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By xElsyLight

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「 ᴄᴀʟʟᴇᴊᴏ́ɴ sɪɴ sᴀʟɪᴅᴀ 」




La entrada a nuestras habitaciones de la sala A no es igual de cómoda de lo que recuerdo. Quizás se deba a la falta de Newt conmigo.

Ethan entra y sin mediar palabra conmigo, se mete a la ducha en busca de quitarse el sudor de encima. Tomo asiento en la litera en la que me desperté por la mañana junto al chico que me ha salvado la vida mil veces, y siento su vacío. Probablemente se deba a las miles de noches durante los juegos en los que lo he sentido cerca y que esta sea la primera noche en la que estamos tan alejados, que sea la razón de mi inseguridad.

Ethan sale del baño y dedicándome una mirada de soslayo, me da las buenas noches y se dirige a su litera. Sube la escalerilla y cae dormido, escucho sus ronquidos de inmediato.

Tomo aquello como mi señal para irme al cuarto de baño y allí dentro hago todo el tiempo posible para distraerme. No quiero salir afuera y hacer frente a esa enorme soledad de habitación; incluso las chicas desde antes nos dejaron atrás y a duras penas mantuve una ligera conversación con Ethan. Hasta el momento no me había dado cuenta de lo poco que habíamos hablado entre ambos desde los juegos, y en parte se debe a que el pegamento del grupo es Newt. El nos mantiene unidos a todos.

Siempre Newt.

Siento que el agua caliente cae sobre mi rostro mientras por mi mente se cruzan las primeras veces en las que hicimos contacto, sobre todo cuando lo vi en las grabaciones de su cosecha. Su cabello rubio parecía el mismo sol y la fiereza de sus ojos siempre me ha parecido como un mar revuelto; nadie puede controlarlo.

Salgo de la bañera envolviendo mi cuerpo en una toalla pequeña, y pienso en lo mucho que han cambiado las cosas desde los juegos. De la nada, salió este chico con el propósito de salvarnos y de darnos una segunda oportunidad, incluso a Gally, a quien todavía no soporto tener cerca y... por arte de magia logró darle un nuevo sentido a mi vida.

Ahora solo puedo pensar en él, todo el rato.

Y claramente se debe en parte a que me vuelve loco, pero por suerte consigo mantener esos sentimientos a raya. Bueno..., la mayor parte del tiempo. Vale, quizás con ese tal Minho revoloteando alrededor las cosas se me hayan ido un poco de las manos.

Dejo entrever más mi molestia e incomodidad al verlo cerca, y no puedo ocultar mi malestar cuando hablo. Pero no es culpa mía, no del todo al menos.

De tan solo recordar la forma en la que se sonríen, en la que se complementan mejor que nadie o en como ese chico de descendencia asiática lo arrebató de mi lado cuando pensaba arreglarme el botón del chaleco, solo me hizo arder las venas.

Literalmente, a partir de ese momento Newt ha pasado de mi y no lo soporto. No después de pasar la mayor parte del tiempo juntos, codo con codo.

Cuando me coloco la ropa de dormir encima, muerdo mi mejilla interior al dirigirme a mi litera. Veo allí su mochila, y aunque tengo la tentativa de abrirla y ver que guarda en su interior, por respeto no lo hago. Simplemente me dedico a agarrar la mía y a revolver las cosas de dentro.

Al encontrar el colgante dado por Enid, la que creía mi madre, una nostalgia se apodera en mi pecho porque sé que no la volveré a ver nunca más. Es algo de lo que estoy seguro.

Observo al abrirlo la imagen de los que eran mis verdaderos padres y me pregunto qué tan buenos debían ser. Lo cierro nuevamente al no encontrar respuesta y suspirando, me lo cuelgo sobre el cuello. Cuando estoy a punto de cerrar la mochila y acostarme, encuentro algo brillando al fondo de esta. Mi mano se extiende hacia aquello y al sacarlo, siento un agujero en el corazón. Es el muñeco de madera que tenía Chuck en los juegos y que le recordaba a sus padres, el cual ya había descubierto en los juegos pero que había olvidado por completo después de todo lo que había pasado.

