—Acabo de hablar con mis padres, dulzura. —ChanYeol entró a la habitación que compartían con el celular en mano—. Van a venir de visita —agregó mientras observaba con mucha gracia a su pareja aún envuelto en mantas sin dar señales de querer despertar o de hacer algo.
—Adoro a tus padres, pero estoy cansado... —se excusó el doncel. Se ocultó en las suaves mantas y cerró sus ojos, todo esto mientras le daba la espalda al mayor, quien estaba cruzado de brazos y suspiró levemente al ver a su lindo y pequeño esposo no dar muestras de levantarse—. No. No. Diles que otro día.
—Ve a alistarte y también prepara al bodoque. —Dirigió su mirada a su bebé regordete y más grande de la talla correspondiente a su edad que descansaba como si no le debiera nada a nadie.
Y era así, como BaekHyun decía, su lindo YongYong merecía todo lo bueno del mundo.
ChanYeol aún no se creía eso de que era padre, pero ahí estaba, felizmente casado y con un hijo que era su vivo retrato. Háganle el favor, si le hubieran dicho al ChanYeol de antes que ese sería su futuro tras conocer a un doncel que ni sabía en dónde estaba parado, pero que contaba con un gran ingenio, él se habría matado de risa.
Pero no, nada de esto daba risa, tener un hijo costaba mucho tanto económica como emocionalmente.
«Quién diría que los pañales costarían tanto», pensó para sí mismo el hombre mayor mientras veía a su hijo dormir, apenas haciendo uno que otro ruido. Una manía heredada de BaekHyun. Padre e hijo estaban sincronizados incluso.
Sonrió al verlos por unos momentos más. Suponía que a esto se refería su padre al decirle que el orgullo más grande de un hombre es la familia que formó junto a la persona que ama. Vaya que tenía toda la maldita razón.
—No le digas así a SeYong —lo regañó el doncel, frunció su ceño y se volteó solo para mirar con reproche a ChanYeol, quien pareció divertirse aún más al verlo renegar—. Siempre ha sido más grande que los otros bebés de su edad, ¿por qué será? Ah sí, porque su padre es un jodido gigante —le recriminó—. ¡Aún recuerdo el parto!
—Sin embargo, nos acostamos ni bien terminó tu cuarentena. —Se encogió de hombros sin abandonar la burla en su voz—. Lo amo y todo, pero ese bebé come tanto que está gigantesco. Lo consientes mucho.
—Ese bebé es tu hijo —rechistó, mirándolo con desdén para luego darle la espalda—. Necesita comer bien para crecer.
ChanYeol creía que eso era una tontería. Por supuesto que su hijo necesitaba de su leche con nutrientes que solo BaekHyun podía brindarle, pero consideraba un abuso y una muestra de ingratitud y desconsideración hacia él, su padre, que SeYong pasara más de una hora como mínimo siendo amamantado, e intentar separarlo del cálido y blando cuerpo de BaekHyun, era una declaración de guerra. SeYong bebía hasta aburrirse o dormirse, usualmente lo segundo pasaba primero. Era un bebé grande, gordo y flojo a más no poder, pero seguía siendo su bebé.
—Jamás pensé que tendría un hijo...
—Ya tienes cuarenta. —BaekHyun le sacó en cara. ChanYeol no se inmutó, BaekHyun por lo de las hormonas tendía a estar de mal humor la mayor parte del tiempo, era más susceptible—. Ya era tiempo, vejestorio.
—¿Vejestorio? —le cuestionó indignado. BaekHyun tuvo la desfachatez de asentir repetidas veces—. Cuando nos conocimos no opinabas lo mismo —dijo con diversión. Si alguien decía algo malo sobre SeYong, BaekHyun sacaría las garras. No importaba si fuera él, igual defendería al bodoque—. Si lo pensamos detenidamente, todo es tu culpa.
—¿Y cómo por qué sería mi culpa?
