CORAZONES MALDITOS|| Mattheo...

By Mar_Mesa

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Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Pa... More

Sinopsis
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
ALMAS MALDITAS

XVI

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By Mar_Mesa

Capitulo 16

En contra del destino

[MATTHEO]


—No lo hagas Lu, eres un desastre mintiendo.—Dije mirándola a los ojos.

Otra vez pude notar como trato de ocultar una sonrisa, pero yo no pude. Es como si siempre que estoy cerca de ella se me sale invuntariamente.

—No deberías acercarte tanto a mi. Tus novias creen que salgo contigo, pierdes reputación.—Sugirió ella con los brazos cruzados.

—Tranquila, mi reputación esta intacta.—Respondí.—Tu no deberías acercarte tanto a mi,tu amigo el colorado se podría enojar.

—Se llama Fred.—Remarcó nuevamente. Rodee los ojos al escuchar ese nombre.—Y tu eres el que se acerca.

Levante las manos en signo de derrota y me aleje de ella lentamente. Note como su cuerpo se relajó al hacer eso. Observé que llevaba unos cuantos libros que parecían ser pesados.

—Si quieres te ayudo.—Me ofrecí a ayudarla.

Al intentar tomar unos de los libros sentí como su suave piel de la mano se rozaba con la mía.

Y todo se volvió blanco.

Creí que me habían sacado una foto o algo así, por que se sintió como si un flash me apuntara directamente en la cara. Duro menos de un segundo que me di cuenta de que ya no me encontraba en la biblioteca con Lu.

Todo era oscuro, bueno no tan oscuro. Había una leve luz de una lámparita que hacía que se pueda ver algo.

¿Donde estaba?¿Que se supone que es este lugar?¿Que carajo hago aquí?

Quise moverme y no pude. Me encontraba inmóvil en un solo lugar.

Observe mejor el lugar y me percate de que  era una casa, la luz de la lamparita venía por abajo de una pequeña puerta que estaba en  una escalera.

La voz de unos niños se escucho.

Me asuste al sentir unos pisotones muy fuertes que venían de la escalera. Como si alguien estuviera bajando completamente enfurecido. Quería salir de ahí, pero no podia¿Que me estaba pasando?

De repente el flash blanco volvió y por unos instantes vi la imagen de una cadenita en una caja de joyas. Era de oro y tenia una especie de círculos con un pequeño reloj de arena en el medio. 

Todo se volvió blanco nuevamente.

La cara de confunción de Lu hizo que parpadeará varías veces para saber si en verdad estaba en el mundo real.

No estaba drogado ¿O si?

¿Que mierda..

No necesito tu ayuda bipolar, pero gracias.—Respondió y se fue esquivandome de su camino.

Me quede mirando a un punto fijo por un segundo. No entendía que había ocurrido. Luego de unos segundos me di la vuelta para mirar atrás y Lu ya no estaba. Se había ido.

Recordé el motivo de por que estaba en la biblioteca y me dispuse a buscar el libro que Tom me había pedido. Cuando lo encontré me dirigí a nuestra habitación para dárselo.

—Aquí tienes.—Dije lanzandole el libro arriba de su cama. 

—Gracias, esto servirá.—Dijo mientras abría el libro y lo leía.

Me acerque a mi cama y me arrecoste mirando al techo. Mire la pared y recordé como a Lu le habían gustado los posters que estaban pegados. También como me había abrazado cuando se despertó por la pesadilla.

Y su vestido celeste..

—Recuerda que hoy tenemos reunión.—La voz de Tom hizo que me saliera de mis pensamientos.

—¿Y si mejor no voy y tu me cubres?

—No, iras. Ya sabes como es nuestro padre con esas cosas.—Respondió serio.

—Solo inventa que tengo gripe o una enfermedad contagiosa.

—No.

—¿Que tal un conjuntivitis mortal?—Sugerí.

—¡No!—Levanto el volumen de la voz—Solo ve, ya sabes lo que paso la última vez.

Mire a Tom con mala cara y me levante de la cama quedando sentado en ella. Pensé en lo había pasado en la biblioteca.

