Religiosa Tentación • Hazbin...

By Guadalupecruz34

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Desde que murió una hija de Dios, una sirvienta de el, por su propia mano condenadose al infierno... Lo sufic... More

《○Curiosidades
《Genesis
○2○
《Éxodo
○1○
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○3○
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○5○

○1○

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By Guadalupecruz34

Roma / Vaticano
1940
































Pero en cuanto a los cobardes y los que son repugnantes en su suciedad, y asesinos y fornicadores y los que practican espiritismo, e idólatras y todos los mentirosos, su porción será en el lago que arde con fuego y azufre... Esto significa la muerte segura.

Revelación...
































Desde muy joven, mis padres me enviaron al Vaticano. Buscar como servir a Dios, casarme con el era una misión que todas las monjas deseábamos tener. Sin embargo como todos los humanos, tenemos dudas y curiosidades sobre la humanidad.

Porque somos así? Que pasa al morir? Porque no volver a revivir ahora y no esperar? O porque es tan mala la brujería? Satanás es realmente nuestro enemigo?

Todo eso lo tenia en mente, una chica que dejo sus sueños y esperanzas en su futuro para quedar a servir a un ser que ama a todos en la tierra... Pero... Porque? Porque mis padres me dejaron aquí? Habían tantas preguntas y aunque rezaré a nuestro padre, este no me enviaba ningún mensaje.

- Puta... Zorra... Dudas de tu dios? -

Eran frases que escuchaba en mis oídos siempre al intentar dormir, lloraba en mi habitación en el Vaticano buscando como eliminar los mensajes del diablo en mi mente. Estaba buscándome hacer débil, no lo soy! Soy alguien que confía en el señor!

- Débil de mierda! Tu dios te odia! -

Y como en tantas noches sin dormir, salí a la medianoche a rezar a nuestro dios con la cruz en mi mano. Mis lagrimas de ayuda no parecían ser escuchadas, pero no podía perder la Fé... Fé... Lo que mas necesito.

Al seguir rezando en cuclillas, llorando a mares tras la penumbra de la habitación, sentí una mano en mi hombro haciéndome chillar para voltear a ver quien era.

Suspire de alivio al ver a alguien conocido, puse mi mano en mi pecho para regular mi respiración.

- Sucede algo hermana? - Pregunta un joven.

- Padre Sebastian... - Mi voz era entrecortada.

El hombre frente mio como lo había llamado, era Sebastian. Un hombre que siguió mis pasos para servir a dios desde muy joven, uno de cabellos negros y ojos negros cual oscuridad. Tengo que admitirlo que desde que lo conocí en los pasillos historiales del Vaticano, sentí una tentación de lujuriosa en el, una que rápidamente busque ayuda celestial y espiritual en mis otras hermanas que pasaron dificultades casi similares a esta.

- Eres una perra sucia... No quieres cogertelo? Tu dios no quiere a los tuyos?-

Sin quitar la mirada del preocupado Padre comencé a llorar tomando sus manos, buscando refugio. Estaba volviéndome débil ante el mal, no podía flaquear.

- Padre... Sebastian... - Me sonroje al sentir su mano en mi cabeza - El diablo me habla mientras duermo, me dice palabras vulgares y me hace perder mi fe en mi dios amado.

Se que el me va a ayudar, lo conozco desde que fui asignada al Vaticano a enseñar a las demás jovencitas próximas a ser Monjas. Aun en rodillas delante del hombre enviado de dios, no pude evitar abrir mis ojos llorosos al sentir sus delgados dedos en mi barbilla para verlo a los ojos, dejándonos en una imagen indecente a cualquiera que entrara a la sala de rezos.

- Mi dulce hermana... - Con sus pulgares acaricio mis labios - El diablo te llama... Y sabes que tienes que hacer?

