rostro, golpe que ocasionó que sus facciones se tensaran, su aroma agriara y sus ojos se encendieran en un fuerte esmeralda, suceso que hizo palidecer al hombre mayor que temió al saber que no iba a poder llegar a tiempo.

– ¡Taehyung, no lo hagas!

Lastimosamente, ya era muy tarde

¡Te dije que te detengas, maldita sea! – rugió enfurecido el adolescente

Esté terminando por echar por la borda su auto control, empujando sin medir su fuerza ante el enojo aquel cuerpo que lo había arrinconado y agredido por largos segundos. Mismo cuerpo que al no esperarse aquella violenta reacción, tan solo le quedó el recibir el fuerte impacto de aquellos brazos contra su fisionomía, los cuales ante la grotesca brutalidad utilizada lo hicieron perder estabilidad al ser lanzado, obligándolo a pactar distancia de manera forzosa.

Por su parte, Sunno sintiendo como su corazón se iba deteniendo al saber que no podía hacer nada más que esperar a recibir el golpe contra el duro mármol, esto mientras su mirada seguía clavada en el rostro deformado en ira de su mayor, el cual desconoció en su totalidad. Y como si ello no hubiera sido suficiente, para aumentar su desgracia como castigo de sus acciones, al destino pareciéndole adecuado no ser precisamente mármol en lo que iba a aterrizar.

Y lo descubrió de la peor manera

El fuerte impacto de un cuerpo estrellándose contra la mesa de centro de aquel salón dejando helados a ambos padres, quienes observaron pasmados con el corazón en la boca como el delicado cuerpo de su menor hijo caía sobre aquel mueble, el cual, al ser de cristal, terminó quebrándose ante el peso extra para ahora dejar al omega golpearse contra el suelo bajo los sinfines de cristales bajo suyo, siendo notorio el pequeño hilo rojo que se desprendió de su delicado rostro.

– ¡Sunno!

Nombró con pavor el hombre mayor, este cambiando de dirección tan drásticamente para ahora dirigirse al herido, cayendo de rodillas frente al omega quien se sostenía la cabeza turbado por el golpe, mismo que palideció y se soltó en llanto al ver sangre en su palma, siendo rápidamente consolado por su padre quien lo terminó alzando en brazos, mientras lo arrullaba prometiéndole el sanar.

Por otro lado y al prevalecer aquel fuerte llanto en el living, Taehyung perdiendo tan repentinamente el color esmeralda de sus ojos al reconocer lo que había causado entre su inconsciencia al darle pase libre a su lobo, su corazón estrujándose en su pecho al ser consciente de sus acciones que, ahora sí, habían sobrepasado el límite que se había impuesto él mismo cuando conoció lo que podía suceder si no se contenía, llegando a odiarse tanto a sí mismo que sus ojos se llenaron de cristalinas lágrimas al no saber qué hacer luego de haberla jodido.

– Yo no quise... – murmuró asustado, sus pasos yendo en retroceso al dejarse consumir por el miedo hacia su propia persona, lo que causó que no fuera capaz de escuchar como su padre le pedía tranquilizarse – Yo no quise...

Perdón

Quiso decir con todas sus fuerzas y desde lo más profundo de su ser al sentirse tan arrepentido y avergonzado, por desgracia, no teniendo la fortuna de poder espetarlo cuando se lo propuso, todo gracias a que una fuerte palma impactó con tanta firmeza contra su mejilla, la cual lo hizo girar el rostro ante la brutalidad del golpe, este acto tan solo causando que el odio a su persona incrementara y sus ojos se cristalizaran a un punto que ya no podía seguir conteniendo las gruesas lágrimas.

Perdón...

– ¡Te atreviste a golpear a tu hermano! – gritó enfurecida la mujer en su delante, misma que al ver que Taehyung dio atisbos de alzar el rostro para explicarse, no dudo en volver a golpearlo con mayor fuerza aun cuando su esposo le gritó que se detuviera – ¡Te atreviste a tocar a un omega!

– Mamá...

Susurró casi inaudible Taehyung desde su lugar, no atreviéndose en realidad a nuevamente volver a alzar su rostro magullado, no cuando sus lágrimas ya se encontraban bañando sus mejillas y la mujer en su delante al parecer no deseaba ni tan siquiera observarle la cara o escuchar su voz luego de lo que había hecho.

Perdón...

– ¡No te atrevas a llamarme así! – contestó exaltada la mujer, su palma estrellándose esta vez en el brazo del más alto quien no se opuso a la paliza, tan solo encargándose de dejar su cabeza agachada – ¡No cuando tiraste por la borda todos los valores que te inculque!

– Perdón... – fue capaz de articular entre hipidos, su cuerpo y mente sintiéndose tan deteriorados, cayendo de rodillas frente a la mujer que le dio la vida, misma que no se conmovió en verlo en aquel deplorable estado – Lo siento tanto...

– Ya es muy tarde para eso

(...)

03:10 a.m.

– ¡Sunno! – el altivo llamado en desesperación resonando por todo el sector donde se encontraba en aquel gigantesco parque, su pecho oprimiéndose al haber traído de vuelta aquel recuerdo de hace unas horas atrás, obligándolo a detenerse de golpe cuando no fue capaz de soportarlo – ¡Sunno!

Volvió a nombrar hasta que sus cuerdas vocales ardieron, llegando a ser tanta su desesperación que aún con el malestar en su pecho siguió corriendo hacia donde sus pies lo llevaran y al no poder contar por el momento con la visión, ante la pérdida momentánea de la misma, gracias a las lágrimas que se aglomeraban en su cuenca.

Y fue exactamente cuándo se propuso a limpiar las mismas con su antebrazo que terminó estrellándose sin querer con un alto hombre de aproximadamente treinta años que circulaba por la zona en dirección opuesta a la suya, ambos trastabillando ante el impacto que les tomó por sorpresa.

– ¡Discúlpeme! – habló primero Taehyung, dándose la vuelta para otorgar una corta reverencia hacia el adulto encapuchado que se cubría el área afectada sin mostrar atisbos de girar a encararlo, Taehyung suponiendo que esto se debía al estar recomponiéndose del aturdimiento – No lo vi, discúlpeme, señor

Nada...

Ni una palabra

Ante el desconcierto, Taehyung intentó acercarse preocupado al hombre que le daba la espalda al no estar recibiendo de su parte una respuesta, bien sea positiva o negativa, y estaba a nada de preguntarle si estaba bien, no obstante, siendo interrumpido por la zurda del desconocido que se alzó en señal de mantener distancia.

– No pasa nada, tranquilo – respondió amable a pesar de lo sucedido, los ojos del menor yendo directamente a las palmas del hombre que jalaba el borde de su chaqueta al buscar acomodarla, esto mientras volvía retomar su andar al parecer apurado... todo esto sin levantar la mirada – Solo ten más cuidado a la próxima vez. Debes estar pendiente del lugar por donde corres, muchacho

– Lo tendré...

Murmuró confundido Taehyung, al no esperarse aquella reacción tan sosa por parte de alguien mayor luego de recibir un golpe, sin embargo, aunque ello le causó inquietud su cerebro volviendo a recordarle la razón del por qué se hallaba en aquel lugar, y si bien antes aquella presencia le causó extrañeza cambió radicalmente su perspectiva al creer que podía servir de ayuda.

– ¡Disculpe! ¡Durante su recorrido, ¿no habrá visto a un omega pequeño en estatura, de cabellos rubios y piel canela?! – preguntó esperanzado el joven, sin darse cuenta empezando a recortar nuevamente la distancia con aquel sujeto que se detuvo de golpe ante lo escuchado – ¡Es mi hermano! Ando buscándolo por largas horas y me dijeron que este fue el último lugar donde lo vieron, ¿no lo habrá vist...

¿Y por qué creyó que iba a ser ayudado?

