Set Fire to the rain - Adele
«But there's a side to you
That I never knew,
never knew
All the things you'd say
They were never
true, never true»
☆
Capítulo 29.
La decisión
Minutos después de hablar con el guardia él me obsequia una gaseosa y me asegura que todo estará bien.
Con este último pensamiento en mente pido un taxi yendo a casa de Hannah después de decirle que quería verla.
Hannah ha sido no sólo una amiga. Fue mi compañera en todos mis momentos más locos, fue la chica que en todo momento me apoyó. Y aunque últimamente pasa mucho tiempo con su novio haciendo que me sea más difícil verla, sé que la voy a extrañar cada día en cuanto tome ese avión.
En cuanto el taxi llega le doy la dirección y reviso mi celular.
Tengo 24 llamadas pérdidas de Jaden del día de ayer y 5 del día de hoy en la mañana, antes de que todo colapsara.
El día va con mi estado de ánimo, el cielo está nublado y amenaza con llover. Aún así, llego a tiempo a casa de Hannah y cuando me bajo del vehículo ya está lloviendo.
Llego a la puerta de su casa tocando el timbre e intentando cubrirme de la lluvia.
Por suerte, Hannah me abre de inmediato. Ella me observa con una mirada triste al ver mi aspecto. No la culpo.
Lloré más de media hora con el viejito simpático y llevo una sudadera lamentable.
Hannah me deja pasar y en cuanto estoy adentro de inmediato me abraza sin importarle que esté mojada.
—Me ibas a matar de un infarto, zanahoria pelada. Esta vez sí me ibas a matar —la oigo decir mientras me abraza con fuerza.
Le devuelvo el abrazo como puedo y antes de que pueda agregar algo más ella se separa lentamente, esta vez con una mueca en su cara.
—Me he enterado de lo de Jaden —dice mientras se cruza de brazos después de que la haya mojado con mi ropa.
Trago saliva con fuerza y asiento con la cabeza.
—La obsesión de Daisy llegó algo bastante lejos —sonrío un poco en un intento de que no note lo mal que estoy. De tan solo acordarme de todo ello me agobio.
Ella me observa con lástima para después negar con la cabeza y soltar un suspiro.
—Sabía que todo esto no terminaría muy bien —agrega viéndome—. Vino hace poco con Isair. Estaba completamente destrozado, comenzó a gritar como loco pidiéndole a Isair que le explicara por qué le hiciste eso. Por qué lo engañaste con un chico que te hizo daño cuando él en todo momento cuido de tu bienestar. Estaba roto, Ashley. Nunca había visto a alguien gritar de esa manera.
Aprieto mi mandíbula con fuerza y la miro fijamente.
—Sabes qué no lo hice, ¿cierto?, ¿lo sabes? —pregunto en un hilo de voz.
Ella asiente y se adelanta a abrazarme cuando de nuevo suelto una lágrima.
Me quedo el resto de la tarde con Hannah durmiendo un rato y después pedimos algo de comer. Yo no pruebo ni una sola pizca de la comida. Ahora mismo sería como una bomba para mí.
Aunque ella me insiste que lo haga, ahora mismo no puedo.
Cuando por fin anochece y Hannah decide poner una película en su cuarto va por una pijama para mí y cuando estamos listas la interrumpo un momento.
—Hannah... —la llamo en un voz baja como si temiera de su reacción.
Ella voltea a verme y hace un gesto para que prosiga y de nuevo voltea a ver la laptop que está frente suyo mientras busca una película.
Yo cierro los ojos un momento y suelto un pequeño suspiro.
Esto va ser difícil...
—Me voy en unos días.
La castaña se paraliza unos segundos en los que la tensión del ambiente es insoportable. Mi estomago se revuelve de tan solo decirlo, pero ahí está.
La frase flota en el aire hasta que Hannah da la vuelta poco a poco y en cuanto puedo ver su reacción mi corazón se encoje.
—¿Qué? —pregunta con los ojos casi llorosos y una cara de incredulidad que en otro momento me hubiera sacado una risa.
Asiento lentamente con la cabeza y me relamo los labios para seguir hablando.
—Lo pensé más tiempo del que me gustaría admitir. Y solo llegué a la conclusión de que es lo mejor.
Ella me mira como si no pudiera creerlo.
—¿Lo mejor?, ¿estás hablando en serio? Ashley? —inquiere con la mirada triste—. ¿Lo mejor para quién?
