A pesar de los abusos sufridos, Natsu siempre se mostró positivo y con una sonrisa frente a su padre y hermano.
Chūya había pedido unos días de descanso para Natsu dentro de la Agencia, luego de que Tooru Saotome fuera detenido después de que la Agencia de Detectives Armados y Fukuzawa ayudaran en su detención.
Ahora Dazai, con la autorización de Chūya, había recuperado los derechos sobre su hijo y podía llevarlo a vivir con él una semana, turnándose con Chūya. Aunque algo había cambiado en esos días de más convivencia, algo que ni Chūya ni Dazai querían aceptar por miedo a ser rechazado.
—Natsu-kun, ¿Ya le dijiste a Chūya que iremos a la Agencia de Detectives?—. Preguntó Osamu, sujetando una de las manos de Natsu, quien traía una mochila con sus cosas para su nueva aventura.
—No. Chūya-nii, papi me llevará a la Agencia con los detectives que se llevaron a la cárcel al monstruo de Tooru-san. Llegaremos tarde.
Avisó emocionado.
—Espero que se diviertan mucho. Yo iré con los chicos de relámpagos a cenar a un restaurante.
—Es una lástima. Natsu y yo teníamos planes de preparar una deliciosa cena esta noche.
Comentó el castaño, haciendo lamentarse un poco a Chūya.
—P-Puedo cenar dos veces. No comeré lo suficiente para dejar espacio.
Respondió avergonzado. Natsu había ido por unas cosas a su dormitorio, dejando solos a sus mayores, quienes estaban nerviosos por estar con el otro.
—Chūya, te noto nervioso. ¿Acaso te gusto? ¿Te has enamorado de mí?
Preguntó de manera juguetona, provocando sonrojo en el Idol.
—¡Claro que no! No me gustan los hombres. Es sólo que... Me preguntaba si ya estabas listo para cuidar de Natsu tú solo...
Hubo un silencio de al menos cinco segundos.
—Si quieres que lo lleve conmigo, dímelo, Chūya. Entiendo que eres una persona muy ocupada y nunca debí dejar a Natsu contigo.
—Tengo una gira mundial. Iba a llevar a mi hermanito pero no lo veo conveniente en su recuperación. Él te necesita y requiere de muchos cuidados, aunque demuestre estar feliz y sin traumas. Recuerda las recomendaciones del médico. Ese maldito de Tooru lo lastimó, le dejó una infección y muy posiblemente tenga secuelas de sus abusos. Debes estar atento con Natsu a cualquier cambio que notes en él. Pueden ser repentinos.
Dazai suspiró con un semblante preocupado.
—Aunque esté detenido, quiero matar a ese maldito con mis propias manos. Torturarlo primero, y hacerle experimentar todo lo que hizo sufrir a mi bebé.
Sin darse cuenta, había golpeado la pared con uno de sus puños, con furia.
—Lo dejé en buenas manos contigo, Chūya. Pero nadie tiene porqué meterse con mi bebé, con mi Natsu. El mundo está podrido.
Chūya no se atrevió a responder nada. Se sentía culpable por ambos abusos, el de Dazai hecho por su padre, y ahora el de Natsu, causado por su Director.
Fue en ese momento en el que Natsu dió un paso dentro de la sala sujetando la parte baja de su vientre. Después de todo, el daño en sus intestinos apenas se manifestaba a modo de dolor físico.
—¡P-Papá, me duele!
Ambos corrieron hacia él en su ayuda. Debían ser pacientes y fuertes a lo que venía: aparición de traumas.