EFECTO PÚRPURA [KOOKV] En Emi...

By tanniekook26

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❝Jeon es la Mafia pero, Kim Taehyung el poder.❞ O donde Jungkook hará lo que sea por ese pequeño de tan aluci... More

¡ADVERTENCIAS!
Capítulo 1💜
Capítulo 2💜
Capítulo 3💜
Capítulo 4💜
Capítulo 5💜
Capítulo 6💜
Capítulo 8💜
Capítulo 9💜

Capítulo 7💜

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By tanniekook26

"La venganza es el manjar más sabroso condimentado en el infierno."

Walter Scott

Tres semanas después...

Un día previo al evento.

— ¿Estás seguro de que no quieres acompañarnos, Hyung?— Taehyung se encontraba junto a su primo Seokjin, éste último, terminando de acomodar los recipientes limpios sobre los estantes de la cocina, por fin habían terminado su jornada laboral. Ese día, les había tocado trabajar el turno matutino.

— Muy seguro, pequeño.— afirmó el castaño claro- Tengo que ir a casa, ya sabes, para ayudar a papá.

Las últimas palabras sonaron más como un susurro. Taehyung se dió cuenta de ello.

— ¿Todo bien con el tío Kim?— indagó el menor. Seokjin parecía perdido en su mundo, pero al oír la interrogante de su primo, se alarmó de inmediato.

Se aclaró la garganta y fingió una de sus mejores sonrisas.— Está todo bien, pequeño. No te preocupes.— tranquilizó, no quería preocupar a su primo y sobre todo, no quería que indagará en el tema, podría ser peligroso para él.

Taehyung asintió no muy convencido y se apresuró hasta quedar parado tras el cuerpo del mayor. Enseguida, envolvió su cintura en un cálido abrazo. Seokjin sonrió débilmente, cerrando su par de ojitos cristalinos. El rubio no se dió cuenta de ello, ya que se encontraba a sus espaldas.

— Te quiero, Hyung.— le dijo mientras se frotaba de manera cariñosa contra su espalda, como un pequeño cachorro en busca de mimos— Puedes contar conmigo para lo que sea.

Seokjin finalmente sonrió sincero y asintió ante lo dicho por su menor.— Lo sé, Taehyungie. Ahora, ve y diviértete con ese amigo tuyo. Yo estaré bien.

— Se llama Jimin, Hyung.— el rubio corrigió, liberando por fin el cuerpo de su mayor. Se alejó unos cuantos pasos y tomó sus pertenencias del estante superior.— Me tengo que ir, Hyung. Nos vemos mañana, cuidate.— se despidió con un beso volador y posteriormente, abandonó el lugar.

— Suerte, mi pequeño Taehyungie...— susurró para sí mismo.

(•••)

Taehyung avanzaba con pasos titubeantes por el reluciente suelo del centro comercial más exclusivo de Busan. La opulencia del lugar lo intimidaba, desde el brillo cegador de las vitrinas hasta el aroma a perfume caro que impregnaba el aire. Sus manos sudaban y un nudo de nervios se apretaba en su estómago.

Su origen humilde, desde luego, contrastaba abismalmente con el ambiente de lujo que lo rodeaba. Taehyung, anteriormente, tenía una vida cómoda y sustentable, sin embargo, trás la muerte de su padre, quien era el que más proveía en la familia, y la repentina enfermedad de su madre, los gastos pasaron a ser bastante reducidos. Ahora, cada centavo era contado y las compras se limitaban a lo esencial y a las medicinas de Yongsun.

Aún cuando tenía una estabilidad económica normal, Taehyung nunca pisó un lugar como ese, donde la ostentación y el derroche parecían ser una norma obligatoria.

Taehyung se detuvo en seco, su corazón palpitando con fuerza en su pecho. Lentamente, levantó la mirada, sus ojos recorriendo el lujoso centro comercial. La grandiosidad del lugar lo abrumó, haciéndolo sentir pequeño e insignificante. Las personas a su alrededor, vestidas con ropa elegante y luciendo joyas costosas, lo miraban con indiferencia, algunos incluso con desprecio.

Su ropa, vieja y algo desgastada, contrastaba brutalmente con el ambiente. Se sintió avergonzado, como un intruso en un mundo que no le pertenecía. Un sudor frío le recorrió la frente y sus manos se crisparon a los lados.

Con la cabeza gacha y el corazón apesadumbrado, Taehyung giró sobre sus talones dispuesto a abandonar el centro comercial. La vergüenza lo corroía por dentro y la idea de huir era lo más tentador. Sin embargo, justo en ese momento, una voz familiar y dulce como la miel lo detuvo en seco.

-— ¡Taehyungie, llegaste!— saludó el pelirosa con emoción.

El rubio se giró de inmediato, levantó la mirada y se topó con un sonriente Jimin. Quedó perplejo al observarlo con detenimiento. El pelirosa portaba un hermoso traje color rosa, bastante elegante, con miles de diamantes incrustados en él. Los accesorios brillantes y costosos, adornaban su cuello y también sus manos. Además, una fila de aproximadamente doce guardaespaldas, lo acompañaban.

— Y-yo... S-si...— respondió a duras penas. Taehyung Se sentía bastante cohibido, tan fuera de sí. No estaba acostumbrado a ese tipo de ambiente.

— Perfecto, entonces... ¡vamos!— el rubio no tuvo ni tiempo de reaccionar porque el bajito lo jaló con efusividad, adentrándose en una de las costosas tiendas.

Sería un largo día...


Mint Entertainment.

Lee Joon se encontraba en su oficina, con la mirada clavada en los papeles que yacían sobre su escritorio. La frustración era palpable en su rostro, una mezcla de impotencia y amargura que teñía sus facciones. Los documentos, con sus números rojos y sus gráficos descendentes, narraban su completa ruina.

