Luna de Sangre

Bởi ladyhabsburgo

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Harry es un purasangre mafioso, infame y despiadado y Louis el omega que el destino puso en su vida para camb... Xem Thêm

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35

Capítulo 23

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Bởi ladyhabsburgo

Harry observó a Louis luego de que sus labios se separarán y el frío consumiera la tibia temperatura de un beso amoroso y suave.

El omega le veía con ojos brillantes y mejillas rojas, Harry sólo le pudo sonreír antes de atraerlo en un abrazo.

—Mi omega... —murmuró dejando a Louis ocultarse entre sus brazos.

Harry ni siquiera le daba importancia al hecho de que estaban en medio de muchas personas que habían frenado lo que hacían para esperar a que terminaran su romántica escena.

Porque momentos como esos, donde su omega se le acercaba naturalmente regalándole afecto con suavidad de manera espontánea no podían desperdiciarse.

Harry frenaría el mundo para disfrutar del amor de Louis.

Y que alguien se atreviera a decir algo. Incluso Niall se había quedado callado y observaba al cielo como si hubiese ahí algo muy interesante para analizar con una mueca pensativa demasiado fingida. Poco dispuesto a fastidiar con comentarios risueños sobre Harry y su omega, aún si su lengua picaba por ello, sabía respetar ciertos límites.

Cuando finalmente se separaron para verse de vuelta a los ojos, Harry acarició el rostro del más bajo con ambos pulgares acunando sus mejillas, se acercó y besó nuevamente su frente para después simplemente abrazarle por el cuello y comenzar a caminar juntos.

Louis miraba sus propios pies, consciente de que apenas comenzaron a caminar, todas las otras personas que les acompañaban comenzaron a hacerlo también siguiendoles casi en silencio.

Luego de salir del aeropuerto con pasos tranquilos y silenciosos, se encontraron con una fila de lujosas camionetas oscuras esperando con su respectivo chofer fuera, todos ellos eran altos, de traje, lentes oscuros y naturalmente alfas.

Louis suspiró y su nariz hizo un mohín cuando la melosa y dulce fragancia de Niall le llenó los pulmones, ya que el rubio justo se había puesto enfrente. Se abrazó más a Harry, mirándole con ojos curiosos.

El omega sonrió—. ¿Así que... Cuál es tu nombre bonito?

Louis no fue capaz de responder la sonrisa que Niall le estaba dando, e incluso volteó a ver a Harry, quien mantenía el ceño suavemente fruncido pensando en que nadie era digno de tener una charla con su omega. Ni siquiera Niall Horan.

—Louis —respondió el ojiazul.

Los ojos de Niall parecieron brillar con felicidad.

—¡Un nombre bonito para alguien bonito! ¿Es francés verdad? Suena a francés —hizo una mueca—. Aunque también podría ser... No, no, definitivamente tiene que ser francés.

Louis parpadeó—. Eh, sí. Supongo.

—Y bueno Louis, ¿qué haces con este alfa malhumorado y gruñón? —le dio una mirada a Harry de ojos entrecerrados pero gesto divertido—. No lo quieren ni las pulgas.

—Niall —Harry advirtió escuetamente.

El omega le resto importancia y siguió sonriendole a Louis—. ¿Ves? Ya va empezar a gruñirme, desde que lo conozco es así. Niall grr, Niall grr, es literalmente un fastidio.

—Niall —volvió a decir Harry.

El chico bufó—. Grr. Ya va, ya va —chasqueó la lengua—. Sólo estoy realmente feliz de que alguien te quiera, lobito.

—Mínimo Harry tiene suerte —Zayn se acercó—. A ti no te quieren ni en tu casa.

Niall rodó los ojos y le dedicó una mirada con ojos desdeñosos a Zayn—. ¿Y a ti quién te invitó a la conversación, alfa intruso?

Harry carraspeó y Niall volteó a verlo de nuevo. El purasangre alzó una ceja y el rubio bufó.

—Bueno, no conozco a Luke pero estoy seguro de que me agradaría más que ustedes dos juntos. —chistó—. Me enteré de que estaba enfermo, ¿cómo sigue?

—Él está mejor. ¿Nos vamos? —espetó Harry.

Niall rodó los ojos y señaló una de las camionetas del medio—. Ese es su vehículo, yo voy detrás, los llevará a mi residencia. Nos veremos en un rato. —Niall se inclinó suavemente ante Louis y volvió a regalarle una sonrisa grande—. Un placer Louis.

