Lost In Traslation || Shohei...

By its_lachama

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❝How am I supposed to ever be with him When he and I don't speak the same language? But we have conversations... More

LOST IN TRASLATION | S.O.
1 | Family Game Time
2 | Accidentally
3 | Meet You
4 | Smile and Goodbye
5 | "But don't look at me like...that"
6 | A Dream With a...
7 | Another good night
8 | Some troubles, some questions
9| Compatibility
10 | Delicate
12 | Connecting the dots
13 | Little purple box
14 | Take the phone
15 | Social Media!
16 | Surprises & Conversations
17 | Never is a bad hour
18 | Stuck On The Feeling
19 | Vision Of Love
20 | Dreamlover
21 | obvious
22 | ...Ready For It?
23 | Diez Pasos Hacía Ti
24 | My Eternal Love
25 | This Is Why We Can't Have Nice Things
26 | Everything in L.A., stay in L.A.
27 | Daydreaming
28 | Silence Noises
29 | Locked Away
30 | Closer
31 | Overflowing
32 | Before The Storm
33 | The Voices Have To Shut Up
34 | Hospital, thoughts and dramas
35 | Saving All My Love for You
36 | Nonsense

11| Deja Vú

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By its_lachama

📍 18 de Junio de 2022 | Anaheim, Estados Unidos.

Abril P.O.V.:

Entré haciéndo alboroto, ya que abrí y cerré la puerta que tenía la famosa campanita, a lo que me acerqué a la caja y miré a la cajera con súplica silenciosa.

—Usted es...

—¿Me puede dar un caramel latte para llevar, por favor? Gracias—la interrumpí antes de que terminara de decir mi nombre, y ella asintió apurada. Al regresar, le agregué, dejando el puñado de efectivo enfrente de ella—Y coloquelo a nombre de Adriana, gracias.

Me alejé cabizbaja y casi que hundida entre mis hombros; mis uñas se clavaban en mis palmas mientras me sentaba en una mesa lejana de la ventana y dejaba mi bolso al lado. Saqué un par de lentes y una gorra de mi hermano que siempre la dejaba mal parada allí en caso de emergencia; me puse los lentes, mientras soltaba mi cabello de la cola que tenía, arreglándolo con rápidez. Asustada de como mis brazos parecían gelatina, miré mis manos con terror bajo los lentes para luego pasarlas por encima de mis shorts largos.

Mi teléfono vibró en la chaqueta, a lo que tragué grueso al ver como reflejaba mi pantalla el número de Catalina con insistencia. No era buen momento de hablar y menos, de decirle: "¡Oh, hola amiga! ¿Cómo estás?. ¿Sabías que, ahora todo Anaheim, Los Ángeles, California, Estados Unidos y quizás el mundo sepa que regresé a este país luego más de 5 años de estar desaparecida del mundo de las redes sociales y la sociedad? Si vale, son cositas que pasan".

Desvié la llamada, sabiendo que me llamaría más atrás por el teléfono de Adrián para hablar, pero solo empezaba a tener migraña de estar pensando en todas las formas en que podía terminar esto y no eran muy lindas.

Quizás estaba dramatizando un poco, pero era esto o ser tragada por la aglomeración de gente o de omitir la gran preocupación que me traía que supieran que estaba en este país.

Agradecía que no tenía mis redes sociales a mano, y se encargaba mi hermana menor, a lo que probablemente estuviera apunto de tomar un vuelo desde donde sea que estuviera solo para venir a gritarme que era una patosa. Estuviera feliz que lo hiciera y borrara mi vida en un solo click.

—¡Adriana!—volteé al llamado de la cajera, a lo que tomé mis cosas nuevamente y la gorra en manos.

Caminaba pensando y usando mi mentalidad de libero para encontrar una solución a los huecos que se hacían en mi cancha llamada vida, mientras tomaba el café si antes darle una sonrisa sin mostrar los dientes a la chica, que me pidió un autógrafo. Firmé un garabato ahi y me di media vuelta, para salir corriendo de allí.

Pero como uno es una vaina seria, choqué con alguien y casi se botaba mi café.

