Una Noche Sin Luna ✅

By MJ-Frost

3.5K 443 67

|| C O M P L E T A || Cuando menos lo esperas, el destino te puede traer sorpresas a tu vida. Sorpresas que... More

Prólogo
Adelanto
Último adelanto
Especial: un 27 de septiembre del 2022...
01 | Fragancia de pizza al choque
02 | No me llames chica salsa, por favor
03 | Eros se cree Buzz Lightyear
04 | Sí, no soy la «gran» Diane Reynolds
05 | Una tarde de chicas
06 | Un choque con el mesero cogote golpeado resulta mal... otra vez
07 | El ¿infierno? que es la casa Jackson
08 | Creme De La Chips
09 | Mi vida sería mejor si fuera la de Baloo
10 | Soy una doble moral, lo reconozco y lo acepto, ¿Vale?
11 | Unos dejan su marca en deportes, yo la dejo en química avanzada
12 | Eroscito y Didi
13 | Una extraña frase hawaiana que no debo olvidar
14 | Cuatro letras, mucha atención, muerte a Eros
15 | Una imprudente acción
16 | Felicitenme, que me he graduado de la prepa
17 | Los hermanos Jackson
18 | I was Enchanted to meet you...
19 | La nicna de nueva Andalucía
20 | Nervios
21 | Eroscito y Didi: el regreso
22 | ¡Corre, chica salsa, corre!
23 | Pisaste la línea, ¿Cómo te va?
24 | Entre temprano y tarde, prefiero que sea nunca
25 | Beso, beso, mosquito, ¡Plap!
26 | Cumpleaños feliz, me deseo yo a mí
27 | Fiesta, piscina, alcohol y Taylor Swift
28 | Eros no está siendo Eros
29 | Quedarse de palo en el momento menos oportuno es mi especialidad
30 | Baloo, ¿Dónde rayos aprendiste a...?
31 | Cita
32 | Gelato rico con amigos se torna no tan rico después
33 | I hate accidents except when we went from friends to this
34 | El «Eroscito» cobra sentido
35 | Olvidar las cosas a veces no está mal, eh
36 | ¿Quién eres? Intenta no morir buscando la respuesta
37 | Llorar no es malo, es algo que debemos aprender
38 | La historia romántica de Louis Reynolds y Dalia Blake
39 | ¿Celosa, Reynolds?
41 | I was Enchanted to meet you...
Epílogo
Agradecimientos
Curiosidades + Fotitos de los personajes
¡¡ANUNCIO SÚPER DUPER IMPORTANTE!!
Extra I

40 | Ella... ella no es ella. Ella es un... oh

37 7 1
By MJ-Frost

No estoy celosa, solo... contrariada.

Sí, eso, contrariada. ¿Quién es esa Peyton con la que está Eros hablando muy animadamente como si no me tuviera a mí, su novia, sentada frente a él? Me parece ofensivo.

Y es que es tal su emoción que no a dejado de sonreír, como la sonrisa que forma uno cuando tiene tiempo sin hablar con alguien, lo que solo incrementa mi molestia y haga que cruce mis brazos sobre mi pecho.

Bueno, bueno, ¿No es suficiente charla ya? Estaba hablando conmigo primero.

Lo más cumbre de todo no es solo eso, sino que mi novio parece que se a olvidado por completo de mi existencia, poniéndose cómodo en su lugar, sentandose a la Bartola usando una mano como soporte y fijando la mirada el cielo azul lleno de nubes.

Puse cara de ofendida, ¡Esto es el colmo!

-Espera, ¿De verdad? -vuelve a ponerse firme en su lugar, alzo una ceja hacia él sin entender su nueva actitud. Claro que no recibo respuestas porque sigue pasando de mí-. ¡Eso es genial, claro que estaré ahí, ni lo dudes! ¿Es con entrada gratis o hay que pagar algo? -asiente oyendo la respuesta de su amiguita-, cool, cool, mañana en la noche, ¿cierto? Va, ahí estaré -por fin vuelve a reparar en que existo ahí sentada de brazos cruzados y él por alguna razón incomprensible se ríe, ¡Se ríe!-. Oye, una pregunta, ¿No puedo llevar invitados?

¿Qué está pretendiendo?

-Perfecto, gracias, Peyton -ruedo los ojos sin intención-, ahí me verás. Nos vemos.

Con eso último dicho, colgó la llamada con la dichosa Peyton. Eros me regala una sonrisita de labios cerrados como si todo estuviera de maravilla.

Pues entérate que no, Jackson, nada está de maravilla.

-¿Todo bien, chica salsa? -cuestiona con el tono más calmado.

