❝Heart cold as ice blue❞『•Min...

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❝En un mundo donde la raza humana desconoce la existencia de los alfas y los omegas, Han JiSung se muda a una... More

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Final.
Epílogo.

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By EasySkz

—¿Ves? No tenías que preocuparte. Felix está sano como un roble — dice Tiffany mientras sale de la cocina y se coloca al lado de JiSung, con una sonrisa radiante en su rostro y un tono relajado.

JiSung asiente con una sonrisa fingida. Definitivamente no iba a decirle a Tiffany que no era normal la rápida recuperación de su amigo. Solo habían pasado tres días desde que fue atacado y ahora apenas tenía una pequeña marca en el brazo.

No era normal, y él comenzaba a desesperarse por saber lo que nadie parecía querer contarle. Quería saber si había secretos ocultos en esa pequeña isla a la que había llegado.

—Podrías simplemente decirme qué fue lo que pasó — murmura mientras limpia la máquina de café.

—No sé de qué estás hablando — responde un poco más nerviosa, su sonrisa lentamente volviéndose más falsa, más forzada.

—Seguro — JiSung pone los ojos en blanco.

Tiffany finalmente suspira y niega levemente con la cabeza.

—No es nada importante, JiSung, te lo aseguro.

Pero para él sí era importante. Le dolía sentir que no encajaba completamente en el grupo, que todos parecían saber algo que él desconocía. El incómodo silencio y las miradas cómplices cuando él estaba presente.

Así que esa misma tarde, llama a Felix para pedirle que todos se reúnan en su casa, porque a veces hablar solía ser la solución a las cosas.

Piensa que tal vez, si lo intenta de nuevo, si expresa todo lo que necesita decir, los demás podrán hacer lo mismo. Sinceridad por sinceridad.

Llega a la casa de la pareja cuando el cielo se tiñe de tonos naranjas. El aire se vuelve cada vez más frío, ya que diciembre está cerca, lo que hace que la piel de JiSung se vuelva rosada.

Felix le abre la puerta con una sonrisa triste y, al entrar, se quita la ropa de abrigo y se dirige a la sala, donde se encuentra con su grupo de amigos, quienes lo miran confundidos desde el cómodo sofá.

—¿Qué debo hacer para que confíen en mí? — comienza un poco nervioso ante las miradas de los cinco—. Sé que soy nuevo y no pretendo entrometerme en sus vidas como si los conociera desde siempre, pero si vamos a ser amigos, me gustaría que al menos fueran sinceros conmigo. Pueden confiar en mí.

—JiSung... — Felix suspira sin saber muy bien qué más decir.

—No pueden esperar que no me preocupe por todo esto. A Felix y a mí nos ha atacado un animal salvaje, y ustedes parecen tener un club del misterio a mis espaldas. Si hay algo peligroso ahí fuera o algo que deba saber, es el momento de que me lo cuenten.

Felix y Tifanny lo miran con expresión triste, mientras que Chan y HyunJin parecen frustrados con la situación. MinHo, por su parte, simplemente no muestra ninguna emoción, con los ojos fríos y vacíos.

—JiSung, creo que estás imaginando cosas que no existen — dice Tiffany con cuidado, intentando suavizar sus palabras para que no suenen tan duras.

Pero no funciona, igualmente duelen.

—Y yo creo que me están mintiendo. Les estoy dando la oportunidad de decirme lo que está pasando antes de que lo descubra por mi cuenta.

MinHo suelta una pequeña risa burlona y niega levemente con la cabeza.

—Buena suerte con eso — dice con sarcasmo, y eso rompe un poco el corazón de JiSung, quien lo mira con dolor.

—¿No van a decir nada? — la decepción en su voz es casi dolorosa, pero nadie se atreve a hablar.

El silencio llena la sala y todos bajan la mirada, excepto MinHo, quien parece estar demasiado absorto en su propio mundo como para hacer algo más que mantener su típica expresión seria.

—No tenemos nada que decir — sentencia HyunJin, y JiSung siente las lágrimas formándose en sus ojos.

Tampoco sabía qué esperaba. Se siente idiota parado en medio de la cálida sala, siendo observado por las personas que creía que eran sus amigos, esperando recibir algo más que miradas tristes o excusas baratas.

—Bien, entonces no tenemos nada más de qué hablar — dice finalmente en voz alta.

