📍 12 de Julio de 2022 | Anaheim, California.
Adriana P.O.V.:
Agradecí cuando las puertas se abrieron enfrente de mis ojos, tomando fuerzas para seguir mi camino. Me veía chistosa de como con un brazo arrastraba mi bolso de mano y maletas mientras que mi pierna derecha empujaba la de Abril, procurando que no se cayera.
Se preguntarán, ¿dónde está Abril? Bien gracias, aqui cayéndose del sueño en mi otro brazo.
—Coño Abril, ayúdame—me quejé, sacando la fuerza del gym, que por cierto, ni he ido en dos meses.
—Tengo sueño.
—Bueno, entonces camina hasta la puerta—regañé, zarandeando mi brazo para que se despertara un poco. Se tambaleó hasta la salida y se arrastró despacio por el pasillo junto a mi, la que se creía boton de hotel.
A pesar del alboroto que teníamos, el pasillo se escuchaba solitario y tranquilo. Agradecía aquello, porque no escucharon las dos veces que Abril se cayó y tuve que hacerme la fuerte, para levantarla.
Parecía borracha, pero solo estaba cansada.
Yo apenas llegaba de Austria, el cuál estaba trabajando con mi hermano y el equipo en el Res Bull Ring, a diferencia de Abril que ha estado viajando todos estos días, entre Nuevo México, Arizona, Miami, Utah, Sacramento, San Francisco y Carson City en Nevada, mi hermana parecía completa para todo lo que hizo en menos de una semana.
Admiraba a mi hermana mayor que tenía una habilidad para el deporte como también por los negocios, no tenía un imperio de empresas, pero tenía fundaciones deportivas y distintas ONG que ayudaban a inmigrantes y deportistas que buscaban una nueva valoración en el medio. Abril ayudaba a los jóvenes tanto que esten preparados o no a cumplir su rol educativo y atlético en su deporte, y me enorgullecía su trabajo.
Sabía el porque lo hacía, cuál era su función, pero había otra cosa que también intuía que era su motivo para seguir adelante; pienso yo, que es su única tabla para aferrarse luego de lo que pasó hace 6 años.
Aunque prefería no interrogarla para saciar mi duda.
—Tengo que hacer muchas cosas al llegar, Adriana—murmuró adormilada mientras sacaba la llave de su cartera, que recordaba tener un llavero de Snoopy y una pelota de volleyball. La menos aficionada, le dicen a ella—Tengo que darle el regalo a él, envolverlo y luego dárselo. Apenas llegó ayer el envío de Londres, estúpida empresa de correos que tardo tanto y...
—Luego se lo puedes dar Abril, mejor descansa. Luces como un muerto.
—Gracias por darme la otra realidad de lo que le hubiera pasado a Abril ese día hace 6 años.
—Abril, no digas eso—la regañé, recordando ese día y ella se rió con suavidad, quitando su cabeza de la pared y entrando a la puerta que ya había abierto.
Tiré mis cosas junto las de ella al lado de la puerta, soltándo un suspiro cansado y Abril se tiró al mueble, aún murmurando como si estuviera invocando al demonio. Me acerqué a quitarle los zapatos y escuchar lo que decía, ya que me hizo una seña vaga de que fuera hacía donde está.
—Adriana, tienes que levantarme ya mismo, como sea....—gruñó de mala gana, cuando notó que su cuerpo pedía descanso a gritos—Tengo que entregarle su regalo de cumpleaños a él, maldición, algo tengo que hacer, me lo perdi por el estúpido viaje, Adriana. Coño de la madre....
—Descansa, Abril.
—No quiero, coño—se quejó como una niña pequeña, haciendo una pataleta y un puchero.
—Duermete.
—No me agradas—murmuró lo último de mal humor, sacándome una risa y en menos de 5 minutos, se escuchaba la respiración tranquila de Abril.
Paz en esta tierra, ¿no les digo yo?.
