Su cuerpo se sentía agradecido.
Agradecido por darle el descanso que no había tenido desde hace mucho, en un lugar cómodo y tranquilo.
Sus ojos aún ardían un poco, pero ya pasaría. Las heridas en su cuerpo habían sido curadas y vendadas, asi que estaba por ahora libre de una infección.
Acarició la suave tela de la sábana, mientras miraba de reojo los rayos de sol en el cristal de la ventana. Lo único que se escuchaba en aquella habitación era el sonido de la máquina de pulso.
Flashback
Hoseok se había sacado su camiseta para dársela a Yoongi y que este se cubriera, lo cual Yoongi agradeció.
Se habían alejado varios kilómetros ya de aquella isla. Lo único que se escuchaba era el sonido del motor y el agua chocar contra la lancha.
Nadie había dicho una sola palabra desde que partieron. El ambiente era tenso y penumbroso en su totalidad. La tarde había terminado, la noche había caído, así que todo era oscuridad.
Nam Joon estaba concentrado en manejar la lancha, y no distraerse con todo lo que lo agobiaba en ese momento, solo quería llegar a Kei Kecil.
Hoseok y Yoongi tenían sus miradas en un punto muerto. Los ojos de ambos estaban irritados por el silencioso llanto, el cual no había parado desde hace varios minutos.
"No creo poder seguir viviendo después de esto" pensaba Hoseok, mientras se abrazaba por el frío.
- ¿Quién mató a Taehyung? - rompió el silencio Hoseok. Yoongi lo escuchó, pero no lo miró, solo bajó la cabeza sin detener su llanto. - ¿Ese monstruo o tu? - Hoseok tampoco lo miraba.
- Hoseok... - susurró Yoongi.
- Solo responde. Es solo curiosidad, nada cambiará las cosas después de todo.
Yoongi sollozó. - F- Fui yo. - dijo muy bajo.
Nam Joon suspiró, conteniendo su llanto. No podía dejar que su vista se nublara, no había luz y estaba haciendo un esfuerzo por ver la brújula.
Hoseok también sollozó cerrando sus ojos. - No fue tu culpa. Estabas al dominio de ese monstruo.
Yoongi mordió su labio inferior, negando. - Soy un asesino. No merecía salir de la isla.
- Dejen de decir esas cosas. - habló Nam Joon. - Nada de lo sucedido en la isla fue culpa de nosotros, y nada cambiará por más que nos duela la conciencia.
"¿Crees que podrán escapar de mi, Yoonie?"
Ante aquella voz en su cabeza, Yoongi saltó del susto, causando que Hoseok y Nam Joon respingaran.
- ¿Qué sucede? - le preguntó Hoseok.
Yoongi se arrodilló, viendo hacia todos lados. No había nada. Tomó su cabeza con las manos, jalandose un poco su cabello, mientras aquella horrible voz monstruosa seguía hablándole.
- ¡No! ¡Noooo! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Ya déjame en paz!
- Yoongi, Yoongi, cálmate... - Hoseok lo tomó de los codos. - ¿A quién le hablas? No hay nadie Yoongi.
Yoongi se soltó del agarre de Hoseok, haciéndose una bolita, cerrando sus ojos y golpeándose la cabeza.
- ¿Qué está pasando Hoseok? - preguntó Nam Joon nervioso.
- N-no lo sé. - Hoseok temblaba asustado al ver a Yoongi así.
"¿De verdad pensaste que habías logrado matarme?"
- ¡Noo! ¡Nooo! - gritaba Yoongi.
Hoseok estaba a punto de tomar la cabeza de Yoongi para que lo mirara y se calmara, pero un escalofrío lo detuvo, haciéndolo caer hacia atrás.
"Es imposible escapar de mi"
Los ojos de Yoongi se abrieron por pura intuición, viendo hacia Hoseok, quien seguía acostado en el suelo. Frunció su ceño, acercándose a él. Cuando estuvo a punto de tocar su muslo, Hoseok volvió a abrir los ojos, los cuales eran negros.
Yoongi cayó sentado hacia atrás, con los labios entreabiertos y totalmente tieso del miedo.
- Yoongi por favor cálmate, ya nos alejamos de ese monstruo. - dijo Nam Joon, obviamente con su vista hacia adelante.
Hoseok se puso de pie, sin expresión alguna, y de imprevisto, fue hacia Nam Joon, tomando su cuello y desmembrandolo con una fuerza sobrehumana.
El cuerpo de Nam Joon cayó muerto encima del volante, todo a presencia de Yoongi, quien quedó estático, al igual que la lancha que se detuvo de golpe.
Hoseok volteó hacia él, sonriendo.
No. Ya no podía más. Había presenciado la muerte y cuerpos putrefactos de todos sus amigos. Había visto a Jimin convertirse en un horrible monstruo. Había sido tomado a la fuerza. No. No podía más.
Hoseok se iba acercando a Yoongi, quien seguía con su mirada perdida, pero de la nada, este se levantó, corriendo hacia Hoseok.
- ¡Ahhhhh! - gritó, mientras empujaba a Hoseok, el cuál cayó al agua junto con él.
Yoongi cerró los ojos, sin intenciones de nadar hacia la superficie, deseando que para Hoseok también acabara todo.
Entonces, todo quedó en silencio.
