Dime que aún me amas.

By StilinskiDB_

258K 12.5K 1.1K

¿Y si te robo un beso? #2 Lia y Zachariah creyeron que todos los problemas estaban resueltos y que de ahora e... More

Sinopsis
Dedicatoria.
Capítulo 1. Bebé.
Capítulo 2. Soñar.
Capítulo 3. Conejitos.
Capítulo 4. Preocupaciones.
Capítulo 5. Demuéstramelo.
Aviso.
Capítulo 6. Engaño.
Capítulo 8. Caos.
Capítulo 9. Traicionado.
Capítulo 10. Culpa.
Capítulo 11. Espía.
Capítulo 12. Otra noche de lágrimas.
Capítulo 13. ¿Debo confiar? - Parte 1 -
Capítulo 13. ¿Debo confiar? - Parte 2 -
Capítulo 14. La audiencia
Capítulo 15. Cambios
Capítulo 16. Tendrás que verlo tú mismo.
Capítulo 17. Sola.
Avisos, aclaraciones y disculpas
Capítulo 18. El que más ama es el que pierde.
Capítulo 19 - La canción.
Capítulo 20. Otra vez.
Capítulo 21. ¿Por que amar duele tanto?
Capítulo 22. Sopresas.
Capítulo 23. Retribución
Capítulo 24. Amar.
Epílogo.

Capítulo 7. Pequeña personita.

8.9K 441 19
By StilinskiDB_

Lia

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando hay un bebé en tu vida. Tu vida se empieza a basar en; pañales, tu novio; biberones, tu madre; llanto, tus amigas; risas... Y así. No puedo creer lo rápido que pasaron estos meses. Sabri estaba enorme, gordita y cachetona. Ya había empezado a comer algunas papillas y ya había podido comenzar a sentarse sola. Tiene unos cinco meses ya. Estaba enorme.

Yo casi que no tenía tiempo con mis amigas, Sabri parecía que fuera mía en cuanto tanto que la cuidaba. Elizabeth no tenía mucho tiempo para estar con ella, andaba ocupada con Zacha trabajando juntos con la empresa. A Zacha pocas veces al día lo veía y mamá comprendía cuando me quedaba a dormir a su casa. Recuerdo que el otro día ella me dijo "Pareciera que están practicando para cuando sean padres" , me sonrojé y le grité diciéndole que no moleste con esas cosas.

Últimamente estaba muy ocupada, tenía las últimas semanas de clases encima más las pruebas y los profesores, no nos daban respiro. Está bien que es nuestro último año y nos están preparando para la universidad, pero mi mano ya dolía de tanto copiar trabajos. Mar y Nare se habían venido a la casa para poder terminar este trabajo y otro más juntas mientras cuidábamos a la bebé. Nare se encontraba mucho mejor. Al final todo ese lío con Franco fue sólo un mal entendido de parte de ella. Lo que sucedía era que él y su familia se mudaban lejos y él no quería hacerla sufrir con el tema de las relaciones a distancia. Nare lo descubrió yendo a enfrentarlo a su casa, lo encontró mudándose y ahora no despega los ojos del celular esperando un mensaje suyo. Está triste por no poder verlo, pero el que no haya otra y sigan juntos hizo que estuviera bien.

—Les juro que odio el colegio, lo odio — gruñó Mar tirando la lapicera sobre la mesa. —Estoy harta, a mi mano le van a salir ampollas.

—Tenemos que terminarlo — dije yo sin levantar la mirada y seguí copiando.

—Lia, tomémonos un respiro — suplicó Nare.

Gruñí y acepté. Mi mano dolía. —Está bien, voy a poner la pava, necesito té — dije y me levanté de mi sitio, pasando por la cuna de Sabri y sonreí al verla dormida. Era la hora de su siesta. Al llegar a la puerta de la cocina Mar gritó.

—¡Yo quiero un café!

Corrí de vuelta. —Cállate que la niña duerme, idiota.

—Ups.

Nare le pegó en el brazo regañándola mientras yo me fijaba si Sabri seguía durmiendo. Lo hacía. Qué buena niña. Volví a la cocina y preparé dos tés y un café.

Estábamos tomándonos ese descanso y charlando de nuestras vidas. Mar contándonos como Eddie le dedico una tierna canción, Nare refunfuñando porque Franco no podría verla esa semana y yo contándoles lo de siempre, todo iba bien con Zacha, la bebé hizo esto, aquello, y nuevas noticias sobre el casamiento de mi madre. ¡Sí! Había dicho que sí y mi madre se iba a casar. ¿Increíble no? No, era creíble.