– No – cortó de forma rotunda el hombre, quien ni se dignó por cortesía a devolverle la mirada o girar a encararlo al estar más entretenido de observar lo que fuera que estuviera en su delante – Perdona, quise decir, por desgracia, no. Solo salí a dar una caminata nocturna y por el sendero no he visto a nadie más que a ti

¿Con qué así era?

– Oh... – el pesar volviendo de repente en el joven alfa, quien dejó caer los hombros de golpe ante la desilusión – Igualmente, gracias por su ayuda y disculpe el incidente

– No hay de qué – espetó este, y antes de marcharse como lo tenía planeado desde que se cruzó con aquel muchacho de melena rubia, decidiendo por simple morbo jugar un rato con el chiquillo, mismo que retrocedió un paso cuando el desconocido giró levemente el rostro, dejando al descubierto una parte insignificante de su rostro, pero siendo la suficiente para perturbarlo ante la siniestra sonrisa que intentaba hacerse pasar como muestra de apoyo – Suerte

Y antes de lo que Taehyung pudiera reaccionar a lo último espetado su cerebro bloqueándose por completo ante el horror, no siendo ni capaz de emitir el más insignificante vocablo ante el repentino terror que lo agobió o tan siquiera analizar con mayor detalle la situación, no pudo hacer nada... tan solo quedarse observando aquella extraña silueta misteriosa que con el pasar del tiempo se hizo cada vez más pequeña hasta el punto de desaparecer al haber abandonado el parque.

¿Qué diablos fue eso?

Se cuestionó, su mirada recayendo a sus pies al estar trayendo de vuelta los cortos minutos donde cruzó palabras con aquel sujeto que mientras más recordaba lograba helarle la sangre sin razón aparente, y lo hubiera seguido cuestionando al desear darle un motivo coherente a su pensar, pero para su desdichada suerte, no gozando de poder darle respuesta a sus interrogantes, no cuando un fuerte grito se robó toda su atención.

– ¡Ayuda!

Taehyung abriendo de par en par sus ojos incrédulo por haber escuchado aquella voz resonar entre la oscuridad de la noche, misma que si bien no conocía le regresó las esperanzas al reconocerse que el emisor era alguien joven.

Por ende y no deseando demorar mucho más con interrogantes triviales y sin sentido, sus pies empezando a girar en su propio eje al buscar ansioso de donde nacía aquellos incesantes llamados y bastó tan solo un pequeño presentimiento de su parte, para salir corriendo con todas sus fuerzas hacia aquella entrecortada voz llorosa que clamaba por auxilio entre la vegetación.

¿Por qué precisamente ese lugar?

¿Por qué donde no había ni una insignificante luz?

¿Por qué, Diosa?

Pero aún con sus múltiples interrogantes no se detuvo, esquivando con prisa un sinfín de árboles, arbustos o baches características de aquella área cercada donde el ingreso para el público en general era prohibido y él había ignorado para llegar a su destino al hacerse más notorios los llamados con cada metro recortado.

Destino, el cual nadie, en aquella corta edad, estaba psicológicamente preparado para recibir como primera impresión un cuerpo cruelmente herido de gravedad... mucho menos si aquella persona que se encontraba herida compartía parentesco directo contigo... peor aún... el pesar incrementando cuando el que lo encontró precisamente era un adolescente que hace no muchas horas atrás estaba mentalmente destruido y esto solo logró derrumbar el mundo sobre sus hombros.

– ¡Sunno! – llamó horrorizado Taehyung cuando a la lejanía se encontró con el cuerpo inerte de su hermano sobre el verde pasto sin signos vitales notorios, no dudando en tirarse junto a este mientras se llevaba ambas palmas a la cabeza negando a lo de su delante – ¡Sunno!

Taehyung no teniendo ni el valor de tocarlo, no cuando observó gracias a la luz de la luna la gran lesión en su cuello la cual brotaba excesiva sangre, las múltiples marcas de dientes por su cuerpo y los hematomas... estos dejándose apreciar por la vestimenta mal colocada o rasgada, lo cual solo ocasionó una enorme culpabilidad en el recién llegado que lloraba sin cesar.

¿Qué le habían hecho?...

El muchacho quien se encontraba al otro costado del omega herido levantándose entre llamativos tambaleos al sentirse aliviado de que un conocido del menor había llegado para auxiliarlos, lastimosamente para su desgracia muy poco durándole la tranquilidad, ya que no se esperó como este se levantó de golpe impactando su puño contra su rostro, lo cual lo regresó al lugar donde antes se había levantado, seguido a ello un pesado cuerpo tirándosele encima impidiéndole el escapar.

¡¿Qué le hiciste?! – rugió feroz Taehyung, sus puños volviendo a golpear sin intervalos de por medio al alfa bajo él que se cubrió el rostro, pero en realidad no sirviendo de mucho, ya que aun así el mayor fue capaz de golpearlo de manera exitosa hasta que sus nudillos se rasgarán y la cara bajo él empezará a brotar sangre – ¡¿Qué le hiciste a mi hermano, bastardo?!

Estaba hecho una furia

Las palmas de Taehyung agarrando con firmeza el borde del cuello de la camiseta del contrario, dejando ambos rostros tan cerca, pero tan cerca que el menor fue capaz de admirar cada porcentaje de aquellas facciones deformadas ante el enojo y dolor, aquellos filosos ojos esmeraldas que soltaban gruesas lágrimas y si esto no fuera suficiente, aquellos puntiagudos colmillos que se asomaban, todo esto logrando helarle la sangre.

– Yo... ¡Yo no hice nada, lo juro! – lloriqueó este, sus manos cubriendo nuevamente su rostro en un reflejo cuando Taehyung mostró atisbos de volver a golpearlo – ¡Ese hombre nos atacó!

¿Qué dijo?

¿¡Qué hombre!? – preguntó entre rugidos Taehyung, terminando por zarandear encolerizado al contrario al haber perdido la poca paciencia que aún poseía ante su silencio, como si no quisiera delatar al causante de todo ese daño – ¡Respóndeme!

– ¡No lo vi! – confesó altivo, mientras su cuerpo temblaba de miedo al no querer salir más herido – ¡No le vi el rostro, lo juro! ¡Me dijo que si lo miraba me mataría!

Esto no podía ser verdad...

Ante lo escuchado Taehyung girando con horror a observar nuevamente el cuerpo inerte y casi desnudo de su hermano, no siendo un genio para saber que había tenido que padecer este durante los minutos o horas que lo habían tenido bajo su poder de la manera más inhumana posible... y era irreal... Sunno tuvo que vivir un infierno en carne propia, mientras que el chiquillo llorón no había hecho ni el más insignificante atisbo para impedir la acción más repugnante y grotesca, no siendo difícil el deducirlo al haberlo encontrado en un perfecto estado, muy a diferencia del contrario que luchaba en vivir.

Dejaste que le hiciera esto...

Se sentía hervir de rabia

– ¡No tuve opción! – el fuerte llanto tan solo causando el resurgir de la ira en el mayor que tensaba cada músculo de su cuerpo – ¡Me amenazó con un arma! ¡Era yo o é...

¡Cállate!

El más joven no teniendo ni oportunidad de terminar su habla cuando un desgarrador grito abandono sus labios, gracias a que sus oscuros cabellos fueron capturados y removidos con tanta brutalidad que lo hizo guardar silencio ante la barbaridad que iba a espetar frente al familiar de la víctima.