Empujo mi mejilla desde el interior con mi lengua, sin querer queriendo dirigiendole una mala mirada. Insisto en que no estoy celosa, no soy así y no quiero serlo, confío que lo que estoy experimentando ahora es un sentimiento de confusión combinado con la sorpresa de su repentina llamada con esa chica.

Después de todo, es normal sentir confusión cuando a tu novio le llama una chica que no conoces y de la que nunca te a hablado. Así que no, no son celos.

Eros por su parte emite un claro sonido ronco que evidencia sus ganas de echarse a reír y que solo se está conteniendo a hacerlo.

¡No entiendo qué es tan gracioso! ¡Empieza a molestarme!

-Si no te molesta, me gustaría irme a casa, mis papás deben de estar esperándome.

-¡Oh, Diane, vamos! -exclamó cuando me estaba poniendo de pie, limpiando los restos de césped de mi pantalón.

Ya nuestra pequeña salida no estaba siendo de mi agrado, Eros no se estaba riendo conmigo sino que lo estaba haciendo de mí, y esa es una de las cosas que más odio. No me apetece recordar las burlas de las niñas cuando estaba en primero de secundaria nada más por haberme unido al club de ciencias en vez de al de costura.

Baloo vuelve con nosotros al darse cuenta que tengo intención de irme, deja la pelotita llena de baba a mis pies y pasa a ver de Eros a mí con sus multicolores ojos sin comprender la situación. A mí me ve seria y al otro chico riéndose, su cerebro canino no debe de estar procesando bien lo que pasa.

-Vamos, Didi -Eros se levantó también, fingiendo un puchero para convencerme.

No le doy un guantazo porque los motivos que tengo para querer dárselo no son los suficientes.

Engancho el paseador de mi mascota a su collar, Baloo emite un chillido triste de que ya nos estemos yendo, «¿Tan rápido? ¡Estamos aquí desde hace media hora! No podemos irnos» supuse que habrá dicho. Eros sigue insistiendo en que me quede otro rato, pero solo paso de él limpiando la pelotita de Baloo y guardandola en mi mochila.

-Te veo después, Eros -doy una vuelta sobre mis tobillos, yendo a la salida del parque.

-¡Diane, por favor! -le oí exclamar-. ¡Chica salsa! -hay pasos que se acercan hacia mí-. Preciosa... -agarran mi muñeca, obligandome a dar la vuelta-. Oye, solo estaba jugando, no tienes por qué molestarte.

No dije nada, seguí mirándolo seria porque su excusa es solo eso, una tonta excusa. Ese brillo de diversión en su mirada, algo así como si todo fuera un chiste divertidísimo nada se lo va a quitar.

-¿Puedo irme ya?

Despide un resoplido dramático, echando la cabeza hacia atrás y después riéndose.

-Vale, pero te acompaño, y no acepto un no como respuesta.

Era precisamente eso lo que quería decirle, no obstante Eros se me adelantó robándome el paseador de Baloo y entrelazando su mano con la mía en un agarre firme.

No sonrías, no sonrías, no sonrías.

De camino a mi casa hizo todo lo que estuvo a su alcance para hacerme reír, hubo momentos donde casi lo consigue, sin embargo supe aguantarme un poco y mantener mi carota seria, lo que resultó ser mi mayor error. Por si no lo habías notado, Eros es un maldito terco insistente que no se rinde hasta conseguir lo que quiere y hará todos los intentos necesarios para obtenerlo, a menos que se presenten sus tres opciones: consiguió lo que quiso, que sucede en todos los casos. Se rindió, que es poco probable. Su objetivo es más difícil de conseguir de lo que pensó.

Y me encantaría decir que yo entro en esa última opción, pero no, no soy la mejor para evadirlo, así que cuando fue por su tercer intento de hacerme reír, sí que lo consiguió porque yo no pude aguantarme más la risa.

Odio lo débil que soy con este chico, también lo mucho que me gusta, ¡Es difícil resistirse!

Ese frustrante descubrimiento hace que caiga en la gran realidad de que Eros me gusta mucho más de lo que creo. Sí, me gusta lo suficiente como para que me fascine ser su novia, pero es algo más intenso que eso, y no... no asusta, es un sentimiento bastante bonito el darte cuenta de que lo que sientes hacia una persona es mucho más grande lo que crees, es más bonito cuando sabes que sientes «eso especial» por la persona correcta.

-¡Victoria! -exclama en medio de la calle, alzando un segundo los brazos hacia el cielo para, acto seguido, atraerme hacia sí y darme un fuerte medio abrazo antes de atacar mi mejilla con besos que me hicieron cosquillas.

-¡Ay, Eros, basta! -le pido en medio de las risas, intentando apartarlo sin tener éxito.

Igual no estaba mal, pero tenía que mantener mi fachada.

