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Te preparaste para el estruendo de flashes y paparazzis preguntando cosas sin sentido.
La repercusión de Taylor en el mundo y especialmente en la ciudad de New York es tremenda. Un miércoles por la noche, hay cientos de personas esperando por ella fuera del estudio de grabación.
Pocas veces la acompañas al estudio, esta vez lo hiciste. Tu atuendo parece casual y a la vez elegante, no obstante, algo te está incomodando ahora mismo.
Tus zapatos. Tu altura.
Tu inseguridad surgió cuando te convertiste en novia de una rubia alta de 1,80. Entonces, desde hace un par de años, empezaste a optar por zapatos con plataforma.
Mides 1,68 y normalmente tus zapatos con plataforma te elevan hasta el 1,73. Esto no te hace tan alta como Taylor, pero te hace sentir más segura.
Tu relación con Taylor se hizo más fuerte cada día, así que no te importaba que te viera descalza. De hecho, comenzaste a amar lo que siempre odiaste, cualquier apodo que te minimizara.
Ahora, cuando Taylor te llama "mi pequeña preciosa", te sonrojas y lo disfrutas.
Sin embargo, no te emociona la idea de aparecer en fotos que darán la vuelta al mundo mostrando la diferencia de altura entre tú y tu novia.
"Te amo, no sueltes mi mano". Taylor te besó rápido en los labios, dándote instrucciones antes de que su seguridad abriera la puerta.
Los destellos de los flashes te cegaron, y los cientos de gritos te incomodaron. Mantuviste la vista en el suelo todo el tiempo mientras ustedes bajan las cortas escaleras. Por otro lado, Taylor sonreía, está acostumbrada a esta vida.
Muchos gritos desesperados pedían una foto o un autógrafo de Taylor. Tu novia, con su gran corazón, no pudo ignorarlos.
Te alarmaste cuando te llevó a un lado para saludar a sus fans. Le soltaste la mano y te metiste de inmediato en la camioneta.
Taylor te miró sorprendida y molesta cuando no la seguiste, pero lo dejó pasar para no causar un escándalo.
Pasaron unos minutos hasta que ella subió a la camioneta y se sentó a tu lado. Un guardaespaldas cerró la puerta y se dirigieron a casa.
"¿Por qué me soltaste la mano? Pudo ser peligroso. Odio que me desobedezcas". Te regañó sin importar las dos personas que están delante.
"Era tu momento con tus fans". Respondiste.
"No mientas", Te regañó de nuevo. "Siempre piden fotos contigo. Fuiste grosera con ellos".
Miraste tu regazo avergonzada. "Lo siento, no volverá a ocurrir". Susurraste con un nudo en la garganta.
Taylor suspiró fuertemente y te abrazó, dándote un beso en la frente de manera cariñosa y protectora. La rubia entendía por qué reaccionaste de esa forma, pero no quería presionarte si no querías admitirlo.
Horas más tarde, estabas lista para ir a la cama mientras que Taylor te esperaba leyendo algo en su teléfono.
"¿Puedes creer que TMZ publicó un artículo sobre nosotras?"
"¿En serio? ¿Qué dice?" Preguntaste mientras te acomodas en la cama buscando el calor de Tay.
"Dice que estamos pasando por un mal momento solo porque me soltaste la mano". Se burló.
Te quedaste en silencio mientras descansas en su pecho. La cantante te conocía tan bien que ni siquiera tuvo que pensarlo mucho.
"¿Es la misma preocupación de siempre, cariño?" Preguntó apagando su teléfono.
Respondiste que sí en un susurro.
"Dios cariño, no entiendo por qué sigues insegura con tu altura. La gente siempre elogia la diferencia de altura en nuestra relación. No hay nadie en el mundo que esté hablando mal de tu altura ahora mismo ¿Sabes por qué? Porque tienes una estatura normal. A diferencia de mí, todo el mundo dice que soy jodidamente alta".
Intentó hacerte sentir mejor con su charla motivadora, pero no lo consiguió.
