La noche era fría y sollozante
Sin una pizca de calor
Que encendiera llamas de abrigo
Y me curara el corazón frío.
Llamaste a la puerta
Entraste sin esperar respuesta
Como si no te conociera
Me dedique a echarte hacía afuera.
Pero el calor enmanado por tu cuerpo
Encendía aquellas llamas
Capaz de descongelar mi noche
Y envolverme en colores sin reproches.
El negro y azul ya no predominaban
En aquella habitación apagada y congelada,
Tu cariño y amor;
Quemaron por completo mi corazón.