Te hubieras muerto tú – el bajo y rasposo tono por parte de Taehyung haciendo tiritar al contrario – Si osaste en quererlo apartar de mi cuidado... hubieras dado tu vida por él, maldito cobarde – el mayor soltando con asco y agresividad aquellos mechones que sostenía, esto causando que el menor se golpeara contra el verde pasto bajo ellos – Lárgate antes que te mate yo mismo, y te aseguro que yo no necesitare un arma para hacerlo

Y no hace falta ni tan siquiera recalcar como a los cortos segundos el amenazado entre graciosos tambaleos logró levantarse del pasto para luego salir corriendo despavorido del alcance del hermano del omega, abandonando nuevamente sin remordimiento en el transcurso al supuesto omega que juró amor eterno de manera tan desvergonzada días pasados y que hoy yacía entre la vida y la muerte por su culpa.

– Sunno... – llamó esta vez con voz suave Taehyung, el verde en sus iris extinguiéndose, mientras gateaba hasta volver junto al débil cuerpo que respiraba tan lentamente y de manera costosa – Pequeño...

¿Ese apodo?

Sunno abriendo con dificultad sus preciosos ojos hinchados de tanto llorar, mismos que al recaer en su hermano mayor volvieron a cristalizarse, y tan solo dejando en libertad su sentir cuando una palma acarició con total cuidado su moflete lastimado y seguido a ello, el pequeño parche que aún descansaba en su frente que había sido colocado horas atrás por el padre de ambos. Y fue inevitable para el omega no apegarse a aquel tacto que reconoció, llorando con mayor fuerza cuando las lágrimas de Taehyung lo acompañaron al caer contra su rostro.

– Perdón... – pidió en un murmullo Sunno, su diestra ensangrentada yendo con dificultad a sostener la palma del alfa quien se encontraba hecho un diluvio al escuchar lo que era espetado con tantos intervalos de por medio – Perdón...

– Shh – calló entre llantos Taehyung, esté forzándose a formar una sonrisa para tranquilizar al menor que poco a poco cerraba sus ojos ante el cansancio – Después tendremos tiempo de hablar de eso, ahora debo llevarte a un hospital, ¿de acuerdo? Te pondrás bien, te lo prometo. Buscaré al infeliz que te hizo esto

– Perdón...

Volvió a murmurar un poco más estable el herido aun cuando el simple habla causaba un dolor insoportable, pero no quería irse sin disculparse, no quería irse y dejar a su mayor con una culpa que no le correspondía, por ello y con todo el malestar, llevando su palma a entrelazarse con la de su hermano, haciendo énfasis en aquel agarre que sorprendió a Taehyung, pero no dudo en corresponder el gesto.

– Perdóname

Su última petición...

– Sunno... – llamó preocupado Taehyung, cuando un escalofrío lo invadió ante la débil respiración de su hermano, entre su desesperación alzando levemente aquel cuerpo para pegar la cabeza opuesta contra su pecho, dando pequeñas palmaditas en la mejilla de este cuando sus párpados fueron cayendo y el agarre entre ambas palmas perdiendo fuerza – ¡Sunno!

– ¡Taehyung!

Se escuchó el grito de sus padres y otras personas venir hacia él, lastimosamente, para este momento Taehyung no tenía mente más que para observar cómo la respiración de su hermano se volvió casi imperceptible.

No, por favor

– No. No. No... – pidió entre llantos, su estabilidad mental perdiéndose cuando una pequeña sonrisa se posó en los labios del menor... la última sonrisa que vería de aquel ser con el que compartió momentos divertidos como peleas ridículas desde uso de razón – Sunno, no. No me hagas esto. No lo hagas, por favor...

– Te quiero

Su última muestra de amor...

Con ello último mencionado junto a su bellísima sonrisa, la palma del omega cayendo de golpe a la misma vez donde otorgó su último respiro en aquel mundo, momento preciso que hizo gritar de horror al alfa quien observó en primera persona cómo aquellos ojos con poca vitalidad se cerraron de manera definitiva, como sus comisuras cayeron, como su característico aroma a rosas era llevado con el viento... como su corazón dejó de latir para siempre.

– ¡Sunno! – llamó entre plegarias, raspándose en el proceso las ya gastadas cuerdas vocales, pero no importaba cuanto gritara... aquel cuerpo ya no reaccionaba y fue puro instinto el ocultar su rostro en aquellos cabellos rubios y pegar con mayor énfasis aquella esbelta figura deteriorada a su pecho rogándole el regresar – ¡Papá!

Cuatro años atrás:

– ¡Taehyung!

El alfa de tan solo veintidós años parpadeando incrédulo cuando aquella conocida y tierna voz rompió el sepulcral silencio en su área laboral, siendo innato de su parte que su mirada terminara dirigiéndose hacia la bonita joven de largos y sedosos cabellos castaños que corría hacia su dirección con una enorme sonrisa y mejillas encendidas en un lindo rosáceo.

Oh, esto sí que no se lo esperaba

– ¿Suji? – nombró confundido Taehyung, no oponiéndose en lo absoluto cuando aquellos delgados brazos de tez blanquecina envolvieron con tantita fuerza su cintura, mientras que la pequeña cabeza se recostó en su pecho – Pero ¿qué haces aquí? ¿viniste sola? – interrogó preocupado, inspeccionándola con rapidez ante una posible lesión, tranquilizándose cuando no encontró nada fuera de lo común – Son las dos de la madrugada, Suji

Por su parte, la bonita omega ronroneando encantada cuando su melena fue acariciada por la palma acanelada de su alfa, y si creía que ahí acabaría todo, estaba totalmente equivocada, porque su corazón inició un bombeo desenfrenado al sentir como Taehyung correspondió su abrazo dejando tiernas caricias en su esbelta espalda.

Siendo tan delicado como siempre

– Vine con papá – le confesó como si aquello fuera la cosa más usual para ella – Me enteré que había surgido un inconveniente en la sede y que tú seguías trabajando, así que pensé ¿por qué no venir a verte?

Oh

Una baja risa abandonando los labios del alfa, esto mientras que negaba divertido a lo recién escuchado, dándole tanta gracia el saber que esta no era la primera vez que su omega cometía tales locuras al desear tener tiempo juntos, suceso que le calentó el corazón, llegando a ser tan pegajosa su risa que contagió a la joven.

– Nos podemos meter en problemas – exclamó lo obvio el pelirrubio, al volverle a recalcar lo que habían conversado desde la primera vez que decidieron darse una oportunidad, y no supo porque aún se seguía sorprendiendo cuando esta negaba tan sonriente restándole importancia al asunto – Lo sabes

– Mi papá es el jefe de esta sede, no pueden decirme absolutamente nada, Taehyung – declaró con egocentrismo aun cuando sus facciones irradiaban ternura, no obstante, ello quedando en un segundo plano cuando su índice pinchó el pectoral del alfa – Por ende, a ti tampoco

Otra vez con ello...

– Ya hemos hablado de esto, Suji

Espetó Taehyung en un suave suspirar rendido, no agradándole en lo absoluto que su pareja, hasta estos momentos, no comprendiera que temas con respecto a esto en particular, sí bien ella lo hacía de la manera más sincera posible, podía perjudicarle demasiado a él en un futuro.

– Lo sé. Lo sé – repitió la mujer moviendo ambas palmas para restar importancia al asunto, claro está, aún sin despegarse del alfa que la envolvía entre sus fuertes brazos – No te debo dar privilegios, lo sé. Dejare de hacerlo, lo prometo

¿Cuántas veces ya venía prometiéndolo?

– Gracias – espetó sincero Taehyung, su índice tocando con cariño la punta de la respingada nariz de la omega, quien arrugó de manera tierna el área tocada – Siempre apreciaré lo que haces por mí, pero en el centro laboral no podemos, por favor, recuérdalo

Un tierno y ofendido puchero formándose en los labios de la mujer, esté tan solo causando que la mirada del alfa se suavizara al encantarle tanto admirar la belleza de su pareja en cualquiera de sus emociones, llegando a tener una pequeña obsesión culposa ante los marcados pucheros que esta realizaba al no obtener algo de lo que deseaba.