ChanYeol gateó por la cama matrimonial para luego abrazar al doncel por la espalda. Sintió un leve estremecimiento de su parte y se felicitó internamente por aún lograr ese efecto en BaekHyun. La chispa seguía ahí, en realidad, nunca se apagó. Aprovechó ese momento para meterle mano a su lindo esposo, sonriendo en el acto.
—Sí, es solo tu culpa —le susurró en su oído, soplando apropósito ahí—. Es culpa tuya por enamorarme, seducirme con tu cuerpo hasta terminar haciéndote un hijo.
—Pero es un hermoso bebé.
—El mejor —concordó. Sí, él quería al bodoque, era sangre de su sangre o lo que sea. Aunque el bebé quería más a BaekHyun, no lo culpaba, en realidad ChanYeol también quería más a BaekHyun. Debía ser cosa de padre e hijo—, todos lo adoran. Más mis padres que por fin tienen su tan ansiado nieto.
—Mis suegros me aman —dijo el doncel con una sonrisita orgullosa en su rostro.
Era obvia su felicidad, desde que ChanYeol le presentó a sus padres, ellos no hicieron más que llenarlo de elogios y engreírlo de mil maneras diferentes.
Ni qué decir cuando les anunció su embarazo. No había día que no lo visitaran, estaban más emocionados que él con eso de la llegada del bebé.
—¿Cómo no? Me casé con un hermoso doncel joven que es inteligente, hermoso, trabajador y lo más importante: me sacó del camino pecaminoso de la lujuria y me hizo sentar cabeza —dijo esto con falso dramatismo y llevándose una mano al pecho. BaekHyun le dio un codazo al verlo de reojo.
El amor que le tenían sus suegros fue demasiado que incluso habían presionado a ChanYeol hacia la boda cuando se enteraron de su embarazo, todo en complicidad con su madre, quien tampoco quería que su nieto naciera sin que sus padres estuvieran casados. La celebración se dio a tiempo récord para que no se notara su pancita, pero sí, se habían casado y quienes estaban más alegres que ellos mismos eran sus respectivos progenitores. Ni siquiera él en verdad quería hacerlo, BaekHyun no veía la necesidad, porque en realidad su rutina con ChanYeol no había cambiado en nada, el mayor seguía siendo detallista y atento, seguían acostándose como siempre y compartiendo sus comidas todos los días entre risas, ya vivían juntos, entonces lo único nuevo eran los anillos y ya. Aunque, como todo doncel, por supuesto que se había ilusionado con los preparativos, pero ChanYeol siempre siguió con su rostro estoico y manteniéndose al margen de todo y eso conllevó a discusiones, él sensible por las hormonas, su suegra y madre queriendo asesinar a ChanYeol y ChanYeol con sus explicaciones de: "En realidad, no quiero estar aquí, pero si tú quieres, por mí está bien".
BaekHyun varias veces quiso llorar de la frustración, pero si no lo hizo no fue porque se aguantó las ganas, sino que ChanYeol había sido lindo con él y si bien en el proceso no fue el prometido del año, tampoco puso mala cara ni entorpeció nada. Aunque habría sido más lindo si hubiera sabido callarse la mayoría de ocasiones, pero así era ChanYeol, demasiado sincero.
Había asistido a todas las citas con la planificadora de bodas, reuniones, ensayos y más. Jamás puso una excusa para no ir, pero siempre ChanYeol le preguntaba si en verdad quería hacer todo eso y cuando algo tímido le confesaba que le hacía mucha ilusión, ChanYeol simplemente asentía para luego darle un beso y terminaba cumpliendo sin poner mala cara, incluso dando una que otra recomendación.
Apreciaba que supiera que para él era realmente importante su boda.
