Wei Ying "ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ"|| Wangx...

By KimKely17

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Wei Ying y Jiang Cheng se encontraban en la situación de representar a su secta en la competencia anual de La... More

Prólogo
ACLARACIONES
Capítulo 01
Capítulo 02
Capítulo 03
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Extra 1: Encuentro
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 26
Capítulo 27

Capítulo 25

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By KimKely17

Los días pasaron rápidamente, la guerra no parecía acabar, al contrario, Wen Taoli había utilizado nuevamente a aquellas criaturas que antes habían atacado el campamento de la alianza, es así que lograron avanzar nuevamente hacia Yunmeng.

Wei Ying decidió que era necesario usar el Hierro Yin y su flauta, así es que pudo obtener el control de dichas criaturas y con la ayuda de Lan Zhan las purificaron, para que no vuelvan a ser usadas para el mal.

La intervención de Wei Ying con el Hierro Yin y su flauta resultó ser un giro crucial en la guerra. Controlando las criaturas resentidas, lograron evitar que se convirtieran en una fuerza devastadora dirigida por Wen Taoli. La purificación de esas criaturas no solo debilitó las filas enemigas, sino que también fortaleció las posiciones de "La alianza para derribar el sol".

A medida que la guerra se intensificaba, Wei Ying y Lan Zhan se volvieron fundamentales en la estrategia defensiva de la alianza. Utilizando su astucia, habilidades de combate y la combinación única de sus técnicas, pudieron repeler varios intentos de avance de las fuerzas de Wen Taoli.

Sin embargo, la lucha aún estaba lejos de terminar, Wen Taoli, persistente y despiadado, continuaba desplegando tácticas cada vez más peligrosas y creativas. 

"La alianza para derribar el sol" se enfrentaba a desafíos constantes, pero el WangXian se mantenía firme, decididos a proteger a sus seres queridos y poner fin al conflicto de una vez por todas.

Los días pasaron, siendo ya aproximadamente cuatro meses desde que sucedió todo, Wei Ying ya tenía alrededor de cuatro meses y medio de embarazo, por lo que su barriga ya se empezaba a notar, es por ello que ahora portaba túnicas holgadas pero elegantes, su cabello dejó la coleta de siempre, pues ahora el doncel llevaba una media cola que estaba amarrada por una larga pero hermosa cinta carmesí, si miraban bien podían notar pequeños y poco perceptibles bordados de nubes y flores de loto.

Wei Ying continuaba liderando con valentía la defensa de la alianza, incluso estando embarazado, su fuerza espiritual, junto con el apoyo y la protección de Lan Zhan, permitieron que participara activamente en las estrategias para contrarrestar las amenazas de Wen Taoli.

A pesar de las dificultades de la guerra, Lan Wangji y Wei Ying encontraron momentos de serenidad y conexión en medio del caos. Lan Zhan se encargaba de mimar y cuidar a Wei Ying con una devoción que no pasaba desapercibida para los demás. Incluso en medio de la batalla, Lan Zhan siempre estaba al lado de su amado, protegiendo tanto a Wei Ying como al bebé que este llevaba en su vientre.

Aún nadie de la alianza aparte de la familia principal Lan y Jiang, sabían acerca del embarazo del doncel, este aún se mostraba reacio a revelar dicha noticia, puesto que eso podría ser usado por los Wen, lo cual no generaría nada bueno.

Mo Xuanyu había sido el encargado de revelar varios de los planes de Wen Ruohan y Wen Taoli a Xue Yang, es por la ayuda del ahora Madame Wen que el esposo de Xiao Xingchen había logrado descubrir varias cosas que fueron de gran ayuda para la alianza.

Pero ahora mismo se encontraba en lo que parecía ser la habitación de alguien importante en la secta Wen, mientras observaba todo, sintió que alguien ingreso a esta, es por ello que se escondió rápidamente, el hombre que había ingresado no nada más ni nada menos que Wen Ruohan, el cual no se veía para nada contento, este tocó una parte de la pared de su habitación con un poco de energía espiritual, al momento esta se abrió, mostrando así una entrada hacia un pasadizo muy extraño.

Desde su escondite pudo notar como el Wen ingresaba a dicho lugar, de inmediato la entrada se cerró, entonces Xue Yang salió de su escondite y luego de esperar unos segundos hizo lo mismo que Wen Ruohan, de igual forma logrando ingresar a aquel pasadizo.

Dentro del pasadizo, Xue Yang caminó con sigilo, manteniéndose alerta a cualquier señal de peligro. Las paredes estaban decoradas con extraños símbolos que le resultaban desconocidos, a medida que avanzaba, notó que la temperatura descendía y una tenue luz iluminaba el camino.

Llegó a una sala secreta donde Wen Ruohan se encontraba rodeado de varios sirvientes y discípulos leales. En el centro de la habitación yacía un antiguo altar, sobre el cual reposaba un artefacto de aspecto oscuro y siniestro. El líder Wen, con una expresión de gran concentración, comenzó a realizar un complicado ritual, canalizando energía espiritual hacia el artefacto.

