Laila Scamander Y Las Reliqui...

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#7 «A matar a Voldemort» Las cacerías han comenzado en el mundo mágico. Laila Scamander junto con sus amigos... Mere

Sinopsis + TRAILER 1
1: El camino de la Nostalgia
2: Tonks
3: Angustiosas horas
4: Por Ojoloco
5: Preparativos
6: Los Delacour
7: Scrimgeour...otra vez
8: Testamento
9: Una boda de ensueño
10: Escape
11: Fugitivos
12: R.A.B
13: El Relicario
14: Kreacher
15: Una terrible reunion
16: Inútil Ayuda
17: Primera Plana
18: La calma antes de la Tormenta
19: Ministerio
20: Obsesión
21: No se deben decir mentiras
22: Escape poco exitoso
23: Gregorovitch
24: No son vacaciones
25: Inesperados visitantes
26: Separación
27: Carroñeros
28: La vida en Londres
29: El Refugio
30: El Plan
31: Avalon
32: Bola de Luz
33: Reencuentro
34: Una muy enojada Hermione
35: Lovegood
36: Las Reliquias de la Muerte
37: Emboscada
38: Pottervigilancia
39: Greyback
40: La Mansión Malfoy
41: Dobby, el elfo libre
TRAILER 2
43: Griphook y Ollivander
44: Un curioso trato
45: Padrinos
46: La horripilante poción multijugos

42: Las Secuelas

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Cuando abrí los ojos, sentí como si un edificio me hubiera caído encima, tenía en la garganta un sabor amargo pero debajo de mí habia algo suave y tibio. Abrí los ojos con cuidado me hallaba en la habitación que Fleur me habia dado cuando me habia quedado aquí con Ron. Estaba tal y como la deje solo que limpia, asumí que Fleur la limpiaba pero no inspeccionaba mis cosas. Pero lo mas importante era que descansando a mi lado estaba una gran y gorda bola de pelos de color negro, que cuando me vio con sus ojos azules, maulló;

— Hola, querida mocosa.

— ¡Presidente Besos!— quise sollozar, el gato quien no era muy afectuoso y en realidad solo quería que le dieran cariño a él, esta vez fue él quien se acerco a mi para hacerme cariño, ronroneó y restregó su carita contra mi mejilla, eso solo podía significar algo—. ¿Me veo tan mal?

El gato se detuvo.

— ¿Quién eres tu y que has hecho con mi ama para decir esto?

— Es cierto— me restregué los ojos con el brazo para evitar las lagrimas, le rasque detrás de las orejas. Todo esto era real, Bellatrix ya no me estaba torturando, Hermione ya no estaba siendo torturada, Voldemort no iba a venir por nosotros—. Por un segundo perdí la lucidez y olvide que para mi verse mal es algo físicamente imposible.  

— ¿Como te sientes?— Presidente Besos preguntó.

— Mejor— no sabía si era verdad o me estaba convenciendo a mi misma—. ¿Sabes de Hermione?

— Se veía peor que tu. Y si fuera tú me sentiría mejor por eso.— mi gato me dio una mirada critica—. Tanto tiempo afuera y deberías broncearte un poco.

— Sip.—-hice un esfuerzo por sentarme en la cama con un gruñido, al menos ahora podia mover mi cuerpo, Castiel estaba durmiendo plácidamente en la mesa de noche con sus bracitos protectoramente alrededor de mi varita—. Allí esta esa mirada juzgadora tuya, Presidente Besos.

— De verdad Laila, yo era alto, bronceado, con una despampanante cabellera rubia y ahora.... mi mayor atuendo es el de pascua, trate de ser grunge como los niños de ahora pero...