"No quiero seguir hablando de esto Tay, quiero dormir". Besaste sus labios y le pediste que apagara la lámpara que ilumina la habitación.
"¿Sabes que eres la bebé de mami?" Taylor preguntó coquetamente.
Sabe la influencia que tiene para ti esa frase, normalmente la ocupa cuando están intimando.
"Si, lo sé". Respondiste con un suspiro profundo, abrazaste aún más fuerte a Tay.
"Entonces es lo único que importa".
Su respuesta desató una lluvia de fuegos artificiales en tu interior. Te quedaste callada por unos minutos, esperando que esa sensación ardiente se desvaneciera, pero no sucedió.
"¿Sabes que hace la bebé de mami?" Le seguiste el juego. Ella esperó tu respuesta en silencio. "Se sube a su regazo".
En un movimiento quedaste sentada en el regazo de Taylor. De inmediato colocó sus manos en tu cadera mientras te sacaste la camiseta de dormir.
Sin importar la luz se dio cuenta de tu desnudez. La besaste salvajemente así iniciando una noche más de amor entre ustedes.
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"¿Estás lista, cariño?" Taylor entró a la habitación, te está esperando hace más de media hora.
"¿Cómo me veo?" Le pediste su opinión, la más importante por supuesto.
Ambas lucen vestidos negros a juego, pero de diferentes diseños. La rubia quedó asombrada y de inmediato te pidió que dieras una vuelta, sabías por qué y lo hiciste de todas formas.
Al darte de la vuelta te dio una nalgada.
Taylor agarró su abrigo que luego usarías al volver, han sido invitadas a la fiesta privada de Selena, la pelinegra lanzó su nuevo álbum.
Te sentaste en la cama poniéndote unos tacones negros
"¿Qué estás haciendo?" Te preguntó sorprendida.
"¿Poniéndome los tacones?" Respondiste, más bien como una pregunta.
"Sé cuánto detestas usar tacones". Te replicó.
"Hoy quiero usarlos, quedan genial con el vestido que compraste para mí".
Te miró con desconfianza, le pediste que no lo pensara demasiado.
Estando en la fiesta y saludando a la anfitriona, pudiste captar la vibra del lugar. Famosos intentando coquetear entre sí y alardeando de sus cuentas bancarias, mientras que los amigos de los famosos esperaban su oportunidad de conseguir fama.
Taylor te pidió que no soltaras su mano mientras saluda a los productores musicales más importantes de la industria.
La pasaste genial en la fiesta, pudiste socializar con los amigos de Taylor y eso te hizo sentir muy feliz. Incluso bailaste con Selena sus propias canciones.
Tomaste un par de copas que hicieron efecto en tu cuerpo. Un desconocido te invitó a beber y aceptaste. Lo único que querías en este momento era sentarte porque tus pies te están matando.
Después de una larga conversación, el chico se despidió de ti, no sin antes intercambiar redes sociales.
Taylor se acercó a ti diciendo que quería volver a casa, lo cual agradeciste internamente.
La rubia, como buena novia, te extendió la mano para ayudar a levantarte y caminar hasta la salida. Hiciste una mueca de dolor al dar el primer paso.
"¡Te duelen los pies!" Afirmó, molesta porque le mentiste.
"¿Qué? No, solo estoy un poco mareada por todo el alcohol que bebí". Mentiste.
Al llegar a casa por la madrugada, soltaste un suspiro de alivio. Probablemente, si estuvieras sola habrías tirado los tacones en cualquier lugar, pero esta vez no querías que Taylor tuviera la razón.
Subiste las escaleras aguantando tus gemidos de dolor. Taylor subía detrás de ti y agradeciste que no pudiera ver tu cara.
Todas las mentiras tienen su final y, debido al dolor, tropezaste en las escaleras. Afortunadamente, Taylor estaba ahí para evitar que tuvieras una fuerte caída.
"¡Cariño!" Tay gritó asustada cuando te vio de rodillas en las escaleras. "¿Te golpeaste fuerte?"
De nuevo, mintiendo, dijiste que estabas bien, pero al levantarte tu pie derecho te dolió terriblemente.