Xue Yang, manteniéndose oculto, observó atentamente, la información que pudiera obtener de ese misterioso ritual podría ser crucial para la alianza. Trató de memorizar cada detalle, cada gesto del líder Wen, mientras las sombras danzaban en la sala.

De repente, una perturbadora presencia se hizo sentir en la sala, Xue Yang sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal, el Wen había logrado dominar finalmente aquel pedazo del hierro Yin que poseía, de inmediato soltó una bocanada de sangre, pero aun así no se detuvo.

Wen Ruohan con una sonrisa maliciosa, elevó el artefacto oscuro que había logrado dominar gracias al ritual, la energía resentida emanaba de él creando un ambiente opresivo en la sala secreta. Xue Yang, a pesar de su experiencia en el mundo de la cultivación, no pudo evitar sentir una incomodidad ante el poder desplegado por el exlíder Wen.

— Este artefacto será clave para la victoria final de la secta Wen —declaró Wen Ruohan con satisfacción — Con el Hierro Yin bajo mi control, ninguna fuerza nos detendrá —

— Ahora, preparen a los soldados — ordenó Wen Ruohan— Es hora de intensificar nuestros ataques, la alianza no tardará en caer ante nuestra supremacía, ni siquiera mi padre será rival para mi— el Wen se mostraba seguro de su absoluta victoria, es así que ignorando las voces a su alrededor y el profundo dolor en su pecho sonrió ladino.

Xue Yang, aprovechando un breve descuido, salió sigilosamente fuera de la sala. Su mente trabajaba a toda velocidad, evaluando la información que acababa de presenciar.

La alianza debía ser advertida de este nuevo desarrollo, pero hacerlo sin ser descubierto se volvía cada vez más difícil.

Por eso decidió regresar a la superficie y encontrar cómo comunicar lo descubierto. Mientras tanto, la amenaza de la secta Wen se cernía sobre el mundo de la cultivación, desencadenando una batalla que determinaría el destino de todos los clanes y sectas involucrados.

De vuelta en la superficie, Xue Yang trazó un plan en su mente, necesitaba encontrar una forma segura de comunicar la información a la alianza esto sin poner en peligro su propia vida ni revelar su papel como infiltrado.

Mientras se desplazaba por la secta Wen, Xue Yang se movía con sigilo, evitando ser detectado por los discípulos y centinelas. Su habilidad para pasar desapercibido y su astucia lo convirtieron en un espía formidable, gracias a ello se acercó a las zonas clave donde podría obtener información adicional sobre los planes de Wen Ruohan.

En su camino, se encontró con algunos discípulos Wen que murmuraban entre ellos acerca de los éxitos recientes de la secta en la guerra contra la alianza. Aprovechó la oportunidad para mezclarse con ellos y obtener más detalles sobre los movimientos de la secta Wen.

En una conversación encubierta, escuchó que Wen Ruohan planeaba llevar a cabo un ataque importante en un plazo muy corto. Esto confirmaba sus sospechas sobre la inminente intensificación de los ataques de la secta Wen.

Xue Yang decidió que era crucial encontrar una forma rápida y segura de comunicar esta información a la alianza de cultivadores. Buscó un lugar aislado donde pudiera escribir una carta cifrada, utilizando técnicas de comunicación secretas que había aprendido durante su tiempo como espía. Después de redactar la carta, buscó la manera de enviarla sin levantar sospechas.

Finalmente, encontró una oportunidad y logró enviar la carta hacia la alianza. Ahora, solo quedaba esperar y confiar en que la información llegaría a manos de aquellos que podrían actuar en consecuencia.

Mientras aguardaba los resultados de su arriesgada maniobra, Xue Yang continuó recopilando información sobre los planes de Wen Ruohan. Descubrió que el líder Wen estaba reuniendo a sus fuerzas para un asalto final contra varias sectas importantes, la situación se volvía cada vez más crítica, pues ya no solo Wen Taoli controlaba la energía resentida, si no que Wen Ruohan también lo hacía y al parecer era mucho más poderoso que su padre, pues el Wen menor poseía el legendario "Hierro Yin".

En Yunmeng, la alianza recibió la carta de Xue Yang, los líderes de las sectas se reunieron para analizar la información y así planificar estrategias defensivas, Jiang Cheng, aunque preocupado por su embarazado hermano y Lan Zhan, comprendió la importancia de la información proporcionada por el astuto espía.

La guerra estaba a punto de alcanzar su clímax, y las decisiones tomadas en los próximos días determinarían el destino de ambos bandos. La alianza cultivadora se preparaba para enfrentar la embestida final de la secta Wen, confiando en la valiosa información proporcionada por Xue Yang.