—Aún no olvido cuando te conocieron. —Rio divertido el mayor por el recuerdo—. "¿Tú eres Baekkie? ¡Pareces un muñequito!" —imitó la voz de su madre. BaekHyun se rio por el disfuerzo—. Dios, esa vez ni siquiera ocultaron su interés en saber si eras un doncel. Y cuando te preguntaron si querías formar tu propia familia y dijiste que sí... Por poco y besan por donde caminabas.
—No seas tonto. —BaekHyun puso sus ojos en blanco ante la exageración. ChanYeol quiso decirle que no estaba bromeando, pero se lo guardó para sí mismo—. Solo vieron que era un buen chico.
El día en que sus padres conocieron a BaekHyun y pudieron hablar a solas con él después de ese almuerzo algo pretensioso, le confesaron que antes de la presentación estaban sumamente preocupados por dos razones: uno, no tener nietos qué engreír y; dos, que terminara con un trepador o trepadora. Por eso estaban felices de que consiguiera a una pareja así de joven, porque así se aseguraban de que tuviera más años para poder tener hijos y que BaekHyun en realidad se tratase de una persona para nada ambiciosa y sin malicia fue como una respuesta a sus plegarias.
ChanYeol no supo cómo tomárselo. Aunque si ellos querían a BaekHyun, no debía darle más vuelta al asunto. El tiempo solo hizo que sus padres amaran más a BaekHyun. ¿Cómo no? Era amable, trabajador y cuando se enteraron que ya no almorzaba en restaurantes, porque BaekHyun le hacía su almuerzo además del desayuno casero que compartían cada mañana, por supuesto que todas sus energías se destinaron a ser los mejores suegros del mundo para que así a BaekHyun no se le ocurriera ni por un segundo irse de su lado.
Al parecer sus padres no le tenían fe. Él también ponía de su parte, aunque no pareciera, ChanYeol era un fiel creyente de que el cortejo no acababa una vez que ya eran pareja. Llevaba a BaekHyun a buenos lugares a comer, le daba regalos que alguna vez mencionó querer, celebraba en grande sus fechas especiales y siempre le hacía recordar lo asombroso que era.
Sí. Reconocía que desde hacía un buen tiempo que estaba bien, pero bien jodido por ese doncel, pero era mutuo, entonces para él estaba bien.
—Me lastimas, dulzura. Primero me sacas en cara tu clara juventud y ahora me insultas.
—Tú no me dejas dormir. Yo digo que estamos a mano.
ChanYeol sonrió ladino y se acostó al lado de BaekHyun. Le besó con lentitud el cuello, haciendo ruidos apropósito mientras su mano se metía debajo de la camisa del doncel, esa camisa gigante en la que se sentía cómodo y era sencillo para SeYong jalar y así obtener su alimento—. ¿Qué te parece darle un hermanito? Él estaría contento, tendría con quien jugar.
BaekHyun lo volteó a ver con los ojos bien abiertos. ChanYeol le guiñó un rojo, provocando que se pusiera rojo hasta las orejas.
—N-no lo sé, hace poco que cumplió un año. —BaekHyun se maldijo al tartamudear, ChanYeol lo estaba poniendo nervioso. Mucho. Se sentía bien, siempre sabía qué hacer para doblegarlo. Por un lado detestaba sentirse tan inmune, pero cómo amaba sentirse protegido en esos fuertes brazos.
—Di que sí. —Dirigió su mano a uno de sus pezones hinchados y pesados con leche. El doncel presionó sus labios para callarse, era demasiado. Aunque se le escapó un chillido traicionero cuando le dio un apretón nada gentil—. Te encantó estar embarazado y a mí me encantó consentirte.
—¿No que tú no querías hijos? —preguntó a duras penas, pero solo recibió un jalón que lo hizo escurrir leche como respuesta.
—Cambié de opinión.
