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By hotelandcasino

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Lila y Alex se involucran en asuntos ilΓ­citos, encuentros clandestinos y largas miradas. More

LA.
bedsheets
in front of all your stupid friends.
bloodstain
they said the end is coming
in my room

she does the woods

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By hotelandcasino

Alex.

Estábamos yendo lejos, muy lejos en todo sentido. Tenía mi celular lejos de mi y a todos mis amigos en mi auto. También estaba Lila.

Había pasado unas semanas vacías, sin mucho que hacer. Cuando uno termina la gira, eso que estuviste haciendo durante más de un año, no queda mucho que hacer una vez que le pones fin. Extrabaña no quedarme en un sólo lugar y deseaba sentir la emoción de tener que ir a otro. Por eso habíamos planeado con Matt, zackery y Miles ir a acampar por unos días. Un plan muy descabellado pero eso era exactamente lo que buscábamos. No acostumbrabamos a las aventuras y eso estábamos esperando.

- Es injusto que yo tenga que estar con ustedes. - Todos en el auto bufaron, yo incluido y la miré por el espejo de mi auto, Lila había hablado, efectivamente quejándose de tener que viajar con todos nosotros. Sus amigos iban por la carretera en el auto de al lado, ella los había invitado y no pude oponerme, Matt estaba contento de que pasara tiempo con sus amigos desde que el no puede prestarle tanta atención, y obvio que eso significaba que estaria más lejos de mi, cosa que yo odiaba y el hecho de no ser nadie para oponerme me enojaba aún más.

Mis ojos la comenzaron a ver diferente pero no recordaba exactamente cuando, solo sabía que cuando probé sus labios, desafiando por completo todas mis ideas sobre lo que estaba bien y mal, supe que nunca quería dejarla. Me sentía atacado y paranoico pero cualquier momento que pasaba con ella, a pesar de no ser los únicos en el ambiente, me hacía olvidarme de todo. Incluso de que tenía una mujer esperando por mi del otro lado del mundo y que estaba traicionando a un hermano más que a un mejor amigo.

Desde que Lila durmió en mis sábanas no pude pegar un ojo si ella no estaba a mi lado, pensaba en lo que sería si pasara todo lo malo, si nos descubren. Pensaba en frenarlo. Frenarla a ella no sería tan difícil, se que lo entendería, aunque las últimas veces ha demostrado un gran carácter con su propio hermano. Temía que todo el cambio en su carácter y personalidad se deba personalmente a mi. Me sentía culpable y creador de un problema muy grande. Yo tenía 37, ya conocía la vida, sabia como era, conozco a las personas, lo malo y lo bueno de ellas, pero ella sólo era una adolescente, sentia como la tenia en mis manos y eso me agregaba un peso enorme. Malditamente ella sólo era una adolescente que lo tenía todo para volverme loco, su forma al hablar, al mirarme y cuando se movia, sabía que lo estaba haciendo para mi. Cada palabra que salía de su dulce boca estaba destinada para provocarme, para que pierda mi trabajo, mi vida, mis lujos, mis amigos, mi maldita familia.

El problema estaba en frenarme a mi mismo, una vez que traspase el límite y fui al cielo, supe en ese mismo instante que no había vuelta atras, incluso para mí propia conciencia que me decía que ya era muy tarde.

Habíamos llegado a la reserva que rentamos con Matt y Zackery, lo único que se veia antes de entrar eran inmensos árboles, colores verdes profundos y un gran lago que los rodeaba. A lo lejos habían ciertas cabañas donde nos quedaríamos en caso de que lloviera, era una especie de aventura a la mitad, las habiamos rentado sólo en caso de emergencia. Teníamos 2 carpas. Una para nosotros y una para los amigos de Lila, y ella.

Mi mente se perdió mientras Matt, el responsable, sólo a veces, hablaba con el señor al que rentamos ese hermoso predio. Bajé los bolsos de mi auto y los dejé a un costado. Desde lejos pude ver a Lila, mi atención se fue directamente a su trasero y sus muslos que habían crecido mucho desde entonces. Llevaba un pequeño short de denim con una remera ajustada, su figura era llamativa. Me perdí en sus piernas por un momento hasta que la vi juguetear con ese maldito chico que tenía entre ceja y ceja desde la primera vez, un muchachito de cabello claro y ojos aún más claros, piel blanca y toda la apariencia justa para que Lila vaya tras el como una estúpida. Estas cosas claramente pasaban entre adolescentes, hasta yo lo habia hecho y podía saber que el no quería a Lila, solo le gustaba estar con ella porque era bonita y demasiado... Cuando encuentre a otra eventualmente más atractiva para sus ojos y con una personalidad más tratable que la de mi querida Lila, se alejará de ella sin pensarlo. Solo quería evitar todo ese mal rollo y que Lila no sufra por otro idiota que no sea yo.

