Caminos a Ti.

By Kaos_Salv

284K 27.5K 19.3K

Madison sentía que su vida era bastante común y corriente, al menos, hasta el día en que su novio decide term... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28

Capítulo 10

11.8K 1.2K 1.1K
By Kaos_Salv

NOAH

—¿Por qué no nos dijiste que ibas a salir con Madison? —Miré a mis dos amigos que tenían sus brazos cruzados mirándome directamente.

—Hola a ustedes también. ¿Qué clase de preguntas son esas?, ni mi madre me hacía esas preguntas. —Los rodee para ir al cuarto donde teníamos la lavadora para dejar mi ropa ahí. —¿Cómo sabían que fui con Madison?

—Tengo mis informantes.

—Creo que Christine no me esta agradando. —Miré a Julie.

—¿Crees que el mundo no notaría que la sigues? —Hunter levantó su teléfono.

—Ustedes tienen un problema serio, ¿lo sabían? —Traté de evitarlos tratando de demostrar que ellos tenían un serio caso de alteración de la realidad, pero iba a ser inútil.

—La llevaste a Blackpool. —Solté un suspiro. —Tu no llevas a cualquier persona a Blackpool.

—Solo celebramos su cumpleaños.

—¿Solas ustedes dos en la playa? —Asentí.

—Dijiste que ibas por motivos recreacionales.

—Claro que recreacionales, mujer impura. —Hunter me apunto acusatoriamente. —Estas llevando toda una aventura a nuestras espaldas, ¿qué te hicimos?, ¿ya no nos quieres como antes?, ¿Madison te dijo que lo mantuvieras en secreto?, ¿está en el closet?, pensé que ya habíamos aprendido a no salir con chicas que fingen ser hetero, Noah. —Él hablaba tan rápido que me mareaba un poco.

—No pasó nada entre nosotras. —Ellos se miraron entre sí. —No pasa nada entre nosotras.

—¿Ni siquiera un beso? —Solté un suspiro recordando el "accidente". —Me es difícil creerlo, pasaste todo un fin de semana con la chica que te interesa y, ¿no pasó nada?

—Somos amigas. —Ellos volvieron a mirarse y yo me preocupé de echar el detergente a mi ropa. —Eso es todo.

—¿Ella es heterosexual? —Hunter volvió a preguntar.

—No, no lo sé con exactitud, no le he preguntado eso. La cosa es que yo no le gusto.

—¿Estás segura de eso? —Julie parecía confundida.

—Claro que no es heterosexual, sólo tú eres muy tonta con estas cosas. Me sorprende que tus novias siempre sean tan lindas para alguien tan boba como tú. —Miré mal a Hunter. —¿Qué?, es cierto. Si no fuera porque esas chicas son las que dan el primer paso seguirías virgen.

—¿En qué momento pasó de ser un interrogatorio a un claro ataque a mi dignidad?

—Cuando aún no nos has respondido.

—Creo haberlo hecho. En serio, no pasó nada. —Cerré la puerta de la lavadora para hacerla funcionar y volví a suspirar.

Madison me confundía. Aun no era capaz de leerla, no entendía las cosas que me decía. ¿Estaba mal que le dijera que era especial?, ¿ella notaría que ella me atraía?, quizás a ella no le interesaba y fue su manera amable de poner una línea entre ambas.

Pero no podía dejar de pensar en la noche que pasamos, cuando me levanté para tomar mis pastillas mientras ella dormía podía escucharla hablando, ella seguía diciendo mi nombre, o el de su exnovio. Lo cual el pensarlo era incomodo. Porque...

Porque la escuché gemir por un momento.

Dios.

El solo recordar eso me ponía a desear que estuviera pensando en mí, me hubiera sentido muy halagada por lo demás. De igual forma, no quise invadirla demasiado así que solo me acosté y volví a ponerme mis audífonos, pese a mis pastillas me costaba dormir porque ella se giraba demasiado, no estaba acostumbra a dormir con alguien que se moviera tan constantemente, pero fue Madison quien lo resolvió cuando me abrazó. Cuando su brazo pasó por mi cintura se sintió como algo cálido.

Fue lindo. Me hizo sentir cómoda.

—Pusiste esa cara. —Cuando salí de mis pensamientos tenía a Hunter y Julie cerca de mi observándome como si fuera una obra de arte en un museo. O bien una especie en cautiverio.

—¿En qué pensabas? —Hunter sonrió, sabía lo que significaba esa sonrisa. —Pensabas en Madison. De seguro, —Él se alejó un poco. —pensabas en lo linda que se veía en traje de baño. —Él junto sus manos mientras me hacía ojitos. —O en lo lindo que debía verse su cabello.

—Oh, Madison. Por favor bésame. —Julie lo imitó. —De seguro pensabas en lo linda que se veía bajo la luz de la luna mientras paseaban en la playa.

—O en lo suave de su piel mientras se aplicaban bronceador. —Sentía mis mejillas hervir.

—O lo mágico que se veían sus ojos mientras las luces de las velas se reflejaban en ellos.

—O...

—¡Basta! —Los detuve luego de esa humillación. —Yo no pensé nada de eso. —Mentí.

—Te conocemos lo suficiente para saber que es así.

—Es su culpa por obligarme a ver sus tontas películas de romance y, sobre todo, es culpa de Julie que me hacía romantizar todo desde que tenemos 5 años. —Los aparté para irme a la cocina para buscar algo de comer, esta charla me estaba provocando un apetito gigante.

Quizás era la ansiedad.

—Solo bromeábamos, tranquilízate. —Hunter fue el primero en seguirme. —Pero no es difícil creerte.

—¿Por qué es difícil?

—Porque es evidente que le gustas. —Casi deje caer la taza que había tomado ante las palabras de Julie. —¿No eres capaz de notarlo?

—¿Ustedes creen? —Ambos se miraron y Hunter se acercó a mi para darme golpes suaves en mi cabeza. —¿Qué haces?

—Verifico que tu cerebro siga ahí.

—Claro que si, Noah.

—No lo creo. —Solté un suspiro.

—Te lo estamos diciendo.

—¿No creen que una mujer como Madison sería esa clase de persona directa y confiada?, digo mírenla. Ella siempre resuelve los problemas y las veces que hemos hablado parece ser esa clase de persona. Además, cuando me besó... —Mierda.

—¡¿Qué?! —Gritaron demasiado fuerte.

—Julie, te dije que ella ya no nos quería como antes.

