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By -BANGTANWORLD

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ππŽπ’πˆπ“πˆπŽππ’ ┇ ❛ Switchin' the positions for you ❜ ━━ Contenido homoerΓ³tico +15 ━━ YoonGi pasivo x BTS More

━━ 𝟎𝟎𝟏 : π—žπ—’π—’π—žπ—šπ—œ
━━ 𝟎𝟎𝟐 : π—§π—”π—˜π—šπ—œ
━━ πŸŽπŸŽπŸ‘ : π—‘π—”π— π—šπ—œ / π—π—œπ— π—¦π—¨
━━ πŸŽπŸŽπŸ’ : π—π—œπ—‘π—¦π—¨
━━ πŸŽπŸŽπŸ“ : π—›π—’π—£π—˜π—šπ—”
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By -BANGTANWORLD

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𝑶𝑵𝑬-𝑺𝑯𝑶𝑻
𝑵𝑨𝑴𝑮𝑰

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𝘸𝘳𝘪𝘵𝘵𝘦𝘯 𝘣𝘺
╰┈➤ ❝ -𝙱𝙰𝙽𝙶𝚃𝙰𝙽𝚆𝙾𝚁𝙻𝙳 ❞


La noche estaba envuelta en oscuridad, extendiendo un manto de terciopelo sobre el mundo. YoonGi sabía que era la hora en que NamJoon estaría en el gimnasio, perfeccionando su cuerpo con cada entrenamiento intenso. No podía resistirse a la atracción de presenciar la esculpida figura de NamJoon en acción, la forma en que sus músculos se contraían y tensaban con cada movimiento. El pálido YoonGi deliberadamente programó su llegada para coincidir con la sesión de entrenamiento de NamJoon, ansiando estar cerca de él.

Al ingresar al gimnasio, YoonGi no pudo evitar sentir un impulso de deseo corriendo por sus venas. Sus ojos devoraban ansiosamente cada centímetro de la piel bronceada de NamJoon, su mente creando imágenes vívidas de cómo se sentiría tocarlo.

Min YoonGi estaba en el gimnasio, observando a Kim NamJoon mientras este levantaba pesas. No podía evitar sentirse atraído por su físico impresionante, su piel bronceada brillando con el sudor y sus músculos bien definidos. Se mordió el labio inferior, sintiendo cómo la lujuria comenzaba a apoderarse de él.

NamJoon, ajeno a las miradas intensas de YoonGi, continuaba con su rutina de ejercicios. Cada movimiento era elegante y poderoso, y YoonGi no podía apartar los ojos de él. La tensión sexual se palpaba en el aire, y YoonGi sabía que no podía resistirse más a sus deseos.

Decidido a acercarse, con una sonrisa traviesa en su rostro, YoonGi se acercó sigilosamente a NamJoon mientras este terminaba su serie de levantamiento de pesas.

—Oye, NamJoon —YoonGi murmuró, su voz impregnada de una pizca de seducción—. Me preguntaba si podrías ayudarme con un ejercicio. Necesito asistencia con una sentadilla en la máquina.

Las cejas de NamJoon se elevaron en sorpresa, un destello de anticipación bailando en sus ojos. Asintió, intrigado por la solicitud de YoonGi. La tensión en el aire era palpable mientras se dirigían a la máquina de sentadillas, sus cuerpos apenas a centímetros de distancia. YoonGi podía sentir el calor irradiando del esculpido cuerpo de NamJoon, encendiendo un fuego dentro de él que no podía ignorar.

Con un repentino arrebato de audacia, YoonGi se posicionó en la máquina, su cuerpo listo y preparado. Sentía el peso del mundo presionándolo, pero nada se comparaba con el peso de su deseo por NamJoon. Mientras descendía en la sentadilla, podía sentir cómo sus músculos se tensaban, pero no era nada comparado con el anhelo que palpitaba entre sus muslos.