— Maldición...— susurró para sí mismo. No sabía que más hacer, y la única opción que tenía ahora, era el bastardo de Jeon, pero el maldito no era fácil de engañar. Tendría que dejar ese tema por la paz, no podía perder su dignidad, rogándole a ese imbécil superficial.

¿Que demonios haré?

Un golpe seco en la puerta lo sacó de su ensimismamiento.

— Señor, Lee.— la secretaria llamó desde la puerta con insistencia— Lo buscan.

— He dicho que no estoy para nadie, ¡largo!— gruñó el viejo en respuesta, su paciencia al límite.

— Pero, señor...— la voz de la mujer se volvió más temblorosa e insistente— E-es su sobrino. Dice que es urgente.

En ese instante, la voz del visitante irrumpió en la oficina, llenando la habitación con su tono jovial y despreocupado.

— Ni siquiera para tu sobrino favorito, ¿eh, tío?— dijo el hombre, con una sonrisa traviesa.

Lee Joon se levantó de su escritorio, fulminando al recién llegado con la mirada.

— ¿Qué haces aquí, Woo?— preguntó el mayor con sarcasmo—. Creí que no querías saber nada de nosotros.

El nombrado se encogió de hombros con fingida indiferencia.

— Los tiempos cambian, tío.— dijo con un guiño—. Además, he oído que estás pasando por un momento difícil. He venido a ayudarte.

Lee Joon lo miró con cierta desconfianza.

— ¿Ayudarme?— repitió con una carcajada amarga—. ¿Y qué puedes ofrecerme tú?

El hombre sonrió enigmáticamente.

— Más de lo que crees— dijo—  Tengo una propuesta que estoy seguro, te interesará.

Lee Joon suspiró resignado y se giró hacia su escritorio. Se acomodó en su silla giratoria y fijó su mirada en su "adorado" sobrino.

— Te escucho.— dijo con voz áspera.

El joven sonrió victorioso y se sentó en una de las sillas frente al escritorio.

— Puedo darte todo el dinero que necesitas para levantar tu empresa— mencionó con voz confiada—. Pero...

Lee Joon enmarcó una ceja.

— Quieres algo a cambio.— completó la frase con obviedad.

El contrario asintió con una sonrisa traviesa.

— Exacto, tío.— confirmó— Pero no te preocupes, no es nada que no puedas hacer.

El mayor se levantó de su silla y se acercó hasta su sobrino, mirándolo a los ojos con intensidad.

— Dime qué quieres.— exigió con voz tensa.

— Muy simple... Que le ruegues a Jeon Jungkook para que invierta en tu empresa. Necesito que esté lo más cerca posible de tí.— "Y de mí", quiso decir.

Lee se quedó mirándolo, sin comprender del todo.

— ¿Jeon? ¿Ese bastardo arrogante?— cuestionó el mayor con molestia, recibiendo una afirmación en respuesta.— No, me niego a hacerlo.

El menor rió divertido.

— ¿Estas seguro, tío? ¿No lo harías ni por tu adorada empresa? ¿Ni por tu querida hijita mimada?— Woo volvió a reír— Hyeri, tu pequeña fracasada.— comentó con burla.

Aquellas palabras golpearon a Lee Joon como un puño en el estómago. Hyeri era su única hija, la niña de sus ojos. Aunque era cierto que su hija era una joven caprichosa y mimada pero, la amaba incondicionalmente.

— No te metas con ella.— gruñó el viejo con molestia.

— Oh, vamos, tío.— una sonrisa burlona se apoderó de los labios del menor—. Solo estoy siendo realista. Hyeri no es más que una niña rica y mimada que nunca ha trabajado en su vida. ¿Qué futuro le espera? Ni siquiera ha podido conseguir un marido.

Lee Joon se levantó de su silla, temblando de ira.

— Te prohíbo que hables así de mi hija.—gritó furioso— ¡Sal de mi oficina ahora mismo!

El menor se levantó de la silla con calma y se dirigió hacia la puerta.

— Como quieras, tío.— dijo sonriendo divertido— Pero no olvides que tu empresa está en juego. Y la única manera de salvarla es con mi ayuda.

— ¡Lárgate!

Finalmente, el jóven abandonó el lugar. Lee explotó de furia y aventó todas las cosas que reposanban sobre su escritorio. Sabía que su sobrino tenía razón, su empresa estaba en peligro y necesitaba de su ayuda. Pero la idea de tener que suplicarle al bastardo y arrogante de Jeon Jungkook, le repugnaba.


— ¡Mira, Taehyungie! Ese traje de ahí, es perfecto para ti!— mencionó un emocionado Jimin, mientras señalaba un hermoso traje color blanco, con miles de diamantes y perlas incrustados en él.

— Eh... Si... Está hermoso, Jiminie.— comentó Taehyung, bastante cohibido.

Ambos donceles se encontraban buscando atuendos para que pudieran usar en el evento de inauguración de la empresa de Jungkook.

Park Jimin, al ser esposo de Min Yoongi, tenía el privilegio de visitar las tiendas más lujosas y caras en todo Busan. A raíz de eso, al pelirosa se le ocurrió llevar a Taehyung a una de las tantas tiendas que eran de la propiedad de su esposo.

— Oye Minnie, ese traje es muy hermoso pero...— Taehyung tragó duro, se sentía incómodo entre tanta ostentación— No creo poder pagarlo.— finalizó con la mirada gacha.

Jimin soltó una pequeña risita.

— No digas tonterias, Taehyungie. Jungkook te dió su tarjeta Black con muchos millones, ¡aprovechala bebé!— animó.

— Me da pena Minnie, Jungkookie Hyung ha sido bueno conmigo. No quiero aprovecharme de su generosidad.— respondió con notable pena.

-— Aww... Eres una cosita tan tierna.— afirmó el bajito, apresando una de las mejillas del rubio— Bien, Taetae, como no quieres gastar el dinero que te dió Jungkook, yo te voy a comprar ese traje.