Les estaba contando sobre los vestidos que mi madre le había echado un ojo cuando sonó el timbre de la casa. Fruncí el ceño pensando en quién podría ser... Elizabeth y Zacha estaban en la empresa, yo no esperaba a nadie así que... ¿quién podría ser?

Nare se levantó dispuesta a abrir la puerta y la dejé esperando algo inquieta en mi asiento.

—¿Quién eres tú? — oí que preguntó.

—Soy Cecilia, ¿se encuentra Lia? — contestó una voz que se me hacia conocida.

Al oír ese nombre me levanté como un resorte. Corrí hacia la puerta y empujé a Nare de allí. Vete, le modulé con los labios, ella frunció el ceño pero asintió y se marchó.

—¿Qué haces aquí? — le gruñí a Cecilia.

—Necesito hablar contigo Lia. Por favor.

La miré fijamente a los ojos sin responder nada. No vi un sólo signo de maldad o mentira en su rostro. No podía hablar ahora, así que la cité para el próximo día, a la misma hora, sabiendo que no habría nadie en la casa y que yo estaría sola con la bebé. Podríamos a hablar. Y sus ojos me decían que la escuchara. Y yo quería hacerlo.

Cerré la puerta una vez que se marchó y volví a mi sitio con las chicas. Sabri seguía durmiendo. Las dos me miraron en silencio.

—¿Quién es ella? — rompió el silencio Nare.

Suspiré. —Ella es Cecilia.

—Sí, eso ya oí. ¿Quién es?

—Es la hermana de Marsha.

—¡¿Qué ella es quién?! — gritó.

Ahora fue el turno de Mar de retarla porque la bebé dormía.

—¿Cómo es que tú la conoces? — preguntó Mar en un tono bajo.

—Vino a mi trabajo, sabía quién era yo, y lo único que quiere es ver a su sobrina.

—Ah no, eso sí que no. Me trae mala espina — comentó Nare negando con la cabeza.

No le diría que la cité para mañana porque comenzaría a gritar de nuevo en defensa de su prima. Lo tendría que hacer en secreto...

—Bueno, no hablemos de ello ahora, tenemos cosas más importantes que hacer — dije y las obligué a seguir con el trabajo.

Al otro día el timbre sonó justo cuando yo lo esperaba. Cecilia era puntual. O no quería perder la oportunidad de explicarse, pensé. Abrí la puerta antes de que tuviera oportunidad de tocarlo de nuevo. Invité a Cecilia a la casa y le ofrecí una taza de café.

— Claro — aceptó mientras buscaba algo con la mirada. Es obvio que buscaba a Sabri. ¿Pensaba que la dejaría a el alcance de su vista? La bebé estaba perfectamente durmiendo en el dormitorio de Zacha. 

— Está durmiendo en el dormitorio de Zachariah — expliqué. 

— Oh — dijo simplemente y yo me dirigí a la cocina para servir las tazas de café recién hecho.

Volví poco después y puse las tazas en la mesita ratona del living. — Siéntate — le ofrecí y ambas nos sentamos, cada una en un sofá diferente. — Entonces... Te escucho.

Cecilia asintió y tragó. — Marsha... Ella no tubo una buena infancia. Ninguna de las dos la tubo. Somos huérfanas y ella me ha criado a mí con algo de ayuda de nuestra abuela. Marsha siempre a tenido trabajos fáciles, que traigan dinero fácil. Si entiendes lo que quiero decir... — suspiró. — Ser la cocinera o ama de llaves de aquí, del señor Pierson, fue su primer trabajo digno. Y como verás las cosas no le salieron muy bien... Yo no puedo remediar lo que hizo mi hermana. Pero si puedo pedir disculpas y luchar por mi derecho y el de mi abuela de ver a Sabri como familia que somos de ella. 

—¿Y acaso tu abuela y tú creen que podrán así como así disculparse y ya? ¿Problema solucionado? 

— Marsha ha desaparecido. Literalmente. No sabemos nada de ella desde el día que llegó a casa sin la bebé, tomó sus cosas y se marchó. Inmediatamente supimos que algo estaba mal. Buscamos a la bebé por todos lados, aún no habíamos llegado a pensar de que la habría abandonado aquí. 

Hice una mueca al escuchar la palabra "abandonado" para referirse a lo que pasó con Sabri. 

