-sabes, aveces quisiera ser tu- dijo ya recostado en el pecho del chico cerdo el cual acariciaba su cabeza -
- ¿Con todo y mi mal sentido de la orientación?
- jjaj, no, la verdad quisiera poder ir a cualquier lado, como tú, dejando de lado tú mala ubicación, siento que si los dos nos fuéramos en busca de mejorar nuestras técnicas en artes marciales creo que sería algo bueno - dio un suspiro-
A decir verdad estos chicos se amaban, tal vez no de forma romántica pero si de una forma indescriptible, ryoga se preocupaba por Ranma aunque casi siempre estuvieran peleando, pero por parte de Ranma todo era diferente, el si lo amaba, no solo por qué lo escuchará, no solo por el echo de llevar mucho tiempo de amistad, era más, su personalidad, su olor, su sonrisa, para el ryoga era perfecto, cada una de sus facciones, su voz, sus labios. Cuando estos sentimientos iniciaron en el corazón de Ranma llegaron como un huracán, derrumbando todo lo que estuviera a su paso, y dejando tras de él una ola de emoción que, al cabo de un tiempo asimiló, sabía que se había enamorado de su mejor amigo, sabía que en algún momento se lo tendría que decir, y talvez ese momento había llegado, no sabía si podría aceptar el rechazo de su mejor amigo, sabía que este estaba enamorado de akane, pero aún así, si el compromiso de el y aquella chica seguía en pie sabía que tendría que contarle sus sentimientos al chico antes de casarse.
-ryoga - se levantó de su lugar para sentarse en el futón que se encontraban-
- ¿Que pasó?- imitó la acción del chico
- yo quiero decirte algo
- dime - le preocupaba lo que fuera a decir ya que el chico frente de él tenía la cabeza viendo hacia abajo -
-yo, mira como veo que van las cosas, se que me voy a casar con akane y se que a ti te gusta, sabes que si fuera por decisión propia dejaría que tú fueras el que se casará con ella, pero se que aunque lo implore no podria - no sabía lo que estaba diciendo, solo eran palabras que su corazón queria sacar - y no por qué me guste akane, mas bien es por ti. - dio un suspiro el cual al final dejo un escalofrío correr por su espalda -
- pero , ¿Porque por mí? - el chico aveces era muy despistado -
- me gustas - porfin lo había dicho, después de tanto tiempo lo había podido decir - y se que no me correspondes - no le importaba si el chico no sentía lo mismo, eran sinceros el uno con el otro y con esta confesión, Ranma se había entregado completamente a ryoga - solo quería decirlo, nos tenemos mucha confianza así que no queria ocultarlo más, de algún modo siento que con esto nuestra amistad será mas fuerte, ya que solo quiero que lo sepas, no busco que sientas lo mismo, solo, no quería que hubiera un secreto entre nosotros.
El chico de colmillos se quedó estupefacto, su mejor amigo, su alma gemela, se le había confesado, su mente no daba para más y solo pudo abrazarlo, pudo sentir al chico que se encontraba en sus brazos suspirar, pero no era un suspiro de tristeza, era más bien de alivio. En su mente, Ranma era su pareja perfecta no porque le gustara sino porque desde el momento uno que lo conoció supo que serían inseparables, pero, nunca se espero que este gustará de él, la verdad no terminaría si amistad por eso y no cambiaría nada de su trato hacia el.
- Ranma yo
- no tienes que decir nada, ya se la respuesta
Esto, una vez más demostraba que tanto se conocían, Ranma sabía que al Hibiki no le molestaba el echo de que le gustara, sabía que todo seguirá como antes, sabía que el chico le agradecería por tanta confianza.
Estos momentos después se soltaron del abrazo y siguieron su plática, dejando de lado aquella confesión.
Después de esa noche, los chicos se pusieron al corriente con sus vidas, eran los únicos que sabían todo del otro.
A la mañana siguiente Ranma decidió no ir a la escuela, sabía que esto le traería problemas tanto con su padre como con akane, pero no le importaba
- ¿No tendrás problemas por esto?
