Angela Marel:
Las mañanas eran diferentes ahora.
Siempre es diferente cuando una madre está en casa.
Llevo más de tres días sin despertar con mi novia a mi lado, porque claro, mi suegra entra todas las mañanas a levantarla y exigirle ser productiva mientras a mi me dejan dormir pacíficamente.
Ya me acostumbre a las discusiones en la cocina también, de hecho, son hasta entretenidas.
__ No, he escuchado que muchos profesores son borrachos, así que no vas.
A Elena la invitaron a una reunión de maestros, y ella claro quería asistir, por mi no había ningún problema, pero con doña Susana en casa, mi novia de muy próximamente treinta años tenía que pedir permiso.
__ ¡Ay mamá! Déjame convivir.
También me resulta divertido escucharla quejarse como niña chiquita. Suele ser realmente berrinchuda cuando su madre está cerca.
__ No quiero a nadie con aliento alcohólico en la casa.
__ Ay, por favor. Angela toma más que yo.
Me ahogo con mi propia saliva. Bueno sí, tiene razón, pero no es para estarme exhibiendo de esa manera.
Mi suegra corre en mi ayuda, siento sus palmadas en mi espalda mientras el ataque de tos continúa, Elena sigue ahí con los brazos cruzados y esa cara de frustración. Aunque por la forma en que sus cejas se curvan, se que esta ligeramente preocupada por mi y la manera tan ridícula y estúpida en la que me estoy ahogando.
__ Angela tiene edad, su cuerpo resiste, tu ya estas muy grande para eso.
Oh no.
Ahora Elena esta visiblemente ofendida. Grandes ojos, boca abierta, enrojecimiento en las mejillas y posición de jarrón.
__ ¡No estoy tan grande!
__ La tercera década ya es más que estar grande.
__ ¡Aún no llego!
__ Ay, mi chula, para lo que te falta.
Ok, me retiro.
No pinto nada aquí y no quiero que comiencen a usarme en su pelea.
Si sigo ahí y esas continúan discutiendo Elena es capaz de hablarme a mi suegra sobre mi encuentro nada favorable con ciertas sustancias alucinógenas. Lo cual dañaría mucho mi imagen.
No se en que termina la discusión, pero cuando estoy por fin lista para ir a clases Elena pasa muy enojada con las llaves en la mano, la puerta se aporrea detrás de ella. Elena se encoge y yo también, porque segundos después mi suegra aparece en escena con los ojos asesinos y podría decir que hasta rechinando los dientes.
__ ¿Acabas de aporrearle la puerta a tu madre?
__ No fue intencional __ Elena parece realmente asustada, e incluso me toma de los hombros y me coloca frente a ella.
Ah no, conmigo no cuentes, no voy a ser escudo humano de nadie. Con otra persona tal vez, pero no cuando se trata de mi suegrita.
__ Ahora menos vas a ningún lado, no hasta que recuerdes tus modales, señorita.
__ Fue un accidente.
__ Te comportas o no vuelves a entrar a esta casa.
__ ¡Mamá! Me voy con la vecina, no me importa.
¿Qué? Se va con la vecina y yo voy a ser quien la asesine.
__ Ah pues vete, me da igual.
Son identificas. Ambas se encogen de hombros como si realmente no les importara. Ambas igual de blancas como la leche, ambas con esas bonitas pecas casi invisibles sobre la nariz.
__ No me puedes sacar, es mi casa.
__ ¿Me estás retando?
Me ha tocado halar a Elena conmigo y de paso cubrirle la boca con una de mis manos porque solo terminará hundiéndose más.
__ Ya nos vamos porque se nos hace tarde, la vemos por la noche, que tenga muy buen día, Susy.
La mirada dura de doña Susana desaparece cuando sus ojos se fijan en mi, y parece la misma señora dulce de siempre.
__ Claro, mi amor. Las veo más tarde, buen día en la escuela a ambas.
Me despido y halo a Elena conmigo, prácticamente arrastrandola hasta el auto donde le abro la puerta de conductor y con mis mejores ojos imponentes le ordenó subir.
Elena bufa pero obedece, y pronto puedo tomar mi lugar a su lado. En todo el camino no hago más que escuchar sus quejas, con los dedos en la frente y masajeando mi cien. Es como tener una niña en casa.
En cuanto llegamos justo frente a el edificio que solía ser mi hogar toda la mañana me lleno de una sensación de angustia, me pesa bastante saber que después de hoy no volveré a poner un pie aquí. Yo realmente le agarre aprecio, realmente me veía aquí.
__ Hey __ siento el tacto de Elena en mis manos, ella se encarga de liberarme del cinturón de seguridad y me hace mirarla __ eres increíble, ellos son quienes te perdieron a ti, habrá más y mejores oportunidades para ti en otros lugares.
