Calmaré tus pesadillas (Shin...

By flxrcita

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꧁༒• Atsushi y Akutagawa son enviados a Londres para capturar a un vengativo usuario de habilidad denominado "... More

Aclaraciones
Una Nueva Misión
El Nuevo Doble Negro
¿Mi Rival?
Noche
Un Paso A La Vez
El País De Las Pesadillas
Fuerza
Demonio
Amanecer
Fin De La Pesadilla
Conexión
Beso
Miedo
Vínculos De Sangre

¿Dazai Está Arrepentido?

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By flxrcita

El pálido de contextura delgada abrió los ojos.

La luz que reflejaba la luna se filtraba por la ventana de aquel elegante cuarto de hotel y esta se convirtió en flechas punzantes que dañaban sus retinas. Horas antes había desgastando sus fuerzas tanto física como psicológica, ya que se había enfrentado a un poderoso usuario de habilidad.

Ahora mismo podría jurar que algunos de sus huesos no estaban en su lugar, un inmenso dolor de cabeza que se sentía como si la estuvieran martillando, sin embargo sintió un peso muerto al lado suyo y cobró conciencia.

Dazai-san, el soñador y Jinko.... ¡JINKO!

A su lado, un joven risueño y albino dormía plácidamente logrando qué Akutagawa gruñera.

—¡Mmmm chazuke! — Murmuró somnoliento el albino y enredando más sus piernas en la la cintura de Akutagawa quien se quito rápidamente del agarre.

Ryunosuke Akutagawa no toleró aquel contacto físico qué le ofrecía Jinko y finalmente le dio una patada al cuerpo de Atsushi haciendo cayera fuertemente de la cama.

—¡No me toques es desagradable!— Gritó Akutagawa hacia un confundido y adormilado Atsushi.

El pelinegro estaba de rodillas en la cama, pero con Rashoumon más hambriento qué de costumbre mostrándose con una serpiente de medusa.

—¡Carajo, Akutagawa cálmate! —exclamó el chico tigre con las manos en señal de tregua.

Atsushi intento comprender, ya que también había caído rendido ante el cansancio y  sueño aunque este ya tenía todo sus huesos en su lugar y no aparentaba ninguna herida física.

—¿Que pasó? — Preguntó Atsushi rascándose la cabeza.

—Fallamos, debimos completar la misión con el enemigo en prisión, además Dazai-san...

—¡Hola Chicos! Veo que ya despertaron ¿qué tal estuvo su siesta? — Preguntó un animado Dazai quien vestía de traje negro y en su manos tenía un antifaz.

Detrás del castaño apareció Kunikida también vistiendo un traje color azul marino y lucia serio como si lo hubiesen obligado a vestir de tal manera.

—¡Dazai-san! Déjeme completar la misión— Exclamó Akutagawa.

—Descuida, el soñador ya volvió a la prisión la misión ha sido completada y Agatha Christie esta muy agradecida con ustedes — Explicó Dazai tranquilo.

—¿En serio? — Expresaron al unísono ambos jóvenes.

—Sí mocosos, hicimos sus trabajo cuando ustedes durmieron por más de diez horas — Agregó molesto Kunikida pues no estaba en su horario hacer todos los informes.

—Disculpe Kunikida-san — Dijo con culpa Atsushi hacia su superior.

El ambiente se encontraba tenso, Akutagawa seguía de pie con una expresión de dolor en la cara, Dazai los veía con una sonrisa y es que se dio cuenta de la nueva relación entre su antiguo y actual subordinado, parecían tolerarse más, sin embargo recibió una mirada que podía describirse como decepción en el rostro de Atsushi.

El albino evito todo contacto visual con Dazai, de eso se percató Akutagawa y Kunikida.

—¡Akutagawa-kun! — Llamó Dazai hacia el pálido quien se sobresalto al escuchar a su antiguo mentor.

—Necesito hablar contigo...

—Como usted ordene Dazai-san— Dijo firme el pálido.

—No es una orden, es una petición salgamos afuera— Agregó con una voz tranquila esperando que Akutagawa afirmará la petición.

El castaño al recibir un sí con un movimiento de cabeza salio primero de la habitación seguido de Akutagawa quien parecía un perro yendo detrás de su dueño, dentro de la habitación Kunikida detuvo a Atsushi quién también tenía intenciones de seguir al pálido.

–¡Mocoso detente! Deja que ellos arreglen sus problemas del pasado..

—Pero Kunikida-san..

—Lo sé, pero ese vago ha aprendido la lección no querrá perder otro subornidado por su falta de humanidad — Argumento Kunikida hacia Atsushi quien estaba preocupado.