El solo hecho de rememorar su lecho de muerte, me hace sentarme de sopetón en la litera y acariciándolo entre mis dedos, me siento culpable de haber roto mi promesa con él. Nunca lo llevé de vuelta con su familia y aunque me disculpé de alguna manera con ellos en su distrito, la culpa no me abandona.

Sin darme cuenta, entre lágrimas caigo dormido y todavía sujetando el muñeco de Chuck.




Por supuesto el sueño no dura mucho y antes de dar vueltas a la cama en busca de encontrar una mejor posición para dormir, vuelvo a guardar la figura de Chuck en el interior de la mochila con un deje de nostalgia. Sigo sin creerme del todo que esté muerto, pero el recuerdo de su pecho siendo decorado con un manto rojo me devuelve a la realidad.

Me golpeo la cabeza no queriendo llorar más en toda la noche y cuando me pregunto que haría Newt para calmarse, escucho un incesante sonido a algo restregándose debajo de mi cama. Por un momento pienso en que puede tratarse de alguna rata o animal semejante, pero al escuchar claramente como una cosa metálica cae sobre el suelo, bajo la mirada por debajo del canapé del colchón y la respiración se me entrecorta cuando me encuentro cara a cara con el chico encapuchado y que he visto en los comedores con el tal Winston.

Mi ceño se frunce sin entender cómo demonios ha llegado hasta aquí y sin saber lo que quiere. Cuando voy a preguntarle sobre ello, me dice que me calle y que mantenga silencio.

—Ven. Sígueme —suelta como si nada, como si no fuéramos a hacer algún tipo de locura.

Regreso la vista hacia arriba y al ver que Ethan permanece en el quinto sueño, aún sin entender del todo qué demonios hago, bajo de la cama dispuesto a seguir al otro. Mientras atravieso aquel espacio pequeño, solo puedo imaginarme a Newt regañarme por hacer estupideces como esta.

Aún sin entender porqué me lanzo a locuras así, persigo agazapado al otro chico de capucha a través de pasadizos y túneles metálicos de pequeño tamaño. En la mitad del camino siento que un grave sudor me recorre el cuello, hace mucho calor aquí dentro.

Varias veces he intentado preguntar al chico desconocido hacia donde me está arrastrando o qué quiere con esto, pero se niega a responderme. Finalmente después de algunos arrastres más y raspones de rodillas, llegamos a un cruzado que nos guía a un callejón sin salida pero bastante más amplio comparado a todos los anteriores.

Con un pequeño escozor en las palmas de las manos, este me indica que me acerque a la única rendija del lugar y extrañado, camino hacia allí manteniendo silencio.

Sin saber exactamente qué estoy buscando, espero algo escéptico hasta que encuentro de vista a la doctora que se encargó de atender a Newt en nuestro primer día; la reconozco porque estuve vigilando al rubio todo el rato. Su cabello verde cae en tirabuzones, y sosteniendo la tarjeta de identificación de su pecho y que descansaba sobre su bata blanca, la pasa por un registro de una puerta blindada. 

Seguidamente aparece una camilla con un cuerpo cubierto por una manta blanca y cuando se aleja de la abertura de la rendija y que no nos permite ver mucho más salvo que lo meten a esa habitación cerrada, me dirijo al chico encapuchado.

—¿De qué coño va eso?

—Vienen cada semana con distintos números, cada noche es lo mismo. 

Aquello me hace pensar nuevamente que hay gato encerrado, y le pregunto qué pueden hacer con ellos. Pero me dice que no lo sabe porque los conductos se detienen en este sitio.

—Pero una vez que cruzan esa puerta, no regresan —me aclara, como queriendo empeorar la situación. Y entonces continua, soltando la bomba que tanto temo—. No creo que nadie haya salido de aquí nunca.

Después se da media vuelta para devolverse por donde hemos venido y mi cabeza es un caos.

—¿Por qué me lo has contado? —Y eso es lo que menos entiendo ya que de todos mis compañeros, para esto sin duda sería mejor Newt.

Su respuesta tampoco me resuelve ninguna duda.