Por mas feliz que estuviera de escuchar a presidente besos sobre su discurso de que los tiempos eran mejores antes y ahora solo el atún le hace sentir lo mismo y blablabla, la puerta se abrió desviando mi atención. Fleur estaba perfectamente peinada, traía un delantal sobre su vestido azul, y cuando vio que yo estaba despierta fue hacia mi y me abrazó con fuerza. Hice una mueca al sentir mis huesos removerse como si fuera una anciana; al parecer la maldición Cruciatus aun dejaba sus vestigios de dolor en mi cuerpo, 

— ¡Oh Laila!— sonreí al notar que su acento francés no se había ido, sonaba aliviada.

— Estoy muy feliz de verte también— sonreí como pude tratando no pensar la cara de Bellatrix cuando me lanzaba el maleficio de tortura pero aun así me aleje de Fleur un poco rápido.

— No debegías levantarte tan rgapido de la cama, ¿que sucedió?—  su mirada preocupada paso por mi cara de seguro llena de cansancio e inflamada por las lágrimas—. ¿Que te hiciegon?

— Estoy bien. Nada permanente—  sacudí la cabeza, recordando la palabra Impura en el brazo de Hermione—. ¿Cómo están los demás?

— Monsieur Ollivander esta bastante frágil...— alze la cabeza curiosa al oír ese nombre, entonces Dobby primero tuvo que rescatar a ese hombre... también de seguro a Dean que estaba con los otros prisioneros. Al pensar en el elfo todo lo que me decía Fleur se volvió sonido de fondo, recordé como cayó en los brazos de Harry, sonriéndole una ultima vez a su primer amigo, a la primera persona que lo habia tratado como el ser tierno y gentil que era.

—  Dobby, él...— empecé esperando que lo ultimo que yo habia visto fuera uan terrible pesadilla debido a las torturas que Bellatrix me habia infligido, pero Fleur hizo una mueca y me vio con pena, no pudiendo negar la realidad, puso una mano en mi hombro;

— Lo siento, chérie.

Me tape la cara con las manos, Fleur me dio un gentil abrazo de hermana mayor como de esos que me daba Morgana cuando podia tocarme. Trate de controlar mis sollozos, mi respiración irregular y un sonido raro salió de mi garganta mientras lloraba en el hombro de la hermosa chica. Recordé a Dobby en segundo año queriendo matar a a Harry para "protegerlo", a cuando empezó a trabajar en Hogwarts y estuvo siempre a nuestro lado e incluso se ponía todos los ridículos gorros que Hermione tejía para los demás elfos. Mi mirada paso hacia la ventana donde pude reconocer a Harry quien estaba con una pala en sus manos, cavando lo que asumí era la tumba para nuestro pequeño amigo. Ni siquiera paraba un poco, simplemente cavaba y cavaba, sin detenerse, demasiado preocupado en sacar la tierra a oscuras. Fleur me miro esperanzada;

— No ha pargado de cavar. Debergias ig con él. Te escucha.

— No. Aun no. — sacudí la cabeza, se notaba que él necesitaba tiempo a solas, tal vez estaba ahogando todos sus pensamientos de culpa e ira en cavar esa tumba. Harry no era muy bueno en cuanto a controlar emociones o entender sentimientos—. Él necesita su espacio ahora.... y yo también. Tengo que ver a Hermione...

— Esta descansando, me temo que aun esta muy débil, Dean y Luna han prgeguntado pog ti... 

— ¡¿LUNA ESTA AQUI?!— Hice Fleur a un lado y rápidamente me puse en pie, debido a mi estado rápidamente me mareé, sintiendo que la sangre no me llegaba a la cabeza, em agarre a lo mas cercano que era Fleur, controlando mi visión y tratando de no caer inconsciente de nuevo.  Mis músculos ahora solo ardían pero no se sentían congelados por lo que podía caminar, aun así Fleur no me soltó. 

— ¿Estas bien?—  entrelazó su brazo con el mío—. ¿Quiegues que vayamos del brgazo?