El ojiazul finalmente sonrió algo dudoso—. Igualmente, Niall.

—¡Ves! —señaló a Harry—. Es la primera vez que dice mi nombre y lo hace bien, no como tú, que me decías Neil. Por favor, un poco de educación. —Harry dio un paso y Niall alzó los brazos, echando andar en otra dirección—. ¡Uy! Está bien, nos vemos allá.

Zayn soltó un suspiro y le dio una mirada a Harry, quien solamente mantenía un gesto indiferente mientras observaba a Niall alejarse.

—Es un dolor de cabeza —dijo Zayn.

Harry hizo una mueca y simplemente echó andar—. Pero nos hace falta.

—Lo sé.

Pronto llegaron a su respectivo vehículo, y el chofer abrió rápidamente la puerta trasera para ellos. Harry le ofreció a Louis subir primero, y como el vehículo era algo alto, le tomó por la cintura para ayudarle a subir.

—Espera ahí omega —le sonrió mientras Louis se acomodaba escuetamente sobre el asiento—. Vuelvo en un segundo.

El omega asintió y Harry cerró suavemente la puerta del vehículo, echándole una mirada seria al conductor que retrocedió un par de pasos. Luego miró a Zayn, su compañero y mejor amigo le daba una mirada disgustada a Niall, quien parloteaba animadamente con su gente.

—¿Hablaremos con él de algo tan importante mientras está así? —preguntó realmente dudoso.

Harry reprimió las ganas de rodar los ojos.

—Solo está entrando en celo, no está enfermo y tampoco muriendo —soltó—. Aunque es algo extraño, que no esté llorando y retorciéndose.

—Quizás sea muy fuerte. —soltó Zayn con esfuerzo—. He escuchado sobre las cosas que ha hecho, y bueno... Ciertamente tiene agallas.

—Deja de decir esas cosas, o terminarás por vomitar —Harry se burló.

—No tienes idea de cómo lo detesto.

—Y apenas lo conoces, es un buen comienzo —negó—. ¡Horan! — le llamó por lo alto.

Niall volteó al llamado y con una sonrisa confiada se acercó a pasos ligeros.

—No hace más de un par de minutos que me fui ¿y ya me extrañan? —se rió por lo bajo—. Que lindos son.

—No tenemos ganas de escuchar tonterías —espetó Zayn.

Niall alzó las cejas—. Entonces será mejor que cierres la boca.

Zayn le dedicó una mirada tosca pero Niall le sonrió y luego volteó a ver a Harry.

—¿Qué necesitas, lobito?

—Deja de llamarme así —Harry apretó los dientes—. Queremos hablar contigo. Es importante.

Niall alzó los hombros—. Bien, eso es precisamente lo que estábamos por hacer. Ir a un lugar tranquilo para hablar sobre nuestro acuerdo.

Harry dudó un segundo—. Sí pero, ¿no preferirías descansar? Es decir...

Y es que la fragancia de Niall en el aire, hacía retener la respiración a muchos de los alfas presentes, por más respeto que le tuviesen. Y la tranquilidad de Niall solo inquietaba a Harry.

Aún así, el omega negó.

—No, no. Estoy bien, si siento que es demasiado entonces me marcharé. Pero no quiero hacerles esperar.

—Harry, no podrá hacerlo —Zayn interrumpió—. No podrá pensar bien si está en este estado.

Harry observó a Niall dudoso, pero el omega parecía bastante sereno y en algún punto incluso aburrido de la incógnita que parecían tener los alfas sobre él.

El omega decidió ignorar el comentario de Zayn y alzó los hombros—. El acuerdo es más importante, lobito. Estaré bien.

Zayn torció una mueca—. No, no lo es. Estás entrando en celo por amor a la Luna, no sé como pretendes soportar eso.

Niall observó a Zayn con una sonrisa socarrona.

—Tú no tienes idea Zayn Malik de lo que yo soy capaz de soportar —le dijo con suavidad—. Pero, ¿qué tal si no se trata de mí? ¿No te estarás preguntando si tú serás capaz de soportarlo?

Zayn le dio una mala mirada a Harry, alzando ambas cejas exigiendo poder defenderse, pero tras el suspiro de Harry solamente pudo acallar un gruñido.