Llevé su maleta a su cuarto, mientras que la mía la dejaba en el mismo sitio a unos metros de la de ella. Saqué de mi bolso alguna ropa para descansar y cuando iba a tomar mi crpillo de dientes, mi teléfono se alumbro en notificación de un mensaje.
📱 Adriana's Phone
💬 iMenssages
CATALINA 💙
last connection 10:52 P.M.
¿Ya llegaron a Anaheim? 👀👀
Avisame pls.
Acuérdate de decirle a Abril que voy a buscar el regalo de Perse esta semana, para que no se preocupe 😚
Avisenmeeeeee si llegaron 😠😠😠😠
Ya llegamos y yo le digo cuando se despierte 😘
Salí del chat y admiré el otro que seguía allí vigente desde hace días, pero días, persiguiéndome mientras yo le huía como una cobarde.
💬 Instagram: patriciooward: Hola, Adriana! No sé si me recuerdas, soy Pato + 1 menssage.
Es hombre, que puedo esperar y es piloto, también que puedo esperar.
Olvidalo, Adriana, él no es para ti o al menos, no eres el tipo para ese tipo de hombres.
Lo releeí como todas las veces que me aparece sin leer junto a los nuevos que me llegan a lo que apagué mi teléfono, colocándolo en modo avión para seguir en lo mío.
Me prometí a no confiar luego de todo lo que he presenciado frente a mis ojos, ¿por qué tendría que arriesgarme a algo que sé que no voy a salir bien, teniendo en cuenta mis experiencias?
Escapas porque tienes miedo.
No, escapo porque no quiero salir con más problemas de los que tengo.
. . . .
Abril P.O.V.:
—¡Adriana, quítate de mi maldita cocina, ya mismo!—exclamé entre molesta y frustrada, porque mi hermana podía quemar hasta el agua.
Era quisquillosa, y aún más con mi cocina, asi que nadie se acerca a mi cocina, a menos que sea mi mamá.
—Ay, pero no te arreches—se quejó y la vi mal, apuntándola con la paleta de madera que tenía en manos.
—Vuelves a poner un pie de este lado y te lanzo la sartén, no me interesa. Prefiero miles de veces que estés del lado del mostrador que encima mío. Es estresante que me monten guardía como un guachiman.
—Es que tu comida es buena.
—Bueno, pero llora pues—la molesté y ella soltó un bufido divertido. Terminé de envolver mi tercer omelet que había quedado perfectamente dorado y lo veía con orgullo.
Mi mayor logro señores, una ronda de aplausos, por favor.
Si se dieron cuenta, ya no me escuchaba como una muerta ni al menos estaba a punto de caerme del sueño, ya que mi mueble era envidiablemente suave que me dió un sueño reparador en 8 horas de la semana que estuve fuera. Fue encantador, pero no lo fue tanto al despertarme con mi rodilla un poco hinchada y volverme la chica de Austin Powers para buscar mis inyecciones y una almohadilla fría sin que Adriana supiera.
Fue un reto, pero todo para que no se preocupen.
En otras noticias, ya envolví el regalo que me sacó tantas canas verdes en dos semanas y faltaba solo ponerle la pequeña carta pegada en el envoltorio para ir a dejarsela, pero tenía el pequeño dilema existencial.
Bueno, ni pequeño. Gran dilema existencial.
Tenía dos opciones, pero ambas terminaban en "¿qué pasaría luego?" y tengo los sentidos de supervivencias en el péndulo de lo racional, que ya ni sé que hacer. Si lo dejaba enfrente de su puerta, si lo esperaba afuera, si lo entregaba en anónimo o....
¡Agh! A la mierda. Tengo que dejar de pensar tanto.
—¡Y voulá!—pronucié con un tono dramático, colocando los platos del desayuno como toda una chef y Adriana los vió con pesadez—No pongas esa cara, sé que no te agrada comer en la mañana, pero tienes que comer Adriana.
—No lo sé...