—Porque estoy seguro de que a ti te harán caso —dice—. Aquí está pasando algo muy raro y sé que también lo crees.

Si claro, una cosa es que tenga yo la duda encima, pero ¿y los demás? Sería algo embarazoso romper sus esperanzas de haber encontrado un lugar en donde estar a salvo para que luego me equivocase como siempre, y cometer un error.

No puedo contarles nada todavía, al menos, no ahora que es de noche y me tomarán por un loco.

Cuando el chico comienza a regresarse, de nuevo le detengo para preguntarle su nombre.

—Aris —responde y ahora deja de ser el chico desconocido.




Llevo un buen rato sobre la cama, de nuevo solo escuchando los ronquidos de Ethan y sin ser capaz de sucumbir en el sueño. Doy un par de vueltas sobre aquel colchón tieso y para nada mudillo mientras pienso en lo sucedido con Aris, y en las cosas que he visto desde que llegamos. Por supuesto, quiero verlo como los demás: que esto es el lugar seguro y que todo terminó de una vez. Sin embargo algo en la cabeza me repite varias veces que no es así.

Y la realidad mostrada a ojos de Aris solo me lo demuestra.

Justo cuando cierra los ojos con presión para forzarse a dormir, escucha la puerta de enfrente abrirse con cuidado. Ese inconfundible sonido chirriante lo pone alerta y levantándose sobre sus codos, observa a través de la luz oscura una silueta aparecer por la entrada.

De inmediato salta hacia su mochila a sacar... ¿qué? No tiene ningún arma, al menos no física. Entonces recuerda a Ethan y quien está en plenas facultades de lucha, obviamente no piensa hacerse notar así a la ligera y cuando se propone a levantarse para avisarle, esa figura camina en dirección hacia él. Se asusta por un momento y los aleteados golpeteos de su corazón lo demuestran.

Sin embargo, antes de poder hacer nada o dejar escapar alguna palabra reconozco de inmediato aquella cabellera dorada y reluciente como el mismo oro, incluso en la oscuridad de la noche puedo verlo a la perfección. Mis ojos buscan aquella calma y seguridad bailando en la mirada avellana del otro, y la sonrisa que me regala consigue que el sudor que resbala por mi nunca cese de golpe.

—¿Newt? ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a dormir fuera? —La pregunta queda rondando por el aire mientras veo como camina en cuclillas pidiéndome silencio, a la vez que alcanza el armario de ropa de mi espalda.

Me giro de nuevo para verlo y ahí está la luz de mis ojos, sacando mudas de ropa con una pequeña sonrisa y salgo de la cama cuando le veo meterla en una bolsa de plástico que hasta el momento no había visto antes. No tarda mucho hasta que regresa por delante de "nuestra" litera y dudoso, le detengo del brazo justo cuando se agachaba hacia su mochila en busca de algo.

Me mira confuso y al descubrir seguro mi rostro igual de desconcertado, me responde en bajo ya que ambos sabemos que Ethan está durmiendo y no es ninguna sorpresa para nadie que cualquier cosa lo despierta, siempre alerta.

—¿Te vas? Pensé que venías a dormir aquí —digo, pero este niega separándose de mi agarre y sacando de su mochila una botella de agua vacía.

—No, Minho y los demás me están esperando. He decidido que voy a quedarme con ellos unos días más. Aun tenemos muchas cosas de las que ponernos al día y entenderás que solo una noche no es suficiente, por supuesto. —Parece como si estuviera hablando con un animal asustado y eso me pone de los pelos.

No soy para nada un chico que va a saltar por eso, sin embargo, la sola forma en la que menciona a Minho hace que un fuerte pinchazo se instala en mi corazón. No entiendo a la perfección este sentimiento que me invade y mucho menos la molestia que crece en mi estómago y que hace que todo me dé vueltas. Tampoco entiendo del todo porqué debe de darle tanta importancia a los del grupo B, entiendo que por unos momentos por su mente ha podido cruzarse la idea de perder a su mejor amigo y que eso es equiparable a la pérdida de la que creí durante años mi madre... Pero siento que nos hemos separado bastante desde que nos los cruzamos.