—Hm bien, Niall —Harry interrumpió la intensa mirada calculadora que el rubio le daba a su compañero—. ¿Seguro que podrás hacerlo? ¿Tienes cabeza para ello? Hm... Agregamos un par de cosas que estamos dispuestos a discutir hasta llegar a un posible arreglo. —Niall alzó una ceja y Harry carraspeó—. Quiero decir, en caso de necesitar uno.

—¿Agregaron un par de cosas?

—Sí. —Harry respondió—. Cosas importantes que tienes que pensarte con calma.

—Hm, ya. Pues bueno andando.

—No podrá hacerlo, Harry —volvió a decir Zayn.

Y fue increíble la rapidez con las que las mejillas de Niall se pusieron rojas, estaban algo sonrojadas por el calor que comenzaba a sentir pero sin duda alguna el pelinegro logró despertar la incomodidad e impaciencia que pocas veces botaba de Niall, ya que por lo general su personalidad era suave y juguetona.

—Colmaste mi paciencia, Zayn arrogante Malik. ¡Deja de decir lo que puedo o no hacer como si no estuviera aquí escuchándote, alfa estúpido! —gruñó irritado—. ¿No te basta con que te haya apuntado con un arma? ¿Acaso quieres hacer que apriete el gatillo?

Harry solo suspiró. ¿Por qué Zayn siempre tenía que tener problemas con cada omega que conocía? Era como una especie de maldición.

—Niall, apreciaría que dejases los sesos de Zayn donde están, de verdad —dijo Harry—. Lo necesito.

—Venga, pues con el medio cerebro que se carga mucha falta no te hará —gruñó—. Ya vámonos, estoy poniéndome de mal humor.

—Tú naciste de mal humor —se burló Zayn.

Harry le empujó por el hombro e inclinó la cabeza en dirección al vehículo que les esperaba—. Ya basta, sube al auto.

[...]

Louis admiró la bonita propiedad de Niall Horan cuando bajaron del vehículo donde viajaban, realmente era muy diferente a la propiedad de Harry. Mientras la de Harry tenía una fachada medieval, con decoración antigua y acabados de pared en roca, la de Niall lucía impecables paredes blancas con enormes ventanas de cristal y pilares de roca blanca y lisa. Realmente una hermosa mansión moderna y de lujo.

—Mi personal les indicará su respectiva habitación —anunció el rubio llegando hasta ellos—. Nos vemos en mi oficina en unos minutos.

Entraron por la enorme puerta principal siguiendo a un trabajador del rubio y se encontraron pronto en el recibidor. Louis se sujetó al brazo de Harry, ya que se sentía algo extraño alrededor de toda esa gente que no conocía.

Subieron por unas escaleras enormes de cristal y luego fueron guiados por un enorme corredor donde colgaban bonitas lámparas lujosas encima. El camino fue silencioso, y pronto el sujeto frente a ellos se detuvo en una de las puertas abriéndola para ofrecerles el paso.

—Su habitación señor Styles, su equipaje será traído pronto —anunció—. El señor Horan le desea una buena estadía. Volveré en un momento para llevarle a su oficina. Acompáñeme señor Malik, por aquí está su habitación.

—Zayn, avisa que quiero a dos de mis hombres cuidando esta puerta mientras no esté, los quiero aquí antes de que me vaya —Harry observó a su amigo asentir y luego alejarse.

Louis y Harry entraron en la enorme habitación. El omega observó todo, una enorme cama con sábanas blancas y cojines grises. Una pantalla de plasma, alfombra suave en un suelo de mármol, elegantes cortinas de color claro, un guardarropa y un pequeño escritorio en una esquina. Agregando un par de lámparas de lujo y unos cuantos adornos minimalistas, junto a una puerta más que seguramente era el baño.

Olía a flores, ya que seguramente la habían aseado antes de que llegaran.

—Todo es muy bonito y sencillo —murmuró caminando hasta sentarse en la cama. Sus manos acariciaron con suavidad las sábanas y sus ojos pronto encontraron los de Harry.

Su alfa guapo y elegante. Louis comenzaba a verle con ojos más que cariñosos, y no sabía hasta que punto eso era bueno.

—¿Estarás cómodo aquí? —le preguntó Harry acercándose.

Louis asintió—. ¿Tú lo estás?

Harry alzó los hombros—. No conozco mucho a Niall Horan, pero me encargaré de asesinarlo yo mismo si algo va mal.

