- Hola, soy Reich, se supone que esta historia no es mía, pero todo habla de mi, Extraño ¿No? -
-Ejem, bueno, quizás te preguntes "¿Por qué diablos hay un capitulo donde Reich está hablando?" . . . Yo tampoco lo se, lo que si se es que te tienes que acostumbrar, lo haré muy seguido, aunque no aquí -
- Ow! logré recordar que hago aquí, vengo por mi versión de la historia, se que muchos me ponen como el malo aquí, dicen que soy una entidad con actitud de supremacía y arrogancia inflexible; con una sed insaciable de poder y dominio; alguien agresivo y sin escrúpulos; alguien manipulador, racista, clasista, malo, arrogante e incapaz de amar; alguien obsesivo y sin corazón; grosero, obstinado, arrogante, salvaje, irrespetuoso, egocéntrico, consentido, prepotente, ingrato, malcriado, traicionero, insoportable, agobiante . . . Y tienen toda la razón, ni yo mismo sería capaz de describirme con tales maravillas, pero hoy no estoy para decir lo maravilloso que soy, estoy aquí para demostrar mi inocencia . . . Sí, sonará muy contradictorio para ustedes, pero solo continúen leyendo, juro que tengo un punto -
Dentro de la estancia palaciega, las tenues telas de seda envuelven la cama como un susurro de la noche misma, a la vez protectoras y reveladoras. Los dos cuerpos, antes entrelazados en un acto de deseos incontrolables, reposan ahora como dos poetas exhaustos tras haber plasmado sobre la piel los versos más íntimos de su mutuo anhelo.
El delicado aroma de la pasión impregna el aire, mientras las respiraciones agitadas buscan la calma en las sábanas revueltas, y las miradas se pierden en un éxtasis suspendido entre el recuerdo apenas desvanecido y la promesa de futuros encuentros carnales.
El sudor, como vestigio de la entrega, brilla ligeramente en la penumbra, otorgando a la piel un matiz satinado que desafía las sombras. Las manos que antes habían surcado incesantes caminos de éxtasis, yacen ahora en una tregua divina, como dos viajeras exhaustas que han encontrado cobijo en la curva suave del otro.
Dentro del palacio, bajo el resplandor dorado atenuado por el crepúsculo, uno de los jóvenes, envuelto en un aire de desenfado, saca un estuche de tabaco y un delicado cigarrillo de plata. Con la gracia de un dandy, enciende el cigarrillo con una cerilla de madera, dejando que el humo azulado se deslice con elegancia por el aire perfumado de rosas, sin embargo, esa paz no duró mucho, ya que una tormenta estaría pronta a llegar.
- ¿Cuántas veces tengo que repetir lo mismo? URSS, tú no eres un enano de la calle, ¿O si? - Comentó Reich hostilmente, ya que en repetidas oportunidades explicó que el olor del cigarro le resultaba repulsivo al olfato, creando así un gran disgusto por este, a pesar de la insistencia, URSS no dejaba de romper una de las tantas reglas que Reich imponía para que llevaran a cabo sus encuentros, tanto pasional como laboralmente.
- El único engendro aquí eres tú, el niño que no puede desobedecer las reglas de su papito, "Ow URSS, no puedes fumar, no me gusta" ¿No te gusta o no le gusta a tu jefe? Reich, eres un imbécil, ahora cállate, suenan mejor tus gemidos que tus palabras, arruinas mi tarde - Comentó URSS con gran disgusto, odiaba que le dieran ordenes, y mucho mas si se trataba de alguien como Reich, un ser que el mismo consideraba un pecado del mundo.
[ URSS era un asqueroso que no entendía mis problemas, nunca entendió nada y no estaba dispuesto a ayudar, solo era un maldito fumador profesional, un borracho sin remedio y un desperdicio de la vida, ahora se preguntaran, Si lo despreciaba tanto ¿Por qué diablos me acosté con él? fácil, podía hacer el trabajo de un mes en una tarde]
- ¡Solo eres una maldita perra que no entiende nada! . . . pero yo haré que entiendas - Gritó lleno de enfado, e inmediatamente se puso de pie y tomó lo primero que vio, un hermoso florero que no contenía flor alguna, sostuvo el objeto con fuerza y se dirigió a URSS, el cual lo veía con indiferencia e incredulidad.
En anteriores ocasiones ya lo había amenazado con distintos objetos, desde armas de fuego, hasta con un látigo para entrenar caballos, por lo tanto no tenía miedo de ser lastimado, sin embargo algo cambió esta vez, Reich vio el rostro relajado del contrario, y su enfado aumentó, no lo pensó y en un arranque de ira golpeó el objeto repetidamente contra la cabeza del soviético, URSS intentó detenerlo y contraatacar, pero el enfado que Reich sentía era mucho mayor, Reich solo miraba al soviético con desprecio y en un ultimo golpe concentró toda su fuerza, golpeó tan fuerte la cabeza del soviético que el florero terminó hecho pedazos, esparciéndose por la cama y habitación.
URSS por su parte sangraba ligeramente, pero Reich aun no estaba satisfecho, notó la distracción del contrario a causa del golpe, y tomó al soviético por lo cabellos, lo azotó violentamente contra la pared, mientras gritaba todo tipo de insultos y maldiciones en diversos idiomas, sus ojos enfadados estaban inyectados en sangre y llenos de furia. Su mirada era intensa y penetrante, como si deseara romper el cráneo del Eslavo.
