Emails I can't send | Max Ver...

By walxleclerc

25K 2.1K 228

Addeline es una joven inquieta y con un alma insaciable, pero tiene un pasado trágico que no la deja seguir a... More

-author's note.
-emails i can't send.
-love at first kiss.
-I kissed a fucking driver.
-inside the waves.
-deep conversation.
-nightmares of the past.
-under the lights of Degrees.
-night adventures.
-the first email.
-under the stars.
-facing fears.
-campfire and friends.
-memories in a photobooth.
-a great love.

-serendipity.

1.3K 135 24
By walxleclerc


Pov- Max Verstappen.

Me había despertado demasiado temprano para venir a la playa, pero el motivo que tenía para hacerlo valía totalmente el esfuerzo.

Me encontraba observando desde lejos el paisaje. La vista era espectacular: el sol iluminaba la arena, y las olas rompían en la orilla. Pero mi atención estaba completamente centrada en ella, en Addie que estaba dando sus clases de surf a los niños.

Se veía como una maestra apasionada, y su entusiasmo era contagioso.

La brisa marina jugaba con su cabello rubio, y su sonrisa mientras animaba a los principiantes a encontrar su equilibrio era cautivadora. Desde la distancia, podía sentir la energía positiva que irradiaba, y cada gesto suyo parecía estar sincronizado con el ritmo del océano.

Era encantador verla.

Mientras ella daba instrucciones, mi mente divagaba a la noche anterior. Recordaba la complicidad compartida, las risas, y sí, su invitación había sido inesperada, pero termino convirtiéndose en una noche especial después de todo.

Había venido de vacaciones a Esperance con la idea de relajarme y mantenerme lo más alejado posible de todo lo que conllevaba ser un piloto de formula 1.

En mis planes no estaba cruzarme con alguien como Addie, mucho menos que mi corazón empezara a latir de forma irracional bajo su mirada.

Pero ahora me preguntaba si podría haber más entre nosotros, algo más allá de las conversaciones superficiales y las risas compartidas.

Éramos dos mundos completamente distintos, sí. Pero ella me hacía sentir especial, de una forma que nunca nadie lo había hecho.

La miré fijamente, perdiéndome en el momento, y mi corazón dio un salto cuando nuestros ojos se encontraron.

Addie me sonrió desde la distancia, y fue como si el tiempo se detuviera.

Me acerqué con una sonrisa.

—¿Qué haces aquí? —pregunto con cierta sorpresa.

—Vengo por las clases. —brome para romper el hielo. —Creo que soy bastante malo en esto. —señalé las tablas de los niños.

Ella rió, y el sonido resonó en mi pecho como una melodía encantadora, aunque su mueca cambio a una un poco más vacilante poco después.

—Creí que desaparecerías luego de lo que paso anoche... —confeso en un susurro.

Negue con la cabeza.

¿Cómo podía pensar algo así? ¿Tan mala impresión daba?

Sabia que probablemente la reputación de un piloto no era la mejor, pero me dolía un poco que alguien como ella me juzgara antes de conocerme.

—Esperare a que termines para que podamos hablar.

Addie asintió de acuerdo.

Después de la clase, mientras los niños se dispersaban y volvían a sus respectivos hogares, no sin antes darle un fuerte abrazo a su amada profesora, me acerqué nuevamente a ella.

—Sobre anoche... —comencé, sintiendo un cosquilleo de nerviosismo.

Ella me miró con curiosidad, y mi corazón latía con fuerza.

—Creí que podrías pensar que no estaba interesado en ti después de mi "huida", pero quiero que sepas que realmente lo estoy. —murmure, trabándome tras cada palabra. —Y siento haberme acobardado un poco cuando llego tu amigo.

Sus ojos expresaron una mezcla de sorpresa y alivio.

—No Max, yo quería disculparme por su comportamiento. —esquivo mi mirada, como si estuviera avergonzada. —No sé porque hizo eso.

—Porque esta celoso. —solté sin pensar.

—No, no lo creo. —comenzó a defenderlo. —Solo se debe haber sentido invadido, es su casa, es entendible...

Mientras seguía hablando, recogía los objetos que los niños habían dejado desparramados por la arena.

—Addie, no tengo intenciones de causar problemas, pero creo que tu amigo puede tener otro tipo de sentimientos, diferentes a los que tú te imaginas. —comenté. —Su reacción no fue solo por sentirse invadido, fue porque notó la conexión que hay entre nosotros.

