Regulus se sentía un poco nervioso, llevaba dos semanas de vacaciones en su casa con su padre, evitando toda costa ir a la casa de los Lupin cuando su Sirius se lo proponía; no podía mirar a los ojos a ___________, se sentía culpable, sentía que era la razón por la que Charlotte había muerto y no quería hacerla sentir mal.
Estaba comiendo un poco mientras había una reunión de la Orden del Fénix, Kreacher lo miraba con culpa, pues se había enterado que él fue quien le había mentido a Harry para así ir al Ministerio de Magia, pero no lo culpaba de todo, entendía el odio que le tenía a Sirius, pues tiempo atrás también él lo había tenido.
—¿Desea algo más el joven amo? —le preguntó el elfo.
—No —respondió, pero se arrepintió unos segundos después—. Si.
—¿Qué desea el joven amo Black? —le dijo con emoción—. Puede pedirle lo que sea a Kreacher y Kreacher se lo dará.
—Sabes —empezó a decir con lentitud—, ¿donde están todas las cosas de... Regulus? —murmuro el nombre.
En cuanto había llegado de Hogwarts y pisado la habitación de quien creía que era su tío, se había dado la tarea de buscar cosas sobre él. Aún no había querido decirle nada a Sirius, pues en aquellas dos semanas, Sirius se comportaba como el padre que él siempre quise tener, no quería hacerlo sentir mal si se llegara a enterar que buscaba cosas de su verdadero padre.
—Kreacher las tiene escondidas —empezó a decirle—. Kreacher pensó que algún día usted se las pediría y Kreacher las tiene en un lugar seguro —le brillas sus ojos—. ¿El amo joven Black quiere que se las dé?
Regulus escuchó como los de la Orden empezaban a salir, algunos se iban y otros iban rumbo a la cocina, era mejor no tener aquellas cosas ahí.
—Llévalas a mi habitación, por favor.
—Como usted ordene, amo Regulus —le hizo una reverencia y desapareció de ahí, al mismo tiempo que veía a Regulus y Tonks entrar.
—Hola, Regulus —saludo Tonks, que no se veía tan feliz, pero le regalo una pequeña sonrisa.
—Hola —saludo normal mientras se levantaba de su asiento—. Iré a mi habitación.
—Espera, Regulus —le dijo Sirius—, tenemos que hablar de algo —el chico lo miró curioso, ya que lo veía nervioso.
—¿Sucede algo malo?
—No en realidad —se mordió la lengua—. Solo quería avistarte que... bueno... Harry llegará el viernes y se quedará unos días con nosotros, después se irá a la madriguera —le aseguro.
Sirius miraba nervioso a Regulus, que lo miró algo desconcertado por verlo en busca de alguna reacción.
—Bien —dijo sin darle importancia—. Era algo que ya esperaba —Sirius sorprendido, haciéndolo reír un poco—. En serio, papá, todo bien. ¿Puedo ir ya a mi habitación?
—Si, claro ve —dijo más calmado Sirius—. ¿Puedes creer que aceptará que Harry se quedara aquí? —miro a su sobrina cuando Regulus se fue.
—Bueno, tarde o temprano se iba a llevar —respondió, aunque no se veía alegre.
—Dora —hablo con cariño Sirius mientras se sentaba y la miraba—, ¿han sigues con lo de Remus?
—Es que digo —empezó a vomitar palabras—. Me gusta y lo sabe... Yo sé que está con lo de su hija y ex esposa... pero... tu amigo es complicado —concluyó, haciendo reír a Sirius.
—Dime algo que no sepa —sonrió.
Regulus llevaba dos horas mirando las cosas que Kreacher había dejado en su habitación. Eran dos cajas llenas de fotografías, libros, cartas y algunas que otras joyas, aunque ninguna tan significativa como el que Regulus guardaba en su bolsillo.
Había encontrado una fotografía de su madre, junto quien era su verdadero padre, ambos sonrientes, mientras el chico cargaba a un bebé, era él.
Se quedó observando esa fotografía un largo rato, pensando en que si todo hubiera sido muy diferente, el tendría a ambos padres vivos y él una familia completa.