Finalizó su ataque con un sonoro y cariñoso beso, apretujandome con un poco más de fuerza hacia su costado donde podía escuchar perfectamente el ritmo del latido de su corazón, algo acelerado al igual que el mío. A él de verdad que no le importa quién podía vernos, quién podría juzgarnos o juzgarle a él por ser un meloso con su novia. No importa en qué escenario estemos, si en una calle vacía o en un parque lleno de personas, a Eros no le importarán las miradas que estarán sobre nosotros porque lo único que le interesa es hacer ese tipo de acciones dulces.

Demonios, ¿Es posible querer más a alguien?

-¿De verdad no te importa nada de lo que está a nuestro alrededor? -no puedo evitar preguntarle-, ¿A alguien que pueda juzgarte, o no sé, regañarte?

-¿Por qué un extraño de la calle me regañaría? -encogí los hombros, la gente es rara y entrometida-, lo único que me interesa es que mi novia sepa que la quiero mucho y que es la única para mí, lo demás al carajo.

Echo un suspiro encantado al aire, consiguiendo hacerlo de la forma más discreta. Puse mucha de mi fuerza de voluntad en no dejar que la sonrisita de tonta enamorada se forme en mis labios, por muy tentados que estaban ni dejar que se me escape una risita boba.

Eso último no lo pude conseguir, fue un sonidito bajo parecido al de una ardilla que será toda una vergüenza recordar, sobretodo porque Eros sí que me escuchó y se rió de la misma manera.

-Somos unos tontos -dijo, volviendo a entrelazar nuestras manos-, me encanta.

Cómo se nos a hecho costumbre desde que empezamos a salir, nos quedamos más tiempo del necesario hablando en la esquina de entrada a mi calle bajo un árbol porque el sol no estaba agradable esa tarde. Nosotros podremos pasar juntos todo el día y hablar de todas las cosas posibles, y aún así a la hora de despedirnos encontraremos un tema de conversación como excusa para no separarnos. El que más le agradan estas charlas extras es a Baloo, que puede olisquear el hidrante y poste de luz cerca para así ponerse al corriente con sus chismes caninos.

-¡Oh! Antes de que lo olvide, ¿Qué te parece ir a un concierto mañana en la noche?

Arqueo una ceja.

-¿Un concierto? ¿En dónde, de quién?

-Sí, un concierto. En Boston, y lo último es una sorpresa.

-¿En Boston? -asintió emocionado-. Ni de locos me van a dejar ir sola, Eros.

-¡Pero no estarás sola, estarás conmigo!

-Aún así... sabes cómo son mis papás, mesero cogote golpeado.

Suspira, triste.

-¿Y si hablo con tus papás?

Vale, no fue bien visto que me haya reído.

-¿Tú? -le señalo-, ¿Hablar con mis papás? No lo creo.

-¿Por qué? En serio quiero que vayas conmigo a ese concierto, Didi -vuelve a hacer ese puchero tonto, batiendo las pestañas.

-Bueno, yo podría intentar convencerlos, no será fácil pero podría intentarlo.

-Si hace falta que hable con ellos, llámame. De verdad quiero que estés ahí conmigo, chica salsa -agarra débilmente mi mano, acariciando con su pulgar mis nudillos.

Ladeo la cabeza, mis labios esbozando una sonrisa que cualquiera que pudiera ver diría con toda seguridad que es por el chico que tengo frente a mí. Muchos dicen que cuando te gusta alguien, se te nota hasta en los poros, y estoy cien por ciento segura que cada gramo de mí grita a los cuatro vientos que está chalada por Eros Jackson, y eso no me importaba porque de verdad estaba chalada por ese chico.

Si fuera por mí, reemplazaría todos los colores que el futuro me depara por el gris de sus ojos. Pueden existir colores más llamativos, más vivos, pero yo solo querría ese bonito gris porque es su personalidad el verdadero arcoíris que iluminaría mi mundo entero.

Sí, estaba hasta las trancas de este chico.

-Hablaré con ellos, haré todo lo posible.

-¡Genial! -acuna mis mejillas entre sus manos para dar un beso en mi frente. Se echa un risita cuando le miro confundida-. La emoción, lo siento.

-Descuida, ahora creo que debo de volver a casa, así preparo todo un buen discurso para convencer a mis papás -apoyo mi mano de su hombro y beso su mejilla-. Hablamos más tarde.

-Hablamos más tarde -vuelvo a enganchar el paseador de Baloo y entro andando a la calle, haciendo un último gesto de despedida hacia Eros-. ¡Eh, Didi! -llamó cuando estuve a unos tres metros de él, tuerce los labios pensativo-, esto... no tiene nada que ver con lo del concierto, pero recuerda que tienes que hacer lo que te haga feliz, ¿Si? Independientemente de lo que sea. Por muy cliché que suene, tienes que hacer lo que de verdad te apasiona.

