—¿De verdad crees que la acepte?
—¿De qué hablas?
—De Lidia...dicen que invitará a Leland a salir
La otra chica empezó a reír
—¿Hablas enserio?
—Sí
—Igual no creo que la acepte...Leland jamás saldría con una fea
FEA
FEA
FEA
FEA
Esas palabras no podían salir de tu cabeza.
—Igualmente...no sé de dónde sacaron que invitaría a salir a mi mejor amigo - murmuraste enojada mientras movías la tierra con tus tennis
Tenías las manos juntas, pero desde atrás, miraste el piso, y sólo observabas las líneas mal hechas que hacías con cierta parte de tu tenni.
—Además...a Leland le gusta Julie y eso todo mundo lo sabe — alzaste la mirada, el bus ya llegaba. Estiraste la mano, en señal de la parada y eso hizo.
Le saludaste al señor y en cuestión de segundos ya ibas rumbo a la gasolinera.
Debés en cuando le ayudabad a tu madrina Nancy con la tienda, y te daba algo, así que no te molestaba para nada.
La primera vez que habias ido, pensabas que estarías sola pero no, Johnny te ayudaba.
Al inicio fue muy extraño pero después de cierto tiempo se volvieron muy amigos. Demasiado.
De lejos veías la pequeña estación, así que te paraste del asiento y caminaste hacia atrás.
Bajaste de un pequeño salgo y esperaste a que andara.
Suspiraste.
—Tengo que decirle a Johnny
Pasaste la carretera solitaria y llegaste al lugar, el letrero decía "cerrado".
—¿Y ahora a éste que le pasó?
Rodaste el lugar, había otra entrada y por suerte estaba abierta.
Cerraste la reja detrás de tí y caminaste por el lugar, buscándolo.
—¡Johnny! — alzaste la voz
—¡Acá! — te respondió
Justo estaba en la pequeña cabaña de al lado.
Caminaste hasta ahí, de lejos pudiste ver qué examinaba un tanque blanco.
—¿Qué haces? ¿por qué cerraste la tienda?
—Bueno...tenía que ver ésto y alguien no llegaba — te miró de reojo
—Lo siento...se me fue el primer bus — mentiste
En realidad estaba en el baño, cuestionándome si de verdad era fea — pensaste
—¿Todo bien? — volviste a preguntar
—Sí... sólo que hace unos minutos vino alguien a echar gasolina y pude darme cuenta de que algo andaba mal
—Ya veo
—Pero ahora lo arreglo...¿puedes echarme las pinzas que están en la mesa de madera, Lidia?
Asentiste, entraste ahí y luego volviste a salir, con lo que te pidió en la mano.
—Gracias niña
No respondiste, sólo asentiste.
Después de que Johnny acabara, se paró para analizarte, estabas en otro mundo, estabas sobrepensando las cosas.
—Lidia, tierra llamando a Lidia
Sentiste la mano de Johnny frente a ti, reaccionaste rápido
—¿Qué te sucede hoy? — preguntó extrañado mientras agarraba un trapo que estaba encima del tanque para limpiarse las manos
—Mmm, nada
—No me mientas
—Lo juro, Johnny
Él alzó levemente una ceja
—Bien, vamos a trabajar
Alzaste el dedo pulgar
Johnny empezó a caminar justo enfrente de ti, tú ibas detrás.
Odio que él sea más nalgón que yo — pensaste
—Johnny
—¿Si? — te miró de reojo sin dejas de caminar
—Te quiero preguntar ésto porque tú eres la persona más egoísta, egocéntrica y sincera que conozco
Johnny estaba por abrir la puerta cuando te volteó a ver, te sonrió de soslayo
—¿Tanto así?
—Bueno, no, en realidad no — pausaste mientras cerrabas la puerta detrás de ti — pero sí eres muy sincero, nunca mientes
Johnny no dijo nada, sólo empezó a mover cosas de la tienda
—Entonces...— respondió
—Suéltalo, pequeña
Respiraste ondo
—¿Crees que soy fea?
El hombre de cicatriz sexy paró en seco, aún sosteniendo cosas en la mano, frunció el ceño para después caminar al otro lado del pequeñísimo pasillo
—¿Por qué de repente te preocupas tanto por eso?
—Johnny, no estás escuchándome, te dije que me respondieras
Sólo oíste un risita de él. Sabías lo que eso significaba. Esos sonrisita arrogante.
—Johnny — caminaste hasta él.
Él acomodaba la última caja de cereal hasta que sintió que lo volteaste cara a cara con él.
Sintió tus pequeñas manos en sus grandes brazos y vaya que eran un grande diferencia de altura.
—Johnny, dime la verdad, ¿soy fea?
Él respiró
—¿En verdad te importa tanto lo que pienso?
Asentiste muchas veces. Exageradamente, la verdad.
—Tú eres la única persona sincera que conozco
—No eres fea, ¿contesta?
Hiciste un leve puchero
—Si te invitara a salir...¿aceptarías?
Johnny alzó la ceja
—¿Qué pasó hoy, Lidia?
—¡Respóndeme! — alzaste la voz
Johnny rodó los ojos.
Así que no tuvo más remedio que hacerlo.
Llevó sus manos a tu mejillas y te acercó a él, robándote un beso.
Sentías que estabas en el cielo.
Él se apartó de ti, lentamente.
Estaba por decirte otra cosa cuando vieron una camioneta llegar a la gasolinera.
Caminó hasta la puerta de vidrio, y te miró otra vez.
—¿Eso responde tu pregunta, preciosa?