Años atrás...
Moxxie sabía que intentar empezar de cero tras una vida de terrorista no iba a ser fácil.
Lo poco que sabía sobre ser 'normal' le fue arrebatado justo cuando empezaba a acostumbrarse a ello. No había muchos trabajos a los que pudiera optar debido a sus habilidades 'únicas'. Había intentado utilizar su talento musical, pero no le pagaban mucho en esos pocos trabajos que conseguía. Tampoco ayudaba el hecho de que a poca gente le gustara la música suave y romántica que tocaba... Además, no muchos clubes, salvo los que había en Imp City, estaban dispuestos a permitir que un diablillo actuara en su local.
Así que Moxxie volvió a hacer para lo que estaba hecho: Matar.
Comenzó como un arma de alquiler. Haciendo trabajos como mercenario, guardaespaldas, algún encargo de sicariato en un par de ocasiones. Era un dinero decente y se aseguraba de que la gente a la que contrataba para matar se lo mereciera... No quería volver a apuntar su cañón hacia un inocente. Ya tenía suficientes pesadillas que una botella de alcohol apenas podía paliar.
La S.E.I.I. le había ofrecido una gran parte del dinero del E.R.D. después de ayudar con su disolución, pero Moxxie no quería tener nada relacionado con su antigua vida. En lo que a Moxxie respecta, esa parte de él había muerto hace mucho tiempo y no quería arriesgarse a que regresara... Y aunque le hubieran obligado a aceptar el dinero, Moxxie lo habría donado a la caridad solo para fastidiar a sus padres.
Si era sincero, Moxxie estaba desconcertado sobre qué hacer ahora que su venganza fue consumada. El Ejército Revolucionario de Diablillos ya no existía y sus padres estaban en la prisión más segura del Infierno; sus hermanos habían muerto y la mayoría de las fuerzas remanentes estaban escondidas o fueron acorraladas o eliminadas... Eso le dejó sin nada, ya que sus padres adoptivos (sus verdaderos padres) estaban muertos por su culpa, junto con la Academia y los amigos que había hecho allí.
...Si no fuera porque sabía que sus 'verdaderos' padres hubieran querido que viviera, Moxxie se habría pegado un tiro en la cabeza. De todas formas no era un diablillo de verdad. Sólo una abominación que fue construida para una sola cosa: Matar.
Así que cuando vio este anuncio de 'I.M.P', Moxxie decidió intentarlo. Era una empresa de asesinatos que estaba buscando un asesino de larga distancia, y ya que fue diseñado para ser el mejor francotirador posible, Moxxie decidió ir a por ello. Un trabajo estable sería mejor que conseguir trabajos al azar en golpes de suerte.
― ¡Felicidades, estás contratado!
Moxxie no pudo evitar parpadear al oír esto.― ...Um, ¿perdón?
―He dicho que estás contratado. Empiezas mañana.-dijo Blitzø, el jefe del establecimiento, mientras apoyaba las piernas sobre el escritorio y sorbía un poco de café.
―Pero...―Moxxie miró su currículum, su carta de presentación, sus recomendaciones y demás. Estuvo dos horas preparándolo y sólo llevaba sentado unos diez minutos.―. Ni siquiera le he dado mi currículum ni he repasado mis experiencias.
― ...Bueno, ¿sabes matar?―le preguntó Blitzø.
―Sí.
― ¿Y has matado antes?
―Sí.
― ¿Y puedes trabajar los domingos?
―Sí.
― ¡Entonces ya está! Eso es todo lo que necesito.―concluyó Blitzø levantándose y rodeando la mesa, dándole una palmadita a Moxxie en la espalda.―. O haces bien tu trabajo y tendremos otro buen tirador en nuestro equipo, o apestarás y acabarás muerto. Si eso ocurre, nos limitaremos a buscar a otro tipo mientras enviamos tu cuerpo a tus familiares. Pero no vamos a pagar el funeral. Necesitas un año de experiencia antes de permitir eso.
―Esa es una forma... interesante de hacer un proceso de prueba.―repuso Moxxie con una ceja levantada mientras se levantaba y seguía a su nuevo 'jefe' hacia su puerta.
― ¿Qué puedo decir? Me gusta ser poco ortodoxo.―dijo Blitzø mientras abría la puerta y sonreía a su secretaria, una perro infernal que se veía aburrida.―. ¡Loonie, adivina! ¡Tenemos un nuevo miembro en nuestro equipo! ¡Te presento a Moxxie!―le anunció mientras levantaba al diablillo más pequeño y lo ponía frente a la perro infernal , que se limitó a entrecerrar los ojos.
―Um, ¿hola? Soy...
Pero Moxxie no tuvo oportunidad de terminar de hablar ya que ella lo agarró por la camisa y lo arrojó con fuerza contra una silla cercana. Luego volvió a su teléfono mientras encendía un cigarrillo.
― ¡Aww, parece que le gustas a mi hija!―dijo Blitzø con un suave suspiro de orgullo.
― ¿...Le gusté? ¡Me arrojó contra el sofá!―argumentó Moxxie, incrédulo.
―Sí, pero no contra la pared. Y tampoco te arrancó la cara de un mordisco como hizo con el anterior.―explicó Blitzø con una sonrisa antes de fruncir el ceño, frotándose la barbilla.―. ...Aunque también podría ser porque ese dijo esa espeluznante frase para intentar ligar...
Entonces Moxxie oyó entonces que la puerta principal se abría y vio entrar a otro diablillo, una mujer esta vez, que arrastraba un cadáver cubierto de sangre. Su piel era más carmesí que la de la mayoría de los diablillos, y el hacha gigante que llevaba en la otra mano parecía haber sido muy usada. Sonriendo, la diablilla saludó a todos.