BaekHyun puso sus ojos en blanco. No podía creer que se tratara del mismo hombre de hace poco menos de dos años atrás. Oh, sí, podía recordarlo. Cuando se desmayó en medio de un junta y el médico anunciándoles la llegada de su primogénito, ChanYeol sin reaccionar, pero aceptando la realidad cuando ante la pregunta: "¿Lo quieres tener?", su respuesta fue un rotundo sí. También recordaba a sus suegros haciendo una fiesta el mismo día que les dijo de su estado y a un ChanYeol no tan animado. No lo había estado cuando supo lo del embarazo, pero se quedó a su lado a pesar de su clara negativa a tener hijos y una boda como dijo cuando conoció a su madre. BaekHyun sentía que estaba dándole presión innecesaria, pero ChanYeol solo se encogía de hombros como si no importara. No estuvo realmente interesado en ninguno de los dos acontecimientos, pero estuvo ahí, agradecía que ChanYeol no se hubiera puesto distante con él o algo así como si estuviera molesto, parecía actuar como si nada estuviera pasando, pero vaya que todo estaba pasando en ese tiempo.
Su embarazo fue bueno, no ideal, pero bueno, a fin de cuentas. Iba al médico cuando eran sus citas, ChanYeol lo acompañaba, pero no se emocionaba particularmente con nada. No lo hizo con las ecografías, tampoco cuando pidió escuchar los latidos de su bebé, menos cuando le dijeron que tendrían un niño, no lo hizo en el nacimiento, ni cuando le mostraron a un SeYong recién nacido. Ni siquiera había querido cargarlo a los minutos de haber nacido, ChanYeol lo hizo porque sus padres y su madre así se lo exigieron y él, a pesar de no pedirlo en voz alta, también quería que lo hiciera. Aunque ChanYeol hubiera estado ahí, cumpliera cada antojo, lo acompañara a comprar cosas para la llegada del bebé y a veces él mismo escogía una que otra prenda o juguete, no parecía realmente involucrado ni interesado en todo lo que tuviera que ver con su hijo, era como si solo quisiera estar con él, y si eso incluía a su bebé, pues estaba bien. ¡Por Dios! Era su propio hijo. Claramente, era demasiado con qué lidiar.
Tuvo una larga charla con ChanYeol cuando sintió que era demasiado. Por un momento, pensó que el mayor ya no lo amaba, pero que seguía ahí por sentirse responsable de haberlo sacado de su país de origen y que todo eso se trataba de ser un hombre con honor, pero no. ChanYeol estuvo sorprendido ante sus palabras y le dijo que sí lo seguía amando, pero que en su plan de vida jamás estuvo el de ser un hombre de familia, que estaba llevándolo mejor de lo que podía porque con quien estaba teniendo un hijo y compartiendo una vida era BaekHyun, pero que aún estaba procesándolo. Incluso se disculpó por hacerlo sentir mal y prometió esforzarse, ya que no quería arruinarlo.
BaekHyun recuerda perfectamente usar los dos días siguientes para romperse la cabeza en pensar o encontrar el razonamiento detrás de la manera en cómo la mente de ChanYeol funcionaba y que para él, eso tuviera lógica. Llevaban años conviviendo, compartiendo sus días, se conocían hasta lo que no, pero el hombre seguía procesándolo según él.
Ahora podías ver al mismo hombre ajeno a su bebé durante el embarazo y el primer par de meses ir por ahí como todo un padre orgulloso cada que SeYong le sonreía, tan bonito como en esa foto en su primer añito siendo querido por todos.
Fue toda una travesía padre e hijo, ChanYeol a pesar de haber pasado una semana, seguía sin lucir interesado en su hijo, aunque se la pasaba velando su dormir. Tampoco fue sencillo para BaekHyun si su madre varias veces cuando lo ayudaba iba y le repetía hasta el cansancio que debía evitar estar en el mismo lugar que su yerno para no agarrarlo a golpes por desconsiderado, ya que ella estuvo cada momento desde que se supo el embarazo y si ChanYeol en el pasado jamás se ganó su aprobación, mucho menos con lo que pasó estaba cerca a ser una de sus personas favoritas en el mundo.
