capitulo siete:❛negación❜.
El equipo se encontraba reunido, observando la batalla de entrenamiento entre Aqualad y Superboy en medio del salón. A tan sólo unos metros de ellos estaban Artemisa, Megan y Astoria, mirando la pelea con suma atención, o mejor dicho: dos que no podían sacar su vista de Superboy y otra que solamente se dedicaba a mirar cada golpe.
—Kaldur es lindo —Comenta Artemis, rompiendo el silencio entre las chicas. —¿No creen? —Pregunta mirando a sus dos compañeras. —Es guapo, dominante —Enumera varias cualidades con sus dedos. —Sabes, deberías invitarlo a salir —Le sugirió esto directamente a la pelirroja.
—El es cómo un hermano mayor para mí —Contestó Megan con tranquilidad, no iba a dejar que la nueva la ponga de mal humor. —¿Sabes quienes si serían una buena pareja? Tú y Wally —Astoria no pudo evitar una pequeña risa se escapase de sus labios. —Tú estás tan llena de pasión y el está tan lleno de-.
—¿De? —Replica con ironía la arquera, mientras las tres posan sus ojos en el velocista, quien se estaba atragantando con la comida.
—Eso.
Las tres estallaron a carcajadas.
—Aunque no parezca, Wal tiene sus cosas buenas —Habló Astoria luego de calmarse, saliendo a la defensiva de uno de sus mejores amigos. —Es leal, gracioso y tiene un gran corazón —Agregó encogiendo sus hombros.
Artemisa alzó una ceja al escuchar esas palabras, ella sentía que Astoria no era muy parcial cuando se trataba de Wally.
—Entonces tú eres la indicada para salir con el —Sugirió mirando con curiosidad a la amazona.
La guerrera la observo unos segundos antes de que su cara se tiñera de rojo. ¿Wally y ella...? Por favor era la idea más estúpida que había escuchado jamás, los dos eran totalmente incompatibles y solian pelearse, y molestarse muy seguido. Amaba a Wally, pero de una manera amistosa, platónica y fraternal; además el estaba super enamorado de Megan y ella bueno, no podía parar de pensar en que sentiría Robin si llegase a escuchar tal locura.
—Oh, ella no podría —Comentó Megan de pronto, llamando la atención de las dos chicas. —Tal vez es porqué hace poco estás en el equipo, pero todos sabemos que algo pasa entre el chico maravilla y la chica maravilla —La marciana no pudo ocultar su risa burlona.
—Megan —Protestó Astoria con las mejillas aún más rojas y empujandola levemente. —Eso no es verdad, somos amigos.
Megan y Artemis intercambiaron miradas por unos segundos, antes de volver a estallar de risa. La amazona las miro avergonzada, bueno, por lo menos había logrado que se llevaran bien aunque sea un rato. Tornado Rojo apareció de pronto en la cueva, rompiendo el ambiente amistoso entre los héroes y llamando la atención de todos. El grupo no dudo en dejar de hacer lo que sea que estuviesen haciendo en ese momento y corrieron hacia el héroe.
—¿Tienes una misión entre nosotros? —Wally fue el primero llegar al lado del héroe.
—La asignación de misiones es responsabilidad de Batman —Respondió el robot. Se escucho un bufido general.
—Si bueno, pero Batman está con Robin haciendo eso del dúo dinámico de Gotham City —Replicó el pelirrojo, protestando cómo un niño chiquito. —Pero ibas a alguna parte ¿Una cita ardiente? ¿O una misión?.
—Si podemos ser de ayuda —Agregó Aqualad.
Después de una pequeña charla, los adolecentes lograron convencer al androide de brindarle su ayuda. Su misión consistia en encontrar a Kent Nelson, el doctor destino. Había desaparecido hace veintitrés días y ellos debían ir a la torre destino y asegurarse de que estuviera bien y a salvo.