—Hm... —Louis volvió a levantarse y encontró al alfa a mitad del caminó, lo envolvió con sus brazos por la cintura y levantó su mirada para encontrar la suya—. Eso no me deja tranquilo.

—Todo estará bien —Harry sonrió apartando suavemente el cabello que molestaba encima de los ojos de Louis—. Eres hermoso. Tanto que a veces dudo de que seas real, Louis.

El omega sonrió—. Gracias por ser tan lindo conmigo.

—No tienes que agradecer nada.

—Pero quiero hacerlo. Ha sido difícil... Pero ahora sé lo que somos.

—Eres mi omega.

Louis ladeó una suave sonrisa—. Y tú eres mi alfa.

Harry junto sus frentes y abrazó al omega por la cintura atrayéndolo más a su cuerpo—. Lo soy.

El omega frotó suavemente sus narices y sonrió con el final de sus ojos formando pequeños pliegues.

—Lo eres, Harry. Eres mi alfa.

Y entonces Harry le besó con suavidad, y Louis respondió de inmediato. Sus labios se movieron con suavidad y sus alientos se mezclaron, y a Louis le gustaba. Le gustaba poder entregarse de esa manera a Harry sintiéndolo completamente correcto. Sintiendo que ahí era donde debía estar, que ahí pertenecía.

Se separaron cuando alguien llamó a la puerta, con labios húmedos y mejillas sonrojadas. Louis abrazó al alfa y recargó su frente en su pecho, sonriendo y respirando con suavidad.

—¿Vas a tardar mucho? —cuestionó por lo bajo.

—No. Volveré enseguida.

—Okay.

Al separarse, Harry le dio una mirada cálida—. No le abras esa puerta a nadie que no sea yo, ¿de acuerdo?

El omega asintió—. De acuerdo.

Harry besó su frente antes de marcharse, y Louis escuchó mientras ponía seguro a la puerta como su alfa advertía a los hombres detrás con sacarles los ojos si es que algo le llegaba a suceder a Louis.

El omega no se sentía especialmente seguro en ese lugar, pero si Harry sentía la confianza suficiente para dejarle ahí, entonces suponía que debía estar bien.

Además, Niall, no se veía como alguien especialmente malvado. Louis pudo leerlo con facilidad, y el rubio era solo un omega parlanchín y confianzudo, aunque debajo de esa faceta Louis también notó se encontraba una personalidad distinta, que acabaría sin dudar con cualquiera que considerase un peligro, o un estorbo. Pero de inicio, Niall no era alguien que disfrutara de la violencia innecesaria.

Así que Louis, tranquilo y algo cansado se sentó en la cama paseando sus ojos una vez más por la habitación. Y entonces lo vio.

Un teléfono de cable. Uno que con suerte funcionaría.

Se acercó dudoso y le tomó apenas unos segundos tomar una decisión. No quería esa culpa encima de sus hombros así que simplemente marcó el número grabado en su memoria.

De suerte, la línea sonó. Y al tercer timbre respondieron.

—¿Hola?

Louis tragó suavemente saliva—. ¿Ashton?

—Hm, ¿Louis?

—Sí, sí —soltó un suspiro—. Hola. ¿Michael? ¿Dónde está?

Escuchó un pequeño balanceó en la línea.

—Justo aquí.

Sonrió con alivio y de pronto un poco de nostalgia le invadió—. Mike...

×××

Niall observó una vez más lo escrito en las hojas que se encontraban en sus manos y soltó un alcandaloso suspiro. Se echó dramáticamente en un sillón de la habitación en la que se encontraban y colocó una mano en su frente. Zayn y Harry le observaban con seriedad al otro lado de la habitación, muy callados y expectantes.

—Correcto, no puedo hacerlo —espetó el omega.

Zayn rodó los ojos y Harry apretó la mandíbula.

—¿Por qué no? Solo tienes que firmar y lo demás irá por nuestra cuenta. —espetó el purasangre.

Niall soltó un suspiro—. Cuando ustedes propusieron que les cediera algo de mi territorio para abrir un nuevo negocio y así su línea pudiese enlazarse con una extranjera, me pareció realmente una buena idea. Dijeron que iríamos con las ganancias al cincuenta y cincuenta y después quizás podríamos hacer más tratos, a cambio yo solo tenía que darles información sobre mi antiguo jefe.

—Información que prometiste tener —volvió a decir Harry.