Era bonita

Tan bonita como una bella flor de primavera

– Pero yo quiero hacerlo, por ti – protestó, su planta del pie golpeando de manera llamativa el piso bajo ella, lo cual causó que el más alto arqueara su poblada ceja ante su comportar – No me agrada ver como tu superior te grita y explota con carga extra. ¡Es cruel!

– Es mi trabajo, Suji – enfatizó, su mentón reposándose sobre la cabeza de la joven liberando sutilmente su aroma a cafeína para tranquilizarla, lográndolo – Además, no hay que verlo solo por el lado negativo, que me deleguen más labores me hace adquirir mayor experiencia. Eso es bueno, ¿no crees? no te enfurezcas por este tipo de cosas

Suji guardando silencio por un corto lapso de tiempo al analizar lo dicho, por el contrario, que, si bien tenía un punto a su favor, ella no podía ignorar o dejar pasar por completo en las condiciones laborales que se encontraba este último hace ya bastantes meses, no obstante, y si bien deseo contradecir se dejó ser esta vez cuando el varonil aroma de Taehyung la envolvió.

– Eres muy bueno con la gente... me encanta, pero hay personas que no lo merecen

Oh...

Una melancólica sonrisa posándose en los labios del alfa, a este sin buscarlo en realidad, viniéndosele de repente un recuerdo agrio del momento exacto donde su mundo se quebrantó y lo obligó a cambiar de manera rotunda su manera de pensar y actuar... todo para no volver a ser el causante del dolor de una persona importante para él.

– Y tú eres demasiado bonita y tierna para trasnocharte por mi – contestó al intentar cambiar de tema, el alfa llevando los mechones rebeldes de la omega tras su oreja, mientras que ambos se encargaban de conectar miradas – En unas horas tienes trabajo, es mejor que regreses a dormir

Aconsejó sonriente, mientras que sus dedos acariciaban la tersa piel a su alcance causando el llamativo ronroneo de la halagada, misma quien negó decidida ante la oferta que se le estaba dando, haciendo suspirar divertido al más alto.

– No me importa – confesó sin pena, está alzándose en puntillas para dejar un casto beso sobre los labios del alfa, quien sonrió encantado ante el pequeño encuentro – Yo recargo energía contigo

Oh

– ¿Ahora soy una máquina de energía?

Inquirió con gracia, dando todo de sí para contener la carcajada que le causó observar ver a la omega asentir frenética sin pena de por medio, Taehyung dejándose ser cuando delgados brazos envolvieron su cuello, y fue pura inercia afianzar su agarre en aquella pequeña cintura a su disposición.

– ¡Si! Mi propia máquina de energía

Ahora sí, una sonora y grave risotada invadiendo aquella oficina por parte del alfa, mismo quien ya no pudo contener el impulso que gobernó su cordura, dejando ir sus labios como respuesta inmediata a parar en la frente de la joven, quien cerró ambos ojos al desear disfrutar de la cálida sensación que los envolvía.

– Eres tan linda

(...)

Meses después:

– ¡¿Qué mierda significa esto, Kim?! – rugió enfurecido el alfa de mayor jerarquía, esté lanzando con desprecio la pila de papeles hacia Taehyung, quien se encontraba con la cabeza agachada recibiendo el impacto, esto mientras protegía a la joven a sus espaldas que observaba toda la escena enfurecida – ¡Esto es una porquería! ¡Deja de perder el tiempo y vuelve al trabajo!

– ¿¡Qué cree que está haciendo!? – exclamó la omega, sin pensarlo demasiado saliendo detrás de su pareja, quien palideció al verla enfrentando directamente al más viejo – ¡Está en su descanso, ¿qué no ve?!

Mierda

– No se meta, señorita – pidió serio el alfa de más alto rango, esté ni dignándose a observarla al seguir con la mirada fija en el hombre bajo su poder – Será la hija del Comandante, pero no puede decirme cómo corregir los errores de mis subordinados, así que le pido mantenerse al margen

– ¡Eres un!...

La rabia incesante gobernando el cuerpo de la mujer, sentir que se dejó vislumbrar ante el rojo vivo en sus delicadas facciones, y era tanto su enojo que sus nudillos se pintaron de un pálido blanco antes la presión de su puño, casi sobrepasando el límite al, por poco, faltarle el respeto a un oficial.

– ¡Suji! – llamó alto Taehyung, interrumpiendo aquello que pudo terminar muy mal para ambos, más para él en realidad. Su fuerte llamado ganándose con rapidez la atención de la misma, quien se le terminó cristalizando sus bonitos ojos cuando en lugar de encontrar enojo se halló con una leve sonrisa en el rostro del alfa todo despeinado al haber recibido el impacto del fajo de papeles, mismo quien le extendió la palma para que la tomara – Tranquila, no pasa nada. Termina de comer que yo iré a corregir mi error

No...

No podía seguir permitiendo esto

– Hablaré con mi padre – bramó terca la mujer, causando que tanto el joven como el mayor palidecieran cuando está retiró decidida de su cartera su dispositivo móvil, amenazando directamente al viejo alfa – Veremos si sigue con esa actitud petulante después de esto

Expuso sin temor lo que tenía para decir, Suji dándose media vuelta para ahora si caminar hacia su pareja y poderse ir juntos de aquella hostil oficina, y era buen plan, claro que sí, tan solo le faltó ser más atenta a sus alrededores, si lo hubiera hecho habría podido esquivar o detener la pesada palma que se proponía a herirla por la espalda, pero este acto jamás conllevándose y todo gracias a la rápida reacción del joven alfa quien detuvo al agresor justo a tiempo, mirando enfurecido al que era su jefe por jerarquía.

– A ella no le toca ni un mechón, Capitán Choe – espetó serio Taehyung sin soltar la mano ajena, esto mientras la joven que iba a ser víctima mirando incrédula lo que iba a suceder y fue instinto retroceder asustada hasta quedar refugiada en el pecho de su alfa – Conmigo puede hacer lo que desee, pero a ella no

¿Qué tenía planeado hacerle ese sujeto?...

El nombrado rugiendo enfurecido, importándole muy poco a este como la única omega presente terminó por cubrirse con sus palmas las orejas al turbarle a su lobo la voz de mando de otro individuo al no estar acostumbrada a estas, y la mayoría de veces... los alfas eran crueles...

– ¡Suéltame, Kim! – ordenó Choe, forcejeando con el menor quien no dio atisbos de ceder – ¡Esa miserable omega necesita una lección para que conozca su lugar!

¿Cómo la llamó?

– No lo volveré a repetir – la voz de Taehyung bajando una octava, cosa que hizo guardar silencio al mayor cuando atisbos de esmeralda bañaron los iris contrarios – Modere su vocabulario y actitud si se va a referir a ella

– ¿Qué diablos estás diciendo? – se mofó con tantito temor el mayor, recuperando su palma de un solo tirón cuando el joven así lo decidió, mismo joven que fue señalado de manera acusatoria por sus acciones – ¿¡Qué no se te olvide quien tiene el poder aquí para darte de baja, miserable!?

– Ese no eres tú, claro esta

Respondió una tercera voz quien tomó protagonismo en aquel lugar, tanto el Capitán como Taehyung quedándose petrificados en sus lugares cuando la imponente presencia del Coronel Ghim, jefe principal de aquella área, hizo acto de presencia en donde se estaba conllevando la discusión.

Y Taehyung se hubiera cuestionado como este tan siquiera llegó a tomarles relevancia al ser un hombre demasiado ocupado para perder el tiempo en algo tan banal como lo era el regaño de un superior a su subordinado, no obstante, este pensamiento cambiando tan radicalmente cuando fue capaz de fijarse tras este como una cabellera pelimarrón se asomaba sonriéndole animado, Seokjin al darse cuenta que tenía su atención alzando ambos pulgares en visto bueno para luego desaparecer.

Claro

– ¡Coronel!