—¿Haz soñado despierto?—Pregunte, mirándolo.

—¿Soñar despierto?

—Si, como lo haces cuando duermes, pero con los ojos abiertos.—Expliqué.

—¿Que clase de droga tomaste ahora?—Preguntó, mirándome confundido.

—Ninguna, creo.

Derepente la puerta se abrió y Zabini y Pansy entraron como si nada con una sonrisa en la cara mientras iban hablando. Pansy me sonrió y sentó en la cama al lado mio.

—Claro pasen.—Dijo Tom con mala gana.

—¿Vendrás a celebrar el logro?—Me preguntó Blaise apoyado en la pared.

—Claro.—Respondí.

—¿Y tu Tom?—Preguntó, ahora Pansy.

—No gracias.

—Donde tan amargado.—Bromeó Zabini.

—Estuviste increíble la otra vez, me había olvidado de decírtelo.Deberías jugar más al Quidditch.—Comentó Pansy.

—No creo que sea lo mio.—Admití.

—Bueno pues nos salvaste, sino hubiese sido por ti, no podríamos haber jugado.—Dijo Zabini.

—Y por cierto, tienes muy mal gusto.—Agregó Pansy.—¿Como se te ocurre salir con la hermanita fastidiosa de Potter?

Tom levanto la cabeza de inmediato al oír eso.  Todo el tiempo había estado concentrado mirando el libro, pero en cuanto Pansy la nombro su mirada fue directa hacia mi.

—¿Entiendes que ese fastidio me dijo zorra? ¡¿A mi?! Ahg, juro que la odio.

—No salgo con Lu.

—¿Lu?—Preguntó Blaise alzando una ceja.

—Si, ese es su nombre.

Blaise no dijo nada pero note como su mirada seguía en mi, con algo de confunción en ella.

Luego de un rato decidimos ir a la sala común donde todos estaban celebrando por la victoria del partido de ayer. Antes de irme Tom me tomo del brazo y me dio instrucciones claras a seguir:

—No faltes a la reunión.

Esas palabras daban vueltas en mi mente como un carrusel. Desde que tengo memoria odio esas reuniones, pero a mi padre no le gusta que faltemos. Son sagradas para el, la última vez que falte.. no me fue muy bien.

Estaba bebiendo un sorbo de cerveza mientras prendía un cigarrillo con mi varita. Un recuerdo vino a mi mente, una persona mejor dicho.

¿Que es lo que tengo hacer para sacarla de mi cabeza?

Ya había intentado no hablarle, ignorarla, tratar de dejar de pensar en ella, en que estaría haciendo, en si tal vez pensaría en mi.

Todos los intentos por alejarla, fueron en vano. ¿Por que?¿Por que no solo podía sacarla de mi vida y ya? En todos los lados a los que voy siempre esta ahí, y si no lo esta, mi mente piensa en ella.

Bebí otro trago de cerbeza, esta vez uno más largo.

—¿Me convidas un poco?—Preguntó Malfoy sentándose a mi lado.

Le di la botella de cerveza y el le bebió un trago largo al igual que yo.

—Estuviste bien en el partido.

—Gracias, tu también.—Le agradecí.

—¿Iras a la reunión?—Preguntó, mirándome.

—Supongo que si ¿Y tu?

—Mi padre me obliga, así que si.—Respondió desanimado.

Draco no era mi amigo más cercano, pero lo entendía algunas veces.

—Por los padres del año.—Dije, levantando mi mano en donde tenía la cerveza.

El sonrió un poco y hizo el mismo gesto que yo levantando una cerveza que estaba ahí.

***

No sabia donde estaba. Todo estaba oscuro, de repente alguien me saco lo que parecía tapar mi visión.

Mierda, no debí faltar a la maldita reunión..


[LUCRECIA]

Mire a Mattheo extrañada. Su rostro había cambiado, era como si su mirada estuviera perdida.

—No necesito tu ayuda bipolar, pero gracias.—Dije y lo esquive para irme.