Niall se levantó con el ceño fruncido—. ¡La tengo! Claro que la tengo, pero cómo siquiera pensaron que yo podría meterme en algo como esto. —apuntó la última nota en el contrato, luego negó—. Están locos, comprendo que ustedes tengan un montón de hombres cuidándoles el culo pero a diferencia de mí, ustedes tienen su hogar en Edimburgo y este es mi hogar. Ustedes van a irse y yo voy a quedarme.

—¿Qué insinuas? —Zayn murmuró curioso.

—¡Que no es tan fácil! Estamos hablando de Hamilton, ¿cómo ustedes siquiera piensan que...-? Él tiene hijos, tiene gente, es el jefe —casi jadeó—. Joder. Me asesinarán en cuanto sepan que tuve algo que ver con esto. ¿Quién más podría dar información tan clara sobre Hamilton? Sobre lo que hace, dónde lo hace y en qué momento lo hace. Obviamente solo yo. Después de todo, fui la única rata que se amotinó contra el capitán del barco.

Zayn y Harry compartieron una mirada seria. Después Harry volvió a ver a Niall.

—Piensalo bien, Horan. Cuando te fuiste, la mitad de hombres que seguían la línea de Hamilton te siguieron a ti. Después de él, eres tú quien más tiene poder aquí. Cuando lo asesinemos, esa otra parte que no te siguió quedará sin líder, y naturalmente, vendrán corriendo hacía ti antes de que les mates.

Niall tragó saliva. Se escuchaba tan fácil, y las palabras que escuchaba eran como un dulce en el paladar para sus oídos. Miró en otra dirección y los papeles en su mano se apretaron.

—Suena demasiado bueno para ser verdad —escupió las palabras de manera amarga—. Diganme de una vez qué más quieren.

A Harry casi se le escapa una sonrisa, pero apretó bien los labios. Había trabajado tanto en aquel proyecto de expansión, que por un momento, cuando Niall pareció desconcertado al leer que querían asesinar a Hamilton, líder de la mafia Irlandesa para hacer de su gente y sus tierras algo propio, pensó que realmente el rubio rechazaría aquello y todo los planes se vendrían abajo.

Pero Harry era inteligente, callado y observador.

Por eso sabía exactamente qué decir, qué cartas usar y qué piezas mover para que todo estuviese a su favor. Pinchó a Niall con la aguja de la avaricia y el infinito poder, porque sabía que el excéntrico rubio era lo que seguramente más anhelaba.

Niall había traicionado a su ex jefe años atrás, llevándose gran parte de la gente que antes habían sido sus compañeros consigo quedándose también con la mitad de Irlanda bajo su poder, lo último era lo que más llamó la atención de Harry, porque si tenía a Niall de su lado, prácticamente a media Irlanda también. Y hacía más fácil el trabajo conquistar medio territorio -la parte que no le pertenecía a Niall- a tener que conquistar uno por completo, con gente que quizás jamás iba a rendirse.

Niall Horan no se había conformado con ser solamente una sombra leal detrás de Hamilton cuando ocupaba el lugar de una mano derecha, así que ambiciosamente, y aunque pudo haberle costado la vida, le traicionó y comenzó su propio rumbo, haciéndose pronto más importante que el mismo Hamilton. Ya que defintivamente, todos sabían que Niall era un gran líder.

Y era justo lo que necesitaba Harry.

Alguien valiente, ambicioso y dispuesto.

—Queremos una alianza —murmuró Harry—. Que te unas a nuestra línea, que tus tierras sean nuestras tierras y que las nuestras sean las tuyas. Que la mafia de Reino Unido sea solo una, que sus líderes sean los mismos. Unete a nosotros Horan, y tendrás por completo todo aquello por lo que un día decidiste dejar atrás a Hamilton. El absoluto poder de Irlanda, tú siendo su único líder.

—Quieren que Irlanda les pertenezca a ustedes, ¿cierto? —murmuró el omega con una ceja arriba.

Harry sonrió—. No. Quiero que Irlanda nos pertenezca, contigo incluido. Acepta. De todas maneras, sabes dónde está mi hogar y cuando me vaya de aquí, necesitaré de un líder.

—Me asesinarán, y lo saben.

—Solo danos la información, nosotros nos encargaremos de dejar en claro quién atacó. Y hasta que todo esté tranquilo, eres bienvenido en Edimburgo con nosotros.