—Noah, pensaba que era tu mejor amiga. Escondérselo a Hunter, lo entendía. ¿Pero a mí? —Me preguntaba cómo termine prácticamente viviendo con estos dos. Quizás si debía conocer a más personas.

—Fue algo tonto. Fue un accidente, además antes de eso dijo que éramos amigas. Creo que eso es un mensaje claro.

—Uh, bueno. Creo que hasta acá llegó tu historia de amor. —Mi amigo posó su mano sobre mi espalda para darme palmadas, yo sólo asentí confirmando mi tragedia.

—No sean pesimistas. —Miramos a Julie. —Ninguno conoce a Madison, no sabemos cómo es en realidad más que por los relatos de Noah, los cuales son bastante... inútiles.

—Hey. —Me quejé.

—Bien, usando otras palabras, no son de fiar. Podemos intentar probar si Madison está interesada o no.

—¿Cómo podríamos probar eso? —Me arrepentí de preguntarlo inmediatamente cuando vi la sonrisa maliciosa de Julie aparecer.

Julie podía ser la persona más romántica que alguien podrá conocer, y por esa misma razón, cuando se trataba de amor podía convertirse en la persona más maquiavélica.

—Hunter. Trae la pizarra. —Mierda.

¿Saben lo peor de todo esto?, era que Hunter nunca le debatía nada a Julie y le seguía en todas sus ideas, sobre todo cuando de amor se trataba. Ellos veían demasiadas películas juntos.

—Bien, este es el plan. —De alguna forma me encontraba sentada en mi sofá, cubierta por mi manta sensorial y una taza de té entre mis manos mientras Julie parecía la entrenadora de un equipo de futbol y Hunter estaba sentado en el piso a mis piernas como un guardia evitando que escapara de esta estupidez. —Será por fases, debemos usar cada una de las herramientas que tengamos para ver la reacción de Madison.

—¿Qué herramientas?

—Las diferentes partes de ti, si le interesas tendrá que funcionar alguna de ellas. —Ladee mi cabeza confundida. —Exactamente de eso hablo. Usaremos eso también. —¿De qué hablaba? —Bien, escucha atentamente esto, Noah. El primer paso...

"El primer paso será tu encanto natural."

Mientras arreglaba mi computador para hacer un stream en un rato no podía dejar de ver mi teléfono, no había hablado demasiado con Madison desde que volvimos de la playa. Yo no quería agobiarla porque de seguro se estaba preparando para su diplomado y debía tener trabajo que hacer, pero una parte de mí se había acostumbrado a hablar con ella al menos una vez al día.

¿Sería posible que me estuviera evitando?, quizás le había dicho cosas demasiado profundas.

Las palabras de Julie volvieron a mi cabeza, bueno no perdía nada con al menos yo empezar una conversación. Era tarde, quizás si ella ya había salido del trabajo tendría algo de tiempo disponible y yo aún tenia una media hora libre.

Noah: ¿Sabías que en Rusia hay personas que por llevar un año o meses de diferencia tienen una identificación de países distintos?

¿Era muy raro empezar una conversación así?

Madison: Hola a ti también.

Madison: ¿a qué te refieres?

Noah: Hay una generación que nació en la Unión Soviética y al año la siguiente generación nació en Rusia, se podría decir que hubo una generación que nació sin patria.

Madison: Nunca lo había pensado.

Noah: De nada.

Noah: ¿y sabías que la mayor parte de tu inteligencia la heredas de tu madre?

Madison: Eso explica mucho.

Noah: Tú madre debe ser muy inteligente.

Madison: Si, es una mujer muy inteligente.

Madison: ¿Quieres compartir otro de tus datos?

Noah: Resulta ser que cuando estamos en la ducha pueden venir ideas más creativas que fuera.

De pronto, ella dejó de responder por un rato.

Madison: No, no me lo hubiera imaginado.

Madison: Tengo que dejarte, aún debo ver cosas de mi trabajo.

Noah: Que descanses, Madison. Ten dulces sueños.

Madison: Adiós.

Ella estaba algo rara últimamente. ¿Habría perdido el interés?

—Bueno, es confuso. —Hunter y Julie dijeron luego de ver nuestras conversaciones. Yo trataba de hablar con ella, pero parecía demasiada ocupada con su trabajo. No me estaba quejando, pero algo me decía que me estaba evitando un poco. Nuestras conversaciones eran cortas y últimamente había estado evitando nuestras reuniones para hablar de los libros que ella me recomendaba. Mi librero había dejado de llenarse como lo estaba haciendo en el ultimo tiempo.

—Las mujeres son demasiado complicadas. —Miramos a Hunter. —No me miren así, es un hecho.

—Bien, toca pasar a nuestra segunda fase.

"Hacer el primer movimiento"

No sabía si seguir las estupideces de mis amigos me servirían de algo, pero creía que no perdía nada con intentarlo. De seguro Madison apenas prestaba atención a todo lo que ellos pensaban.

Julie pensaba que era una buena idea llevarle casualmente a Madison unos chocolates por la tarde, me parecía algo empalagoso hasta para mí. Pero de todas formas le obedecí, sabía que a ella le gustaba el chocolate amargo así que fui a la tienda que Julie me recomendó, fue un lío conseguirlo por la cantidad de personas que había en el lugar. Al menos me llevé unos para mí. Mientras caminaba a la oficina de Madison pasé por una librería y me detuve pues una idea pasó por mi cabeza, quizás era algo tonto, pero quise arriesgarme un poco.

Cuando llegaba al edificio en donde estaba la firma de Madison la noté venir a una calle de distancia, sonreí al ver lo linda que se veía bajo la luz del sol mientras sus ojos se achinaban un poco para mirar a la persona que estaba a su lado. Parecían divertirse mientras hablaban y yo sentí una pequeña punzada al ver al hombre que la acompañaba, él llevaba un traje elegante y que iba perfectamente arreglado, su cabello era corto y mientras se acercaban pude notar que tenía un bigote en la parte superior de su labio. La sensación que me dio al verlo no me gustó, quise irme antes de que Madison me notara pues no me estaba sintiendo bien, y el sentirme de esta forma me hacia sentir peor. No me gustaba para nada sentir esto.

Iba a dar un paso atrás cuando esos ojos azules se encontraron con los míos. Mierda. Ella era tan linda.

—Noah. —Madison dejó atrás al hombre que la acompañaba para acercarse rápidamente a mí.

—Hola, Madison.

—¿Qué haces aquí?, ¿te ha pasado algo? —Ella hablaba algo rápido.

