El suave aroma a canela y manzana envolvía la mansión Snow, Cornelia estaba haciendo la cena mientras que Tigris junto a otro avox le ayudaban, las risas no faltaban en la cocina, Rose corría por toda la cosa, Crassus estaba sentado hablando con su hermano en la sala de estar junto a su madre y Coriolanus que miraba la televisión cansado, le gustaba la navidad y mucho pero últimamente no se sentía cómodo con ella.
La mansión estaba decorada con flores, guirnaldas rojas, verdes y doradas, se vivía el ambiente a navidad, el enorme árbol de los Snow que era iluminado y decorado con los colores antes mencionados, mientras que en la mansión Highbottom era todo lo contrario, Athena estaba en su habitación escuchando música, cuándo tocaron su puerta y se abrió.
-Señorita Athena la cena ya está servida- Dijo la mujer de cabello rojo.
-Si gracias Kass- Athena salió de su habitación y miró su hogar, ni una sola decoración de navidad ni siquiera una luz o un árbol decorado, navidad ya no era igual desdé la muerte de su madre, ella aún recordaba su último juguete una muñeca preciosa de cabellos dorados y rizados con un hermoso vestido rosa, azúl y morado, pero se había perdido ese trágico día.
Al llegar a la cocina pasó a otro cuarto que era el comedor de la servidumbre no era tan grande y amplio como el principal pero era el único lugar dónde se sentía querida, algunos sirvientes felices le desearon una feliz navidad antes de irse a casa. Se supone que ellos tenían el día libre pero habían decidido quedarse por Athena.
-Gracias- Dijo ella abrazando a la última persona, solo quedaban Kass y Athena en el comedor. -Kass puedes irte también no hay problema se que tienes familia y estoy segura de que tus hijos estarán emocionados de verte con ellos, no te preocupes yo estaré bien- Dijo Athena mirando a la mujer, Kass le dió una sonrisa para besar su frente.
-Como has crecido- Dijo la mujer aún recordando cuándo ella era una bebé. -Casi lo olvido- Dijo ella dándose la vuelta fue al Almacén y volvió con una caja envuelta.
-Kass no te hubieras molestado- dijo Athena mirando el regaló con emoción.
-Hay no mi niña yo no lo compré, lo trajeron esta mañana la etiqueta no tiene nombre solo unas letras- Athena confundida tomó el regaló para después mirar la etiqueta.
"Se cuánto es especial ésto para ti, fue difícil pero aquí lo tienes"
La joven sonrió de lado al ver un selló de una rosa a un lado de la nota.
-Y quién la trajo fue un chico?- preguntó nerviosa.
-Hay no, fue un oficial de seguridad privada porque no llevaba la ropa de la policía además llevaba un parche de rosa en su hombro- Kass miró cómplice a Athena, la castaña se sonrojó. -Me gusta verte feliz, te lo mereces después de todo- Dijo ella acariciando la mejilla de Athena, la cuál estaba al borde de las lágrimas.
-Gracias Kass, por todo eres como una mamá para mi tu y todos los demás son cómo mi verdadera familia- Dijo ella abrazando a la mujer mayor con fuerza, cuándo se separan Athena se limpia las lágrimas. -¿Y Casca?- Preguntó por su padre.
-Dijo que volvía hasta el 4 de enero- Su padre se había ido del Capitolio para ir a organizar algunos asuntos en el distrito 10.
-Bueno, mejor para mi, Kass tienes que ir con tu familia- La mujer mayor asintió, ambas se despidieron y Athena se quedó una vez más en navidad sola, subió a su habitación con un plato de puré de papá, jamón ahumado y un poco de Spaghetti, entra a su cuarto para después comer su cena, el regalo está ahí frente a ella mirándola, esperando a ser abierto, toma su celular para abrir la conversación de Coryo.
Mirá el último mensaje adolorida, no podía culpar a Coriolanus porque no sabía que su madre había muerto, dejó el celular a un lado para después leer un libro así fue hasta que le llegó un mensaje de Coriolanus.
Rodó los ojos para después seguir leyendo pasaron unos minutos cuándo le llegó otro mensaje de Coriolanus.
Athena miró extrañada el mensaje, tomó el regaló para después dirigirse a la entrada principal al abrir la puerta se sorprendió al ver a Coriolanus, llevaba un traje rojo con una gabardina del mismo color, su cabello estaba peinado hacia atrás pero había un mechón rubio rizado que se escapaba.
-Coryo...
-Feliz navidad hermosa- Dijo él sonriéndole, ella lo miró de piés a cabeza no se lo podía creer, él estaba ahí frente a ella, era cómo sí Santa Claus joven hubiera llegado a su casa a traer regalos. -Me encanta estar afuera pero, puedo entrar?- Athena se hizo a un lado para dejarlo entrar.
-¿Qué haces aquí?- Pregunto ella cerrando la puerta.
-Escucha siento que hice algo malo pero no se que y quería arreglarlo cara a cara- Él se acercó para tomar la mano libre de la chica, las manos de Coriolanus estaban frías pero las de ella eran calientes. -Si lo hice déjame arreglarlo.
Athena sonrió de lado.
-Es complicado no lo que hiciste sí no lo que dijiste, él tema de mi mamá es complicado para esta familia- Lo que ella menos necesitaba era que Coriolanus sintiera lástima por ella está noche.
-Ok, lo siento no volveré a hablar de eso- Dijo él y ella asintió, Coriolanus miró el regalo para después mirarla ella. -Ábrelo- Dijo él, Athena miró por un segundo a Coriolanus para después mirar el regaló para comenzar a abrirlo lentamente, quitó el moño, desprendió un poco el papel y su corazón se detuvo al ver el regaló que era.
-No es cierto- Dijo ella mirando a Coriolanus entre lágrimas, él le dió una enorme sonrisa, Athena término de quitar el papel descubriendo el regaló, era la muñeca, su muñeca, su cabello rubio rizado, su corona rosa y morada con forma de un cisne, su hermoso vestido rosa, azúl y morado. Athena miró a Coriolanus y se cubrió la cara con sus manos para que no la viera llorar.
-Hace mucho dijiste que tenías una muñeca así pero que la perdiste en la mudanza del departamento a la mansión así que pensé en regalarte eso- Athena asintió, Coriolanus la tomó de la cintura para poder abrazarla, para ella era volver a su infancia a cuándo era feliz obviamente le había mentido a Coriolanus de dónde realmente lo perdió.
-Muchas gracias- Dijo ella, Coriolanus le limpió las lágrimas con sus dedos cuándo ella quitó sus manos de su cara. -No tengo un regaló para ti- Coriolanus negó le dió un beso en la frente.
-Que estés feliz es mi mejor regalo- Athena sonrió para después abrazar a Coriolanus con fuerza.
Esa fue la última noche de navidad que Athens pasó sola sin algún ser querido, ella dejó la muñeca en un lugar dónde siempre la vería al despertar al menos hasta que nació su primera hija.
FELIZ NAVIDAD O YULE O CÓMO LE LLAMEN
Quería hacerles un especial de navidad sobre Athena y Coryo, se que es cortito pero esperó que les guste, nos vemos la próxima semana chicos con el capítulo 6.