Después de algunos meses de incesante conflicto y la amarga pérdida de vidas, tanto de inocentes como de cultivadores, ambas facciones habían perdido mucho y sufrido daños, ambos lados estaban decididos a acabar con dicha guerra, pero ninguno quería desistir, pues la secta Wen quería someter a las otras, pero la ahora alianza quería evitar aquello, por lo cual no se doblegarían y lucharían hasta el final para proteger lo que amaban y conocían.

En el bando de los Wen, emergió un conflicto entre padre e hijo, Wen Taoli sumido en una mezcla de enojo y sorpresa ante la decisión de su vástago de confrontarlo, finalmente optó por ponerle fin a dicha contienda por el poder de manera definitiva. Después de todo, creía que podría tener otros herederos o, en última instancia, designar a su ahora único nieto, Wen Chao, como su sucesor en caso de no lograr alcanzar la ansiada inmortalidad.

La confrontación entre Wen Taoli y su hijo desató una tormenta de emociones y tensiones dentro de las filas de los Wen. Wen Chao, aunque aparentemente único heredero, no estaba exento de la mirada despiadada de su padre.

Es por esa razón que Wen Chao decidió luchar en el frente junto a los demás cultivadores de su secta, así estaría lejos de dicho conflicto y demostraría su valía a aquel que saldría vencedor de la pelea familiar, no quería ser visto como amenaza por ninguno de los dos bandos, ya sea que se uniera a su abuelo o a su padre terminaría siendo un cobarde traidor por el que pierda. 

Para añadir tenía a Wen Zhuliu tras él, así que cualquier idiota que se le acercara sería asesinado en segundos o simplemente su núcleo dorado sería aplastado cruelmente dejándolos sin nada con lo cual defenderse.

Con Wen Zhuliu en el frente, el ejército de Qishan estaba avanzando en territorio Jin, esto gracias a "la mano derrite núcleos".

Ambos Wen tenían sus bandos por separado, incluso la corte de los sabios ancianos estaba dividida, ya sea por miedo o por chantajes y amenazas. La pelea por el trono de la secta Wen y todo Qishan Wen se llevó a cabo en una de las salas secretas de la secta. Dónde solo se encontraban Wen Toli y su hijo, Wen Ruohan, ambos estaban dispuestos a pelear y salir vencedores, así que ambos se enfrentaron primero en una batalla cuerpo a cuerpo, pero ninguno pudo salir vencedor, así que algo agotados decidieron acabar eso de manera rápida, por un lado, Wen Taoli se cargó de energía resentida, la cual envolvió todo su cuerpo por un momento, mientras que Wen Ruohan sacó de entre sus mangas un legendario objeto, al instante Wen Taoli abrió los ojos sorprendido, en todo ese tiempo este no había podido encontrarlo por ningún lado, es por ello que había intentado dominar dicha energía por la fuerza, lo cual luego de varios años de práctica logró Dominar según él.

Wen Taoli estaba decidido a salvaguardar su ambición de dominar el mundo y alcanzar la inmortalidad, sin importarle realmente la vida de su hijo o de las personas inocentes que se verían afectadas por culpa de sus locas ambiciones — Puedes oponerte todo lo que quieras, pero al final, tu sangre fluye en las venas de mi nieto. Él será mi legado — pronunció este con mucha frialdad en su voz.

Wen Ruohan, sintiéndose acorralado pero determinado, enfrentó a su padre. — No permitiré que sigas sembrando la destrucción y la desesperación. Si es necesario, enfrentaré incluso a mi propio linaje para proteger lo que queda de nuestra familia y recuperar lo que es mío por derecho y porque fui yo quien se partió la espalda para que esta secta sea lo que es hoy — declaró con firmeza.

La sala se llenó de un aire tenso y ominoso mientras Wen Taoli y Wen Ruohan se enfrentaban en un duelo que iba más allá de simples habilidades marciales. El Hierro Yin en la mano de Wen Ruohan emanaba energía resentida mientras atraía sombras y criaturas espectrales, con su mirada fija en su padre, Wen Ruohan desató una combinación de técnicas cultivadoras y habilidades aprendidas durante los meses de conflicto. El sonido de las espadas chocando y la energía espiritual y resentida mezcladas iban colisionando dentro de la sala, creando un escenario caótico y lleno de peligro.

Cada intento desesperado de Wen Taoli por acabar con su hijo resultaba en un fracaso doloroso. Las marionetas y espectros que lanzaba hacia Wen Ruohan eran atraídos hacia el Hierro Yin, solo para ser expulsados con un resentimiento aún mayor. La sala se llenó con el sonido de los choques y las colisiones, creando un escenario caótico que reflejaba la turbulencia de la relación entre padre e hijo.

A medida que la batalla se intensificaba, las heridas en ambos bandos se multiplicaban. Wen Taoli, acosado por las voces insistentes en su mente, luchaba por mantener la concentración. La pérdida de control sobre la situación se hizo evidente cuando, en un intento frenético, trató de llegar a Wen Ruohan. Su hijo estaba decidido a detenerlo.