—Lo siento, señor. Discúlpeme—vomité las palabras de inmediato, aturdida y quizás, cagada de que casi le boto el café en la ropa. Por "suerte", no pasó aquello, pero me llevé la grata sorpresa de la vida.

Mis facciones cambiaron de asustada a pálidez al ver a Ippei frente mío, viéndome entre confundido y preocupado por mi reacción.

—¿Abril?—oh no, ahora va a pensar que soy una loca desquiciada que es acosadora, pensé queriendo que se abriera un hueco bajo mis pies que me llevara al centro de la Tierra para no aparecer más en este plano—¿Estás bien?

Asentí, sonriendo débilmente—Estoy bien, nos vemos luego, Ippei. Fue bueno verte.

Ni siquiera lo dejé contestar, pero me sentía con un vacío aterrador en mi pecho que solo quería llegar a mi apartamento y esconderme bajo mis sábanas como una niña de 10 años.

Le di un trago a la bebida, que me calmó un poco mi inquietud con el suave caramelo que empalagaba mis papilas y me recordaba a Adrián y su adicción al café. Di zancadas cuando milagrosamente vi la esquina, pero casi escupo mi cuarto trago de la bebida caliente cuando varias personas se voltearon a verme y no quitaron su vista luego de tres segundos.

—¿En serio, Dios? ¿Qué más quieres de mi?—gruñí entre dientes y el vaso de Starbucks, soltando a los segundos un insulto en silencio al notar que mi gorra no la tenía en manos.

Esto te pasa por torpe, dijo mi Catalina interna a lo que la callé por el bien de mi conciencia.

Necesitaba respuestas o al menos una solución, porque ni loca volvía al Starbucks.

Miré a mi alrededor a lo que vi un auto blanco al otro lado de la calle, a lo que hice la mejor actuación del mundo en ver la hora en mi reloj imaginario y darme media vuelta hacía el carro que me sacaba un poco más altura. Siguiendo mis terribles planes, caminé tranquilamente y luego hice la parafernalia de cruzar la calle.

Pasando detrás del auto y viendo distraidamente hacía donde estaban las personas, y lógicamente si no había moros en la costa, me pegué al hermoso Tesla blanco como si mi vida dependiera de ello, sentándome en plena acerca y escondiéndome de las personas.

Esperaba solo dos cosas:

1. Que ni una persona pasara por la acera que me encontraba.

2. Que el Tesla no suene, en caso de que me pare apuradamente.

Intenté tomar bocanadas de aire mientras llevaba mi cabello hacía atrás, sin prestarle mucha atención a mi alrededor. Mi corazón se sentía pesado junto a mi respiración, a lo que lo único que queria era llegar a mi apartamento o al menos, ir a donde mi mamá.

El sonido de una ventana bajándose ni siquiera me importó, mi prioridad era calmarme o no iba a moverme hasta mi casa.

Pasé las manos por mi cabello y jalé un poco de ellos con frustración. Verdaderamente odiaba estos momentos; no eran la primera vez que pasaban, pero ¿primera vez sola en un país dónde tienes una complicada historia? Era mi fin.

Tenía que calmarme. Mi psicóloga siempre me lo dijo, que respirara, que pensara en cosas que me distraigan de ese temor o al menos tener la noción de que puedo calmar mis nervios si trazaba con mis dedos uno de mis tatuajes.

Era tonto, pero me servía a veces.

Alguien me llamaba, pero estaba concentrada en que mis manos dejaran de temblar y ya estaba al borde de la impaciencia al notar que mis ejercicios de respiración no estaban funcionando.

—¿Abril?

Hijo de la ching—exclamé asustada en voz baja al cuarto o quinto llamado que hizo, dando un respingo y volteando a la dirección en que estaba. Mis ojos quizás se dilataron en confusión y miedo al ver quien tenía en frente de mio—¡¿Qué te pasa, coñoetumadre?! No vuelvas a hacer eso en tu vida.

Puse una mano en mi pecho, intentando pasar el susto e intentando parar los latidos de mi pecho que se incremetaban a la persona quien tenía a mi lado.