La mirada de NamJoon se fijó en la forma de YoonGi, cautivado por la visión de él trabajando su cuerpo de una manera tan tentadora. El aire chisporroteaba de tensión mientras sus ojos se encontraban, un entendimiento silencioso pasaba entre ellos. El corazón de YoonGi latía acelerado en su pecho mientras sentía las fuertes manos de NamJoon guiando suavemente sus movimientos, sus cuerpos moviéndose en perfecta sincronización.

El contacto físico enviaba una descarga eléctrica a través de las venas de YoonGi, su cuerpo respondiendo ansiosamente al tacto de NamJoon. Cada roce de las manos de NamJoon contra su piel enviaba oleadas de placer a través de él, intensificando su deseo con cada segundo que pasaba. Mientras continuaban con el ejercicio, el aliento de YoonGi se entrecortaba, su cuerpo temblando de anticipación.

El gimnasio a su alrededor se desvaneció en segundo plano mientras YoonGi se perdía en la intensidad del momento. La sensación del firme agarre de NamJoon en su cuerpo, la forma en que sus músculos se movían al unísono, encendía un fuego profundo dentro de él. No podía evitar imaginar cómo se sentiría tener el cuerpo de NamJoon presionado contra el suyo, sus movimientos ya no limitados por los confines del gimnasio.

Las piernas de YoonGi temblaban de agotamiento y deseo. El aire estaba cargado de anhelo no expresado, sus ojos fijos en un intercambio silencioso que decía mucho. Solo era un ejercicio simple, pero había encendido una chispa entre ellos, una llama que no podía ser extinguida.

Sus cuerpos podían estar empapados en sudor, pero era el calor de su deseo lo que ardía más intensamente. Y a medida que la noche continuaba desplegándose, YoonGi no pudo evitar preguntarse hasta dónde les llevaría su pasión compartida.

NamJoon no podía apartar la mirada del cuerpo de YoonGi mientras hacía las sentadillas. El contraste entre su físico pálido, delgado pero definido y la intensidad de sus movimientos era hipnotizante para NamJoon. Se encontraba cautivado por la dedicación de YoonGi y la forma en que sus músculos se contraían con cada repetición. La atmósfera íntima en el gimnasio parecía intensificarse, el aire denso de deseo y anticipación.

A medida que el cuerpo de YoonGi descendía en la sentadilla, sus músculos se esforzaban, las líneas fibrosas de su espalda y brazos se volvían más pronunciadas. Los ojos de NamJoon seguían los contornos del cuerpo de YoonGi, sintiendo cómo su propio ritmo cardíaco se aceleraba en respuesta. El brillo del sudor en la piel de YoonGi bajo las luces del gimnasio aumentaba aún más el atractivo, haciendo que NamJoon anhelara el sabor de su sudor en su lengua.

La habitación parecía hacerse más pequeña, los ruidos de los demás usuarios del gimnasio se desvanecían en segundo plano. Los únicos sonidos que importaban eran los jadeos pesados y el golpeteo rítmico de los movimientos de YoonGi. NamJoon podía sentir el calor que irradiaba el cuerpo de YoonGi, encendiendo un fuego dentro de él que ardía con más intensidad a cada segundo que pasaba.

Sus miradas se encontraron y, en ese momento, la conexión no verbal entre ellos se profundizó. NamJoon podía percibir el deseo salvaje que recorría las venas de YoonGi, su propio cuerpo respondiendo de la misma manera. La tensión en el aire crujía, su anhelo compartido creaba una carga eléctrica que los rodeaba como un campo magnético.

El cuerpo de YoonGi se elevó de la sentadilla, sus músculos temblando de fatiga y deseo. Los ojos hambrientos de NamJoon recorrieron los contornos del cuerpo de YoonGi, su mirada deteniéndose en las gotas de sudor que resbalaban por su piel enrojecida. No pudo evitar imaginar cómo sabrían esas gotas en sus labios, cómo se sentiría el cuerpo de YoonGi presionado contra el suyo.

