¿Tenemos un trato?

By AdictaAlCafeyAti

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Ezra está pasando por el peor momento de su vida, descubrió que su novia lo estaba engañando con su primo. Lu... More

Prólogo.
1. Una inglesa prostituta.
2. Un beso a la inglesa.
3. Querida yo, la próxima no tomes tanto.
4. Lord y Ladys.
5. ¡Tenemos una princesa en la familia!
6. El caos de coincidir en las desgracias amorosas.
8. Seamos por esta noche estrellas caídas.
9. ¡Maldito Flash!
10. Qué lindo se mi puño en tu cara.
11. Piensa en la Biblia Verena, o mejor olvídate de ella.
12. Un brindis, por las ladys del mundo.
13. Se siente bien portarse mal.
13. parte dos.
14. Una charla con mi doña suegra
15. Solo los patéticos aman a la persona incorrecta.
16. Oops!... Did it Again.
17. La vida es dura, porque si fuera fácil se llamaría...
18. Es una abuela mafiosa.
19. A la abuela, le gustan los pelirrojos.
20. Rayos, calma y la cucaracha.
21. ¿Qué carajos sabes del amor?
22. Al mundo le sobra gente rota.

7. La ex, el peor enemigo de toda novia.

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By AdictaAlCafeyAti

Verena.

Me desperté sintiendo mucho calor. Pero entre sueños me doy cuenta, de que no es el ambiente. Sino algo externo, mejor dicho un cuerpo externo.

Abro mis ojos y veo a Ezra abrazado a mi torso, con su cabeza apoyada en mis pechos.

¿Qué carajos? ¿En qué momento se acostó a mi lado?

Pero en este momento tenía algo más importante en que pensar, antes que responder esas preguntas.

— Oye despierta — me quejo — tengo que ir a hacer pis.

— Exclamo la dulce princesa — murmuro con la voz ronca.

Me suelta de su abrazo apisonador, salgo disparada hacia el baño. Luego de hacer mis necesidades, lavarme los dientes y peinarme vuelvo a la cama.

— ¿No habíamos quedado en que cada uno dormía de su lado?

Ezra estaba de espalda, podía ver como sus músculos en su espalda se flexionaban.

Santa madre, como podía verse tan bien de espalda.

— Vos quedaste en eso, yo te ignore.

— Tarado.

— Mas respeto soy tu jefe.

Decido ignorarlo, y comienzo a buscar la ropa para usar hoy.

La cena de anoche fue tranquila, los padres de Ezra son realmente agradables. Ellos me contaron cosas de su infancia graciosísimas y yo les hable de mi niñez, de cómo fue mi vida creciendo rodeada de la realeza.

Luca se dedicó toda la noche a sacarme chismes sobre la realeza. Para mi desgracia sabia muchos.

Decido ponerme un enterizo de seda color verde, con un escote en V de breteles finos. El color resaltaba mi tono de piel, haciéndome ver más bronceada.

— ¿Por qué te vistes? El desayuno es hasta media hora —se queja, me doy vuelta para mirarlo y seguía boca abajo.

— Porque quiero arreglarme, tus padres dijeron que en el desayuno estarían varios tíos y primos tuyos. Aparte de tus tías, las cuales menciono que son muy chismosas.

Ezra se da vuelta, para mirarme me escanea de arriaba abajo.

— Si los quieres impresionar, date por satisfecha. Te vez preciosa — dijo con total sinceridad.

Su cumplido encendió mis mejillas. Haciendo que mi corazón se acelere, de una forma que no debería.

— Ya lo sé — digo con altanería, un vago intento por ocultar mi nerviosismo.

— Los ingleses, todos presumidos.

Decido ignorarlo para seguir con lo mío. En eso golpean la puerta.

— Los lores por favor, dejen de hacer cochinadas. Voy a entrar — grito Luca desde afuera, claramente no espero a que nadie le diera permiso y paso — Buenos días cuñadita — me saludo viniendo directamente hacia a mí.

— Púdrete Luca — vocifero Ezra y se levantó de la cama.

Casi se me cae la mandíbula al verlo salir en bóxer.

¿Cuándo se desnudó? Si dormimos con ropa.

Ezra me regalo una sonrisa socarrona. Maldito hijo de....

— Dejen de mirarse así, me dan asquito — comenta Luca.

Me vuelvo a mirarlo, él estaba vestido con una remera de polo blanca. La cual se amoldaba a la perfección a su cuerpo, marcando sus brazos bien trabajados. Traía unos pantalones azules oscuros que lo hacían ver muy bien.

— ¿Viniste a hacerme más preguntas? — lo cuestiono, mientras me pongo mis pendientes.

