EFECTO PÚRPURA [KOOKV] En Emi...

By tanniekook26

14.1K 1.7K 603

❝Jeon es la Mafia pero, Kim Taehyung el poder.❞ O donde Jungkook hará lo que sea por ese pequeño de tan aluci... More

¡ADVERTENCIAS!
Capítulo 1💜
Capítulo 2💜
Capítulo 3💜
Capítulo 4💜
Capítulo 5💜
Capítulo 6💜
Capítulo 7💜
Capítulo 9💜

Capítulo 8💜

1.4K 153 106
By tanniekook26

Gracias por los lindos mensajitos que me dejan, no saben lo q significa para mi. 🍰🌹😘

"No hay nada que pueda convencer a mi corazón, que deje de latir por tí, ni los obstáculos, ni las barreras que hoy se alzan ante nosotros.

Yo acabaré con ellos".

Una hora previa al evento.

Lee Joon bajó de la única camioneta lujosa que le quedaba de su extensa colección. Su hija, Lee Hyeri bajó después de él, vistiendo un estallado vestido color azul, con miles de lentejuelas y perlas brillantes. Una sonrisa altanera se mantenía en sus exagerados labios rojos pintados. Ver la mansión de Jeon Jungkook frente a sus ojos, le hacían volar por las nubes. Ese lugar era un jodido paraíso, uno al que quería pertenecer.

— Papi, ¿a que hora entraremos?— Hyeri preguntó, haciéndole un mini berrinche a su padre mientras jalaba el brazo de éste con insistencia.

— Tranquila, princesa. Lo haremos enseguida, solo tenemos que esperar a que llegue tu primo.

La pelinegra observó a su padre con confusión.

— ¿A Woo? frunció el ceño confundida—. No sabía que ya tenias contacto con él de nuevo.— comentó respecto al tema. El viejo Lee asintió sin importancia y no dijo más.

De momento, un Ferrari color negro reluciente se aparcó cerca de aquel par. Lee Joon quedó sumamente sorprendido al ver qué, de ese auto de lujo, bajó su querido sobrino, Woo. Hyeri, al igual que su padre, estaba muy sorprendida. Nadie mejor que ellos dos como testigos para saber que ese jóven bien vestido, no tenía ni un quinto cuando lo recibieron la primera y última vez en su mansión.

Sin duda había gato encerrado.

— Hyeri, primita preciosa, ¿como has estado? Tiempo sin vernos.— el hombre saludó a la pelinegra con un corto abrazo. La aludida correspondió al gesto con una sonrisa forzada, se sentía bastante incómoda ante la presencia de su primo.

— He estado bien, Woo. ¿Tú que tal?— el nombrado le sonrió en respuesta y señaló en dirección de su lujoso automóvil.

— Como puedes ver, bastante bien.
— comentó con aires de grandeza. La pelinegra asintió de acuerdo y desvío la mirada hacia su padre.

— Papi, creo que mejor me voy adelantando, te veo adentro, ¿si?— Lee Joon asintió de acuerdo y Hyeri volvió la mirada a su primo.— Me dió gusto saludarte, Woo.

— A mi también.

La pelinegra le sonrió forzadamente y se encaminó hasta la entrada principal de la mansión, adentrándose con prisa. El joven dejó escapar una seca carcajada, la situación le parecía divertida e irónica. Enseguida, dirigió su mirada hacia Lee Joon, con una expresión expectante.

— ¿Que pensaste sobre mi propuesta?— cuestionó sin rodeos, mostrando una actitud directa y segura de sí mismo.

Lee Joon, visiblemente incómodo, se removió en su sitio y evitó la mirada del menor por un momento. La propuesta que este último le había hecho era buena y también arriesgada pero, sin duda, ayudaría a salvar su empresa. Eso era lo único que le importaba por ahora, su dignidad podía irse al carajo.

— Acepto.— dijo con voz firme, sin titubeos.

La aceptación del mayor provocó una sonrisa aún más amplia en el rostro del joven. Sus ojos brillaron con satisfacción y una pizca de malicia. Parecía haber logrado lo que quería, y ahora solo quedaba poner en marcha su plan.

— Buena elección, tío.— felicitó mientras se encaminaba hasta la entrada principal de la mansión—. Entraré primero.

El mayor frunció el ceño confuso ante las acciones de su sobrino.

— ¿No quieres que nos vean juntos?— preguntó con obviedad. El contrario asintió y se adentró a la mansión con prisa.

Maldito mocoso.

...



El hombre caminaba con notable seriedad, su porte elegante llamaba la atención de más de uno. Sin embargo, no le importaba nada de eso, él estaba ahí por motivos muy diferentes.

— ¡Eun Woo!— la repentina voz profunda de Jungkook inundó los oídos del nombrado. Éste se giró en dirección del azabache y le sonrió con falsedad.

— ¡Jungkook, amigo mío!— "bastardo mal nacido", quiso decir pero, se contuvo.

— Me alegro que hayas podido venir.— comentó con ánimo.

— Por supuesto, no podía perderme tu fiesta de inauguración.— Jungkook asintió de acuerdo—. Bueno... En realidad no voy a quedarme mucho tiempo, solo vine a saludarte y a desearte mucha suerte.— Eun Woo proporcionó leves palmaditas al hombro de Jeon.

— Es una pena, amigo. Pero, no te preocupes, tampoco planeó quedarme a celebrar.— contó Jungkook entre risas. Eun Woo no comentó nada al respecto y simplemente asintió.

— Bueno, ya me tengo que ir. Tengo asuntos importantes que atender. Me dió gusto poder saludarte, viejo amigo.— estrechó la mano del azabache con fingida amabilidad.