Las voces caóticas en la mente de Wen Taoli lo debilitaban cada vez más y más, esto era aprovechado por Wen Ruohan, si no salía vencedor volvería a perder lo que le pretendía, todo por lo que había luchado hasta ese entonces se iría a la nada.

Finalmente, Wen Ruohan aprovechó la oportunidad y doblegó a su padre, sosteniéndolo por el brazo mientras este estaba de rodillas, la sala quedó sumida en un silencio tenso, interrumpido solo por la respiración agitada de los dos contendientes. Wen Taoli, derrotado tanto física como mentalmente, miró a su hijo con una mezcla de asombro y resignación.

— Este conflicto debe llegar a su fin, padre. Es por ello que hoy voy a recuperar lo que me pertenece — su voz era fría y decidida, así mismo atrajo su espada a su mano, por un segundo dudó en lo que iba a hacer.

— Bien hecho, hijo mío. Sin duda, eres mi hijo — dijo Wen Taoli, rindiéndose a su destino. — Ser asesinado por ti es definitivamente el final que merezco — al instante Wen Ruohan cortó la cabeza de su padre, y con una patada la separó de su cuerpo.

Sentir remordimiento sería lo último que Wen Ruohan necesitaba. Jamás lo haría. Fue su propio padre quien lo envenenó desde muy joven, llenándole la cabeza de mentiras, obligándolo a casarse con alguien a quien no deseaba, arrebatándole lo que había luchado por construir y torturándolo con la energía resentida en innumerables ocasiones. Su hijo murió por culpa suya, pero no todo era malo.

Su progenitor también lo impulsó a crecer en poder y a buscar los medios para defenderse. Ahora, estaba cada vez más cerca de convertirse en el líder supremo de todo el mundo.

Era evidente que Wen Ruohan retomaría el control de la Secta Wen. Para los soldados del ejército Wen, nadie se comparaba a él, ni siquiera su propio padre, Wen Taoli. Ambos bandos, tanto el de padre como el de hijo, se encontraban en el Salón del Trono, aguardando los resultados de la contienda por el liderazgo de Qishan Wen. En medio de las discusiones y peleas por determinar el vencedor, un profundo chirrido resonó en la sala. La imponente puerta del Salón del Trono se abrió, y en su umbral apareció Wen Ruohan, sosteniendo en su mano derecha el Hierro Yin y en la izquierda la cabeza de su propio padre, Wen Taoli.

La mirada de Wen Ruohan se posó sobre los presentes en la sala, mostrando una mezcla de triunfo y desprecio. Con gesto majestuoso, avanzó hacia el trono que siempre le había pertenecido, donde se sentó con autoridad, el Hierro Yin descansando junto a él como un símbolo de su supremacía.

— Queda claro quién es el verdadero líder de la Secta Wen — declaró con voz dominante, sosteniendo la cabeza de Wen Taoli como trofeo para luego lanzarla al suelo frente a los seguidores de su padre. La sala quedó sumida en un silencio incómodo, roto solo por el eco del anuncio de Wen Ruohan.

Mo Xuanyu ingresó a la sala seguido por Su She, el doncel avanzó hacia su esposo, el líder Wen se puso de pie y ayudó al doncel a que se sentara junto a él, este sonrió para su esposo y luego miró a los demás, junto a Wen Ruohan sonrieron a la sala demostrando su absoluta superioridad.

A pesar de que Mo Xuanyu no compartía la misma esencia que Wei Wuxian, el cual era el hijo de la semi inmortal Cangse Sanren y nieto de la inmortal Baoshan Sanren, este doncel le había demostrado su apoyo y un profundo respeto. Mo Xuanyu se esforzó por proporcionar información valiosa que contribuiría al avance de su secta contra las sectas rebeldes que se habían opuesto a ellos.

La noticia se extendió rápidamente por toda Ciudad Sin Noche. Wen Ruohan retomaba el control absoluto, y la sombra de su autoridad se cernía sobre la secta. Aunque muchos temían su poder, otros empezaron a preguntarse cuál sería su próximo movimiento y cómo afectaría a la situación general.

Mientras tanto, en un rincón oscuro de la ciudad, Xue Yang observaba en silencio la escalada de eventos. Sabía que debía continuar recabando información para la alianza y asegurarse de que cada paso de Wen Ruohan quedara al descubierto. La guerra aún no estaba decidida, y el destino de todos dependía de los movimientos futuros en este complicado tablero de ajedrez.

La Alianza para Derribar al Sol, después de recibir los informes de Xue Yang, tomó la decisión de lanzar un ataque contra Ciudad Sin Noche. En ese momento, Wei Wuxian se encontraba en un estado aparente de coma, luego de la colisión y las heridas sufridas en la batalla en Lanling Jin. Su avanzado estado de embarazo y el continuo uso de ambas energías lo llevaron finalmente al desmayo. Sin el estaban en clara desventaja, pero lucharían por hacer lo que pudieran para acabar con todo ese sufrimiento.