Asentí, sonriéndole agradecida. Tiene razón, sus palabras están muy tópicamente dichas, pero son palabras con un gran significado.

-Gracias, choco-sonriente, te veo luego.

-

Zharick:

¡¿Ya te llegó tu carta?!

Eros:

LEGÓ LA CARTA DE LA UNIVERSIDAD, AAAAHHH.

Iba a responder a las preguntas de esos dos cuando entra una videollamada grupal a mi móvil, contesto nerviosa.

Lo primero que se oye es:

-¡¡Llegó mi carta!! -de Zharick.

-¡¡AAAAAAHHH, LLEGÓ LA CARTA, NO ES UNA FALSA ALARMA!! -es evidente que se trata de Eros.

-¿También les llegaron a ustedes? -de Christopher, más tranquilo que los otros dos.

Esos tres comienzan a hablar como urracas sobre la dichosa carta, de que a Christopher le acababa de llegar, que Zharick la recibió hace como media hora y que Eros literalmente estaba sentado en el pórtico de su casa, eso explica porque tiene tanta luz. Me mantengo en silencio observando la conversación, me sentía un poco mal, y no «mal» de enferma, mal de... que algo no se sentía correcto.

-Esperen, Diane no a hablado -Eros interrumpe la conversación-, ¿Te llegó tu carta, Didi?

-Eh... -veo de reojo hacia mi mesita de noche, vuelvo a ver a mis amigos en pantalla, negué con la cabeza-. Aún nada.

-Que extraño -Zharick frunció el ceño-, pero si todos ya la recibimos, ¿Cómo va a ser que tú no?

-Quizá el correo se haya atrasado -respondí queriendo en mi interior que esa fuera la respuesta verdadera-, o tal vez... no me aceptaron.

-¿Cómo no te van a aceptar? -se ofende Christopher-, eres una nerd, es imposible hayas fallado.

-¿Eso es un halago o un insulto, Wood?

-Solo digo -se corrige, alzando una mano en son de paz-, que es muy extraño y poco probable que no te hayan aceptado.

-Puede que el correo se haya retazado -alega Zharick-, en fin, Didi, en cuanto llegue tu carta nos avisas, ¿va?

-Va, está bien.

-Ahora... ¿Abrimos la carta ahora o...

-Yo ya la abrí -saltó a decir Eros-, tatatatata, blabla, cosas aburridas, mi nombre de nacimiento, mi dirección, nombre de mis padres, nananana y...

-¿Y...? -animamos los demás.

Eros mueve sus ojos a través del papel, guardando el silencio, generando tensión.

-¡¡AAAAHHH, ME ACEPTARON EN LA UNIVERSIDAD!!

-¡Felicidades, amigo! -primero dijo Christopher.

-¡Bien por ti, mofletillos! -le siguió Zharick, causando que me ría, de seguro esa es su venganza por el «vómito de fanta» de Eros.

-Muchas felicidades, Eroscito, te lo mereces más que nadie -finalicé yo.

Él en su lado de la llamada se pasa incrédulo la mano por el pelo, tiene una enorme sonrisa a la par de feliz como de incapaz de creerse lo que había leído.

-Yo... esto, no puede ser... Chicos, tengo que confirmar que esto es real, ¡Hablamos luego!

-Yo tengo que abrir esto con mis papás -dijo Zharick.

-A mí me están esperando también, así que hablamos más tarde.

-Claro, hablamos más tarde -sacudí la mano, despidiendome de mis amigos.

-¡Avisa en cuanto llegue tu carta, Diane! -exclamó Zharick para después cortar.

Dejé caer mi mano con mi móvil a un lado y solté una fuerte exhalación por la boca, mirando a la mesita de noche.

Le había metido a mis amigos, claro que me llegó mi carta de admisión, nada más que me he negado a abrirla porque no quería ver lo que ponía ahí dentro.

Seguía debatiendome entre una carrera y otra, como si fuera algún tira la cuerda, ahí estaba yo, en medio del barro sin saber a qué lado ir, y era todo un desastre sentirse perdido.

Me siento al borde de la cama, tomando el sobre blanco, tenía un sello rojo del internado y mi dirección imprimida en letra pequeña. La parte impulsiva de mí quería romperla y arrugarla para luego quemarla y hacer como si nunca hubiera existido, la otra parte más racional se negaba a darle rienda suelta a la impulsividad.

No quería abrirla, no me apetece ver lo que debe de ser el confirmativo para irme lejos a estudiar algo que no deseo. Me gustaría tener la esperanza de que ahí ponga «Disculpe, pero este año no a sido aceptada en nuestro programa de becas. ¡Suerte para la próxima, bye!» no obstante, mi suerte no podía ser tanta y Christopher tenía razón, soy una nerd que se aplicó y puso mucho de sí para conseguir la admisión, es imposible que me la nieguen.