— Me... me gustaría eso— balbuceé esbozando uan tímida sonrisa, aun podía recordar la cruel risa de Bellatrix mientras me retorcía en el suelo, recordándome una y otra vez que ella había asesinado a mi padre y también amenazándome con que iba a matar a Hermione y a Hermione diciéndole que me iba a matar a mi si no le decía la verdad de la espada. Toda esa crueldad, esa rudeza, ese frio, estaba siendo poco a poco reemplazado por la suavidad y la calidez de Fleur . Acepte su brazo, tratando de evitar los escalofríos y la sensación del maleficio en mi cuerpo mientras bajábamos hacia el primer piso de la casa, allí en el pequeño salón se hallaban Luna y Dean junto con Bill. Inmediatamente fui corriendo hacia mi amiga, se veía cansada y ojerosa aun así su cara se ilumino tanto como la mía cuando me vio;

— ¡Luna!— chillé abrazándola con fuerza, ella me abrazó de vuelta con una suave sonrisa antes de separarnos y vernos mejor la una la otra; aunque estaba aliviada de que no la hubieran asesinado aun así ella se veía afectada en su tiempo como prisionera.

— Lo siento mucho lo que te hicieron.—  ella murmuró tomándome la palabra, su voz suave—. Podía escuchar tus gritos desde abajo.

— No te preocupes por mi. Yo estoy bien—  acune una de sus mejillas en mi mano, tenía un moretón en su mejillas, recordé a su padre, su desesperación por ella—. Tu papá esta muy preocupado por ti, él... nos ayudo mucho.

Luan sonrío al pensar en su adre y le di una mirada a Ron del otro lado de que se quedara callado en cuanto lo que habia pasado donde los Lovegood.

— ¿Solo porque soy tu ex novio no merezco un abrazo?— el chico al lado de Ron se levanto de la silla, con grandes pasos fui y salte en los brazos de Dean Thomas.

— Mi falso ex novio favorito—  sonreí, aliviada de verlo por lo menos algo animado,

— Lo siento sobre tu tío, Laila, Ted realmente me ayudo.— me vio como si se estuviera disculpando, la muerte de mi tio Ted volvió de nuevo a mi cabeza, el dolor que debía sentir mi tia Andromeda y Tonks, fingí una sonrisa pequeña y le agradecí.

—  Si sigue así terminará mañana— Ron murmuró viendo por la ventana a Harry quien seguía cavando, di un par de pasos adelante viendo que en efecto solo no podía avanzar mucho, vi a Dean y a Ron. 

— Vayan a ayudarlo.—  les ordené a mis dos amigos—. No digan nada... solo ayúdenlo, debe haber perdido la noción del tiempo.

Ron asintió y fue junto con Dean hacia afuera, cada uno yendo por una pala para ayudarlo, en cuanto los dos se fueron nosotros quedamos en un silencio que Bill interrumpió viéndome alarmado;

— ¿Que les ha pasado a ti y a Hermione? Se ven como si las hubieran torturado sobre todo Hermione con esa palabra en su brazo y Dobby y los demás...

— Estuvimos con los Malfoy, nos atraparon unos carroñeros, es lo único que puedo decir. — suspiré pero al parecer mi pregunta solo hizo a Bill tener una expresión aun mas confusa y hambriento de preguntas pero no podía revelarle más.—. Esta no es mi misión, es la de Harry, si quieren una explicación él se las dará, ahora, Fleur ¿Tienes de casualidad hierbas y un caldero?

La mujer un poco confundida asintió pero sin hacerme preguntas solo me hizo una seña y entrelazo su brazo con el mío para guiarme hacia la pequeña cocina que tenían; era rustica y bonita, pensé en como yo apenas podía entrar a a una cocina ya que hasta los huevos se me quemaban cuando intentaba cocinar, era un asco de cocinera pero al menos intentaba, aun recuerdo como mi abuelo Newt y mi abuela Tina trataban de poner buena cara cuando hace un año les hice la cena. Pensar en ellos me hizo querer llorar, cuando Bellatrix me maldecía una y otra vez, pensé en ellos, en como los quería a mi lado, en como quería a mi abuelo Newt que se acurrucaba conmigo como lo hacía cuando yo tenía pesadillas en la noche, incluso hasta cuando murió papá, o en mi abuela Tina que me abrazaba y me murmuraba lo inteligente y valiente que era.