Saludaron ambos oficiales en unísono, otorgando una marcada reverencia hacia el más viejo quien se acercaba con las facciones neutrales observando todos los papeles dispersados por el suelo, sin embargo, terminando por centrar su atención en la temerosa omega que reconoció a la primera vista y le regresó la mirada.

– Coronel Ghim, no sabía que hoy se encontraba por la sede – espetó nervioso Choe quien se forzaba a adquirir un temperamento amigable aun cuando en su interior estaba ardiendo en rabia – Me hubiera avisado para recibirlo como era debid...

Lamentablemente para este, siendo cruelmente interrumpido cuando el de más alto rango alzó su diestra extendida, con esta simple acción obligando el Capitán a guardar un silencio rotundo hasta que se le otorgará nuevamente aquel privilegio de volver a emitir vocablo, y fue recién ahí que el Coronel volvió a dirigir su mirada en la joven que ya lo observaba al haberlo reconocido.

– Señorita Suji, le pediré amablemente que se reúna con su padre – pidió amable este, no obstante, no esperándose que las comisuras de sus labios se alzaran ante la gracia de observar a la muchacha fruncir notoriamente su ceño, reacia a obedecerlo– Por favor

Oh

Por su parte, Taehyung al reconocer la amabilidad con la que fue tratada su pareja, dirigiendo de soslayo su mirada a la misma quien se encontraba dudando si era buena idea dejar a solas al alfa con aquellos sujetos que podían seguir denigrándolo a total disfrute, y claro que Taehyung se percató de su pensar.

– Anda – murmuró, mismo que atrajo con rapidez la atención de Suji quien alzó su rostro para conectar miradas con el alfa que le sonreía – Estaré bien, después iré a buscarte, te lo prometo

Y con esto prometido, no hizo falta esperarse mucho para observar cómo la omega se retiró con apuro del despacho, no sin antes dejar un casto beso en la mejilla del alfa haciéndole saber que lo estaría esperando, a los cortos segundos dejando solos al trío de alfas que decidieron guardar silencio hasta estar completamente a solas.

O eso fue hasta que aquel sujeto volvió a hablar

– Gracias a la Diosa que logró poner en su lugar a aquella desvergonzada omega, Coronel – halagó Choe, burlándose sin recato cuando las facciones de su subordinado se volvieron a tensar por la ira – Es hora de que conozca su lugar...

Lamentablemente, para este

No todos compartiendo su mismo pensar

– Que no se te olvide, Choe Dakho – interrumpió el mayor, su mirada borde haciendo callar abruptamente al sujeto – Que es la hija de tu superior, no está en ti el decidir si tratarla bien o no, aprende modales y deja esa arrogancia que te hace ver patético – aconsejó, logrando dejar sin habla, al contrario, más aún cuando con una venia de su cabeza señaló la salida – Ahora, lárgate, que vine a hablar a Kim, no contigo

¿Qué dijo?

En las facciones de Taehyung gobernando la sorpresa ante lo escuchado, intentando adivinar qué con exactitud quería hablar con él uno de los rangos más altos e importantes de la policía... con él... un simple teniente que aún le falta mucho para ser tomado como alguien importante.

– ¿Eh? – articuló turbado el Capitán Choe, soltando una risa nerviosa e incrédula, negándose de manera rotunda a creer lo que había escuchado – ¿Qué acaba de decir, Coronel?

– Lo que escuchaste – respondió sin más Ghim, su filosa mirada batallando contra la de su inferior que empuñaba ambas manos ante el enojo – Ah, y te voy adelante que desde hoy Kim Taehyung y Kim Seokjin pasan bajo mi mando y serán trasladados conmigo a la sede de la capital

De acuerdo...

Taehyung estaba demasiado feliz y sorprendido

– ¡Pero! – gritó enfurecido el contrario, esté señalando con su índice de manera descortés al alfa que formaba una fina línea en sus labios al intentar ocultar la gran sonrisa que deseo tanto mostrar ante la noticia – ¡No puede llevarse tan repentinamente a los mejores hombres de mi área, Coronel!

– ¿Y se supone que a ti debería pedirte permiso? – inquirió con arrogancia, cosa que dejó inmóvil al que estaba siendo denigrado – Pero si te hace sentir más tranquilo, te diré que esto no es algo espontáneo, ya llevó semanas planeando este traslado con tu Comandante, quien accedió a cederme a estos hombres, él avisarte solo es cortesía mía – la mirada del hombre ahora dirigiéndose hacia el joven que se había mantenido en silencio – ¿Nos vamos, Kim?

Y Taehyung hubiera respondido entusiasmado por todo lo que estaba viviendo en tan solo cortos minutos, quería saltar en un pie, literalmente, y lo haría si pudiera, pero no lo hizo al preferir guardar la compostura y las formalidades, más bien se decidió a otorgar una despampanante sonrisa rectangular en agradecimiento hacia el mayor que le estaba dando una oportunidad de oro y que él tan solo debía aceptarla a viva voz y lo hubiera hecho, jura que sí, si no fuera porque lo interrumpió una fuerte explosión que removió toda la sede y que los hizo perder el equilibrio ante el remezón violento de la onda expansiva que los terminó derrumbando junto a diversos muebles del despacho.

¿Qué diablos acaba de pasar?

Taehyung al corto tiempo levantándose con pesadez del frío y polvoriento suelo, su palma sosteniendo con fuerza su cabeza la cual pitaba en un sonido tan, pero tan agudo ante la pérdida auditiva momentánea, su mirada cayendo de manera instintiva en la puerta que fue abierta de golpe por un asustado Seokjin que tosía a viva voz por la gran nube negra que se había formado dentro de la instalación y al igual que él, se cubría una parte de la cabeza, la cual pudo apreciar brotaba una pequeña hilera de sangre.

– ¡Coronel Ghim, la banda Ssang Yon Pa acaba de explosionar la carceleta, liberando a su cabecilla! – dio a conocer el recién llegado, tras este dejándose ver cómo un sinfín de hombres uniformados corrían de un lado a otro con armas en mano – ¡Estamos siendo atacados por el frente!

Mierda

Taehyung levantándose con tantita dificultad del suelo al estar decidido al cómo dé lugar salir corriendo de aquella oficina para ir en busca de su pareja que seguramente se le debe haber tomado desprevenida aquel violento atentado, no obstante y aunque tenía claros sus objetivos, se vio impedido cuando una firme palma se posicionó en su hombro obligándolo a girar sobre sus talones para quedar frente a frente con el mayor de todos.

– Joven Kim, se por su historial que su eficiencia y destreza van más para el lado de campo que del administrativo – espetó con firmeza el Coronel, este haciéndole entrega de un arma de fuego a Taehyung, a quien sin desearlo le brillaron los ojos al volver a tener bajo su tacto una de estas luego de meses de estar sentado tras un escritorio – Así que, estás al mando

¿Qué?

– Coronel...

Intentó negarse el alfa, a este preocupándole de sobre manera que se le delegara una tarea tan importante como riesgosa al tener bajo su mando a un número excesivo de hombres que arriesgarían su vida ante una sola orden suya... un peso que a decir verdad... no deseaba tener, pero para su desdicha, siendo interrumpido cuando el hombre hizo caso omiso, afianzando el arma en su palma para que chocara ahora contra su pecho, dándole aquella seguridad que necesitaba.

– Demuéstrame que tome una buena decisión en elegirte, muchacho

Oh

– ¡Jefe Kim, necesitamos órdenes! – ánimo desde la lejanía Seokjin, sonriendo igual de nervioso que su amigo, quien giró a observarlo con los ojos asustadizos, pero como siempre... el omega sabía que decir para animarlo – Esto no es nuevo para ti, ¿no? Ya lo has hecho. Ya lo hemos hecho

Tiene razón

Ya lo habían hecho

– ¡Despliega al personal de campo hacia el frente para que respondan el ataque, los quiero a todos con escudo en mano para salvaguardar sus vidas! – ordenó con firmeza Taehyung, mientras avanzaba con seguridad, guardando el arma en su cinturón – ¡Que los de administración llamen a la sede más cercana por apoyo! ¡Los quiero auxiliando a los heridos, y los que aún recuerdan cómo cargar un arma que recorran la instalación para eliminar infiltrados!