"¡Dios mío!" Taylor te sentó en un escalón para quitarte los tacones, sabían que tu tobillo se inflamaría en los próximos minutos.
Te apoyaste en Taylor para que te guiara a la cama. Podías percibir que estaba bastante enfadada por la firmeza de su agarre en ti.
Bajó corriendo las escaleras, buscando hielo para poner en tu tobillo. No es la primera vez que sucede esto.
"¿Por qué siempre me mientes ____________?" Te recriminó enojada.
Te ayudó a acomodarte en la cama para poner la bolsa de hielo en tu pie.
"Fue un accidente Tay, el alcohol-"
"¡Deja de mentirme en la puta cara! ¡No es la primera vez que pasa esto!" No te dejó terminar.
Bajaste la cabeza porque ya no sabías qué decir.
"¡¿Puedes dejar de usar estas jodidas mierdas?!" Taylor tomó tus tacones y los lanzó contra la pared.
"¡Voy a tomar todos los tacones de tu armario y los tiraré a la basura!"
"¡No!" Respondiste con lágrimas en los ojos, a ella no le importó y empezó a meter tus tacones en una bolsa gigante. "¡Taylor!"
Ella siguió con lo suyo, cegada por la ira llevó la bolsa a algún lugar de la casa, específicamente a la basura.
Regresó agitada, se quedó un momento de pie en la puerta, pensaste que te regañaría, te reprocharía la situación y te diría en la cara lo estúpida que eres.
No sucedió, Taylor se sentó a tu lado para abrazarte.
"Lo siento Tay". Dijiste sollozando, escondida en su cuello.
Acariciando tu cabello respondió "Perdí la cabeza al verte sufrir en la fiesta y tu caída pudo ser terrible, odio que te lastimes física y psicológicamente. Lamento haberte gritado, princesa".
"Lo merecía".
"No ____________". Se alejaron del abrazo chocando miradas. "No mereces ser tratada así, no tengo razón para gritarte, no volverá a suceder".
Miraste sus ojos que lucían rojos, como si hubiera estado conteniendo las lágrimas. Las dos se dieron un beso apasionado en busca de perdón.
"Por favor, no vuelvas a usar algo con lo que no te sientas cómoda. Detesto la inseguridad que tienes, cuando para mí eres hermosa, mucho más que perfecta".
Le aseguraste que no volverías a hacerlo, pero ella quería estar segura.
"No tienes idea de cuánto amo la diferencia que tenemos ¡Se ve genial! Amo cada parte de ti, absolutamente todas, especialmente tus partes prohibidas, y lo sabes".
Respondiste que sí embobada cuando Taylor comenzó a mostrar interés por otro tipo de conversación.
Seguían abrazadas, intentaste moverte y por un segundo olvidaste la bolsa de hielo, miraron a tu pie y al parecer no está haciendo efecto.
"Si mañana sigue mal, tendremos que llamar a un doctor". Dijiste un poco preocupada.
"Por la mañana tendrás uno, ni siquiera tienes que mencionarlo". Respondió de manera protectora.
Esta vez te acomodaste en su pecho como solías hacerlo porque amas ese lugar. "Tay... tiraste todos los tacones ¿Te das cuenta de lo costoso que son? Gastaste mucho dinero en ellos".
"Los dejé en el sótano, no te preocupes. Mi cuenta bancaria todavía sufre por el precio de esas malditas cosas".
Te reíste de su queja. "Haré algo con ellos pero no los usarás más. Obedéceme porque si no lo haces te daré nalgadas tan fuerte que llorarás y-"
La callaste con un beso, sabes que no es cierto. Cuando tienen sexo, la mayor parte del tiempo Taylor es soft, le pides que sea ruda y ella pregunta cada cinco segundos si estás bien porque no quiere lastimarte.
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sigo de vacaciones! 🤠
este es el capítulo que menos me gustó como quedó 😭
realmente detesto no poder actualizar tan seguido, mi idea era la siguiente... escribir mis propios imagines mientras traducía otras historias, pero la gente de wattpad ya no responde mensajes privados 💀