POV HAYLEY
Comencé a sentir una sensación de rabia en mi pecho, pero sabía que no era mía, si no de Loren.
Deje a los niños con su cuidadora y salí del aula. En cuanto vi como varios de los adolescentes salían al patio, tuve un mal presentimiento. Las tres corrimos hacia hacia el.
Las primeras personas a las que vi fue a Celeste y Eva, que estaban viendo el campo desde la banda. Fuimos con ellas sin pensar lo.
- ¿Qué esta pasando?- pregunte al estar a su lado.
- Mi hija pasa- dijo Celeste con una sonrisa.
Mire el campo, Loren estaba en la mitad de el hablando con Luke, uno de los mayores, el que siempre intimidada al resto.
- Como no, tenía que meterse en problemas- dijo Aradia- Encima con niños-
Delia le dio un golpe en el brazo, ella la miró incrédula, pero tenía razón, viene y lo primero que hace es pelearse con unos adolescentes.
- ¿Que hace?- pregunte molesta.
- Hacer el recreo más interesante de mi vida- dijo Eva con una sonrisa.
Miraba fijamente a Loren, la cual estaba solo con sus pantalones y su camiseta de tirantes. ¿Cómo me iba a durar el enfado así?
Negué, intentado calmarme para enfocarme en lo importante.
- Los mayores siempre les hechan del campo y nunca les dejan jugar- dijo Celeste.
- Y ella lo va a solucionar a golpes- dije.
- No, les ha retado a un partido- dijo Aradia.
- De fútbol americano, en el que todos se empujan contra todos y esta es capaz de matar a un niño- solté.
Vi como ella alzó su cabeza para mirarme, me había escuchado. Su cara de seriedad fue transformada en dolor.
- Perdona- dije para ella, pero giro su cabeza.
No quería decir eso, estaba molesta porque este tema era importante para mí y ella simplemente lo evadia. Nunca me dijo el motivo real de porqué no quería tener hijos, sabía que había uno, pero prefería no decirlo.
Le prometi que no la presionaria y no lo hice han pasado meses desde que lo hablamos, pero me es inevitable no ponerme así.
- Eso a sido feo- comento Aradia.
- Lo sé- suspiré.
Decidí evitarla para no hablarle mal, porque sabia que le dolería mucho más lo que soltara molesta que ignorarla, pero al parecer la había fastidiado igual.
Vi como su maestro silbo, haciendo que todos los mayores se tiraran hacia el equipo de Loren. Los pequeños consiguieron esquivar a algunos, mientras que otros cayeron al suelo.
Loren estaba sujetando a Luke, consiguió tirarlo segundos después. Dos del equipo contrario fueron a por ella.
- Detrás de ti- susurro Aradia.
Ella se giro y los esquivo, los dos cayeron al suelo. Después se giro para ir a por el de la pelota, que también cayó momentos después.
Su equipo lo celebró menos ella, que estaba centrada en ellos. Podía notar lo molesta y decepcionada que se sentía, pero dudaba si era por aquellos adolescentes o por lo que dije.
Como si supiera que estaba pensado en ella me miró. Sus expresiones faciales se relajaron. Le di una pequeña sonrisa que ella me devolvió.
Vi como Luke se transformó en lobo y de un puñetazo la hizo volar por los aires hasta el final de si campo. Rodó por el suelo al caer. Sacudió su cabeza y se incorporó despacio.
Le miró con una sonrisa, como si lo que acaba de hacer solo fueran unas simples cosquillas.
- Deberías tener cuidado- dijo terminando de ponerse de pie.
- No me das miedo- sonrió, dejando ver sus dientes afilados.
- No pretendo darte miedo, pero siendo un lobo deberías saber que a un alfa se le respeta- sus ojos se pusieron rojos.
Le chico retrocedió un poco, pero siguió con su ego de hacerle frente.
- Sin reglas, ¿verdad?- preguntó Loren.
A medida que andaba hacia el su cuerpo iba cambiando, se estaba transformando hasta ser un lobo de casi tres metros. Le ganaba en altura y fuerza, era evidente, pero el seguía haciéndole frente.
- Juguemos- gruñó.
Cogió la pelota y se colocó detrás se su equipo, los cuales la miraban sorprendidos. Cuando ella los miró, automáticamente se pusieron en sus posiciones.