— Lo mismo digo, Woo.

"Tus días están contados, Jeon Jungkook"

Con una sonrisa "amable", Eun Woo se alejó del azabache, perdiéndose entre la multitud.


(•••)




Actualidad.

"— Juro por mi vida que jamás olvidarás éste día, mi amado ángel."

Las palabras del azabache resonaron por todo el salón, impregnando el aire con una mezcla de solemnidad y romanticismo. Su juramento resonó en los oídos de la multitud, dejando a todos atónitos.

Jungkook era conocido por su crueldad y su mente calculadora, sin embargo, justo ahora se encontraba ahí, de pie frente a todos, declarando palabras de amor a ese misterioso jóven de cabellera morada. La escena era surrealista, una imagen que desafiaba todas las expectativas y preconcepciones.

Los presentes, aún procesando lo que habían escuchado, se miraron entre sí, murmurando un sin fin de cosas.

"¿Quien es él?" "¿Qué le ha hecho al señor Jeon?" "No puedo creerlo"

La mirada de Jungkook recorrió la sala entera, observando las reacciones de sus invitados. Parecía disfrutar de su sorpresa, de la conmoción que había causado con sus inesperadas palabras.

Mientras tanto, Taehyung se encontraba al borde del colapso. Por su naturaleza reservada y poco sociable, se sentía extremadamente incómodo siendo el centro de atención. La multitud de miradas lo hacían sentir expuesto, vulnerable.

"Mierda, ¿acaso nunca han visto a una persona pobre?"

Rió en sus adentros por tremenda tontería que se le ocurrió en ese instante. Siempre pensaba tonterías en momentos serios.

"¡Ja! Olvidaba que traigo un jodido traje que vale más que mi vida entera"

La profunda voz de Jungkook resonó en sus oídos, sacándolo de su debate mental y devolviéndolo al presente.

— ¿Me estás escuchando, ángel?— preguntó con suavidad, su voz cargada de ternura.

Taehyung asintió ligeramente, sintiendo un rubor subir a sus mejillas. Se había perdido en sus propios pensamientos y no había prestado atención a las palabras del azabache.

— Bien, entonces... ¡Vamos!— exclamó con emoción, tirando de su mano.

Taehyung, sin embargo, lo detuvo. Su mente aún trataba de procesar la rapidez de los acontecimientos y la falta de información.

— Espera, espera.— dijo con voz confundida-¿A donde vamos?

Jungkook se giró hacia él, sus ojos brillando con intensidad.

— Es una sorpresa, pequeño.

Ante la respuesta, Taehyung se rindió. Permitió que Jungkook tomara el mando, guiándolo hacia donde quisiese, con una sonrisa en el rostro y un cosquilleo de anticipación en el estómago.

En cuanto la parejita desapareció por completo, los murmullos no se hicieron esperar, creando un alboroto entre los presentes. Algunos estaban molestos, sorprendidos y otros más, tristes y decepcionados.

Ante el creciente desorden, Namjoon decidió intervenir. Tomó el micrófono y, con una voz firme y clara, pidió la atención de todos los presentes.

— ¡Señores, su atención por favor!— exclamó. En un instante, todas las miradas se concentraron en él, y el alboroto disminuyó.— Por motivos de fuerza mayor, la celebración queda cancelada.— Una nueva oleada de abucheos inundó el salón pero, el moreno las ignoró por completo y prosiguió— Como ustedes mismos observaron, el Señor Jeon tuvo que atender asuntos mucho más importantes.— Namjoon quiso reír al observar el rostro indignado de varios de los presentes— Les pido de la manera más amable, se retiren de la mansión en éste momento. Gracias por su atención.— finalizó y se alejó con una sonrisa triunfal.

Enseguida, todos los presentes comenzaron a encaminarse de mala gana rumbo a la salida para poder abandonar la mansión. Todos a excepción de Yoongi, su esposo Jimin y el propio Namjoon. Éstos tres cómplices permanecían de pie junto a una de las tantas mesas, bebiendo de su costosa champagne, brindando entre risas por Jungkook y su futuro "cuñado".

Sin embargo, su animado ambiente se vió severamente arruinado ante la repentina aparición de Lee Joon.

— Disculpe la molestia, Jóven Kim.- el viejo reverenció en dirección a Namjoon y éste lo miró con desdén— Me urge hablar con el Señor Jeon, ¿cree que pueda esperarlo?

— ¿Acaso no escucho el anuncio?- preguntó con evidente fastidio.

— ¿Disculpa?

"Viejo ridículo"

—¿Qué parte de: "el señor Jeon se retiró por asuntos más importantes", no entendió?

Lee estaba por réplicar pero, Yoongi lo interrumpió con rapidez.

-— Lee Joon, Namjoon ya te dijo que Jungkook no puede atenderte. Retirate o yo mismo te saco a patadas.— amenazó ya harto de la situación.

Lee no se atrevió a contradecir al pelimenta y, tragandose todo su orgullo herido, se marchó del lugar a grandes zancadas.

— Maldito viejo rancio, otros minutos más y lo saco a punta de putazos.— confesó el moreno.

— Es un viejo imbécil.— comentó Min— Hasta aquí huele su desesperación por unirse a Jungkook.— rió divertido— El idiota está por irse a la quiebra y necesita que alguien le salve el culo.—concluyó mientras abrazaba la cintura de su esposo.

— Incluso quiere que la zorra de su hija, se casé con Jungkook.— contó el pelirosa.

— ¿Lee hyeri? No me hagas reír, Minnie.— Nam se burló, soltando fuertes carcajadas.