Pero no podía hacerlo, no podia protegerla sin meterme en problemas, cada vez me chocaba más con limitaciones que nunca acepté que tenía. Pero cuando se trata de un asunto ilícito, mierda, hay muchas limitaciones. No podía hacerlo y el tener que aceptarlo me dañaba las entrañas. Era un veneno que ya tenía en el cuerpo y me había cambiado por completo, era mutuo, compartido, sé que ella también lo sentía. Desde que la besé mi cuerpo es diferente, sentía una necesidad, un deber de amarrarla y atraerla hacía mi, casi enfermiza, como nunca antes lo habia experimentado. Eso lo convirtió en algo mucho más profundo e imposible de olvidar. Sabía que la existencia de Lila iba a tener un peso grande en mi vida desde el día uno.

- Pequeña ¿podrás ayudarme?

- Si, Alex. - Suelta de la lanzada mano de ese Evan, y se dirige hacía mi, su pelo lacio brillaba bajo la luz de sol y sus largas piernas se veian doradas gracias al reflejo del mismo. Toma con una delicadeza que sólo ella podía tener y veo como con su figura las lleva adentro y las deja justo en la puerta de la cabaña. Me quedé mirándola como un bobo así que cuando se dió vuelta, despejé mi mente y seguí descargando bolsos.

- Ese short es muy corto, Lila. - Comenté mirándola tras mis gafas de sol. La vi rodar los ojos.

- No seas retrógrado.

Reí ante eso. - Ni siquiera sabes lo que significa.

Ella bufó y se volvió a Evan, cosa que me molestó mucho.

Luego de unos 20 minutos estábamos intentando armar las malditas carpas y no lográbamos conseguirlo. Zackery sugirió que vayamos al lago que luego solucionaremos ese asunto, todavía quedaba mucha luz del día ya que recién había pasado el mediodía.

Así que todos fuimos a ponernos nuestros trajes de baño, incluso los amigos de Lila. Era más verano que nunca y yo me sentía más joven de lo que lo fui en mucho tiempo, mi mirada solo posaba en Lila y a pesar de ser una actividad que cumplía eventualmente esta vez ella también miraba hacía mi. Ahí en mitad del bosque, con nuestra ropa de verano, y todos alrededor, moría de ganas de abrazarla y que saltara al río conmigo y tomarla bajo el agua de su cintura y quedarnos ahí para siempre. Me di cuenta de lo que estaba pensando y me sentí estúpido, ella sonreía con sus amigos e incluso Matt me estaba hablando que estaba conociendo a alguien.

- Creo que es la indicada.

- Apenas la conoces, Matt.

- Si Alex, lo sé. Pero cuando lo sabes, lo sabes.

- Como digas.

- Tu actúas así porque ya tienes tu novia. Y podes tener a todas las que quieras. - Reí.

- Eso no es verdad.

- ¿Estás enamorado, Alex?

- No de ella.

Un profundo silencio nos rodeó y lo único que se escucho fue el barullo de los amigos de Lila que se encontraban a un costado del río. Abrí otra lata de cerveza.

- Alex ¿Qué mierda? - Muy pocas veces hablábamos seriamente con Matt pero creía que este era uno de esos momentos.

- Ya no es lo mismo.

- Si hombre, pero eso es obvio. Si la quieres podrás construirlo, no va a ser lo mismo que las primeras veces eso está claro.

- Simplemente me fastidia tenerla en mi mente.

- Estás loco enserio. Nunca podremos tener citas dobles. - Rió. - Pero y entonces ¿Te enamoraste de alguien más?

- Si, eso creo.

- ¿La conozco?

- Nono. - Mentira. - No estoy seguro en realidad, creo que sólo estoy confundido. - Otra mentira.

- ¡Alex! ¡Matt! ¡Vengan! - Lila nos llamaba desde la orilla del río, un lugar con altura, todos los demás estaban dentro del agua, era un día muy caluroso.

- Luego hablaremos de esto hermano. - Asentí y ambos fuimos con la no tan pequeña Lila.

- ¿Vas a saltar? - Le pregunté a Lila que se veía bastante asustada.

- Sí pero si lo haces conmigo. - Rodé los ojos como si me hubiera dicho lo más estúpido del mundo. La realidad es que también me daba miedo, esa mierda estaba muy alta pero actúe como el hombre mayor que era.