Me cuesta creer eso.
Pero ella lo dice tan convencida y sus ojos brillan como si realmente me admirara, que es suficiente para hacerme sonreír solo un poco. Sólo porque la tengo a ella.
__ Sé todo lo que sé gracias a este lugar, aquí he aprendido y he crecido, y me he topado con pared una y otra vez, pero siempre resolví, siempre encontraba la manera, y era tan gratificante.
__ Yo te veo a ti como alguien a nada de realizarse por completo. Has hecho funcionar tu vida, con tu escuela, el trabajo, conmigo que no soy nada fácil de sobrellevar __ se ríe, lo hago tambien __ y no solo funciona, si no que también has crecido en el proceso, y sigues creciendo, cada día te vuelves más inteligente, con más experiencia, más capaz, alguien a quien admirar. Y yo estoy orgullosa de la mujer que tengo conmigo. No necesitas esta empresa, ya eres tú, sabes quien eres y eres maravillosa. Te toca seguir aprendiendo, seguir preparandote, pero la experiencia adquirida no te la quita nadie. __ Elena acaricia mi mejilla e incluso deja un beso en ella y yo tengo que poner todo mi esfuerzo en no ponerme a llorar aquí de lo feliz que me siento __ ¿Sabes qué es lo que más amo de ti? Que no avanzas sola, que no creces sola. Sí no que vas dejando de tu luz a los demás para que crezcan contigo, empezando por mi. Qué me has enseñado tantas cosas, que "me domésticaste" __ me mueve las cejas burlándose, suelto una risa un poco fuerte __ aprendí lo equivocada que he estado creyendo que bastaba conmigo para que seas feliz. Y tu me hiciste ver que tu felicidad no soy yo, que tu ya eres una chica feliz, que ya lo eras cuando te conocí, que de tu felicidad te has encargado sola y lo has hecho increíble, tu sólita te has puesto donde estás y te has abierto todas las puertas sin nunca necesitar de mi, pero aprendí también que eso no es malo. Porque lo que importa es que esa felicidad eliges compartirla conmigo cada día, sin importar lo tonta que pueda llegar a ser aveces, tu siempre me eliges, siempre a mi.
Me es imposible no querer darle un beso. E intentar explicarle con ella que adoro como siempre tiene las palabras correctas para mi, cuando me siento abrumado, cuando algo me preocupa, ella siempre sabe que decir, ella siempre sabe como hacer que mi corazón lata de esta manera, como si pudiera salirse de mi pecho.
No soy muy buena escogiendo palabras, sí sé decir cursilerias, se me da muy bien. Pero no sé hablar como ella lo hace, desde el alma, con esa calma en la voz y esos ojos mirando los míos. Con esa manera de hacerme creer en todas y cada una de las cosas que dice.
__ Te seguiré eligiendo a ti siempre, mi amor. Eres todo lo que necesito a mi lado, contigo estoy bien, contigo me siento completa.
Dije que no iba a llorar pero si lo hice. Poquito, no puedo evitarlo, ella me emociona mucho. Solo un poquito de lagrimeo, solo un poco de mucha felicidad acumulada.
Solo un poco de "Tengo a la mujer más increíble y perfecta del planeta a mi lado".
No hubiese querido abandonar el auto, y tuve que darle muchísimos besos de despedida antes de salir de ahí. Besos que como siempre ella se encargó de limpiar muy bien para dejarme impecable de nuevo. Como si nada hubiese pasado.
No tarde mucho en llegar a la que solía ser la oficina donde trabajaba. Y ahí estaba Catalina, con las piernas cruzadas y los anteojos sumergidos en una montaña de papeles delante de ella.
A su lado una joven desconocida.
Toco la puerta antes de entrar, esta abierta pero aun así, no creo que sea apropiado solo pasar y ya.
Catalina levanta la vista enfocando sus ojos claros en mi, su cabello parece diferente, se lo ha teñido, es un rojo suave, casi naranja, pero rojo al final de cuentas, y le queda muy bien.
__ Nos permites un momento, por favor __ ella se dirige a la chica que está a su lado. La joven se levanta y carga en su brazo la tableta electrónica, cuando la veo caminar hacia la puerta y pasa a mi lado rozandome el brazo es que me doy cuenta, de que esta ocupando mi lugar, de que ha sido tan fácil reemplazarme en tan solo tres días __ adelante, Angela, buenos días.
__ Buenos días, señora.
__ Ya no soy tu jefa, Angela. Puedes llamarme "Catalina".
__ Señora esta bien para mi.
No soy grosera, sólo no quiero perder la formalidad que siempre he tenido con ella.