—Regulus —escuchó la voz de Sirius, quien tocó la puerta y la abría—, ¿qué quieres cenar...?
Se quedó callado cuando vio al chico sentado en el suelo, con la mayoría de las cosas de su hermano menor, que pensó que había escondido bien. Miró asustado al pelinegro, que dejaba de ver la fotografía y lo miró. «¿Que debí de decirle? Había descubierto todo, ¿le gritaría o no le volvería hablar?», pensaba.
—Kreacher me lo dijo desde vacaciones de navidad —habló Regulus, al notar a Sirius estático—. Solo quería entregarme esto.
De su bolsillo sacó el anillo y se lo enseñó.
—Era de Regulus —murmuró—. Oye, yo...
—Lo sé —suspiro—. ¿Por qué adoptarme? —lo miró curioso—. Digo, podías simplemente decir que eras mi tío.
—Bueno —revolvió un poco se cabello—. En realidad fue tu madre quien me pidió el favor —respondió mientras se sentaba en la silla que había frente al escritorio—. Y no pude negarme, verte a ti fue como ver a él de nuevo —sonrió con un poco de nostalgia.
—¿Sabes cómo murió?
—Regulus, lo que él hizo no debe de afectarte —pero el chico seguía esperando una respuesta—. Realmente nunca supe que ocurrió con él —suspiro cansado—. Solo supe que se había unido al círculo íntimo de Voldemort.
Aquello a Regulus lo alertó un poco, «¿su padre había sido un mortifago? ¿Pero por qué?». Miro a Sirius, que lo miraba sabiendo que aquella respuesta a su pregunta no la tenía.
—¿Algún día me dirías la verdad?
—Tal vez —pensó unos segundos—. Escucha. Yo sé que tu padre es mi hermano... pero realmente te quiero como un hijo Regulus. No estuve el suficiente tiempo para ti, pero... —se levantó de su asiento y salió de la habitación, desconcertando a Regulus, pero este volvió poco después, con una fotografía que le entregó—. Estuve ahí cuando diste tus primeros pasos, incluso tú primer cumpleaños y tu primera palabra, que fue papá —sonrió—. Me decías papá.
El chico sonrió un poco y miró la fotografía; en ella estaba un Sirius mas joven, quien sostenía las manos de un pequeño bebé que reía e intentaba caminar. Lo curioso fue que en fondo había una pequeña bebé sentada mirándolos.
—¿Esa es...?
—__________ —rió un poco—. Remus, James y yo los fines de semanas éramos padres solteros para que Charlotte y Lily tuvieran tiempo para ellas.
—¿Y mi madre? —preguntó algo tímido y lo miró.
—No volví a saber de ella después de que te dejo conmigo, lo siento —Regulus asintió con la cabeza algo triste—. Pero no pienses que por ningún momento ella no te amo. Katherine te amaba tanto como para dejarte con alguien tan inexperto como yo —aquello hizo sonreír a ambos—. Quédatela —se refería a la foto—. Después de todo también sale tu futura novia —se burlo, haciendo que el chico se sonrojara—. ¿Entonces que cenaremos?
Regulus y Harry se habían "acostumbrado" aquella semana a desayunar, comer y cenar juntos; desde que había llegado Harry a la noble casa de los Black, sus interacciones habían sido pocas y la única pelea que habían tenido fue por Kreacher.
—Él nos mintió —dijo enojado Harry—. ¡Por su culpa Charlotte está muerta!
El elfo miraba mal a Harry, mientras Regulus estaba de pie, frente a él por si el de lentes quisiera atacarlo, lo evitaría.
—La imprudencia de todos fue lo que la mato —respondió de forma fría.
No habían hablado sobre Charlotte, incluso en Hogwarts lo habían evitado; bueno, no del todo, Regulus lo hablaba con Ron, ambos estaban afectados, de la misma forma que Harry, que al encontrar aquel espejo para poder comunicarse con Sirius después de todo lo sucedido, lo hizo sentir el mayor culpable, tanto que no había podido mandarle un carta a su amiga, no creía tener las palabras adecuadas.
