La Leyenda Áurea

By Kia020

1.4K 142 8

Esa noche, Xylia nunca olvidaría esa noche, en la que los habitantes del bosque salieron a celebrar sus ritua... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49 (Anuncio)
Capítulo 50 (Nuevo Anuncio)
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54

Capítulo 24

19 2 0
By Kia020

–Vamos –gruñí apretando los dientes con fuerza.

Estaba a punto de llegar a esa rama pero cuando cambié el pie, tropecé con una de las costras y me resbalé cayendo sobre el lomo de Bruina. Volví a gruñir aunque hubiese caído encima de ella, mi cuerpo seguía dolorido y resentido por los golpes.

También era cierto que mi rodilla tenía mala pinta, al estar hinchada y morada, me daba la mala espina de que podría haberme hecho un esguince o algo peor. Me apliqué uno de los ungüentos que había dentro de los compartimentos que llevaba Bruina, además de vendármela.

Todo eso pasó después de que me hiciese cargo de cortar las cabezas de esos horribles monstruos. Aún seguía manchada con esa sangre espesa y de color negro, que nunca antes había visto en mi vida. Debieron de ser creados por maldad y oscuridad y por eso fue tan difícil de cortarles esa férrea piel. Tardé un buen rato en poder quedarme con esas dos cabezas las cuales pesaban más de lo que hubiese pensado. 

Finalmente, las metí a cada una en su respectiva bolsa y las até para que bruna se encargara de tirar de ellas. Y en estos momentos en los que desistí y dejé que las provisiones que almacené en los árboles, se quedaran allí. No tenía la capacidad para trepar ni la de moverme con facilidad, así que una vez me senté de nuevo en Bruina, marchamos de aquel lugar. Necesitaba a apartarme de ese lugar, encontrar algún pequeño lago o un estanque, necesitaba quitarme toda aquella suciedad que empezaba a oler y a meterse por los orificios de mi nariz y de la que estaba totalmente segura de que se impregnaría mi olfato. Así que lo mejor, por ahora, era salir de ahí y si no encontraba un lugar donde bañarme, encontrar al menos un lugar en el que descansar. 

Así pues, Bruina empezó a avanzar por el mismo sitio por el que venimos pero en vez de seguir por la izquierda, esta vez decidí ir por la derecha, ya que por donde vinimos no había indicios de algún lugar con agua así que lo mejor era explorar esa zona. Íbamos aún más lentas por el peso añadido de las cabezas pero eso no nos iba a impedir avanzar pero entonces, una ráfaga de aire helado hizo que temblase de frío, a pesar de llevar puesto la capa. Miré a mi alrededor, las ramas y arbustos se meneaban debido a las ráfagas de aire que parecían cortarte la piel como si fueran afiladas dagas. Entonces, hice ademán de coger la daga que se situaba en mi cinturón pero una voz, una voz que se me hacía conocida, habló.

Te lo advertí y ahora iré a por ti

Me quedé atónita al recordar su voz, provocándome escalofríos inmediatamente. Esa misma voz era la de la mujer de rojo que apareció en mi sueño y que estaba junto a los cuerpos de los aldeanos del poblado. No quise volver a imaginármelo, pero recordé la imagen de mi hermano, muerto y lleno de sangre. Respiré hondo, sujetando con más fuerza la daga. Bruina se movió impulsivamente pero empecé a acariciar su pelaje y se calmó, debía ser también por culpa de aquella mujer. Por lo menos, no lo había escuchado yo sola. No tenía miedo, no podía tener miedo, era una  guardiana del Bosque, este era mi elemento y mi lugar para poder estar a salvo. Y aunque todo pudiesen ser alucinaciones mías, estaba segura que todo lo que estaba pasando tenía relación.

Ese maldito macho se adelantó pero cuando bajen la guardia, te cazaré  

Su voz parecía estar tan cerca de donde estaba que me daba hasta escalofríos. Parecían advertencias pero para qué, quién era ella, nunca lo sabría pero lo peor es que cuando mencionó lo de ese macho, estaba segura de que se refería al rey del Subsuelo. Tenía una cierta inquietud por aquellos mensajes, volví a mirar por mi alrededor. Nada. No había rastro de una mujer vestida de rojo. Todo estaba calmado como si hubiese desaparecido, ya no hacía tanto frío ni ya no me sentía observada.

Y si lo pensaba bien, cuando le conté mi sueño al rey, no recuerdo bien lo que dijo pero si que se que por ello, tuve que viajar con él a través de las sombras. Tuvimos que regresar a palacio lo más rápido posible como si fuera una amenaza. Suspiré y simplemente dejé salir toda esa ansiedad que empezaba a hacer acto de presencia. Nada de esto era mi problema y si alguien debía resolverlo, era el regente. Así que sin pensarlo más y dejando que esas palabras tan invernales desaparecieran de mí mente, volvímos a avanzar.

El dolor palpitaba haciéndome que me estresara por no poder soportarlo. Me estaba desquiciando pero no es algo que ni hubiese hecho antes.

Xylia, confía en tí y sobrevive por tí

Eso era, me repetía esas palabras cientos de veces desde que aparecí en este mundo por obligación. Lucharía por mí y por salir de este lugar. Y aunque los ojos se me cerrasen del cansancio, repetiría esas palabras en voz alta hasta que me quedase sin voz.