Tampoco quiero hacerme ver como una persona egoísta, porque lo que más detesto es pensar en mi mismo... pero es inevitable. La forma en la que hemos estado unidos desde el principio de los juegos es algo que me ha hecho sentir de alguna manera que no estoy solo, que incluso teniendo a Teresa a mi lado, había otra persona en mi vida en la que podía apoyarme. Durante mucho tiempo hasta me ha llegado a demostrar que es mejor que ella, aunque hable de mi mejor amiga.

Y eso es lo que me afecta, más que cualquier otra cosa.

Por sus continuos afectos, sus atenciones y formas de dirigirse hacia mí, ha hecho que mi corazón poco a poco le haya pertenecido y si esto que siento son celos, cosa que nunca antes había sentido, entonces es la primera vez que quiero que otra persona me mire de la misma manera en la que hago yo. El rubio me observa con una ceja alzada ante mi repentino silencio.

—¿Puedo hacerte una pregunta, Newt? —Él asiente aunque no se me pasa desapercibido el pequeño temblor de sus piernas y eso me hace pensar que se quiere ir.

Que solo le estoy incordiando.

Una de mis manos se aprieta en un puño cuando veo las miradas de soslayo que le dirige a la puerta. ¿Tantas ganas tiene de irse? ¿De volver con él?

—¿Por qué confías en Minho? —La pregunta lo congela en su sitio por unos largos segundos y al ver que sus hombros se hunden confuso, aprovecho y continuo—. ¿Y si es malo? ¿Y si no es el que creías conocer? Desde que llegamos a este sitio hay algo que me parece extraño y creo que...

Sin embargo, la forma en la que se ajusta la bolsa en el hombro con agresividad me interrumpe y su voz más hosca y molesta hace que me muerde la lengua con fuerza.

—¿De qué garlopa estás hablando? —Su rostro ya no es suave y su voz es alta y grave.

Parece que ahora ninguno de los dos piensa en las horas del sueño de Ethan.

—Q-quiero decir, desde que llegamos a este "refugio" —señalo con los dedos— me parece que todo está perfectamente en su sitio y no es normal si tienes en cuenta que ha sido construido en días para nuestra seguridad. N-no quiero que pienses mal, es que creo que hay más de lo que no vemos y Minho no es del todo... —La forma en la que me da la espalda de golpe, con los hombros tensos me hace detenerme nuevamente.

Me paso la mano por la nuca, de repente sudosa y trato de acercarme a él. Pero este me sorprende soltando la bolsa y acortando nuestra proximidad con movimientos agresivos y cuando me agarra de la solapa de la camisa. La estruja con fuerza y es la primera vez que veo una furia sin medida a través de esos ojos con los que tantas veces he soñado.

—¡No vuelvas a hablar de esa manera de Minho, tú no lo conoces! —Con brusquedad me da un empujón hacia atrás sin soltar nuestro agarre—.  Tampoco vuelvas a repetir la misma tontería de los juegos, no puedes soltar de repente que todo este conjunto de refugio es una farsa, Thomas. No solo romperías la esperanza de los demás si no que tendríamos que hacer frente a algo que no queremos y no nos cabe en la cabeza. Deja de buscar problemas donde no los hay, o te aseguro que los vas a encontrar. —Su respiración es agitada y su brazo muestra una vena marcada incluso a través de la ropa de dormir que trae puesta.

Un golpeteo en mi pecho y sujeto su brazo, enfadado de que no vea el punto que yo quiero que vea. Parece ensimismado con ese tal Minho y quiero que se dé cuenta de que hay algo más rondándonos a todos, algo preocupante y peligroso.

—¡¿Pero es que no lo ves?! ¡Es demasiado fácil para acabar todo así! ¡¿Crees que yo quiero que se repita todo de nuevo?! ¡¿Crees que no quiero que esto sea real?! ¡Pero si te pones a pensar un poco, lo ves, foder! —Aprieto con fuerza aquel brazo tenso y vuelve a empujarme hacia atrás, no queriendo escuchar ni una sola palabra de lo que digo.