—¿Qué haces aqui, Abril?—cuestionó preocupado el japones que estaba agachado a mi lado e igual se veía gigante a mi lado. Estaba vestido con una camisa negra, un jogger de entrenar y un par de zapatos deportivos, mientras su cabello oscuro se mantenía bajo la gorra que tenía puesta para atrás. Miré nerviosamente a mi alrededor—Ven, sube al auto, por favor.

—¿Qué? ¡No!—me negué inmediatamente, no queriendo abusar de su generosidad, y no la necesitaba ahora—Estoy bien, ya me iré.

Vió por encima de mi y detrás de si, en caso de si algo raro pasara y lo único que quería era encogerme más en mi propio sitio.

—Sube, por favor—pidió por segunda vez, regalándome una mirada suavemente demandante a lo que apreté mis labios en sentirme entre la espada y la pared.

Observé de nuevo a ambos lados, cerré mis ojos con fuerza por unos segundos arrepintiéndome de la decisión que tomaría, pero era de vida o muerte o que iba a salir perfecta (nótese el sarcasmo) en primera plana en todos los períodicos del país.

—¡Bien!—acepté de mala gana, y él sonrió de lado, como si nada hubiera pasado y que ese gesto no me hubiera dado un vuelco a mi estómago. Lo mire con regaño—¡Actua normal, cómo si no estoy aqui!

Si lo veían de nuestro lado, si hubieran reído de lo chistosos que nos veíamos. Shohei dando su mejor actuación de que había salido del auto a estirar las piernas, mientras me metía por el asiento de piloto hacía el auto, ya que hacían mucho revuelo las puertas traseras y necesitaba pasar inadvertida.

Entre casi pegar la boca a la palanca de cambios, a 0,9 segundos de botar el café en la alfombra del auto y a punto de perder mi dignidad más de lo que tenía, me escondí en ese hueco del asiento trasero del lado del copiloto, dejando mi vaso de Starbucks en el portavasos mientras el beísbolista se sentaba en su asiento de piloto y cerrar la puerta, dándole escalofríos a mi espina dorsal.

—No te rías—corté el silencio con esa frase y pude escuchar como aguantaba la risa. Agh—Si te ríes, te lo juro que...

Soltó una risa contagiosa, que extrañamente me hizo relajarme y bajar un poco mis hombros tensos que se pegaban a mis orejas. Me moví un poco para acomordarme en el pequeño sitio, que lamentablemente entraba.

Miró en la ventana que se encontraba encima mío, y luego bajó su vista a verme con diversión.

—Ya no hay nadie, así que puedes salir de allí. Se ve incómodo para ti.

—Me gusta dónde estoy, gracias—repliqué titubeando un poco, ya que me sentía aún nerviosa y temerosa.

Hizo un "umh" con sus labios apretados, para luego surcar una sonrisa tímida de sus labios que me ganó en la competencia de ternura a lo que bajé mi vista a mis manos que seguían un poco temblorosas, para omitir la calentura que sentía en mis mejillas.

—No es por ser fastidioso, pero ¿qué sucedió? . No todos los días consigo a una graciosa y extraña escena de este tipo.

Lo ví mal y se rió otra vez, enviando unas ciertas oleadas de paz que me hicieron botar el aire de nervios que tenía atrapado en mi garganta—Odio ser famosa, esa es la cuestión.

—¿Tengo una vecina famosa? Que suerte la mía—dijo divertido y quise golpear su brazo en ese instante, pero solo me detuve de verlo con los ojos entrecerrados—Lo siento, sigue.

—Cómo si tú no fueras más famoso que yo, Shohei—murmuré un poco alto, con el fin de que lo escuchara y ganándome una de sus risas que casi me hacen sonreír egoístamente al pensamiento intrusivo que apareció en mi mente.

"Yo hice aparecer esa risa. Esa risa que posiblemente no se la da a todo el mundo. Gané en esta vida"

Atrás pensamientos macabros, atrás; exclamó mi Abril racional con una cruz en sus manos espantando ese alocado comentario.