— Es verdad, Hyung. Yo la descubrí.— Jimin bebió un sorbo de su bebida y continuó— Además, hay más. Algo que no les conté.

Tanto Yoongi como Namjoon, centraron toda su atención al menor, expectantes al chisme.

— Hoy, antes de iniciar el evento, encontré a Hyeri maltratando a Taehyungie.

— ¡¿Que?!— Namjoon se exaltó ante la confesión.

— Calma, Hyung. La puse en su lugar.— Jimin sonrió triunfante y su esposo besó su mejilla como recompensa.

— No lo dudo, Minnie. Pero, tienes que contarle a Jungkook sobre ésto.— sugirió.

— Claro que lo haré, Hyung. Además, estoy seguro que a Jungkook le gustará saber qué, Taehyungie perdió su trabajo en la boutique por culpa de esa zorra.

— Los días de esa perra están contados.— añadió Min, restándole importancia al asunto.

— Mejor cambiemos de tema.— pidió el pelirosa, no quería seguir hablando de esa mujer tan desagradable. Namjoon asintió de acuerdo.— ¿Como creen que le está yendo a Jungkook?

— A ésta hora han de estar comiéndose la boca.— opinó el alto— Dejemos que Jungkook disfrute su cita y, nosotros de la comida.— Namjoon olfateó los platillos que estaban sobre la mesa, sus ojos brillando con intensidad por lo apetitosos que se veían. Sin poder resistirse las ganas, comenzó a devorar todos los bocadillos que el personal se había encargado de preparar.

— Tu no cambias, Namjoon.- recriminó el menor.

-— ¿Cuando dejarás de pensar en comida?— cuestionó Yoongi.

— ¡Nunca!

Jimin negó entre risas, su Hyung era un caso perdido.

Playa Haeundae.

La fresca brisa del mar acarició el rostro de Taehyung, quien caminaba con los ojos vendados, guiado por los pasos entusiastas de un emocionado Jungkook. El aire salado llenaba sus pulmones, refrescando su cuerpo y despertando sus sentidos.

—¿Ya casi llegamos, Jungkookie?- preguntó el menor con un tono de voz, mezclado de emoción e impaciencia.

— Sí, ángel. Solo un pasito más.— animó el contrario con una voz suave y cariñosa, al mismo tiempo que empujaba la cintura del menor con sus manos.- ¡Listo! Llegamos, bonito.

Jungkook procedió a quitar la venda de los ojos de Taehyung con sumo cuidado y éste quedó sumamente maravillado ante el hermoso panorama que se presentó frente a sus ojos.

Un extenso camino de pétalos de rosa se extendía como una alfombra roja que lo guiaba hacia un destino mágico. Los suaves pétalos, de un rojo intenso y vibrante, contrastaban con la arena blanca y fina de la playa, creando un espectáculo visual de gran belleza.

Mientras ambos avanzaban sobre el camino hecho de pétalos, Taehyung pudo apreciar una elegante mesa preparada para dos, al final del sendero. Las velas, encendidas con cuidado, proyectaban una luz tenue y cálida que iluminaba la escena. Las copas de cristal brillaban bajo la luz, esperando ser llenadas con el espumoso líquido del Champagne.

Y como si eso fuera poco, una pequeña manta blanca extendida sobre la arena invitaba a disfrutar del cielo estrellado. El suave sonido de las olas rompiendo contra la orilla completaba el ambiente romántico y perfecto. Taehyung no pudo evitar perderse en la inmensidad del mar. El azul profundo del océano, salpicado por la luz de la luna, lo transportaba a un mundo de ensueño.

— ¡Whoah! Ésto...Y-yo, Jungkookie es... Es realmente hermoso, ¡me encanta!— Taehyung chilló emocionado, abalanzandose contra los brazos del azabache quien lo recibió gustoso y le sonrió con ternura.

— Me alegro que te haya gustado, ángel. Reserve toda la zona para estar tu y yo, solos...

Las mejillas de Taehyung se pintaron de un bonito color carmín. No pudo evitar echar a volar su mente.

Será que... Vamos a fo-.... ¡Nooo! Kim Taehyung, que cosas piensas. Jodido crió hormonal!

Mientras el menor permanecía inmerso en sus viajes astrales, Jungkook aprovechó la oportunidad para acercarse sigilosamente hasta la silla detrás del menor, en donde, acomodó el objeto con dedicación para que éste pudiera sentarse sin ningún problema. Luego, se apresuró a tomar su respectivo lugar con una sonrisa desbordante en sus labios. Sin embargo, en cuanto desvío su mirada hacia Taehyung, su sonrisa se desvaneció al notar que éste no le prestaba atención.

— ¿Estás bien, pequeño?— cuestionó en tono preocupado.

— ¿Hmm? Y-yo... S-sí. Lo siento, me distraje viendo el paisaje.— mintió, mientras soltaba cortas risitas.

— ¿Estás seguro, ángel?— insistió.

— Sí, Jungkookie. No te preocupes, estoy bien.— Taehyung finalmente conectó miradas con el mayor. Éste no pudo evitar clavar sus penetrantes ojos en el rostro contrario. Inspeccionó detenidamente, la mirada del menor y, frunció el ceño al darse cuenta que estaba usando lentillas. Por todo el evento de la tarde y la emoción de la sorpresa, Jungkook pasó desapercibido ese "pequeño" detalle.

— ¿Por qué sigues usando esas cosas, pequeño?— cuestionó, señalando en dirección a los ojos de Taehyung.

— Y-yo...

— Quitatelas, no es necesario que las uses más.— demandó en un tono neutral.