—Pasaba por aquí y quise saludarte, pero creo que estas ocupada. —Miré al hombre que nos alcanzó, él era más alto por unos centímetros, sus ojos oscuros me miraban con algo de curiosidad.

—Oh, no. Ya volvía de mi almuerzo. —Volví a mirar a Madison. —Él es Xavier, un compañero del diplomado, me está ayudando a ponerme al día con este tema que te comenté.

—Noah. —Él estiró su mano y la acepté.

—Ella es una amiga. —Madison tomó mis hombros sonriendo y yo sentí como un balde de agua de fría con hielo caía sobre mí.

—Es un gusto poder conocer a una de las amigas de Madison. —Él sonrió. Me preguntaba si él era el tipo de hombre que le gustaba a Madison. Según lo que me comentó su exnovio era alguien que trabajaba en algo sobre autos, la verdad nunca presté demasiada atención a ese tipo de detalles. —No las interrumpo, señoritas. Me alegra poder almorzar contigo, espero podamos repetirlo pronto, Madison.

—Claro, muchas gracias por ayudarme. —Mis ojos se fueron a Madison, sus manos seguían en mis hombros y ella estaba cerca de mí, podía ver la sonrisa que le regaló a ese hombre. Quise vomitar. —Vamos Noah, he comprado algunos tés pensando que te gustarían si venías de visita. —Xavier me hizo un gesto de despedida, yo lo imité por cortesía. Al entrar de nuevo al edificio ya no se sentía tanto ese olor a cigarrillo, e incluso se veía más ordenado. La primera persona que se cruzó en mi camino fue Gillian.

—Señorita Dubois. —Él parecía sorprendido de verme aquí.

—Hola, Gillian. —El joven futuro abogado nos miró a ambas.

—Viene de visita. —Madison informó.

—Pensé que solo estabas haciendo una pasantía aquí.

—Si, pero el señor Mill me ha contratado como ayudante. —Él parecía feliz.

—Es como mi secretario. —Madison informó.

—Al menos es mejor que ser el chico de los cafés. —Gillian parecía orgulloso de quitarse ese título, y la verdad, compartí su felicidad porque cuando realicé mi primera pasantía en la universidad me trataron igual.

—Por cierto, ¿podrías traernos un poco de agua caliente a la oficina? —Su sonrisa se borró de la cara ante la petición de Madison. Iba a darle palabras de aliento, pero sentí como la mano de Madison tomó mi muñeca con cuidado para llevarme a su oficina.

—Este lugar se ve mejor, sin ofender.

—No es una ofensa, era necesario cambiar todo esto. Con Gillian hemos pegado en todas sus oficinas carteles de prevención del cáncer al pulmón. Ha funcionado mejor de lo que creíamos. —Madison prácticamente se tiró sobre su silla y noté como movía sus pies, ella llevaba tacones y me pude imaginar que probablemente había pasado toda la mañana trabajando muy duro, Madison movió un poco su cuello. —Debo verme como un desastre. —Negué.

—Te ves tan genial como siempre. —Me senté, lo único que nos mantenía lejos era su escritorio. —Te he traído algo. —Dejé la caja de chocolates sobre la mesa y ella los tomó rápidamente como si hubiera sido un cofre de oro. —Es una variedad de chocolates, pero en su mayoría son chocolates amargos. Pensé que te gustarían, siempre compras chocolate amargo.

—Son mis favoritos, muchas gracias. —Ella parecía feliz viéndolos, mi vista se fue a un pequeño punto naranja en su camisa blanca, probablemente ella se había ensuciado en el almuerzo. Me incliné sobre el escritorio para ver mejor la mancha. —Noah. —Cuando levanté la mirada ella estaba algo roja mirándome, estábamos algo cerca, pero no demasiado. Quizás ella pensó que estaba mirando algo más.

—Tienes una mancha en la camisa, ¿comiste pasta con salsa boloñesa? —Le señalé la pequeña mancha y ella tomó su camisa para verla de mejor forma.

—Oh, mierda. Sabía que no debía comer eso. Nunca me ensucio comiendo, a menos que vaya de blanco. —Se quejó. —Vaya día de mierda.

—A veces no todo puede salir bien. —Volví a acomodarme.

—Me alegra que me hayas venido a ver, lo ha mejorado un poco.

—¿En serio? —Ella asintió y no pude evitar sonreír, sus ojos me miraban algo diferente, pero pronto apartó la mirada de mí.

—Creo que tendré que llevarla a la tintorería, nunca he sido buena sacando estas tontas manchas.

—No es tan difícil, solo tienes que ser cuidadosa.

—De todas formas, tengo que llevar más ropa. —Ella soltó un suspiro, Gillian entró con tazas y un pequeño termo, cuando noté su intención de acompañarnos la pelirroja lo detuvo. —Gillian, deberías ir a revisar los papeles que te pedí tener listos hoy.

—Están casi listos.

—Los necesito hoy.

—A veces me pregunto si fue buena idea. —Lo escuché murmurar antes de salir, su taza quedó en la bandeja. Madison sacó de un cajón una caja de tés surtidos.

—Espero que alguno de estos te gustara, lo compré pensando en que algún día podrías venir a la oficina... por cualquier motivo.

—Me gusta esta marca, muchas gracias por el detalle. Quizás pueda venir a verte cuando necesites un poco de compañía. —Cuando le sonreí, ella apartó la mirada. —¿Y cómo estuvo tu día? —Sus ojos me volvieron a mirar antes de soltar un gran suspiro y empezar a contarme todo lo que había pasado ese día.

Me gustaba que Madison fuese capaz de hablar estas cosas conmigo, me hacía sentir que éramos cercanas. Y eso se sentía bien. El cuerpo de Madison poco a poco se iba relajando, podías ver como su postura había cambiado mientras bebía su taza de té, era raro no verla tomando café.

—Ya con el postre de hoy me pude relajar un poco, no pensé que sería difícil poder convalidar mi trabajo con un simple diplomado, pero supongo que no haber visto nada de derecho económico desde la universidad me lo ha puesto complejo. Tuve suerte de encontrarme con Xavier ahí también, él es un viejo conocido de la universidad. —De pronto recordé que no podía simplemente empezar a acomodarme en un espacio que no era mío.

—¿Son amigos?

—Nunca fuimos amigos, sólo nos topábamos de vez en cuando. Es un hombre agradable, recuerdo que en la universidad trabajaba como asistente de algunos maestros, él en verdad diseñó su camino al éxito. Esta tomando el diplomado solo para certificar su conocimiento en el área.