—¡¿Quieres que acepte esta falsa ilusión, Thomas?! ¡¿Quieres que les diga a los demás que todo es mentira y que no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo?! —Con eso último, siento que me estruja con más fuerza la camisa y no pienso en lo que digo, mis labios se mueven solos.

Siento los latidos de mi corazón apabullándome el interior de las orejas.

—¡Quiero que estemos juntos en esto, como antes! ¡Quiero que me tengas más en cuenta! ¡Por mucho que me alegre de que hayas encontrado a Minho, éramos tu y yo desde los juegos! ¡Para mí era súper especial eso! ¡Y después de toda la mierda que me ha pasado y que sabes a la perfección, no quiero que me dejes atrás, maldita sea! —Su agarre tiembla en mi camisa y chasqueo la lengua con fuerza—. ¡Quiero que me veas a mí, Newt!

Y después me dejo llevar por mis emociones aglomeradas, los celos y la rabia, y entonces soltando su brazo coloco mis manos, aprovechando la cercanía, en sus mejillas. Acaricio los pelos sueltos de su cabellera, tan suaves.

Estamos cara a cara, respirando agitadamente y me permito observar por última vez esa mirada desconcertada y brillante, tan rebelde y caótica, y entonces bajando la vista me encuentro con esos labios finos que tanto me han llamado desde que comencé a darme cuenta de que me gustaba y sin pensarlo demasiado, no espero más tiempo.

Le beso.

Y es quizás la locura más grande que he hecho en mi vida pero de la que no me arrepiento. Porque comparado al sueño en el que viví este momento, este es real y se siente mucho mejor. Me imagino volando sobre una nube cuando nuestros labios se tocan y puedo decir que no se parecen en nada a los de Teresa; e incluso cuando él me separa de un golpe en el pecho, sigo sin arrepentirme.

Ha sido mi primer beso voluntario y la chispa que he notado al juntar nuestros labios, quiero pensar que no he sido el único en sentirlo.

Sin embargo, no puedo evitar notar una molestia en mi estómago cuando él se cubre los labios con el dorso de su mano libre y sus ojos están desorbitados. El miedo y desconcierto bailan en su mirada, y sus pasos alejándose, trastabillando, me hacen sentirme el larcho más desgraciado del mundo.

—N-newt, l-lo siento, yo... —Pero su mano levantada me hace callar.

Después coge la bolsa del suelo y en donde reposa la botella de agua vacía, y sale de la habitación en completo silencio. La puerta se cierra de sopetón y muerdo mis labios notando un sin fin de revoltijos en mi interior. La mayor parte de ellas dicen que he sido un completo estúpido; bueno, todas ellas.

Quiero hacerme un ovillo y llorar por lo que queda de noche, porque si de algo estoy seguro es que la he cagado. Acabo de dañar una de las mejores y más sólidas amistades que he tenido en la vida y no habrá nada en el mundo que pueda hacer para arreglarlo.

Lo que evita que llore como un niño pequeño, es el golpe de algo cayendo y al darme la vuelta, encuentro a Ethan que está despierto, ha saltado desde su litera superior y, lo que es peor, lo ha visto todo. No obstante, su mirada compasiva es lo que me recibe y mientras se acerca hacia mi, dejo que enganche su mano derecha en mi hombro izquierdo.

Es un trato amable, menos de lo que merezco.

Permanecemos en un fuerte silencio, hasta que finalmente suspira y dice: —Ya verás que todo se arregla. Está confuso y no entiende que acaba de pasar, pero si de algo estoy seguro... Es que siente lo mismo que tú, no te preocupes, Thomas.

Es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pienso mientras me aguanto las lágrimas y permanezco observando esa puerta metálica con la esperanza de que se abra de nuevo.

Pero sé que no lo va a hacer.

N/A → muchísimas gracias por vuestro apoyo y aunque haya sido algo corto, dioooos, lo amé desde principio a fin. aunque haya sido algo fuerte, os aseguro que todo se arreglará nenés. no se preocupen porque ya saben que el newtmas en canon y ya verán que newt se dará cuento de ello, ánimo y ya estamos cerca del final.

Se despide xElsyLight.

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