Esa última frase salió en casi un susurro de mi boca.

Addie me miró con incredulidad, como si no pudiera creer lo que estaba escuchando.

Yo tampoco lo creía.

—Max, es solo mi amigo. No me ve de otra forma.

Un peso persistente permanecía en mi pecho, había ignorado o, al menos, rechazado la idea de la conexión especial que había mencionado entre nosotros.

Aunque intentaba no darle demasiada importancia, la verdad es que sentía una punzada de decepción.

La noche anterior, cuando nuestros ojos se encontraron y compartimos risas y confidencias, había sentido algo único, algo que no quería pasar por alto.

A pesar de la pequeña sombra de duda que se había instalado en mi mente, traté de ocultar mi desilusión y seguí con la charla, manteniendo el tono ligero y divertido.

—Puede ser que tú lo veas así, pero creo que hay algo más.

Ella frunció el ceño, evidentemente desconcertada por la idea.

Después de un momento de silencio, decidí cambiar de tema. Porque seguir con eso no ayudaría de nada.

—Dejemos eso por ahora. —su expresión se suavizó, y asintió. —Me gustaría invitarte a... ¿Salir?

Me había acobardado bajo su intensa mirada, debía parecer un idiota en estos momentos.

La propuesta fue demasiado mala, ¿Quién podría aceptar algo como eso?

—Si.

Claro que diría que no, era obvio que lo haría.

¿Cómo podría pretender que ella saliera conmigo?

—Espera, ¿Qué?

Una suave risa se escapo de sus labios.

—Me encantaría salir contigo, Max.

Sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor, y su sonrisa reveló cierta complicidad, no pude pasar por alto los bonitos hoyuelos que se formaban en sus mejillas, eran adorables.

—De acuerdo, necesito que me digas tres cosas que te gustan. —vi cómo reflexionaba por un momento antes de responder. —No, no lo pienses tanto.

Ella suspiro, pero manteniendo su sonrisa.

—¿Cualquier cosa?

Asentí con la cabeza.

—Me gustan las pelis románticas, esas que de tan tiernas que son te dan ganas de vomitar. —sonreí, y volví a asentir para que continuara. —Las estrellas y constelaciones... —pensó unos segundos más. —Y todo lo relacionado al mar, obviamente.

Cada palabra que pronunciaba aumentaba mi deseo de conocerla aún más, de descubrir esos pequeños detalles que la hacían única.

—Perfecto, creo que se me ocurre algo. —sonreí, decidido a hacer de este día algo especial. —¿Confías en mí?

Addie, con una mirada de curiosidad y una sonrisa juguetona, asintió.

—Está bien, Max. Veamos qué tienes planeado.

Esa respuesta alivió la tensión en mi pecho.

Era tan genuina, tan relajada, que me sentía afortunado de haberla conocido.

Pero lo que más me emocionaba era la oportunidad de descubrir más sobre esa sonrisa que, desde lejos, me volvía completamente loco.

Sabía que esto terminaría siendo un problema, pero por ahora no estaba dispuesto a retroceder.

Era un día soleado y perfecto para el día que tenía planeado para nosotros.

Mientras esperaba a que Addie se cambiara, apoyado sobre el auto que había alquilado para moverme por la ciudad, mi corazón latía con una mezcla de anticipación y nerviosismo.

Había decidido llevar a Addie a un lugar que estaba casi seguro de que le encantaría, aun así, me sentía asustado por su posible reacción.

Pero ahí estaba ella, apareciendo frente a mí, envuelta en un lindo vestido blanco veraniego que ondeaba suavemente con la brisa marina.

Su cabello rubio caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus ojos brillaban con una luz especial. Por un momento, me quedé sin aliento al verla. La simplicidad del vestido realzaba su belleza natural, y no pude evitar sonreír al notar cómo resaltaba su bronceado por las largas horas surfeando.

—¿Vamos?

—Claro. —abrí la puerta del auto, y me giré para indicarle que podía subir.

Su expresión cambió repentinamente. La chispa de entusiasmo en sus ojos se desvaneció, opacada por el pánico que los inundaba.

—¿Podemos ir caminando? —preguntó en un tono bajo, sus ojos reflejando una vulnerabilidad que no había notado antes.