Fin de Flashback
Para nada se esperaba volver a abrir los ojos. Pero pasó. Cuando los volvió a abrir, se encontraba en una camilla, rodeado de gente de primeros auxilios, y el murmullo de las personas, junto con el sonido de la ambulancia.
Unas personas que estaban disfrutando una noche en su yate, encontraron su cuerpo flotando, y lo ayudaron rápidamente. Al parecer, no habían estado tan lejos de Kei Kecil.
Llevaba dos días internado en aquel hospital. Y a pesar del tiempo que había pasado, aún seguía procesando y asimilando todo lo que vivió en aquella isla.
Sus amigos ya no estaban más. Solo él seguía con vida.
No era su intensión ser rescatado, pero así sucedió. Saber que ahora tenía toda la carga de explicar el porque ya no estaban sus amigos con él, lo aterraba y torturaba cada minuto.
Hubiera preferido morir, al igual que Hoseok, cuyo cuerpo no fue encontrado.
Yoongi estaba vivo, pero muerto a la vez.
Terminó de firmar los papeles necesarios, y la recepcionista le dio la copia de las llaves de su habitación.
Habían pasado tres días más, y Yoongi había sido dado de alta. Entonces se dirigió hacia el hotel donde se estaban hospedando, e hizo el trámite para la copia de llaves.
Suspirando sin energía alguna, abrió la puerta de la habitación. Sus ojos lagrimearon al ver las cosas de Jungkook encima de su cama, ya que con este compartía la habitación.
Apartó las lágrimas, y a paso tranquilo, comenzó a empacar sus cosas. Revisando sus papeles básicos, como pasaporte, cédula y demás. Al tomar el boleto de avión, una nostalgia entró en su ser.
El viaje había estado planeado para dos semanas, y solo faltaban dos días para que estas se cumplieran. Sonrió entre lágrimas. El viaje había sido una tragedia.
Terminó de guardar sus cosas y antes de salir de la habitación, vio hacia atrás por última vez, suspirando y cerrando la puerta. Aún no era el día del check out, pero Yoongi le había agradecido a la recepcionista, diciéndole que se tenía que ir antes. Como todo en el hotel había sido pagado en la reservación, no se preocupó por nada.
Antes de que le pidieran explicaciones sobre sus amigos o algo así, salió del hotel rápidamente, diciendo que se le hacía tarde para tomar el vuelo.
Mientras iba en el taxi, miraba hacia la ventana, contemplando el mar a lo largo de la carretera. Todo se veía tranquilo. La gente jugaba en el agua. Se relajaban bajo sus parasoles. Yoongi desencajaba en todo eso. Por fuera se veía tranquilo y normal, pero por dentro estaba destruido y perdido. Lo que si tenía claro, es que jamás volvería a pisar las islas Kei o cualquier isla.
Después de algunos minutos, llegaron al aeropuerto. Bajó sus maletas, y caminó hacia la fila, la cual conducía al avión que haría una escala en la capital de Indonesia para luego ir hacia Corea.
Yoongi acomodó su chaqueta viendo hacia todos lados. Estar rodeado de tanta gente le daba calma, pero a la vez, miedo. El eco de la monstruosa voz de Jimin seguía sonando en su cabeza.
Repetidas veces se preguntaba si aquel monstruo dejaría de molestarlo, o que había sido de él. Pero luego trataba de borrar todo y seguir.
Después de varios minutos, por fin subió al avión. Al despegar, observó por la ventana. Estaba dejando Kei Kecil, junto con la tragedia que lo perseguiría por toda su vida.
- Disculpe...
Alguien tocó el hombro de Yoongi, despertandolo. Este abrió sus llorosos ojos, viendo hacia arriba. Una azafata lo veía curiosa.
- Buenas noches joven, disculpe pero ya hemos llegado a Corea, puede bajar. Espero que haya tenido un buen viaje. - la azafata dio una venia para después retirarse.
Yoongi limpió las lágrimas que habían corrido por sus mejillas, y tomando su pequeño bolso, salió. Después que hubo retirado sus maletas, salió del aeropuerto.
Al estar parado en la acera, se quedó viendo el oscuro cielo de Seúl. Sintió el frío viento rozar su cuerpo, haciendo que sus mejillas y nariz se tornaran de rojo. Suspirando, acomodó su chaqueta, y llamó a un taxi.
- Buenas noches, ¿a dónde quiere ir?
- Buenas noches, ahn.... - si, estaba indeciso, por la única razón de que se sentía literalmente perdido. Lo vivido en la isla le había hecho olvidar como era su vida junto a sus amigos.
- ¿Joven?
- Disculpe... - después de pensarlo, sabía a dónde le urgía ir primero. - ...lléveme al sur en...
Después de decir la dirección, el señor le dijo el precio y este acepto, acomodando sus maletas y subiendo al taxi.
Con el pasar de unos minutos, el taxi llegó a la dirección indicada.
- Muchas gracias señor - Yoongi pagó y bajó para sacar sus maletas.
- A usted joven, pase buena noche. - el taxi se marchó.
Yoongi se quedó parado en la acera durante algunos segundos, mirando a su alrededor. No creía que volvería a ver este lugar, esta calle, está casa.
Frente a él, estaba la casa de la madre de Jimin.