Seokjin asintiendo conforme, pasándole el mensaje a un oficial que pasó por su costado, mismo hombre que escuchó la orden atento para terminar haciendo una venia para sus superiores y luego salir corriendo para hacer público el mensaje.

Ese era su Taehyung

No aquel que bajaba la cabeza ante órdenes injustas

– ¡Chicos! – llamó nuevamente el Coronel Ghim a ambos amigos, quienes detuvieron su andar al prestarle atención al de mayor rango, el cual les sonreía orgulloso – ¡Mi segundo al mano junto a su mano derecha deben ir a la cabeza del escuadrón comandando, recuerden ello!

Los nombrados asintiendo efusivos ante el mandato para luego irse corriendo junto a los demás oficiales que empezaron a desplazarse con arma y escudo en mano portando con el característico chaleco antibalas.

Había hecho una buena elección con esos dos

(...)

– Salió mejor de lo que esperábamos, ¿no crees? – reconoció sonriente Seokjin al colocarse junto a su menor chocando puños victoriosos luego de las largas horas de estrés que habían transcurrido – Por un momento pensé que íbamos a morir

Confesó divertido, alzando ambos brazos hacia el extenso cielo al desear estirar sus tensos músculos que tronaron ante el movimiento, consiguiendo de él el llamativo jadeo en satisfacción al sentirse más ligero que segundos atrás.

– ¿Has tenido noticias de Suji, hyung? – preguntó Taehyung hacia su mayor, mientras observaba ansioso todo el lugar donde se había llevado el enfrentamiento, ahora tan solo siendo un lugar polvoriento donde se encontraban múltiples cuerpos sin vida de la banda enemiga y otros tantos siendo esposados para ser trasladados por los oficiales – Me dijeron que estaba con el Comandante Park, pero hasta el momento no los encuentro

– Tranquilo, está con su padre, Taehyung. Debe estar bien – aseguró Seokjin, ya que al igual que su amigo, también se le avisó el mismo mensaje – Más bien, anda que te examinen esa herida – señaló, no pasándole desapercibido como el uniforme del alfa, precisamente en su manga, se encontraba tintado en rojo vivo con el característico hoyo al haber ingresado un proyectil – Se ve horrible

– Luego – respondió este, su mirada cayendo en aquella lesión, pero restándole tanta importancia al, según él, solo ser una herida superficial al haber rozado la bala – Primero quiero asegurarme que...

– ¡Taehyung!

Oh

Aquel característico llamado devolviéndole la energía y vitalidad al susodicho, esté terminándose de levantar como resorte de la pared que estaba sirviendo como apoyo para ambos amigos, y fue inevitable que una bella sonrisa no se posara sobre los labios de Taehyung, mismo quien no dudó en dirigirse con prisa hacia la bonita omega que corría hacia él.

Y estaba tranquilo... tan tranquilo y feliz de verla tan bonita como la última vez que la dejó, sin un solo rasguño o hematoma en su delicada piel de porcelana... estando ilesa e intacta al haber sido protegida con esmero por el hombre que la engendró y que caminaba tras ella al resguardarla, mientras se encontraba hablando con el Coronel Ghim.

Y Taehyung estaba tan feliz de verla, tan feliz que aceleró sus pasos para poder reunirse nuevamente con ella cuando la joven también lo hizo hasta dejar de estar bajo el cuidado de su padre, pero por desgracia de ambos jóvenes, como de todos los presentes, no esperándose que un hombre que se había camuflado entre los muertos se levantara de repente con cuchillo en mano para tomar desprevenida a la omega cuando cruzó por su lado, misma que gritó adolorida cuando sus sedosos cabellos fueron presos por una pesada y desagradable palma y su cuello ser raspado por el filo de algo punzante.

– ¡Suji!

Gritó con horror el padre de la muchacha, este simple acto causando que todos los oficiales retiraran el arma de sus estuches para alzarlos contra el hombre que se escudaba tras la rehén, impidiéndole a cualquiera herirlo sin antes dañar a la mujer.

– ¡Suéltala! – rugió furioso Taehyung desde su posición, avanzando con sutileza sin apartar su vista del blanco, el cual era el rostro que se agachó para ocultarse tras la omega – ¡Te he ordenado que la sueltes!

– ¡Das un paso más y le rajó el cuello! – amenazó el delincuente, haciendo mayor énfasis en el arma, acto que originó que un nuevo alarido de dolor se escapara entre los labios de la joven – ¡Bajen sus armas!

Mierda

A Taehyung atascándosele el aire en sus pulmones ante el pavor, su mirada escaneando con horror la escena en su delante al saber que no tenía otra solución más viable que terminar obedeciendo si aquel hombre no bajaba la guardia.

Debía hacerle creer que había ganado

– ¡Bajen sus armas! – ordenó firme Taehyung, este mismo siendo el primero en bajar con excesiva lentitud su arma, sin llegar a apartar su índice del gatillo al estar en espera – ¡Ahora!

– ¿¡Qué!? – exclamó furioso el Comandante Park, mismo que asesinó con la mirada al joven cuando vio cómo algunos oficiales le hicieron caso, he iba a protestar, no obstante, cuando deseó oponerse no esperándose que su superior le susurrara algo en el oído que lo hizo cambiar de opinión junto a un gruñido – ¡Bajen sus armas!

– ¡Todos! – apoyó el Coronel Ghim, su mirada no apartándose de Taehyung, quien mantenía sus filosos ojos en su blanco con la arma sutilmente cubierta – ¡De inmediato!

Y había algo seguro en todo esto

No había algo más predecible para Taehyung que alguien que empuñaba con manos temblorosas un arma, una persona que sabía que tenía altas posibilidades de salir victorioso, pero aun así el miedo no era capaz de abandonar su ser ante la duda que seguramente batallaba en su cabeza... eran tan predecibles y aquel hombre no era la excepción. Y tal y como lo predijo, se cumplió, ya que este hombre al ver a la mayoría de oficiales obedecer a regañadientes la orden de sus superiores dejó nuevamente al descubierto su rostro con una temblorosa sonrisa, alejando unos cuantos milímetros aquel cuchillo de la garganta de la joven que lloraba del susto.

No había algo más predecible

Tan predecible que al alfa tan solo le bastó los mismos segundos que le tomó al otro hombre escanear confiado los alrededores al estar buscando una manera de escapar, mismos segundos que le bastaron a Taehyung volver a alzar su arma, colocarla en la posición correcta y jalar sin dudar el gatillo.

Y pareciera que fue en cámara lenta para todos los presentes cuando el proyectil del arma explosionó ante la pólvora para luego salir empujada con una fuerza incomparable hacia el blanco, blanco el cual era la frente del sujeto que al percatarse de la onda expansiva de la explosión a unos metros de distancia dirigió sus ojos hacia el ruido sin llegar a reaccionar en el momento, siendo su propia confianza en la situación lo que lo llevó a tener un agujero en medio de su frente y caer de espaldas, liberando ante la pérdida de vitalidad a la joven que llevó ambas palmas a refugiar su cuello.

Había acabado

Taehyung con la respiración aún retenida volviendo a bajar su arma cuando no encontró más peligro, siendo inercia dejar por fin salir el aire que contuvo en sus pulmones cuando fuertes vítores y aplausos de sus compañeros resonaron en el lugar ante su impecable acto, sin embargo, estos llegando a importarle tan poco cuando sus ojos en ningún momento se despegaron de la joven que lo observaba aún asustada por todo lo sucedido, y fue puro instinto de su parte acercarse a esta cuando la mujer no se movió de su lugar.