Luego de unos minutos ya estaban en la bio-nave rumbo a la torre. Donde West no dejaba de alardear sobre su amor por las artes místicas para impresionar a Miss Martian, cosa que ya estaba cansando a Artemis y Astoria porque enseguida notaron su mentira.
—Dime, Wally —Llamó Artemisa. —¿Cuánto notaste por primera vez tu afinidad sincera por la hechicería? —Preguntó con curiosidad fingida.
—Si dinos Wally ¿Cuando? —Preguntó Tori con algo de burla en su voz, recibiendo una mala mirada por parte del velocista. Ella sabía lo muy poco que creía en la magia y le divertía verlo fingir que sí.
—Bueno —Tosio un poco antes de dar una respuesta. —No me gusta alardear pero antes de ser Kid Flash consideré sinceramente convertirme en hechicero.
Artemis y Wonder Girl intercambiaron miradas, sin poder creer las palabras del pelirrojo y negaron a la vez, con su cabeza. No podían creer la actitud de su amigo, bueno, en realidad un poco si.
【 ૈ☆┊𝆄 ❥ 】
—Nada —Informó el velocista, llegando frente a sus compañeros. Hace minutos que estaban buscando la torre sin éxito, parecía que nunca había existido.
—Esto no es simple camuflaje —Comentó la rubia posicionadose aun lado del pelirrojo.
—¿Que opinas?
—¿Micro opto-electrónica adaptable combinada con cambio de fase?.
—Absolutamente...no —Wally cambio de parecer al ver cómo Miss Martian se acercaba. —Claramente aquí hay poderes místicos en acción.
Artemisa rodó sus ojos y se alejo de los dos pelirrojos, acercándose a la amazona, quien se encontraba hablando con Superboy.
—¿Esta todo bien? —Pregunto Astoria, posando su mano en el hombro de la rubia al notar su descontento.
—Está actuando como un tonto —Responde enfadada, sin apartar su vista de Wally.
—Sólo quiere impresionar a Megan —Le explica Tori, encogiendo sus hombros restandole importancia. Ya había visto varias veces a su amigo actuar de forma estúpida, cuando se trataba de una chica bonita. —Ya te acostumbraras.
Los seis miraron el gran terreno vacío frente a ellos, cada uno buscando una solución para encontrar la torre. Habian pensado que esta iba a ser una misión sencilla y ahora mismo se estaban rompiendo la cabeza para conseguir la respuesta.
—Apártense —Kaldur se adelantó unos pasos con la llave en mano. La torre apareció por arte de magia, confundiendo a los seis jovenes. Después de calmarse entraron.
—Saludos —Un holograma de Kent Nelson comenzó a hablarles. —Han entrado con una llave pero la torre no los reconoce. Por favor declaren su propósitos e intenciones.
West miro de reojo a Megan, se adelantó a todos y respondió: —Somos verdaderos creyentes, vinimos a buscar al Doctor Destino.
El holograma desapareció, dejándolos confundidos y a los segundos los jóvenes estaban cayendo por un pozo lleno de lava.
Astoria dio un grito ahogado al sentir que caía, cerró fuertemente sus ojos esperando el calor en su cuerpo y sintió cómo alguien la agarraba fuertemente del brazo, era Megan quién había impedido que caiga a la lava. La amazona se aferro más a la pelirroja y le agradecio por salvarla.
—Tengo problemas para mantener la altitud —Dijo la pelirroja, luchando por mantenerse en el aire y no bajar aún más con la amazona y el velocista en brazos. —Estoy ardiendo.
—Ciertamente lo estás —Comentó Wally recibiendo una mirada de regaño de la castaña y de la rubia. No era el momento adecuado para sus comentarios, que no aportaban absolutamente nada. —¿Que? Estoy a centímetros de la lava hirviente, tengo derecho a decir lo que pienso —Se defendió, al ver el silencio que se había formado.
—Mi fisiología y la de Megan son susceptibles al calor extremo —Kaldur intento secar su sudor cómo pudo, estaba empapado. —Debemos salir pronto.