—Tuvimos la culpa, Potter —siguió Regulus—. El tratar mal a Kreacher es lo que más nos afectará. Así que te pido, en realidad te exijo, que lo trates bien. No sabrás en qué momento lo vas a necesitar.
Harry lo miró mal, pero se sentó y no dijo nada, mientras Kreacher miraba a Regulus con un brillo, recordándole a su padre y la manera que lo defendía ante Sirius cuando lo trataba mal.
Regulus también se sentaba en su silla, al tiempo que Sirius entraba a la cocina, mirando a ambos chicos porque se sentía la tensión.
—Necesitamos hablar —les dijo con calma mientras lo miraron sentarse—. Nos iremos de aquí en fin de semana.
—¿A la madriguera? —preguntó Harry, mientras Regulus rodaba los ojos, lo mínimo que quería era tener que verla la cara a Molly Weasley.
—Algo así —hizo una mueca—. En realidad tú irás ahí, Dumbledore piensa que ahora será un mejor lugar en el que puedas estar a salvo. Y nosotros —miró a Regulus—, iremos a la casa de Remus.
Regulus abrió los ojos sorprendido y con pánico; tampoco le había mando alguna carta a ___________, ¿Qué podía decirle? Era su culpa que Charlotte estuviera muerta, aunque también la tenía Harry.
—¿Y por qué yo no puedo ir con ustedes? —preguntó Harry con el ceño fruncido.
—No escuchaste, Potter —contesto Regulus con un poco de burla al notar que Harry no estaría al lado de __________—, es por tu seguridad.
El nombrado rodó los ojos y miró a su padrino.
—Te iremos a visitar Harry —le aseguro—. Aún que no creo que dejarte al lado de Molly sea buena idea —hizo una mueca—. Dumbledore tiene sus razones —suspiro—. Este lugar dijo que ya no sería seguro por ahora y Kreacher será enviado a Hogwarts —ninguno de los dos chicos dijo nada—. Pero no te preocupes de que no verás a ___________, Harry —le sonrió de lado—. Primero iremos a verlos. Así que es mejor arreglar bien su equipaje.
Los miro unos segundos y salió de la cocina cuando escuchó que llegaba gente de la Orden.
—No te ves feliz de que podrás verla —le dijo Regulus.
—Ni tú qué estarás casi todas las vacaciones con ella —atacó, quedándose un momento en silencio—. ¿Le has mandado correo? —preguntó sin mirarlo, aunque le sorprendió a Regulus.
—No —respondió—. ¿Y tú?
—Tampoco —volvió a mirarlo—. Nos matará.
___________ salió de su habitación cuando escuchó alboroto en la planta baja; se asomó con cuidado, porque en aquellas semanas había visto a Tonks y su padre hablar y bueno, no era de su incumbencia su tipo relación que llevarán, pero era incómodo bajar y encontrarlos discutir.
Bajo con cuidado las escaleras, viendo a Sirius salir de la chimenea, había equipaje en la sala, notando aquella lechuza blanca. Entonces segundos después salió Regulus y al último Harry.
—¿Por qué los miraba como si quisiera golpearlos? —preguntó Sirius a los chicos.
Estos miraron a la chica nerviosos, mientras veían como daban otro paso más hacia ellos, haciéndolos retroceder un poco, lo cual hizo soltar una risa Sirius, ganándose una mala mirada de la chica.
—Iré a la cocina —murmuró rápido mientras los dejaba solo.
Volvió a mirar a Regulus y Harry, que seguían estáticos en su lugar, sin saber que decirle.
—¿Y bien? —hablo __________ de forma seria—. ¿Se puede saber porque no me han mandado una sola carta?
Estaba dolida; esperaba que Harry estuviera a su lado, porque también quería apoyarlo con la muerte de su madre; por el lado de Regulus, se había decepcionado pensando que estaría para ella y que tal vez sus palabras que estaría a su lado eran mentiras.
—Lo siento —respondieron ambos, haciendo que se miraran unos sorprendidos y luego a la chica.
—¿Por qué?
—Por Charlotte —hablaron de nuevo ambos.