Por una vez ser una cerebrito me está pasando mala factura.

Quisiera... quisiera por una vez tener valor.

Me echo en la cama soltando un resoplido, pasando mis pulgares por el contorno de la carta, por el sello de cera, algo anticuado si me preguntan. ¿No podías cambiar de «te aceptamos» a «intenta a la próxima, o nunca mejor»? Facilitarías un poco mi vida.

-¿Y si te quemo? O no sé, ¿Te arrugo? -no sé porqué estoy haciendo esto, claro que no obtendré respuestas-, ¿No te molesta si te reenvío?

La carta no hizo más que seguir siendo una carta.

Suspiré levantándome.

Decidí que sería mejor para mi propia salud mental bajar a comer algo, estaría sola en casa hasta eso del medio día, por lo que no debería de quedarme en mi habitación hablando con un objeto que claramente no me responderá. Hurté del refri un yogurt que papá cree que escondiendolo detrás de las salsas no lo encontraré, novato y fui al sofá a echarme con Baloo a ver la televisión, quizá así me distraiga un rato.

Mi amigo peludo chilla, arrastrándose con toda la parte inferior pegada al sofá hasta apoyar su cabecita de mi rodilla.

-Tú no comes yogurt, Baloo -reí, acariciando su cabecita.

Volvió a chillar, insistiendome con sus ojitos.

Meneo la cabeza, tomando un poco del yogurt con mi dedo para darle a probar. En internet veo muchos videos sobre que los huskys son muy energéticos y que necesitan mucho entrenamiento, también una buena dieta. Bueno, entre la raza de husky siberiano, Baloo es la gran excepción, mi perro el ochenta por ciento del tiempo es más pereza que perro, y eso que está en la edad donde relativamente aún es un niño, le gusta más estar echado recibiendo mimos y comiendo tiras de tocino que salir a correr, aunque claro que está el otro veinte por ciento del tiempo donde parece estar tan lleno de energía que se la pasa corriendo por toda la casa, se revuelca en el césped o pide salir al parque para ir a jugar con la pelota, pero esas veces son escasas porque, como dije, es más pereza que perro.

Baloo lame mi dedo lleno de yogurt, saboreando unos segundos. Se relame los bigotes para luego comerse lo restante que hay en mi dedo.

Otra cosa de él es que le gusta probar muchas comidas.

-¿Qué tal?

Saborea, vuelve a relamerse los bigotes para terminar resoplando y haciéndose bolita al otro lado del sofá, mirándome ahora con lo que parece resentimiento, algo así como «¿Por qué me dejaste probar esa cosa si sabías que no me iba a gustar?»

Me reí.

-Yo te lo dije.

Y comí gustosa mi yogurt.

Tuve una hora entera de pereza junto a mi mascota antes de ponerme a hacer mis deberes, de hecho, no tenía que hacerlos ya que no estaban en mi lista, pero como ayer en la cena le comenté a mis papás lo del concierto de hoy y me dijeron que «lo pensarían» tenía que darles motivos para que me den el permiso, por lo que lavé los trastes sucios, deseché la comida que nadie iba a comerse del refri o que ya tiene mucho tiempo, acomodé los gabinetes y limpié la suciedad de la cocina. Cómo extra saqué uno de los pequeños floreros del armario de cachivaches junto a unas polvorosas rosas de foamy, las limpié lo mejor que pude para que volvieran a lucirse en la mesa.

Cuando me lo propongo puedo dejar brillante mi casa.

Realicé los demás deberes intentando ser lo más rápida. Muebles listos, revistas acomodadas, polvo fuera, teñerañas en el techo junto a una araña que casi me cae en el ojo ya quitadas... Sí, dejé limpia la casa y conseguí echarme en el sofá cinco minutos antes de que mis papás cruzaran la puerta.

-¡Hey! -les saludo algo jadeante, limpio el sudor de mi frente-, ¿Qué hay?

-Hambre -responde papá, dejando sus cosas sobre la mesa y sacándose el saco-, muero de hambre, ¿Quién quiere spaghetti con albóndigas?

-Sabes que nadie se quejará de que lo cocines, cielo -sonríe mamá.

-Spaghetti con albóndigas será.

Analizo el ambiente que nos rodea, tranquilo, apacible, podría decir que bromista. Voy con ellos a paso lento.

-Entonces... -alargo la palabra, pasando casualmente mi dedo por la superficie de la mesa.

-¿Entonces...? -insiste mamá, yendo a ayudar a mi papá.