Sus cuerpos, ahora empapados de sudor, parecían brillar con un aura sobrenatural. El gimnasio, antes un espacio mundano, se había convertido en un templo sagrado del deseo. El corazón de NamJoon latía al compás del ritmo de su pasión compartida, como si fuera un tambor primordial llamándolos a explorar las profundidades de sus deseos.

El deseo de NamJoon por YoonGi había alcanzado su punto de ebullición. La intensa mirada que compartieron en el gimnasio fue suficiente para que NamJoon tomara acción. Acortó la distancia entre ellos, su mano acariciando la piel húmeda de YoonGi y lo tomó del brazo, conduciéndolo hacia las duchas, lejos de miradas indiscretas. La anticipación llenaba el aire mientras entraban en la privacidad de la cabina de la ducha.

—Ven aquí, YoonGi —susurró NamJoon, su voz cargada de lujuria.

YoonGi obedeció sin decir una palabra, su mirada llena de deseo reflejada en sus ojos oscuros. Se acercó a NamJoon, su cuerpo rozando el suyo, sintiendo el calor que emanaba de su piel.

El agua caliente caía sobre sus cuerpos, lavando el sudor de su intenso entrenamiento. NamJoon se colocó detrás de YoonGi, sus ojos fijos en las gotas de agua que se adherían a la piel brillante de YoonGi. Con un firme agarre, NamJoon presionó a YoonGi contra los azulejos fríos, un escalofrío recorrió su espalda al conectar sus cuerpos.

Las manos de NamJoon recorrieron el cuerpo mojado de YoonGi, explorando cada curva y recoveco. La sensación de los músculos firmes de YoonGi bajo sus dedos envió una oleada de deseo a través de las venas de NamJoon. Se acercó, sus labios rozaron el lóbulo de la oreja de YoonGi, su voz impregnada de un tono ronco.

—Me has estado provocando con esos squats, YoonGi —susurró NamJoon, su cálida respiración enviando escalofríos por la espalda de YoonGi—. Ahora es el momento de mostrarte cuánto te he estado deseando.

Las manos de NamJoon se movieron más abajo, acariciando el firme trasero de YoonGi, apretándolo firmemente. Un gemido bajo escapó de los labios de YoonGi mientras arqueaba la espalda, presionando su trasero contra la creciente protuberancia de NamJoon. NamJoon no pudo contenerse más. Extendió la mano entre las piernas de YoonGi, sus dedos se deslizaron por la entrepierna de YoonGi, sintiendo el calor y la humedad que se había acumulado allí. Con habilidad, comenzó a acariciar el miembro de YoonGi, sintiendo cómo se endurecía en su mano.

—¿Te gusta esto, hm? —susurró NamJoon con una voz cargada de lujuria mientras continuaba sus caricias. Sus labios encontraron el cuello de YoonGi, dejando un rastro de besos y mordiscos ardientes.

YoonGi gimió en respuesta, incapaz de negar el placer que NamJoon le estaba proporcionando. Sus manos se aferraron a los azulejos, buscando algo para sostenerse mientras el placer se apoderaba de su cuerpo. NamJoon aumentó el ritmo de sus caricias, intensificando las sensaciones que recorrían a YoonGi.

Sin previo aviso, NamJoon se separó, dejando a YoonGi anhelando más. Pero antes de que pudiera protestar, NamJoon se posicionó frente a él, su propia erección palpitante y lista para ser liberada.

—Dime, YoonGi, ¿quieres probar mi dura polla? —NamJoon gruñó, su voz llena de deseo y dominación. Sus ojos se clavaron en los de YoonGi, buscando la confirmación que tanto ansiaba.

YoonGi asintió, incapaz de resistirse a la tentación que NamJoon representaba. Se arrodilló frente a él, tomando el miembro de NamJoon en su mano y sintiendo cómo palpitaba de excitación. Con una mirada llena de determinación, envolvió su boca alrededor de la dura erección de NamJoon, hundiendo su cabeza hacia abajo y disfrutando de cada centímetro.