— ¿Que harás?— preguntó Fleur sacándome de mis pensamientos.

— Sanarme con hechizos de Morgana, siendo que ella misma los creó y bueno ella desta entro de mi, el cuerpo ya no me dolerá tanto ni la cabeza, ni.. todo.— explique en pocas palabras, la vi un poco apenada—. ¿Por favor podrías dejarme sola unos momentos?

Fleur después de unos momentos asintió, con una expresión un poco decepcionada, al igual que su esposo de segur quería saber más sorbe como llegamos con Hermione y yo torturadas, un elfo muerto, un duende con las piernas rotas y al parecer Ollivander en bastante mala salud. En cuanto Fleur se fue inmediatamente Morgana apareció a mi lado, me sonrió y puso una mano rozando mi mejilla, al verla frente a mi inmediatamente una lagrima cayó por mis ojos, ella no solo era mi amiga, era mi hermana mayor, era literalmente mi otra mitad, mi confidente. Quiso limpiar mi mejillas pero su mano me atravesó como la de un fantasma.

— Has sido tan valiente, mi hermosa niña— ella me sonrió, sus ojos brillando por lagrimas, imagino que ver a la niña que habia visto crecer por 17 años siendo torturada tampoco habia sido fácil para ella—. No te preocupes, con todo lo que te enseñado ya no habrá dolor. Y pronto todos los que te han hecho daño; Lefay, Lestrange, Umbridge... todos ellos sufrirán.

— Lo se, solo estoy esperando el momento en que los vea de nuevo— murmure mientras veía los frascos de Fleur y las etiquetas que tenían, sacando la cicuta, valeriana y la solanáceas además de sacar agua del lavabo, poniendo todo en el caldero poco a poco, empezando a hervir una poción para mi cansancio y el dolor que el maleficio Cruciatus había dejado en mi cuerpo.

También hice un pequeño fuego, tomando en mi mano derecha la savia seca, pasándola por mis dedos, sintiéndola y concentrándome en el hechizo, en mi pronunciación y en mi magia.

"Ahlúttre þá séocnes. Þurhhæle bræd."— sentí como mis ojos se iluminaban anaranjados por el poder de Morgana en mis venas y luego tire la savia al fuego, el humo rápidamente elevándose en al aire y me acerqué, inhalando profundamente, mi capacidad para respirar aumento, sintiendo como ya no me dolía el pecho cuando respiraba y mi cabeza se aclaró, el dolor de mi cabeza como uñas rasgando una pizarra despareciendo, mientras dejaba la poción en el caldero hervir.

— Ojala pudiera abrazarte.— murmure con tristeza, el apoyo de Fleur era genial, pero nada se comparaba a sentir las suaves manos de M en mi cabello.

— Para eso tendrías que ocupar la huella del obscurus y su poder, o que yo te posea y ninguna de esas cosas va a suceder, solo te debilitaran mas.— ella negó rotundamente, ahora tenía su cabello negro en bucles y un largo vestido verde esmeralda encima. Yo dejé la cuchara de madera a un lado.

— Creo que hay que iniciar el plan para recuperar tu cuerpo. No sabemos cuanto demorara esta caza de los horrocruxes—  baje un poco la voz por si alguien estaba detrás de la puerta—. No sabemos cuanto tiempo me queda antes de que la huella del obscurus me mate por dentro.

— ¿ Y cuando le dirás a Harry sobre lo que tiene que hacer?— Morgana alzó una ceja.

— Estoy buscando el momento apropiado para decirle que tiene que lanzarle el maleficio asesino a su novia— la vi con seriedad antes de desviar mi mirada hacia la ventana donde Dean y Ron se le habían unido para cavar la tumba—. Este no es uno de esos momentos. Además primero hay que asegurarnos que tu tengas un nuevo recipiente al que volver. Uno humano, y que no este ocupado como el actual.