— Claro, ¿Me dirás porque sos secretaria?

— No, siguiente pregunta.

Lo veo rodar los ojos.

— Eres una mala persona.

— Y vos sos un pesado — me quejo mirándolo.

Veo que él se me queda viendo bastante tiempo.

— Te ves encantadora — me alaga.

Le regalo una sonrisa cortes.

— Gracias, ya lo sé.

— Mujer egocéntrica, me agradas — comenta riendo.

Ezra sale del vestidor, con unos jeans celestes y una remera básica negra. Su estilo casual, es totalmente distinto a la definición que yo tengo por casual.

A juzgar por la mirada de Luca, él tiene una definición de casual similar a la mía.

El perfume de Ezra inunda la habitación, que atractivo es un hombre bien perfumado.

— ¿Ninguno de los dos entiende el concepto de casual? — pregunta Ezra mirándonos.

Luca se pone a mi lado, pasando un brazo por mis hombros.

— Las personas con clase, entendemos de moda y de atuendo icónicos.

— Exactamente, la mezclilla es para el diario.

Ezra nos mira y niega con la cabeza. Sabiendo que es un caso perdido, discutir con nosotros sobre estos temas.

Juntos nos dirigimos al jardín, en donde se realiza el desayuno. Al llegar puedo visualizar a un total de veinte personas conversando y riendo entre ellas.

Apenas Lilia nos nota, todos dejan de hablar para mirarnos.

El nudo en mi garganta crece aún más, y los nervios me atormentan. Odio ser el centro de muchas miradas.

Ezra a mi lado, toma mi mano y me dedica una sonrisa.

— Vamos, te presentare a mi familia.

Su confianza hace que la mía se incremente. Con una seguridad algo inestable, camino hacia la familia.

Las tías son las primera en venir hacia a mí. Dos eran hermanas del señor Ferrari y tres eran primas lejanas. Tengo que aclarar que todas eran pelirrojas, algunas por tinte.

Todas me acapararon, con saludos, cumplidos y presentaciones con nombres que me tardaría en aprender o recordar.

— Vieron que no mentí, mi nuera es preciosa.

Lilia parecía realmente feliz, y podría decir que hasta orgullosa de mostrarme. Me sentía un poco cohibida, mi madre nunca se mostró así. Ni siquiera cuando hacía todo lo que ella me pedía.

— Me alagas Lilia, pero yo soy la afortunada de tener a una suegra tan preciosa. Y con tan buen gusto — digo mirando hacia el jardín, el cual había sido decorado y amoblado para el desayuno con muebles perfectos.

Todas las mujeres sonrieron encantadas. Lilia entrelazo su brazo con el mío.

— Me alagas Verena, esto fue algo improvisado — comenta como si no fuera la gran cosa. Pero tenía una sonrisa de satisfacción en su rostro.

La cual me dio a entender, que me había ganado a mi suegra. En otro grupo se encontraba Ezra, quien me miraba sorprendido y con admiración.

— Dime querida, como es que terminaste siendo secretaria de Ezra — pregunta Petunia, una de las tías.

— Yo vine a estudiar hace varios años, estudie administración de empresas — todas me miran asombradas— la verdad, es que me enamore de esta ciudad y ya no quería volver.

— Me imagino lo que dijeron tus padres — comenta con un toque de malicia, otra tía.

— La verdad ellos estaban felices — miento —, les agrado la idea. Luego comencé a buscar empresas para trabajar, y por azar del destino termine siendo secretaria de Ezra.

— Una historia verdaderamente romántica — la voz de una mujer nos hizo girar a todas.

Cloe estaba parada detrás nuestro, con un overol de jeans. El cual mostraba su vientre abultado a la perfección. Sino la conociera podría decir que es una embarazada hermosa y tierna.

— Cloe, no sabía que estabas aquí — comenta Lilia con sorpresa.

— Es que nuestra invitación se perdió en el correo, seguramente — dice con cinismo.

Es evidente que no la habían invitado, por un lado me alivia que Lilia si respete los deseos de su hijo. Por otro, quiero revolverla en el piso por ser tan yegua y aparecerse aquí.

Las miradas de las tías iban de ella a mí.

— Y eso que todavía no comencé con la parte romántica de la historia — digo con inocencia fingida. Atrayendo la atención de todas —, pero no creo que les interese.

— Claro que nos interesa — comenta la tía pelirroja, creo que se llama Mónica.

— A mi si mi querida Verena — responde con entusiasmo Lilia.

Veo la cara de fastidio de Cloe cuando mi suegra me dice querida, al igual que noto la mirada de odio que le da a nuestros brazos entrelazados.