— P-pero, yo...— el menor tartamudeó, su voz cargada de inseguridad.

Jungkook extendió la mano y tomó suavemente el rostro de Taehyung entre sus falanges. Su mirada era intensa, sus ojos llenos de amor y preocupación.

— Eres hermoso, tal como eres, pequeño.— dijo suavemente—. No deberias ocultar tus preciosos ojitos del mundo, no es justo. Todos, incluido yo, deveriamos vivir de rodillas frente a ti, besando el suelo que pisas. Joder, eres la obra de arte, más exquisita que pueda existir, Kim Taehyung.

Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas. Las palabras de Jungkook fueron como una curita para su alma, calmando todas sus inseguridades.

— Estás conmigo, bebé. Mientras yo viva, nadie se atreverá a tocarte, confía en mi. Yo te protegere.

— Confío en ti, Jungkookie.— mencionó limpiadose todo rastro de lágrimas de sus mejillas. No más llanto, Kim Taehyung. Acto seguido, procedió a retirarse las lentillas con cuidado para no lastimar sus ojitos. Cuando ya no había rastro de ellos, el hermoso y fascinante color púrpura se asomó por el par de luceros de Taehyung.

— Eres tan malditamente hermoso...— Jungkook murmuró anonadado, admirando la bella obra de arte frente a sus ojos. Ya no podía controlarse más, necesitaba iniciar con su sorpresa en ese instante o terminaría abalanzandose contra el menor para comerle la boca con necesidad.

"Llegó la hora"

Con la mano aún en el rostro ajeno, Jungkook repartió caricias a la mejilla de Taehyung. Sus dedos trazaron la delicada piel, deteniéndose en los suaves contornos del rostro ajeno.

Kim permaneció quieto, con los ojos cerrados y su respiración suave y uniforme.

— Mi hermoso ángel de luz...—Comenzó— Antes de conocerte, no tenía idea de que fuera posible amar a alguien con tanta intensidad como lo hago ahora. No sabía que podía pensar en esa persona incluso en los momentos más insignificantes de mi rutina diaria. Sólo tú has podido ver en mí detalles que ni siquiera sabía que existían. Ahora me doy cuenta de lo afortunado que soy de haberte conocido y de experimentar lo que es el amor a primera vista, porque sí, Taehyung, me enamoré de ti, desde el momento en que mis ojos te vieron por primera vez.— el menor limpió las lágrimas de sus ojos, mientras una bonita sonrisa se apoderaba de sus labios. Jungkook prosiguió— Tu sonrisa, tu risa, tu mirada, tu forma de ser... Todo en ti me enamoró. Eres la persona más hermosa, inteligente y cariñosa que he conocido. Me haces sentir feliz y completo. Cada día que pasa, me enamoro más de ti.

El corazón de Taehyung se llenó de amor. Las palabras de Jungkook fueron como un bálsamo para su alma. Sabía que había encontrado algo verdaderamente especial en el azabache, un amor puro, incondicional y eterno.

— Conocerte ha sido sin duda lo más maravilloso que me ha pasado jamás.— Jeon prosiguió— No sé lo que nos deparará el mañana, pero puedo decirte que todo lo que compartamos a partir de ahora durará toda la vida. Porque ahora que te conozco no puedo imaginar una vida sin ti...— Jungkook acarició suavemente el rostro del menor, su toque se llenó de ternura.— Te has convertido en mi todo, Taehyung. Tu presencia ha transformado mi mundo, pintándolo con vibrantes tonos de alegría y amor.— profesó— Has despertado en mí una emoción profunda que nunca supe que existía, un amor que no conoce límites.

— Jungkookie... Y-yo...

— ¡Aún hay más!— el azabache cortó las palabras del menor enseguida—. Te preparé una canción, ángel.

— ¿Que? E-espera, Kookie. Y-yo quiero decirte-...

— Me lo puedes decir después de terminar la canción, bonito. Ahora, ponte cómodo y disfruta.— pidió con una notable sonrisa nerviosa, interrumpiendo nuevamente al pelimorado, quien resignado asintió ante la petición.

Jungkook se levantó de su asiento y tomó con cuidado una hermosa guitarra acústica marrón. Regresó a su asiento y se acomodó, lanzando una última mirada amorosa a su bello chico de ojos púrpura. Con una respiración profunda, comenzó a rasguear la guitarra, las cuerdas llenaron el ambiente libre, con una melodía suave y melodiosa.

Mientras sus dedos bailaban sobre el diapasón, la voz de Jungkook se unió a la melodía, tejiendo un tapiz de palabras y música que resonaba con amor y devoción.


(Ángel Baby- Troye Sivan, audio en multimedia)

"Las noches enfermas y retorcidas que esperé por tí

Todas valieron la pena, sí...

Solo quiero vivir en este momento para siempre.

Porque me da miedo que vivir no pueda ser algo mejor que ésto.

Empecé a rendirme con la frase "para siempre" (Oh, para siempre).

Hasta que tú renunciaste al cielo para que podamos estar juntos.

Tú eres mi ángel, bebé.

Ángel, tú eres mi ángel, bebé "





(..)

En el momento en que la última nota de Jungkook se desvaneció en el aire, un fuerte rugido atronador surgió de los cielos.

Taehyung saltó en su asiento, sobresaltado, y giró su mirada hacia el sonido con rapidez. El cielo quedó completamente iluminado por un deslumbrante despliegue de fuegos artificiales, cuyos colores vibrantes pintaron el cielo nocturno como una obra maestra. Sin embargo, no fueron sólo los fuegos artificiales los que llamaron su atención; era lo que estaban explicando.