—Para mí.
Hannah se voltea completamente hasta quedar frente a frente. Se ve más confundida que antes.
—¿Qué?
Suelto un suspiro de liberación y entonces miro mis manos en busca de una distracción.
Soy una maldita egoísta...
Al final desisto y la observo fijamente.
Hannah merece saberlo.
—¿Alguna vez te he hablado de mi hermano? —pregunto directamente. Ella abre los ojos con sorpresa y yo levanto las cejas ligeramente en busca de una respuesta.
—No sabía que tenías hermano, ¿cómo se llama? —pregunta interesada notoriamente en la conversación. Sigue dejando un toque de tono triste al hablar.
—Se llamaba Aiden —contesto en un tono de voz más bajo, apenas audible. Una pequeña pizca de dolor se instala en mi pecho de inmediato.
Hannah abre la boca ligeramente con aún más sorpresa, y yo, en ese instante decido contarle todo acerca de mi hermano.
El por qué me mude. Por qué todo ha sido tan difícil, el por qué mi madre me culpa de todo, el día que pasó todo, y todo lo que vino después.
Ella no deja de escucharme atentamente en todo momento. Yo me dedico a hablar intentando no quebrarme más en el intento.
Cuando llego a la parte de la que menos me gusta hablar, mis manos comienzan a temblar un poco y mi corazón late de prisa.
La castaña me demuestra en todo momento su apoyo y no me juzga en ningún momento, pero no puedo dejar de sentir mi corazón doler.
Cuando termino de hablar sobre mi hermano, necesito aire fresco, así que voy al balcón de la recámara de Hannah y ella decide darme mi espacio diciendo que iría por agua para mí al piso de abajo.
La brisa fresca hace que por un momento el mareo se detenga y sienta un poco más de estabilidad. Inspiro aire con fuerza mientras cierro los ojos y dejo que todo fluya.
Escucho el sonido de un carro y las puertas cerrándose, así que por instinto volteo a ver abajo.
Mi corazón da un brinco de inmediato al verlo ahí abajo.
Jaden está tratando de apoyarse en la cajuela del auto intentando no caerse al suelo. De inmediato deduzco que está borracho cuando Isair se baja del auto y da la vuelta para ir ayudarlo. Apenas puede mantenerse de pie con ayuda de su amigo.
Mierda.
Trago saliva con fuerza y entro a la habitación, ahí me encuentro con Hannah viéndome con preocupación y un poco alterada.
—Está bien. Se va a quedar esta noche aquí, no quiere ni siquiera estar en su cuarto. Cualquier cosa que necesites me la pides a mí, solo que por favor, te lo ruego, no salgas del cuarto.
Asiento con la cabeza frenéticamente y ella sale apagando la luz. Como ya ha oscurecido la única luz que me alumbra es la de la luna.
Me siento en el pequeño sillón que tiene Hannah en su habitación tratando de ralentizar mi respiración.
Hannah tiene razón... lo mejor es no verlo ahora.
Escucho a los tres en el pasillo al subir las escaleras, Jaden solo repite una y otra vez la palabra "estúpido". Isair le pide una y otra vez que deje de llamarse así. Hannah se limita a decirle que todo estará bien.
—¿Qué todo estará bien, Hannah? —pregunta Jaden en un tono bastante audible para mí, ha sonado más brusco de lo que posiblemente pensaba que podía ser. Aún así me acerco más a la puerta para poder escuchar con claridad—. ¿De verdad crees que puedo estar bien si ella no está a mi lado?
—Lo estuviste toda tu vida, Jaden —contesta Isair en un tono frío.
Puedo oír como suelta un resoplido frustrado.
—Qué haya estado viviendo no quiere decir que haya estado bien todos esos años. Ashley era la chica que le empezó a dar sentido a toda esta mierda. Y después, simplemente se aburrió de mí e hizo lo más fácil.
—¿De verdad le crees todo lo que dijo Daisy? —pregunta Hannah, en un tono de decepción.
Mi corazón se encoge con ese simple acto.
—No es cuestión de si le creo a ella. Me mostró las fotos, Hannah. Me mostró las jodidas fotos donde mi chica estaba besandolo a él.
—Jaden, no creo que...
—Ya estás igual que ella. Pretendes que voy a creerte cuando tengo pruebas de lo que hizo. No trates de arreglar algo que está roto, Hannah. Porque no se puede.