Después de eso, da media vuelta y se va sin siquiera tomar su chaqueta. Sale por la puerta principal y comienza a caminar furioso sobre la nieve. Las lágrimas ya caen por sus mejillas y el frío lo golpea con fuerza, pero no le importa. El dolor en su pecho es lo único que puede sentir en ese momento. Se siente completamente horrible. Se siente solo una vez más y se pregunta si alguna vez dejará de sentirse así.

Y luego, segundos después, cuando escucha unos pasos detrás de él, sabe perfectamente de quién se trata.

—Déjame en paz, MinHo —dice con rabia mientras se abraza a sí mismo para protegerse del frío, sin detener su paso.

—Voy a asegurarme de que llegues a casa sano y salvo. Y deberías abrigarte, te vas a resfriar — responde tranquilamente desde atrás, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero.

—¡Eres tan confuso! — grita, finalmente girándose para enfrentarlo — ¡Deja de confundirme de una vez por todas!

MinHo frunce el ceño.

—¡Y tú eres tan insoportable! ¿Por qué no puedes dejar las cosas como están? — exclama, y JiSung se regaña a sí mismo por encontrar eso doloroso.

—¡Estoy en un lugar nuevo, MinHo! — grita, las lágrimas corren por sus mejillas pero ya no le importa — ¡Un lugar que no conozco! ¡Y trato de entender lo que está pasando porque tal vez estoy en peligro y ustedes parecen saber más de lo que dicen!

MinHo aprieta los dientes y niega con frustración.

—Hay cosas que simplemente no debes saber — dice en un tono frío y distante que solo hace que JiSung se ría con rabia.

—Pareces una versión patética de Edward Cullen.

MinHo suelta un bufido y sonríe con burla.

—¿Y tú eres Bella? — pregunta levantando una ceja levemente.

Sus palabras solo confunden más a JiSung, quien frunce el ceño mientras se cruza de brazos.

—Ese no es el maldito punto.

—El punto es que quieres saber más de lo que debes —murmura MinHo, y de alguna manera, le agradece que no le haya gritado.

—Que te jodan, MinHo. El brazo de Felix casi se parte en dos hace tres días y ahora solo tiene una pequeña marca, mientras yo apenas puedo moverme por el ataque de aquel animal. Hay un maldito lobo suelto por ahí que en cualquier momento podría matarme. Y cuando les pregunto al respecto, ustedes actúan de forma extraña.

MinHo no dice nada, solo aprieta los labios y segundos después habla con el mismo tono frío de siempre.

—Vamos, te llevaré a casa —no es una pregunta ni una sugerencia, es más bien una sentencia. Una orden.

—No — niega, limpiándose las lágrimas con rabia.

—JiSung — advierte, pero éste simplemente niega con la cabeza.

—He dicho que no.

MinHo frunce el ceño y vuelve a apretar su mandíbula con rabia, y JiSung sabe que acaba de perder los nervios.

Pero no le importa.

—Bien, que te den — dice, sin ninguna emoción en su voz—. Si te comen vivo de camino a casa, no será mi maldito problema. No sé por qué me molesto.

Se da la vuelta para regresar adentro, y es entonces cuando se permite explotar en sollozos.

Y al escucharlo, MinHo se detiene en seco y se da la vuelta para mirarlo confundido.

—¿JiSung? — pregunta mientras se acerca de nuevo.

—¡Vete! — le grita antes de tapar su rostro con las manos.

Si es sincero consigo mismo, había algo en llorar delante de MinHo que le hacía sentir de cierta manera avergonzado. Quizás se debía a la forma en que sus palabras le dolían, el poder que realmente tenía sobre él sin poder evitarlo.

MinHo en ese momento no sabe qué hacer, por primera vez no sabe cómo actuar alrededor de él. Su corazón se detiene por unos segundos y el alfa en su interior grita que haga algo para detener las lágrimas en sus hermosos ojos.

—Hey, ratón, no llores — dice mientras se acerca lentamente, dejando a un lado la rabia y el frío en su voz.

—Déjame en paz, MinHo, solo me confundes más — susurra, aún con las manos en su rostro, y él se siente como un completo idiota.

—No me voy a marchar dejándote aquí llorando, y no voy a permitir que te enfermes — dice con delicadeza, tomando sus muñecas para apartar con suavidad sus manos de su rostro.

Ver los ojos de JiSung llenos de lágrimas hace que él quiera esconderse y no salir nunca más, porque así tal vez dejaría de lastimarlo.