Asentí con comprensión, cerrando la puerta del auto.

—Claro, no hay problema. ¿Está todo bien?

Addie titubeó por un momento antes de responder.

—Es solo que... no me siento cómoda en los autos.

Mis instintos protectores se activaron de inmediato.

No quería que se sintiera incómoda, mucho menos que reviviera malos recuerdos.

—Caminemos entonces. —sonreí, tratando de disipar cualquier rastro de preocupación en su rostro.

Aunque me moría de ganas de preguntarle más sobre esto decidí dejar el tema de lado, es seguro por su expresión que es un tema que la incómoda, y no quiero arruinar el día.

Además, caminar juntos nos dio la oportunidad de charlar más relajadamente.

—Por cierto, te ves increíble. —murmure hipnotizado, mientras avanzábamos.

Ella giro lentamente para que pudiera apreciar el vestido en toda su gloria.

—Fue un regalo de mi hermana.

—Me había olvidado de que mencionaste que tenías una hermana. —confese. —¿Esta en Londres con tu madre?

Negó con la cabeza.

—Es difícil seguirle el rastro. —jugo con el vuelo de su vestido. —Tiene un trabajo que la mantiene viajando de aquí para allá, pero le gusta mucho.

—Como el mío. —comenté divertido por la coincidencia, pero a ella no pareció divertirle.

Antes de que pudiéramos continuar con la conversación nos encontramos con un gran cartel decorado con criaturas marinas.

Había decidido que el impresionante acuario de la ciudad seria nuestra primera parada.

Caminamos juntos por los pasillos, admirando las criaturas marinas en sus tanques iluminados.

La expresión de asombro en el rostro de Addie mientras observaba los coloridos peces y las majestuosas criaturas marinas hizo que cada paso valiera la pena.

—Max, este lugar es increíble. —sus ojos brillaban de emoción. —No puedo creer que nunca lo haya visitado antes.

Sus dedos se deslizaron sobre el cristal mientras observaba hipnotizada a un grupo de medusas flotando con gracia. La luz tenue resaltaba los colores vibrantes de los corales y las formas fascinantes de las diferentes especies marinas.

—¿Ves esos peces tropicales? Son tan hermosos. —susurró con asombro.

Sonreí al ver su entusiasmo y la guie hacia el túnel submarino, donde los tiburones nadaban majestuosamente sobre nosotros.

Ella no podía contener su asombro mientras los observaba de cerca.

—Me encantan los tiburones. —exclamó con una sonrisa radiante. —Y sabes, algo curioso sobre los tiburones es que, a pesar de su apariencia feroz, son criaturas muy leales. —comentó, sin sacar los ojos de la criatura que nadaba frente a ella. —Muchas veces, mantienen una relación duradera con sus compañeros de toda la vida. Puede que no lo parezca, pero los tiburones también tienen su lado romántico.

Sus palabras me hicieron sonreír.

La pasión en sus ojos mientras compartía este dato era contagiosa.

Me di cuenta de que no solo le gustaban los tiburones por su aspecto imponente, sino también por el papel esencial que desempeñaban para mantener el equilibrio en los océanos. O algo así habia dicho, pero estaba tan concentrado en sus ojos que solo había escuchado la mitad.

Su conocimiento profundo de la vida marina agregaba una capa fascinante a su personalidad.

Caminamos por el túnel, la luz titilante y los peces de colores creaban una atmósfera única.

Me sentí agradecido de haber elegido este lugar para empezar.

Después de pasar un tiempo explorando cada rincón del acuario, salimos a la luz del día. La emoción de Addie aún se reflejaba en sus ojos mientras nos dirigíamos a la siguiente parte de nuestro día especial.

Pronto llegamos a nuestra segunda parada.

Un cine al aire libre ubicado en un pequeño parque de diversiones, el olor a dulces estaba por todo el lugar y varias burbujas de jabón volaban a nuestro alrededor.

Era como en las películas.

Extendí una manta sobre la hierba y nos acomodamos mientras esperábamos que empezara la película.

Serendipity. —murmure, leyendo el título que apareció en la pantalla. —¿La has visto?

Cuando gire la cabeza para poder mirarla, ella ya me estaba observando.

—Es de mis favoritas...

—El destino.

Mientras disfrutábamos de la película romántica, el cielo comenzaba a cambiar de color.

