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Se encontraba parado de brazos cruzados en la puerta del departamento obstaculizando el paso, se había despertado sumamente temprano para evitar que Johnny escapara sin decir una palabra. Tenia que tomar medidas extremas para acabar con esto, ser un líder implicaba también controlar este tipo de situaciones dentro del grupo.
Tal como lo predijo, el hombre de un metro ochenta salió casi corriendo de su habitación, derrapando al verlo.
—¿A dónde crees que vas?.
—¡Tae! Yo... Yo iba a salir.
—¿Ah sí? Vas a ir con Ten a discutir y después llegarás borracho en la madrugada para hacer un desastre ¿No es así?. Pues escúchame bien —coloco las manos en la cintura—, ya no más Johnny Suh. Estoy cansado de verlos discutir y que ninguno diga nada, somos sus amigos. No nos pueden ignorar así.
—¿Nos?.
—¡Si! A Jaehyun y a mi...
Tomo conciencia de las palabras dichas cuando la cara del alto se iluminó con una resplandeciente sonrisa remarcando su quijada y borrando sus ojos al cerrarlos con felicidad.
—Bueno, no veo porque se enojan. Si, estamos teniendo problemas pero porque tendríamos que decir algo —contesto manteniendo su gozo en el tono.
—Somos sus amigos, nos preocupamos por ustedes y no nos gusta... No, me preocupan y no me gusta verlos así. —A medio camino rectifico sus palabras evitando hablar por los dos.
—Pequeño gatito, te recuerdo que llevas años haciendo lo mismo con Jaehyun y por más veces que Ten y yo les hemos preguntado porque discuten nunca nos han contado la verdad. Entonces, ¿Ustedes pueden hacerlo pero nosotros no?.
La pregunta lo desbalanceo de su lugar.
—No, eso no... ¿Ah?
—¡Ajá! Eso es a lo que me refiero, reflexiónalo. Y ahora sí me disculpas —lo tomo de los hombros moviéndolo de la entrada—, tengo cosas que hacer.
Se puso los tenis y abrió la puerta.
—Johnny.
—¿Si?.
—No se que hacer.
Las noches al lado de Jaehyun lo hacían sentir completo, amaba platicar sin discutir. Eran cercanos por primera vez en mucho tiempo pero tenía miedo, miedo de arruinar las cosas de nuevo cuando todo parecía indicar que tenía una segunda oportunidad.
—Cuando decidas que es hora de contar la verdad aquí estaré. Puedo ayudarte con Jaehyun si es lo que deseas pero debes sincerarte.
Cerro la puerta.
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Al día siguiente de reunirse con Taeyong decidió no perder tiempo y se preparo para ir directo al departamento de WayV.
Se alisto usando un pantalón de mezclilla y una playera blanca holgada con una gorra; se apresuró a salir antes de que Jungwoo despertara ya que no quería confrontar las posibles preguntas que el menor tuviera. Después de todo ya lleva un tiempo actuando raro al salir varias noches regresando con olor a cerveza.
Si bien no eran una pareja tenían un acuerdo, no podían acostarse con nadie más. Era un tema de salubridad y en caso de no poder cumplirlo todo acabaría al instante. Fue algo que solo quebró una vez; Jungwoo se dio cuenta al instante y le costó un buen tiempo sin sexo, además de cientos de exámenes médicos.
Al llegar al edificio tocó el timbre y en el interfono sonó una voz poco profunda.
—¿Si?.
—Hola, soy Jaehyun.
—Ah... Ho... Hola Hyung. Soy Xiaojun.
Un fugaz y manipulador pensamiento se le cruzó por la mente. No quería hacer esto pero sabía que Xiaojun gustaba de él y debía entrar a ese departamento de cualquier manera.
—¡Hola! Oye estoy buscando a Ten, me puedes dejar pasar ¿Por favor?
—Amm bueno creo... No, no creo, no está.
—Oh ya veo. Pobre de mi, necesito con quién hablar y no encuentro a mi amigo. ¿Tú estás haciendo algo? ¿Puedo hablar contigo?.
