NUMBER ONE. odio la forma en que me hablas, y la forma en que te cortas el pelo
Su mañana había Su mañana había comenzado tan bien. Se despertó antes de que la alarma sonará y dándole tiempo para prepararse, y desayunar algo más que un té. Todo parecía tan bueno, hasta ahora que se encontraba caminando, mejor dicho, intentando huir de la persona que venía detrás.
—¡Malena! —tal vez si se hacía la sorda esa pulga se tomaba el palo— dale, hacete la boluda
—estoy ocupada. ¿Qué querés? —la pregunta podría asimilarse más a un gruñido.
—“buen día, Leito. ¿Todo bien? ¿Cómo va tu mañana?” Gracias por preguntar, Malenita.
—¿Me rompiste las bolas para eso, Lionel? —había preguntado, mientras la creciente sonrisa en el rostro del diez era una clara respuesta—. Sos un tarado, Leito.
—algún día vas a tener que explicarme este odio hacia mi persona. —hablo el diez.
—dale, dejo mi trabajo y me ocupo de lleno a hacer una lista explicando todas de razones, ¿te copa?
—Malena había hablado con un sarcasmo difícil de pasar por alto.
—dale.
—¿Qué?
—haceme lista. Mejor, decime la primera cosa ahora. —Malena abrió la boca para responderle, pero ninguna palabra salía de su boca—. Viste que ni vos sabes qué decir.
Ella se había quedado en blanco y la sonrisa de Lionel fue imposible de ignorar. Su cerebro estaba maquinando mil por segundo, hasta que un pensamiento vino como flash a su cabeza.
Leo no parecía el tipo que ve comedias románticas, y si él quería una lista, entonces la tendrá.
—tu pelo y la forma en que me hablas. —respondió Malena—. Son dos cosas de las diez que odio sobre vos, Lionel Andrés Messi.
—entre el amor y el odio solo hay un pequeño paso, Malena Raquel Lombardi. —respondió Lionel.
—ese nunca va a ser nuestro caso, Lionel. —bueno, o eso creía ella.
—nunca digas nunca. —dijo el diez guiñándole el ojo antes de marcharse, dejando a una confundida Malena atrás.
¿Cómo se supone que deba reaccionar a eso?
sin editar.