― ¡Hola, chicos, he vuelto!
―Hola, Millie.―le saludó Blitzø con una sonrisa.―. ¿Cómo fue matando a ese objetivo?
―Ojalá se hubiera resistido más, pero bueno.―respondió Millie mientras arrojaba el cadáver al centro de la habitación.―. ¡Pude matar a sus guardaespaldas! ¡Fueron mucho más entretenidos!
― ¿Usaste un hacha para hacer eso?―inquirió Moxxie con incredulidad, ya que parecía bastante ilógico no usar armas de fuego.
― ¿Esto? Nope, también usé algunas dagas, una katana, algunas hachas de mano, un tomahawk, garras de tigre y una motosierra.―respondió Millie con una sonrisa sanguinaria.
―Esa es una... interesante forma de matar.―dijo Moxxie mientras se levantaba y miraba a la mujer.
Ella era claramente del Círculo de la Ira a juzgar por su ropa y el acento. Ira contaba con la mayor población de diablillos y muchos lo consideraban un lugar bastante atrasado con gente que carecía de cerebro y se revolcaba en el lodo. Moxxie nunca había estado en Ira, pero conocía a algunos de los antiguos reclutas del E.R.D. que eran de allí. De hecho, más del cuarenta por ciento de todas sus fuerzas habían venido de ese Círculo.
―Bueno, si funciona, funciona.―argumentó Millie con una sonrisa sanguinaria.―. Sobre todo si se trata de un medio que te gusta matar.
―Supongo.―repuso Moxxie antes de preguntar.―. Entonces, ¿trabajas para el señor Blitzo?
―La 'o' es muda.―dijeron Millie, Blitzø y Loona al unísono.
―Cierto, lo siento... ¿Señor Blitz?
―No, no oficialmente.―aclaró Millie mientras se acercaba a una fuente de agua, apoyando su hacha en la pared.―. Blitz y yo hemos trabajado en el pasado, y él me da trabajos aquí y allá, pero nunca me he unido oficialmente. Aún no estoy segura...
― ¡Vamos, Mills! ¡Serías perfecta! ¡Si te unes, tendremos un equipo de igual número, ganamos todos!―afirmó Blitzø con una sonrisa.
― ...Hmm, tal vez.―repuso Millie mientras bebía su agua.―. Quiero decir, sé que puedo confiar en ti, Blitz. Loona es un poco perra, pero puedo manejarla...
―Vete a la mierda, palurda.―repuso Loona sacando el dedo de en medio mientras miraba su teléfono.
― ¿...Pero qué pasa con el nuevo chico?―prosiguió Millie mientras señalaba a Moxxie.―. Pareciera que cualquier brisa podría derribarlo fácilmente.
―No soy tan frágil.―resopló Moxxie, fulminándola con la mirada.―. Y he matado antes. Tengo mucha experiencia.
...Más que la mayoría de los diablillos en su pasado, pero él no diría eso.
― ...Humm, ¿te importa si hacemos una pequeña prueba entonces?―le preguntó Millie con una ligera sonrisa.
― ...Um, ¿seguro? ¿Qué tipo de...?―Los años de Moxxie de confiar en sus instintos, combinados con sus ojos mejorados, le hicieron ver las dos dagas que venían directo a su cara una fracción de segundo antes. Las esquivó y sacó ambas pistolas para bloquear el hacha de doble hoja que Millie estaba utilizando, presionando hacia delante y usando ambas armas para presionar contra el vientre del hacha hacia abajo.
Moxxie la miró a los ojos sedientos de sangre y entrecerró los suyos. Si Millie quería jugar, entonces iban a jugar.
Echó hacia atrás una de sus armas para dispararle, pero Millie ladeó la cabeza para evitar el disparo antes de soltar el hacha y sacar dos cuchillos. Agachándose y saltando hacia atrás, Moxxie esquivó sus rápidos golpes que casi le hicieron sentir que se enfrentaba a su hermana, ACDN, en las salas de entrenamiento... Rodando sobre la mesita de café, Moxxie la volteó de una patada y se la arrojó a la cara mientras disparaba a través de esta. Pero Millie había esquivado la mesa y las balas deslizándose por debajo sobre sus rodillas y lanzándose hacia delante. Le dio un fuerte golpe en el hombro y le lanzó su hacha simultáneamente. Moxxie chocó contra la pared pero rodó justo a tiempo para evitar el hachazo que se clavó en la pared.
Esto fue suficiente distracción para que Millie golpeara a Moxxie y lo presionara contra la pared mientras desenvainaba otra daga. Moxxie sacó una daga propia de sus pantalones con su cola, haciendo un esfuerzo por rebanar a Millie. Ella esquivó el golpe y hubo una corta lucha de cuchillos entre ella y la cola de Moxxie, la cuál ella ganó al desarmarlo... Pero Moxxie le propinó un latigazo de la culata de su pistola que la hizo retroceder. Millie se frotó un poco el labio sangrante y sonrió, casi como si estuviera emocionada por su pequeño combate.
Moxxie volteó sus pistolas y la apuntó, devolviéndole la sonrisa como si la desafiara a intentar luchar contra él de nuevo. Millie respondió corriendo hacia delante, esquivando sus disparos para atacarle de nuevo... Sólo que esta vez Millie usó sus dagas en sus armas y cortó los cañones por la mitad. Intentó apuñalar a Moxxie, pero él la agarró de la muñeca y la volteó mientras sacaba una mini-uzi. Vació todo el cargador mientras Millie giraba, se agachaba y se deslizaba bajo los muebles para evitar la ametralladora de fuego rápido... Luego volvió a cargar contra él. Dio una patada a la cara de Moxxie, tumbándolo de espaldas.