—Se ve del tipo de hombre exitoso.

—¿Tu crees? —Ella se detuvo a pensarlo un segundo. —Si, creo que sí. Me sorprende que siga soltero a esta edad, en la universidad muchas chicas lo buscaban por lo lindo que es. Y claro, su inteligencia es un plus a toda su apariencia. Aunque le dije que ese bigote no le iba para nada. —Mis ganas de vomitar volvieron, como si las mariposas que estuve sintiendo se hubieran muerto y necesitara sacarlas de mi organismo.

—Creo que debería irme. —Tomé lo ultimo que me quedaba en la taza. —Debería ir a prepararme para trabajar.

—Oh, por supuesto. —Cuando tomé las bolsas que llevaba recordé el libro que había comprado, le había quitado el papel que lo cubría.

—Por cierto, te traje este libro por si te interesaba leerlo.

—Oh, no debiste.

—Tranquila, es un préstamo. —Mentí, era completamente nuevo. —Pensé que la historia de Percy Jackson te pudo interesar mientras estuvimos en la playa. —Ella miró el libro antes de mirarme, ¿ella se habrá dado cuenta que estaba nuevo?, quizás me había encontrado en mi pequeña mentira.

—No te preocupes, Noah. Además, deberías saber que no debes prestarle tus libros a cualquier persona. —Apreté el libro un poco antes de devolverlo a la bolsa. ¿Por qué ella siempre hablaba como si fuera una extraña para mí?

—Nos vemos. —Noté su intención para levantarse, pero me fui antes. Mis ganas de vomitar seguían ahí.

¿Eran celos?, ¿o yo sólo me sentía mal por lo tonta que estaba siendo?

Definitivamente eran ambas, pero más la segunda. Yo estaba tratando de captar la atención de alguien que nunca me miraría o hablaría de mi como habló de un casi desconocido que encontró luego de tanto.

Al llegar a casa Julie trató de preguntarme como me había ido, pero me fui directamente a mi habitación, le había mentido a Madison, en parte. Ese día no tenía que trabajar, al menos no transmitiendo, debía ir a un evento de una tonta marca y ya había confirmado mi asistencia ahí. Preferí el camino de dormir un poco antes de tener que prepararme para un tonto evento más, ese era un mejor plan que torturarme psicológicamente por seguir pensando por la abogada.

Era una noche cálida, el otoño estaba por llegar y yo me encontraba a un lado de la barra tomando agua luego de que terminaran con su tonto espectáculo para presentar los nuevos modelos de autos. Solo estaba acá porque ellos me habían hecho un gran descuento cuando quise comprar mi primer auto, nada era gratis obviamente. La verdad me hubiera gustado seguir durmiendo en vez de estar en medio de un sitio en donde mayoritariamente eran hombres, me parecía aburrido, sobre todo porque la mayoría eran una especie de tiburones que solo usaban estos eventos para seguir inflando sus bolsillos de dinero mientras negocian nuevos tratos entre el alcohol, comida y jóvenes que trabajan dándoles publicidad.

Me mantenía en esto porque era lo que me daba dinero, y porque también sabía que esto no podría ser para siempre, así que guardaba algunos fondos para que cuando ese día llegue no tenga que preocuparme demasiado.

—No pareces estar muy feliz de estar acá. —Me giré a mirar a la mujer que se sentó a mi lado, como si el destino quisiera seguir torturándome, era una pelirroja con ojos azules intensos, pero ella no se parecía para nada a Madison. Solo tenían esas características en común, pero definitivamente mi mente se encargó de compararlas con el fin de volver a pensar en ella.

—Solo descanso un poco.

—Estos eventos son muy aburridos. ¿Qué bebes?

—Agua.

—¿Sabes que esto es gratis? —Asentí.

—No bebo.

—Déjame pedirte algo, no puedes solo tomar agua.

—Oye, no es...

—Será sin alcohol, pero te hará disfrutar un poco más esto. —Cuando el chico de la barra se acercó, ella pidió dos tragos, uno con alcohol y otro sin.

—¿Sueles simplemente aparecer y pedirle tragos a una desconocida? —Indague y ella me sonrió.

—Claro que no, pero parecías tan aburrida como yo. Pensé que sería mejor venir a aburrirme aquí mientras mi novio sigue hablando de negocios. No tienes que beberlo, ni hablarme, si no quieres. —Solté un suspiro en el momento en que los dos vasos se pusieron ahí, era una bebida que parecía un jugo de naranja con algo rojo en el fondo. Cuando lo iba a tomar, ella me detuvo. —Cuidado, ese tiene alcohol.

—¿Cómo los diferencias?

—Los tonos son algo distintos.

—Pareces saber.

—Antes trabajaba en un club antes de ser secretaria. —Ella cambió los vasos y entonces probé un poco para asegurarme de que no tenía alcohol, estaba bueno. —¿Entonces mejor que el agua?

—Si, aunque me preocupa la cantidad de azúcar.

—La vida es una. —Sonrió. —Por cierto, me llamo Anastasia.

—Noah. —Sus ojos se abrieron un poco.

—Que coincidencia, así se llama mi novio.

—Supongo que es un hombre más común de lo que pensaba. —Sentí un pequeño deja vú, pero no supe el por qué. —Si esto se aburre deberías decirle a tu novio que prefieres descansar, o hacer algo mejor.

—Bueno, él me pidió venir. Es mejor tenerlo contento, además es mi jefe.

—Entiendo. —De seguro es uno de esos tontos romances de oficina. —De igual forma, si sólo eres una secretaria no tienes un rol que jugar en esto más que ser su novia, sin ofender.

—No, eso lo sé. No te preocupes. Sé que él probablemente solo me trae para presumirme, pero no es nada nuevo. No culpo a los chicos con los que salgo por querer hacerlo. —Su sonrisa de mantenía y hasta parecía divertida de la situación pese a lo mal que sonaba.

—Una mujer como tú debería esperar un poco más de los hombres. —Entonces sus facciones cambiaron por un segundo antes de retomar su sonrisa, era falsa. Bebí un poco más del coctel sin alcohol que había pedido para mí, estaba bueno.

—¿Y tú en que trabajas? —Quiso cambiar de tema. —No te ves como una mujer de negocios.

—¿No?

—Si lo fueras estarías tratando de robarles más dinero a uno de los idiotas que viene aquí, como todos lo hacen.

—Buen punto. Trabajo en... redes sociales, por así decirlo.