La callé, con un movimiento de manos, mientras sacaba las otras cosas que había preparado y estaban en la nevera. Avena fría, aguacate y un sabroso batido proteíco para mi, necesitaba recuperar fuerzas de todos estos días.
—¡Coma mija, que se me pone como un espaguéti y luego mi mamá me echa la culpa! ¡Upa, upa!—animé, haciendo palmas mientras la menor se tapaba con una mano su rostro sabiendo que la avergonzaba.
Mi tarea al fin y al cabo era eso, avergonzarla. Completada.
—Yo ahora vengo, voy a llevar esto y vuelvo—avisé, tomando el paquete en menos con la tarjeta que pegué con un pequeño teipe y Adriana me vió sorprendida. Hasta yo me lo digo, no sé como salio eso tan natural—¿Qué?
—¿Cuando lo conoceré?
—Cuando aprendas a cortar un aguacate, por Dios, Adriana, lo vas a asesinar—dije con horror, quitándo el cuchillo de sus manos y sacando la pulpa suave y comible con cuidado, sin que se rompiera y dejándola en el plato. Al terminar, limpié mi manos con unas servilletas de cocina—Ya vengo.
—¡Abril!
—¡Te quedas aquí, y punto!—finalicé, abriendo la puerta y dejándola solo unos milímetros abiertas.
Caminé con lentitud por la brecha entre puerta y puerta de ambos apartamentos mientras mis manos temblaban, o yo temblaba.
¿Por qué mierda temblaba? O al menos, ¿por qué me cuestionaba tanto si le iba a gustar? Es un regalo.
¡Te dió uno a ti y muy significativo, Abril!
Al recordar aquello una sonrisa suave se puso en mis labios, aunque no calmando mi nerviosismo. Me paré enfrente de la puerta blanca, sin antes pasar mi mano por mi cola de caballo y ver mi ropa; no lucía mal con una franela de robada de Adrian sobre algo que él veía, un anime y tal, pero me gustaba el diseño y el personaje de cabello verde con negro con una traje del mismo color sin saber quien era, y un pantalón chandal debajo de esta. No estaba maaaal, pero tampoco era tan decente y...
Toqué el timbre y puse en regalo tras de mi, para silenciar mis pensamientos, pero solo logró empeorarlos.
Dios, ¿por qué hago esto? ¿Por qué no solo lo dejé y seguí mi vida, y ya? ¿Por qué no salgo corriendo ahora mismo? ¿Por qué me siento nerviosa como si es el último punto en el partido y debo tener cuidado yo de no colocar el marcador en "25" para el contrario? ¿Por qué...
—¿Abril? Abril, volviste...
—¡Feliz cumpleaños! Tarde, porque me sucedieron varias cosas y no pude estar aqui, pero ¡feliz cumpleaños!—mi tono subió y bajó de ánimo, pero al final termine con una sonrisa que se alargó al ver como él colocaba una en sus labios aún más grande que la mía.
Con eso era más que suficiente para calmar la desgracia y aumentar mis latidos de mi corazón al verlo, aún más por cómo aún tenía la pijama puesta y sus ojos un poco adormilados.
—¿Te desperté? Ay, lo siento, no era mi intención, yo no vi la hora y...
—Está bien y gracias por la felicitación—responde con suavidad, acercandose al marco de la puerta y apoyándo su brazo en este, para pasar una de sus manos por su cabello oscuro. No me había dado cuenta de lo imponente que se veía así—¿Te fue bien en tu viaje?
—Si, pero eso no es lo importante—esquivé cualquier otro tema que entrara a la conversación, solo manteniendo el enfoque principal: tener que entregarle su regalo—Además, necesito que hagas un favor por mi, ¿puedes?
—¿Para qué?
—No me arruines la dinámica—exclamé, intentando ponerle seriedad al asunto, pero solo logré reírme—Coloca tus manos enfrente de ti, juntas, con las palmas hacía arriba y cierra los ojos.