A estas alturas, tanto aliados como enemigos eran conscientes del embarazo de Wei Wuxian, ya que su prominente estómago sobresalía claramente debajo de las túnicas, siendo imposible que nadie pasara por alto ese hecho. La noticia ya no era un secreto, y era evidente para cualquiera que lo viera.

Fue en este momento que Wen Chao aprovechó la débil situación del doncel para disparar una flecha hacia él. Lamentablemente, la flecha lo alcanzó en el pecho, muy cerca de su corazón. Lan Wangji, con rapidez y determinación, lanzó una cuerda asesina hacia Wen Chao. Con la ayuda de Jiang Cheng, quien sujetaba al Wen con Zidian, logró cortarle la garganta.

De inmediato corrió hacia su amado quien yacía en el frio suelo y se arrodilló junto a Wei Wuxian, observó con angustia la flecha clavada en el pecho de su amado. La sangre fluía, y la preocupación se reflejaba en sus ojos dorados.

— Wei Ying, aguanta —murmuró Lan Wangji con voz entrecortada, mientras examinaba la herida con manos temblorosas.

Jiang Cheng, que se encontraba cerca, apretó los dientes por el enojo e impotencia que sentía, corrió hacia el cuerpo de Wen Chao y lo cortó en pedazos con su espada.

Jiang Yanli se aproximó a su hermano y gritó de impotencia, de inmediato pidió por Wen Qing y que esta preparara todo para salvar a su hermano, pidió a Lan Wangji que se retire, pues aún estaban en el campo de batalla y era peligroso para que ellos siguieran allí.

Lan Wangji, con determinación levantó a su amado en sus brazos y corrió fuera de allí, mientras le pasaba energía espiritual al doncel para así estabilizar su condición y evitar que suceda lo peor.

Jiang Cheng luchó con más ira en sus movimientos, destrozando a muchos con simples latigazos, su hermana hacia lo mismo, defendiendo así el territorio de quien iba a ser su esposo.

Jin Guangshan también estaba luchando junto a ellos, o eso intentaba mostrar, su secta, su territorio era quien estaba siendo atacado, pero no luchaba realmente como si su vida dependiera de ello. Al contrario, no estaba dando todo de si para defender su hogar, se mostraba muy confiado, como si supiera que no lo lastimarían ni a él y ni a su hijo. Wen Zhuliu no se encontraba cerca de Wen Chao, ¿la razón? No lo sabía, pero no importaba, después de todo el último sucesor de Wen Ruohan estaba muerto.

Fue allí que Wen Zhuliu apareció de sorpresa y atacó al Jin, hiriéndolo de gravedad, pero sin conseguir derretir su núcleo dorado, esto alarmó a los cultivadores de la Alianza, muchos de estos veían como sus compañeros perdían la vida delante de sus ojos, La Mano Derrite Núcleos había exterminado su existencia.

Nie Mingjue junto a su hermano y prometido atacaron en conjunto al Wen, Jiang Cheng y Jiang Yanli se unieron a ellos con el fin de acabar con ese maldito perro, pero no podían atacarlo de gravedad, Jin Zixuan dejando a su padre de lado se unió también a ellos, siendo él quien había recibido uno de los ataques del perro fiel de Wen Ruohan en lugar de Jiang Yanli.

El acto valiente y desinteresado de Jin Zixuan dejó perpleja a Jiang Yanli. A pesar de escupir sangre y enfrentar una herida de aparente consideración, el joven líder Jin no dudó en interponerse para proteger a su secta y seres queridos. Las emociones encontradas se reflejaron en el rostro de Jiang Yanli mientras lidiaba con la preocupación por la salud del heredero Jin y el impacto de su sacrificio.

— A-Li, yo... realmente he sido un tonto, te amo A-Li, como a nadie — confesó —Me disculpo por lo que dije antes, no estaba pensando claramente, te suplico... me des una nueva oportunidad de demostrar lo mucho que me importas — pidió con fervor.

Jin Zixuan, aunque había tardado en comprender y expresar sus sentimientos, demostró que estaba dispuesto a darlo todo por aquellos a quienes amaba. Mientras Jiang Yanli trabajaba para estabilizarlo, una mezcla de gratitud y pesar llenó su corazón. Ahora, más que nunca, la lucha por la supervivencia de todos se volvía aún más intensa y personal.

Finalmente, Jin Zixuan recuperó el aliento y la compostura, y junto a su amada se unieron nuevamente en los ataques hacia Wen Zhuliu, Jiang Cheng y Jiang Yanli sujetaron al Wen por los brazos con la ayuda de sus látigos y hasta mientras, Jin Zixuan y Nie Mingjue hicieron cortes en la espalda de este, siendo Nie Huaisang quien con su abanico logró cotar también una parte de su pecho.