El no se movió, ni siquiera me siguió como lo había echó anteriormente, se quedo quieto en ese lugar. Cuando me estaba yendo mire para atrás para ver si el hacia lo mismo, pero no lo hizo.

***

A la noche Hermione y yo fuimos al cuarto de Ginny a hacer pijama como casi siempre lo hacíamos cada semana.

Me encontraba acostada en una cama con la cabeza mirando al piso mientras mi cabello tocaba el mismo. Ginny y Hermione estaban  sentadas en el piso mientras comían algunas cosas que habíamos robado de la cocina.

—Tengo una duda.—Dijo Ginny mirandome, aunque yo la veía de cabeza.—¿Como fue que terminaste en el cuarto de los Riddle?

—Tenía ganas de ir al baño y entre en el lugar equivocado.

—Que hermosa equivocación.

—¿Y a ti como te fue con el chico de Hufflepuff?—Pregunte, ahora dándome vuelta.


—Bien, pero creo que no es mi tipo.

Me puse a pensar en lo que Molly me había dicho cuándo era pequeña. Tal vez tenia razón, tal vez Harry y yo estábamos de alguna manera destinados a sus hijos.

Nunca llegue a creer que Fred pudiera llegar a ser algo más que un amigo.

Recuerdo cuando le dijo a su madre que me tejiera un suéter. Todavía no había ido a su casa, así que Molly y Arthur no nos conocían en persona ni a mi ni Harry. Así que me pareció raro que me tejiera uno para mi.

Me lo dio la primera navidad que pase en Hogwarst.

—¿Pero.. por que? Es decir, tu madre no me conoce ¿como es que..

—Bueno..tal vez, y solo tal vez, le hable un poco de ti.

Sonríe al recodar ese momento.

—Cuenta el chiste para que nos reíamos todas.—Dijo Hermione, al verme sonreír como una estúpida.

—Recordé la primera navidad que pase en Hogwarst.—Dije con una sonrisa.

Hermione me miro algo confundida,tal vez por que no entendía como mi cerebro había pasado de hablar sobre el chico con que estaba Ginny a mi primera navidad en Hogwarst.

Luego de un rato las tres nos quedamos dormidas. Nos dormimos temprano ya que mañana por la mañana teníamos clases a primera hora.

Pero como había sido de costumbre estas semanas, dormir no era algo que podía hacer..

Sentí un deja vú, al ver las misma paredes viejas y verdes que conformaban un cuartito.
Me recordaba mucho más una celda que un cuarto en si.

Alguien estaba sentado en una silla, con una capucha en su rostro. Se encontraba en el medio de la habitación y solo se podía llegar a distinguir una tenue luz que venía de un foco que colgaba de arriba.

Y me desperté.

Casi salté de la cama. La misma sensación me recorría el cuerpo. Como si fuera.. preocupación. Estaba preocupada ¿Por que? ¿Me preocupaba lo que podía llegar a pasar en mi pesadilla?  Tal vez eso era más que solo una pesadilla. 

Trate de calmarme, y me levante de la cama, de puntitas para no hacer ruido. Pero no contaba con el oído ultrazonico de Hermione.

—¿A donde vas?—Preguntó, levantando algo la cabeza de la almohada.

—Voy a la cocina por un vaso de agua, no puedo dormir.—Respondí susurrando.

—Esta bien,ten cuidado, Filch podría verte y te castigaria.

Tome el consejo de Hermione y trate de ser lo más cuidadosa posible. Salí del cuarto descalza, para no hacer tanto ruido. Cuando llegue a la cocina busque un vaso para tomar agua. Cuando mire para arriba vi un estante donde estaban los vasos.

¿Con que necesidad de ponerlos tan arriba?

Busqué un banquito y me subí arriba de el para tratar de alcanzar un vaso. Aún así con un banquito debía ponerme de puntitas de pies. Estaba a punto de alcanzar uno cuando sentí unos pasos que venían desde afuera de la cocina.

Giré mi cabeza para ver si había alguien, pero la cocina estaba completamente vacía. Solo me encontraba yo. Estiré mi brazo nuevamente para alcanzar el vaso y fue cuando los pasos se escucharon más cerca y más rápidos.