Millie se le echó encima y apretó un cuchillo contra su cuello, los dos mirándose a los ojos y sonriendo mientras ella lo tenía a su merced.
―Te tengo.―le susurró Millie, relamiéndose los labios.
― ...Y Yo también.―le respondió Moxxie con una sonrisa burlona.
Millie miró hacia abajo y vio que Moxxie había sacado una pistola más pequeña de 9 mm, encañonándola contra su corazón.
Riéndose, se levantó y le tendió la mano. ―Eres bueno.
―Gracias, tú también.―dijo Moxxie levantándose también.
― ¿Dónde aprendiste a luchar así?―le preguntó Millie con curiosidad mientras lo miraba.―. No te ofendas, pero pareces más un contable por la forma en como vistes.
― ...Oh, por ahí.―repuso Moxxie mientras se encogía de hombros antes de sonreírle.―. Pero tú también estabas bastante bien. Nunca he visto a nadie usar un cuchillo así o reaccionar tan rápido. No me extraña que seas tan buena asesina.
―Aww, ahora sólo estás siendo un adulador, pequeña lindura~.―Se burló Millie mientras parpadeaba hacia él, haciendo que Moxxie se sonrojara.
...Ahora que la miraba de cerca, sí que tenía unos ojos muy bonitos.
― ¡...Oigan, tortolitos!―Los dos se giraron hacia un Blitzø que tenía los brazos cruzados y los ojos entrecerrados.―. ...Por muy bonito que haya sido verlos pelear, me han destrozado el despacho.
Haciendo una mueca, Moxxie miró a su alrededor y vio los muebles destrozados, los agujeros en la pared y las marcas de cuchilladas en el suelo. ―...Um, ¿supongo que esto va a salir de mi primer cheque de pago?
―De los primeros tres.―Le aclaró Blitzø, pero suspiró.―. Aún así, si puedes ir a la par de Millie y seguir en pie, entonces estás definitivamente contratado. Bienvenido al equipo, Mox. Intenta no cagarla.
―S-Sí, señor.―respondió Moxxie con un suspiro. Tendrá que conseguir algunos trabajos extra para pagar el alquiler, pero al menos ahora tenía un trabajo a tiempo completo.
― ¿...Oye, Blitz? Quítamelo de mi paga.―dijo Millie disculpándose con Moxxie.―. Fue mi culpa, de verdad. Yo empecé toda la pelea... De hecho, puedes contratarme a tiempo completo ahora.
― ...Espera, ¿ahora quieres unirte?―preguntó Blitzø sorprendido.
―Digamos que... me interesa un poco algunas cosas de la empresa.―dijo Millie mientras miraba hacia Moxxie y se sonrojaba.
― ...Oh.―Blitzø rió entre dientes mientras miraba a los dos nuevos contratados.―. ...Bueno, esto va a ser interesante. Dalo por hecho. Moxxie, ¿por qué no te llevas a Millie a comer para celebrar que ahora son compañeros de trabajo? Ella puede mostrarte un lugar.
― ¡Oh, hay un bar realmente genial al que vamos llamado 'The Hellhole', te encantará!―exclamó Millie mientras cogía a Moxxie de la mano y lo arrastraba fuera de la oficina.
Él no pudo evitar sonrojarse mientras iban así, pero por alguna razón no le importó.
Sentía que se llevaría bien con Millie en el futuro.
...
Moxxie gimió al despertarse, mirando un techo blanco que le hizo entrar en pánico durante un rato antes de obligarse a calmarse al darse cuenta de que estaba en el ala del hospital en el palacio de Stolas... El pánico reapareció al recordar a su esposa y se giró hacia su izquierda. Se precipitó a su lado, arrastrando consigo la manta, mientras observaba con detenimiento el tranquilo rostro dormido de Millie. La curación por parte de Rachmiel le había quitado las heridas de la cara y no le había dejado cicatrices visibles.
Aunque aquel hermoso rostro hubiera quedado horriblemente dañado por la bomba, a Moxxie no le habría importado, todavía viendo a Millie como el demonio más hermoso de los Nueve Círculos.
Con los ojos llenos de lágrimas, la besó en la frente mientras se aferraba a su cálida mano, besando luego su vientre. Dos vidas estuvieron a punto de perderse por su culpa. Su esposa y su hijo... Si perdía una o las dos, Moxxie bien podría arrojarse a la lanza de un Exterminador y acabar con todo. Con esa culpa arremolinándose en su interior, la rabia también se agolpó en su interior: Hacia su hermano.
Ni siquiera esperó al plazo prometido y en su lugar fue a por la esposa de Moxxie. Iba a matar a su hermano, y esta vez, iba a asegurarse de matarlo definitivamente.
―Lo siento mucho, cariño.―susurró Moxxie mientras se llevaba su mano a la mejilla. Las lágrimas goteaban de sus ojos mientras dejaba escapar un pequeño sollozo.―. Todo es culpa mía. Lo siento tanto...
― ¿Ejem?
Moxxie se enjugó los ojos con la manga y se dio la vuelta para ver que todos los que estaban allí le miraban con ojos compasivos o miradas de sospecha... Había estado tan concentrado en su esposa que no se dio cuenta de que no estaba solo. Sollozando, Moxxie se volvió hacia los demás y bajó la cabeza.
―Yo...
― ¿...Estás bien?―Le preguntó Blitzø con una voz calmada y severa que rara vez se oía en él.
― ...No.―suspiró Moxxie negando con la cabeza.―. No estoy bien.
― ...Tenemos preguntas, Moxxie.―terció Stolas mientras Moxxie daba un respingo. Por supuesto que se preguntarían qué había pasado y por qué Tyson había hecho esto.