Por otro lado, su bebé solo pedía por él, pues era quien lo alimentaba y cambiaba los pañales, quien lo vestía y quien le hacía todo, prácticamente. Pensó que delegar parte de estas tareas a ChanYeol haría que surgiera un vínculo entre él y su hijo, tomó su tiempo, pero había funcionado, ChanYeol no se quejaba, solo lo hizo con lo de los pañales, pero igual terminó obedeciendo. Su YongYong era naturalmente encantador, un bebé tan lindo, y aunque le había costado, terminó haciendo su camino al corazón de su padre y ChanYeol terminó buscándolo por su cuenta. Estaba aliviado, ChanYeol no era mal padre, pero tampoco le gustó esa clara indiferencia hacia su hijo, aunque esa indiferencia no implicó jamás descuido e irresponsabilidad.
Suponía que SeYong también sabía lo que hacía, más cuando se trataba de hacer las compras, él con su lindo gorrito de rana, terminaba poniendo sus labios en la mejilla de ChanYeol, manteniendo sus labios allí y llenándolo con un poco de baba, como si le diera besos, justo después de que este terminara de pagar por sus cosas. Su bebé era tan inteligente que lo llenaba de orgullo.
Entonces, tras todo esto, se le hacía irreal que el mismo hombre le estuviera pidiendo otro hijo.
—Cambié de idea, solo quiero hijos si eres tú el que me los da. —Le sonrió como un lobo a su presa—. Vamos, quiero otro más.
BaekHyun ronroneó ante los toques y cedió ante todo lo que implicaba ChanYeol. Él lo tocaba con necesidad, como si ya no conociera bien su cuerpo. No parecía molestarle o desagradarle su pequeña barriguita con una que otra marca por el embarazo. El mayor evitaba esa zona, a pesar de que él mismo estaba algo inseguro cada que se miraba al espejo. Aún no había vuelto a recuperar su cuerpo antes del embarazo, pero aquí lo tenía al hombre, diciéndole que quería otro hijo, cuando el que tenían aún no lograba caminar sin tropezarse con sus piecitos.
Chilló sin poder evitarlo cuando la puerta comenzó a abrirse, revelando a sus suegros.
—Perdón por esto, BaekHyun —se disculpó avergonzado el señor Park, quien ya era un hombre muy mayor y parecía sumamente avergonzado por lo que pudo o no ver—, pero ya conoces a Camille, ella no puede estar alejada de su nieto por tanto tiempo.
—Padre, pudiste tocar —renegó ChanYeol frustrado por la interrupción, no parecía afectado cuando tuvo que sacar sus manos debajo de la camisa de BaekHyun, no disimuló.
—Perdón, hijo, no puedo detener a tu madre. Lo sabes.
—¡Es que igual a ti! —gritó emocionada la bella mujer con su nieto en brazos que apenas abría sus ojitos al ser sacado de su cuna al lado de la cama de sus padres. Estaba teniendo su siesta del mediodía—. Es tan parecido a ti, que me siento tan emotiva.
—Siempre estás tan emotiva.
—Cosa de franceses —le dijo la mujer a su esposo, quien puso sus ojos en blanco—. Si me lo permiten, llevaré al pequeño Jules a una caminata por este hermoso sol.
A pedido de su suegra, BaekHyun permitió que el segundo nombre de su YongYong sea Jules. Jules. Sonaba raro e insípido, pero nadie en la casa lo llamaba así, solo su suegra y él la dejaba ser.
—Iré con tu madre. Tengo mucho que contarle. Es un hermoso día.
Ambas mujeres se llevaban de maravilla. Su madre siempre solía quedarse sola en casa, pero desde que ChanYeol le propuso irse con él, no dudó en dejarse llevar por su corazón. Fue una locura. Le dijo que trajera a su madre también. Si pagó el maldito pasaje de avión en primera clase a él, HaNeul y a la vieja bruja, ¿por qué no lo haría con su madre? Ni sabía por qué se sorprendió en ese entonces si lo pensaba ahora.