El sonido de la puerta resonó, no perdió tiempo y la abrió para correr al elevador. No habría poder humano que lo sacará de ese lugar, así tuviera que entretener a Xiao de cualquier manera.
Cuando toco la puerta tardaron en abrirle, pronto Xiaojun se asomo por la puerta vistiendo una camisa con jeans. Se veía totalmente diferente a la primera vez que los visito, incluso estaba peinado.
—Pasa Hyung. —Se hizo hacía atrás dándole espacio—. No se cuando va a llegar Ten, lleva varios días llegando tarde. —caminó a la cocina.
Dejo los zapatos en la entrada adentrándose en la sala.
—¿Llega borracho?.
—Si, demasiado. Toma asiento.
—¿Ha estado actuando raro? —hizo caso a la invitación sentándose en una de las sillas que adornaban la isla de la cocina americana.
—Bueno la verdad es que si. Siempre ha sido muy alegre, ya sabes, también algo agresivo pero estos días ha estado... No se cómo decirlo. —Del refrigerador saco una jarra junto a un vaso del gabinete.
—¿Muy malhumorado?.
—¡No! Todo lo contrario. Parece que incluso flota, está demasiado contento; llega riéndose, queriendo besarnos y abrazarnos todo el tiempo. —frunció en ceño dando a entender lo mucho que detestaba esa situación—¿Quieres agua?.
La confusión lo lleno de golpe ¿Por qué Johnny llegaba malhumorado? Si Ten estaba en las nubes... Podría ser que el tailandés ya tenía otra relación.
—Si, por favor —continuo con el simulado interrogatorio— ¿Tiene un nuevo novio?.
—¡Si! La verdad es que nos sorprendió mucho —lleno el vaso con la jarra apresurado a extendérselo.
Pobre Johnny ahora lo entendía.
—Ya veo, ¿Sabes quién es?.
—Johnny Hyung.
La respuesta lo aturdió.
—¿Ah?
—No sabíamos que gustaban uno del otro, eran muy cercanos antes. Pero de un momento a otro se distanciaron y de la misma manera se hicieron novios —recargo los brazos en la barra demostrando lo mucho que le gustaba hablar de esos temas.
—Ellos... ¿Ya no están pelados?.
Comprobó que cualquier cosa que preguntara sería respondida por el extranjero sin vacilación alguna.
—No, de hecho Johnny Hyung ha venido varias veces al departamento incluso se la pasaban ya sabes... Haciendo eso en su recámara.
'¡¿Qué?!'
—Espera... ¿Cómo?.
—Si, de hecho Hyung ya no viene porque Kun los regaño. Dijo que debían respetarnos y que buscarán otro lugar para hacerlo.
Esos dos jodidos estúpidos estaban engañándolos.
Era un plan, todo el tiempo era el plan de ellos dos. Sabían que Taeyong y él eran los únicos que tenían conocimiento total de su relación.
El que los vieran peleándose los forzaría a hablar y buscar que estuvieran bien.
Un flash de las semanas anteriores lo inundó, llevaban tiempo sin pelear llegando a compartir una que otra risa. Tuvieron momentos que hace mucho no tenían, todo gracias a esos desgraciados.
—Ya veo.
—¿Hyung estás bien? Palideciste ¿Te quieres recostar?.
—Creo que... Creo que si, por favor.
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Xiaojun le mando un mensaje a Chitta comunicándole la visita. Mientras tanto se encontraba en la habitación del tailandés con la luz apagada digiriendo la información y tratando de saber que hacer.
Debía admitir que dicha estrategia era inteligente, no obstante también era invasiva. La pareja no conocía las razones del distanciamiento por lo que obligarlos a hablar pudo haber sido contraproducente.
Las noches con Taeyong fueron relajantes, casi terapéuticas. Lo ayudaron a deshacerse de esos sentimientos negativos que tanto lo ahogaban, sin embargo no sabía cómo sentirse al respecto.