Con esa voz tan delicada y joven, perdí el hilo de la conversación que se quería dar. Sus ojos negros, esos que tuve que parpadear dos veces para confirmar que no se volvían rojos oscuros tras verme derrotada. Me dieron intimidación en todo mi cuerpo y escalofríos.

- N-no... Padre... - Sentí su dedo entrar delicadamente a mi boca - P-padre...?

Me esperaba un consejo, unos padre nuestros, ave Marías o hasta al peor de los casos un exorcismo. Pero en su mirada me mostraba otra cosa que no podía descifrar, ya que siendo tan culta y fértil de la mente y cuerpo, no sabia que el enemigo, amigo y ser del infierno estaba frente mio como un cordero vestido de oveja.

Un humano que cayo en las redes del diablo con orgullo y buscaba como corromper a su primera presa. Única presa preciada.

- Se inclino hasta quedar sus labios pegados a los míos - Debes estar a manos del diablo, que en su camino mi ser inocente.

🔹️


Esto era lo que quería? Las voces dejaron de sonar, el diablo se fue de mi mente y pensamientos. Pero para vivir en mi cuerpo y manchar mi culta alma que tenia asegurada el pase al paraiso. Todo por estos toques indecentes que nos dábamos el Padre Sebastian y yo, los besos en aquella habitación luego de semanas tras la ayuda que me otorgo en la habitación de rezos, sonaban como agua tras nuestras garganta.

Lujuria

¿Que pensara la antigua yo en esta situación? No lo se y no me importa. La lengua de Sebastian entraba en mi boca con tan necesidad que me hacia ver estrellas, no podía dejar de verlo en la misa cuando el Papa hablaba a los presentes ni el a mi.

Los besos en mi cuello no eran olvidados, las marcas que tenia que ocultar después tras el hambre atroz que nos traíamos. Teníamos suerte que la oficina de el tuviera llave, y que nadie interrumpiera de manera brusca si lo buscaban... Nunca había sentido tanto placer en mi vida, ni cuando estaba en rezos con las otras hermanas o cuando practicaba los verbos tan bellos de la biblia de memoria.

No necesitaba los golpes de la regla de madera en mis manos para sentir dolor, porque lo que me daba Sebastian era un dolor placentero que me hace gritar.

- Al querer sacar un gemido me cubrió con una de sus manos - Baja la voz mi bella dama... ~ - Me susurro al oído - ~ Que si nos atrapan... Será por tus dulces sonidos.

- P-per... Per-don! ~ - Pese a su mano no se escuchaba casi nada.

Me golpeaba tan fuerte con su hombría que me acostumbre al dolor, y me entrego al placer. Solo es un pecado capital, no? Puedo volver a hacer Perdonada por dios.

🔹️

Mis ojos se abrieron de pavor y miedo, Esto es real? No solamente yo tenia estas preguntas tan extrañas en mi mente? Lo digo porque, aunque tenga las manos fuertes de Sebastian en mis hombros dando apoyo, no evitaba cubrir mi boca con asco.

- Tienes miedo mi bella dama? - Pregunto cínico.

Si, lo tenia. Porque mis ojos están viendo la peor blasfemia del mundo entero, estuve apunto de vomitar por lo que esas mujeres hacían en medio de aquel pentagrama... Bailando desnudas llena de sangre de un cadáver mutilado de las extremidades, quería irme de aqui y buscar el perdon de dios.

Esas mujeres que se hacían llamar Esclavas de Dios, no eran más que unas mentirosas cualquieras... Adorando a un ser del mal derramando sangre inocente. Cuando estuve apunto de buscar la salida de aquel cuarto del mal, una fuerte mano que conocía me lo impidió.

- Donde vas? - Llore al verlo tan tranquilo.

- Esto... Esto no es lo que quería - Mis fuerzas me fallan - Porque hacen esto!? Esta casa del señor! NUESTRO AMADO PADRE ESTA MIRÁNDOLOS!

