El vuelo fue largo. Neytiri se cansó rápidamente de escuchar a la joven Tuk sentada frente a ella preguntar constantemente qué tan cerca estaban del refugio seguro. Lo'ak y Jake claramente se evitaban mientras volaban, cada niño a cada lado del pequeño grupo de viaje. Neteyam y Namaoyi compartían un ikran.
En cierto modo, lo hizo más fácil. Los dos amigos intercambiaron numerosas veces durante el viaje, tan pronto como uno simplemente bostezó y el otro solicitó cambiar en un instante. Volaron a través de tormentas y vientos, noches y días, antes de que finalmente avistaran la playa a la que pretendían llegar.
Aterrizaron con gracia, con los pies de ikran empujando la cálida arena, antes de que Neteyam ayudara a la chica frente a él a bajar del animal. Ni siquiera se dio cuenta de que sus manos permanecían en su cintura mientras miraba las raíces de los árboles que brotaban del suelo y el vasto océano que las rodeaba.
El grupo pisó la arena casi blanca con suspiros de agradecimiento, felices de tener nuevamente la sensación de la tierra blanda bajo sus pies. Se quedaron mirando el mundo que los rodeaba, sólo por un minuto, hasta que los sonidos de silbidos interrumpieron sus pensamientos.
La gente nadaba fuera del agua, saliendo de detrás de árboles y arbustos, mientras caminaban hacia los recién llegados. Una cosa llamó la atención de los niños y adolescentes mientras miraban a la gente, incluso si algunos de ellos sabían lo que vendría: se parecían a Namaoyi. Misma piel, mismas colas, mismos ojos y pantorrillas fuertes.
Las orejas de Namaoyi se presionaron contra la parte posterior de su cabeza, observando al clan Metkayina juzgarlos a través de sus miradas extrañas y retorcidas. "Sed amables", murmuró Neytiri mientras miraba a la gente que los rodeaba, Namaoyi tragaba sus palabras mientras se alojaban en su garganta.
Dos adolescentes se abrieron paso entre el grupo y parecían tener la misma edad que Neteyam y Namaoyi. Los dos y Lo'ak inclinaron la cabeza y empujaron los dedos hacia adelante, un acto de respeto que les enseñó el padre del niño. Sin embargo, sus miradas esperanzadas vacilaron al ver a los dos apartar la mirada, sin dedicarles a los tres una segunda mirada.
"Calma, tranquilos", pronunció Jake con calma. Namaoyi contuvo el aliento, escuchando a los dos chicos reírse detrás de ellos. Se agachó, su mano entrelazada con la de Neteyam, mientras miraba hacia un lado. Los tres observaron cómo una niña salía del mar, los ojos de Lo'ak se abrieron al verla mover su cabello detrás de ella. Namaoyi se rió al ver la forma en que los dos se miraban.
Apartando sus ojos de la niña, había un hombre sobre el lomo de otro animal, uno que Namaoyi podría haber jurado que había visto antes. Ella lo vio trepar y acariciarle la espalda antes de que se alejara bajo el agua salada, caminando por la playa hacia ellos.
"Te veo, Tonowari", saludó Jake frente a la chica, agachándose para alejar los dedos de su frente.
"Jake Sully", respondió, con una pequeña sonrisa adornando sus labios mientras sus ojos se movían del hombre para mirar a su familia. Terminaron con Namaoyi, descansando allí mientras un ceño se formaba en su rostro, antes de desaparecer tan pronto como llegó.
"¿Viste eso?" Namaoyi le preguntó a Neteyam, inclinándose más cerca de él mientras observaba a una mujer caminar junto al hombre.
"¿Qué?" Preguntó Neteyam, mirándola con el ceño fruncido. Ella sacudió su cabeza.
"No importa", susurró, inclinándose hacia atrás para ponerse de pie.
"¿Por qué acudes aquí, Jake Sully?" Preguntó Tonowari, su voz fuerte en medio del silencio. Namaoyi todavía luchaba por deshacerse de las miradas extrañas que ellos estaban recibiendo, que ella estaba enfrentando. No se centraban en las personas que se veían diferentes, se centraban en ella porque tenía el mismo aspecto.
"Buscamos Uturu", dijo el hombre, lanzando una rápida mirada a su familia y a Namaoyi mientras levantaba los brazos por encima de la cintura.
"¿Uturu?" Ronal, la mujer al lado de Tonowari, se burló.
"Refugio para mi familia", dijo mientras giraba la cabeza y sus ojos se posaban en Namaoyi. "Y Nam."
"¿Quién es Nam?" Ronal cuestionó con molestia. Jake señaló a la chica, su cabeza ligeramente agachada mientras observaba cómo más ojos se fijaban en los de ella. Ronal pareció desconcertada, sin haber notado antes a la chica escondida detrás del grupo. Ahora que lo había hecho, sus ojos parecían no poder apartarse.
"Somos gente del arrecife, vosotros del bosque... excepto Nam ", comenzó Tonowari, mirando a los adolescentes antes de volver a mirar a Jake. "Aquí vuestras destrezas no sirven".