Al parecer el cambio de aires le hizo bien a su madre, más con Camille, las dos se hicieron íntimas al poco tiempo. Una suerte que, por su marido, Camille tuviera que aprender coreano, entonces la comunicación no era una barrera y su madre tenía menos tiempo para juzgar a ChanYeol. Seguía sin convencerlo del todo, a pesar de que adoraba a SeYong.
BaekHyun dejó de lado a ChanYeol cuando su pequeño alzó su manita en forma de puño al aire y comenzó a balbucear mientras se removía con fastidio de su abuela con su vocecita diciendo "Pa, pa, pa".
ChanYeol observó a su pareja ir al rescate de su hijo que se calmó al tenerlo en brazos para luego pasar a morderse su manita. No le sorprendía lo engreído que estaba su hijo. Si lo pensaba, no era tan malo tener un hijo y una pareja de por vida como creía, todo lo contrario, estaba más que feliz de tenerlos todos los días a todas horas a su lado. Tal vez no pensaría lo mismo si se tratara de sus anteriores conquistas, pero hablábamos de BaekHyun.
—Hijo, ya cierra la boca —le dijo su padre ligeramente divertido. ChanYeol puso sus ojos en blanco mientras su padre se reía a su costa—. Sé que estás enamorado y toda la cosa, pero no babees.
Sí, estaba feliz, ¿y qué? El bodoque había heredado el encanto particular de BaekHyun. Entonces, también le agradaba, nunca le gustaron los bebés, pero ahí estaba SeYong sonriéndole y chillando cada que él aparecía, entonces pudo hacer una excepción. Le gustaba, su personalidad era manejable. Tanto BaekHyun y SeYong tenían ese poder de encantar a toda persona que conocieran, sus empleados vieron al doncel como una especie de deidad. Incluso hubo el rumor de que, si tocabas su vientre, en el tiempo que estaba embarazado de Seyong, y sentías al bebé moverse, significaba que ibas a tener un ascenso.
Una ridiculez si se lo preguntaban, pero si motivaba a sus empleados a trabajar más duro, ¿quién era él para negar ese rumor? De hecho, esa creencia fue buena para que sacaran lo mejor de sí y, naturalmente, se ganaran el ascenso. Poco o nada tuvo que ver su hijo que era como una celebridad en su hotel, todos sabían que era el hijo del jefe y tendían a darle apretones de manos junto a una reverencia de noventa grados, mientras su hijo hacía esa sonrisa rara como si supiera que él cuando tuviera la edad suficiente estaría al mando.
El embarazo había sido bueno para todos, por eso estaba considerando tener otro hijo. BaekHyun tenía muchos años más para eso, de todos modos. Y sinceramente, creyó que esa clase de idolatría de sus empleados a su bebé terminaría con su nacimiento, pero no. Era desconcertante y algo molesto que sus empleados simplemente buscaran cada excusa tonta para ir a su oficina y tener la oportunidad de ver a SeYong. Incluso le compraban juguetes, como si no fuera suficiente que sus padres solo vivieran para adorar a su único nieto, sus empleados solo contribuían a ese engreimiento.
—Dice que te extraña —mencionó BaekHyun mientras se lo tendía y lo puso sentado en su regazo.
ChanYeol observó fijamente a su hijo, quien al tener su completa atención le sonrió mostrando sus encías. Algo en su pecho se agitó, su bebé era tan lindo que terminó dándole un beso en su frente que hizo que Seyong soltara una risotada y agitara sus piecitos, encantado por su gesto. ChanYeol sonrió al verlo ser un bebé feliz, esto de la paternidad era agotador, algo que evitó a más no poder, pero ahora, viendo a su hijo riéndose, no pudo evitar sentirse más que encantado con su vida.
Sí, definitivamente estaba enamorado de su esposo y su bebé, de su vida.