―Como, primero que nada, ¿qué carajo eres tú?―inquirió Loona seriamente, cruzada de brazos y mirándolo ceñuda.
― ¡Loona!―La reprendió Octavia por ser tan brusca, pero Loona no replicó. Suspirando, la princesa búho agregó:―. ...Lo que Loona quiere decir es... bueno...
―Sabemos que no eres un diablillo o demonio normal. Rachmiel te llamó un demonio sintáctico.―dijo Blitzø señalando al ángel.
―Demonio sintético, Blitz.―le corrigió el ángel.
―Sí, lo que dije.
― ...Oh.―Moxxie bajó la cabeza y suspiró. Sintió como si un enorme peso acabara de golpearle en el pecho mientras se obligaba a no pensar en las muchas excusas que había utilizado en el pasado para momentos como éste.―. ...Por supuesto, lo descubrirían en un examen médico.
―Bueno, era natural.―señaló Rachmiel encogiéndose de hombros. -. Me sorprende que ningún otro médico lo haya descubierto antes.
―Eso es porque la S.E.I.I. siempre falsificó los registros para mantener mi condición en secreto.―respondió Moxxie, consciente de que ya no tenía sentido ocultar nada. Después de todo el ocultar su pasado fue la razón por la que él y Millie salieron heridos en primer lugar.
―Espera, ¿la S.E.I.I.?―inquirió Stolas sorprendido mientras todos, excepto un confundido Rachmiel, miraban a Moxxie con los ojos muy abiertos.―. ¿Cómo es que estás conectado con el Servicio Especial de Inteligencia del Infierno?
― ...Es una larga historia.―murmuró Moxxie.
...Sintió un particular apretón de manos, y lentamente se dio la vuelta para ver a una Millie de ojos abiertos que le miraba, tanto con enfado como con preocupación.
― ...Entonces cuéntanos.―susurró incorporándose lentamente y miraba fijamente a su marido.―. Quiero saberlo todo.
―Millie...
―Nada. De. Millie.―Le interrumpió firmemente en un tono que hizo que todos casi dieran un paso atrás.―. ...Hemos estado casados todo este tiempo, y ni una sola vez nos hemos guardado secretos. Hasta ahora.
Cogió la mano de su esposo con las dos suyas.
― ...Moxxie, te amo, pero eso no significa que no me enfade contigo de vez en cuando. Y estoy furiosa porque me has mentido todo este tiempo. Nos has mentido a todos sobre tu pasado. Dijiste que tus padres eran profesores de música y que murieron.... ¿Eso fue mentira? Dijiste que tus hermanos están todos muertos, pero tu hermano no sólo está vivo, sino que intentó matarme. Intentó matar a nuestro bebé.―Enfatizó.―. ¿Eso también era mentira? Creía que te conocía y resulta que en realidad no... Y lo último que no quiero saber es si nuestro amor también fue una mentira, así que dime qué es verdad y qué no porque... quiero saber si el verdadero Moxxie es del que me enamoré.
Ambos diablilllos se miraron fijamente con ojos llorosos mientras nadie decía nada por respeto. Entonces Moxxie lentamente se inclinó y besó en la frente a su esposa, que lloraba en silencio.
― ...Lo siento. He mentido. Sobre... tantas cosas... pero nunca sobre mi amor por ti. Eso nunca fue una mentira.
Suspirando, Moxxie se llevó lentamente la mano a la manga. Dudó durante un minuto antes de bajársela lentamente, revelando la única parte de su pasado que no podía borrar... No importaba el método que utilizara, eso nunca abandonaría su cuerpo. La única prueba de como había nacido y bajo qué propósito. Un arma. Su verdadero nombre.
FADC-131524240905
― ¿...Qué es eso? ¿Un tatuaje raro?―preguntó Loona.
― ...Es su nombre.―respondió Blitzø, haciendo que todos lo miraran.―. Me lo enseñó una vez. Cuando me estaba recuperando en el hospital. Dijo que era su verdadero nombre.
― ¿Cómo carajo puede un número de serie ser un nombre real?―inquirió Octavia confundida.
―Porque así es como mis padres llamaban a todas sus armas.―suspiró Moxxie, respirando hondo.―. Significa 'Francotirador Artificial Diseñado de Combate.' Mi propósito era ser un arma. Un super soldado y asesino especial destinado a eliminar a los enemigos de mis padres y de nuestra organización. Mis hermanos y yo fuimos creados con alquimia, bio-aumento, algo de clonación y un montón de otros medios mágicos de los que sé muy poco... No nací de forma natural a pesar de tener el ADN de mis padres. Me hicieron en un tubo de ensayo, experimentaron conmigo y me entrenaron para ser un soldadito perfecto desde que nací.
...Nadie pudo hacer nada más que mirar a Moxxie con asombro e incredulidad. Había habido casos de demonios nacidos de forma antinatural, pero nunca habían oído hablar de algo así. Incluso Stolas, un maestro de la magia y la ciencia en muchos campos, nunca había soñado que algo así fuera posible.
Rachmiel, experto en medicina, parecía tan estupefacto que estaba a punto de perder la cabeza ante la enorme complejidad de crear tantos cuerpos artificiales hechos explícitamente para ser armas. Como tal, rápidamente puso su mente en marcha.
―¡P-P-Pero eso requeriría varios factores complejos incluso para crear un ser así! ¡Primero, necesitarías crear un típico caparazón de homúnculo, combinado con un simulacro de foco de círculo, usar los diversos elementos necesarios para crear las composiciones alquímicas de un cuerpo físico, varios rituales de sangre, equilibrio químico y aumento hormonal, y luego...!
Loona le hizo callar cerrándole el pico con una pata.