                                                                                     ⥉

Descansar estaba sobrevalorado, después de encontrar un pequeño estanque que parecía sacado de una de las historias de la Sabía Anciana por su misteriosidad y belleza, a pesar de ser un bosque muy diferente a los de mi mundo. Pude descansar por poco tiempo, después de preparar un pequeño campamento base y montar una hoguera para que nos mantuviera en calor tanto a Bruina como para mí. La verdad es que si alguien más hubiese estado conmigo en la misión, es posible que podría haber dormido más de dos horas pero la verdad, es que estando yo sola estuve todo el rato en alerta, sin poder llegar a conciliar el sueño en condiciones. Pero lo que es cierto es que aunque estuviese Bruina quién había montado una pequeña guardia, no había podido fiarme. Así que después de mi intento fallido por dormir, me dirigí a ese estanque y empecé a lavar toda la suciedad de mi ropa, además del pelo y de mi cara. 

Una vez me lavé, me sentí limpia pero aún sentía como esa olor aún persistía en mi cuerpo, ese olor a sangre y a muerte que la verdad, no me gustaba en absoluto. Luego, saqué de uno de los compartimentos de Bruina, lo que parecía ser una manzana, esta era negra, a diferencia de las que solía comer. Mientras me comía la manzana, por primera vez desde que llegué aquí, sentí una milésima de libertad por encontrarme en ese bosque sola, sin nada que me atase a algo, a pesar de haber sido reclamada por ese bastardo rey. 

Escuché el sonido de las hojas moverse y de las pequeñas pisadas de animales inofensivos, que después de muchos años  de entrenamiento, sabía distinguir que pisadas debía ponerme en alerta y cuales no, y esas mismas que escuché debían de ser de los animales más pequeños dentro del bosque pero en ese mundo no sabía si todos eran inofensivos. Así que con sigilo y rapidez, preparé el arco y la flecha. Despacio, lo tensé y de forma cuidadosa aunque aguantado mis gruñidos por el dolor, me puse en pie, rezando por no tener que moverme mucho ya que después de haberla inspeccionado, esa pierna y sobretodo esa rodilla, daba pena. Muchos moretones subían y bajaban por esa pierna y la rodilla al estar hinchada y roja, no me permitía haber mucho con ella. Así pues esperé que ese animal apareciese por ese arbusto el cual se movía de forma irregular como si dentro de ese arbusto, se estuviese viviendo una batalla campal pero cuando ese animal salió del arbusto, ladeé la cabeza hacia un lado extrañada y sorprendida por ver a un zorro. Fui bajando el arco hasta que ya dejé de apuntarlo y me quedé observando cómo ese zorro se movía con elegancia mientras sus ojos se habían clavado en los míos. Su pelaje era blanco, tan blanco como la nieve misma aunque parte del pelaje de su espalda tenía un tono marrón oscuro y su caminar era digno de admirar. Los zorros son conocidos por su astucia, su inteligencia y por su agilidad pero lo peor es que nunca antes había visto un zorro como este, de este tipo, lo cual me parecía sorprendente. 

Era majestuoso pese a sus dimensiones pequeñas y cuando decidí volverme a sentar, escuché unos bufidos, fruncí el ceño y ahí estaba mi compañera de caza durmiendo. Suspiré mientras me  volví a sentar y ese zorro se acercaba cada vez más cerca, hasta donde me encontraba. Dejé que se acercara, no tenía miedo de un animal como ese y cuando levanté mi mano y la acerqué lo más que pude a él, él despacio acabó por acariciarme la mano con su cabeza. Sonreí genuinamente al notar este roce y entonces empecé a acariciarlo. Lo más seguro es que hubiese olido parte del aroma de la comida que tenía almacenada y hubiese venido a por ella pero sintiéndolo mucho, no sé la podía dar toda. Así que partí un trocito de la manzana que estaba comiendo y se la entregué, los ojos de ese zorro brillaron alegremente y sin que me diese tiempo a pestañear, ya se lo había comido. Parecía hambriento y como me dio pena, le entregué los que me quedaba de manzana para que pudiese comerla. 

—Toda tuya, copito de nieve.

Debía de ser joven y probablemente, debió de salirse de su madriguera sin permiso de sus padres. Tiempo más tarde, ese pequeño zorro con ese pelaje tan calentito, estaba sobre mis piernas acurrucado mientras yo me apoyaba en uno de los miles de troncos que había en ese bosque. Me notaba relajada y descansada solo por el simple hecho de tener otro animal de compañía conmigo. Notaba el afecto que me tenía ese zorro a pesar de habernos conocido en tan poco tiempo. 

Estaba segura de que si Ariel lo hubiese visto, se hubiese encariñado tanto de él que lo hubiese llevado a casa. Me reí levemente imaginándome esa escena, hubiese sido todo un descontrol ya que mis padres le hubiesen recriminado el haber llevado un animal salvaje a casa pero seguramente, al final se hubiese quedado en casa como cuando pasó que disparé a una de las águilas protectoras cuando tenía apenas siete años y la tuvimos que cuidar para que se recuperase. Realmente cuando estaba rodeada de animales y más cuando estaba sola, me sentía querida y eso es lo que ese joven zorro había conseguido en unos minutos. Así que sin pensarlo mucho y notando que esta vez si que iba a poder conciliar el sueño, dejé que mis ojos se cerraran y que todas esas memorias tan apreciadas que tenía en mi mente, inundaran los sueños de felicidad y de amor para que pudiese volver a ver a mi familia una vez más.





Continue Reading

You'll Also Like

1.9K 135 9
Un día Isabella (mamá) trajo a su hijo llamado Ray,pero norman se enamoró de el -yakusoku no Neverland -raynor
5.5K 452 16
Gealach es una loba con un carácter fuerte, cuyo destino está por cambiar en contra de sus deseos. Ridire nació bajo la Luna de sangre, es el hereder...
37K 10K 130
⚠️Solo a partir del capítulo 401, primera y segunda parte en mi perfil.⚠️ En un giro del destino, Jun Hao, un despiadado matón callejero conocido por...
329K 21.1K 27
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...