Después de eso, no oigo nada más. Sólo una puerta abrirse y cerrarse en el pasillo.
Me tiro en el suelo apoyando mi cabeza en la puerta de la recámara. Tengo unas ganas de llorar horribles. De nuevo ese sentimiento de culpabilidad se instala en mi pecho haciendo que la sensación de hace días vuelva.
Minutos después oigo la puerta abrirse y cerrarse con cuidado, Hannah entra sigilosamente con una mueca triste.
—Supongo que lo escuchaste todo —pregunta casi susurrando agachandose hasta quedar a mi altura. Asiento con la cabeza abrazando mis rodillas.
—No quiero perderlo de ninguna forma, pero aún así necesito irme —mi voz ha sonado aún más jodida que antes. Ya ni siquiera me esfuerzo en disimularlo.
Ella asiente lentamente con la cabeza como si no entendiera mi decisión, pero aún así me apoyara. Hannah sabe que el día de mañana me voy temprano, le he dicho que el vuelo sale a las 11:00 de la mañana, así que las dos nos acostamos en su cama y ella me da un abrazo antes de inmediato quedarse dormida.
Yo no puedo.
Mi corazón me duele, la garganta me arde y mis ojos ruegan porque dejé de soltar lágrimas, mi alma simplemente está destruida.
Cuando la sed me gana decido agarrar unas pantuflas cualquiera y salgo de la habitación con cuidado. Sé que Hannah me advirtió que no lo hiciera, pero dudo mucho que Jaden esté despierto después de lo borracho que sonaba.
Bajo las escaleras con cuidado de no hacer ruido y me dirijo a la amplia cocina.
No prendo ninguna luz, no lo creo necesario si voy solo por agua.
Agarro un vaso cualquiera y me sirvo agua hasta que llega a su limite de capacidad. Me lo tomo prácticamente de un solo trago y me doy la vuelta para regresarme.
Entonces todo ocurre muy rápido, veo una sombra acercándose a la cocina y en cuando veo de quien se trata tiro el vaso de vidrio sin pensar en nada más.
La luz de la luna que entra por el ventanal de la cocina es la única que los alumbra a ambos.
Jaden también parece sorprendido, pero no tanto como yo, al punto de que el vaso de cristal cae en mis pies. Doy un paso atrás sin dejar de mirarlo y él simplemente se queda ahí parado observándome.
Hannah tenía razón, se ve totalmente destrozado. No tiene emoción alguna al mirarme, ni siquiera da señales de estarme viendo. No hasta que avanza hasta donde yo estoy sin dejar de verme fijamente.
Yo doy un paso atrás y accidentalmente me corto una parte del pie.
—Mierda —susurro en voz baja.
Antes de poder agacharme, Jaden se agacha como puede y recoge los restos de cristal sin decir nada. Yo no puedo hacer nada más que quedarme como estúpida viendo lo que hace.
Desaparece por unos segundos de la cocina, por lo que supongo ya se habrá ido, así que tomo una fuerte bocanada de aire y me apoyo en la barra.
Mi tranquilidad dura poco cuando lo veo aparecer de nuevo con una escoba para recoger el desastre que ocasione.
Cuando acaba de limpiar deja la escoba de lado y de un instante a otro se acerca a mí dejando una distancia casi nula. Yo apreto mis dedos en la barra y mi cuerpo entra en alarma. Él simplemente pasa su mano cerca de mí cintura para después agarrar un trapo y tendermelo.
No lo agarro. Ahora mismo mi sistema nervioso está de viaje. No puedo hacer ningún movimiento que implique tocarlo.
Él traga saliva con fuerza y deja el trapo de nuevo, esta vez se acerca más a mí prácticamente haciendo que nuestras narices rozan. Cierra los ojos un momento y aprieta la mandíbula.
—Qué estupidez seguirte amando sabiendo que tú no lo haces ni lo hiciste en un pasado. Soy un maldito estúpido.
La cercanía de Jaden me pone más nerviosa de lo que me gustaría admitir. Llega un punto en el que él apoya su frente en la mía y en cuanto abre los ojos no deja de mirar mis labios.
Debería alejarme y ponerle fin a todo esto, pero no puedo moverme, me ha acorralado prácticamente por todos lados.
—De verdad eres y serás la única chica capaz de hacerme sentir tan miserable —su aliento a alcohol invade mis fosas nasales, pero no reprocho.