—Pero ahora estás a salvo, ya que te conseguí.

—Lamentablemente—contesté con amargura y él se carcajeó, para luego verme con una sonrisa que me hizo picar las puntas de mis pies.

—¿Por qué lamentablemente? Yo solo soy un buen samaritano que te está ayudando—replicó, haciéndo un puchero que logró aumentar las pulsaciones de mi corazón. Coñoelamadre, odio aqui; pensé, arrepintiéndome de meterme en este carro desde un principio—¿Estás molesta conmigo, Abril?

—Te reíste de mi, asi que si—mentí, tomando el café y dándole un sorbo. Tuve por unos segundos la faceta de seria, hasta que se rompió por mi nerviosismo—¿Seguro que no hay nadie que esté viendo para acá?

—No tengo motivos para mentirte, Abril—aseguró, viendo nuevamente a la ventana y luego a mi. Puso su palma de la mano hacía mi—Ven.

Dejé el café incómodamente en el portavasos intentando no tocarlo, a lo que tomé un poco de valentía junto con mis nervios y agarré con una de mis manos su palma callosa. La otra mano, la puse en su antebrazo, sosteniéndome para no caerme, aunque no fue necesario ya que con el pequeño apretón y jalón me pudo levantar, creándome las molestas cosquillas en el estómago aunque con pequeños errores técnicos.

Sostuve su mano fuertemente, junto a poner mi mano en su pecho para que evitar una peor caída a lo que me sostuvo con su izquierda mi antebrazo. Pude notar de reojo como su manzana de Adán se movió al tragar grueso mientras que intentaba no moverme un centímetro más o lo besaria sin querer.

O con querer.

¡Ay cállate, pensamientos intrusivos!

Nuestros rostros se encontraban a una corta distancia, podía sentir su respiración suave chocando contra mi barbilla mientras mis labios se entreabrían un poco en busca de oxígeno al ver sus hipnotizantes rasgos.

Me daba tanta rabia que él tenía algo, en su carisma, quizás su rostro, quizás en algo que desconozco que me hacía voltearme a mirarlo con cierto modo hipnótico. Delineé con mis ojos mi nueva envidia que era su suave piel, junto a fijar en mi pensamientos sus bonitas facciones que me hacían picar los labios intuyendo lo que quería.

Suspiré por lo bajo, teniendo en cuenta que él tampoco se había quedado atrás, subiendo su mirada a mis ojos y bajandola a mis labios, pero me parecía tan divertido ver de cerca su tierno sonrojo.

Quizás si me acercaba un poco más podría...sentirlo. Podría tomar el riesgo como siempre lo hacía y quizás, bes...

La puerta del copiloto se abrió y alarmados, nos volteamos encontrando a Ippei viéndonos con impresión tomando los cafés en sus manos y debajo de estos, la gorra de mi hermano.

Shohei dijo algo en su idioma a su traductor mientras yo me iba lentamente hacía atrás tomando distancia entre ambos, a lo que Ippei sonrió divertido contestándole algo que ni siquiera entendí y ni siquiera quería saber.

Solo quería que la Tierra me tragara y ya.

—Se te cayó esto cuando te fuiste, Abril—mencionó al entrar al auto y le agradecí en voz baja, mientras me lo pasaba.

Un silencio tenso y ansioso se encontraba en el ambiente, aunque el traductor andaba tranquilo cuando conducíamos vía a nuestros apartamentos. Aproveché en tomar mi café y rascar de vez en cuando mi bozo, al notar la mirada del beísbolista dirigida rápidamente hacía mi o que mi conciencia se dignaba a quedarselo viendo.

El japonés estacionó el auto, a lo que me bajé junto a Ippei.

—Lo siento—solté y el traductor volteó a verme confudido

—¿Por qué te disculpas, Abril?—cuestionó, riéndose un poco, quizás divertido de la pasadera de pena que tengo desde esta mañana.

—Lo que pasó ahora, no...no es lo que tú piensas y—las palabras se me enredaron junto a la idea que quería decirle desde mi disculpa a lo que hizo un ademán de que me detuviera. Finalicé, rascándome la frente y mi otra mano, ráscando la tela de la gorra—Lo siento.