Cruzo los brazos, intentando ser casual y que no se note que he planeado la conversación ni que hice todo para tener una mayor posibilidad de salir.

-Dijeron que... iban a pensar lo que les dije ayer...

-Oh, eso -dijeron al unísono.

-Sí, eso... ¿Cuál es la palabra final?

No paso por alto como como se miran con complicidad.

Vamos, papás, por favor.

Sigo suplicando a mis adentros por una respuesta positiva, ellos siguen guardando silencio y dirigiéndose miraditas que no son de mi agrado.

-Podría ser que tal vez... -empezó a decir papá.

-... y solo tal vez -continúa mamá.

-... por un poco...

-¡Ay, por favor!

Ellos se rieron.

-Te queremos aquí a las once treinta, ni más ni menos -me señala mamá.

-Y si te pasas de esa hora, iremos por ti hasta Boston a jalarte las orejas -agrega papá.

-También queremos tu ubicación en tiempo real y le diremos a tu tío que si surge una emergencia vaya por ti.

Asentí a todas las condiciones, dando saltos de felicidad que hacen al par de trenzas que me había hecho brinquen conmigo. Voy a darles un rápido pero fuerte abrazo de agradecimiento.

-¡Gracias, gracias! -salgo de la cocina oyendo sus risas por mis chillidos.

Subo a mi habitación dónde mientras busco lo que voy a ponerme más tarde hablo con mi novio dándole la noticia de que sí iría con él al concierto. Ambos nos pusimos a chillar como dos idiotas en medio de la llamada. El resto de la tardé pasé de la existencia en la carta de mi mesita, procuro mantener alto mi ánimo para el concierto de esa noche, aún no tenía idea de quién podría ser, Eros se niega a darme esa información.

Cumplo con unos deberes extras después del almuerzo, como lavar los platos y limpiar el baño, no porque me lo pidieron sino porque necesito seguir manteniendo en pie mi permiso.

A eso de las seis empecé a arreglarme, como ropa para esa noche había elegido un bonito vestido rojo manzana que me llega hasta las rodillas y es de tiras que se atan encima de mi hombro, una parte que no me gusta tanto porque me siento expuesta, así que lo combino siempre con una camisa manga larga blanca holgadas, así que bien podría pasar por una campesina, pero a mí me gusta mucho la combinación.

Elegí unas sandalias romanas como zapatos y dejé mi pelo suelto, algo de maquillaje y voilà, estaba lista justo en el tiempo que escuché un claxon frente a mi casa.

-¡Ya me voy! -anuncio yendo hacia la puerta.

-¡Cuídate, y llámanos, y a cualquier emergencia llama a tu tío Diego he irá por ti! -pidió mamá desde la cocina.

Salí de casa, yendo a subirme al asiento de acompañante del auto de mi novio.

-Hey -le saludo besando su mejilla.

-Ahm, h-hola...

Le miro confundida por su balbuceo. Eros tiene las mejillas ligeramente sonrojadas y me observa de pies a cabeza.

-¿Qué? ¿Me veo mal? -observo mi vestido, a mí sí me gusta mucho.

-¡No, no, no! T-todo lo contrario, estás... -deja la palabra en el aire, intrigandome.

-¿Estoy...?

-Preciosísima -sus labios forman la sonrisa más dulce de todas-, guao, no me creo que seas mi novia.

Aparto nerviosa un mechón de mi pelo, evitando su mirada. No es nada que transmita dobles intenciones, considero que Eros no tiene ni un gramo de maldad encima como para ver a alguien con una segunda mala intención, es algo más... brillante, amoroso.

-Creo que será mejor ir de camino, ¿no? -sugiero para calmar mis nervios.

Él parece notarlo porque asiente de acuerdo, encendiendo el coche y poniéndose de camino a Boston. Intenté sacarle información de a quién iríamos a ver, pero mi novio evadía mis preguntas con otras o con acciones cómo tomarme de la mano y dejar besos en mis nudillos. Sí, conseguía desestabilizar mi cerebro unos segundos, por otra parte yo tenía mucha curiosidad de saber, así que le insistí hasta el cansancio.

No conseguí nada.

-Pronto lo sabrás, Didi, pronto lo sabrás.

Ese «pronto» pasó una casi media hora después, cuando nos detuvimos frente a un bar lleno de personas, en la entrada estaba los de seguridad recogiendo lo que debe de ser el dinero para poder entrar y poniendo pulceras de papel de los que ya están solventados.

Eros pagó nuestras entradas y después de la pulcera pudimos pasar, yo no tenía ni la más mínima idea de a dónde ir, por lo que solo lo seguí a él, que se veía más seguro de nuestro destino. Terminamos al lado de una mesa que está cerca del pequeño escenario, ahí estaba sentada un rostro familiar.