El Wen se encontraba herido, pero como pudo se liberó y escapó con algunos otros cultivadores Wen, dejando a los otros ser exterminados por la alianza.

La noticia de la batalla se extendió rápidamente generando enojo en Wen Ruohan, la alianza se preparó para la confrontación final en Ciudad Sin Noche. El líder Wen, al enterarse de la situación, decidió reunir a sus fuerzas para defender su territorio.

Este momento representaba la ocasión perfecta para poner fin a Wen Ruohan, una oportunidad que la alianza comprendía completamente. Sin embargo, Wei Wuxian, su recurso más valioso, se encontraba incapacitado y no podía contribuir a esa última confrontación.

A pesar de haber despertado, el doncel debía descansar y no hacer esfuerzos. Dada la etapa avanzada de su embarazo, se encontraba en riesgo. Las heridas en su cuerpo y el agotamiento de su energía podrían poner en peligro su vida si continuaba forzando a su cuerpo.

Aunque de seguro hubiera insistido en ir con ellos no pudo hacer nada, ya que sus padres, antes de partir hacia el frente, habían dado órdenes a los casi cien discípulos de la alianza. No le permitirían salir del lugar, ya que debía descansar, además pidieron a Wen Qing que lo durmiera si despertaba en algún momento. Sin importar el resultado final, estaban agradecidos y orgullosos de todo lo que el doncel había hecho por el mundo.

Lan Wangji estaba decidido a quedarse con su amado, pero a pesar de su preocupación, él era el gran Hanguang-Jun, uno de los cultivadores más poderosos de su generación, y no podía arrebatarle a la alianza una pieza fundamental. Por lo tanto, el jade decidió encargar a su amado a Wen Qing y Wen Ning, estos se quedarían con él, le dio un beso en la frente a su amado y un beso en el vientre abultado de este, luego junto a los hermanos y padres de Wei Ying marcharon hacia Ciudad Sin Noche, donde la batalla daba comienzo. Los padres de Lan Zhan y otros valientes cultivadores ya se encontraban al frente, listos para luchar.

La alianza recibía con gratitud cada ayuda, ya que todos aquellos que no estaban de acuerdo con las acciones de Wen Ruohan, los perjudicados por él, los familiares sobrevivientes de su exterminio se unían en una resistencia feroz dispuestos a pelear hasta el final.

Wei Ying abrió los ojos con lentitud, parpadeando para ajustarse a la luz que se filtraba en la habitación. Se encontraba en una cama, rodeado por las cortinas que ondeaban suavemente con la brisa. La sensación de agujas y dolor en su cuerpo lo recordó instantáneamente la batalla anterior.

— Ah, finalmente decides unirte al mundo de los vivos — dijo Wen Qing, que estaba sentada cerca de la cama, examinando algunas hierbas y medicamentos.

Wei Ying intentó incorporarse, pero un dolor agudo en su abdomen le hizo retroceder.

— ¿Dónde está Lan Zhan? ¿Y los demás? —preguntó, su preocupación evidente en la voz.

Wen Qing levantó una ceja, claramente insatisfecha con su paciente.

— Hanguang-Jun y los demás han marchado hacia Ciudad Sin Noche. Están en medio de una guerra, y no necesitan que te les unas por tu estado actual —

Wei Ying frunció el ceño, pero antes de que pudiera protestar, Wen Qing habló con firmeza.

— No quiero escuchar excusas Wei Wuxian, tu prioridad ahora es descansar y cuidar de ese pequeño ser que llevas contigo —

Ante la mención de su hijo, Wei Ying acarició suavemente su vientre. La responsabilidad de aquel inocente ser pesaba sobre él, y sabía que debía acatar las indicaciones de Wen Qing.

— ¿Hay alguna noticia de la batalla? —preguntó, buscando desesperadamente alguna señal de cómo iban las cosas.

Wen Qing suspiró antes de responder.

— Aún no sabemos. Los enviados de la alianza prometieron enviar mensajeros con actualizaciones, pero no han regresado —

Wei Ying se mordió el labio inferior, luchando contra la impaciencia y la ansiedad que lo embargaban. Su mente no dejaba de divagar hacia la batalla que se libraba fuera de esas paredes.

En un descuido de la médico Wen, el doncel se puso de pie y caminó hacia la puerta, de pronto cayó de rodillas, Wei Ying contuvo el aliento mientras una oleada de dolor recorría su cuerpo. Se aferró al marco de la puerta, apretando los dientes para no gritar. Wen Qing, al percatarse de la situación, se apresuró a su lado.

— Wei Wuxian, ¿Qué estás haciendo? Deberías estar descansando, no levantándote — reprendió la médico.

— No puedo esperar más, algo no está bien — respondió él, su voz tensa por el dolor.

Wen Qing frunció el ceño, evaluando la situación rápidamente.

— Parece que tu hijo tiene prisa por conocer el mundo — comentó con una mezcla de sorpresa y humor, intentando aligerar la tensión.

