la primera noche.
Es incómoda, tensa. La primera noche se está desarrollando justo de la manera en la que Jisung esperaba que fuera: bastante amarga y casi inaguantable.
No respondió a la pregunta de Minhyung porque, ¿quién se creía? Nadie sabía nada acerca de su situación aparte de sus padres y estaba bien así, que hubiera llorado no significaba que quería hablar o desahogarse con alguien, todo lo contrario. Sabía que si abría la boca todo sería para peor, Minhyung acabaría siendo un desconocido que sabía demasiado en cuanto encontrase un lugar donde quedarse y se marchara de allí. Luego se encontrarían por la calle de vez en cuando y, por cortesía o simple curiosidad, Minhyung le preguntaría que cómo iba todo, que si las cosas estaban bien, o le ofrecería su ayuda en caso de que nada fuera como él quería. Y Jisung no necesitaba darle lástima a nadie.
Después de todo el drama, Minhyung permaneció acariciando su espalda por bastante tiempo y Jisung tardó varios minutos en regular su pulso y respiración. Minhyung observó con atención cada movimiento que hizo y eso le provocaron ganas de apartarlo y decirle que dejase de tocarlo, que no se tomara tantas confianzas, que acababan de conocerse.
Pero no lo hizo.
No lo hizo porque a pesar de todas las razones que tuvo para decirle que se alejase, se sentía cómodo. Y porque después de todo él también se había excedido al llorar delante de un total desconocido.
Pensó que quizás sería extraño a partir de ese momento ya que las primeras impresiones siempre permanecen en las mentes de las personas aunque luego estas no resulten ser más que basura. Porque uno no puede juzgar a otra persona por cómo cree que es al conocerla por unas horas, pero así era, así sucedía, y Jisung teme que esta vez le pase a él.
La noche está algo avanzada cuando Minhyung le dedica una ligera sonrisa y se separa de él, y lo agradece. Todo está tornándose de algo personal e íntimo a una situación un tanto extraña. Rara.
—¿Pasarás la noche aquí, entonces? Dijiste que era urgente, ¿verdad?
La voz de Minhyung lo lleva a poner los pies en la tierra de nuevo y Jisung asiente, para volver a perderse en sus pensamientos menos de una milésima de segundo después.
Todo es tan poco usual y tenso que ninguno puede creerlo. Las cosas que se ven en las películas se ven solo allí, o al menos eso pensaban ellos hasta que Jisung entró por la puerta para acabar llorando a moco suelto. ¿Estarían ellos creando también una película? Y si así era, ¿cuánto iba a durar?
No tiene ni idea de lo que Minhyung está pensando, pero a él le gustaría que dure poco, que encuentre un sitio lo antes posible. Lee es simpático (tanto que llega a fastidiarle un poco), no tiene queja, pero en verdad no le apetece tener que intercambiar buenos días o buenas noches con nadie. Sobretodo porque los recuerdos sobre la vida que solía llevar con cierta persona en su antiguo apartamento lo invaden y no quiere hundirse en ellos ni una vez más.
Si seguía en pie era por su orgullo. Porque sería grande por su propia cuenta y como él quisiera, no como otros lo desearan. O al menos eso pensaba. Sí, pensaba, ahora mismo duda mucho poder cumplir una vieja promesa.
—Traeré mis maletas. Las dejé fuera.
—¿Necesitas ayuda? —Minhyung se ofrece a echarle una mano y Jisung niega con la cabeza— ¿Seguro?
—Solo traigo dos. Dos maletas, muy pequeñas. Oh, y mi guitarra.
Se extraña al ver la cara de sorpresa de Minhyung y no sabe si es porque esperaba que tuviera centenares de maletas gracias a que su familia era adinerada o porque trae un instrumento con él, si alguna vez se conocieron por casualidad o lo atendió en la panadería. No tiene ganas de calentarse la cabeza y atar cabos, así que ignora la expresión de Minhyung y baja a recoger las maletas en recepción.