-¡Oh, hola, chicos! -nos saluda primero ella.

-¡Hey! -Eros va a darle un abrazo-, cuánto tiempo sin verte, ¿Viniste a apoyar al uva agria?

Ella se rió.

-Eh, que soy su novia, además de que me gusta estar aquí.

-Me cuesta creer que ese idiota tiene una novia como tú.

La chica sonríe por el comentario de Eros, pasando a verme a mí a su lado.

-Oye, yo te recuerdo. Eres... ¿Diane, no? La prima de mi cuñada.

-Sí, sí, soy yo. Tú, ahm, dime qué es Francia tu nombre.

Negó con la cabeza, divertida. Parece que nada puede borrar esa sonrisa que lleva.

-Asia, en realidad. Que lindo verlos, no sabía que se conocían.

-Es mi novia, de hecho -responde Eros, agarrando mi mano. Asia nos ve sorprendida-. Increíble, ¿verdad?

-Demasiado.

-¿Y dónde está el uvita agria? -Eros espía por todo el bar lleno.

-Está... oh, allá viene.

Alguien detrás de nosotros exclamó:

-¡Eh, Eros!

Mi novio se giró emocionado.

-¡Amigo!

Eros se está abrazando con otro chico no más bajo que él, diferencio una cabellera castaña igual a la suya, solo que de un tono más claro.

-Bro, te quiero presentar a Diane -ambos me ven, el chico que Eros tiene medio abrazado también se me hace familiar-, ella es mi novia. Didi, él es Peyton, mi primo.

Ah.

¿Qué?

-¿T-tu primo?

Ambos asintieron.

-No nos parecemos mucho -respondió Peyton.

En lo absoluto.

-O sea, que Peyton es... un chico.

-Desde que tengo uso de memoria es lo que recuerdo.

-Mmm... interesante...

Es decir, que todo mi drama de ayer pensando que Eros estaba hablando con una chica fue por nada porque resulta ser que su supuesta amiga llamada Peyton resultó ser... su primo, que se llama Peyton.

Ahora tengo pena por mí misma.

Mientras que los chicos hablan poniéndose al día, yo me siento junto a Asia, que tiene una sonrisita observando a su novio, ¿Así me veo yo cuando miro a Eros? Si es así, que obvia soy.

-Bueno, chicos, tengo que irme, Dione, Alisha, Deneb y Harder me esperan tras bastidores. ¡Disfruten el show! -y antes de irse corriendo, le besa la mejilla a la chica junto a mí, que quedó rojita como un tomate.

Aw.

Después de la partida de Peyton, pasan unos diez minutos en que vuelve aparecer, esta vez encima del escenario con otros cuatro chicos. Uno de cabello castaño oscuro y ojos marrones chocolate junto al apoyo de la guitarra electrica. Una pelinegra de ojos azul zafiro en el teclado, un chico idéntico a ella en la batería, otra chica de tez morena y pelo castaño ensortijado en el bajo y Peyton en el centro, calmando los aplausos del público con gestos de sus manos.

-Muy buenas noches, en primer lugar queremos agradecerles a todos por venir a vernos a nuestro primer concierto después de mucho tiempo, el dinero recaudado esta noche será dirigido a una fundación local que ayuda los niños internados en el hospital con leucemia, por lo que también gracias por colaborar a esta gran causa.

»Ahora, se preguntarán porqué no estamos tomando nuestros instrumentos -muy cierto, cada uno se mantiene al lado de su respectivo instrumento musical sin agarrarlo-, nuestra primera presentación de esta noche será un homenaje a la primera canción que cantamos todos juntos.

-Era muy fan -dijo la pelinegra, haciendo reír al público.

-Y que fue nuestro confirmativo de que teníamos que hacer música -Peyton hizo un gesto a alguien detrás de bastidores, a nuestro alrededor empezó a sonar una melodía con chasquidos-, esto es Count On You de Big Time Rush, disfrútenlo.

Entonces las luces de todo el lugar se bajan, un reflector de suave luz amarilla ilumina hacia la tecladista que lleva un micrófono en la mano, su increíble voz robándose el espectáculo:

Now I'm about to give you my heart
But remember this one thing
I've never been in love before
So you gotta go easy on me -alarga solo un poco la nota, aún sin abrir los ojos.

Otro reflector aparece, esta vez iluminando a Peyton que se detiene junto a su amiga.

I heard love is dangerous
Once you fall you never get enough
But the thought of you leaving
Ain't so easy for me

Don't hurt me -empezaron a cantar juntos, sonriéndose. No como enamorados, sino como cómplices-, Desert me
Don't give up on me
What would I wanna do that for? -es el solo de Peyton.
Don't use me
Take advantage of me
Make me sorry I ever counted on you

Es ahí que el escenario vuelve a iluminarse con la entrada del coro de la canción que recién vengo descubriendo dónde la había escuchado antes. El público aulla emocionado cuando los otros dos chicos se suman a Peyton y la pelinegra de ojos bonitos en la siguiente parte.