Loren enterró sus garras en el suelo y espero a que el silbato volviera a sonar. Una vez lo hizo le pasaron la pelota. Los pequeños esquivaron a la mayoría, mientras que dejaron que Luke fuera a por ella. Se movió antes de que el otro pudiera derribar la, después se transformó, volviendo a su forma humana y corrió sin pensarse lo dos veces.
Marcaron otros puntos y volvieron a celebrarlo. Todos chocaron los cinco entre sí, incluida Loren, que ahora sonreí feliz.
El resto del partido siguió así,unas veces Loren fue quien se llevó los golpes, pero vi que lo hacía para que los otros no salieran heridos.
Al final terminaron, muchos de ellos agotados, pero felices de haberles dado una paliza.
- ¡Si! ¡Si si!- grito uno emocionado- Muchas gracias viejales- el niño se abrazó a su cintura.
- Me llamo Loren- rio.
El resto también fueron hacia ella para abrazarla. Alzó sus brazos y les miró, la sonrisa que tenía antes seguía ahí, esta vez se mezclaba con su cara se confusión. Se estaba agobiando, podía notarlo.
- Bueno, ya está chicos- dijo ella.
Todos la miraron y se separaron, después se giro para mirar a los otros. Su maestro parecía estar regalándole, pero no duro mucho porque Loren se puso en medio y le pego un puñetazo, esa fue la señal para que entrará.
Me puse en el medio, impidiendo que se abalanzara contra el. Su corazón latía rápido, podía notar la rabia que crecía en su interior.
- Loren para- ella me miró con su ceño fruncido- No puedes solucionar las cosas a golpes-
- Es un cretino, intimida a unos críos- dijo molesta.
- ¿Y tu crees que pegarle delante de ellos es lo adecuado? ¿Que vas a cambiar? ¿Una intimidacion por otra? Muy maduro de tu parte Loren- comenté molesta.
- ¿Sabes que?- apretó su mandíbula.
Sus ojos se movían de un lado a otro, mirando los míos. Al final, se alejó de mí soltando un suspiro.
- Tienes razón, no debi haber venido- se dio media vuelta y comenzó a alejarse.
Esa rabia que sentía antes fue sustituida por decepción y tristeza. Ni si quiera me atrevía a ir a por ella.
- ¿Estáis todos bien?- preguntó Eva.
Los chicos asintieron, viendo a su maestro en el suelo.
- No os quedéis ahí, ir a por ella- gruñó.
Pero ninguno hizo lo que el dijo, entonces commprendi porque le pego, era algo de alfas. Me sentí horrible y percibir sus emociones no me ayudaba en nada. Tengo que buscarla para pedirla perdón y me hacía una idea de en donde podría estar, solo necesitaba ir al invernadero.
Siempre que tenía un mal día o quería estar sola se refugiaba en sus plantas.
Al llegar escuche dos voces que provenían de dentro. Me pare en la puerta al reconocerlas.
- Mi nombre es Lily- dijo la pequeña- Y este es Buddy- vi como alzó su peluche hacia Loren.
- Soy Loren- susurro.
- Entonces ya somos amigas- se sentó a su lado- ¿Por qué lloras?- preguntó precupada.
- Porque soy un desastre- estiró sus piernas y soltó un suspiro.
- Yo también soy un poco desastre y Buddy tambien- agitó su muñeco.
- Pero el no se enfada contigo- la miró.
- No te creas, a veces no me habla- frunció su ceño- Pero después dd insistir acabamos solucionando las cosas y volvemos a ser mejores amigos- dijo feliz.
- El problema que yo tengo no es fácil de solucionar- confesó.
La pequeña se sentó mejor para poder verla, abrazando su peluche en el proceso.
- Bueno, pero no es imposible- la miró seria- ¿Te has peleado con tu novio?- ella negó- ¿Tu novia?- asintió- ¿Quién en tu novia?- preguntó emocionada.
- Una princesa- susurro como si fuera un secreto.
- ¿De las de verdad?- asintió, causando una gran sonrisa en la pequeña- ¿Y son igual de guapas que en la televisión?- se acerco un poco más a ella.
- Para mi, es la más hermosa- sonrió.
- ¿Cómo es?- apoyo su cabeza sobre sus manos.