― ...Sí, bueno, complejidades aparte, hasta yo sé que algo así no puede hacerse así como así sin numerosos recursos y riqueza.―repuso Stolas con preocupación.―. ¿Cómo pudieron tus padres realizar logros mágicos y científicos tan avanzados en... ti y tus hermanos? No te ofendas, pero los diablillos no tienen ese nivel de poder e influencia.
―Mis... padres no son normales. Han vivido más que la mayoría de los diablillos, siglos más allá del promedio normal que podemos vivir... Todo lo que sé es que hace seiscientos años, tuvieron un mentor que les enseñó todo lo que saben, incluido cómo alargar su esperanza de vida.―refunfuñó Moxxie mientras sentía que su ira aumentaba al pensar en ellos.―. ...Han tenido años para perfeccionar su arte. ¿Y los recursos? Bueno, cuando eres el jefe del Ejército de Resistencia de Diablillos, eso no es un problema.
― ¡¿El E.R.D?!―Todos menos Rachmiel gritaron mientras miraban a Moxxie con incredulidad.
―...Uhh, ¿el qué?―preguntó El Espíritu Sanador, confundido.―. ¿Qué son? Suenan como el Ejército Republicano De Irlanda (1)
―Sí, bueno, la definición no está muy alejada.―suspiró Blitzø.―. Básicamente eran una organización terrorista que mató a mucha gente durante los últimos trescientos años. Intentaban derrocar la jerarquía natural del Infierno provocando el caos e instando a la población de diablillos a rebelarse masivamente para destronar a la nobleza y establecer un nuevo orden.
― ....Sólo que atacaron a cualquiera que consideraran una amenaza para su revolución, incluidos otros diablillos que se manifestaban en su contra.-espetó Loona con disgusto. -. Numerosos demonios de todos los niveles jerárquicos fueron víctimas de sus asesinatos, atentados y redadas.
―Ha habido revoluciones de diablillos en el pasado, pero ninguna otra se había acercado a hacer sudar a la nobleza. El E.R.D. fue la primera en hacerlo antes de ser destruida.―dijo Stolas mientras se estremecía.
No negaría que a veces había vivido con el temor de que su hija muriera en un coche bomba fabricado por el E.R.D. Tenían apoyo en todas partes, incluso entre los sirvientes nobles, que estaban más que encantados de degollar a sus amos... Stolas se alegró de que los que tenía a su servicio le fueran tan leales que estuvieran dispuestos a arriesgar sus propias almas por él.
― ¿...Eras un terrorista?―le preguntó Millie con un tono desgarrador.
― ...Sí.―confesó Moxxie con un fuerte suspiro.―. Me crearon para servir al E.R.D. Vivir por ellos, matar por ellos, morir por ellos. Yo era un arma. Nada más.
― ¿Y te hicieron para ser esa arma?―preguntó Rachmiel.
―A mí y a mis hermanos. Especialmente mis hermanos de lote.―respondió Moxxie.
― ¿Hermanos de lote?―inquirió Blitzø.
―Yo no fui el primer FADC que se hizo. Hubo muchos otros antes que yo que murieron.―respondió Moxxie mientras se sentaba en su cama.―. Mis hermanos y yo fuimos creados para ser super asesinos. Cada uno de nosotros fue diseñado para ser el mejor en un campo específico de matanza o de operaciones especiales: francotiradores, veneno, espionaje, demoliciones, combate en espacios cerrados, asalto, armas pesadas, infiltración, interrogatorio, secuestro, hacking, y así sucesivamente... Pero querían lo mejor de lo mejor. Así que cada vez que necesitaban un reemplazo, hacían un nuevo lote de nosotros.
Luego respiró hondo y exhaló.
― ...Y hacían pruebas para ver quién de nosotros era el superior.
...
Años atrás...
―Despierten, hijos míos. Es el amanecer de un nuevo día. Y tienen cosas que hacer.
Eso fue lo que dijo Padre en el altavoz a la par que 905 abría los ojos, respirando con dificultad. Yaciendo en su catre, vestido con una bata verde de hospital, el sudor le corría por la cara mientras su mente nadaba en los recuerdos de lo ocurrido la noche anterior, pero todos eran borrones, sin poder concentrarse.
Vio a los médicos diablillos con agujas. Agujas intravenosas de la que le inyectaban múltiples líquidos de varios colores. Había algunos bisturíes y colecciones de muestras. A varios de sus hermanos de lote sin vida e inmóviles, siendo llevados para ser quemarlos en el horno.
905 se levantó lentamente y supo que tenía que vestirse adecuadamente para su padre. Los retrasos eran castigados severamente, ya que la primera regla que había aprendido era escuchar y obedecer siempre a sus padres. Su aburrida pared gris acolchada sólo contenía su catre, un retrete y un lavabo, y una pequeña cómoda para guardar su ropa. Nada de objetos personales. Ni armas. Ni espejos, ni ventanas, ni televisión. Sólo lo estrictamente necesario para sobrevivir.
905 se lavó la cara para despabilarse y se vistió adecuadamente. Una camisa negra de cuello alto con vaqueros de combate y botas. Se acercó a la puerta y esperó a que se abriera, ya que no había forma de salir ni de entrar por sus propios medios. Solo podían hacerlo los que estaban fuera observándole desde las cámaras... Se oyó un zumbido y los cerrojos metálicos de la puerta giraron para permitir que 905 saliera por fin.
Lo primero que vio fue a su hermana de lote, 114 , saliendo simultáneamente con el mismo tipo de ropa que la suya pero hecha a medida para chicas. A su derecha, 905 vio llegar a su otro grupo de hermanos. A los que se les permitía vivir al menos por pasar los exámenes médicos. Cada uno de ellos era igual, por lo que uno podría confundirlos con sextillizos, pero tenían varias diferencias:
114 era mujer y tenía el pelo más largo y los pómulos más pronunciados.