- Nuestro padre dices? - Las otras monjas se detuvieron - Hablas del dios de Abraham y el dios de Jacob?... Quien nos ha dado la espalda en este infierno. Su propio hijo! Su hijo llamado Satanás! Lucifer! Nos a dado la salvación!

Las mujeres sonrieron como locas, y se acercaron a mi con intensiones malditas... Sebastian no dijo nada al ver como ellas me quitaban la túnica como locas sedientas de locura. Lloraba por piedad y perdon... No podía hacer nada, era ellas contra mi.

Una manada de leones y un conejo indefenso e inocente.

- Bebe... Bebe y acepta lo que empezaste - Me tomo del cabello con fuerza - Porque dios así lo quiere, porque eres una pecadora instintiva del mal y del placer!

Llore con mas fuerza al estar de rodillas delante de una copa llena de sangre, las velas negras llamaban mi nombre y no quería hacerlo. Sebastian gruñó de placer al ver mis labios manchados de sangre humana, maldita por palabras en latín que llamaban al diablo.

Espiritismo

Al terminar la sangre de la copa obligatoriamente, me soltó del cabello dejándome en el suelo sucio desnuda mientras tosía y buscaba aire por la fuerza que se me otorgo al tomar dicho liquido con sabor a hierro. Sentí que algo dentro mio gritaba para no ir a esas fuerzas que me llamaban, comencé a tener un ataque de pánico al no saber que hacer.

- Va a morir... - Dijo una mujer asqueada de verme - No tiene nada de especial Padre Sebastian ~

- Ni siquiera soporto una imagen como esta... - Dijo otra tomando un cuchillo - Debemos terminar con el ritual.

- Al menos nos servirá de sacrificio, no? - Pregunta otra.

Este tal Sebastian no les contesto en lo absoluto, me miro con seriedad y enojo al no verme procesar en el inicio de su deseada Secta. Si no puedo lograrlo, se que me van a matar y no dejaran nada de testigos.

Dios... Estoy cayendo... Ayuda.

- Matenla... No nos sirve... - Ni siquiera me miro a los ojos - Creí por unos segundos que era la indicada.

Las risas no faltaron, y las mujeres estaban a punto de hacerme como uso de su sacrificio... No hasta que lo decidí... El no me va a ayudar, me dejo caer, aun cuando pedí su ayuda de una y mil maneras posibles. Me dejo de lado, cerca de la basura del mundo y fue allí que algo dentro mio cambio.

Mis risas de euforia llamaron a las demás presentes ante mi cambio de actitud, porque de llanto a locura era un momento que no se esperaban.

- Sebastian~ - Lo mire de reojo - Porque no comenzamos con la misa negra~?

El supuesto padre sonrió y se acerco a mi nuevo yo tras la espalda. Acerco sus labios a mis oídos y beso mi cuello cubierto de sangre, me sacaba jadeos y gemidos.

- Como gustes... Mi tierna dama negra... - Contesto abrazando mi cuerpo - Hija y esposa de Abaddon.

Para ese hombre, ese demonio disfrazado de hombre, le parecía como una manzana podrida y sensual. Ver mis pechos desnudos cubiertos de sangre humana, era una imagen que lo llevaba a la luna de ida y regreso. Mis piernas casi abiertas en medio de ese pentagrama lo hacia tenerlo a mis pies, y fue que con ese sentimiento como si tuviera un estatus de poder... Me sentí poderosa, como una jefa.

Tenia a Sodoma y Gomorra en mi cuerpo, tocando todo como necesitado de mi.

Yo era la nueva mujer aquí, y Sebastian quien en realidad era un demonio buscando contratos, se enamoro de mi nueva forma blasfema. Otra alma para el infierno.


































•El papel de Sebastian tiene la apariencia física de Beelzebub de Record of Ragnarok.

• Abaddon "El Destructor",en el libro de las Revelaciones (Apocalipsis en las biblias católicas) es el ángel o estrella del abismo sin fondo que encadena a Satán por mil años.

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