—¿Tengo que hacerlo?
—¿Por favor?—repliqué, sonriéndo con inocencia y batiendo mis pestañas, él negó con sus cabeza mientras reía.
—Bien, ¿y ahora qué hago?—dijo, luego que hizo todos los pasos que mencioné. Di unos pasos hacía adelante, casi rozando sus manos con mi cuerpo, pero mantuve distancia mientras admiraba su facciones calmadas, su labio inferior un poco mordido, curioso de ver y con las palmas hacía mi. Suspiré por lo bajo, teniendo que arriesgarme a ver su reacción, que en lo profundo de mi corazón anhela en obsevar. Puse el regalo en sus manos y me alejé en unos pasos—¿Qué es esto?
—¿Por qué no abres tus ojos y lo ves por ti mismo?
Realizó lo que dije y miró el paquete con confusión e impresión, para luego verme a mi—Abril...
—Solo abre el regalo—apuré, sin poder evitar llevar dos de mis uñas a mi bozo, rascándolo con suavidad.
Rasgó el papel azul claro con cuidado, sin romperlo ante todo y sacó el contenido colocándolo encima de este. Aún seguía en el papel protector que lo cubría, desde que lo saqué del empaque de envíos; asi que lo rasgó como pudo y subí mi mirada de sus manos a su rostro, aumentando los pinchazos en mi bozo.
¿Le gusta, no le gusta? ¿Le gustó o...
La emoción fue autética, se notaba en sus facciones como admiraba el cuadro que mandé hacer especialmente para él de un lugar de su pueblo natal que me había comentado. Fue un dolor de culo conseguir la foto, pero tenía mis contactos.
El motivo por cuál lo hice es que si yo podía tener un pedazo de mi país en cuadro, ¿por qué no hablar con Diana Villalobos y lograra eso también por él?. Claramente, le debo dos franelas de una banda que le gusta y una caja de lápices que estaba ansiosa de comprar, pero nada que no pueda arreglar.
—¿Y...? ¿Qué opinas? ¿Te gusta?—interrogué, mirándolo con nerviosismo mientras rascaba mi bozo con cautela.
Subió la mirada hacía mi y la única réplica que tuve hizo detener mi corazón por unos segundos. Todo pasó en cámara lenta frente mis ojos, pero el final fue lo que más me dejó sin palabras de forma razonable.
Me abrazó.
Shohei Ohtani, me abrazó.
Ahora puedes gritar.
Shh, dejame disfrutar este momento.
Sus brazos se encontraban rodeados en mis hombros, no sabía como mantenía todo lo que le regalé en manos, pero su agarre era seguro que nos acercaba a ambos. Descansé mi cabeza en su pecho inconsientemente mientras el olor a algodón y su perfume, encantaban mis sentidos. Que les puedo decir, que relaté eso en los pocos segundos que fueron.
—¡No! ¡Bájame!—chillé al sentir que me alzaban del piso y me engrinché como gato a su cuerpo, enredando mis brazos y mis piernas en su torso mientras escondía mi rostro atemorizado en su cuello.
—¿Por qué? ¿Qué sucede?—cuestionó, sintiendo su voz en mi cuerpo ya que estaba aferrada a él como lo único estable ya que la gravedad me iba a jalar al piso y no me agradaba la sensación.
—Le tengo miedo a las alturas por algo que me pasó de pequeña, y te recuerdo que tú eres demasiado alto, a lo que desde dónde estoy el piso se ve terriblemente lejos—mencioné titubeante, aferrándome más porque sentía que me iba a caer y nadie me iba a agarrar de la matada que me iba a echar—Asi que, bajame lentamente, por favor...
—Bien, te voy a bajar lentamente...—murmuró, colocando una mano en mi cintura sosteniendome mientras se encorvaba un poco y cerré los ojos con fuerza del vacío que se creaba en mi estómago.
