Duncan

By PorSiempreCharlott

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|Distopía| "El diablo es real y no es un pequeño hombre rojo con cuernos y cola. Él puede ser hermoso porque... More

Duncan.
Everybody wants to rule the world
1. Mal tiro, mi amor.
2. Eclipse.
3. Brazos de tinta.
4. Bannon sigue vivo.
6. Culebra.
7. Vulnerable.
8. ¿Eres mio?
9. Creer por querer.

5. Lugar malo.

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By PorSiempreCharlott

Lugar malo. 

Después de una breve discusión con Duncan en la que solo consistió en mi quejándome de todo y el terminando su cigarrillo mientras observaba por la ventana. Tres hombres entraron, todos robustos, con tatuajes y cicatrices en el cuello como Duncan. Solo conocía a uno de ellos, Elliot. El me dio una sonrisa al mirar el plato de comida que me trajo completamente vacío.

Duncan le tiro tres llaves al chico del medio y ladeo la cabeza a los lados esperando que las repartiera.

-¿Qué diablos?-Se quejó el chico.-Solo hay dos malditos colchones afuera y tres ventanas con los vidrios rotos.

-Te toca en el suelo.-Dijo Elliot.

-Vete a la mierda.-Gruño.-No voy a congelarme el culo por tu nueva zorra, Deluve.

Deluve, el apellido de Duncan.

La ira se infiltro por todo mi cuerpo y se enredó en mi lengua para manejarla y expulsarla bruscamente.-No soy su puta zorra, soy la hija de Bannon y si me vuelen a llamar de esa manera les pateare el maldito trasero.

-¡Y allí está mi pequeña Raven!-Grito Loky sonriendo y llegando con una cerveza en su mano. Los dos chicos desconocidos para mí se mantuvieron callados, el perfil de matones que mantenían se bajó por completo y me miraban con puro respeto. Elliot me guiño un ojo, sin hablar hasta ahora, y Duncan me sonrió abiertamente.

-Me alegra que hayas regresado pronto cariño.-Susurro mirando mucho más allá de mis ojos.

(...)

-Es hora de ducharse.-Habla, unas horas después de que todos los chicos se fueron.

Subo la mirada de un viejo libro que encontré debajo de la almohada, las primeras hojas están quemadas así que no logro saber el título, no es nada que se me niegue leerlo, aquí no. Pero afuera de la valla casi todo era prohibido y mil veces negados por razones innecesarias.

-¿Ducha?-Mi tono suena sarcástico, por lo que Duncan frunce el ceño. Sé que no tienen muchos recursos aquí, pero en realidad no quiere decir que no crea que puedan conservar servicios básicos. Lo único bueno que les ha dado el gobierno.

-Si. Rápido.-Aun no me muevo, con una mueca de irritación tira de mi brazo hacia afuera de la habitación, traspasamos las cortinas y me obliga a subir unas oxidadas escaleras de metal para empujarme a un viejo cuarto de baño.

Observo nerviosa como ser quita la camiseta, sus desgastadas botas negras y su pantalón tirándolas por el pasillo. Se pone recto, sus músculos duros por el trabajo. Él me asusta pero solo puedo pensar en lo hermoso que es.

-¿Q-que haces?

Me observa por un momento y ordena.-Desnúdate

Parpadeo-Espera, ¿qué...?

Suelto un gemido de sorpresa cuando saca su abrigo de mis hombros y desgarra con sus manos mi vieja camiseta. Estoy furiosa al verlo pasar sus ojos por mi cuerpo descaradamente, se muerde el labio ocultando una sonrisa, en un rápido movimiento jala de mis vaqueros abajo.

Escanea la estructura de mi silueta, y el lento movimiento hace que mi corazón se acelere. Agarra entre sus dedos mi oscuro cabello, enreda su dedo índice en el final de la onda de un mechón, para luego desenredarlo y dejarlo caer en las curvas de mi pecho.

Aprieto mis labios, no puedo luchar con un hombre tan fuerte como él, quiero alejarme pero sé que no me va a hacer daño. Es Duncan, sigue siendo mi mejor amigo-casi hermano-que declaro su amor por mí por un reproductor de música que el encontró en una de las muchas casas abandonadas que quedaban, compartiendo conmigo unos auriculares que robo del cuarto de mi padre, escuche Angel with a shotgun con una sonrisa durante toda la canción porque él me sonreía y sujetaba mi mano.

Rodea mi cintura desnuda con su fuerte brazo y me atrae a su pecho, abre la perilla dejando caer agua fría sobre nosotros. Mi cuerpo se estremece, Duncan saca suavemente la suciedad de mis mejillas, toma un pedazo de jabón posicionándolo en mi mano, y se apoya contra la pared utilizando un viejo trapo para refregar la mugre de sus brazos mientras me observa sonriente pasando el jabón por mi abdomen.