712 era hombre y no tenía pecas, con los cuernos un poco más largos.
091 era hombre y el que más se parecía a 905, pero tenía el cabello negro en lugar de blanco.
921 era hombre pero tenía los ojos más grandes y la barbilla más pequeña, sus brazos más largos que el resto.
Y 487 era mujer pero más delgada que los demás.
Todos se pusieron firmes excepto 712, que parecía que apenas se tenía en pie pero hacía lo posible por no desplomarse.
905 sólo le miró brevemente antes de volver a mirar hacia delante. Si 712 estaba débil, centrarse en él no le ayudaría en nada. La debilidad no tenía cabida en el E.R.D. y su gloriosa misión de liberar a los suyos de las cadenas de sus tiranos.
Los pasos que se acercaban por el pasillo hicieron que 905 se pusiera más alerta al saber quién venía.
Era raro que Padre o Madre vinieran a visitarlos, pero esto era importante. Con el anterior FADC muerto, uno de ellos iba a convertirse en el nuevo sustituto para unirse a sus otros hermanos que no formaban parte del lote por la gloria de luchar y morir por el E.R.D.
Una figura no tardó en detenerse y silbar, haciendo que los seis pequeños diablilllos se giraran al unísono hacia la izquierda para contemplar la figura que tenían delante.
Padre siempre iba vestido de negro con una máscara blanca de demonio en la cara. Uno de los hermanos de lote de 905, cuyo número se le escapaba, le había preguntado por qué Padre hacía tal cosa. Su respuesta fue sencilla:
"Sólo mis hijos más auténticos me verán tal como soy. Al resto se le negará eso en la vida y en la muerte."
905 no negaría que deseaba ver el rostro de Padre o de Madre, pero sabía que tendría que ganárselo. Todo en la vida hay que conseguirlo de un modo u otro. Sólo las élites privilegiadas no tenían que hacerlo, ya que lo conseguían todo chupándoselo a los obreros, trabajadores y gente corriente que eran víctimas de su poder y su corrupción.
En caso de ser elegido, 905 se encargaría de eliminar a estos parásitos.
―Hijos míos.―decía Padre dirigiéndose a todos ellos.―. Estoy orgulloso de que estén listos para completar su entrenamiento final para ver cuál de ustedes se convertirá en el próximo luchador principal de nuestro gran ejército... Sin embargo, por desgracia, sus otros hermanos no eran dignos de ello y fueron eliminados. Ustedes seis son los que quedan y competirán entre ustedes para demostrar que son dignos.
Entonces levantó la cabeza.
― ¿...Estás bien 712?
―Yo... no he dormido bien, Padre.―respondió 712.―. No... No me siento bien...
―Ya veo.―dijo Padre antes de sacar una pistola. Luego 712 se desplomó y no volvió a levantarse. Volvió a concentrarse en los cinco restantes.―. La debilidad no tiene cabida en nuestro ejército. No tienen ninguna utilidad si no pueden hacer su trabajo o tarea. ¿Entendido?
―Sí, Padre.―respondieron todos.
―Bien. Ahora, comencemos.
...
La habilidad más natural y esencial de cualquier francotirador era disparar a su objetivo a distancias adecuadas. La mayoría de los francotiradores de alto nivel podían acertar a sus objetivos a unos 1.200 metros o 4.000 pies... El FADC pretendía ser mejor que eso: Su objetivo era ser capaz de acertar a 1.500 metros o 5.000 pies.
Pero tampoco se trataba sólo de apuntar y disparar.
Contrariamente a la creencia popular, el punto de mira de un rifle de francotirador no significaba que donde se apuntaba era donde la bala iba a impactar. Había que tener en cuenta la velocidad del viento, la rotación de la Tierra, la gravedad, la velocidad de la bala, el movimiento del objetivo y otros factores que requerían una gran habilidad matemática. Esto ayudaba a ajustar la puntería para acertar en el blanco. Un cálculo erróneo podía significar la diferencia entre la vida y la muerte, y para los francotiradores, matar a la primera era una obligación.
905 apuntó su rifle de francotirador SSG 69 (2) modificado a su siguiente objetivo después de eliminar a otro.
La mayoría de los SSG 69 estaban pensados para disparar sólo a 800 metros, pero los mejores comerciantes de armas y fabricantes de armas del Infierno habían creado una marca única que le permitía llegar más lejos. La mira estaba hecha con ojos de grifo que eran transparentes, lo que permitía un puerto de visión mágico desde un extremo que era normal mientras que en el otro extremo estaba el ojo que podía hacer zoom. El cañón era de acero negro infernal y se extendía quince centímetros, mientras que la recámara estaba hecha a medida con runas de poder para dar a las balas un impulso extra. Dichas balas también estaban también diseñadas a medida utilizando un latón único en las minas del Círculo de la Traición llamado Cull Brass.
905 recargó su arma y empezó a apuntar al siguiente objetivo en una gran montaña con numerosos blancos. Al mismo tiempo, los cinco hermanos de lote restantes dispararon desde otra montaña cercana al otro lado de sus objetivos.
...Los objetivos no eran los habituales. Eran las familias de antiguos miembros del E.R.D que habían traicionado o fallado a la organización de formas que iban más allá del perdón.
Algunos eran esposas, otros eran padres y más de uno era un niño. Cada uno de ellos fue estaqueado y encadenado mientras luchaba por escapar, pero cada uno terminó con una bala en el cuerpo eventualmente por parte de los cinco niños francotiradores.