Presta más atención a tus alrededores...

Suji otorgándole una encantadora sonrisa acompañada de gruesas lágrimas al alfa que se acercaba a ella, esto mientras Taehyung volvía a guardar su arma en el estuche en su cinturón al desear dejar ambos brazos sin objetos que le impidieran abrazarla, al ser lo que ambos tanto querían en esos momentos.

Presta más atención...

¡Hazlo!

– Taehyung – nombró con voz suave la omega cuando tuvo al mismo en su delante, pegándose con tanta necesidad a la caricia dejada en su mejilla por aquel suave tacto que tanto echó de menos – Taehyung...

Si que se habían extrañado

– ¡Cuidado, hombre armado!

Pero no todo dura para siempre...

¿No?

Aquel fuerte grito alertando a Taehyung quien palideció horrorizado, siendo su primera reacción el desear cubrir cómo diera lugar a la joven desprotegida en su delante, por desgracia, al destino pareciéndole agradarle burlarse nuevamente en su cara al demostrarle que no tendría suerte dos veces continuas, mucho menos, con la misma persona.

Oh, desdichado sea este

Y lo confirmo cuando aún en su rápida reacción, ya a nada de cubrir a Suji con su cuerpo para tirarse ambos al suelo y mantenerse protegidos, fue capaz de observar cómo el cuerpo de la joven se impulsó por sí solo hacia delante cayendo de imprevisto contra sus brazos, lo que causó que ambos terminaran cayendo contra el frío pavimento, solo que con la diferencia de que el débil cuerpo de la omega fue acogido entre los muslos del oficial.

– ¡Atrápenlo! – ordenó feroz el Coronel Ghim, al distinguir el causante de aquel disparo, el cual se escondía tras una patrulla de policía, mismo hombre que fue enmarrocado por cinco oficiales, los cuales lo tiraron contra el suelo arrebatándole el arma – ¡No se atrevan a soltarlo!

– Suji...

Llamó con el corazón en la boca Taehyung, su diestra apartándose de la espalda de la joven para ir a sostener aquel delicado rostro que iba perdiendo tonalidad, y fue en esta acción involuntaria donde su mundo dejó de girar al observar su piel teñida de sangre no perteneciente.

No...

– ¡Mi hija! – gritó destrozado el padre de la joven, mismo quien se desmoronó sin más, su cuerpo cayendo de golpe contra el duro asfalto soltándose a gruesas lágrimas – ¡Mi cachorra!

No. No. No...

– Suji... – volvió a llamar Taehyung cuando lo único que recibió de está fue una suave sonrisa, mientras que sus ojos se iban opacando poco a poco al haber perforado la bala órganos vitales – Suji, no, por favor, no...

– Te amo... – confesó en un bajo murmullo la mujer, una última cristalina lágrima escapando de entre el rabillo de sus hermosos ojos, los cuales en ningún momento se apartaron de su pareja, quien lloraba al no desear aceptar la cruda realidad – Te amo tanto...

No otra vez

No, por favor

Dicho esto, la bonita joven dejando caer sus finos párpados a los cortos segundos, llevándose con ella no tan solo el corazón de su padre quien gritaba su nombre de manera desgarradora a unos metros de distancia, sino que su partida volvió a quebrar un corazón que ella se había esmerado tanto en volver a sanar durante largos años. Mismo alfa que la pegó contra su pecho, negándose a separar de aquel cuerpo ya inerte que aún poseía el delicado aroma a orquídeas que tantas veces lo consoló, mismo que ahora lo tenía llorando desconsoladamente rogándole su regresar entre fuertes ruegos.

Había sucedido otra vez

Una gentil palma posándose en su hombro en señal de apoyo entre todo su sufrimiento, y Taehyung no supo si agradecer o pedir apartarse al dueño de esta al desear permanecer junto a la persona que logró enamorarlo después de tanto dolor padecido.

– Nada de esto fue tu culpa, muchacho – consoló el Coronel Ghim, empatizando con el joven alfa que mantenía su cabeza gacha al no dejar ver sus lágrimas al resto de oficiales gracias a su largo flequillo – No lo es...

¿En serio no lo era?

¿Qué ocurriera dos veces con las personas que más amaba?

¿No lo hacía culpable?

Él no lo creía así...

Taehyung abriendo de golpe sus ojos en medio de la fría noche, viéndose obligado por su propio malestar a tomar asiento de imprevisto cuando su cabeza dio vueltas ante el insufrible dolor, dolor que se explayó hasta el centro de su corazón y lo ahogó como hace muchos meses no padecía, un dolor que consumía cada parte de él al extremo de sentir como su corazón era estrujado con tanta fuerza y brutalidad hasta ahogarlo en vida.

Un dolor tan indescriptible que la única forma que tenía de expresarlo o demostrarlo es cuando su palma empuñaba con excesiva fuerza la piel de su pecho, precisamente donde se encontraba el culpable de su padecer, rasgando este como si buscara arrancarse el mismo al ya no ser capaz de volver a soportar el dolor de aquellos recuerdos que solo regresaban a él como un puñal por el que toda la vida se arrepentiría.

Arrepentirse el no haber podido cambiar aquellos finales, el haber sido el causante de los mismos, el haberse quedado aquellos rostros a vivo fuego en su memoria... sus últimas palabras... sus últimas sonrisas... sus últimos suspiros... tan perennes en él, que cada noche los tuvo que revivir en sueños... y la última vez que fue forzado a vivirlos nuevamente una y otra vez fue cuando durmió por primera vez junto a aquel omega de hebras azabaches, quien se recostó en su pecho y no se apartó en ningún momento de la noche de su alcance como si supiera indirectamente que era la cura a su dolor.

¿Por qué?

¿Por qué habían vuelto a aparecer?

¿Por qué luego de tanto tiempo?

¿Por qué ahora?

Y aunque sabía mejor que nadie la respuesta, se odio tanto a sí mismo por poco haber sido nuevamente el causante de una posible ruptura que pudo haber impedido, pero que sus traumas bloquearon su pensar... se odio tanto... aun cuando sabía que ya había sido capaz, de muy a diferencia de veces pasadas, remendar su error... pero el miedo que sintió hace unas horas atrás cuando creyó haberlo perdido... ¿cómo lo olvidaba?... ¿cómo? Más ahora que sabe que fue por este que volvieron aquellos recuerdos que creía ya haber superado y que tan solo volvían para recordarle lo que pudo haber sucedido si volvía a equivocarse.

¿Jungkook en serio lo había perdonado?

La punta de sus dedos dirigiéndose hacia su mejilla, no sorprendiéndose cuando halló en la misma inundada por gruesas lágrimas incesantes que se escapaban de sus ojos cansinos que seguramente venían brotando mucho antes de que se levantara.

¿Por qué estaba llorando?...

Si se supone que todo se había arreglado

¿Por qué lloraba?

Sus palmas temblorosas cubriendo con frustración su rostro cuando no estaba soportando el malestar en su pecho, sintiendo en carne propia como su corazón era cruelmente acuchillado tantas veces donde ni el grito más desgarrador podría definir su padecer, y si las cosas no podían empeorar... estaba totalmente equivocado... y lo comprobó de la manera más inhumana posible cuando su respiración se volvió irregular tan repentinamente, donde era vital el tener que dar bocanadas grandes para reunir tan siquiera un poco de oxígeno al sentirse asfixiar, pero aun así, siendo tan inútil esto al no parecer que llegara a sus pulmones.

Ayuda...

Necesitaba ayuda...