Odiaría perder esa nueva cercanía pero no quería ser tan cercano de nuevo. Temía ser herido nuevamente, y tenía claro que sería la última vez. En caso de que algo saliera mal sería capaz de dejar el grupo, ver a Taeyong todos los días sería la peor condena.
Ten llegó antes de las cinco de la tarde, lo cual facilito la espera. Se veía a si mismo esperándolo hasta la madrugada.
—¿Jaehyunie?. —La luz se prendió cegándolo momentáneamente.
—Hola. —se froto los ojos intentando acostumbrarse.
—De verdad te ves gracioso acostado en la cama sin más.
El recelo lo hizo responder sin pensarlo.
—¿También fue gracioso jugar con nosotros?
—¿Xiaojun te lo dijo? Ese hombre ama contar las cosas.
—Sí, lo hizo. Dijo que has estado viendo a Johnny mientras Taeyong y yo estábamos desesperados por verlos discutir así —hablo con enfado, sentándose en la cama encarándolo.
—Esta bien, entiendo que estés enojado. No lo hicimos para burlarnos de ustedes, Johnny estaba cansado de verlos pelear hasta los golpes y me busco para pedirme ayuda —cruzo los brazos sobre el pecho.
—Ya veo, y decidieron mostrarnos como se siente.
—Exactamente. Cariño, nosotros no sabemos que pasó entre ustedes pero se ve que fue algo muy fuerte. Ninguno se ha abierto y me preocupan.
Recordó aquel día en Japón, las lágrimas, el ardor en el pecho. La frustración lo puso sensible, provocándole cosquilleo en el lagrimal avisando un posible llanto.
—Si, tienes razón. Nunca he hablado de eso y no lo haré Ten, no lo haré primero.
—Solamente quiero saber ¿Fue Taeyong el que te hizo daño?.
Asintió sintiendo lágrimas resbalar por las mejillas.
—¡Ay! Ven amor —se sentó a su lado tomándolo de la nuca y colocándolo en su pecho para abrazarlo—, perdóname por despertar viejos recuerdos. Ustedes son mis amigos y me preocupan mucho, no los quiero seguir viendo mal. Lo mejor es que hablen las cosas y lleguen a un acuerdo.
—Tengo miedo, mucho miedo Ten —se acurrucó en el pecho del otro dejando salir todo aquello que lo lastimaba.
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Espero la llegada de Jaehyun al departamento sentado en el sillón de la sala, viendo la televisión. Tenía una mano jugando con el cordón de su short mientras la otra sobaba su vientre ansiosamente. Su corazón latía rápidamente, teniendo un mal presentimiento de las cosas.
Yuta no se encontraba en casa como ya era costumbre, afortunadamente había conseguido limitar el sexo con el pretexto de que su cadera dolía el doble cuando lo hacían. El japonés accedió de mala manera a esperar su recuperación, sin embargo, comenzó a salir diario incluso llegando a dejarlo solo en las noches. La verdad es que no podía importarle menos si salía o si se acostaba con alguien más.
Pronto la puerta de la entrada se abrió, instintivamente se recargo en el posa brazos esperanzado a ver la atractiva cara del durazno agrio. Se alegro profundamente al comprobar que era él pero se preocupo cuando se percato de sus ojos rojos e hinchados.
—¿Jaehyun?.
—Ya llegué —arrastro los pies sin zapatos hasta el mismo sillón dejándose caer.
—¿Qué pasó? —recogió las piernas abrazándolas contra el pecho.
—Bueno pasaron muchas cosas pero no sé cómo decírtelas —suspiro pesadamente viéndolo a los ojos.
En ese momento comprobó que el menor había llorado momentos antes.
—¿Es algo malo?.
—De hecho es raro, porque es lo que queríamos pero se siente como algo malo.
Confundido inclino la cabeza tratando de entender.
—Dime, me estás preocupando.
—Esta bien, básicamente Ten y Johnny no han estado peleando. Han salido a tomar y tener sexo, las supuestas peleas solo fueron montajes para preocuparnos.
—Y unirnos de nuevo —comprendió al instante la intención.
—Si, así es.
—Esos dos hijos de puta.