El soviético intentó defenderse, tomó una almohada logró golpear a Reich, aprovechó el desconcierto instantáneo de Reich, se puso de pie y lo tomó por las mejillas para luego golpearlo con la cabeza, lo tomó por los cabellos y lo zarandeó, para luego empujarlo contra la cama, sus rasgos estaban contraídos y su mandíbula apretada, mientras concentraba su fuerza.
Reich cayó confundido, pero no perdió el tiempo, buscó con la mirada algo para atacar antes de que el soviético le ganara el golpe, Reich logró visualizar los trozos del florero que había roto con anterioridad, no dudó, al instante tomó lo que sería su nueva arma, un trozo algo grande y puntiagudo, lo sostuvo con fuerza y saltó contra URSS - Muere, perra desobediente -
El soviético al notar esa escena lo primero que hizo fue inmovilizar la mano que portaba el arma - ¿Tanto miedo le tienes? - Comentó en tono burlón, mientras continuaba provocando el alemán, seguidamente sostuvo el otro brazo de Reich, y con su mayor fuerza lo empujó contra un gran armario.
Reich se estrelló contra el espejo, algunos vidrios es incrustaron en su piel, pero eso no evitó que continuara con su ataque - Te moleré a golpes - susurró para si mismo, con una evidente voy de odio, se dirigió hacia URSS mientras sangraba, y con gran agilidad, logró impactar una apuñalada contra la costilla del soviético, la habitación se quedó en silencio por unos instantes, pero la calma no duró mucho, los golpes de URSS hicieron que la violencia regresar.
Reich continuaba dando múltiples puñaladas sin resentimiento algunos, URSS terminó cayendo contra el suelo, Reich caminó lo mas rápido que pudo hasta llegar a una lampara que estaba cerca de un escritorio, tomó dicho objeto y se acercó nuevamente a su amante, quien estaba retorciéndose de dolor en el suelo, mientras su sangre pintaba las planchas de madera. Reich llegó y lo golpeó tantas veces que no pudo ni contarlas, solo lo golpeó con odio e ira, mientras repetía los mismos gritos - ¡¿Estás satisfecho maldita escoria?! ¡Mira lo que causaste! -
[Eso no es verdad, era él quien me molía a golpes, yo solo fui una victima mas de sus puños, no quiero decir que yo era débil, pero él, sin duda alguna era una maldita bestia que no tenía compasión por nada, una vez me acorraló en una establo y me golpeó tanto y tan fuerte que perdí la conciencia y terminé tirado hasta las seis de la mañana, lo se porque el señor de la limpieza llegaba a esa hora, fue él quien me llevó con el medico, tenía costillas rotas y la mandíbula desubicada, estas solo son blasfemias contra mi perosna]
Cuando golpeó a URSS con la lampara, sus ojos se abrieron aún más y su mirada se volvió aún más feroz. Parecía que estaba descargando toda su ira y frustración en él, golpeándolo con todas sus fuerzas, al pasar los minutos Reich se quedó mirando el cuerpo de URSS, el cual estaba estático, tratando de proteger su rostro, Reich solo respiraba pesadamente. Su ira se había disipado, y ahora se sentía agotado y aliviado.
Cerró los ojos y tomó una respiración profunda. Luego, se agachó y comenzó a ver las marcas que había dejado al golpear, pasó sus dedos sintiendo el calor de la carne y las heridas provocadas, URSS solo miraba a Reich, quien parecía estar en calma, pero luego una mirada tétrica de Reich hizo que por un momento dejara de escuchar el ruido del viento que entraba por la ventana - Espero que esta vez si aprendieras - dijo casi gruñendo y con gran hostilidad - No creas que me calmé, solo no puedo mas - URSS solo suspiró y se recostó mirando al techo de la habitación, sonrió levemente y dijo - Entonces ¿Ahora si puedo insultarte sin que te comportes como una perra callejera? -
Al escuchar esas palabras, Reich volvió a lanzarse contra URSS para golpearlo, pero esta vez fue URSS quien lo tomó del brazo y lo acorraló contra el suelo - ¿No te cansas de hacer tus escándalos? - dijo mientras inmovilizaba al Alemán, estaba enfadado, pero a diferencia de Reich, él si sabía controlar sus emociones, aunque no siempre, miró detenidamente el cuerpo desnudo del Alemán, tocó las heridas y mientras su dedo delineaba la piel de Reich, podía sentir los trozos de cristal que se impregnaron en su piel, sonreía ligeramente - ¿No entiendes que tú mismo te lastimas? - Respondió con arrogancia, sin embargo, Reich respondió -¿Por qué no te mueres? - Preguntó con enfado, mientras intentaba soltarse de agarre del soviético
- Porque te tengo bajo control, de no ser por eso . . . ¿Por qué no arreglamos este problema con otro problema? - Propuso URSS mientras Reich ya presentía a donde quería llegar, ambos suspiraron - Prefiero golpearte en la cama - dijo Reich, URSS lo soltó, pero cuando tuvo a Reich frente a él, un gran ruido resonó por toda la habitación, era una bofetada que dejó a Reich atónito - te amaré tanto que terminarás odiándome - dijo con una sonrisa, para luego tomar a Reich por lo cabellos y lanzarlo a la cama.
[Y mientras el Soviético dormía robé documentos, así es la vida, no me enorgullecen mis actos, pero hice todo lo que pude, hasta soportar los caprichos de ese tonto comunista, el objetivo es que ustedes vean, que ese maldito era un animal que solo buscaba mi infelicidad y desgracia]