One, two, three, four to the five baby, I'm counting on you
One, two, three, four to the five baby, I'm counting on you
One, two, three, four to the five baby, I'm counting on you
One, two, three, four to the five baby, I'm counting on you

Understand I've been here before
Thought I found someone I thought I finally could adore -vuelve a cantar Peyton, acercándose al borde del escenario nada más para sonreírle a su novia.

But you failed my test, got to know her better so I wasn't the only one -fue un dueto de el chico de la guitarra eléctrica y la tecladista.

But I'm willing to put my trust you, baby you could put your trust in me -cantaron juntos la morena de pelo rizado y el otro pelinegro.

Just like a count to three, you can count on me and your never gonna see -fue un solo del otro castaño.

No numbers in my pocket
Anything I'm doing girl I'll drop it for you
'Cause you're the one I'm giving my heart to but I gotta be the only one -cantaron todos juntos en una gran melodía.

La siguiente repetición del coro fue de la morena, que aunque su voz no se compara con la de su amiga funciona igual de bien. Siento como hay un toque a mi hombro, veo sobre él encontrándome con que mi novio insiste en ir a dónde las personas están bailando.

Accedí tomando su mano.

I really hope you understand
That if you wanna take my hand -suena de fondo la voz de la tecladista que vuelve a llevar el ritmo principal.

You should put yours over my heart
I promise to be careful from the start -le sigue el baterista con la morena cantando la siguiente parte-: I'm trustin' you with lovin' me

Very, very carefully -cantaron todos los hombres.

Never been so vulnerable
Baby I'll make you comfortable -hay un increíble solo de la tecladista que si no se robó el show antes, ahora sí que lo hizo.

-Ella canta increíble -murmuré hacia Eros.

-Dione tiene una gran voz.

Eros no tiene la vista sobre el escenario, la tiene encima de mí lo que no entiendo, el espectáculo estaba frente a él, sin embargo, me seguía mirando a mí.

-¿Tengo algo, mesero cogote golpeado?

Negó sin perder toda esa actitud hacia mí.

Consigo poner mis manos sobre sus hombros, habíamos logrado hacernos un pequeño espacio tranquilo entre la gente que grita a la par de los cantantes; recordé la boda de mi prima, nosotros en la penumbra de la pista de baile moviendonos a un ritmo lento. Nuestro baile de graduación, pese al ruido a nuestro alrededor el latido de su corazón era tranquilo he iba a la par del mío.

Eros ajusta una mano en mi cintura y la otra la usa para agarrar una de las mías que está en su hombro para entrelazarlas en el aire. Teníamos una diferencia de altura de al menos una cabeza, pero eso no fue un impedimento para que él se inclinase hacia mí para apoyar su frente de la mía.

Su nariz roza con la mía, nuestras respiraciones se mezclan, parecía que el ruido había desaparecido y éramos nosotros en nuestra pequeña burbuja perfecta.

-Han sido... los mejores meses de toda mi vida, Diane -le oigo murmurar-, y yo... a veces no me creo que de verdad seas mi novia.

No consigo decir algo, Eros continúa hablando:

-Me encantas, Diane -se aleja unos centímetros, riéndose-, hasta creo que esa palabra se queda corta, tú... -abre la boca, pero lo que sale es una baja respiración-, eres todo. Nunca había sentido algo tan fuerte por alguien hasta el punto de...

-¿De...?

-De terminar tan, pero tan enamorado de ella -acaricia mi mejilla-, estoy tan, pero tan tontamente enamorado de ti, Diane Reynolds.

Y en nuestra pequeña burbuja de tranquilidad, con el final de Count On You de fondo, Eros Jackson juntó sus labios con los míos en el beso más mágico de la historia.

Continue Reading

You'll Also Like

487K 57.7K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...
3.1M 58.9K 8
Laurie es una joven de dieciocho años educada bajo una serie de reglas inculcadas por su autoritaria madre: No salgas de fiesta, no te emborraches, n...
87.2K 10.9K 18
𝐒𝐀𝐇𝐘𝐎 ─── ❝Donde Sana quiere besar a Jihyo, pero Jihyo odia que la besen. ❞ ✧ Humor ✧ Capítulos cortos ✧Fluff ✧ Songfic
65.8K 8.5K 16
❝De cómo una noche es el tiempo suficiente para que Walter y Rachel se enamoren.❞ nyctophilia (n.) atracción por la noche o la oscuridad, encontrand...