—Me pareces familiar. —Ella se inclinó un poco más a mi para verme mejor, sus pestañas eran largas, pero no eran tan lindas como las de Madison.

No de nuevo. Debía dejar de pensar en Madison cada vez que se presentara la oportunidad.

—Tienes la cara de una modelo.

—No soy para nada una modelo. —Aclaré y ella retomó su lugar.

—Podrías serlo.

—No me interesa ese mundo. —Luego de ver tanto tiempo a Carrie trabajando en eso sabía que no podría con todas las exigencias que tenían.

—¿Entonces en qué área te desarrollas?

—Juegos, en su mayoría. —Eso pareció sorprenderle.

—¿Juegos?, ¿qué clase de juegos?

—De computadora, ¿qué más?

—Debes de ser buena en eso.

—Supongo, me gustan.

—Entonces eres hábil con las manos. —Mis mejillas se encendieron ante el descarado tono que no intentó ocultar en sus palabras.

—Claro, para los videojuegos. —Tomé un poco del liquido en el vaso esperando que yo en realidad había malinterpretado todo. Yo era muy mala para manejar este tipo de cosas.

—Hey, te estaba buscando, preciosa. —Un hombre llegó y no dudo ni un segundo en pasar su brazo por la cintura de la pelirroja, ese tipo de cosas me desagradaban de los hombres, porque no era un claro acto de cariño, sino de posesión. Miré al hombre de pelo castaño que tenia un exceso de gel en este.

Quizás era lesbiana porque odiaba a los hombres. Bien, no los odio, solo que en su mayoría me dan asco.

—Estaba conversando con ella, te dije que estaría en la barra mientras hablabas con tus socios. —Ella le sonrió y entonces él me miró, y sin pudor alguno noté su mirada recorrer rápidamente mi cuerpo. Odiaba a este hombre. —Ella es Noah, se llama como tú.

—Que curioso, nunca había conocido a alguien con mi mismo nombre. —Él sonrió. —Un placer conocerte, Noah.

—Claro. —No le preste mayor atención y tomé mi celular para ver la hora, quizás era un buen momento para irme. —Creo que ya me cansé de este sitio, fue un gusto conocerte, Anastasia. —Cuando me levanté del asiento, su voz gruesa me detuvo.

—¿No te gustaría ir a algún lugar con nosotros? —Lo miré notando claramente la intención de esa invitación, no era la primera vez que un imbécil hacía esa sugerencia, pero seguía dándome asco. Miré a Anastasia quien apartó su mirada.

Me preguntaba porque una chica linda como ella estaba con un idiota como él, o para peor, parecía repetir el mismo patrón según lo que me dijo.

—Conozco un hotel con un bar genial en su primer piso.

—¿Ir hasta un hotel a beber algo?

—Es más cómodo así, siempre se pueden reservar habitaciones de ser necesario. —Si hubiera tenido un poco de liquido en el vaso se lo hubiera lanzado, pero me recordé que estaba en un evento publico y no quería seguir metiéndome en más problemas.

—Deben tener mucha confianza como pareja.

—Veo que lo has entendido. —Su sonrisa arrogante apareció. —Espero no te sientas ofendida con algo así, pero nosotros estábamos pensando en tomar una oportunidad como esta y...

—Me refiero a que deben tener confianza, pero sobre todo tú. —Lo interrumpí antes de que siguiera hablando estupideces, pareciera que era lo único que sabía comunicar. —Debes ser muy seguro en lo que haces.

—Si, bueno... —Él trato de hablar algo nervioso cuando avancé un paso para acercarme más a ellos.

—Para ser más específica, debes ser muy seguro como para poner en una situación como esta a una mujer tan hermosa como Anastasia. Si no pones cuidado en estas cosas podría encontrar a alguien mejor con mucha facilidad. —La pelirroja me miró. —Yo probablemente podría aceptar una propuesta como esta, solo si implica que ella este conmigo mientras tu te vas a otra habitación, no tengo ni un interés en ti más que en tu novia. —Él frunció el ceño cuando Anastasia empezó a reír. —Si algún día terminas con este perdedor puedes probar con alguna mujer, de seguro lo hará mejor que él. Como te dije, fue un gusto conocerte, Anastasia.

Me marché sin esperar una respuesta de él, además noté como la pelirroja tomó su brazo intentando que él se relajase un poco. Esa clase de hombre era el tipo que odiaba, ella no se veía cómoda frente a una situación como esa y tenía claro que él solo la veía como un trofeo. Yo nunca hubiera aceptado algo así, tampoco la idea de acostarme con su novia, pero quería dañar su ego tratando de que entendiera lo imbécil que llegó a ser. De verdad esperaba que Anastasia saliese de ahí.

Cuando volví a casa vi como Julie y Hunter veían una película, él estaba tejiendo la bufanda que me prometió para este otoño mientras mi amiga puso sus ojos en mí apenas crucé la puerta.

—¿Cómo te fue?

—Bien, estoy algo cansada así que me tomaré mis pastillas y dormiré.

—Creo que se refiere a cómo te fue hoy con Madison. —Hunter aclaró.

—Lo sé. Es la misma respuesta. —Noté como se miraron preocupados. —Ella aceptó los chocolates, sólo que fue raro.

—¿Raro? —Asentí, Julie empujó a Hunter para separarlo de ella y me indicó que tomara asiento entre los dos.

—Podías solo decirme que le diera un espacio a Noah. —Se quejó mientras tomaba asiento, era mejor hablar con ellos antes de irme a sobre pensar a mi habitación. —Ven y dile a tío Hunter todo. —Él dejó sus palillos de lado para atraparme en un abrazo.

—Tenemos la misma edad.

—Todo estará bien.

—Me estás apretando demasiado.

—Es como tranquilizan a las vacas, lo vi en Grey's Anatomy. Solo disfrútalo. —Solté un suspiro.

—Cuando llegué ella venía con un hombre, era como esos hombres literarios de los libros pervertidos que te gustan. —Miré a Julie. —Imponentes y en palabras de Madison con una gran belleza equiparada a su inteligencia. Se conocen de la universidad y se reencontraron hace poco. No pude dejar de pensar en eso, sobre todo luego de que me presentara como su amiga. Yo no puedo contra eso.

—Es cierto. —Ambas miramos a Hunter. —Digo, no tienes por qué compararte, además de seguro no es nada.

—Ella parecía bastante feliz de su compañía.

—Olvidaba que tu forma de autosabotearte era esta.