- Es lista, guapa, tranquila...- la miró con una sonrisa- Tiene el pelo negro y largo, no mucho, por debajo de los hombros. También tiene unos ojos verdes esmeraldas que son...preciosos, es como ver un campo verde, algunas veces llegan a ser hipnotizantes, como los tuyos- rio.
Esa broma me hizo sonreír a mi, era cierto que hipnotizaban.
- Luego, tiene una sonrisa cautivadora, siento que, cuando la veo sonreír, soy la persona más feliz del mundo, es como si el resto no importará. Por otro lado, cuando se enfada da miedo- miró a la pequeña- Al final siempre acabó haciendo lo que ella quiere, tampoco me niego, no podría la amo demasiado además, en el fondo tiene razón con casi todo- se cruzó de brazos sin dejar de sonreír.
- Entonces, ¿por qué estáis enfadadas?- preguntó de nuevo.
Volvió a suspirar antes de mirarla.
- Porque ella quiere algo que no se si voy a poder darle- confesó con dolor.
- ¿Qué quiere?- preguntó curiosa.
- Niños- respondió.
- Bueno, pero aquí hay un montón, coge uno y se lo llevas- ella rio.
- Ojalá fuera tan fácil- ella torció su cabeza.
Las dos se quedaron en silencio durante un rato, pensé que ninguna iba a decir nada más, pero me equivoque.
- Yo no tengo papas- susurro mirando su peluche- Solo a Buddy- sonrió.
- ¿Qué pasó con ellos?- la niña la miró.
- No lo se, creo que me abandonaron- contesto- Pero yo estoy bien, aquí estoy mejor- dijo un poco más animada que antes- Cuidan de mi y me quieren- sonrió- Cuando estoy mal me abrazan, quizá eso es lo que necesitas- la miró.
- Creo que no ha- la pequeña lo hizo igualmente.
Ella no se movió, dejó que la pequeña se quedara así todo el tiempo que quisiera. Al ver que no iba a separarse termino cediendo. Dejo su barbilla sobre la espalda de la pequeña.
Vi como varias lágrimas se resbalaba por su mejilla. Me partía el corazón verla así, ¿tan mal le ponía este tema?.
- A mi también me abandonaron- susurro- No se como cuidar de un bebé si no se cuidar de mi- siguió.
Lily se separó y la miró confundida.
- Yo no sé qué es tener una familia normal, con un padre y una madre que te quieran, que te cuiden...tengo miedo de no ser suficiente, de no saber querer a ese niño o ñiña como tiene que ser. No quiero decepcionar a nadie, ni mucho menos a ella o al bebe- confesó.
¿Eso era a lo que tenia tanto miedo? ¿A no ser buena madre? ¿A hacerle daño al niño o no querer le como se debe?
Pensé que, después de todo este tiempo trabajando la relación maternofiliar con su madre, las cosas habían cambiado, pero no. ¿De verdad se sentía así?
- A mi me dijeron que los papas no nacen sabiendo- dijo ella tomando las manos de Loren.
- Eso es cierto- soltó una pequeña risa- ¿Sabes? Eres muy lista para tener cinco años- ella volvió a sonreír.
- Gracias, es que tengo una maestra genial- la miró.
- ¿Y por qué te escondes aquí?- su sonrisa se esfumó.
- Porque hay niños malos, se ríen de mi y no me gusta- dijo triste.
- Lo niños son tontos- dijo.
- ¿Por eso se te gustan las niñas?- ella rio.
- Y porque son muy guapas- añadió- Pero bueno, como ya somos amigas no estás sola- colocó un mechón de su pelo tras su oreja.
Todo era tan tierno que me daba miedo moverme y estropear el momento.
- Entonces, ¿quieres jugar conmigo?- asintió- ¡Bieeen!- grito feliz.
Lily la tomo de la mano, ayudando a Loren a levantarse. La pequeña a su lado era como un duendecillo.
- No llego a ver, jo- miró las mesas con plantas.
- Ven- dijo Loren.
Se agachó y cogió a la pequeña por debajo de los hombros. Ella se dejó coger, después se aferro a Loren sin soltar su peluche y esbozo una sonrisa.
- Son muy bonitas- dijo al verlas.