Ambos miembros de la agencia se quedaron en la habitación dónde Kunikida explicaba todo acerca de la información que recibieron de Alfred Kubin.

Por otro lado en la azotea de ese espléndido hotel, Dazai había tomado asiento en el pretil tenían una vista bastante alta de Londres, frente a él, Akutagawa estaba de pie atento a las palabras de su antiguo mentor.

—Siendo sincero, pensé que ibas a morir — Dijo Dazai con un rostro bastante serio.

Akutagawa seguía estático escuchando todo.

—Pero, por lo visto falle en unas de mis predicciones...

—Lo siento Dazai-san — Exclamó Akutagawa con pena, él pálido estaba más desgastado físicamente.

Su palida piel era tan blanca que podías ver las venas color verdosas a través de la piel, sus pómulos puntiagudos amenazaban con cortar todo al mismo estilo que su habilidad, sus ojos hundidos y decorados de oscuras ojeras lo hacían lucir como un cadaver además de su delgada contextura qué cubría con su abrigo negro el mismo que le dio Dazai cuando era solo un niño.

—¿Recuerdas el día en que nos conocimos?

—Aunque perdiera la memoria, jamás olvidaría ese día — Habló firme Ryunosuke hacia Dazai quien sonrió.

Dazai por primera vez había escuchado la voz de su compañero Kunikida en su mente como si se tratará de algún maestro.

—Esperé mucho de ti Akutagawa y créeme haz logrado sorprenderme en muchas ocasiones... —Explicaba Dazai quien miraba el rostro confundido y cansado del pálido.

—En la agencia he aprendido muchas cosas, de cada uno de los miembros algunos lograron qué tuviera otra perspectiva del mundo, otros me demostraron lo que significa la lealtad, sin embargo apesar de que conocen mi pasado no me juzgaron y creo que porque no vieron las atrocidades qué he cometido dentro de la mafia.

—Fue parte de su trabajo Dazai-san, debe sentirse orgulloso...

—Permiteme Akutagawa

—Te digo esto porque he dañando a muchas personas a lo largo de mi vida y entre ellas estas tú, Akutagawa-kun— Dijo el castaño hacia el pálido quien se quedo estático al ver como Dazai se acercaba a su lado.

—Eres fuerte Ryunosuke Akutagawa, estoy orgulloso de ti y de lo que has logrado espero que hayas encontrado una razón más para seguir luchando— La mano de Dazai descanso en la cabeza pelinegra de Akutagawa.

Una suave caricia al mismo estilo de cuando le muestras afecto a un cachorro, Akutagawa se sintió pequeño y rompió su promesa de no volver a llorar.

El perro infernal de la port mafia aulló, rugió y se lamentó frente a su antiguo mentor, las lágrimas brotaban del pálido como feroces lluvias.

Dazai hizo un puchero al ver vulnerable otra vez al “niño sin emociones” y de como ese apelativo ya no iba con él, cuidadosamente el castaño se acercó al pálido e insultó mentalmente a Kunikida, ya que gracias a ese rubio ha aprendido mucho de como ser un humano digno.

Dazai no era de muestras de afecto, así que solo reposo la palma de su mano en el hombro de Akutagawa.

—Lo has hecho bien — Añadió y vio como Akutagawa se limpio las lágrimas.

Él no sabía que decir, todo en su mente estaba hecho un desastre, un desastre agradable, pensó pues podría decir que se sentia tranquilo.

—¡Vamos qué se nos hace tarde para el baile! —Habló Dazai muy emocionado confundiendo más al pálido.

—¡Debemos buscarles un traje de pareja! —Exclamó feliz obligando a Akutagawa a bajar de la azotea jalandole del abrigo negro.


En una amplia y lujosa casa de modas se encontraban la nueva pareja del doble negro junto a Kunikida qué pese a tomar las situaciones con seriedad escondía su sonrisa con la palma de su mano.

—¡Dazai-san! — Se quejó Atsushi al verse frente al espejo.

—Pero Atsushi-kun ese traje va contigo — Agregó Dazai uniéndose a la burla.

Akutagawa tenía los ojos cerrados de tanto reír, el salón se  llenó de una de sus sonrisas graves.

—¡Cállate Akutagawa!... Y desde cuando tu ríes de esa manera — Dijo molesto Atsushi hacia el pelinegro.

—No recuerdo haberte dicho que no podía reir— Se defendió el pálido.

—¡Dazai-san!.. No es justo, por qué Akutagawa tiene un traje espectacular y yo no.

—Jinko, pareces un alfombra de tigre — Añadió Akutagawa emitiendo otra de sus risas graves.