—Es mi intuición diciéndome que no entre ahí. —Me defendí ante las palabras de Julie. —Es su culpa, por crearme ilusiones en donde no hay nada.

—Aún no queda una fase.

—Ya basta con este tonto plan suyo. —Separé a Hunter de mi. —Me iré a mi habitación,

—Una cita. —Julie volvió a capturar mi atención.

—¿Escuchaste lo que te dije y quieres que le pida una cita?, claro que no. Prefiero morir en silencio antes de morir de la vergüenza.

—No una cita cita, salgamos con Christine y ella. Es una buena excusa.

—Es una buena excusa para meter a Christine en esto, ¿no? —La miré con mis ojos entrecerrados.

—En algún momento pasaría, además iría Hunter.

—¿Por qué me metes en esto?, terminaré la noche en medio de su amor sáfico. Creo poder encontrar mejores planes que eso.

—Vamos a ese club que te envió entradas el otro día.

—No las acepté porque sabes lo mal que me hace ir a esos lugares, no me sentiría cómoda.

—Solo te sientes incomoda porque tienes miedo de tomar demasiado, pero ya no tomas y Hunter ahora será tu perro guardián.

—Yo dije que podía encontrar algo mejor, no seré su niñera.

—Ponlo como una prueba personal, más allá de Madison. Antes te divertías bastante en esos lugares, además estaremos en la zona VIP, no debería ser un mayor problema. Si quieres irte en cualquier momento, nos iremos.

Yo antes tenía ese estilo de vida, sin saber bien el por qué la disfrutaba y ahora solo me generaba un mal recuerdo. Pero creía que quizás si era hora de poder visitar un club y disfrutarlo como cualquier otra persona.

—Bien, servirá para conocer a Christine. Hunter nos iremos todos en un solo auto, así que no te preocupes por eso.

—¿Por qué nunca me escuchan?

—Genial, lo pasaremos muy bien, —Julie chocó los cinco conmigo.

Si bien lo hacía por mi interés con Madison. También lo hacía por ella, de seguro estuvo buscando la manera de presentarnos a Christine durante este tiempo, Julie se veía feliz desde que ellas se juntaban a almorzar, y quizás era momento de evaluar los intereses de esa mujer sobre mi mejor amiga.

—No quiero ir atrás. —Hunter se quejó mientras seguía mi camino al departamento de Christine, ahí nos esperarían ambas amigas. —Ellas irán todas empalagosas atrás, no quiero estar cerca de eso.

—Prometo que no será así, cédele el asiento a Madison. —Julie golpeó el hombro de mi amigo.

—Cuidado, es mi brazo malo. Te recuerdo que estuve a punto de morir.

—Siempre se te zafa, no exageres. Ahora, cuando lleguemos le darás el asiento a Madison.

—No sigas insistiendo, Hunter no tienes que moverte. —Él se giró para sacarle la lengua a la castaña. —La solución es que Julie se venga adelante, así nadie se va a poner empalagosa.

—Hunter, ve adelante, sin problemas. —Julie se relajó y sonreí, sabía que eso funcionaría. —Pero no pongas tu música, nos vas a deprimir.

—¿Qué tiene de malo mi música?

—Es solo que escuchas música deprimente.

—A mí me gusta tu música. —Hunter volvió a mirar victorioso a Julie.

—¿Por qué eres tan amigable con él hoy?

—Porque fue su condición para venir, pero en el fondo todos conocemos la realidad. Tú música es deprimente, me gusta, pero Julie tiene un punto. Es mejor poner algo más animado.

—Lo cual me pone a cargo de la radio. —Julie celebró antes de tomar mi teléfono con el cual veía las indicaciones.

—Oye, ahora no sabré a donde ir.

—Es en dos calles más allá, tu sigue. Te lo pasaré cuando desactive la conexión. —Solté un suspiro y seguí con el camino. —Es en ese edificio. Deben estar abajo. —Me estacioné fuera el gran edificio, no era nada del otro mundo, pero mi vista se fue directamente a la pelirroja que llevaba unos pantalones negros y un top blanco que dejaba ver un poco de su abdomen, era algo simple quizás, pero para mí se veía maravillosamente bien y agradecí que las noches siguieran siendo cálidas.

—¿Estás segura de que Christine es super agradable? —Hunter pregunto inclinándose sobre mi para ver a ambas mujeres que conversaban, ciertamente Christine no tenía una cara que te dijese que era tan agradable como Julie lo dijo.

—Claro que sí. —Julie abrió su puerta y Hunter bajó el vidrio lo cual llamó la atención de ambas mujeres que detuvieron su charla, el rostro de Christine cambió al ver a Julie. Una sonrisa grande apareció en su rostro y yo esperé que fuera algo sincero.

—Hey, suban pronto antes de que nos digan que no podemos detenernos aquí. —Ambas mujeres miraron a Hunter y yo puse mi mano sobre su rostro para empujarlo lejos de mí.

—Hola. —Madison saludó inclinándose un poco sobre la ventana. Mierda. Mira sus ojos Noah. Mira sus ojos.

—Hola, Madison. —Sonreí cerrando mis ojos para no caer en la tentación. —Vamos, suban. —Miré de nuevo al frente y ambas subieron, Christine estaba en el medio de ambas.

—Hola, soy Christine.

—Soy Hunter, el esposo provisorio de Julie. —Él se giró a mirar a las mujeres mientras yo volvía a nuestra ruta hasta el club. Mi amiga golpeo la frente de Hunter haciendo que se quejara.

—No es nada de eso. —Julie aclaró rápidamente. —Él intenta ser gracioso con mujeres cerca porque les dan miedo.

—No tienes que preocuparte por nosotras, no tenemos ni una intención en ti. —Miré a Christine por el retrovisor.

—Christine. —Madison le dio un golpe con su codo y yo volví a mirar la ruta. —Discúlpala, ella a veces confunde no tener filtro con ser una idiota.

—Solo era una broma, me disculpo. —Christine dijo rápidamente.

—Pondré algo de música. —Julie mencionó seguramente para evitar que empezara una situación incómoda. Yo volví a mirar a través del retrovisor a la pelirroja, pero ella solo miraba por la ventana.

Se veía algo distante, o quizás era por la semana que había pasado en donde no habíamos hablado. O quizás era solo yo sobre analizando una situación o escenario creado por mí.