- solo, no pensemos en eso, además, te perderás si dejo que te vayas solo -
Ranma decidió llevar a ryoga a su casa, era unos 40 minutos de camino desde la casa de los tendo, pero que más daba, dar un paseo le serviría.
Gracias al cielo en ningún momento se encontró con sus otras "prometidas", este día era demasiado bueno para ser real.
Al llegar a la casa del colmilludo este invito al chico de camisa roja a pasar.
- ¿que quieres hacer?
- no lo sé, ¿quieres entrenar ?
Y sin más salieron al patio de la casa, ese lugar tenía muy bueno recuerdos, ahí fue donde se hicieron rivales.
La mañana pasó demasiado rápido, de algún modo pasar tiempo los dos hacia que el tiempo volará y eso no le gustaba a ninguno de los dos.
Entraron a la casa y comieron algo, platicaron de cosas triviales, una de ella fue que esta semana ryoga se quedaría en su casa para juntar algo de dinero y poder seguir viajando.
Un rato después se encontraban en la sala escuchado la radio, si no fuera por ese aparato el lugar estaría en silencio, pero para ninguno de los dos sería un silencio incómodo.
La siguiente canción que se escucho en aquel objeto fue "beso" de Jósean log
Ryoga se levantó de su lugar y empezó a bailar, era raro ya que esa cacion no está echa para ello. El chico que estaba bailando invitó a Ranma a imitar su acción, de algún modo lograron que está canción se pudiera bailar, uno que otro tropiezo no impido a los jóvenes disfrutar el momento.
Ranma solo podía pensar una cosa al momento de bailar, la letra de la canción, ¿Que pasaría si besaba a ryoga?, ¿Cómo lo tomaría este?, ¿Y si lo intentaba?
Casi al final de la canción este detuvo sus pasó y de un solo movimiento le robó un beso, el rose de sus labios fue hermoso, fue algo especial, lo hizo olvida por un momento el infierno que vivía, solo queria repetir esa acción una y otra vez, para su suerte el chico de bandana no lo alegó, acepto el beso, segundos pasaron y los chicos se separaron, ninguno dijo nada, solo se abrazaron.
Ranma estaba echo un lío, su corazón latía como loco, sus labios seguían sintiendo la suavidad y la presión de los labios ajenos, su boca aún recordaba el sabor de la saliva del chico. Por su parte ryoga no daba cabeza por lo sucedió, decir que su mente era un caos era poco, su cuerpo se sintió bien con aquel beso, pero su mente le decía dos cosas, la primera era que se había besado con su mejor amigo, el cual se le habia declarado un dia antes, y la segunda era que quería repetirlo.
Tomo el rostro del chico quien estaba escondido en su cuello, y lo volvió a besar, esa sensación de placer y calma regreso, el calor de la boca ajena no era desagradable, los labios junto a los sullos era algo que no queria alejar, las manos que se posaban sobre su cuello le daban a entender que lo esta a haciendo bien, sus manos temblorosas posandose en la cintura ajena pedían más.
El beso era todo, su mundo se detuvo solo eran ellos dos en ese lugar.
Al separarse ninguno dijo nada, los dos sabían lo que pensaba el otro y eso de algún modo los reconfortaba.
Ryoga sentía que su corazón se saldría en cualquier momento, nunca imagino beaser a Ranma, pero era lo que más deseaba sin saberlo, su mente le repetía que estaba mal lo que había echo ya que se suponía a él le gustaba akane, pero ahora de algún modo, todos los momentos que pasó con Ranma hasta hoy llegaron a su mente, las veces que esté lo llevaba a su casa para que no se perdiera, cuando iban a la misma escuala, cunado jugaban juntos, cuando pasaban horas hablando sin parar, cuando se volvieron rivales, la declaracion de ayer y el beso de hoy le recordaron el porque Ranma era su alma gemela, ese pensamiento siempre habia estado en su cabeza, siempre supo que Ranma era su alma gemela pero nunca se habia preguntado si era su amla de amor o de amistad.
Después de aquel baile que terminó con final feliz, ninguno habló del tema, siguieron la tarde tratando de procesar lo que había pasado.
Hicieron una pijamada la cual solo se trato de jugar juegos de mesa y comer comida chatarra hasta las 12 de la noche.