- Lo son- susurro- Mira, ¿ves estas de color lilas?- ella asintió- Son violetas y esas rojas, rosas- señaló a algunas que estaban alejadas.
- ¿Puedo coger algunas?- ella negó- Pero quiero unas- hizo un puchero.
- Pero no están grandes, así se estropearan- la miró- Yo te traigo unas, ¿de que las quieres?- la cara de Lily se iluminó.
- Todas- contesto feliz, causando que una risa saliera de Loren.
- Todas serán- la colocó un poco mejor y siguieron con las plantas.
Vi aquello desde lejos y me pareció la escena más bonita del mundo. Decía que tenía miedo a no ser buena madre, pero ver esto me hacía creer todo lo contrario.
¿Cómo podía pensar eso? Si para mi, viéndola ahora, parecía una madre espectacular.
- Oh mira, es la señorita Valentine- dijo Lily mirándome.
Loren la dejo en el suelo y ella corrió a mi, se abrazó a mi pierna y me sonrió.
- Me está enseñado las plantas, ella es Loren- le sonreí por lo tierna que era.
- Lo sé- nos miro a ambas y luego abrió la boca en sorpresa.
- ¿Tu eres la princesa?- preguntó emocionada.
- Lo soy, pero es un secreto- me agaché para quedar a su altura.
- No diré nada, lo juro- estiró su dedo meñique.
Lo entrelace con el mio y sonreímos. Después me levante para mirar a Loren.
- Aquí estas- dijo Perla- Llevo diez minutos buscándote- tomó aire.
- Perdona señorita, quería ver las plantas- agachó su cabeza.
- Esta bien, vino conmigo- dije.
- Vale, vamos que ha terminado el recreo- le dio la mano, la cual Lily tomó.
- Nos vemos, gracias Loren- se despidió agitando su peluche.
Ella la vio con una sonrisa mientras se iba y luego me miró.
- Lo siento mucho Loren- ella negó.
- Tienes razón Hayley, no debi hacer eso- suspiro, metiendo sus manos en sus bolsillos.
- No, te hable así porque estaba molesta, pero entendí que era algo de lobos- me intenté acercar a ella, pero se dio la vuelta, caminado hasta otra mesa.
- Que sea algo de lobos no justifica que vaya a arreglar todo a golpes- dijo- Y tienes razón, es una mierda-
- Yo no dije eso- no quería que se confundiera.
- Pero lo piensas, lo sientes- me miró- Y esta bien Hayley, no te culpo por ello, pero yo no soy como tú, aprendí a solucionar todo a golpes, es como me crié- susurro eso último.
- ¿Por eso no quieres ser madre? ¿Por que tienes miedo a salir colo William?- pregunte directamente.
- ¿Lo has escuchado todo?- asentí.
Esta vez me acerque un poco más a ella, como no sé movió di otros pasos más.
- ¿Ese es tu gran miedo?- asintió- Tu no eres él- tome sus manos.
- ¿No? Acabo de pegar a un señor por que me molesto- negué.
- Defendiste a unos chicos- fue así.
- A golpes, justo como él me enseño- dijo molesta- Tu siempre has tenido unos padres cariñosos, que miraban por tu bien, que te escuchaban, tuviste padres Hayley- soltó mis manos- Yo no, tuve una familia de pega, un padre falso maltratador y una madre que me abandono- soltó con dolor- No se lo que es tener una familia, ¿cómo voy a cuidar de un bebé?-
- Yo soy tu familia, Aradia, Delia, tu manada, Celeste...todos ellos son tu familia- tome su rostro.
- No es lo mismo, todos ellos no quitan los dieciocho años de torturas, gritos, golpes y muchas cosas que no quiero ni recordar. Tengo una madre ahora, después de veintidós años- otra lagrima se escapó por su rostro.
La limpie, de verdad que me dolía verla así. Nunca me había dicho nada de todo esto y me sentí fatal.
- Es mejor que me vaya, no quiero estropear todo esto, ya hice suficiente- dejó un beso en mi mejilla y salió de ahí.
Estaba tan sorprendida que ni me moví, seguía asimilando todo. Era la segunda vez que la veía llorar en todos estos años y saber el motivo de su llanto no me gustaba. Tendría que hablar con Celeste, quizá ella podría ayudarla, pero, ¿por donde empiezo? Esto era demasiado.
.........