NamJoon gimió, sintiendo el cálido abrazo de la boca de YoonGi alrededor de su miembro. Sus manos se aferraron al cabello de YoonGi, guiándolo hacia arriba y hacia abajo, dictando el ritmo. El placer se intensificó, y YoonGi supo que estaba cerca de llevar a NamJoon al límite.

—Oh, joder, YoonGi... ¡sí! —gritó NamJoon, sus caderas empujando hacia adelante mientras alcanzaba su clímax. El gusto salado del líquido caliente llenó la boca de YoonGi, quien lo recibió con una sonrisa traviesa.

Se levantó lentamente, sus labios curvados en una sonrisa satisfecha.

NamJoon no pudo resistirse más y se abalanzó sobre YoonGi, sus labios chocando con los suyos en un beso apasionado y hambriento. Sus lenguas se entrelazaron, explorándose con intensidad mientras el agua seguía cayendo sobre sus cuerpos.

Las manos de NamJoon recorrieron cada centímetro del cuerpo de YoonGi, apretando sus nalgas con fuerza, sintiendo la suavidad de su piel bajo sus dedos. YoonGi gimió de placer, sus manos aferrándose a los hombros de NamJoon, buscando más contacto, más cercanía.

NamJoon rompió el beso y comenzó a descender por el cuello de YoonGi, dejando un rastro de besos húmedos y mordiscos suaves a su paso. Sus labios llegaron a los pezones de YoonGi, los atrapó entre sus dientes y los chupó con avidez, arrancando gemidos de placer de los labios de su amante.

—Eres tan hermoso, YoonGi —susurró NamJoon, su voz llena de deseo—. Quiero saborearte, tocarte, hacerte mío.

YoonGi gimió ante las palabras lascivas de NamJoon, su cuerpo temblando de anticipación.

Los labios de NamJoon descendieron por el pecho de YoonGi, dejando un rastro de besos calientes y con la boca abierta en su camino. Se detuvo para succionar uno de los pezones erectos de YoonGi, sus dientes rozando el botón sensible. Los dedos de YoonGi se apretaron en el cabello húmedo de NamJoon mientras un gemido escapaba de sus labios, mezclándose con el sonido del agua que los rodeaba.

La respiración de YoonGi llegaba en jadeos entrecortados mientras la boca de NamJoon continuaba su viaje hacia abajo, dejando un rastro húmedo sobre su abdomen. Las gotas de agua se mezclaron con el sabor del sudor cuando la lengua de NamJoon se sumergió en su ombligo, trazando círculos que enviaban escalofríos por la columna de YoonGi.

Las manos de NamJoon se movieron hacia la cinturilla del short de entrenamiento de YoonGi, deslizándolos habilidosamente por sus piernas. YoonGi dio un paso fuera de ellos, su cuerpo ahora completamente expuesto a la mirada hambrienta de NamJoon. El agua continuó cayendo, la sensación intensificando la excitación

Con una mirada intensa y un movimiento rápido, NamJoon se arrodilló frente a YoonGi y tomó su miembro en su boca, envolviéndolo con su lengua cálida y habilidosa. YoonGi se aferró a la pared, dejando escapar gemidos de placer mientras NamJoon lo llevaba al borde del éxtasis.

Los gemidos llenaron el lugar, mezclados con el sonido de la música que se filtraba desde los altavoces. NamJoon continuó su trabajo experto, saboreando a YoonGi con cada lamida y succión. El placer se acumulaba en el cuerpo de YoonGi, su respiración entrecortada y sus piernas temblorosas.

—NamJoon, no puedo más. Necesito sentirte dentro de mí —gimió YoonGi, desesperado por más.

NamJoon se levantó lentamente, sus ojos llenos de deseo mientras se quitaba la ropa restante. Ambos hombres estaban ahora desnudos frente al otro, sus cuerpos brillando con el sudor y sus miradas ardientes de pasión.

YoonGi se mordió el labio inferior, sus ojos llenos de lujuria mientras se dejaba llevar por el placer.

—Hazme tuyo, NamJoon —rogó, su voz llena de anhelo y sumisión.