De inmediato, Jimin pidió que le llevarán dicha prenda y cuando la tuvo entre sus manos, se la tendió a Taehyung.

— ¿Que? P-pero, yo no...

— No acepto un "no" como respuesta, bonito. Anda, ve y pruébatelo.— animó empujando a Taehyung dentro del vestidor. Éste finalmente se rindió, con una pequeña sonrisa en sus labios.

Minutos después, Taehyung salió del vestidor con un sonrojo adornando sus mejillas. En cuanto Jimin lo vió, quedó sin aliento, muy fascinado. Ese traje sin duda lo hacía lucir como todo un príncipe de cuentos de hadas.

— ¡Whoah! Taehyungie, te ves...— el nombrado le miró con duda.

— ¿Mal? Sabía que era mala idea, mejor me voy a cambiar...

— ¡No!

Taehyung pegó un brinco en su lugar por el repentino grito del pelirosa.

— No, lo que quise decir es que... Te ves hermoso, muy hermoso, pequeño.— finalizó con una sonrisa cálida.

— G-gracias Jiminie, pero... ¿creés que a Jungkook Hyung le guste?— preguntó con un hilo de voz, la inseguridad nublando sus ojos.

Jimin lo miró con ternura y le tomó las manos.

— ¿Bromeas?— rió— No solo le va a gustar, se va a infartar.— concluyó entre risas, mientras pellizcaba ambas mejillas sonrojadas del contrario.

— E-eso espero...— murmuró.

El bajito le guiñó un ojo.

Bastante avergonzado, Taehyung dió. media vuelta y volvió al vestidor para cambiarse y seguir en sus "compras", pues al momento el único que estaba comprando hasta cansarse, era Jimin.

(..)

Dos horas después.

Luego de salir de la última tienda de aquel centro comercial, el pelirosa no estaba satisfecho con sus pocas- muchas- compras. Así que, arrastró a Taehyung hasta el lujoso automóvil que su esposo le otorgó para salir, y le pidió a los guardaespaldas que los llevaran a la Boutique de la señora Lim.

El rubio se alarmó ante la mención de dicho apellido, sabía perfectamente de quien se trataba.

— Qué sucede, Taehyungie.— indagó el bajito al darse cuenta de la inquietud del contrario— ¿Te sientes bien? Te noto un poco distraído.

-— Y-yo... ¿Podemos no ir a ese lugar?— pidió con nerviosismo.

Jimin frunció el ceño, confundido.

— ¿Porque no? Ese lugar ofrece atuendos exclusivos de otros países. Podría gustarte alguno, pequeño.— animó, con una sonrisa genuina.

— Lo sé, pero...— Taehyung tragó saliva, buscando las palabras adecuadas— Ese lugar me trae malos recuerdos.

El pelirosa estaba por preguntar más pero, la voz de uno de los guardaespaldas lo interrumpió.

— Joven Kim, Joven Min. Hemos llegado.— anunció el hombre.

— Gracias, Nat. Bajen y esperen afuera.

— Si, señor.

Ante las órdenes del bajito, todos los guardaespaldas salieron del automóvil con prisa. Una vez que estuvieron solos, Taehyung comenzó a relatarle a Jimin, todo lo sucedido con la señora Lim y el motivo de su despido de aquella boutique. El pelirosa quedó sumamente furioso ante tal injusticia, no podía creer que existiera gente tan mala, tan clasista y superficial.

Definitivamente, tenía que darle una lección a esa vieja bruja.

— Tengo una idea, pequeño. Sígueme.— el bajito sujetó una de las manos del menor y tiró de él, para poder bajar del automóvil.

Taehyung no sabía a lo que su amigo se refería con aquellas palabras pero, rezaba porque su ex-jefa no le hiciera un escándalo por la travesura que le hizo junto a su primo Seokjin.

(..)

— Buenas... ¡Oh por Dios! Pero si es Park Jimin, esposo del señor Min...— mencionó con asombro, una mujer que atendía en la recepción..

— ¿Disculpa? ¿Te conozco?— cuestionó el pelirosa al oír la confianza con la que esa mujer desconocida mencionó su nombre y el de su esposo.

— Y-yo... No, señor. Lo siento.— reverenció en modo de disculpa.

— ¿Que sucede aquí?— Taehyung se tensó al oír esa conocida voz femenina y el pelirosa, claramente se dió cuenta de ello.

— Tranquilo, pequeño.— le susurró al oído, mientras sujetaba una de sus manos con fuerza— Todo está bajo control, confía en mi y sígueme la corriente.

Taehyung le sonrió débilmente y asintió, luego desvío su mirada hacia el suelo.

La señora Lim se encaminó hasta la par de su empleada y de los recién llegados. Quedó sumamente sorprendida al notar la presencia del pelirosa.

— Joven Park...— murmuró bastante cohibida. No todos los días, alguien tan importante como el esposo del magnate Min Yoongi, se aparecía por su tienda.

-— Min Jimin.— corrigió el bajito, remarcando el apellido de su esposo.

— Oh es verdad, yo...— la mujer se detuvo abruptamente, notando por fin al rubio que permanecía parado a un costado del elegante pelirosa.— Tu... ¡¿que demonios haces aquí?!— cuestionó alzando demasiado la voz, la furia se había apoderado de su sistema.

Taehyung se encogió ante el repentino grito y apretó la mano del bajito con fuerza.

Al no obtener ningún tipo de respuesta, la señora Lim se acercó hasta el par de los amigos, con toda la intención de golpear a uno de ellos... A Taehyung para ser específicos.

Sin embargo, sus planes se vieron arruinados en el momento en qué, dos de los guardaespaldas que acompañaban a los aludidos, le impidieron el pasó, creando una barrera frente a ellos.

Le sugiero que modere su comportamiento, señora Lim.— la voz del bajito sonó tosca, gélida, evidencia de su enojo— No sabe con quien se está metiendo.