El enojo lo golpeó, llevaba días preocupado por ellos y solo estaban jugando.
—¿Ten te contó todo?.
—No, fue Xiaojun. Ten solo lo confirmo.
—¿Discutiste con él?.
—No como tal.
—Entonces ¿Por qué lloraste?.
Le dolía ver esa expresión melancólica en el rostro de Jaehyun. Sus hermosas facciones luchaban por sobrevivir en el ese lago de tristeza.
—Me pregunto sobre lo que pasó entre nosotros —desvió la mirada como si quisiera llorar de nuevo.
—Oh.
—Tranquilo, no dije nada.
El silencio se apoderó de la habitación, obligándolos a solo mirarse. Había tantas cosas que quería decir pero una disculpa no bastaría.
—Jaehyun yo...
La puerta del departamento se abrió de golpe espantándolos.
—¡Taeyong! Ten me contó lo que pasó. Déjame explicarte. —Johnny apareció completamente sudado y agitado.
La irá lo consumió cuando vio su rostro, se paro toscamente del sofá enfrentando la raíz del problema.
—¿Explicarme que? Estuve apunto de abrirme contigo y contarte todo Johnny. ¿Fue divertido? Mis problemas con Jaehyun ¿Son divertidos para ti?.
—¡¿Qué?! Por supuesto que no. Quería enseñarte como se siente que tus amigos peleen y no poder hacer nada al respecto —guio sus manos al pecho protegiéndose.
—Ni siquiera saben lo que pasó, no pueden entrometerse de esa manera. Si nosotros no hemos dicho nada es por algo.
La pelea escalaba rápidamente forzándolos a alzar la voz con cada frase.
—¡Lo sé! Y eso me frustra. Antes eran muy unidos y éramos felices.
—¡Eso fue antes!.
—¡Estos días! Estos días los estuve vigilando, me sentí tan feliz de verlos hablar como personas normales por primera vez en años. ¿Y sabes porque no discutieron? Porque desean la atención del otro.
Eso era lo que el había reflexionado antes y se dio cuenta de toda la verdad que Johnny poseía. Tanta verdad que lo arrinconaba produciendo fuego en su interior a punto de explotar.
El estadounidense hablo de nuevo.
—¡Y JODER! No sé qué pasó entre ustedes dos, pero sea lo que sea estoy seguro que no vale la pena. Ustedes se gustan y siempre ha sido así. ¿Por qué se complican las cosas? Hablen de una buena vez, siendo maduros.
Exploto, esa porción de sensatez se extinguió.
—¡EXACTO! No sabes nada. ¡¿Quieres saberlo?! ¡¿Quieres saber que me porte como una mierda?! ¡Porque es la única respuesta, fui la mierda más asquerosa y putrefacta! —esculpió las últimas palabras saboreando la acidez combinada con la sal de sus lágrimas.
—Taeyong. —Jaehyun intervino por primera vez en la discusión colocando una mano en su hombro—. Para, antes de que digas algo de lo que te puedes arrepentir.
—No, no Jaehyun. —Por unos instantes observó los pesados ojos del tercero y la culpa detonó la última carga contra Johnny— Esa es la verdad, fui la peor escoria de este mundo y se que ninguna estúpida plática va a hacer que Jaehyun deje de odiarme. ¡Entonces, la próxima vez intenta no meterte en lo que no te importa!.
—Taeyong no, eso no. —Jaehyun intento por última vez amortiguar el golpe.
—Y que te quede claro Johnny, me importa una mierda lo mucho que no te guste vernos pelear. Porque cada día me odio lo suficiente y en vez de comportarme decentemente me limito a discutir y golpear como siquiera tuviera derecho de hacerlo. Así que no vengas a decirme que te sientes mal porque ni siquiera Jaehyun que es el que más ha sufrido ha hecho este tipo de cosas.
Aturdido desvío la vista a la puerta principal que se mantenía abierta, invitándolo a salir y escapar de todo.
Corrió saliendo y subiendo las escaleras, tropezando torpemente en varios de los escalones.