— Vayamos a sentarnos — pide Petunia — el sol de la mañana me fatiga.

Todas nos dirigimos una mesa redonda de jardín, nos sentamos e inmediatamente un grupo de camareros. Nos sirve vasos con limonada.

— Es una pequeña entrada, antes de elegir nuestras bebidas — nos dice Lilia.

— Cuéntanos Verena — dice la tía maliciosa, le voy a decir Cruella.

— Bien todo comenzó una cálida tarde de verano, — comencé mi relato. Espero que mentir sirva de algo — Ezra me pregunto si quería ir a tomar algo luego del trabajo. Lo veía cansado, esas semanas no había estado muy bien, claramente en ese momento yo no sabía que le había pasado.

Al decir eso, todas las miradas recaen en la arpía pelinegra. Quien se encoje de en su asiento.

— Ese día hablamos mucho, llegamos a un nivel que se podía catalogar como amistad — le doy un sorbo a mi limonada —. Pensé que sería algo de un solo día, pero se repitió noche trans noche durante un mes. Cuando menos me di cuenta, ambos esperábamos la hora de la salida para vernos — finjo ponerme nerviosa — Hasta que un día el me beso, y un beso siguió a otro. Ambos sabíamos que no era correcto, pues él es mi jefe.

— Pero el amor todo lo puede — agrega Lilia.

— Exactamente — miro a Cloe, quien apretaba él apoya brazo de la silla con mucha fuerza. Sus nudillos estaban blancos — Ezra es un hombre tan dulce, pasional y encantador. No se compara a ningún príncipe o duque que haya conocido — digo.

Todas excepto Cloe, sueltan un chillido de felicidad.

— ¿Ezra es mejor que un príncipe? — pregunta Petunia.

— ¿A cuántos príncipes conoces? — pregunta Cruella.

— Ay Patricia, no seas tan celosa.

Así que Cruella, se llama Patricia. Le queda mejor mi apodo.

Lilia se me acerca y con discreción dice en mi oído.

— Es la madre de Misael — lo dice en un tono tan bajo, que solo yo alcanzo a escucharla.

No hago ningún gesto, pero ahora es como jugar mis cartas.

— Respondiendo a su pregunta, conozco a varios. Toda mi infancia me la pase en el palacio de Buckingham — dije como si no fuera la gran cosa. Todas hicieron un ruidito de asombro — y les puedo asegurar que jamás, conocía a alguien como Ezra.

La mayoría me miro como si hubiera dicho el poema más dulce y tierno de la historia. Pero Cruella y la Arpía, tenían la peor cara de indignación que te puedas imaginar.

— Es que crie a un gran hombre, va a dos — comenta orgullosa mi suegra.

— Mis dos ahijados son espectaculares, — comenta Petunia — me parece hermoso como te expresas de mi querido Ezra. Es tan bello ver cómo hablas de él.

— Claro, el merece algo bueno — comenta una de las tías lejanas, Anna creo que se llama.

— Ya saben cómo es, algunas tiran oro pensando que es cobre — comente y tomo un trago a mi vaso —, y se terminan quedando con acero inoxidable.

Lilia soltó una risa, muy impropia de una dama. Pero que me pareció perfecta.

— No te permito que hables así de mi hijo — comenta Cruella.

— ¿Su hijo? ¿Quién es? — me hago la desentendida.

— Mi prometido — habla con desdén Cloe.

Me hago la sorprendida.

— Lo siento señora, nunca quise ofender a su hijo. Ni siquiera hablaba de él — le doy un último sorbo a mi vaso — Pero si usted cree eso de su propio hijo. Quien soy yo para contradecirla, usted lo conoce mejor que yo.

Podía ver lo enojada que estaba Cruella, su cara era de un rojo carmesí. Seguramente pensó en miles de forma de clavarme el tenedor de la ensalada en la cara.

Cloe se levantó y salió furiosa.

— El enojo es malo para el bebé — comenta Petunia.

Tuve que reprimir mi sonrisa, ya que podía ver que me gane a las tías dulces.

Punto para mí.

Ezra.

Cuando vi a Verena ser raptada por mis tías, solo esperaba que no se pusiera nerviosa. Pero todo estaba saliendo muy bien, hasta que ella apareció.

Una opresión ya conocida, me cruzo el pecho.

—No mires para a ese lado. A menos que sea para mirar a mi cuñada — comenta Luca.

El tonto, tiene razón.

— Vamos por café — le digo.

Al acercamos a la mesa, fui interceptados por mis tíos y varios primos. Las conversaciones iban desde la empresa, hasta las nuevas leyes sobre hidrocarburos o como la nueva resolución afectaba las ganancias.