- Está bien. - Nos tomamos de la mano y pude sentir su media sonrisa asomándose por sus labios. Me sentía realmente mal haciendo eso frente a todos. Me sentía un maldito mentiroso, así que seguí mi impulso y mi deseo de estar limpio, más limpio que nunca y alejado de todos mis pensamientos que me hacían ver a Lila con ese traje de baño blanco extremadamente atractiva y saltamos al río.

Los demás festejaron y gritaron pero me sentí tranquilo bajo el agua, aún tomado de la mano con Lila. Ella sonrió cuando salió del agua y me vi a mi mismo completamente jodido. Su rostro estaba hecho para la luz del día sin dudarlo, sus facciones naturales y hermosas. Estaba loco por ella.

No había otro lugar en el que quería estar.

[...]

Cuando salimos del agua, perezosos por haber estado ahí toda la maldita tarde. Les dijimos a todos que íbamos por una caminata con Lila. Por suerte todos estaban metidos en sus asuntos como para habernos escuchado.

Ella quería conocer el bosque ya que realmente se veia muy grande. Yo no tenía ni puta idea de lo que había en este gran lugar pero decidí investigarlo con ella. Si sabía que estábamos solos en ese lugar y eso me hacia sentir libre. Era capaz de recorrer el bosque y hasta la luna ida y vuelta con tal de poder darle un beso sin peligro.

-Amo este lugar, es muy tranquilo.

-Mmh sí, lo es. Lila...

- ¿Qué Alex?

Quería decirle algo pero simplemente no sabía que ni como. Quería comunicarle lo que sentía pero ni yo sabía que estaba pasando dentro mío. No tuve otra mejor idea que probar sus labios en ese fresco bosque, muy lejos de todo y de todos. Su húmedo cuerpo, aún decorado con dulces gotas del rio, se junto con el mío. Ya simplemente no reconocía lo estúpido que me había vuelto.

Mis manos tocaron su trasero con fuerza, la equivalente a mi deseo de que sea mía una vez más. Nadie más podría hacerlo como ella, no dejaba de pensar en aquella noche después de que llegó del bar, sus gemidos, sus labios, su piel en mis sábanas. Lo suave de su cabello y como se movia. Había soñado con eso y también me había lamentado mucho pero estar con Lila era adictivo.

Por más tiempo que pasara, era difícil esconderlo, la mirada en los ojos de Lila me pedía más y yo estaba listo para responderle.

- Te he extrañado tanto, Alex.

Sus mejillas estaban sonrojadas por el sol, eso creía, y sus ojos verdes desprendían un destello que nunca había visto, como si estuviera al borde de las lágrimas

-Yo también princesa, te prometí que nos volveríamos a ver y aquí estamos.

- No quiero estar lejos de ti nunca más.

Habían pasado solo unas semanas de la última vez que la vi, aquella que Matt se enfadó con ella y un poco conmigo también por mi irresponsabilidad. Las cosas se habían solucionado no sólo por nuestras mentiras sino también por la nueva chica en la vida de Matt, eso lo mantenía ocupado y yo lo sabía. Lo conocía muy bien, sabia que a partir de este día todo sería más fácil con Lila, sabia que iba a pasar muchas más noches con ella.

Pero yo no quería esperar.

- Y no lo estarás, princesa.

Ella asintió y volvió a besarme. Con mis dedos desaté el nudo de la parte superior de su traje de baño a lo que ella respondió mordiéndome el labio.

- Te deseo, Alex.

- ¿Estás segura? - Completamente endulzado por sus palabras, tomé sus suaves pechos haciendo que sus mejillas se sonrojaran aún mas. Podía sentir su corazón acelerarse, sus manos enredaron mi cuello. Sus labios tenían un sabor tan dulce y me besaba con ganas, los besos duraron mucho pero estaba ansiando que ella lo llevara más lejos. Y así lo hizo.

Su mano rozó mi entrepierna y me estremecí un poco. Sentía perder el control.

- No podemos hacer esto aquí. - susurré en sus labios a ver si eso la hacia cambiar de opinión pero simplemente me ignoró y siguió con lo suyo.

Ella comenzó a jugar con el borde de mis bermudas tirandolas cada vez hacia más abajo, hasta que las bajó por completo. Desaté los nudos de los costados de su parte inferior y no sin antes darme la mejor sonrisa de todas me dió la espalda, demostrandome que ahí es donde debo estar. Sus manos reposaban en el tronco de un árbol y yo estaba nervioso con que alguien se acercara.

- Nadie vendrá, estamos fuera de vista. - Lila murmuró desesperada.

Me incliné sobre ella y sucedió. Lo único que se escuchaba en ese bosque eran nuestros gemidos y el canto de los pájaros. Veía su espalda blanca iluminada al sol y era todo lo que quería ver. Sus suplicas era todo lo que quería escuchar.

nota; espero que les este gustando :)

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