Mientras los fuegos artificiales explotaban en una serie de ráfagas coordinadas, el menor comenzó a distinguir las letras que formaban un mensaje. Su corazón latía con fuerza en su pecho al darse cuenta cuál era el mensaje:

"¿Quieres ser mi novio?"

Lágrimas brotaron de sus ojos mientras miraba las palabras brillantes en el cielo. El azabache se había superado a sí mismo una vez más, creando un espectáculo impresionante y único.

Taehyung se volvió hacia Jungkook, con los ojos llenos de amor y gratitud. Jeon sonrió, sus ojos brillando con intensidad.

— Entonces, ¿cuál es tu respuesta, ángel?¿aceptas ser mi novio? Prometo cuidarte bien y-...

Jungkook fue irrumpido por los repentinos brazos del menor. Éste se abalanzó con fuerza contra su cuerpo, ocasionando que ambos cayeran sobre la arena.

— ¡SI!- pronunció bastante emocionado—. Por supuesto que sí acepto, Jungkookie.

La sonrisa del azabache se ensanchó en demasía, tanto que Taehyung no pudo evitar contagiarse de su alegría y sonreír con la misma intensidad. La felicidad era palpable en el aire, como si fuera algo que se pudiera tocar.

Con sus corazones desbordantes de alegría, conectaron miradas.

La respiración de Taehyung comenzó a acelerarse, no podía creer que estuviera en aquella situación, con la persona que tanto le gustaba, a escasos centímetros de su rostro.

Siguiendo sus instintos, Jungkook se acercó más, si es que eso era posible, al rostro al del menor. Éste contuvo la respiración, escuchando el fuerte palpitar de sus latidos en sus oídos.

Jungkook guió una de sus manos a los labios de Taehyung y, delineó con uno de sus falanges, todo el contorno de esa apetecible boquita. Moría por probarla. Sin preámbulos, el azabache acabó con la inexistente distancia entre ambos rostros y, sin ninguna pizca de vergüenza, sacó su experimentada lengua y trazó una pequeña lamida sobre las comisuras del pelimorado. Luego, finalmente se movió hasta los labios del menor y los apresó con total parsimonia. Lo besó con lentitud, esperando a que Taehyung correspondiera al tacto. Anonadado, el menor comenzó a mover sus labios con torpeza, ocasionando que Jeon sonriera entre el beso.

Jungkook siguió moviendo sus labios con una destreza, apresando la pequeña cintura de su bonito novio. Taehyung, por su parte, se aferró al cuello del mayor, disfrutando de las deliciosas sensaciones.

Aquello sabía tan malditamente bien, tan cálido, que ninguno de los dos quería que terminará.

Los delicados belfos de Taehyung se movían cada vez con más habilidad, acoplandose a los experimentados del mayor. Jungkook, mientras tanto, necesitaba detenerse o las cosas podrían escalar a otro nivel.

El tatuado se separó apenas unos centímetros, un audible chasquido pudo oírse al romper el delicioso contacto del beso. La mirada de Jungkook, intensa y llena de deseo, recorrió el rostro de Taehyung, deteniéndose en sus labios hinchados por la pasión. Un suspiro se escapó de sus labios, cargado de anhelo y satisfacción.

Taehyung, por su parte, se sentía embriagado por el reciente beso. Un torrente de emociones lo recorría, desde la calidez del contacto hasta la adrenalina que despertaba la intensidad de Jungkook. Sus mejillas se sonrojaron, y sus ojos brillaron con un fuego que solo el azabache podía encender.

Jungkook apresó el cuerpo del menor entre sus brazos y continuó dándole suaves y cortos besos sobre sus mejillas. Sin embargo, de un segundo a otro, se sorprendió al sentir como Taehyung lo encaraba con firmeza y, sin previo aviso, atrapaba sus labios en un fuerte y demandante beso, acto que lo hizo abrir su boca y a través de ahí, tímidamente, la lengua del pelimorado se coló. Las manos de Jungkook recorrieron el cuerpo de Taehyung, acariciando cada centímetro de piel con una delicadeza que contrastaba con la intensidad del beso. Taehyung soltaba pequeños y audibles gemidos, arqueando la espalda al recibir el toque del azabache. Cada caricia, cada beso, lo acercaba más al borde del éxtasis.

Sí, las sensaciones eran alucinantes para Jungkook. ¿Desde cuando ese chiquillo se volvió tan atrevido? Jeon estaba a punto de sufrir un colapso cerebral. Apretó los puños con fuerza detrás de la cintura de Taehyung, en donde aún mantenía sus brazos y, soltó un suave gemido, implorando por que éste se detuviera. Si continuaban de esa forma, Jungkook terminaría con Taehyung sobre la arena, haciéndolo suyo de mil maneras y que el mar fuera testigo de tan erótica escena.

La idea no sonaba tan mal...

¡Detente ahora, idiota!

Jungkook volvió en sí, en cuanto se dió cuenta de que ya se encontraba sentado sobre la arena, con su novio encima de su regazo. ¡Suficiente!. Rompió el contacto con rapidez, haciendo que Taehyung soltara un notable gruñido en respuesta, no obstante, las mejillas de éste se encendieron en un fuerte rojo carmesí en cuanto se dió cuenta de sus acciones.

— Y-yo... Y-yo...— atinó a decir, cubriendo su rostro de manera tierna. Jungkook sonrió por ello y negó de inmediato.

— No tienes que decir nada, amor.— añadió, inclinándose para besarlo de nuevo.— No hace falta.

Taehyung sonrió tímido, sintiendo una oleada de felicidad que lo llenó por completo.