De repente, siente la necesidad de contarle todo, de intentar explicarle el desastre en el que se ha metido. Pero el miedo de que JiSung salga corriendo de repente recorre cada parte de su cuerpo, haciendo que descarte la idea rápidamente.

—Pero ¿si me ibas a dejar ser comido por un animal salvaje? — susurra, bajando la mirada al suelo, lo que hace que el castaño suspire.

—Sabes que nunca dejaría que eso sucediera — dice MinHo con sinceridad en voz baja, como si fuera un secreto.

Y quizás escucharlo decir esas palabras es reconfortante, agradable, como flores naciendo en medio de una fuerte tormenta de nieve.

—Ya no sé nada, no sé qué pensar — susurra mirándolo a los ojos.

MinHo suspira y se acerca aún más, luego lo abraza y envuelve sus brazos alrededor de su cuerpo cubierto por varias capas de ropa. A pesar de no llevar su abrigo, JiSung viste una camiseta blanca un poco gruesa debajo de una gran sudadera verde.

Su corazón no debería latir tan rápido como lo hace, no debería sentir como si el resto del mundo desapareciera mientras es abrazado por MinHo.

—Pareces una cebolla — susurra con su mentón sobre la cabeza del peliazul, abrazándolo con delicadeza.

—Hace frío — susurra con la voz ligeramente rota, rompiendo un poco el corazón de MinHo.

—Lo sé — acaricia su espalda baja en un intento de consolarlo—. ¿Me permites llevarte a casa? Por favor.

La forma en que se lo pide con tanta dulzura hace que su corazón se sienta cálido, pero aún siente ráfagas de aire frío a su alrededor. La forma en que hace apenas unos minutos estaban gritándose el uno al otro y ahora están abrazados en medio de la nieve hace que JiSung no entienda absolutamente nada, que se sienta aún más confundido de lo que ya estaba.

Pero mentiría si dijera que no le gusta, que no está disfrutando estar en los brazos de MinHo mientras lo consuela y le pide permiso para llevarlo a casa.

Lee MinHo es tan malditamente confuso, y tal vez está dispuesto a perder la cabeza por él.

—Intento entenderte, MinHo, pero siento que cada vez es más difícil — dice con sinceridad, con sus brazos alrededor de la cintura del castaño.

—Lo sé.

JiSung no dice nada, simplemente entierra su rostro en el hueco de su cuello e intenta disfrutar de esa cercanía, sabiendo que tal vez podría ser la última vez que tenga a MinHo tan cerca.

Mientras intenta impregnarse de su aroma, deja que las lágrimas caigan, porque no puede evitarlo y algo en su olor hace que se sienta seguro, cómodo. Es tan confuso, su cabeza le dice que no debería acercarse más de lo necesario, pero su corazón le suplica que nunca se aleje.

—Ratón... — dice en un susurro que parece casi doloroso al sentir las lágrimas del peliazul mojando su ropa.

—Perdón — se aparta lentamente, pasando su mano por sus ojos húmedos para eliminar las lágrimas.

MinHo aprieta los labios con fuerza y parece dudar de algo en su mente durante varios segundos, pero finalmente se acerca de nuevo y pasa sus dedos pulgar por las mejillas del chico, apartando las lágrimas restantes que aún quedaban en su rostro.

—Voy a buscar tu abrigo, ¿está bien? Te llevaré a casa — dice, ahuecando su bonito rostro, dejando suaves caricias.

Y a JiSung le gusta tanto esa sensación, le gusta tanto que MinHo lo trate así, que no puede negarse. No quiere hacerlo.

—Bien — le sonríe débilmente, sintiéndose feliz y confundido al mismo tiempo por la cercanía de MinHo. La rabia y el enojo parecen haberse escondido en alguna otra parte de su cuerpo.

MinHo se aleja con una pequeña sonrisa, y él ya no sabe qué pensar. Solo sabe que le gusta, le gusta tanto que duele, porque no sabe lo que el castaño siente. Es un rompecabezas difícil de armar, y cuando cree que ha encontrado la forma de encajar las piezas, se da cuenta de que no encajan realmente.

Un rompecabezas al que le faltan varias piezas. Pero a él le gusta así, roto y con piezas faltantes. Lo quiere tal como es, sin importar qué o cómo eso lo vuelva completamente loco.

Porque las cosas que más esfuerzo requieren son las mejores de todas.

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