905 sabía que dudar en matar a las familias de los traidores significaría la muerte. Recordó la vacilación de 814 y su negativa a matar a un civil durante su entrenamiento "First Kill", siendo asesinado en el acto por Madre.
Ella decía que cualquiera que no estuviera de su lado era un enemigo o una oveja que apoyaba al enemigo.
En la lucha por la libertad, la moralidad no tenía nada que ver con el éxito. Estaban librando una guerra contra una fuerza superior a la suya. La vacilación equivaldría a la derrota, y si los civiles que se negaban a luchar y morir contra sus amos que los utilizaban como esclavos no luchaban con ellos, entonces no eran más que ovejas a las que había que masacrar para despertar a las masas.
...Y aunque 905 sentía algo cada vez que mataba a uno de estos objetivos, lo enterraba en lo más profundo y recordaba su entrenamiento para controlar sus emociones. Principalmente que eso no tenían ninguna utilidad en el campo de batalla.
Aún así, se centró en los adultos y los niños para mantener ese esfuerzo de reprimir esos sentimientos más fácilmente.
―Tiempo.―dijo Padre cuando 905 retiró el ojo de la mira después de reventar la cabeza de un diablillo anciano que había estado sollozando después de ver cómo la cabeza de su mujer explotaba por el impacto de una bala.
Los cinco se levantaron y sujetaron sus rifles de francotirador contra los hombros mientras esperaban a que Padre se dirigiera a ellos.
―Todos lo han hecho bien. Buenos disparos. Cada uno de ustedes dio en el blanco en zonas mortales que matarían a la mayoría...―Luego miró fijamente a 487.―. ...Excepto tú, 487. Fallaste un tiro.
―La velocidad del viento era más rápida de lo que calculé.―respondió 487, tensándose.
―De cualquier modo, se supone que FADC debe dar en el blanco siempre. Un tiro fallado puede significar el éxito o el fracaso de una misión. Y tú fallaste.
¡BANG!
Una fracción de segundo después, otro francotirador desde un lugar oculto metió una bala justo entre los ojos de 487. El impacto le hizo caer al suelo, con los ojos vidriosos mirando al cielo mientras un hilillo de sangre se deslizaba por el agujero de la frente. Dos miembros del E.R.D. se acercaron, agarraron el cuerpo y lo arrojaron montaña abajo, mientras el resto de los hermanos se limitaban a permanecer de pie, sin moverse ni reaccionar.
-Vengan. Es hora de su siguiente tarea.-les dijo Padre mientras ordenaba a sus creaciones que le siguieran. Y ellos lo hicieron sin vacilar.
...
El fuego de las ametralladoras pasaba por encima de la cabeza de 905, quien se arrastraba tan al suelo como podía. Su siguiente prueba había sido una carrera de obstáculos de proporciones peligrosas. Quienquiera que la diseñara se aseguró de que un error significara una muerte segura, ya que la llenaron de todo tipo de trampas imaginables, desde pinchos a serpientes, pasando por balas, flechas, bombas, fuego y gas venenoso. Tenías que moverte de una habitación a otra, haciendo todo lo posible por evitar la muerte instantánea si querías sobrevivir.
905 había estado a punto de fallar una o dos veces, pero había sobrevivido hasta entonces gracias a su propia habilidad o a la suerte. Tal vez incluso una combinación de ambas si realmente pensaba en ello.
Levantándose del suelo, 905 entró en la última sala de la que tenía que escapar para completar el recorrido: Era una larga sala cilíndrica que llegaba muy alto. Había una sola cuerda por la que trepar y nada más, pero era una larga subida.
905 ya podía sentir su cuerpo ardiendo en toda su extensión, tanto interna como externa, por todo el resto de tareas que había hecho para sobrevivir. Y todo lo que necesitaba hacer era esta última escalada.
Agarrando la cuerda, 905 comenzó a escalarla metódicamente. Demasiada prisa y 905 quemaría la energía que le quedaba, pero ir demasiado despacio lo dejaría víctima de cualquier trampa que quedara. Aunque nada pareciera ir mal, 905 no dejaba nada al azar, ya que cada habitación tenía algún tipo de trampa. Como una habitación con una sola puerta, pero que al activarla hacía bajar una guillotina que te partía por la mitad.
Fue cuando estaba a 1/4 del camino cuando las preocupaciones de 905 se hicieron realidad: Unos agujeros se abrieron en el fondo de la sala y un líquido gris plateado empezó a rezumar. No había olor que lo describiera, pero 905 recordó su entrenamiento en venenos y se dio cuenta de lo que estaba llenando lentamente la habitación: mercurio líquido.
Incluso un toque podía ser fatal; ahogarse en eso sería una muerte instantánea.
905 empezó a subir más rápido, sintiendo cada tirón de sus músculos, pero el líquido que fluía empezó a ganar tracción. Apretando los dientes, 905 se impulsó utilizando cada parte de su cuerpo a pesar del dolor. Tenía las manos llenas de ampollas, los brazos le ardían, las piernas le suplicaban que las liberara e incluso la cabeza le latía con fuerza debido a la presión a la que estaba sometido.... Demonios, incluso podía oír gritos en sus oídos. A pesar de ello, 905 siguió adelante.
Para ser el mejor. Para ganar. Para sobrevivir. Para ser FADC.
Incluso cuando el mercurio líquido le pisaba los talones, hasta el punto de tener que mantener la cola levantada, no se rindió, ya que la salida estaba a segundos de distancia.
Decidido a arriesgarse, utilizó su las fuerzas que le quedaban para saltar y agarrarse al borde. Se levantó justo cuando el mercurio líquido estaba a punto de tocarle los pies y rodó un poco sobre la superficie de la plataforma antes de tumbarse de espaldas... Respiró aliviado mientras intentaba calmar los latidos de su corazón.