Estaba inseguro sobre el carácter del chico por lo que decidió dejarlas ahí hasta tener una respuesta.
Al volver, no hay nada fuera de lugar. Todo sigue igual. Las tazas de café, té y chocolate ya frías siguen donde las recuerda y Minhyung está sentado en el sofá mordiendo sus uñas, ni siquiera nota cuando Jisung llega. Qué asco, piensa este último y desea poder entrar a toda prisa y darle un golpe en la mano, decirle lo antihigiénico que es hacer eso.
Recuerdos suyos siendo golpeado también cual niño pequeño por esa persona al morderse las uñas vuelven y el abrupto sonido de su maleta cayendo sobre el suelo lo asusta, haciéndole olvidarse de lo que estaba pensando.
—¿Seguro que no necesitas ayuda?
La persona de voz meliflua y agradable con la que compartirá sus días por un tiempo se acerca con cautela, esperando no incomodarlo o invadir demasiado su espacio personal. Algo irónico tomando en cuenta que hace unos minutos se encontraba acariciándole la espalda baja como si se conocieran desde hace mucho y le tuviera el mayor cariño del universo. O quizás era sólo la personalidad agradable de Minhyung.
—No.
Jisung dice en voz baja y decide no hablar más de lo necesario. No involucrarse con él si no hacía falta.
A pesar de ser tan sumamente cortante, Minhyung lo sigue hacia el interior de la casa y Jisung puede percibir timidez e incluso algo de miedo en su voz cuando le indica las opciones que tiene en cuanto a dónde dormir: sofá, colchón de aire, o en la cama de Minhyung. Y la verdad es que se atraganta con su propia saliva cuando el alto le propone dormir en su cama, ¡en su cama! ¡Y acaban de conocerse!
—Es grande, lo suficiente para que durmamos los dos sin problemas.— Es lo único que se atreve a murmurar después de que sus orejas se volvieran rojas al notar la magnitud del ofrecimiento que había hecho.
Sí, siente vergüenza porque sabe que Jisung lo rechazará —algo se lo dice, no ha tenido la ocasión de conocerlo a fondo, pero el carácter que ha demostrado durante el poco tiempo que lleva en su hogar le hace darse cuenta de que no es una persona demasiado amable ni muy amigable, que será difícil acercarse un poco a ese arisco corazón. Las primeras impresiones sí que importan, se dice a sí mismo, contrario a las creencias de Jisung con respecto a estas.
—El sofá está bien. Solo será un tiempo.
Minhyung suspira pesadamente y Jisung quiere afirmar que hay cierto atisbo de decepción en tal suspiro, pero no puede. No está seguro de a qué podría deberse esa decepción si era que es eso.
1:08 am. Ninguno sabe qué hacer después de que el recién llegado acaba de instalarse y de guardar las escasas prendas que trae en un armario viejo y lleno de polvo que Minhyung consiguió sacar de su habitación para colocarlo en salón, de forma que a Jisung le fuera cómodo y tuviera la ropa siempre cerca, a su disposición.
Jisung sabe que no está contento con ese armario arruinando la estética decoración del salón, no pinta nada ahí, pero se repite que solo será un tiempo y después, Minhyung podría empezar de nuevo a decorar otro lugar sin ningún molesto mueble fuera de lugar.
—Entonces... ¡buenas noches! —exclama Minhyung con una sonrisa forzada, levantando levemente su puño en el aire como queriendo darle ánimos.
—Buenas noches, Minhyung.
Su nombre suena extraño cuando lo pronuncia y el sonido se resbala de sus labios y no sabe por qué. Solo se siente así.