NamJoon sonrió con malicia, sintiendo su dominio sobre YoonGi. Con un movimiento rápido, lo empujó suavemente contra la pared, sus manos sujetando sus muñecas por encima de su cabeza.

—Eres mi putita, ¿verdad? —dijo NamJoon, su voz llena de autoridad.

YoonGi gimió, sintiendo su excitación aumentar ante las palabras de NamJoon.

—Sí, soy tu putita —respondió, su voz llena de entrega.

NamJoon se inclinó para capturar los labios de YoonGi en un beso apasionado y desenfrenado.

El deseo se volvió incontrolable, una necesidad de posesión y rendición. NamJoon liberó las muñecas de YoonGi y deslizó sus manos hacia abajo, agarrando con fuerza sus nalgas. YoonGi soltó un gemido ahogado, su cuerpo arqueándose hacia NamJoon, buscando más contacto y más placer, NamJoon levanto una de las piernas del pálido y deslizo su miembro duro y palpitante dentro de él. YoonGi dejó escapar un gemido ahogado, sintiendo cómo NamJoon lo llenaba por completo.

Los movimientos eran intensos y frenéticos, cada embestida llevando a YoonGi más cerca del borde del placer. NamJoon tomó el control, dominando a YoonGi con fuerza y determinación, ambos entregados al éxtasis del momento.

Las duchas del gimnasio se llenaron de gemidos y susurros obscenos, una sinfonía de placer y lujuria.

—¡Oh, sí! ¡Eres tan apretado, YoonGi! —gruñó NamJoon, perdido en la pasión del momento—. ¿Te gusta cómo te folla tu hombre, huh?

YoonGi apenas podía contener sus gemidos mientras sus uñas se clavaban en los hombros de NamJoon. Cada embestida enviaba ondas de placer a través de su cuerpo, y podía sentir cómo su orgasmo se acercaba rápidamente.

—Sí, NamJoon, ¡más duro! ¡Fóllame sin piedad! —gritó YoonGi, abandonándose completamente al placer abrumador.

NamJoon lo levantó en el aire, sosteniéndolo con facilidad mientras YoonGi envolvía sus piernas alrededor de su cintura. Sus cuerpos se fusionaron en un movimiento frenético, sus respiraciones entrelazadas y el sonido de la piel chocando llenaron el aire.

El éxtasis los envolvió, el placer estallando dentro de ellos como una tormenta eléctrica.

—Oh, sí, NamJoon, más fuerte —gemía YoonGi, su voz llena de desesperación y necesidad.

NamJoon obedeció las súplicas de YoonGi, embistiéndolo con aún más fuerza y velocidad. El sonido de la piel chocando contra piel llenaba el aire mientras se perdían en un frenesí de pasión desenfrenada.

Los gemidos se intensificaron, mezclándose con los susurros de obscenidades y los sonidos húmedos de su unión. YoonGi podía sentir cómo su clímax se acercaba, su cuerpo vibrando con anticipación.

—¡NamJoon, voy a venirme! ¡Dame todo tu semen! —gritó YoonGi, al borde del éxtasis.

NamJoon gruñó en respuesta, sacudiéndose con fuerza mientras su orgasmo se apoderaba de él. El placer abrumador envolvió a ambos hombres mientras se abandonaban al clímax, sus cuerpos arqueándose y temblando en un éxtasis compartido.

Las duchas quedaron en silencio, solo interrumpido por la pesada respiración de ambos hombres. Se miraron fijamente, sus cuerpos aún conectados, y una sonrisa de satisfacción y complicidad se formó en sus labios.

YoonGi sonrió, sintiendo una oleada de calor y felicidad en su interior. Se acercó a NamJoon y lo besó suavemente, saboreando el sabor de su pasión compartida.

Con una sonrisa llena de promesas, los dos hombres se vistieron y abandonaron el gimnasio.

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Todas las personas se cansan. Junior lo sabΓ­a y aun asΓ­ continuΓ³ lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.