—Ahora que lo pienso, nunca logramos responder la pregunta —Dijo Astoria con un aire pensativo, sujetandose lo más que podía a la marciana. Cuando llego a la cueva esta mañana nunca creyó que terminaría por morir quemada en lava.
—Hello Megan —La chica asintió dándole la razón a su amiga. —Tornado Rojo nos envió a ver si el señor Nelson y el casco estaban a salvo —Cuando terminó de pronunciar esas palabras, la lava desapareció y en su lugar un piso de madera apareció, los seis bajaron más aliviados.
Astoria bajo de un salto y estiro sus músculos, sintiéndose sumamente aliviada. No quería morir sin haberse despedido de Diana, su madre, Steve, Zatanna y Dick.
—Está plataforma debería estar al rojo vivo pero está fría al tacto —Comentó Aqualad tocando el piso.
—No te preocupes Megaliciosa, te tengo —El pelirrojo abrazó por los hombros a la nombrada.
—¡Basta ya! —Gritó Artemisa enfrentado al joven, harta de su actitud. Un enorme silencio se formó entre el grupo, expectantes de las palabras de la rubia. —¡Tu juego de
impresionar-a-Megan-a-toda-costa casi nos asa a la parrilla!
—¿Cuándo se convirtió esto en mi culpa? —Replicó Wally, ofendido.
—Lo siento Wal, pero Artemisa tiene razón —Habló Astoria, animandose a meterse en la discusión y parándose junto a la rubia. —Le mentiste al holograma del señor Nelson, llamandote un verdadero creyente cuándo no es así.
Los demás miraron a Kid sorprendidos, en especial Megan que de verdad creía que Wally era un verdadero creyente de la magia.
—Wally —Llamó su nombre. —¿Tu no crees? —Preguntó la marciana sorpendida.
-Bien, bien mentí sobre creer en la magia —Admitió el joven, sintiéndose acorralado. —Pero la magia es la verdadera mentira, una muy grande.
—Wally —Hablo Aqualad, aún tocando el piso. —Yo estudié durante un año en el Conservatorio de Hechicería de Atlantis —Levanto la cabeza para mirarlo. —Las artes místicas crearon los íconos de piel que alimentan mis aquavaritas.
—Viejo ¿Has oído hablar sobre la bio-electricidad? —Replicó el velocista. —Oye en culturas primitivas el fuego era considerado magia, hoy es sólo un montón de trucos.
—Eres bastante obtuso para poder romper la barrera del sonido corriendo —Se burló la arquera.
—Eso es ciencia, yo recreé el experimento de laboratorio de Flash y aquí estoy, todo puede ser explicado por la ciencia.
—Pongamos a prueba esa teoría —Kaldur abrió una madera del piso. Todos se miraron sorprendidos entre si, al ver que la lava se había convertido en nieve. Pasaron por la entrada, llegando aun lugar lleno de montañas y nieve por todos lados. De estar en el lugar más caliente del mundo, pasaron a estar en el lugar más frío del mundo.
—¿Que es eso? —Preguntó Megan al ver a un bastón flotando cerca del grupo.
—Tal vez es la varita mágica de Nelson —Se notaba a lenguas el tono sarcástico de Kid.
El pelirrojo junto a la rubia tomaron el bastón al mismo tiempo y después de segundos de discutir, y de cansar a todos desaparecieron de la vista de su equipo, cómo por arte de magia. Los cuatros se miraron consternados, ni un paso se habían alejado de ellos y habían desaparecido sin ningún esfuerzo.
—No entiendo a Wally —Habló la pelirroja mientras caminaban en medio del helado frío, era lo único que podían hacer y lo mejor antes de quedarse parados, y esperar a morir congelados. —Es casi cómo si necesitará creer que lo imposible no puede ocurrir.
—El siempre fue así —Comentó la amazona abrazandose a si misma por el frío que sentía, realmente era insoportable. —Le cuesta ver que existen más cosas que la ciencia —Una pequeña risa se escapo de sus labios al recordar la cara que puso Wally, al escuchar cómo ella era hija de un dios.