Antes de acostarse en el sofá e intentar dormir, se dirige al baño que está justo enfrente de la habitación de Minhyung. Le echa un vistazo rápido mientras el dueño se mete en la cama y le gusta mucho lo que ve: es la única parte de la casa pintada de otro color, las paredes azul claro y la cantidad de peluches de sandía; tigres u otros que tiene sobre su cama y en una cómoda dicen mucho de su personalidad. Y es curioso, porque Jisung, a lo largo de las horas que han pasado juntos, ha pensado en lo masculinas que son sus facciones y lo intimidante que sería encontrarte en cualquier otra ocasión a una persona que pasa el metro ochenta y con tales cualidades físicas.
La dulzura que Minhyung posee por naturaleza no coincide con su aspecto. Por eso Jisung piensa que los prejuicios no deben existir.
Tras analizar brevemente la habitación, cierra la puerta del baño y se observa en el espejo.
Es patético. Llegó a pensar alguna que otra vez que las bolsas violáceas bajo sus ojos, efecto colateral de las noches en las que no podía concienciar el sueño y los días en los que no podía dejar de llorar, no volverían, que se hallaba mejor que hacía unos meses.
Sin embargo, eso y lo pálido que se encuentra son prueba de que nada está bien. Sigue estancado en el pasado y su sueño cada vez se ve más lejano, tanto así que casi puede verlo desvanecerse. Las personas que más quiere (o quería) se han encargado de destruirlo con sus propias manos, sus acciones, con sus palabras llenas de veneno.
Se enjuaga la cara y se ve demasiado cansado como para darse una ducha, por lo que, después de salir del baño y ponerse ropa cómoda, logra llegar al sofá y cae rendido en él.
Siempre ha creído que se le daba mal pensar. O algo así. Cada vez que lo hace, acaba dándole demasiada importancia a cosas que no la tenían realmente, intentando buscar soluciones a problemas que no podían ser resueltos; quitándose así el sueño a sí mismo, haciendo que termine quedándose despierto mucho más tiempo del que debería.
Imagina que Minhyung debe estar durmiendo cómodamente, soñando con cosas que él nunca llegaría a saber, con la mente en alguna galaxia lejana u otro universo paralelo. No sabe, pero le gustaría poder tener también algo de ganas de dormir y caer en un sueño imperturbable. Porque se encuentra cansado y ya no solo físicamente, ha tenido una fatiga sentimental y emocional por demasiado tiempo, la cual lo ahoga. Odia cómo la vida lo trata.
Pero la verdad es que Minhyung está igual o más despierto que él. Jisung no lo sabe, mas el corazón del chico alto que duerme en la habitación contigua al salón donde él se halla no puede dejar de latir con la fuerza de alguien que hubiera recorrido una galaxia a toda velocidad. Minhyung esconde su rostro en su almohada y sonríe en la oscuridad, aunque nadie pueda verlo, sonríe para sí mismo porque al fin lo ha encontrado.
Se pregunta si Jisung recuerda su rostro. Si acaso prefiere fingir que no reconoce la gran figura suya que va a verlo todas las noches que toca en la gran plaza llena de gente, si en verdad no recuerda a quien le ha tendido ya más de una vez un paraguas en un día lluvioso. Tal parece que no, pero Jisung es un misterio, así que no sabe qué esperar de él. Con qué se encontrará los días que pasen juntos o cuánto tiempo le tomará colarse en su pecho y hacerse un hueco en su pensamiento.
Es que... eso es lo que ha querido hacer desde que lo vio, hace ya bastantes meses, tocando bajo la copiosa lluvia en un día que en un principio no debería ser lluvioso. Un día en el que todo parecía irle mal porque intentaba disimular las gotas de tristeza que brotaban de sus ojos con la lluvia, como varias veces lo observó hacer lo mismo en los días lluviosos que lo encontraba con su guitarra y un abrigo viejo.
Si no lo recordaba, estaba bien. No tenía por qué. Agradece la casualidad que ha surgido y quiere creer que es el destino, así que aprovechará todo lo que pueda.
bonus:
Sí, se que se ve raro que Mark sea más alto que Jisung en este universo concordando con la realidad, pero hagamos la vista gorda aquí y apreciemos Mark bebé gigante era<3