Me asuste un poco y giré nuevamente la cabeza para ver, pero no me percate de que  estaba subida en un banco con muy poca estabilidad. Cuando quise darme cuenta el banquito se calló y por ende a ello yo también estaba por ir al mismo destino.

—¡Cuidado!—Se escuchó que alguien grito.

Fue cuando esos ojos cafés se encontraron nuevamente conmigo. Sentí como unos fuertes brazos se sostenían.

—¿Estás bien?

Asistí con la cabeza.

Una luz se vio por debajo de la puerta, mientras se escucharon unos pasos. De repente Mattheo dejo de cargarme y me jalo hacía una esquina de una columna de la cocina.

—¿Que hac-

Me tapo la boca con su mano y hizo una seña poniendo su dedo indice en sus labios. Como si intentara decirme que hiciera silencio.

Escuche los pasos de Filch acercándose. Me di cuenta que era el, por los maullidos de su gato. Alumbró un poco con su lampara para ver si había alguien, luego de unos segundos de comprobar que no había nadie se alejo.

Mire a Mattheo a los ojos. Sus pupilas estaban dilatadas. Pero eso no era lo que  más llamaba la atención en el. Su pómulo derecho estaba lastimado y tenia una pequeña lastimadura en labio al igual que en el tabique de la nariz.

—Ya se fue.—Dijo mientras, sacaba su mano de mi boca y se alejaba de mi.

Cuando lo hizo pude verlo mucho mejor en la claridad y note mucho más los golpes en su rostro.

—¿Estas.. bien?—Pregunte, mirando su rostro lastimado.

—Si, no es nada.—Dijo tocandose el rostro.—¿Que haces aquí?

—Vine por un vaso de agua ¿Y tu?

 
—Vine por hielo.

—Deberías ir a la enfermería.—Dije acercándome un poco a el.

—Si lo hago pensaran que estuve en otra pelea y me castigaran de nuevo.—Dijo mientras se alejaba para sacar una bolsa de hielo.—Esto servirá.

—¿Entonces.. tuviste otra pelea?—Pregunte dudando de si hacerlo o no.

—Si..—Dudo en contestar.

Me dio curiosidad saber con quién se había peleado esta vez. ¿Que este chico no se cansa de tener la cara rota a golpes?

Apoyo el hielo en su pómulo. Hizo una mueca de dolor y siguió apoyándolo. Se notaba que en verdad estaba adolorido. Me acerque a el y mire mejor sus heridas, el me observó sin decir nada.

—No deberías apoyar el hielo directamente en la piel.—Sugerí y le saque la bolsa de hielo para envolverla en un trapo.

Luego de eso trate de apoyarla cuidadosamente  en la zona lastimada de su cara. Tal vez me metería en algunos problemas si lo hacia, pero no podía dejarlo así. Después de todo me había salvado de una fea caída al piso.

Suspire un segundo y deje el hielo a un lado.

—Ven.—Dije tomandolo de la muñeca y guiándolo al pasillo. 

—¿A donde vamos?—Preguntó siguiéndome.

—A mi cuarto.

—¿Así tan fácil? ¿Sin primera cita ni nada?—Preguntó bromeando.

—No te emociones tanto, solo voy a curarte.

***

—Tengo un botiquín por aquí.—Dije mientras buscaba entre el montón de cosas que tenía guardadas en un baúl viejo.

—¿Duermes sola?—Preguntó mientras observaba mi habitación.

—No la comparto con Hermione.—Dije señalando su cama que estaba al lado.

—¿Y donde esta ella ahora?

—En el cuarto de Ginny, es que.. hicimos pijamada.

Saque algunas cosas del baúl para tratar de buscar mejor el botiquín y como era de esperarse estaba abajo de todo, así deje tiradas la mayoria de ellas en el piso. Mattheo miro con diversión el desastre que hice. 

—Necesito que  te arrecuestes.—Le ordene con el botiquín en las manos.

Mattheo me hizo caso sin decir nada y se sentó en mi cama con la espalda pegada al respaldar de esta. Me senté a su lado y comencé a sacar un algodón con alcohol para que no se infectara la herida.