—Jaden.... —Por fin puedo sentir que mi voz funciona. Él me ignora.
—Desde el primer instante que te vi supe que nada sería como antes. Eres tan magnética, tan atractiva, joder. Hasta cierto punto entiendo que me hayas hecho lo que me hiciste quizá no fui lo suficientemente...
—No —lo interrumpo. Sus ojos brillan cuando pasan de estar viendo mis labios a verme a los ojos—. Sabes que eso no es cierto —lo miro tristemente, mi voz apenas es audible.
—¿Qué parte no es cierta, exactamente? —mueve su mano a lado de mi cadera acorralandome aún más.
Niego con la cabeza lentamente y lo empujo por el pecho. Él no se quita.
—No voy a tener esta conversación contigo borracho. No me escuchaste cuando no lo estabas, dudo mucho que lo hagas ahora.
Él niega lentamente con la cabeza volteando a ver cualquier otro lugar, después vuelve a mirarme a los ojos.
—Sabes que siempre te escucho, Ashley. Siempre lo he hecho.
—No voy a hablar contigo borracho, Jaden. Déjame pasar, por favor...—trato de pasar a su lado, pero de nuevo, lo impide, cosa que hace que mis nervios aumenten.
—¿Por qué con él? —pregunta, dolido.
Suelto un suspiro cansado y lo miro a los ojos.
—No sabes lo jodido que me siento, Ashley. El tenerte tan cerca y no poder tocarte me va terminar matando —se acerca más a mí rogandome con los ojos.
Yo bajo la mirada sin ser capaz de verlo.
Un recuerdo de Daisy diciéndome que ambos también se besaron viene de inmediato a mi mente y puedo sentir mi sangre hervir. Pero ahora no es momento de sacar el tema.
Él se aleja un poco, ahora parece completamente enojado cuando me ve. Es una mezcla de enojo y decepción difícil de entender. Eso mezclado con alcohol me hace deducir que esto no va terminar muy bien.
—Realmente no creía que serías tan fácil como para engañarme con Ethan. Lo creía de todos. Un engaño de todos no dolía, Ashley. Me daba igual. Pero de ti... —me mira por primera vez sin una pizca de odio. Ahora más bien es decepción, cansancio. —. Pero de ti fue más que un engaño. Te entregué todo lo que pude de mí. Te entregué mi corazón en tus manos, y no dudaste en aplastarlo, Ashley. Ni un jodido segundo lo dudaste.
Mi corazón se detiene por la acusación y aprieto los labios con fuerza. Siento cada fibra de mí llena de coraje. Sin poder evitarlo me cubro a mí misma como puedo tratando de que esas palabras no me afecten tanto.
—Eres un imbecil —digo sin pensar en mis palabras. Sé que está enojado, pero creía que me conocía lo suficiente para saber que no haría algo así. De verdad creía que lo haría.
—Pues podré ser un imbécil, pero mínimo jamás te mentí. En el jodido tiempo que compartí contigo jamás lo hice.
Aprieto los labios y esta vez lo quito de mi camino para ir a la habitación de Hannah.
Pero antes de seguir avanzando, escucho un último reclamo de Jaden que me deja pálida.
—Quizá sí que deberías estar muerta.
Me detengo unos segundos y trago saliva con fuerza. Algunas lágrimas salen de mis ojos sin detenerse, pero no me doy la vuelta.
Ahora no lo hago.
☆
PENÚLTIMO CAPÍTULO, ¡¡¡NO PUEDO CREERLO!!! 🤧
¿Qué pasará con estos dos bellos?
Por favor... yo sé que Jaden sobrepasó límites. Pero el contexto para él también está cruel... cree que la chica que él ama lo engañó con el chico que intentó hacerle daño. Es algo difícil de asimilar... y aunque no es la forma, es un duelo.
(Duelo el cual es falso porque Daisy inventó todo)
Un aplauso a nuestra querida Daisy que arruinó todo 😄, cómo la queremos...
Ya estamos en la recta final...
Solo un capítulo más, el epílogo y se acaba todo... ¡no puedo creerlo!, ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR TODOO!!! 🫶
Gracias por llegar hasta acá. Te lo agradezco y formas parte especial de mi vida.
Gracias :)
PD. Creo que voy a cambiar un poquito las fechas para que mi horario se acomode... mañana sería el capítulo 30 y el domingo el epílogo...
Muchas gracias por todo ;)
~Marr.