— Te quiero, Jungkookie.— susurró, refugiándose en el cuerpo del azabache. Una sonrisa tierna sonrisa de cajita adornó sus labios.

— Yo también te quiero, mi bello ángel...— respondió Jungkook, apretándolo con fuerza contra su pecho.

La frase "te quiero" tuvo un peso profundo tanto para Taehyung como para Jungkook, marcando un hito importante en su relación. Significó su nuevo compromiso mutuo, un vínculo que trascendió la mera atracción física y profundizó en lo más profundo de sus almas.

En ese tierno momento, su "te quiero" resonó con la promesa de un amor aún más profundo por venir. Fue un preludio del "te amo" que seguramente florecería en sus corazones a medida que su conexión se fortaleciera con el tiempo.

Mientras se miraban a los ojos, un entendimiento silencioso pasó entre ellos. Ya no eran simplemente dos individuos unidos por la pasión; eran socios, confidentes y almas gemelas.

Eran una pareja única y especial; un Jefe de la mafia y un humilde chico, poseedor de un par de ojos púrpura.


— ¡Entiende que no pude hacer nada más, Woo!— Lee Joon estaba hecho furia— Los perros falderos de Jeon me corrieron de su mansión.

— ¡Tenias que insistir más! Maldición...— el joven gruñó sumamente molesto, golpeando el escritorio con su puño.

— ¡¿Crees que no lo hice?!— contraatacó el mayor—. Hice lo que pude, mocoso.

Las palabras del anciano picaron como un látigo, su tono desdeñoso resonó en la habitación. Los ojos de Eun Woo se oscurecieron, una tormenta se gestaba en sus profundidades. Con una nueva determinación, caminó hacia el cuerpo de su tío, sus pasos pesados por el peso de la situación.

— ¿Te atreves a hablarme de esa forma? ¡¿A mí?-— vociferó enfurecido, sus puños apretados y su rostro enrojecido por la ira.

Lee Joon tragó duro, por un momento vaciló.

— Y-yo...

No alcanzó a pronunciar ni una sola palabra más porque la puerta de la habitación fue golpeada con insistencia, rompiendo con la abrumadora tensión. Una voz masculina resonó desde el otro lado, cargada de urgencia.

— ¡Señor, conseguimos la información que nos pidió!— anunció.

Ante el anuncio, Eun Woo miró con una expresión endurecida a su tío, escudriñó los rasgos del viejo, su mirada aguda y penetrante.

— Por ésta ocasión lo dejaré pasar.—declaró, con voz llena de autoridad—. Ahora lárgate. Tengo asuntos importantes que atender.— Eun Woo reclamó su asiento detrás del imponente escritorio, tomando un sorbo de su bebida, con su compostura inquebrantable, según él.

Lee, intimidado por el comportamiento severo de su sobrino, no se atrevió a protestar y simplemente asintió en señal de sumisión. Caminó hacia la salida con pasos apresurados y, al abrir la puerta, se encontró con un joven de baja estatura, tez pálida y cabello rubio largo y suelto. El joven hizo una reverencia respetuosa y Lee correspondió el gesto antes de abandonar finalmente el lugar.

— Jefe, hemos encontrado el paradero de la Señora Kim Yongsun.— mencionó el recién llegado, una vez que se adentró en la habitación.

— Perfecto. Buen trabajo, Woozi.— felicitó Eun Woo a la par de una sonrisa ladina—. ¡San Ha!— llamó a otro de sus hombres de confianza mediante el intercomunicador en su oído— Prepara la camioneta, saldremos a dar un paseo especial— ordenó en cuanto obtuvo una respuesta por parte del nombrado.

— Vamos, Woozi. Es hora de hacerle una pequeña visita a la señora Kim.— añadió con una sonrisa cómplice, llena de malas intenciones.

— Si, señor.






[...]



Organización Park.

Un agitado Suno ingresó al despacho de la mansión Park con urgencia. Seojoon, quien revisaba unos documentos en el escritorio, se sorprendió, ante la repentina llegada de éste.

— Suno, que pasó, porque vienés tan agitado, ¿sucedió algo?— cuestionó notablemente confundido.

— S-señor, y-yo... ¡L-lo conseguí!— alcanzó a articular en un intento por recuperar el aliento.

—Haber, haber. Primero tranquilizate. Respira profundo y dime, ¿que fue lo que conseguiste?

—El nombre de nuestro misterioso Jefe.— soltó.

Los sentidos de Seo Joon se pusieron en alerta, su corazón latiendo con fuerza.

— ¡Dímelo!— demandó con firmeza.

— C-cha Eun Woo.— pronunció vacilante, sintiéndose intimidado ante la oscura mirada que Seojoon reflejó en sus ojos, al escuchar por fin, el nombre de su "Jefe".

"Con que ese es tu nombre hijo de puta"

— ¿Como conseguiste esa información Suno?- la voz de Park se tornó mucho más grave de lo normal—. Dime, ¿averiguaste algo más?

El nombrado asintió despacio.

— Lo seguí hasta la mansión de Jeon sin que él se diera cuenta.— contó, mientras sacaba su teléfono móvil del bolsillo trasero de su pantalón— Me mantuve lo más cerca que pude y, pude capturar algunas imágenes...— en cuanto Suno le tendió el objeto, Seo Joon lo tomó con velocidad, revisando el contenido.

— ¿Lee Joon? ¿Que tipo de relación mantiene con él— cuestionó con el ceño fruncido, mientras observaba la fotografía de los aludidos.