La mujer se mofó y observó con desagrado a Taehyung, quien únicamente se mantenía con la mirada gacha. ¿Que podría hacerle un pobre muerto de hambre como él?

— Lo siento, Joven Min.— la mayor reverenció hacia el nombrado con respeto— Pero... El problema no es con usted, es con éste bueno para nada que no tiene nada que estar haciendo aquí.

Taehyung tragó duro y quiso dar vuelta para abandonar el lugar, sin embargo, Jimin no se lo permitió. Éste sujetó su mano con fuerza, dándole a entender que se encargaría de todo.

— Disculpese.— demandó el pelirosa, mirando fijamente a la mujer. Ésta lo miró incrédula, creyendo que todo se trataba de broma.— Hablo en serio, Lim Ji-yeon.

— Pero, yo...

— Minnie, no es necesario...— Taehyung susurró a la par con desesperación pero, fue ignorado por el contrario.

— De rodillas, ahora.— mandó ésta vez.

La mujer negó rotundamente.

— Bien, veamos que opina Jeon Jungkook de todo ésto.— mencionó sacando su teléfono móvil, mientras fingía buscar el contacto del azabache. La mujer lo observó confundida ante lo dicho.— Veamos que opina cuando le cuente que, una de sus socias le faltó al respeto a su novio.

La señora Lim parpadeó dos veces, incrédula, mientras un frío escalofrío recorría su espina dorsal. No podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Kim Taehyung era novio de Jeon Jungkook? ¿La misma persona a la que humilló y menospreció? Tenía que ser una maldita broma.

Taehyung, por su parte, también permanecía con una expresión de sorpresa en el rostro. No sabía que Jungkook era ese socio del que tanto se la pasaba hablando su ex-jefa.

Transcurrieron largos segundos y Lim aún permanecía estática, perdida en sus pensamientos, sin poder procesar la reciente información. ¿Que pasaría con su negocio ahora? ¿Acaso Jeon Jungkook sería capaz de arruinar su negocio por Taehyung? No lo sabía pero, justo ahora, su mejor opción era perdir disculpas.

— Y-yo... Lo siento mucho, Joven Kim.— se disculpó con una respetuosa reverencia de noventa grados, su voz saliendo temblorosa y con la cabeza gacha. 

Jimin se mofó de la repentina actitud de la señora Lim, abrazando a Taehyung por los hombros. La evidente hipocresía de la mujer le resultaba patética.

"¿Acaso se disculparía con tanto respeto e incluso formalismos si no supiera que Taehyung está relacionado con Jungkook?", se preguntó con sarcasmo.

La respuesta era clara para Jimin: no, no lo haría. Lim Ji-yeon era una mujer superficial y oportunista que solo se preocupaba por las apariencias y el estatus.

Taehyung, finalmente armado de valor, levantó la mirada y observó fijamente a la mujer. Frunció el ceño y endureció sus facciones al ver que ella retomaba su postura arrogante y le dirigía una mirada desinteresada.

"Vieja hipócrita, te vas arrepentir..."

De pronto, Taehyung ya no pensaba con claridad. La ira se había apoderado de su sistema.

— No acepto sus disculpas.— dijo con firmeza, sin titubeos. Jimin sonrió divertido, muy orgulloso de su amigo.— Jungkookie se va enterar de ésto.—amenazó y la mujer palideció visiblemente— Vámonos, Minnie. No quiero estar aquí ni un segundo más.

El rubio se giró sobre sus talones y se encaminó hasta la salida. Necesitaba salir de ahí con urgencia. Por otro lado, Jimin se quedó un momento más dentro de la tienda. Éste se aproximó hasta la par de la mujer y la observó con una mezcla de diversión y sarcasmo.

— Es una verdadera lástima, señora Lim.— la nombrada lo miró sin entender a lo que se refería— Jungkook y mi esposo hubieran hecho que su negocio se expandiera por muchos lugares...

La mujer se alteró de inmediato.— No, señor Min, yo...

— Ahora se puede ir olvidando de eso.— Jimin le sonrió ligeramente y dió media vuelta, dispuesto a marcharse de ahí.— ¡Ah! Casi lo olvido...— detuvo su caminar y se giró brevemente hacia la mujer.— Kim Taehyung no solo es novio de Jeon Jungkook. Es su futuro esposo, por ende, el futuro heredero de la familia Jeon, ¿si comprendes, no? — cuestionó con burla. La mujer quedó petrificada, incapaz de creer lo que acababa de escuchar.

¿Kim Taehyung no solo era novio de Jeon Jungkook, sino también su futuro esposo?

La idea de que ese muerto de hambre se convirtiera en el heredero de la poderosa familia Jeon le resultaba absurda e intolerable.

— ¿Que? ¿envidia?— Jimin le sonrió con burla.— Sigue soñando, Lim.

¡Bingo! La había atrapado.

Sin más preámbulos, Jimin se giró y, con una sonrisa pícara en el rostro, se dirigió hacia la salida.

Sabía que había logrado su objetivo: poner a la mujer en su lugar y defender a su amigo Taehyung.

Al salir de la tienda, se encontró con Taehyung, quien lo esperaba junto al lujoso vehículo. El rubio, rodeado por varios guardaespaldas, parecía sumido en sus pensamientos, con la mirada perdida en el vacío.

Jimin borró su sonrisa y se acercó a él con preocupación.

— ¿Estás bien, Taehyungie? —preguntó con ternura, colocando una mano sobre su hombro.

El menor levantó la mirada hacia el pelirosa, sus ojos reflejando arrepentimiento ante lo sucedido con la señora Lim.

— No estoy seguro —respondió con voz baja—. Me siento... Arrepentido, avergonzado. La actitud que tomé no fue la correcta.

El bajito lo abrazó con fuerza.