Niall suspiró, observó una vez más el contrato en sus manos y finalmente se acercó al escritorio donde con una mano temblorosa plasmó su elegante firma. Abrió de mala gana un cajón adjunto y sacó una carpeta con la información que Harry había pedido. Luego, empujó ambos documentos contra el pecho del ojiverde mirándole con ojos brillantes y profundos de pupilas dilatadas.

Harry le veía también con seriedad, casi reteniendo la respiración.

—Más te vale que lo hagas bien —balbuceó el omega de manera filosa—. Porque si todo se arruina y termino muerto, te aseguro que volveré de la tumba solo para vengarme.

El purasangre esbozó una falsa sonrisa—. No tengas cuidado Horan. No dejaría que mi peón más importante en el juego, muriera.

El rubio casi gruñó. Con la temperatura corporal subiéndole más y más a cada segundo, dirigió una mirada al pelinegro en la habitación e hizo una mueca.

—Hagan lo que tengan que hacer —espetó el omega—. Pero no me molesten durante los próximos tres días a menos que sea de vida o muerte, atenderé mi celo y mientras tanto, pretendan que no existo —sentenció—. Se quedan en su casa.

Luego de eso, abrió la puerta de la habitación y desapareció luego de cerrarla.

Todo quedó en silencio. El sobre y aquel contrato picaban en las manos de Harry mientras una calma inexplicable le recorría el pecho.

Sonrió—. Lo hicimos.

Zayn, quien todavía miraba a la puerta por donde Niall había salido con el ceño fruncido, finalmente le prestó atención.

—¿Quieres que dé la orden?

—Yo lo haré —murmuró Harry—. Estará muerto para el anochecer, puedo estar casi seguro.

—¿Algo más? —Zayn cuestionó.

—No.

—Bien.

El pelinegro comenzó a caminar hacia la salida y Harry le dedicó una mirada dudosa—. ¿A dónde vas?

—No preguntes.

Luego de eso, cerró detrás de sí la puerta y también desapareció.

Harry se quedó junto al silencio de la habitación y finalmente observó lo que tenía entre sus manos. Se sentó en la silla del enorme escritorio de madera oscura pulida y lo abrió con cuidado, deslizando luego su contenido echándole un vistazo.

Volvió a sonreír—. Hay muchos lugares donde puedes esconderte —murmuró mientras observaba las marcas en el mapa de la hoja principal donde señalaba cada casa que solía habitar Hamilton—. Pero a dónde te puedas ir, que yo no te pueda encontrar...

Y las llamadas comenzaron, mientras el purasangre seguía leyendo cada palabra de aquella valiosa información.

×××

En algún momento oscureció, las horas pasaron y Louis se encontró solo observando a la gran Luna por una de las ventanas que habían en la habitación. La observó con infinita paciencia, tomó cada detalle de ella y finalmente suspiró.

¿Era verdad?

¿Ella escuchaba, cumplía y ayudaba?

Nunca creyó demasiado en lo que escuchaba sobre la Luna, pero quizás él era un claro ejemplo del poder que ella poseía.

—¿Es debido a ti que llegué aquí? —murmuró con sus ojos muy fijos en el enorme y brillante círculo blanco—. ¿Por ti es que ahora estoy con mi alfa destinado?

Hubo demasiado silencio.

Y entonces un recuerdo apareció como un relámpago en su cabeza.

Se sorprendió tanto que retrocedió algunos pasos lejos de la ventana. Sus labios se separaron y casi jadeó.

Era el recuerdo de aquel día... Cuando despertó en aquella caja trasera sacudiéndose suavemente con Michael al frente y Liam a lado suyo. Ese día donde no sabía que sucedía, donde todavía no tenía idea de quiénes eran las personas que le acompañaban.

Sus amigos...

Recordó la pregunta.

Recordó las respuestas.

"¿Y tú por qué estás aquí?" La voz de Michael hacía eco mientras Louis cerraba con fuerza los ojos.

Recordó la manera en que todos parecían conocer la conexión que les llevaba hasta esa situación en la que se encontraban. Como todos comprendían qué hacían ahí, excepto él.

"Mi padre tenía una deuda que no podía pagar." la suave voz de Liam retumbó.

"Yo hacía trabajos para un hombre..." la voz de Michael se escuchó lejana.

