The Brother Complex {Kagehina...

eridayishere

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Tobio era aún un niño cuando experimentó su primer amor. Shoyo era tan hermoso, tan maravilloso. Pero había... Еще

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¡Epílogo!
¡Side Note!

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eridayishere

Miwa no podía creer lo que había sucedido. Su hermano menor se había escapado y sus padres no parecían importarles en lo más mínimo.

Sabía que Hinata había tenido algo que ver en eso, pero, realmente no sabía qué tanto. ¿Lo había motivado a irse? ¿Simplemente le había dado un techo? ¿Qué más estaba pasando a puertas cerradas?

Sabía que su hermano le tenía estima a Shoyo, pero de nuevo, no sabía qué tipo de estima le tenía.

Tenía demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, y todas lo dirigían al mismo lugar.

-¿Miwa?- Preguntó el Beta rubio al ver a la azabache ahí, frente a su puerta.
-Hola, Akiteru.- Le dijo con una sonrisa en sus labios.
-¡Qué gusto verte! No te veía desde que se graduaron, ¿Qué te trae por aquí?- Le dijo a la par que daba paso a la Alfa dentro de su residencia.
-Venía de paso. De casualidad, ¿Tu hermano está en Tokyo? Es que estoy tratando de contactar con el mío.- Le dijo sin rodeos, directo al grano.

Hinata volvía a casa luego de una larga semana, que se sintió como un mes.

Insertó la llave y una vez entró con su perro, cerró la puerta a sus espaldas.

-Ya llegué, Tobio.- Dijo mientras se quitaba los zapatos.

Silencio.

-¿Tobio?- Caminó por la casa, su perro olisqueba todo, el fuerte olor a Alfa era nuevo para el animal y le provocaba una sensación nauseabunda al Omega.
Abrió la puerta de la habitación del joven Alfa, encontrando una bola de mantas ahí.
-Tobio.- Volvió a llamarlo, una cabellera negra se asomó debajo de las cobijas.
-Ya volviste...- Le susurró. Tenía la cara ojerosa, como si apenas hubiera dormido en la semana.
-¿Qué te pasó? Te ves... Mal.- Alcanzó a decir mientras ponía su mano sobre la frente de Kageyama.
-No me siento muy bien...- Le dijo en un hilo de voz.
-Tienes mucha fiebre...- Dijo segundos después.

-¿Has comido bien esta semana?- Se levantó del lugar.
-No sé cocinar...- Le dijo torpemente.
-Bueno, levántate y lávate la cara, te haré algo.- Shoyo se dirigió a la cocina, empezando a reconsiderar cómo y qué decirle a Tobio.

Mientras terminaba de cocinar sopa para el menor, este salió de la habitación, envuelto en sus cobijas.
-Toma.- Posicionó el plato frente a él, antes de sentarse al lado contrario de la isla en su cocina.
-Gracias... Y lo-.-
-Si, Tobio, entiendo. Lo pensé un poco y... Te perdono, ¿Sí? Ya para de disculparte y tómate la sopa.- Le dijo seriamente. El menor retrocedió ante la declaración del Omega y asintió antes de empezar a comer silenciosamente.

-En cuanto acabes, necesito hablar contigo. Es algo serio.- Dijo el Omega mientras miraba a Tobio, que asintió con las mejillas infladas por la velocidad en la que estaba comiendo, causando una leve risa de parte del pelirrojo, que trataba de ser lo más serio posible.

Tobio estaba confundido.
Ok, sí, sabía sobre el tratamiento que Shoyo estaba tomando, pero se había perdido a mitad de la explicación y el hecho de reconocer a otro como su pareja.

-No entendí.- Repitió el menor por tercera vez en la explicación.
-Ah... Ok, voy a explicarte de nuevo.-
-No, entendí lo que dijo, pero... ¿Qué tiene eso que ver conmigo?- Tobio creía saber a qué lugar se dirigía, pero no quería saltar a conclusiones.

-Tobio.-
-Presente.-

-Te estoy diciendo que te reconozco como Alfa. Como mí Alfa.- Tuvo que afirmar nuevamente.
-Y-yo... Ah... Es- es que...- El rubor se expandió por todo el rostro del Alfa.
-Está bien, Tobio. Sé que... Es extraño.- Le dijo el mayor.
-Es raro, así que... Sientete libre de rechazarme.- Sonrió sutilmente.
-¿Qué?- Le dijo.
-Sí, es raro que el Omega que te vió crecer desde que tienes cinco años, te mire de esta manera.- Dijo tratando de ser lo más empático posible en una situación en la que no debía ser tan empático.

-P-pero...- Tobio trataba de decir algo.
-También supe que los dominantes son exigentes en cuanto a sus parejas, así que no voy a tratar de imponerte nada.-
-Hina....-
-Tampoco voy a ejercer presión sobre tí con tu carrera o con la casa, no te debes preocupar por eso.-
-¡Shoyo!- Exclamó el azabache, seguido de una tos seca realmente fuerte.

-¡Tobio, no debes gritar!- Se levantó por un vaso de agua para el azabache.
-Es que... No me estás... Escuchando.- Cada pausa que hacía daba lugar a la tos nuevamente.
-Bueno, lo siento, te dejaré hablar.-
Una vez que la respiración del azabache se reguló, este dirigió su mirada al pelirrojo.

-A mí... Me gusta usted. No por ser Omega, si no... Porque es usted, Hinata.-

-No puedo hacer eso, Kageyama-San.- Dijo Tsukishima. Miwa estaba de pie frente al pequeño departamento que compartía con Yamaguchi.
-Por favor, Kei, necesito encontrar a Hinata y a mi hermano.- Le dijo la mayor.
-Miwa, lo haría, pero si usted no sabe donde vive no puedo decirle nada.- Declaró Kei. Estaba bastante serio y no se disponía a cambiar su opinión del tema o su declaración. Le tomó tres días poder ir a Tokyo desde que se reunió con Akiteru y ahora Kei le ponía una barrera.

-Por favor.- Alargó la "o" bastante tiempo. El rubio permanecía con una expresión fría.
-No.-
-Bueno.- Se rindió segundos después, antes de ponerse derecha y darse la vuelta.
-Gracias de todos modos, Tsukishima.- Le respondió ella con una sonrisa suave, que claramente para Kei, era falsa.

Miwa nunca aceptaría un "no" por respuesta. Se veía que tenía el mismo carácter de Kageyama Tobio.


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