— No tienes que sentirte así, pequeño.—dijo con firmeza— No hiciste nada malo. Esa mujer fue grosera y maleducada, y tú hiciste bien al defenderte.

Taehyung se aferró al abrazo del mayor, sintiendo su apoyo y seguridad.

— Pero... —murmuró—. Ella tenía razón al tratarme de esa forma. No soy tan importante como tú o Jungkook. Soy solo un simple chico.

El pelirosa se separó del abrazo y lo miró a los ojos con seriedad.

— Taehyungie, eres mucho más que eso.—dijo—. Eres inteligente, amable y muy trabajador. Además, Jungkook te adora, por algo se fijó en ti, ¿no crees?—Taehyung sonrió débilmente.— No te dejes menospreciar por nadie, pequeño.

— Gracias, Jiminie — pronunció el menor, mientras abrazaba al contrario— No sé qué haría sin ti. Te has convertido en mi mayor apoyo en éstas últimas semanas.

Jimin le dió un beso en la mejilla.

— Y lo seguiré haciendo, Taehyungie. Seguiré apoyándote siempre.

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo.

Una sonrisa sincera adornó los labios de Taehyung.

— Bueno, ¿que te parece si para olvidar el trago amargo que te hizo pasar esa bruja, nos vamos al salón de belleza?— el pelirosa propuso con emoción. Taehyung de inmediato se puso en alerta. Ir a un salón de belleza, significaba gastar una fortuna. No, definitivamente, no.

— ¿Eh? No, Minnie. No es necesario, yo...

Jimin lo interrumpió con una sonrisa pícara.—  ¡Nada de excusas, Tae! ¡Vamos! Necesitamos un cambio de look.

Sin darle tiempo a Taehyung a protestar, lo tomó de la mano y lo jaló con efusividad hacia el automóvil.

El rubio, a pesar de toda la mezcla de emociones, no pudo evitar contagiarse de la energía de Jimin. Negó con una sonrisa en los labios. Definitivamente tenía que acostumbrarse a la efusividad de ese pequeño de mejillas regordetas.


— Las empresas de Japón, Nueva York y Rusia, acabaron de enviar el informe trimestral.— informó el moreno, mientras revisaba una pila de papeles que estaban regados por todo el escritorio.— Solo estarían faltando: China, Alemania y Francia.— Namjoon desvío su mirada en dirección a Jungkook— ¿Quieres que me haga cargo o lo harás tú personalmente?— cuestionó con serenidad.

— Yo les puedo echar una mano.— opinó Yoongi.

— ¿Jungkook?— el alto volvió a llamar al azabache, al no obtener ningún tipo de respuesta de su parte.

Jungkook se encontraba sentado en su elegante sillón de cuero, fumandose un cigarrillo mientras su mente vagaba en cierto chiquillo de ojos púrpura.

'¿La estará pasando bien? '

'¿El enano de Jimin lo estará cuidando bien?'

'¿Le habré dado suficiente dinero? Siento que la tarjeta que le dí fue muy poco... Mierda, debí darle cuatro más'.

— Relájate, Jeon.—  el pálido de mirada gatuna, irrumpió sus pensamientos— Mi bebé está cuidando bien de tu chico.

— Precisamente ese es el problema.— comentó Jungkook de manera sarcástica, el contrario lo miró bastante indignado.

'¡No puedo más!'

Sin poder aguantarse las ganas, el azabache sacó su móvil con velocidad y marcó el número de su ángel con rapidez.

Uno, dos, tres pitidos y la llamada fue atendida.

— Hola mi bello ángel, ¿que tal la estás pasando?— cuestionó con una enorme sonrisa en los labios.

— ¿Jungkook?

Su sonrisa se esfumó de inmediato y sus sentidos se pusieron en alerta, al oír una voz totalmente distinta a la de su rubio.

— ¿Quien mierda eres y por qué tienes el teléfono de mi novio?— preguntó con recelo. De pronto su voz se había vuelto más ronca y profunda de lo normal.

No obstante, unas fuertes carcajadas se pudieron escuchar trás la línea.

— ¿Encerio no reconociste mi voz, idiota?— cuestionó Jimin entre risas.

'Jodido enano de mierda'

— Así que tu novio, ¿eh?— se burló.

-— Que te Jodan, Park.— gruñó el azabache con molestia.

Cuida tu boca, Jeon. Estás hablándole a mi esposo, idiota.— Yoongi reprendió al azabache y éste lo ignoró olímpicamente.

El bajito rió tras la línea, al escuchar las palabras de su esposo.— Deberías decirle a Yoonie que me joda muy fuerte.— sugirió descaradamente.

Una mueca de asco se dibujó en el rostro de Jeon.

— Eres un descarado, Park.— gruñó molesto— No me interesa saber las cochinadas que haces con Min. Quiero hablar con mi ángel, ¡Pasamelo, ahora mismo!— ordenó ya harto de la situación.

— Lo siento Jeon pero, no será posible.— notificó con diversión— Taehyungie está ocupado justo ahora, favor de llamar más tarde, adios~

Sin oportunidad de replicar, la llamada se cortó.

Bastante furioso, Jungkook lanzó el teléfono contra la pared más cercana, haciendo que éste se quebrara por la intensidad del impacto. Enseguida, volvió la mirada a sus dos amigos, quienes lo veían con notable burla.

— Les juro que si dicen alguna estupidez, les corto la garganta.— amenazó.

De inmediato, ambos alzaron las manos en son de paz.

— Nam, hazte cargo de todo.— ordenó proporcionando masajes a sus sienes— Yoongi, tú me ayudaras para la sorpresa de mañana. El pelimenta asintió de acuerdo.

— No te preocupes, hermano. Todo saldrá bien, ya veras.— animó el moreno.

— ¿Te refieres al evento o a la sorpresa?— preguntó Yoongi.

— Por supuesto que a la sorpresa, Yoon. El evento es solo una fachada.