—No lo sé, Jefe.— respondió Suno apenado-. Pero, por lo que vi, son muy cercanos. Podría jurar que hasta familia.

— Pero, qué... ¿Ese imbécil es amigo cercano de Jeon Jungkook? ¿El mismo Jeon al que jura odiar a muerte?— preguntó totalmente perdido, en cuanto examinó la foto en donde salía un sonriente Jungkook a la par del imbécil ese; Cha Eun Woo.

"- ¡Agh! Que fastidio, tendré que seguir fingiendo..."

Aquellas palabras hicieron eco en la cabeza de Seo Joon. Todo iba cobrando sentido.

— Entonces... A eso se refería con "fingir". Bastardo miedoso. Prefiere jugar con su enemigo, antes que enfrentarlo como un verdadero hombre.

— Tal parece que sí, señor.

Park se puso a darle vueltas al asunto, todo aquello era como un jodido rompecabezas. Uno que él mismo tenía que armar, pieza por pieza para poder descubrir quien era realmente aquel hombre y, sobre todo, que podía utilizar a su favor.

¿Debería aliarme con Jeon Jungkook? Quizás... Primero tengo que pensar lo que me conviene...

— Gracias, Suno. Hiciste un excelente trabajo. Por fin tenemos un gran avance.— comentó un poco relajado— Ahora, tengo una tarea más importante para ti.

— Soy todo oídos, Jefe.— el joven prestó de su total atención al castaño.

— A partir de mañana, serás mi mano derecha.— anunció— Serás la conexión entre el imbécil ese y yo.

Suno frunció el ceño, sin entender nada.

— ¿Que?

Park soltó pequeñas carcajadas al ver las muecas tiernas que el contrario expresó. Le caía bien ese chico.

— Me refiero a que tu serás el encargado de comunicarle todos mis movimientos pero, desde luego le dirás lo que a nosotros nos convenga.— Suno asintió de acuerdo—. Mientras tu ingreses a su mansión, tendremos más oportunidad de averiguar sobre lo que realmente oculta y cuáles son sus planes en contra Jeon Jungkook.

—Es algo peligroso y arriesgado pero, estoy dispuesto a hacerlo, Jefe. Usted salvó mi vida, y yo le ofrecí mi completa lealtad, cuente con ello.— Suno sonrió ligeramente y reverenció con respeto hacia Seo Joon. Acto seguido, se retiró del lugar a pasos apresurados.

En cuanto el jóven desapareció por el umbral de la puerta, Seo Joon soltó un largo suspiro.

"Espero que mi plan funcione"

Playa Haeundae.

Luego de su larga y romántica sesión de besos, Jungkook llevó a su novio, a dar un paseo nocturno por las orillas de la playa.

La suave arena acariciaba sus pies descalzos mientras las olas rompían con un ritmo tranquilo a su lado. La luz de la luna plateada se reflejaba en el mar, creando un camino brillante que parecía extenderse hasta el infinito.

Jungkook y Taehyung caminaban en silencio, sus manos, entrelazadas con ternura, absorbiendo la belleza serena del paisaje nocturno. De vez en cuando, uno de ellos miraba al otro, sus ojos brillando con amor y complicidad.

— ¿Tienes frío, mi amor?— cuestionó el tatuado, al ver de reojo como su tierno novio intentaba abrazarse así mismo.

— Un poquito, Kookie. Pero estoy bien...

Jungkook sonrió con ternura ante el apodo que su chico usó y, se apresuró a envolver su cuerpo en un abrazo fuerte y cálido, acunándolo contra su pecho. La calidez de su cuerpo era un refugio perfecto contra la brisa fresca de la noche. Taehyung se aferró al cuerpo contrario. Ahora que el azabache era su novio, quería estar apegado a él todo el tiempo.

— Te quiero, Jungkookie.— susurró el pelimorado, su voz apenas audible por encima del sonido del mar.

Jungkook observó a su novio con una rapidez casi lasciva, sus ojos recorriendo cada centímetro de su rostro y cuerpo. Taehyung, ajeno a la mirada del tatuado, continuó hablando, su voz suave y melodiosa.

— Realmente te quiero, Jungkook.— volvió a pronunciar—. Gracias por cuidarme y tratarme tan bonito.

Ante las dulces palabras del menor, Jungkook no pudo resistirse y se abalanzó contra los labios de Taehyung con delicadeza y, saboreó el dulce sabor que éstos poseían. Tan dulces y adictivos, como un néctar que saciaba su sed. Jeon se apresuró a sujetar la pequeña cintura del menor con firmeza, mientras éste aferraba sus manos detrás del cuello del tatuado.

El beso, que comenzó siendo tierno y lleno de afecto, pronto se transformó en algo más intenso, más ardiente. Sus cuerpos se presionaron con fuerza, sus manos explorando cada centímetro del otro con una urgencia desenfrenada. Sus labios tocándose una y otra vez, y sus lenguas jugueteando en un ritual de fuego. Parecía que ambos competían por ver quién tomaba el mando. Jungkook llevaba la delantera, por supuesto, pero, el menor tampoco se quedaba atrás. Taehyung parecía un completo experto a pesar de qué, apenas una horas atrás, había dado su primer beso.

Kim, con el pecho agitado y un gemido aún resonando en sus labios, se separó unos centímetros del rostro de su novio. Necesitaba aire, aire fresco que calmara el fuego que ardía en su interior. Jungkook, por su parte, lo observaba con una mezcla de deseo y expectación, sus pupilas dilatadas y su respiración agitada revelando la intensidad de sus emociones.