Pero Wei Ying apenas pudo sonreír, ya que otra contracción lo obligó a doblarse de nuevo. Wen Qing lo ayudó a regresar a la cama, preocupada.

— Estás en trabajo de parto, no esperaba que fuera tan pronto, pero no podemos detenerlo ahora. Te quedarás aquí, y haré lo que pueda para ayudarte —

El doncel asintió, el sudor perlaba su frente mientras enfrentaba la realidad de que su hijo estaba llegando antes de lo previsto. La guerra afuera continuaba, pero su enfoque estaba ahora en el nuevo ser que estaba por llegar.

Wen Qing se preparó rápidamente para ayudar a Wei Ying en el proceso del parto. A pesar de las circunstancias y la tensión en el aire, se sumergieron en el trabajo juntos.

En el fragor de la guerra, con cada contracción, Wei Ying se aferraba a la esperanza de un nuevo comienzo, de una vida que él y Lan Zhan habían creado juntos. Wen Qing, a pesar de ser una médica experimentada, podía sentir la gravedad de la situación. No obstante, estaba decidida a asegurarse de que tanto madre como hijo salieran bien de ese trance.

En Ciudad Sin Noche, la Alianza luchaba contra las fuerzas de Wen Ruohan, y aunque la ventaja inicial había sido para ellos, la situación cada vez se volvía más incierta. Lan Zhan, Jiang Cheng y los demás líderes se esforzaban por contener al enemigo, sin saber lo que estaba sucediendo en Yunmeng.

Gracias a la información proporcionada por Xue Yang, la Alianza pudo ganar terreno rápidamente, pues aprovecharon sus conocimientos sobre los túneles subterráneos del palacio, para infiltrarse y desarmar a la mayoría de los soldados Wen, los encargados de eso habían sido Jin Guangyao y Nie Huaisang, el primero poseía una gran memoria, mientras que el segundo era un buen estratega, por lo que ambos podían complementar sus fortalezas.

La habitación en Muelle de Loto se llenó con el sonido de los esfuerzos de Wei Ying y el cuidado de Wen Qing, mientras la vida florecía en medio del caos, las sirvientas corrían llevando agua tibia y paños limpios para que la médico pusiera usar, luego de varios minutos en que el doncel luchaba por traer a su hijo al mundo, un nuevo llanto resonó en la habitación, su pequeño había nacido.

Wei Ying sostenía a su hijo recién nacido, una mezcla de alivio y alegría llenó la estancia. Wen Qing sonrió ante la conmovedora escena; el milagro de la vida estaba en sus manos.

El doncel acunó a su bebé con ternura, maravillado por la pequeña vida que él y Lan Zhan habían traído al mundo. Aunque el entorno estaba cargado de tensión, aquel momento era un refugio de paz y amor.

La médico salió de la habitación para recibir al informante de la Alianza dejando dentro al cansado doncel y al nuevo integrante de la familia.

El informante le entregó un pergamino con noticias sobre los últimos acontecimientos en la batalla. Wen Qing frunció el ceño mientras leía, procesando la información recibida.

—¿Qué dicen los informes? —preguntó Wen Ning, ansioso por conocer la situación.

—La batalla continúa, pero también hay avances. —respondió Wen Qing, aunque la preocupación persistía en su expresión.

Mientras tanto, Wei Ying, aunque agotado, no podía dejar de admirar a su recién nacido. Su pequeño rábano estaba allí, se veía tan frágil y vulnerable, pero con un aura que parecía la de su padre.

—Bienvenido a este mundo, A-yuan, mi pequeño bollo te amo demasiado —susurró Wei Ying con cariño, acunando al bebé en sus brazos, el bebé era blanco con un jade, al igual que su padre, pero tenía unos lindos ojos color plata, heredados de su madre, su cabello era negro como la tinta y sus labios eran de un tono rosa muy hermoso.

Wen Ning ingresó a la habitación y mientras dejaba la bandeja con la sopa en una pequeña mesa cerca de la cama al escuchó el nombre que el doncel le había puesto a su pequeño hijo, sonrió asintiendo con aprobación, consciente de la importancia de la elección.

—Nuestro pequeño A-Yuan será testigo de un mundo en el que cultivadores de diversas sectas pueden vivir en paz — declaró Wei Ying, con determinación en sus ojos. La victoria venía con un alto costo, y la guerra aún dejaba rastros de sufrimiento por todos lados.

El doncel luego de comer y darle de comer a su pequeño retoño pidió que se llevaran a su hijo a su habitación mientras él se cambiaba las túnicas, de inmediato Wen Ning se dirigió al cuarto de alado y depositó al pequeño bebé en su cuna.

Fue en ese instante que Wei Ying aprovechó para escapar, cogió a ChenQing y al Hierro Yin y salió de la habitación, para luego montar a Suibian y volar en dirección a Qishan Wen.