— Mierda, quiero que todo salga a la perfección.— habló ésta vez Jungkook.

— Así será, hermano. Mañana, oficialmente tendrás novio.— afirmó Min, dándole unas palmadas en el hombro al azabache.

Jungkook sonrió en grande. Estaba por arriesgar absolutamente todo por el amor de ese chico de ojos color púrpura.


Park Seo Joon.

— Entonces, dime, ¿que es lo que sabes del jefe?— Seo Joon se encontraba en compañia de Suno. Ambos dentro de aquel despacho en la mansión de su hermano, que en teoría, era del hombre misterioso al que no le conocían ni el nombre.

— Un día, por accidente, escuché a su hermano decir el apellido del jefe.— contó cohibido.

Seo Joon sujetó la mano del contrario con fuerza y tiró de él, hasta el centro del escritorio.

— ¡Dímelo, por favor!— pidió desesperado— Ésto es realmente importante para mi.

— C-cha... Le dijo: "Señor Cha".— fue lo único que alcanzó a decir Suno, bastante nervioso y temeroso por el comportamiento del castaño. No queria que éste se molestara con él por no darle mucha información al respecto.

— ¿Cha?— el castaño tiró de sus cabellos con fuerza y azotó el escritorio— ¡Agh! ¡Mierda! Ésto es realmente frustrante.— bufó con molestia.

— Lo siento, Señor Park. Sé que la información que le dí, es prácticamente nada, pero... Puedo conseguir más, lo prometo.— Suno se levantó con rapidez de su sitio, reverenció a su Jefe y se marchó del lugar, decidido a encontrar algún tipo de información útil.

Cuando el jóven estuvo fuera de su campo de visión, Seo Joon levantó su mirada al cielo y profesó:

'Mamá, papá... Juro que no descansaré hasta matar al imbécil que destruyó a nuestra familia'.





             ▀▄▀▄ ▄▀▄▀ ▀▄▀▄ ▄▀▄▀

Luego del largo y ajetreado día de compras, Taehyung terminó completamente agotado.

En cuanto llegó a la comodidad de su hogar, lo primero que hizo fue saludar a su madre con un beso en su mejilla. La familiaridad y el cariño del hogar lo reconfortaban.

Sin perder tiempo, corrió a su habitación, buscando refugio en su propio espacio. Necesitaba volver a probarse el traje que Jimin le había regalado, horas atrás.

Una vez estuvo vestido con aquellas prendas tan finas y caras, observó su reflejo en el espejo, girando de un lado a otro para apreciar el traje desde diferentes ángulos.

Aquel traje costoso y reluciente, resaltaba sus buenos atributos. El corte impecable le favorecía, acentuando su esbelta figura. Además, el nuevo color de cabello, un morado vibrante, contrastaba de manera exquisita con el blanco inmaculado del traje, creando una combinación única y llamativa.

Por primera vez en mucho tiempo, Taehyung se sintió realmente bien consigo mismo.

La imagen reflejada en el espejo le devolvía una sensación de seguridad y confianza que no había experimentado antes.

— Y-yo... Estoy bonito.— las palabras salieron con tanta confianza que Taehyung sonrió por ello. Sintió que estaba viviendo dentro de un bonito sueño. Uno del que no quería despertar nunca.

Con total cuidado, el menor guió su mano derecha hasta su melena de color morada. Sus dedos recorrían cada mechón con dedicación, mientras sonreía satisfecho ante el resultado. Jimin tenía razón, ese color le sentaba de maravilla.

'Te ves jodidamente caliente, Taehyungie'.

Taehyung soltó cortas risitas, al recordar las ocurrencias del bajito. Ese bonito pelirosa era todo un caso.

Volviendo a sus pensamientos iniciales, Taehyung sintió como los nervios invadieron su sistema. Mañana será el día del evento de Jungkook y él solo rogaba por que todo saliera bien.

Luego de estar dándole vueltas y vueltas al asunto, decidió que era hora de irse a dormir. Necesitaba descansar bien para no amanecer con ojeras.



[...]

Mansión Jeon.

— Ya te dije que la pasamos bien, Jeon. Relájate.— un despreocupado Jimin, yacía sentado sobre las piernas de su esposo, mientras éste se aferraba a su cintura con posesividad.

Todos estaban reunidos en la lujosa sala, luego de la llegada del bajito a la mansión.

— Yo quería hablar con mi ángel, Park.—gruñó molesto— ¿Por qué mierda me colgaste el teléfono?— cuestionó cabreado.

El pelirosa rodó los ojos con fastidio.

— Ya te dije que Taehyungie estaba ocupado.

— ¿Y? ¿Que...

Antes de que Jungkook pudiera preguntar el motivo, el pelirosa cortó sus palabras.

— ¡No te lo diré! Es una sorpresa que verás tú mismo mañana.— contó bastante emocionado, no obstante, de un momento a otro, el pelirosa pareció recordar algo muy importante, ocasionando que la sonrisa en sus labios, se esfumara.

Observó a Jungkook con detenimiento, dudando en sí decirle o no sobre lo ocurrido con la vieja bruja de Lim.

— ¿Todo bien, cariño?— cuestionó Yoongi al notar el repentino cambio de ánimo por parte de su esposo.

— ¿Hmm?

— ¿Estas bien?— el pálido inspeccionó el cuerpo entero de su bebé— Parecías distraído.... Dime, ¿alguien te lastimó?

El menor lo meditó por un momento y asintió despacio, sus ojitos tornándose cristalinos. Yoongi se puso en alerta, endureciendo sus facciones.

Muy en el fondo, Jimin quería reír por sus dotes profesionales de actuación.

— N-no... No solo a mi, me lastimaron...— pronunció, mientras observaba a Jungkook. Las lágrimas, cayendo por sus mejillas.

— ¿A que te refieres, Minnie?— irrumpió Namjoon, al ver el rostro sombrío, tanto de Jeon, como de Min.