No pasó mucho tiempo antes de que sus labios se unieran de nuevo, esta vez en un beso lento y profundo que los dejó a ambos sin aliento. Sus lenguas se entrelazaron en una danza apasionada, explorando cada rincón de sus bocas con una avidez que solo podía provenir del amor más puro.

Las manos de Jungkook recorrieron el cuerpo de Taehyung con una delicadeza que contrastaba con la intensidad de sus besos. Sus dedos se deslizaron por su piel bronceada, acariciando cada curva y cada músculo con una ternura que hizo que el menor se estremeciera de placer.

Incapaz de contener su deseo, Taehyung gimió de nuevo, un sonido que resonó en la noche como una melodía para los oídos de Jungkook. Sus caderas se movían al ritmo del beso, buscando la fricción que ambos anhelaban.

Para ese momento, Jungkook tenía una enorme erección dentro de sus pantalones y, por si fuera poco, estaba completamente recostado en la arena, abrazando la cintura del menor con posesividad, mientras Taehyung permanecía a horcajadas sobre su regazo.

Dejándose llevar por la lujuria, continuaron su sesión de besos subidos de tono, sin embargo, el molesto timbre proveniente del teléfono de Jungkook rompió el hechizo erótico que los envolvía. Taehyung se separó de su novio, con el corazón latiendo con fuerza y la respiración agitada. El azabache, por su parte, bufó molesto, habían arruinado su deliciosa sesion de besos con su bonito novio.

Con una mueca de fastidio, Jungkook se disculpó con su bebé y sacó el teléfono de su bolsillo con pesar. Aceptó la llamada mientras su pequeño novio se acurrucaba contra su pecho para poder escuchar la conversación con mejor claridad.

—¿Quien mierda se atreve a interrumpir el maravilloso momento con mi novio?— gruñó con evidente molestia.

Una fuerte carcajada se escuchó tras la línea.

— Así que ya tienes novio y yo sin saber, que cruel eres, Jeon. Yo también soy tu amigo, mocoso.— el hombre habló con fingida dolencia y Jungkook rodó los ojos con fastidio en cuanto reconoció aquella voz.

— ¿Hoseok?

—El original, amigo mío.— contestó soltando otra estruendosa carcajada.

— No estoy para tus mierdas, Jung. Dime de una vez para que llamaste.— demandó en tono amenazante, sin embargo, se arrepintió al instante, al ver como su novio salía de su escondite y lo miraba con reproche. Jungkook relajó sus facciones y le susurró un pequeño: "lo siento".

— Ya, relájate, mocoso. Solo llamaba para decirte que estoy en Busan.. De hecho, en tu mansión. Nam, Minnie y Yoon, me dieron la bienvenida.— contó entre risas—. Necesito que vengas, tengo que contarte algo muy importante.— "Hobi Hyung, dile al idiota de Jeon, que traiga a Taehyungie", la chillona voz de Jimin se pudo escuchar al fondo— ¡Ah! Y trae a mi cuñado, quiero conocerlo.

Luego de ello, Hoseok simplemente cortó la llamada. Jungkook maldijo por lo bajo al no darle tiempo de responder.

— Te voy a matar, Jung.— murmuró bajito.

Taehyung, al notar el murmullo de su novio, lo miró con curiosidad.

— ¿Dijiste algo, Kookie?

Jungkook sacudió sus pensamientos y le sonrió a su bebé con ternura.

— No, mi amor.— respondió, acariciando suavemente la mejilla de Taehyung, plantando un corto beso sobre sus labios—Anda, vamos a la mansión— dijo— Quiero que conozcas a otro de mis mejores amigos.

Taehyung asintió ligeramente, una hermosa sonrisa de cajita apoderándose de sus labios. Jungkook imitó la acción y se puso de pie, cargando el cuerpo del menor en el proceso. Taehyung se dejó hacer. Amaba la forma en la que Jungkook lo trataba, tan lindo y gentil.

Con su novio en brazos, Jungkook se dirigió hasta su lujoso Bugatti negro. Una vez ahí, subió al asiento del piloto junto con Taehyung abrazado a su cuerpo. Decidió conducir con el menor sentado en su regazo, queriendo tenerlo cerca y disfrutar de su conexión física. Jungkook ajustó su asiento y acarició la suave melena pelimorada de su ángel, antes de arrancar el motor y acelerarlo con un gruñido de satisfacción. El poderoso Bugatti cobró vida tarareando, listo para llevarlos en su viaje de regreso a la mansión.

Nada podía quitarles la felicidad que estaban viviendo, ¿cierto?

Actualización ✅😁🙌

Banda, no se de donde saqué tanta cursilería si soy bien pinchi anti-romántica🤣🤣 ... En fin, espero q les esté gustado la historia... Amm, el próximo cap se viene drama🕴😬🏃‍♀️🏃‍♀️

- Koo🐇

Continue Reading

You'll Also Like

38.5K 2.7K 40
Kim Taehyung es un chico simpático, un poco infantil y despistado. Tiene una vida normal junto a su mejor amigo Park Jimin, un rubio del cual cualqui...
111K 10.3K 52
«Muéstrame la melodía de tu corazón cuando ama. Escucharé cada canción, ritmo y armonía de tu amor» Jungkook, es un estudiante de artes escénicas por...
23K 2.2K 41
𝐊𝐎𝐎𝐊𝐓𝐀𝐄 | "Solo unos pocos pueden tocar el cielo, con los pies en el infierno" Mafia Rusa. Taehyung prefiere alejarse de los alfas, pero cuand...
1M 144K 26
Jungkook lleva una regla absurda de "solo una noche" y se ha regido a ella durante toda su vida como si de un mantra se tratase. O al menos eso pensa...