—No sé que hacer, Lia. Marsha es mi hermana y la quiero por todo lo que hizo por mí. Pero eso no escusa el que haya separado a una familia y encima haya abandonado a su bebé. No sé que más decirte, Lia. Yo cuidé a mi sobrina durante dos semanas. Luego Marsha y ella desaparecieron, para luego volver y sin la bebé. Tú viste lo que ella es. No puedo simplemente dejarlo pasar y olvidarme de ella. Es mi sobrina.

Asentí entendiendo lo que quería decir.  Pero yo no tenía voz ni voto en esto. Sabri no era mía.

— Entiendo lo que quieres decir, Cecilia. Pero yo no puedo decidir nada. No tengo ni voz ni voto en todo esto. Y creo que a Zacha no le va a gustar nada. Elizabeth es más comprensiva, pero Zacha tiene un cierto rencor por todo lo que pasó... No creo que acepte que la veas... Tiene miedo a que se nos la lleven. El juez de menores ya está a un paso de darle la tutoría de la niña a Elizabeth y el problema estará cerrado. Pero mientras tanto... Cualquier indicio como este no es bueno.

Cecilia bajó la mirada a su taza de café y tomó un sorbo. El silencio estuvo presente el próximo minuto.

—Entiendo — dijo finalmente. — Yo sólo quería que al menos alguien entienda que no hago esto con maldad. Sólo quiero conocer a mi sobrina... y ser parte de su vida. 

Se levantó con pesar y se dirigió a la puerta con tal pena en su rostro que no pude evitar detenerla. — Cecilia — la llamé. Se volteó. — Zacha y Elizabeth estarán en la fábrica hasta muy tarde. Si quieres puedes... verla un rato... hoy — ofrecí. 

Una sonrisa se extendió por todo su rostro y asintió. La acompañé hacia la habitación de Zacha y le di unos momentos a "solas" con la bebé, quedándome yo en la puerta. Cecilia lloró al ver a su sobrina. Le tomó su manito y le habló. Cosas cómo que haría lo posible por verla y nunca se rendiría. Eso tocó mi corazón. Cecilia de verdad que quería a esa bebé de poco más de cinco kilos. Es increíble como una pequeña personita llega a crear tanto afecto. 

— Sabes... podemos concordar algunos días para que la veas hasta que todo esto se solucione, ¿quieres? Tú déjame hablar con Zacha. Voy a intentarlo.

Ella se escurrió las lágrimas con una sonrisa y asintió. — Es más de lo que puedo pedir, Lia. Gracias. Sabía que tú entenderías. 

Poco tiempo después Cecilia me dio su número de teléfono y se fue dejándome sola con mis pensamientos. ¿Habría hecho bien en ofrecerle eso a Cecilia? ¿Qué otra cosa podría hacer? Sí era sólo una adolescente, poco menor que yo. Me puse en su lugar y yo también haría lo que está haciendo ella para poder ver y luchar por mi sobrina. Y después de conocer a esa bebé... como para no quererla. 

Lo que no sabía es que me equivocaba. Y que esta decisión iba a traer más de un problema...

-----------------------------------------------------------------------------------

¡Estoy de vuelta! Y me voy otra vez por un mes... MATENME AHORA. Ando corta de tiempo, ando con falta de inspiración, todo. ¿Qué hago con mi vida ahora? D: En fin, espero que sepan entender. Ya dije anteriormente que nunca dejaré esta novela sin terminar. No importa cuanto tarde entre capítulo y capítulo. ¿Comprenden eso? Okay, ya estamos. Tengo planeado los dos siguientes capítulos, así que espero poder escribirlos pronto (ojalá, por favor). 

¡Besos enormes! Los quiere, Vani


Continue Reading

You'll Also Like

77.5K 447 1
Periodista, loca y desempleada. Tres palabras exactas para describirme. Aunque puedo añadir en mi humilde defensa que yo solo quería ser portavoz d...
94.3K 5K 91
Míriam siempre ha sido una chica tímida y enamoradiza a la que le encanta leer y escribir, a la que le gusta soñar despierta. Hace poco su familia y...
157K 11.5K 38
-¡Miller! -le llamó enfadada. -Dime, princesa -contestó con una sonrisa divertida en el rostro. -¡Dame mi libro! ¡Lo has sacado de mi taquilla! -¿Te...
1.4M 75.7K 65
-Hola Duncan -Eres molesta ... ••• Si quieres leer esta novela, preparate para: Egocentrismo nivel experto. Ataques de celos desenfrenados. Comentari...