— Están en guerra, anwyll, nunca será un buen momento.— Morgana me aconsejó con suavidad mientras yo terminaba de agregar más cicuta y revolvía tres veces el caldero hacia la derecha.

Una vez termine agarre una de las tazas de la alacena y vertí el liquido en este, puse mi mano izquierda debajo de la taza y la otra arriba murmurando un hechizo de sanación. Olía bastante bien debido a que básicamente solo eran hierbas, sin embargo cuando le di un sorbo sabía tan amargo que lo quise escupir de inmediato.

Me tape la nariz e imaginando que era un vaso de whiskey de fuego me lo llevé a los labios y me lo trague rápidamente para no tener que saborearlo. Pero al contrario del whiskey que me quemaba la garganta aquí el efecto fue inmediato, mis músculos se relajaron y a la vez una oleada de energía lleno mi cuerpo,  ya ni un solo músculo de mi cuerpo dolía.

— Laila—  la voz de Luna me hizo dar un salto y preguntarme cuanto tiempo estuvo allí viéndome hablar con la nada ya que ella no veía a Morgana como yo—. Creo que ya han terminado.

Todos ya estaban junto con Harry, Bill, Fleur, Ron e incluso Hermione que estaba mucho mas pálida que yo, abrigada con una bata prestada, se acercó a Ron, que le rodeó los hombros con un brazo.

— Habría que cerrarle los ojos.

 Luna saco su brazo del mío, agachándose  y con ternura apoyó los dedos en los párpados de Dobby para cerrarle los vidriosos ojos. Note que lo habían vestido con calcetines y un gorro de lana que le tapaba las orejas de murciélago.

— Ya está —musitó Luna—. Ahora podrá dormir.

Harry colocó al elfo en la tumba y le dispuso las diminutas extremidades como si estuviera descansando; salió del hoyo y le echó un último vistazo al cadáver. 

— Creo que deberíamos dedicarle unas palabras —sugirió Luna—. Empezaré yo, ¿vale?

Y mientras todos la miraban, Luna le dijo al elfo que yacía en el fondo de la tumba:

— Muchas gracias, Dobby, por haberme rescatado de aquel sótano. Es una injusticia que hayas tenido que morir, porque eras muy bueno y muy valiente. Siempre recordaré lo que has hecho por nosotros y deseo que ahora seas feliz.

El mundo cayó en silencio y decidí que yo también quería hablar;

— Eso fue muy bonito Luna— le sonreí apretándole la mano, yo di un respiro tembloroso—.  Gracias Dobby por siempre cuidar de nosotros y ayudarnos, eres el elfo libre mas valiente y de gran corazon que habré conocido.

Me di la vuelta y le di un codazo a Ron, que carraspeó y dijo con voz sorda:

— Sí, gracias, Dobby.

— Gracias —murmuró Dean.

Harry tragó saliva y dijo simplemente:

—Adiós, Dobby. —No fue capaz de decir nada más. Bill levantó su varita mágica, y el montón de tierra acumulado junto a la tumba se alzó y cayó pulcramente en el hoyo, formando un pequeño túmulo rojizo.

— ¿Les importa que me quede un momento aquí? —preguntó Harry a los demás.

Todos  me vieron a mi en busca de una respuesta, de si era bueno o no dejarlo solo, yo asentí y todos empezaron a darse la vuelta, Ron le dio unas suaves palmadas a Harry en la espalda, llevándose a Hermione consigo ya que aun se veía débil. Fui la ultima en quedarme, me acerque a el y le di un firme beso en la frente antes de darme la vuelta y abrazándome a mi misma, me regrese a la casa donde ya todos me estaban esperando sentados en el salón.