Mi padre apareció de pronto, a mi lado.

— Veo que Verena acaparo la atención de todas las Ferrari — comenta — un encanto la novia de Ezra.

Todos miran hacia donde se encuentra Verena.

— Es sin dudas una belleza — comenta uno de mis tíos.

— Si tuviera unos quince años menos — cometan Cornelio el hermano mayor de papá — estaríamos en guerra por ella, sobrino.

— Tío, serian como Barbie y el abuelo de Ken — comenta Luca riéndose.

Haciendo que todos sonrían. Menos Cornelio, quien le propino una palmada en la nunca a

— Aunque es inglesa, nos robó las islas — comenta mi tío Paolo.

Comenzó un mini debate de si Verena robo o no robo las islas Malvinas. Yo me desconecte varias veces de la conversación. Ya que la verdad no me interesaba.

Algo capto mi atención, veo a Cloe salir hecha una furia del grupo de mujeres.

¿Qué paso? Verena seguía conversando con mis otras tías, totalmente animada.

Salgo del grupo diciendo que voy al baño. Al entrar a la casa, me propongo ir en busca de Cloe. Pero no debo buscar mucho, ya que soy interceptado por ella.

Quien me agarra del brazo y con brusquedad me mete a una de las habitaciones.

— ¿Qué mierda está pasando Ezra? ¿Por qué sales con ella?

Cloe estaba furiosa, sé que eso no es bueno para su estado.

Me detesto por estar preocupándome por ella.

— ¿Con tu secretaria? ¿Es enserio? Encima no solo me tenías que humillar así, sino que ella es parte de la realeza. La puta realeza inglesa.

Ella comenzó a golpearme el pecho con sus puños.

La tome por las muñecas, y con cuidado me la quite de encima.

— ¿Qué te pasa? No sé qué me estas reclamando.

— Ezra es perfecto. Ezra es mejor que cualquier puto príncipe — dice burlándose. Me empuja — esa puta inglesa, anda presumiéndote como si llevara años contigo. Haciendo me ver como una cualquiera y encima insultándome.

Algo dentro de mí hizo un clic. Es decir que ella no me agarro para decirme que esta celosa o que le duele que este con alguien más. Sino que le molesta que su ego sea pisoteado.

No sé qué le abra dicho Verena, pero merece un aumento.

Saco valor de algún lado de mi cuerpo para decir las siguientes palabras.

— No le encuentro lógica a tu reclamo, Cloe — digo con total indiferencia — ¿Qué es lo que más te molesta? ¿Qué mi novia sea una lady? O que tuvieras tan mal gusto y hayas elegido mal.

Su cara se transformó, abrió y cerró la boca varias veces. Como si no supiera que decir, sonreí con suficiencia. Sabiendo que había ganado, la deje sin palabras.

— Y te lo digo de una vez, nunca en tu vida vuelvas a llamarla puta o a insultarla frente mío.

— ¿O qué? ¿Qué vas a hacer? Si ambos sabemos que ella es un clavo para sacar otro clavo — grita enojada — A quien amas es a mí. No a esa.

Y allí estaba, el golpe directo a las pelotas o una estaca al corazón. No sé, pero el dolor ahí estaba. Ese maldito dolor de no poder decirles que estaba equivocada, que ya no lo amaba y que se podía pudrir en el infierno.

Me encantaría mirarla a los ojos y decirle, que no la amo. Que no siento el corazón en llamas cada vez que la veo. Que no me quema, verla así embarazada y radiante. Y saber que ese bebé es de otro hombre y no mío.

Me encantaría gritarle en la cara que ella no me importa.

Pero eso sería mentirme a mí mismo.

— Quizás no te deje de amar, pero te odio muchísimo — mi voz sonó tan gélida, y tan destrozada al mismo tiempo. Que hasta yo, sentí pena por mí mismo.

Cloe me miro como si no me conociera, y como si fuera alguien distinto.

No la deje hablar o tocarme. Me marche de ese lugar, tan rápido como pude. Con el cuerpo temblando y el corazón encogido.

Odiaba esta sensación de estar vivo, pero muerto y roto por dentro


Holis, medio tarde los dos capítulos. Pero  valen la pena.

Dios mio, analicemos todo lo que paso en este cap.

Verena, merece ese aumento.

Ezra, ven aqui que te consuelo. (Guiño , guiño)

Cloe, nunca me dio tanta bronca una embarazada. Ni siquiera en la casa de papel (serie)

Bueno, abajo sigue con otro más. Espero les guste igual

un beso enorme, lleno de amor.

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