— Habla ya, Park.— demandó Jungkook en tono hostil pero sin llegar a ser tan brusco con el menor.

— Y-yo... Llevé a Taehyungie a la boutique de Lim. Creí que sería buena idea porque es tu socia.— dijo refiriéndose al azabache.— Pero... Ella fue tan grosera con nosotros, se la pasó humillando y menospreciando al pobre de mi Tae.— su voz se llenó de fingida dolencia mientras relataba lo sucedido. Era evidente que su objetivo era incitar la ira de Jungkook y su esposo contra la bruja de Lim.— Y-yo... Traté de defender a Tae, pero... Lim Ji-yeon me lo impidió. Todo ocurrió tan rápido, esa bruja me empujó al piso y golpeó a Taehyungie en su bella carita.

Jungkook escuchaba con atención cada palabra, apretando los puños con fuerza. La ira se apoderaba de él, sus nudillos se tornaban blancos por la intensidad de la misma.

Yoongi, al igual que Jungkook, estaba furioso. La idea de que alguien lastimara a su esposo era intolerable.

— Shh... Tranquilo, mi amor.— Min envolvió con fuerza, la cintura de su esposo, quien "lloraba" contra su hombro.— Jungkook y yo nos haremos cargo de todo. Esa mujer se va a arrepentir de haberte tocado.— proporcionó cortos besitos en su mejilla y Jimin asintió despacio, feliz por haber logrado su cometido.

— Por supuesto que va pagar—pronunció Jeon, con los ojos inyectados de ira pura— Y muy caro.

Su mirada era feroz, como la de un depredador listo para atacar a su presa.

No iba a permitir que nadie, absolutamente nadie, lastimara a su ángel.

— ¿Que piensas hacer?— Namjoon cuestionó, al ver que el azabache se encaminaba directo a su despacho privado.

— Dar el primer paso...

Día de la inauguración.

Jungkook se encontraba parado frente al espejo de su lujosa habitación, su elegante traje y su cabellera azabache ligeramente peinada, le daba un aspecto frío e intimidante.

Era el día que había estado esperando, y no precisamente hablando del evento.

Ese día era muy importante porque, por fin, le propondría un noviazgo a Kim Taehyung.

Jeon sentía que los nervios invadían su sistema, quería que todo saliera a la perfección. Moría por tener a ese hermoso ángel entre sus brazos, transmitirle todo el amor que sentía pero, sobre todo... Moría por probar esos hermosos y apetecibles labios color carmín.

Tres toques en la puerta, lo sacaron de su ensoñación.

— ¡Adelante!

— Lamento interrumpir, Señor Jeon.—Lía apareció por el umbral de la puerta— Los invitados ya están llegando y el señor Namjoon solicita de su presencia allá abajo.— notificó.

— ¿Ya llegó mi invitado especial?— cuestionó impaciente, ignorando el pedido del moreno.

— ¿Se refiere al jóven Taehyung?— preguntó la mayor.

Jungkook asintió repetidas veces.

— Sí señor, se encuentra acompañado del jóven Jimin.— respondió cortésmente.

— Perfecto.— una sonrisa se dibujó en sus labios— Ahora mismo voy para allá. — anunció— Por favor, revisa que todo vaya a la perfección.

— No se preocupe, Señor Jeon. Todo está bajo control.— finalizó la mujer con una respetuosa reverencia y enseguida se retiró de la pieza.

Jungkook volvió su mirada al espejo y con total entusiasmo, alzó sus manos en puños diciendo: ¡Tu puedes!


                           ●◉◎◈◎◉●

Por otro lado, un asombrado Taehyung, admiraba todo el panorama frente a sus ojos.

Desde su llegada a la mansión de Jungkook, quedó sumamente fascinado... Ese lugar parecía el mismísimo paraíso, desde sus grandes jardínes, hasta las enormes pinturas en las paredes. Todo ahí, gritaba lujo.

¿Acaso Jungkook cagaba dinero?

Negó con una sonrisa, ante sus graciosos pensamientos.

Trató de relajar su semblante, no quería que Jimin notará su nerviosismo. Desde que llegó, el bajito lo recibió con un efusivo abrazo, y luego lo arrastró por unas bebidas.

Justo ahora, se encontraban conversando animadamente. Taehyung se olvidó por completo de sus nervios y ahora solo esperaba a que el evento diera inicio. Moría por ver al atractivo azabache.

(..)

Media hora después.

El pelirosa ya había bebido varias copas, por ende, necesitaba ir con urgencia al baño.

— Taehyungie, ¿me esperas un momento? Necesito ir al baño.—Taehyung asintió diciéndole que fuera sin preocupaciones, él estaría bien.

Mentira.

En cuanto no hubo rastro del pelirosa, se sintió tan solo y tan intimidado. Todas las personas a su alrededor, lo observaban de pies a cabeza con desaprobación.

'¿acaso tengo mierda en la cara?'

El menor giró su cuerpo dispuesto a huir de la bochornosa multitud, no obstante, una molesta voz femenina llegó a sus oídos.

— ¡Tú! ¿Que mierda haces aquí?— cuestionó la mujer con furia. Todas las miradas recayeron sobre ellos.

'No puede ser... Lo único que me faltaba'.

— No tengo porqué darle explicaciones, permiso.— Taehyung intentó alejarse, pero la mujer fue más rápida y lo impidió, sujetandolo del brazo con fuerza.

— Tú no perteneces aquí, mocoso.— dijo— Haré que te saquen a patadas, ¿acaso tienes idea de quien es éste lugar? ¿Eh?— la mujer lo miró desafiante, tan segura de sí misma.

Taehyung no sabía que responder, ¿que se supone que diría? Él y Jungkook no eran nada. Al menos no aún. De pronto, se sintió tan fuera de lugar. Sus ojitos comenzaron a cargarse de lágrimas, quería largarse de ahí.