Me sumé a los demás sentándome al lado de Dean que me paso un brazo por los hombros y yo apoye mi cabeza en su hombro. Ignore las palabras de Bill aunque de seguro eran noticias bastante importantes del mundo exterior, pero lo unico que estaba en mi mente era la tierna y temblorosa voz de Dobby, su expresión  amable y llena de admiración cada vez que veía a Harry. Había muerto en los brazos de su primer y mas querido amigo, aprete la mano de Dean a mi lado, tragándome mis lagrimas.

—... una suerte que Ginny esté de vacaciones. Si hubiera estado en Hogwarts, se la habrían llevado antes de que lográramos rescatarla. Ahora ya sabemos que ella también está a salvo.— Bill se detuvo un segundo y yo alze la cabeza viendo a Harry  en la puerta y le explicó—: Los he sacado a todos de La Madriguera y los he llevado a casa de Muriel, porque los mortífagos ya saben que Ron está contigo y sin duda irán por mi familia. No, no te disculpes —añadió al ver la cara que ponía—. Sólo era cuestión de tiempo; mi padre llevaba meses diciéndolo. Somos la familia más numerosa de traidores a la sangre que existe.

— ¿Cómo los has protegido? —preguntó Harry.

— Mediante un encantamiento Fidelio; mi padre es el Guardián de los Secretos. Y también le hemos hecho un Fidelio a esta casa y, por tanto, yo soy aquí el Guardián de los Secretos. Nadie de nuestra familia puede ir a trabajar, pero ahora eso es lo de menos. Y cuando Ollivander y Griphook se hayan repuesto un poco, nosotros también nos iremos a casa de Muriel, porque aquí apenas cabemos; ella dispone de mucho espacio. Fleur le ha dado crecehuesos a Griphook y ya se le están curando las piernas. Así que, si todo va bien, podremos trasladarlos dentro de una hora o...

— No, no, los necesito a los dos —lo interrumpió Harry, y Bill se sorprendió—. Tengo que hablar con ellos; es importante.

Agrandé los ojos un poco sorprendida por  la autoridad de su voz, la convicción, incluso todos lo miraban, desconcertados.

— Voy a lavarme  ¿Laila puede venir conmigo?—añadió Harry mirándose las manos, manchadas de barro y de la sangre de Dobby. Asentí, deshaciendo mi agarre de la mano de Dean, aunque me sentía fatal por Dobby, mi energía ya estaba recuperada y ya no sentía las secuelas del maleficio—. Luego quiero hablar con ellos, enseguida.

Subimos las escaleras hasta el pequeño lavabo, yo me senté en el suelo de azulejos, mientras Harry se lavaba las manos, el agua llevándose la tierra y la sangre de Dobby por el lavabo. Una vez se seco las manos a los lados del pantalón, se sentó a mi lado y supe que él no sabía por donde empezar la conversación. 

— ¿Como te sientes?— la pregunta salió suave y con preocupación.

— Estoy mejor, hice un par de hechizos de Morgana y ya no duele.—  hice una mueca—. Pero...

— Pero?

— Lo que paso siempre va a seguir aquí—apunte a mi cabeza con una expresión triste—. Ahora entiendo solo un poco de lo que sufrieron los padres de Neville. Aun puedo recordar la sensación del maleficio, como no dejaba respirar, como el ruido incesante y horrible en mi cabeza, como si me estallara el cráneo y los oídos. Los gritos de Hermione, sus suplicas y como yo no podía hacer nada. Fui una inútil. Tengo tanto poder dentro mío y yo no pude salvarla...

— No eres inútil. —  él me interrumpió con convicción—. Eres la bruja más poderosa que he conocido, que cualquiera haya conocido, y no solo por Morgana. Puedes saber las emociones de cada uno sin siquiera usar tu legeremancia, eres una increíble luchadora, aprendes muy rápido y demasiado inteligente. Ellos me buscaban a mi. Yo soy el que tuve que...