El ambiente se lleno de más risas y ahora una risa exagerada por parte de Dazai se escuchó quien siguió insistiendo a su subordinado llevar ese extravagante abrigo animal print con rayas del característico tigre blanco.

Atsushi se resignó, no era momento de decirle no a sus superiores cuando ellos habían culminado el trabajo que él debía hacer junto al miembro de la mafia, así que con la vergüenza invadiendo su rostro asintió logrando que Dazai aplaudiera.

Los cuatro salieron de esa lujosa tienda rumbo al hotel, donde Agatha les había dejado las invitaciones de aquel baile.

“El baile de las sombras” Era el nombre de aquella ceremonia que celebra la élite londinense cada año en las temporadas de invierno y se caracteriza por una danza social sofisticada, donde las interacciones están envueltas en un velo de misterio y sutileza.

Cada miembro lleva una máscara, o antifas dónde esconde su verdadero rostro dándole la libertad de ser otra persona solo una noche, nadie sabrá tu nombre si tú no lo dices.

Era más seis de la tarde el Londres y el tigre blanco junto al perro infernal de la mafia se encontraba alistándose para el baile. En aquella habitación el silencio incómodo reinaba y nibguno de los dos quería hablar de la situación en la que despertaron.

Atsushi jugaba con sus dedos mientras fingía mirarse al espejo no sabía como abortar al pálido que se encontraba metros de él colocándose los guantes negros.

Akutagawa frunció el ceño al sentir la mirada de Jinko detrás de él así que invocó a Rashoumon dejando ver unas garras muy afiladas amenazando con cortar el cuello al albino.

— ¡Escupelo de una vez Jinko! — Artículo con una voz grave el pálido, cansado de la situación.

—Akutagawa, sobre lo de la azotea...— Atsushi hizo una pausa para tomar aire y no ser degollado por Akutagawa.

—¿Quieres hablar al respecto? — Preguntó con miedo, sin embargo Akutagawa trago en seco.

—No hay mucho que decir. Dazai-san hizo lo que hizo, y ahora estamos aquí— Expresó tratando de no darle importancia a su platica con su antiguo mentor.

— Sé que te afectó. Pero también vi algo diferente en Dazai-san. ¿No crees que hay algo de verdad en sus palabras?.

— ¿Verdad en sus palabras?— Preguntó burlón Akutagawa mientras fruncida el ceño.

—No creo en esas tonterías. Solo hago mi trabajo.— El pálido aun no podría creerle de todo a Dazai luego de que Alfred haya usado sus pesadillas como arma.

Atsushi trato de acercarse al pálido quien se quedó estático.

—No se trata solo del trabajo. Se trata de ti. ¿Qué te impide ser más que un arma?— Preguntó con una voz cálida haciendo que su compañero se quedara mudo por un breve momento.

—¿Qué sabes tú sobre mí?

—Sé que hay más en ti de lo que dejas ver. Todos tenemos demonios, pero no todos luchan contra ellos solos— Habló tranquilamente hacia Akutagawa quien parecía confundido.

—No necesito tu simpatía. — Resolpa con molestia creando en Atsushi una sonrisa bastante relajada y bonita.

—No es simpatía, es comprensión. Estamos en esto juntos, Akutagawa..— Artículo feliz y orgullo de poder decirle lo que piensa a su compañero de misiones.

—Si alguna vez necesitas hablar, estoy aquí.— Dijo pensando que Akutagawa no le respondería nada.

— ¿Por qué te importa?— Preguntó frustrado de la actitud salvadora y angelical de Jinko.

—Porque somos compañeros. Y porque creo que todos merecen tener a alguien que los entienda.

Akutagawa miró hacia Atsushi resignado y suspiro al no tener más opción, ya que se trataba del miembro más puro y amable de la agencia, obvio después de Kenji.

—Eres molesto.— Dijo sin expresión alguna en el rostro, pero haciendo sonreír al albino.

— Al menos puedo ser molesto y comprensivo al mismo tiempo.

Aquellas palabras del albino no pusieron de mal humor al pálido, es más su efecto en el fue todo lo contrario, ya que Akutagawa pudo sentir la verdad en las oraciones de Jinko.

El miembro de la port mafia miró curioso a Atsushi quien se encontraba frente a él con una gigantesca sonrisa sin mostrar miedo, Akutagawa no dijo nada más, pero muy dentro de él considero al albino como alguien con el cual podía tener un apoyo sin ser juzgado.

Esa noche nadie más dijo nada, sin embargo la situación entre ellos mejoró mucho más de lo que se podrían imaginar.


Nota: Un nuevo capítulo después de mucho tiempo, espero lo disfruten. Pronto iniciaré con Dark Tiger.

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