Recordó cómo no supo responder, cómo se confundió, cómo no parecía tener idea alguna de cómo o por qué había llegado ahí.

Hasta esa noche, donde con los ojos finalmente abiertos en grande observaba la enorme Luna con el corazón latiendo muy fuerte. Con la sensación de que hizo una pregunta que había sido respondida. Con el presentimiento de que lo que se decía sobre la Luna era real.

Ella escuchaba. Ella respondía. Ella ayudaba.

—Estaba ahí porque tenía que llegar hasta Harry —murmuró—. Esa era la conexión, el motivo... Soy su destinado. De alguna u otra manera tenía que llegar hasta él... ¿No es así?

Sí.

Y tragó saliva con dureza, alejándose rápidamente de ahí no sin antes cubrir la ventana con la suave y larga cortina.

×××

Harry tuvo que disfrutar de la noticia de un enemigo más caído, en soledad.

Ya que por alguna razón, Zayn no estaba por ningún lado y era muy tarde para llamar a Luke, quien seguramente estaba dormido.

Había sido fácil. Con la información de Niall, había sido como quitarle un dulce a un bebé.

Ni siquiera tuvieron que registrar sus propiedades o darle alguna casería especial. Hamilton había salido a un paseo nocturno en el parque como acostumbraba normalmente con su omega y sus dos pequeñas gemelas, poniéndose en una posición realmente difícil de ignorar.

Harry naturalmente pidió que no lastimarán ni a la omega así como tampoco a las niñas. Pero a Hamilton, joder, no quería que ni siquiera quedará un cuerpo.

Así que ahí estaba, disfrutando de un puro a la par que comenzaba a pensar cómo daría la noticia de que Irlanda se unía pronto a su Línea, admirando también a la gran Luna.

—Gracias —murmuró con suavidad a su protectora—. Por no abandonarme en esto, como nunca lo has hecho.

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Bajo la tenue luz de una lámpara vieja, en una maltrecha cabaña escondida entre las más olvidadas montañas de la bonita Irlanda, dos alfas se veían mutuamente con el amargo sabor de un viejo vino en la lengua y el pesar de una fatídica noticia en el corazón.

Perder un padre era doloroso.

Pero perderlo, por la ambición de alguien más, hacía sentir algo a lo que no podía ponérsele nombre.

—Siempre quise un motivo para ponerle las manos encima al omega de Styles. —confesó amargamente el alfa sentado en aquel viejo sofá.

Y es que conociendo la traición, habían tenido que huir a aquel lugar del que aparte de ellos dos, nadie tenía un registro, no podían simplemente asumir que solo pretendían asesinar a su padre. Tenían que apartarse y protegerse, por lo menos hasta que pasara el caos provocado.

—Hermano... —suspiró el otro. El sentimiento triste en su corazón opacaba en demasía cualquier sed de venganza.

—Qué más da —el alfa fingió reírse, demasiado orgulloso para mostrarse débil delante de su propio hermano, con quién incluso había compartido vientre—. Escuché que realmente es su omega, ese maldito bastardo... Es una pena, ¿crees que se muera también cuando le asesine?

Escuchó a su hermano suspirar—. Asesinar... ¿A quién?

Bufó. Luego le dio un trago al vaso de vino que sostenía en su mano—. Pues a Harry Styles. ¿Crees se muera el omega también?

—No lo sé.

—Vamos a vengarnos, y vamos a disfrutarlo tanto... —finalmente sonrió con tristeza—. Lo haré sufrir hasta que prefiera arrancarse las entrañas antes de seguir teniendo noción de todo lo que voy hacerle a su maldito omega. Lo marcaré, pondré un cachorro en su vientre y cuando lo para voy a malditamente enviárselo cocinado en un caja, junto con los dedos y orejas de su omega, y, y...

Finalmente su hermano se acercó para envolverlo en un abrazo—. Ya basta.

El contrario rugió casi herido.

—¡Asesinó a papá! ¡Quiero-, yo quiero-, yo-! —terminó por aventar el vaso donde bebía vino contra la pared y se abrazó con fuerza a su hermano mientras gruñía fuertemente.

—Ya lo sé. Pero tenemos que pensar bien antes de actuar... Solo necesitamos un punto débil, y entonces lo haremos. Te lo prometo.

—Quiero que ese bastardo sufra y se arrepienta hasta el último día de su vida, Calum.

—Lo hará Yahir, te lo prometo.

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