— Esto es mas grande que nosotros.— lo interrumpí, o si no íbamos a seguir un incesante juego de quien tenía mas la culpa, entendiendo que el se sentía tan culpable como yo—.  No importa cuanto hubieras tratado de luchar o gritar....

— No mas grande que tu. Nada es mas importante que tú para mi. Que hare si ganó esta pelea y tu no estas a mi lado? ¿Que sentido....— él se detuvo sin saber expresarse muy bien, pero con esas pocas palabras yo ya lo había entendido, algo bueno de nuestra relación era que Harry era un libro abierto para mi aun siendo que él tenía problemas para expresar sus sentimientos. Aun así sus palabras resonaron en mi cabeza, mi propia profecía para quitar a Morgana de mi cuerpo... la maldición asesina que me tendría que lanzar, ¿como podría explicárselo? 

No supe que me había puesto a llorar de nuevo hasta que Harry me limpió una de la lagrimas. Alze la mirada viendo su cicatriz:

— ¿Duele?— puse suavemente mi dedo en su cicatriz pero esta vez, un escalofrió me recorrió al columna y mis extremidades se sintieron un poco mas frías, rápidamente quite la mano, recordando como se había sentido el relicario en mis manos.

— ¿Sucede algo? 

— Estoy bien— tratando de sacudir esa horrible sensación me paré del suelo y le tendí una mano que el acepto levantándose también, le di una sonrisa picarona—. Creo que deberíamos volver antes de que piensen que hicimos mas con las manos que solo lavárnoslas.

Harry cerró los ojos y sacudió la cabeza, las comisuras de sus labios elevándose un poco y para mi eso fue suficiente, sus dedos se entrelazaron con los míos y ambos salimos.

Cuando volvimos,  Bill y Fleur estaban al pie de la escalera.

— Necesito hablar con Griphook y Ollivander —dijo Harry.

—No puede seg —repuso Fleur—. Tendgás que espegag, Hagy. Están los dos heguidos, cansados...

— Perdónenme—repuso Harry con calma como nunca lo había visto—, pero no tenemos tiempo. Necesito hablar con ellos ahora mismo, en privado y por separado. Es muy urgente.

— ¿Qué demonios pasa, Harry? —terció Bill—. Te presentas aquí con un elfo doméstico muerto y un duende casi inconsciente; Hermione y Laila están como si las hubieran torturado, y Ron no quiere contarme nada...

— No podemos explicarte qué estamos haciendo —dijo Harry cansinamente—. Perteneces a la Orden, Bill, y sabes que Dumbledore nos encomendó una misión. Pero no podemos hablar de ella con nadie.

Fleur chasqueó la lengua, impaciente, pero su marido no desvió la mirada de los ojos de Harry y por un segundo pensé que iba a argumentar de nuevo, en lo cual estaba en su derecho ya que acabamos de entrar a su casa sin ninguna explicación.

— Está bien —dijo Bill al fin—. ¿Con quién quieres hablar primero?

Harry titubeó y me miró, yo no dije nada, era su decisión, que mas importaba si las reliquias de la muerte o los horrocruxes, aunque para mi la respuesta ya era obvia.

— Con Griphook —contestó—. Primero hablaré con Griphook.

— Pues ven —indicó Bill, y lo guió por la escalera. Apenas subimos unos escalones, Harry se detuvo y miró hacia atrás.

— ¡Los necesito a los dos también! —les gritó a Ron y Hermione, medio escondidos en la entrada del salón.

Ambos se dejaron ver con una extraña expresión de alivio y yo les sonreí.

—¿Cómo te encuentras? —le preguntó Harry a Hermione preocupado y la vio admirándola—. Estuviste increíble. No sé cómo fuiste capaz de inventar esa historia con el daño que te estaba haciendo esa bruja...

Hermione compuso una débil sonrisa; y yo le revolví suavemente su melena; Ron la rodeó con un brazo y preguntó:

—¿Qué vamos a hacer ahora, Harry?

— Ya lo verán. Vamos

Fortsæt med at læse

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