__ He intentado por todos los medios que te quedaras conmigo. Pero el señor "Aguayo" me tomó por sorpresa cuando me dijo que ya tenía a alguien para el puesto. No podía negarme, es el jefe después de todo, y esa chica es su sobrina.
Claro.
Con razón había sido tan sencillo.
Ahora me pregunto si realmente me sacaron de este lugar por el problema con mi padre, o para hacerle sitio a la sobrina del patrón.
__ Entiendo. No se preocupe, señora, yo me resigne hace mucho a no trabajar aquí.
Catalina asiente y la veo ponerse de pie, rodea el escritorio hasta llegar a mi lugar, donde se posiciona justo detrás de mi, de mi asiento, sus manos se apoyan en los reposabrazos de mi silla, y siento su rostro muy cerca de mis mejillas.
__ Será complicado acostumbrarme a no verte más llegando cada mañana luciendo así como ahora, tan radiante, tan hermosa __ su aroma me llega, ese olor tan dulce solo de ella.
Me hace tragar saliva.
No porque me guste, si no porque me hace recordar que quise besarla, y eso me hace sentir avergonzada. Porque vine hacia ella como una lanzada desesperada y fui rechazada.
__ ¿Ya vamos a firmar? __ le digo, tratando de inclinarme más hacia el otro lado, para no tenerla tan cerca.
La escucho reír bajito y cuando se separa y regresa a su sitio yo logro respirar de nuevo.
__ No es conmigo, ve a recursos humanos.
__ Me hiciste venir aquí.
__ Quería verte una vez más __ sonríe y acomoda sus anteojos con demasiado aumento.
__ En ese caso es hora de irme __ me levanto.
__ Dale a Elena mis saludos. Dile que no tiene nada que agradecerme.
Que pesada se ha vuelto esta mujer.
__ Se lo conté, lo sabe __ ella arquea la ceja __ pero yo si voy a agradecerle, evitó que yo cometiera uno de los más grandes errores de mi vida. Jamás debí intentar besarla por despecho, perdóneme por eso.
Su sonrisa parece desaparecer.
__ ¿Sólo por despecho?
__ Sabe que sí, señora. Que tenga un buen día.
No me toma mucho llegar a la oficina de recursos humanos. Lo que si me toma cerca de media hora es esperar a ser atendida, y luego casi una hora más leyendo todos los documentos por firmar, acordando todos los detalles de mi separación con la empresa. En fin, mucho rollo.
Cuando por fin he terminado y ya estoy por salir del lugar es que mi celular suena.
Tengo que detenerme en el pasillo, muy cerca de la oficina de Catalina.
__ ¿Hola?
__ ¡¿Qué demonios, Angela?! ¡¿Dónde estás?!
__ ¿Quién es? Voy para la escuela ahora, tengo permiso de llegar tarde.
__ Ven rápido. Necesito hablar contigo ahora.
¿Explicación? ¿Explicación a qué?
__ No estoy entendiendo nada.
__ Solo ven a la escuela ya __ ¿Es Rebeca? __ Kelsie vino a acusar a Elena de agresión.
¿Elena dañando a un alumno? Eso es completamente imposible.
Elena jamás ha mezclado lo personal con lo laboral, es sumamente estricta y cuidadosa con eso.
Es una mierda, claro que no es verdad. Mi Elena jamás haría nada parecido.
__ Es mentira, sabes que Elena no dañaría a un alumno jamás.
__ No ella no, pero tu sí. Y las pruebas físicas que Kelsie me esta presentando solo puedes aclararlas tú, así que sí Elena y su trabajo te importan vas a venir aquí y acatar las consecuencias de tus actos.
Sí. Definitivamente no voy a dejar que Kelsie tome esto a su favor para culpar a mi novia de algo que ella no hizo.
Fui culpable, de cada golpe que le dí.
Quizás me expulsen por esto. Esta bien, me lo gane, por no hacerle caso a la pacifista de Valentina Altamirano.
Pero prefiero eso mil veces a que esa rubia oxigenada se atreva a ensuciar la reputación de mi mujer como profesora.
Acusar a Elena de agresión, ¿Cómo se le ocurre? ¿Cómo es capaz de mentir de esa forma? ¿Qué cree que va a ganar con eso?
Jamás permitiré que dañe a Elena, y si tengo que volver a arrastrarla para demostrarles la manera exacta en la que le hice los moretones, entonces lo haré. Que no quedé ninguna duda de que quien la agredió fui yo.
......
Hola.
Primero que nada, pido perdón por la ausencia.
Entre otras muchas cosas me enferme, pero ya me encuentro mejor. Al menos ya puedo mirar una pantalla sin que me de dolor de cabeza.
De nuevo muchas gracias por leer y por la espera también, sin duda.
Muchísimas gracias por todo.
__ Maira.