Wen Qing había terminado su reunión con el informante de la Alianza. Al regresar, notó la ausencia de Wei Ying y, al buscarlo vio a Wen Ning cuidando del bebé en la cuna, pero no había señales del doncel.

—¡Wei Wuxian! —exclamó preocupada, temiendo lo que él pudiera estar escondido o se hubiera desmayado.

Dejando a Wen Ning en la habitación cuidando del bebé, Wen Qing se apresuró a salir y alertar a los demás sobre la situación. La noticia de la desaparición de Wei Ying se extendió rápidamente, generando inquietud y confusión entre los presentes, pero de todas formas era obvio que este había ido a Ciudad Sin Noche.

Wen Qing instruyó a su hermano y a los discípulos para que se quedaran cuidando al bebé, asegurándose de protegerlo de cualquier amenaza potencial. Acompañada por un reducido grupo de soldados, se encaminó hacia Qishan para alcanzar a Wei Wuxian. Dada la delicada condición de salud del doncel, su objetivo principal era detenerlo antes de que se embarcara en acciones impulsivas y arriesgadas.

El grupo liderado por Wen Qing se apresuró en la dirección de Ciudad Sin Noche, siguiendo los rastros dejados por Wei Ying. Sabían que debían alcanzarlo antes de que enfrentara cualquier peligro solo. Mientras avanzaban, Wen Qing no dejaba de preocuparse por la salud del doncel.

—No puedo creer que Wei Wuxian haya decidido ir solo en su estado. Debería haber esperado a que estuviera completamente recuperado —murmuró para sí misma.

Entre los presentes, había un ambiente de urgencia y tensión. Todos comprendían la gravedad de la situación y la importancia de detener a Wei Ying antes de que se enfrentara a Wen Ruohan. Sabían que cada minuto contaba y que el doncel necesitaba ser protegido tanto de sus propias acciones impulsivas como de los peligros que acechaban en Ciudad Sin Noche, incluso con sus habilidades médicas, la Wen no podía permitir que Wei Ying se arriesgara más de lo necesario.

Mientras tanto, en el campamento, Wen Ning cuidaba del bebé y de la seguridad del lugar, cumpliendo con la responsabilidad que le fue asignada por Wen Qing. El pequeño retoño, ajeno a la tensión que se desarrollaba a su alrededor, dormía tranquilamente en su cuna.

Finalmente, llegaron a un punto estratégico donde podrían observar lo que ocurría en la distancia. Desde su posición, pudieron ver la agitación en las calles y los enfrentamientos que tenían lugar. Wen Qing frunció el ceño al darse cuenta de que la batalla estaba en pleno apogeo, y la seguridad de Wei Wuxian corría peligro.

Wei Wuxian, exhausto y prácticamente sin aliento, había llegado a Ciudad Sin Noche. El reciente parto le había dejado sin energías, y la falta de un adecuado periodo de descanso impedía que se recuperara como era necesario.

Al entrar en la ciudad, Wei Wuxian se movía con precaución, sus pasos resonaban débilmente en las calles desiertas. La quietud contrastaba con la urgencia que sentía en su interior. El Hierro Yin y Subian descansaban en sus manos, mientras que Chengqing se encontraba en su cintura.

Sus pensamientos se dispersaban entre la preocupación por su hijo y la determinación de poner fin a la amenaza de Wen Ruohan. Aunque su cuerpo clamaba por reposo, la fuerza impulsora de proteger a los suyos lo mantenía en movimiento.

Mientras avanzaba por los oscuros callejones, una presencia ominosa se hizo sentir a su alrededor. La energía resentida flotaba en el aire, advirtiéndole de los peligros que aguardaban en las sombras. Wei Wuxian se preparó para lo que podría encontrarse, sabiendo que cada paso lo acercaba más al corazón del conflicto.

A medida que se adentraba en el territorio enemigo, su mente se llenaba de pensamientos sobre el bebé que acababa de dar a luz. La imagen de su pequeño hijo resonaba en su corazón, infundiéndole la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos que se avecinaban. Sabía que su misión no solo era por el bien de la alianza, sino también para asegurar un futuro pacífico para su nueva familia.

De vez en cuando el doncel, se topaba con monstruos creados por la energía resentida de Wen Taoli. Sin embargo, con habilidad y determinación, lograba purificarlos con la ayuda de su flauta y el Hierro Yin.

Mientras tanto, en Yunmeng, Wen Ning y los demás se mantenían alerta, resguardando al bebé y aguardando el regreso de Wei Wuxian. La incertidumbre y la tensión llenaban el aire, ya que todos comprendían la gravedad de la situación. La alianza estaba intentando frenarr a Wen Ruohan y acabar con el pero cuando parecían lograrlo, finalmente retrocedían.

Wei Wuxian era una pieza clave en esa batalla y la alianza lo sabía, por lo cual lamentaban su actual situación, pero de todas formas se enfrentarían orgullosos a lo que ocurriría. 


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