Su mente bloqueándose para este momento, no midiendo tan siquiera el dolor cuando sus filosas uñas se clavaron en su cuello ante la desesperación de sentirse ahogar... como si se encontrara en aquel oscuro mar que lo jalaba del cuello sin poder asomarse a la superficie... una desesperación tan asfixiante que lo tuvo llorando y jadeando por segundos que parecieron milenios... pero siendo justamente en aquellos cortos segundos donde creía ya no soportar más aquel tormento, que una dulce esencia fue capaz de colarse en su inconsciencia, la cual lo trajo de vuelta, misma esencia que fue capaz de salvarlo como la primera vez, liberando sin problema la cadena en su cuello... misma esencia que si bien lo salvó, siendo los atisbos a leche en esta lo que le devolvió la vida.

Familia...

Olía a familia

La visión antes borrosa del alfa volviendo poco a poco hasta poder observar correctamente el lugar donde se encontraba, no era su desolada habitación, no lo era y ello le causó tanta paz...

La punta de su nariz picando cuando aquel dulce aroma que reconoció se volvió cada vez más abundante, causando como si de magia se tratase que su respiración se regulará y el temblar de su cuerpo menguara, y ante esto, Taehyung jura que fue puro instinto llevar su cansina y marchitada mirada a observar el cuerpo semidesnudo a su lado, no pasándosele desapercibido las diversas marcas rojizas que él mismo había hecho por toda su bella fisionomía, mismo cuerpo que le daba la espalda al encontrarse durmiendo tan plácidamente alejado de su realidad.

Oh

El alfa no conteniendo el impulso que le nació por envolver entre sus brazos aquel mismo cuerpo que, si bien estaba tan cerca de él, la distancia lo volvió paranoico al creer poder perderlo, por ende, no la pensó demasiado cuando dejó a flote sus instintos abrazando desde atrás aquella descubierta cintura mientras que sus palmas buscaron reposarse en el vientre de este, y nuevamente como si fuera magia divina, su dolor yéndose como la brisa de cada mañana para dejar en su lugar una cálida sensación que lo hizo olvidar su pesar, siendo tan gratificante a su corazón lastimado la cálida sensación de sentir piel contra piel con el ser que le dio una razón para seguir.

El rostro de Taehyung ocultándose en el cuello desnudo de su pareja, olisqueando sin pudor alguno desde la fuente aquel maravilloso aroma que tanto lo enloquecía, deseando fundirse en este y no pensar en nada más que no fuera él, y si bien lo estaba logrando, tomándosele por sorpresa cuando una gentil palma blanquecina se dirigió a sus rubios mechones, los mismo que fueron acariciados con tanta suavidad que logró curarle todo mal.

Lo había necesitado tanto...

– ¿Quieres que hablemos? – inquirió en un suave murmullo y con voz adormilada Jungkook, esté al no recibir respuesta por la parte contraria intentando darse la vuelta, pero siendo impedido por el alfa quien no deseaba dejarse ver en una situación tan vulnerable – ¿Taehyung?

– Solo... Solo quedémonos así – pidió entre lastimeros ruegos, terminando por pegar más su cuerpo al de Jungkook, quien no se opuso cuando algo en él le advirtió sobre la delicada situación – Es lo único que necesito... por favor

– Quedémonos así, entonces

Complació esté, volviendo a cerrar sus ojos al dejarse envolver por los besos en su cuello y las suaves caricias en su vientre aún plano, los cuales fueron otorgados en un silencioso agradecimiento para los seres más importantes en la vida del alfa. Mientras tanto, por su parte, la palma de Jungkook en ningún momento dejando de acariciar aquellos mechones dorados al desear hacerle recordar al alfa que él seguía ahí junto a él, encantándole al corazón cuando un sutil ronroneo por parte de Taehyung inundó la habitación.

– No me dejes... – rogó en un susurro el alfa, dejando caer sus párpados cuando el sueño fue venciéndolo gracias a las dulzonas feromonas que liberó el omega para calmarlo – Tú no me dejes, por favor. No lo soportaría

¿Qué habías soñado, Taehyung?

– No me iré – prometió Jungkook, aceptando el beso que fue dejado en su marca, esto mientras el mayor se encargaba de recitar con voz ronca un sinfín de te amo en su oreja en el mismo momento donde liberaba su fuerte aroma a cafeína para marcarlo – Yo también te amo... no te imaginas cuanto – confesó, girando levemente el rostro sobre su hombro para recibir el tierno beso dejado en su mejilla – Mi lugar... junto al de nuestro hijo... siempre será estar contigo, Taehyung, te lo prometo

Oh, Jungkook

Si supieras que aquellas palabras fueron las necesarias y suficientes para que el corazón del alfa descansará tranquilo luego de tanto dolor, habiendo sido tú el único capaz desde tu llegada a su vida el que pudo cubrir e ir sanando con un éxito rotundo aquel malestar que ni siquiera los mejores especialistas, los mejores medicamentos o las palabras de aliento fueron capaces de lograr por largos años.

Y tal vez, su padre no se equivocó aquella vez cuando lo fue a visitar luego de su última recaída prometiéndole que lo mejor estaba por llegar... que no se rindiera... que no viviera en el pasado que tanto lo atormentaba...

¿Te referías a esto, no, papá?

Porque ahora luego de unos largos meses de haber conocido a aquel omega, Taehyung podía asegurar a viva voz... que valió la pena no rendirse... que valió la pena ignorar su juicio y preferir escuchar a su corazón cuando las alertas rojas deseaban obligarlo a dar un paso en retroceso.

Pero ¿qué hubiera sido de su vida si les hubiera hecho caso a estas? La verdad, no hacía ni falta el imaginarlo, porque aquello no fue lo que escogió, por ende, no debía porque agobiarlo, esté, esté era su presente, presente por el cual él luchó al caer perdidamente enamorado por aquellos ojos avellanas que lo observaron desde la lejanía en aquel bar... en una noche donde había salido a beber ante el dolor de su pasado.

Pero que, para su sorpresa, fue salvado de la manera más hermosa cuando la primera sonrisa de aquel bonito joven fue dirigida a su persona luego de haberle ayudado en su pequeño problemita, mismo omega que al entrar en confianza con unas cuantas palabras se veía tan energético como él ya no se sentía hace mucho, pero viéndose contagiado sin esfuerzo por esté. Y tan solo fue cuestión de tiempo para que cayera en un pozo donde nunca más podría salir cuando el primer beso juguetón se le fue robado junto a un suave suspirar, a ello siguiéndole el ser llevado hasta la pista de baile para conllevarse lo inevitable.

No se arrepentía

En ninguna de sus acciones de aquella noche

No cuando esta le concedió otra oportunidad para ser feliz, y protegería aquella felicidad mucho más de lo que no pudo proteger las pasadas. No lo perdería. No perdería a aquel omega de ojos amatistas y sonrisa tierna que le extendió la mano y entregó su corazón en medio del caos.

No importaba a lo que este se dedicara o los traumas que lo perseguían, Taehyung lo seguiría eligiendo un millón de veces y se esforzaría para ambos sanar y hacer un buen trabajo como padres de la pequeña criatura que estaba por llegar, lo haría, se esforzaría para que así sucediera.

Cuidaría a su omega y a su hijo, a su familia, y no permitirá que nadie se los arrebate, ni un miserable sujeto o un accidente no previsto... mucho menos su propia entidad la cual él comandaba. Nadie los tocaría o perturbaría su tranquilidad, mientras él siga respirando... aún si ello significaba ingresar por completo a aquel mundo donde la moral y los valores no existían.

Míos – proclamó Taehyung con la voz una octava abajo, encantándole como Jungkook inclinó su cuello para darle libré acceso mientras se hacía pequeño entre sus brazos – Mi omega. Mi cachorro. Míos. Solo míos

– Tuyo – respondió el menor, ronroneando gustoso cuando su marca fue atendida sin segundas intenciones, simple y meramente siendo consentida para fortificar el lazo que los unía – Tuyos. Únicamente tuyos, alfa

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