Jake frunció el ceño. "Aprenderemos vuestras costumbres, ¿a que sí?" Dijo, mirando hacia su esposa, quien asintió inmediatamente con los ojos muy abiertos. Los ojos de Ronal se entrecerraron, sus pies comenzaron a moverse hacia los recién llegados, mientras sus ojos vagaban por sus rasgos.
Les mordió la piel y la cola. "Que brazos más finos... La cola es débil. Seréis lentos nadando". Hizo una pausa mientras se acercaba a Namaoyi, tomando aire, antes de agarrarla por el brazo. Su mano se deslizó de Neteyam mientras la arrastraban más cerca del frente. "Esta puede quedarse".
Namaoyi se retorció en el firme agarre de la mujer, la expresión de Neytiri vaciló al ver a la chica tratando de alejarse. Neteyam avanzó, empujándose entre las dos chicas con una mirada de enfado en su rostro severo.
"No la toques", dijo furioso, su voz tranquila pero fuerte al mismo tiempo. Sostuvo una mano detrás de él, haciendo que Namaoyi volviera detrás de él mientras miraba a la mujer. Ella lo fulminó con la mirada, con la barbilla inclinada hacia abajo para mirarlo incluso cuando compartían la misma altura. Ella duró solo unos momentos antes de dejar escapar un resoplido poco impresionado y alejarse.
La mujer caminó hacia Kiri mientras Neteyam hablaba en voz baja con Namaoyi, la niña se frotaba la muñeca nerviosamente. "Estos niños no son auténticos Na'vi." Gritó, sosteniendo la mano de Kiri en el aire mientras todos los espectadores jadeaban.
"Sí que lo somos" La adolescente se defendió, tirando de su brazo hacia abajo mientras compartía una mirada irritada con Neytiri.
Ronal la ignoró. "¡Tienen sangre de demonio!" Gritó, mirando la mano de Lo'ak con disgusto mientras él se encogía de miedo; decepcionado.
"Mira, mira" Gritó Jake, desviando la atención de su hijo mientras agitaba su mano de cinco dedos en el aire. "Yo nací como gente del cielo y ahora soy Na'vi. Namaoyi", la miró, todos siguieron sus ojos para aterrizar en la chica al lado de Neteyam. "Nació aquí, con vosotros-" el aire se llenó de jadeos de sorpresa, "y aprendió nuestras costumbres. ¡Nos adaptaremos!"
Neytiri miró entre sus miradas críticas. "Mi marido era Toruk Makto", declaró, dando un paso adelante con la barbilla apuntando al cielo con orgullo. "Llevó a los clanes a la victoria contra la gente del cielo".
"¿A esto llamas victoria?" Ronal se burló una vez más. "¿A ocultaros entre extraños? Parece que Eywa te ha dado la espalda, elegido".
Neytiri le siseó a la mujer, con los ojos llenos de fuego mientras sutilmente se paraba frente a Jake, Namaoyi y sus hijos. Ronal le siseó en respuesta, las dos mujeres dando vueltas alrededor de la otra mientras se encontraban con ojos similares y enfadado.
Jake suspiró. "Pido disculpas por mi mujer."
"¡No te disculpes por mí!" Neytiri estaba furiosa.
Namaoyi lo bloqueó, mirando hacia un lado mientras dejaba escapar un lento suspiro. El brazo de Neteyam rozó su costado, él parado tan cerca brindándole una sensación de comodidad y seguridad que le había faltado cuando pisaron por primera vez la arena. Ella vio a la chica que había salido del agua antes, inicialmente llamando la atención de Lo'ak. Ella saludó sutilmente con una sonrisa amable, la niña le devolvió la sonrisa con una risa tranquila mientras le devolvía el saludo. Eso hizo que la chica se sintiera un poquito mejor.
"Se quedarán con nosotros. Tratadlos como a nuestros hermanos... Ellos no conocen el mar-" tosió, mirando a Namaoyi. "Algunos de ellos no. Así que serán como bebés que toman su primer aliento. Enseñarles nuestras costumbres para que no sufran la vergüenza de ser inútiles", declaró Tonowari mientras miraba a sus ciudadanos.
"A ver, ¿qué se dice?" Preguntó Jake mientras se daba vuelta, mirando entre su familia y Namaoyi con los ojos muy abiertos. Todos murmuraron en coro sus amables saludos, antes de que el hombre comenzara a hablar de nuevo.
"Nuestro hijo Aonung y su hermana Tsireya, enseñarán a vuestros hijos y a Nam", dijo.
"Es Namaoyi", murmuró la niña, asomándose por encima del hombro de Neteyam mientras comenzaba a caminar alrededor de él. Tonowari miró al adolescente, sacando el nombre de su lengua con un gesto severo, antes de volver a mirar a sus hijos.
"¡Venir!" Tsireya vitoreó con entusiasmo mientras miraba entre los niños, acercándolos con la mano y una sonrisa de bienvenida.
Namaoyi suspiró y compartió una pequeña mirada con Neteyam. Ella no sabía lo que vendría.
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