Sintió que una sombra se cernía sobre él y abrió los ojos para ver a su padre de pie y mirando hacia abajo. 905 se levantó rápidamente y, a pesar del dolor en las piernas, se puso en pie.
―Bien hecho, 905.―dijo Padre mientras giraba la cabeza junto con 905. A su izquierda, cerca de otra de las salidas del recorrido, estaba 114.―. Tú y tu hermana son los únicos que quedan. 091 cayó en la trampa de pinchos, y 921 no fue lo bastante rápido para escapar del mercurio líquido.
"Así que eso eran los gritos." pensó 905 por un segundo."
―Sólo queda una prueba. ¿Están preparados, hijos míos?―Ellos asintieron.―. Bien. Síganme.
...
Su padre los condujo a una habitación con una única luz en el techo. Delante de 905 y 114 había dos mesas pequeñas con piezas de una Glock 17 desmontada y un cartucho lleno, listo para usarse.
Las instrucciones de su padre eran sencillas. Armar el arma, cargarla y disparar a tu oponente. La velocidad era la clave para ganar, ya que ambos tenían buena puntería. Todo dependía de quién fuera el más rápido en armar el arma. Ambos recibieron instrucciones de esperar la señal y se quedaron quietos mientras sólo se miraban el uno al otro.
905 intentó pensar en algo relacionado con 114 de su memoria, pero no pudo. Ella era tan hábil como él y tenía que ser una de las mejores para llegar tan lejos... 905 sabía que, en la mayoría de las familias, el hermano y la hermana no intentarían matarse el uno al otro, pero como sus padres y entrenadores habían dicho, el sacrificio por un movimiento más significativo era vital para alcanzar el éxito. Las probabilidades estaban fuertemente en su contra, por lo que había que tirar por la ventana cualquier vacilación, moralidad y normas sociales.
Al enfrentarse a los seres que podían ir mano a mano con los ángeles, había que ser lo más despiadado y frío posible. Era por un futuro mejor para los diablillos. Uno en el que no fueran esclavos, siervos u oprimidos por los corruptos oligarcas capitalistas que sólo se preocupaban de sí mismos.
905 y 114 eran las herramientas para hacer posible este futuro. Y sólo se necesitaba la mejor herramienta. Se necesitaba la mejor arma. Sólo podía depender de uno de ellos.
La alarma sonó, y ambos se pusieron a trabajar lo más rápido posible. Los dos habían desmontado y vuelto a montar cada arma que les habían dado varias veces durante horas. Para ellos era como un reloj:
Deslizar el cañón en su sitio.
Colocar el muelle de recarga y la varilla guía en la pieza desplegable.
Comprimir y empujar hacia abajo el primer saliente.
Comprimir el armazón con la corredera.
Recargar.
Apuntar.
Disparar.
¡BANG!
905 sostuvo la humeante pistola mientras miraba hacia donde se encontraba 114. Bajó lentamente la pistola y se acercó al lado de su hermana. Su hermana yacía allí, con una herida de bala en el pecho mientras tosía sangre, su Glock 17 ya terminada yacía a su lado.
905 contempló a 114, que le miraba con ojos desvanecidos... Y 905 vio algo que le causó curiosidad y confusión.
Había alivio en sus ojos.
¿Por qué?
¿Por qué estaba aliviada porque iba a morir?
905 nunca obtuvo una respuesta mientras ella cerraba lentamente los ojos y su cabeza caía a un lado.
La puerta se abrió y entraron dos figuras, pero 905 siguió mirando a su hermana muerta. Su último hermano de lote. No quedaba nadie más que él.
―Hijo mío.―Oyó decir a una mujer mientras le tocaba los hombros.―. Estoy orgullosa de ti.
―En efecto.―dijo Padre detrás de él.―. Te has ganado el derecho a ser FADC-131524240905. Ahora formas parte de una gran familia y de un gran propósito. La libertad y la liberación de todos los diablillos.
FADC se giró lentamente, miró a sus padres y vio sus caras por primera vez.
Su padre tenía su misma cara, pero era mucho mayor y también mucho más alto. Tenía los ojos rasgados hacia abajo, con una mirada de orgullo y expectativa. Su pelo era blanco como la nieve con con algunas mechones negras. Sus cuernos eran más blancos que negros, pero su tamaño físico y diseño se asemejaban a la cara de FADC. Su madre tenía una forma más redonda, tanto en la cara como en la cintura. Sus ojos estaban más abiertos y brillaban con inteligencia, haciendo que FADC sintiera que era la mujer más inteligente de la habitación. Su pelo era negro como el carbón y sus pequeños cuernos también eran negros en su mayoría, salvo por un mechón blanco que se enroscaba alrededor. También era mucho más alta que su marido y sonreía con más adoración y cuidado.
Al ver las caras de sus padres por primera vez en su vida, FADC asintió y esbozó pequeña sonrisa.
―Gracias, señor.
―Vamos, hijo.―dijo su madre mientras le cogía de la mano.―. Vamos a conocer al resto de tus verdaderos hermanos.
Los tres salieron de la habitación mientras dejaban el cuerpo de 114 allí sin que a nadie le importara.
CONTINUARÁ.
Glosario/Notas:
(1) El Ejército Republicano de Irlanda (I.R.A. por sus siglas en inglés) fue un grupo terrorista que tenía por objetivo la creación de un Estado soberano e independiente del Reino Unido, formado por toda la isla de Irlanda e incluyendo Irlanda del Norte.
(2) La Steyr SSG 69 es un fusil de francotirador producido por la compañía Steyr Mannlicher, siendo el fusil de francotirador estándar del Ejército austríaco.