Cuando llegamos al club evitamos hacer filas gracias a las entradas VIP que me habían dado con tal de subir algunas fotos y posar para la marca en la cabina de la entrada, a veces podías obtener estas cosas por algo simple, o que se veía simple, pero tener tres millones de seguidores te ayudaba para hacer este tipo de tratos. Normalmente no te darían la cantidad de pases que había solicitado. Una mujer nos guio hasta donde estaría nuestra mesa asegurándonos que sería solo de nosotros y no nos preocupáramos por nuestras cosas. Estábamos en la segunda planta del club en donde había mucha menos gente, pero aún así la pista estaba casi llena.

—Había escuchado que "Deluxe" era exclusivo, pero jamás pensé que a este nivel. —Christine habló y yo me senté junto a Hunter, estaba lejos de Madison, pero al menos era algo más seguro. Si estaba cerca de ella me pondría a actuar como una tonta. —¿Quieres que te pida algo de beber? —Le preguntó a Julie.

—No te preocupes, vendrá alguien a atender la mesa. Ahí pueden escanear la carta. —Les señalé el código QR de la mesa.

—¿Vienes seguido? —Ella preguntó.

—Antes.

—Hace mucho. —Hunter dijo como si necesitara aclararlo. —¿Y desde cuando son amigas?

—No lo sé, creo que desde los 16 o 17. —Christine se encogió de hombros.

—Desde los 15, Christine. —Madison corrigió. —Nos conocimos porque estábamos en el club de teatro.

—¿Segura? —Miré la interacción de ambas, Madison solo asintió aun revisando su teléfono. —Entonces eso, ¿y ustedes?

—Con Julie prácticamente nacimos juntas. —Dije mirando a la cita de amiga. —Es una de las personas más importantes para mi. —Noté la mirada de Christine, ella había captado la primera advertencia. Lamentablemente el tiempo me había hecho ser algo sobreprotectora con las citas de Julie. —Y Hunter es solo mi amigo desde la universidad.

—¿Solo tu amigo de la universidad? —Dijo ofendido. —Yo soy su mejor amigo, el de ambas.

Cuando la mesera llegó nos atendió, yo como siempre solo pedí una botella de agua mientras los demás decidieron tomar algo esa noche. Trataba de no prestarle demasiada atención a Madison, no quería verme desesperada por el hecho de que quería tener su atención en mí, aunque lo estaba, no quería que ella lo notara.

Lo bueno de esta zona VIP es que te permitía también compartir un poco pese a la música. Claro que tenías hablar alto, pero nada demasiado exagerado. Christine sugirió jugar a verdad o reto, aunque si no querías decir la verdad se transformaría en un trago o un verdadero reto. Me pareció algo tonto, pero Hunter y Julie aceptaron.

—Bien, Noah. —Volvió a ser mi turno ya había respondido todas sus tontas preguntas, Christine miró a Madison antes de volver a mirarme. —Si pudieras besar a alguien de toda esta fiesta, ¿a quién besarías?

—A la persona que también quiera besarme. —Respondí sin mayor interés en el por qué hizo esa pregunta.

—¿Pero besarías esta noche a alguien? —Sus ojos estaban analizándome.

—Creo que ya respondí tu pregunta.

—Vamos a bailar, a eso hemos venido. —Julie tomó la mano de Christine para llevarla a la pista. Había algo en Christine que no me hacía sentir tan cómoda, ella estuvo casi todo este tiempo haciéndome preguntas y analizando mis respuestas, como si estuviera bajo un interrogatorio. Ella debería estar en mi lugar, es ella la que esta saliendo con mi amiga. Hunter y Madison se levantaron.

—Pueden adelantarse, aún tengo que subir algunas historias y esas cosas. —La actitud de Christine me irritó y necesitaría un minuto para volver a mi humor.

—Puedo hacerte compañía si quieres. —Hunter sugirió.

—De seguro Madison también quiere ir, no la dejes sola con ellas. —Él asintió y miré a la pelirroja que me dio una mirada extraña, como si de pronto estuviera molesta. No lo entendí.

Ella estaba rara desde que volvimos de la playa, sentí que algo malo pasaba entre nosotras y no era capaz de descubrir qué era. ¿Había hecho algo mal?, quizás la estaba presionando demasiado por culpa de este tonto plan.

Tenía que detener mi mente y centrarme en este lugar. O solo iba a seguir torturándome.

Mi botella de agua se había acabado, miré a la pista viendo a mis amigos disfrutando entre la multitud, sería más rápido si iba directamente a la barra. Me moví entre las personas y cuando llegué solté un suspiro, había sido una gran tarea pese a que el lugar no estuviera repleto, al menos la barra estaba casi vacía.

—¿Qué te sirvo? —Cuando miré a la chica que estaba al otro lado de la barra me sorprendí al ver a esa pelirroja. —Hey, eres tú.

—Pensé que eras secretaria.

—Renuncié. Gano más aquí y además seguí tu consejo. —Ella me sonrió.

—¿Cuál?

—El de dejar a mi novio, bueno, exnovio.

—Esa es una buena noticia.

—Lamento eso, fue algo incomodo.

—No te preocupes.

—Aunque si tu oferta sigue en pie, la podría tomar. —Mis mejillas se pusieron rojas al recordar lo que le había dicho. Cuando lo dije no pensé que tendría que volver a verla. —Tranquila, solo bromeo.

—Gracias a Dios.

—No pensé que fuera tan malo.

—No, no quise decir eso. —Cuando me volvió a sonreír me sentí tonta, ella seguía jugando conmigo.

—Entonces, ¿Qué te sirvo, dulzura?

—Solo dame una botella de agua, este lugar esta demasiado caluroso, ¿cómo aguantas estar aquí toda la noche? —Ella tomó mi mano aproximándola a ella, me puse nerviosa, pero ella solo la atrajo para que sintiera la brisa helada que pasaba por el otro lado de la barra. Cuando la soltó me volví a acomodar. —No me lo hubiera imaginado.

—Es solo aire acondicionado, también nos ayuda a mantenernos despiertos. —Noté como ella tomaba algunas botellas preparando un coctel.

—Noah. —Sentí una mano sobre mi hombro y cuando me voltee noté que era Madison. —Te estaba buscando.

—Vine por agua. —Ella miró a la chica de la barra y noté que no llevaba una buena cara, de hecho, parecía más enojada de cuando se fue con Hunter. ¿Le habría pasado algo? —¿Quieres algo? —Ella negó.

—Ten, consideralo como un regalo de la casa, dulzura. —Volví a mirar a Anastasia quien me entregó un vaso con el coctel del otro día. Ella me guiñó un ojo.

—Muchas gracias. —Le sonreí, había olvidado que existía este coctel. Era realmente bueno.