Nuestras risas flotaban en el aire, y compartimos comentarios ocasionales sobre la película. El ambiente relajado y la complicidad que se estaba formando entre nosotros era inexplicable, y hacían que el tiempo se detuviera.

Cuando la película acabo, estaba impactado por la gran casualidad.

—No puedo creer que la película trate sobre el destino y las casualidades.

Ella se rio, ayudándome a pararme de la manta.

—Supongo que así de extraño y retorcido funciona. —levantó los hombros, como si no quisiera darle mucha importancia. —¿Tú crees en el destino, Max?

Pensé mi respuesta por unos largos segundos.

—No lo sé, pero no le dejaría mi relación al destino. —busqué sus ojos, y los encontré llenos de una mezcla de curiosidad y algo más profundo. —¿Qué te parece si seguimos con nuestra última parada?

Sonreí con complicidad, sugiriendo que nuestro día aún tenía un último capítulo por descubrir.

Después de la película, había decidido que vayamos a un lugar más íntimo.

Caminamos por un largo rato hacia una pequeña colina cercana donde la falta de luz artificial permitiría una vista despejada de las estrellas y las constelaciones.

Caminamos hasta la cima y nos sentamos en una roca, mirando el cielo nocturno.

La colina tenía una increíble vista al mar, aunque al ser de noche no se apreciaba demasiado. La brisa marina suavizaba el aire, y las olas rompían en la orilla.

—Creo que Esperance se convertirá en uno de mis lugares favoritos. —le dije a Addie, señalando el paisaje que se extendía frente a nosotros.

—Nunca había visto las estrellas de esta manera. —comentó, sus ojos brillando con asombro, mientras miraba a su alrededor. —Es hermoso, gracias por traerme.

La conversación fluyó fácilmente mientras señalábamos constelaciones y compartíamos historias.

En ese momento, me di cuenta de cuánto me importaba estar allí con ella, compartiendo este momento especial.

—Max, hoy ha sido increíble. —dijo, con una sonrisa. —Nunca olvidaré este día.

Su expresión sincera y la conexión que sentí en ese momento hicieron que se me erizara la piel y mi corazón latiera con fuerza.

Y aunque sabía que las vacaciones pronto llegarían a su fin y la realidad nos alcanzaría, por ahora, solo quería vivir en este momento con Addie.

Después de admirar las estrellas un buen rato, decidimos bajar de la colina.

A medida que caminábamos de regreso a su casa, la complicidad entre los dos se intensificaba con cada paso.

La luz de la luna iluminaba la arena y las olas del mar, creando un escenario mágico.

Me detuve de repente y miré a Addie con una sonrisa suave.

—Gracias. —susurre.

Pero era un agradecimiento muy amplio, no solo por el gran día que habíamos vivido juntos, sino por todo lo que me estaba haciendo sentir.

Addie pareció captar el mensaje.

Ella me devolvió la sonrisa, y en ese momento, decidí seguir mi corazón.

Me acerqué lentamente y, con suavidad, capturé sus labios en un beso tierno pero lleno de deseo.

Una corriente eléctrica me recorrió todo el cuerpo.

Había querido volver a experimentar esta sensación desde que me beso en el bar.

Era distinto a cualquier otro beso que hubiera dado, no podría compararlo con nada.

El sonido de las olas y la brisa marina crearon el momento perfecto.

Cuando nos sepamos, ambos nos miramos con una mezcla de asombro y felicidad.

—Ahora espero que el destino no nos mantenga alejados, como en la película. —bromeó Addie, con una risa suave.

—Quizás el destino conspire a nuestro favor. —respondí, con una chispa juguetona en mis ojos.

Continue Reading

You'll Also Like

801K 35.6K 200
Dalia, estudiantes de ingeniera mecánica llega al mundial de Formula 1 de visita y se queda por mucho tiempo.
518K 23.3K 49
Después de haber roto varios récords a nivel mundial, ser considerada una de las mejores cantantes de la época con respecto al género pop, la cantant...
134K 9.9K 19
Se fue porque lo amaba. Se fue porque no quería arruinarle la vida. Se fue en silencio, esperando no hacer mucho daño. Se fue con el corazón hecho pe...
90.7K 3.9K 26
Bianca y Charles tienen una relación cargada de odio desde que se conocieron en el colegio. A lo largo de los años, su odio se ha mantenido, incluso...