"El piso estaba muy lejos, muy, muy, muy lejos" recitaba en mi mente sin alguna intención de soltarme porque iba a caer y no iba a ser agradable.
—Te prometo que no te voy a soltar.
—¿Seguro?
—Te lo prometo.
No sé cómo mierdas se agachó un poco y me indicó que estaba más cerca del piso, a lo que tanteé con mi pie la superficie, ya que ¡sorpresa! Salí descalza. Desenrollé mi otra pierna de sí, calmando un poco mi nervios aunque eso no valió mucho ya que subí mi mirada y lo tenía casi de frente si no fuera porque me sacaba unos centímetros de alto.
Debía soltarme, debía alejarme y hacer como si nada pasó, pero mi cuerpo no reaccionaba sino solo en mi interior a la vista que tenía al frente, a sus ojos y su rostro que me creaban un véndaval de sentimientos, que no sabía si eran de adrenalina o de miedo.
Acercó su rostro al mío, quedando solo una brecha de centímetros entre mi nariz y la suya, pero aún me mantenía quieta, no preparada para lo que venía y estaba estancada aquí, sin poder hacer algo más.
—Gracias—murmure, bajando mi mirada a su mandíbula para no verlo, ya que me causaba nerviosismo.
¡¿A mi?! ¡¿Nervios?!, Abril por favor. Muy dificil que me ponga nerviosa, puffff.
Sostuve la respiración al sentir su aliento mentolado cerca de mi mejilla, mientras me aferraba a su camisa como última instancia.
¡Agh no, yo no tenía nervios por esto!
—Gracias a ti, por estar aqui—replicó, alejandosé a los segundos y yo desenredando con cuidado mis brazos de su nuca, sin importar el vacío que debaja esa acción en mi pecho.
Lo observé otra vez, queriendo agregar algo, pero nada salía de mi boca o al menos, la de él, pero aún seguía esa extraña manera de querer sentir su tacto contra el mío como hace unos momentos.
Escuchamos algo caerse al piso, y volteamos a dirección del sonido, a lo que me horroricé al ver a mi hermana parada en mi puerta con la boca abierta y mi teléfono en el piso. Ni sabía que era peor.
Me alejé del cuerpo del hombre, soltando una disculpa al igual que él, por lo bajo, casi silenciosa; dándome cuenta que sus brazos ya no estaban alrededor de mi y creaba distancia conmigo, como yo con él.
—Espero que te haya gustado tu regalo—fue lo único coherente que salió de mi boca, para darme en fuga.
Agarré a mi hermana del brazo sin antes tomar mi teléfono, y cerré la puerta de un solo golpe que hizo temblar a mi hermana.
—¡¿TU VECINO ES SHOHEI OHTANI?!
Suspiré cansada, sentándome en el mueble y recostando mi cabeza en una de las almohadas que hacían decoración con este.
Es una larga historia, Adriana, larga historia.
✒️ Nota del Autor:
¡UPA UPA SR. ALEX! *voz del rey Julián*
¿Cómo han estado? ¡Espero que muy bien!
✨ ¿Qué les parecio el capítulo? Regalenme un votito o un comentario como muestra de ello (en caso de que no quieran hablar 😘)
🔮 ¿Qué vibras le da Adriana?
¿Creen que yo soy delulu o las cosas entre esos dos se están poniendo más tensas?
👀 ¿Qué opinan si les digo que estamos próximos de la primera cita de estos dos? Se aceptan gritos.
✨ ¿Catalina? Catalina es mi mamá y Diana, mi reina.
❤ ¿Listos para el próximo capítulo de la vida de Abril?
All the love
-La Chama ✨
NOTA IMPORTANTE ❗
Requiero de los servicios de alguna persona que sepa realizar portadas o gráficos para mis historias o recomendación de alguna tienda gráfica que se encuentre en la app. Quiero que sea confiable, y pueda hablar con ella en los DM's, para darle todo los detalles de la portada.
Gracias ❤