Ver como ambos respondían como niños regañados le hubiera causado gracia a la castaña, pero no entendía porque los chicos tenían en su rostro culpa, como si ellos lo hubieran ocasionado.
—Ustedes no la mataron —les dijo fríamente.
—Yo siento que fue mi culpa, Thea —hablo Harry—. No debimos ir al Ministerio de Magia. Debía aprender más Oclumancia con Snape, aunque no me agradara. Tal vez si yo me hubiera enfocado más, tu madre no estaría muerta.
Bajo la mirada, mientras la mirada de su amiga se suavizaba y sentía cierta lástima por él, ¿por qué siempre debía de culparse?
Regulus también lo miró, no sabía que Harry podría sentirse tan culpable como él, así que miró a __________, que lo miraba.
—Yo debí llegar rápido a pelea —empezó a decir—. Debí ser rápido y tratar de evitarlo con todas mis fuerzas.
—¿Aún si fueras tú el que muriera? —preguntó en un murmuró.
—Yo daría cualquier cosa por ti.
El corazón de la chica latía rápido, mientras miraba a ambos chicos; sin contenerse fue hacia ellos y los abrazó, cosa que los sorprendió, pero igual la abrazaron, los había echado de menos, como ellos a ella.
—Veo que ya se arreglo todo —dijo Sirius regresando y ver aquella escena.
—Y a ti te gusta arruinar los momentos —contesto _________, haciendo reír a los chicos, que con disimulo limpiaban las lágrimas que tenían en sus mejillas.
—Que agresiva —le sonrió—. Y nos tendrás que soportar todas las vacaciones.
—¿Se quedarán aquí? —miró sorprendida a los chicos, pero emocionada.
—Solo yo —respondió Regulus, con una sonrisa que ahora no podía disimular.
—A mi me mandaron a la madriguera —dijo Harry algo triste—. Por seguridad.
Al escuchar aquello, __________ torció un poco los labios; no podía creer que lo mandaran ahí, aunque últimamente iba mucho también, por tres razones, Ron, Fleur, que había regresado y le había quitado a su Weasley mayor, y Billy.
—Al menos tengo otra razón para seguir yendo ahí —sonrió un poco ella.
Remus había llegado un poco después, así que le indicaba a Sirius y Regulus que habitación tendrían, porque la compartirían, aunque Regulus no le dio mucha importancia.
Por parte de Harry, se encontraba mirando la habitación de su amiga, aquella nunca la había visto, solo la que tenía en la casa de Charlotte.
Vio sus libros afilados en su estantería, su escritorio, y algunas fotos que colgaban ahí. Se quedó observando donde salía Charlotte y su ___________ de bebé, volviendo a sentirse mal.
—Thea, yo... —empezó a decir.
—Ya deja de disculparte —lo regaño su amiga, que estaba sentada en la cama—. No le hubiera gustado que te atormentaras tanto.
Harry la miró unos segundos y se sentó a su lado, tomando su mano.
—¿Cómo estás tú? —se miraron.
—Aún sobrellevandolo —confesó—. No es difícil frente a papá, se que lo necesita, pero cuando estoy sola, solo quiero quedarme en cama y llorar. Siendo sincera lo hago en las noches.
Regulus se le rompió el corazón cuando escuchó aquello desde el pasillo; Sirius lo había mandado por Harry, para que se alistara porque lo iría a dejar a la madriguera; así que actuó que no había escuchado nada y entró a la habitación.
—Mi padre dice que es hora de irte, Potter —le dijo.
El nombrado suspiro, miró a su amiga, quien le sonrió un poco y lo abrazó.
—Iremos a verte —le aseguro—. Cuida a Ron.
Este asintió y se levantó de la cama, camino a la salida, haciéndose un gesto con Regulus de despedida y fue a la sala, donde Sirius ya lo esperaba.
Regulus se había quedado ahí de pie, a mitad de la habitación mirando cada detalle de ella.
—Parece como si quisieras ver que cosa podrías robarte —bromeó ella.
—Eso es fácil —la miró con una pequeña sonrisa—. Tú.
Esas palabras la hicieron sonrojar un poco y negó con la cabeza y una pequeña sonrisa.