Me pone nerviosa, giro y le doy la espalda lavando mi cuerpo lo más rápido que puedo, no encuentro Shampoo, prefiero no mencionarlo es claro que no tienen muchos lujos aquí. Quito la suciedad de mi pelo, y cuando estoy lista soy rodeada con una toalla azul que Duncan saco de un pequeño cajón.

-¿Vives solo aquí?-Mi voz temblorosa por el frio.

Asiente con la cabeza mientras rodea una toalla en su cintura y saca sus boxers por abajo. Gimo cuando la toalla esta por deslizarse de sus delgadas caderas, Duncan la atrapa justo a tiempo, me da una sonrisa perversa observando mi sonrojo.

Lo ignoro, paso por su lado caminando de nuevo a la habitación con él tarareando detrás de mí. Saca unos pantalones caqui verde oscuro, una camiseta blanca y una chaqueta negra de cuero desgastada.

-Vístete, tenemos que salir rápido antes de la inspección de la zona.-Me deja sola desapareciendo por las cortinas.

Los civiles mandan algunas patrullas por aquí, no he escuchado mucho de esto pero sé que están vigilando, sino este lugar estaría más destrozado tal vez. Julián viene a mi mente, por un momento creo que si me quedo podría verlo, pero él nunca pasa la valla y si los civiles me ven, sin nada para comprobarles que soy parte de ellos me arrastraran a C.S. donde se llevan a todos los Sureños que encuentran, no sé qué les hacen allí, y sinceramente no quiero averiguarlo. Sin contacto con Julián no hay manera de volver. Aquí me capturarían, tendría que saberlo. Por ahora solo me queda confiar en Duncan.

Si confió en él desconfió de Julián. ¿De qué lado estoy?

No demoro mucho en vestirme, me coloque unos vaqueros que apenas logran sujetarse en mis caderas, una corta camiseta y un abrigo gigante que llega a ocultar mis manos.

Salgo afuera del edificio. Apoyado contra una vieja pared Duncan espera dando una calada casualmente a su cigarrillo. Sus ojos perdidos, locos como recuerdo de niño. Sus mechones de pelo largo, fueron recogidos hacia atrás en una pequeña coleta, tiene la cicatriz de un rose de bala justo en el cuello.

-Vamos.

Camine a su lado, sin tomar mucha importancia metí mi mano en el bolsillo de su chaqueta y deslice mis dedos entre los suyos. Duncan saco afuera nuestras manos, la mía completamente apretada a la suya, sin embargo él bajo la mirada, note el fantasma de una sonrisa en sus labios antes de que decida entrelazar sus gruesos dedos con los míos.

Mira al frente sin decir nada mientras caminamos por las agrietadas calles de Santa Monica, doblamos la esquina de A. L. y seguimos recto, evito preguntar a donde vamos, reconozco vagamente el camino. La sombra que se forma debajo de sus ojos, la mandíbula apretada y peso en sus hombros lo hacen ver casi destruido.

-¿Estas triste?

Me mira y frunce el ceño. Bajo la vista, muerdo mi labio. No debí haber dicho eso, es un chico fuerte, no le gusta mostrar debilidad. Lo miro esperando ver enojo en sus ojos pero me sorprendo al encontrar más tristeza reflejada con dolor en su mirada.

-¿Te tendré de vuelta, cariño?-Su voz débil.

Abro mis ojos sorprendida por la pregunta, dejo deslizar mi labio de mis dientes y pienso en una respuesta correcta. De vuelta... ¿Cómo?

-Estoy aquí.-Susurro.

-No nena, tu eres buena.

Suelto un bufido.- ¿Tengo que ser una chica mala ahora?

Niega con la cabeza.-No, yo solo tengo que ser lo suficientemente bueno para ti. Y tengo sangre en mis manos, cariño. ¿Cómo puedo conseguirte así?

Este chico, que admite sus errores, muestra su debilidad, quiere abandonar todo esto en silencio. Es mi chico Duncan pequeño. Lo es todo, se lo peligroso que son aquí. Mi padre mato a muchas personas, llevaba una arma en la cinturilla de su pantalón, todos los hombres que conocí, que ame, cometieron muchos errores, pero no eran malos. Además, yo también lo hice. No puedo despreciar a Duncan cuando amo a mi padre, quiero verlo de nuevo y aunque no lo quiera admitir deseo pasar más tiempo de lo que debería aquí. Se siente tan mal que me guste la calidad de su mano, lo acostumbrada a su cercanía que por momentos me siento. Es malo que sea tan hermoso. Que bese su mejilla y lo abrace.

Duncan contiene el aliento.-Raven-susurra.-Niña buena, lugar malo.

N/A: Las canciones dicen los pensamientos de Duncan. Abra un libro en el que narre solo él. 


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