—Wally usa su compresión de la ciencia y controla lo que no puede comprender —Comenzó a explicar el peliblanco, mientras era escuchado atentamente. —Reconocer la existencia de la magia sería renunciar al último vestigio de ese control.
—¡Miren! —Gritó la amazona, interrumpiendo a Kaldur y señalando una puerta que estaba justo unos metros de ellos, sin esperar más se acercaron hasta allí.
Pasaron por la puerta emocionados y cayeron de repente al suelo. Los cuatro se levantaron algo adoloridos antes de darse cuenta que Artemisa y Wally se encontraban en esa misma habitación junto al señor Nelson. No tuvieron tiempo de asimilar nada, que enseguida tuvieron que pelear luego de ver qué rayos de poder iban hacía su dirección. Esquivaron los ataques lo más que podian hasta que pudieron darles, dándole ventaja al hechicero para poder encerrarlos.
El velocista y la arquera habían desaparecido mientras que los demás estaban cautivos, esperando que los dos héroes sueltos pudieran ayudarlos. Estuvieron unos minutos así hasta que la prisión que los retenian se esfumo y el hechicero frente a ellos se quedó en ropa interior.
—El show terminó —Super sin perder tiempo golpeó el rostro del villano, haciendo que este caiga al piso.
Los cuatro se miraron y sonrieron se sentía felices por haber terminado con esta misión tan agotadora.
【 ૈ☆┊𝆄 ❥ 】
Astoria abrió el paquete de frituras, y cruzo sus piernas mientras las balanceaba con el aire, y con su mano libre sostenía el celular contra su oreja. Se encontraba agotada por la misión recienten y a pesar de que amaba ser una heroina, también amaba mucho esos momentos de paz en donde descansaba y podía ser una chica normal. O fingir al menos por un rato, que era una adolescente normal viviendo en Metrópolis y no una guerrera amazona, heredera al trono en su tierra.
—Te lo juro, fui a Salem —Hablo al celular de Steve, mientras llevaba una papa frita a su boca. Su hermana aún no le había comprado un celular a ella, y cómo el teléfono de casa no funcionaba, solía tomar el celular de su cuñado para hacer llamadas o recibirlas. Tampoco estaba desesperada por uno de esos aparatos, lo único que sabía hacer con claridad era atender llamadas y si quería llamar a alguien siempre pedía ayuda; tal vez era por eso que su hermana no se había preocupado demasiado en comprarle un celular.
—¿Y te gustó? —Preguntó Zatanna, su amiga, al otro lado de la línea. La joven formó una mueca en su rostro, estaba tan concentrada en encontrar a Kent que no se había tomado el tiempo de contemplar la ciudad.
—Lo poco que ví si —Contesto, tratando de recordar con detalle todo el pueblo. —Aunque me hubiese gustado verla tranquilamente, sin hechiceros locos queriendo matarnos —Dijo con sinceridad. —Y de día, si es posible.
—Te llevaré —Declaró con emoción Zatanna, elevando su tono de voz. —Te encantará y la amaras tanto cómo yo.
Astoria sonrió ante sus palabras, claro que estaría encantada de conocer uno de los lugares que más amaba su mejor amiga. Y después de conocer Salem, ella la llevaría a conocer Themyscira, estaba segura de que la amaría.
—Eso esperó —La chica miro la hora y se dio cuenta que llevaba en llamada mas de una hora. Siempre que hablaba con Zatanna perdia la noción del tiempo. —Tengo que cortar, Steve llegará en cualquier momento del trabajo y seguramente va a querer usar su celular —Astoria río al oír protestar a su amiga.
—Adiós Tori y por el amor de Dios cómprate un celular —La nombrada soltó una carcajada y cortó la llamada. Aunque tendría en cuenta sus palabras, ya era hora de que tenga su celular propio.