Me acerque un poco a el y tomé su rostro haciendo que mire hacia la izquierda.

—Auch.—Se quejo.

—Lo siento.

Empecé a pasar el algodón con mucha delicadeza sobre su herida. No podía evitar desviar la mirada hacía sus labios lastimados.

—¿Desde cuando eres enfermera?

—Cuando era niña me ofrecí como ayudante de Madame Pomfrey en la enfermería.—Respondí.

—De seguro mi versión pequeña hubiera ido siempre para que lo cures.

—Me hubiera gustado conocer al mini tu.—Señale divertida.

—No era muy sociable, además de ser tímido con las chicas.

—¿Tu?¿Tímido con las chicas?—Lo mire a los ojos y el hizo lo mismo.

—Aún que no lo creas en un momento lo fui.

Sus pupilas seguían dilatadas. Era increíble el efecto que podía llegar hacer, era como si sus ojos fueran oscuros por completos. 

Me acerque un poco más. El olor a cigarrillo y cerveza se sentó en mis nariz. Podía sentir sus ojos oscuros clavados en mi. Seguí pasando el algodón pero ahora en el tabique de su nariz.

—¿Por que fue la pelea?—Pregunte, curiosa.

—Temas personales.—Respondió.

—No te intentes hacerte el misterioso conmigo.

Una pequeña sonrisa se formo en su rostro, pero la borro de inmediato al quejarse otra vez de dolor. Me sentí mal por que pensé que lo estaba lastimando, pero no fui así.

Sentí como colocaba su mano derecha en el abdomen. Deje el algodón a un costado de la cama y trate de tocar su abdomen pero no me dejo.

—Tengo que ver si tienes otras heridas.—Indique.

—Estoy bien.

—Mattheo, te estas quejando de dolor.

—Resisto más de lo que crees.—Dijo tratando de hacerse el fuerte. 

No volví a protestar y seguí curando sus otras heridas. Pero me di cuanta de algo. Sus nudillos no estaban rojos, ni raspados. Es como si.. el no hubiera dado ningún golpe.

—Creí que no te gustaban los bipolares.—Comentó, sin sacarme la mirada de encima.

—No me gustan.—Respondí.

—¿Y entonces por que me ayudas?

—Te debía el favor, además soy una buena persona, no podía dejarte así.

—Si estas buena.—Le eché una mirada ante su comentario—Digo, eres buena.

—¿Cuando estas borracho tratas de ligar más?

—No estoy borracho.—Se defendió.

—Apestas a cerbeza y cigarrillo.

—Bueno, tal vez si lo estoy.—Admitió.—Pero los borrachos siempre dicen la verdad.

Se me escapó una sonrisa.

Termine de curarlo y le puse una bandita en las heridas. Estaba guardando todas las cosas adentró del botiquín cuando otro quejido por su parte hizo que me diera la vuelta.

Volví a tratar de ver su abdomen pero su mano me detuvo rápidamente y me tomo la muñeca firmemente.

—Lu, de verdad estoy bien.

Lo mire extrañada. ¿Por que no quería que..?

—Será mejor que me vaya antes de que alguien me vea.—Dijo levantándose de la cama adolorido—Gracias por curarme.

—De nada. Gracias por salvarme de una caída.

—Tu me salvaste a mi en la torre de astronomía, solo te devolví el favor.

¿Lo había salvado? ¿Entonces si se iba a..?

Mi respiración se empezó a cortar cuando vi que se empezó a acercar a mi. Su mano corrió suavemente mi cabello y acerco su rostro a mi oído. Podía jurar que su labios iban a ir directamente a mi cuello pero no. Se detuvieron y me susurró:

—Nos vemos Lu. 




NOTA DE AUTORA:
Huolaaaa.
Quiero aclarar que lo que les pasa a Mattheo y Lu no son enrealidad poderes o algo por el estilo. Es más bien algo que solo pasa entre ellos dos, no les sucede con otra gente. Pero más adelante ya sabrán que es exactamente esto:D

¡Gracias por leer!

Mar.

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