Taehyung giró sobre sus talones dispuesto a marcharse, sin embargo, la dulce voz del pelirosa, lo impidió.

— ¡¿Que demonios sucede aquí?!— demandó bastante furioso al observar la escena— Lee Hyeri, suelta a mi amigo en éste instante, si no quieres que te arranque esas feas extensiones de tu cabeza.— amenazó histérico.

El bajito, quien al ver todo el alboroto, inmediatamente intervino. No dejaría que esa zorra, tratará mal a su amigo.

En cuanto escuchó las palabras de Jimin, Hyeri soltó a Taehyung de forma abrupta. Enseguida, el pelimorado sobó su brazo lastimado, debido a la presión ejercida.

— P-pero, Jimin, yo...— las palabras de Hyeri quedaron al aire, en cuanto el pelirosa la miró con evidente desprecio.

— Para ti soy, Señor de Min, ¿acaso olvidas quien es mi esposo?— preguntó  molesto.

La mujer negó con rapidez.

— Entonces no seas tan igualada.—escupió— Tú no eres mi amiga, por lo tanto, aprende tu lugar.— Hyeri se quedó ahí, totalmente humillada frente a la multitud de personas. El esposo del gran 'empresario' Min Yoongi, la había rechazado de su círculo amistoso. Cabe destacar que nunca perteneció a él pero, luchaba cada día para hacerlo. Al final nunca lo logró.

El pelirosa jaló a Taehyung de la mano, para guiarlo al salón principal, en donde sería el evento. No obstante, paró en seco. Y sin poder aguantarse las ganas, volvió su camino hasta Hyeri, quien yacía parada como estatua por lo recién ocurrido. Jimin se acercó lentamente a su oído y susurro: "Casi lo olvido, ese hermoso chico al que maltrataste y humillaste, es el futuro esposo de Jeon Jungkook."

La mujer abrió los ojos con exageración.

— ¿Que? ¿Sorprendida? ¡Ups!— Jimin le regaló un guiño y le sonrió con fingida inocencia— Baja ya de tu nube, Jeon jamás se fijaría en una zorra como tú.— finalizó soltando cortas risitas. Luego se retiró como sin nada, dejando a la mujer al borde de lágrimas.

Antes de que el evento diera inicio, Jungkook buscó a su ángel para, darle un fuerte abrazo y agradecer por su presencia en esos momentos. Sin embargo, quedó boquiabierto y jodidamente encantado con ese nuevo color de cabello. El color morado lucía tan perfecto en él.

Al tenerlo tan cerca, no se pudo resistir las ganas y se lanzó eufórico al cuerpo del menor, estrujandolo entre sus brazos. Abrazó su cintura con fuerza y plantó un corto beso en su mejilla.

Taehyung le sonrió tímido y le animó a que subiera a dar su discurso. Argumentando que se estaba tardando mucho.

Y como las palabras del pelimorado eran ley para Jungkook, obedeció de inmediato. Subió al escenario que los empleados se encargaron de decorar, mientras la multitud esperaba ansiosa por su participación.

— Buenas tardes a todos los presentes, les doy la más cordial de las bienvenidas.
De ante mano, agradezco su compañia en honor a la inauguración de mi empresa: "JK Company", qué por supuesto, yo mismo dirigiré. Como todos ustedes saben, mi familia tiene un linaje extenso, lo cual significa que tengo el control total de todo. Sin embargo, quiero crear mi propio linaje, así que, ésta empresa será fundada para mis futuros hijos.

Ante esas últimas palabras, la multitud comenzó a murmurar.

'¿El Señor Jeon tiene novia?'

'¿Se va casar? Quien será la afortunada'

Jungkook sonrió divertido, al escuhar las estupideces de todas esas personas. Era hora de echar en marcha, su plan. Enseguida, buscó entre la multitud, a ese pequeño de ojitos especiales. Ese chico que había robado su corazón.

Cuando lo encontró, sonrió como un idiota.

El ángel más hermoso de todos estaba ahí, como una luz brillante en medio de toda esa inmundicia.

En cuestión de segundos, conectaron miradas.

"Llegó la hora, Jungkook".

— ¡Taehyung, mi bello ángel! Acércate por favor.— pidió con notable felicidad.

El menor quedó petrificado al escuchar a Jungkook, llamar a su nombre. No sabía que decir o que hacer. En ese momento, fue empujado ligeramente por el pelirosa que estaba a la par de él. Éste le regaló una sonrisa cálida, diciéndole que todo estaría bien.

Tomó un gran suspiro y se encaminó en dirección a Jungkook. Mientras se hacía paso entre la multitud, Taehyung pudo escuchar todo tipo de comentarios.

'¿Quien es él? '

'¿Es novio del Señor Jeon? '

'Yo creo que es una zorrita más '

Ignorando todo a su alrededor, Taehyung apresuró sus pasos, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Finalmente, llegó a la par de Jungkook.

Éste, al verlo, le regaló una sonrisa cálida y llena de ternura. Con cuidado, tendió una de sus manos hasta la mejilla derecha de Taehyung. Sus dedos recorrieron su piel con suaves caricias, como si se tratara de una delicada flor.

El menor se estremeció ante el contacto.

La calidez de la mano de Jeon era como un bálsamo para su alma.

En ese momento, el mundo se detuvo a su alrededor.

Solo existían ellos dos, unidos por un invisible hilo de amor.

Jungkook rompió el contacto visual por unos breves segundos, solo para luego entregarle a Taehyung, con una mirada llena de amor, un hermoso ramo de rosas color púrpura.

— Te juro por mi vida que jamás olvidarás éste día, mi amado ángel.— profesó con voz firme y llena de emoción.

La multitud quedó totalmente sorprendida ante la escena.

Definitivamente eso no era real...

Vivan los novios!! 🤭

Wey, éste capítulo me quedó súper largo😦😦 jamás había escrito tanto🤣

— 🐇

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