—No tienes que disculparte. Además, me alegro que ambos hablen—mencionó sonriéndo amablemente a lo que iba replicar aquello para que aclarára mi duda, pero me interrumpió viendo a Shohei y diciéndole—Me iré a mi casa, yo me llevaré al auto. Mañana vengo a buscarte para irnos al aeropuerto.

Nos dejó a ambos sin habla mientras se dirigía al alto, tomándo las llaves de su mano y sacándo su bolso de entrenamiento de la cajuela, para luego adentrarse al carro y encender de nuevo el auto.

—¡Nos vemos mañana! ¡Hasta luego, Abril!—se despidió colocándo retroceso, a lo que di torpemente unos pasos hacía atrás y desasparecer como llegó.

Acaban de dejarte sola con Shohei, que ganancia.

Si no me dices, no me entero. Para nada.

Estaba distraído, viéndo a todos lados menos a mi a lo que tomé aire y caminé hacía él, jalandole su brazo. Bajó su cabeza a mi, sonrojándose un poco e intenté no sonreír por el gesto.

—Vamos—murmuré para ambos, haciéndo la misma acción hasta seguirme mientras lo jalaba del brazo suavemente.

Quería negar que mi estómago se achicaba de los nervios, y que mis manos no sudaban de la ansiedad. Conocía aquellos síntomas con anterioridad, pero quería solo negarlos, omitirlos y decir que no eran verdad.

Pero el contacto de su piel con la mía se sentía tan agradable y cálido, algo familiar que lógicamente nunca conocí, aunque me daba una seguridad confiable. Entramos al ascensor y solté su muñeca suavemente a lo que volteó a verme rápidamente.

—¿Qué?—cuestioné con suavidad, subiendo mi mirada a él ya que estabamos frente al espejo que nos regalaba la caja metálica.

Negó, bajando la mirada rápidamente y notándo ese cálido sonrojo que hizo enternecer mi corazón, pero solo mordí mi labio inferior para sostener la sonrisa que quería aparecer en mis labios.

¿Por qué siquiera sentía eso?. Quería sonreír, quería comprobar mi teoría si seguían esas cosquillas al tocar o rozar su piel con la mía, quería seguir testeando sus manos callosas y la extraña manera en que me hacían sentir cómoda.

Quería descubrir muchas cosas, pero me asusta solo empezar a investigarlas.

Porque sabía en que iba a terminar, y ya quería evitar otra vez caer en otra piedra con el mismo error. Además, no quería romper mi promesa, se sentía un cierto acto desleal hacía mi persona.

Detrás de nosotros se abrieron las puertas metálicas, avisándo que era nuestro piso, asi que me dí media vuelta empezando a caminar al pasillo y quizás, correr hasta mi apartamento. Metida en mis pensamientos de lo que había pasado con anterioridad, mis quejas y las miles de cosas que pudieron pasar, me detuvo alguien, agarrándome la muñeca a lo que volteé asustada por el gesto, haciéndo incosientemente un puño con mi mano libre.

Me vió confudido, quizás impresionado de mi reacción a lo que di dos pasos hacía atrás soltándome de su agarre con brusquedad. "No es él, Abril. Él es otra persona, no es él" me repetí, pero mi corazón latía fuerte y sin sentido, a punto de salirse de mi pecho.

Estaba tan confudida.

—Lo siento—otra disculpa atragantada salió de mis labios, a lo que me volteé avergonzada con mis ojos vidriosos siguiendo mi camino al apartamento.

Ya era un hecho, no volvería a salir en mi vida luego de esto o al menos, hablar con él por el bien de mi conciencia.



✒️ Nota del Autor:

Lo prometido es deuda 🤫

¿Qué les pareció la segunda parte del capítulo?


Pasaron cositas 😋 ¿verdad? Jeje.

¿Opiniones? Dejenmelas por aqui

¿Teorías? Se aceptan con mucho gusto por aquí

¿Y un besito Shoabril? Próximamente, en cines.

All the love

-La Chama ❤

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