—Ella no bebe alcohol. —Madison lo tomó antes de que yo pudiera hacerlo.

—Tranquila, es sin alcohol. El otro día pareció gustarle. —Los ojos de la abogada se posaron sobre mi y de pronto me sentí atrapada en una jaula.

—¿Cuánto es?, te lo pagaré.

—Hey, es solo un regalo. —Anastasia se inclinó quedando cerca de mí. —¿Ella es tu novia o solo te esta molestando? —La escuché decir en mi oído.

—Vamos, Noah. Quiero ir al baño. —Madison tomó mi muñeca tirando de ella para alejarme de Anastasia, tomé el vaso como pude.

—¡Nos vemos, dulzura! —Ella gritó y yo le hice un gesto casi de disculpas, aunque no entendía nada de lo que estaba pasando. Solo seguí a Madison hasta el baño, había unas chicas ahí y sin darme tiempo la pelirroja tomó el vaso para vaciarlo en el lavabo.

—No deberías aceptar bebidas de una desconocida.

—La conozco, o algo así. Además, estaba viendo como lo preparaba. —Madison no me miraba. —¿Te ha pasado algo?, estás rara. —Me acerqué un poco más a ella para escucharla sin prestarle atención al resto de chicas ahí.

—Lamento haberte traído así. —Ella parecía tratar de tranquilizarse un poco, yo miré mi muñeca que estaba algo roja por su agarre, pero no dolía. —Es solo que ella... es la novia de Noah. Del imbécil, para aclarar.

—¿Qué? —Estaba verdaderamente sorprendida. El idiota tenía un claro tipo de mujer definido. —Oh, entonces tu exnovio es un verdadero imbécil. La conocí el otro día en un evento al que tuve que ir, por eso conocí a Anastasia.

—¿Te encontraste con Noah? —Asentí.

—Si, Madison me sorprende que hayas salido con un hombre como él. Da asco. Me sugirió unirme a ellos en un... —Me acerqué un poco para que otras no escucharan. —trio.

—Ese maldito. —No pareció sorprenderle demasiado, más su cara estaba roja por la ira. Me preguntaba si ella tuvo que pasar por algo así. —¿Y qué dijiste?

—Por supuesto que le dije que no. —Dije rápidamente. —De hecho, le dije algunas cosas de más porque Anastasia se veía incomoda por la situación, claro que iba a decirle que no si ella se veía así de mal.

—¿Le hubieras dicho que si en el caso de que ella estuviera bien con eso? —Negué rápidamente.

—Claro que no. —Ella dejó de mirarme.

—Madison, no te preocupes por tu exnovio, él es solo un tonto y ellos ya terminaron.

—¿Cómo sabes eso?

—Me lo contó mientras me atendía.

—¿Son cercanas ahora?

—No, solo nos encontramos. Si ella te hace sentir incomoda no te preocupes, entiendo que sea incomodo para ti por tu exnovio...

—No es eso. Digo si en parte, pero no es eso. —Murmuró, las chicas que estaban habían salido y el ruido de la música entró un poco. —No es por él.

—Te he notado algo rara este ultimo tiempo, ¿tienes mucho estrés?, ¿no querías venir? —Ella seguía sin mirarme. Cuando iba a posar mi mano sobre su espalda, se alejó. —Bien, creo que te dejaré tomar un poco de aire. Volveré con los demás.

—Lo siento. —Solo asentí. —Yo... esto es difícil.

—¿Qué cosa?, ¿estás mal por Anastasia?

—Deja de decir su nombre, me dan ganas de vomitar.

—Lo siento, entiendo que ella te afecte por tu exnovio.

—Te he dicho que no es por él. —Sus ojos me miraron de nuevo.

—Ella no se ve como una mala persona.

—Noah, no sigas hablando de ella. —Hice una mueca.

—Bien, lo siento. Creo que iré afuera, pareces algo alterada y quizás Christine pueda ayudarte. —Cuando iba a tomar el vaso para devolverlo a la barra, ella volvió a tomar mi muñeca, pero esta vez no fue algo brusco.

—Estoy celosa. —Dijo sin mirarme, su cara seguía roja.

—¿Celosa?

—Siento culpa y celos.

—Entonces si es por tu ex.

—No tonta, es por ti. —Me quedé fría. —Estoy celosa de que ella este cerca de ti y me siento culpable por sentirme así. Me siento culpable de pensar en ti de una forma inapropiada desde dormimos juntas. —Sus ojos me miraban algo ansiosos. —Me siento culpable porque mientras tú eres tan atenta yo sólo puedo pensar en ti de esa forma últimamente y ahora que pareciera que yo no te intereso en absoluto me hace sentir celos de esa mujer que captó tu atención tan rápido esta noche mientras tú parecías mantener lejos de mí. —Ella soltó mi muñeca y pareció darse cuenta de lo que dijo. —Lo siento, yo no... no quería ponerte en esta situación incómoda. Puedes hacer lo que quieras, lo siento.

—¿Puedo hacer lo que quiera?

—Claro, ve si quieres a la barra o ve con alguien más, solo no controlé mis impulsos, yo no debí... —Tomé sus mejillas y la besé.

Si ella me había dejado hacer lo que quiera luego de todo lo que me dijo yo quería hacerle entender que, esa noche, a mi no me interesaba nadie más que ella. No solo esa noche, desde hace un tiempo, no me interesaba nadie más que Madison. Mientras sentía la suavidad de sus labios y cómo su mano se posó en la parte trasera de mi cuello casi como si me obligara a mantenerme ahí, incluso cuando lo estaba haciendo para satisfacer uno de mis más recientes deseos. Mientras ocurría todo eso pude confirmar que yo había caído totalmente por Madison Call y que probablemente no habría vuelta atrás desde esa noche.

Lamentablemente este solo era el comienzo de un largo camino.

Continue Reading

You'll Also Like

1M 28.9K 32
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
Kiss Me? By Jo

Teen Fiction

267K 17.9K 29
Una serie de sueños cambiaron la vida de Casey y Kendall, en la realidad eran personas muy diferentes y opuestas. Casey no era una chica cualquiera y...
28.2K 2.9K 59
Venecia es una chica de 19 años que ingresa a la universidad que su padre escogió, todo en su vida siempre fue decisión de su padre. Cuando llega a...
8.8K 1.3K 17
Jungkook solo sentia curiosidad por su nueva vecina, nunca penso que se convertiria en su mayor amor platonico.... Heterosexual Capitulos cortos Jung...