Hayun
Aún no salía el sol cuando ya estaba esperando a Beomgyu en la puerta trasera de la mansión.
—¿Estás lista? — preguntó mientras terminaba de acomodar su camisa en el pantalón. Su cabello húmedo y aroma varonil proveniente del perfume me dejaban en claro que acababa de tomar una ducha. —¿Donde está Yoon?
—Fue a vomitar al baño. — Beomgyu hizo una mueca exagerada y sonreí, él sonrió de vuelta. —Está nerviosa. —respondí tratando de ocultar mi sonrisa. No es momento ni el lugar para estar sonriendo — Le da miedo incluso pensar que existe la posibilidad de que no la encuentre.
Beomgyu ladeó un poco su cabeza. Al parecer no entendía a lo que me estaba refiriendo.
—Pero es su mamá.
—¿Y?
—Y no comprendo como es que siquiera piense en esa posibilidad. Debería estar segura de que ahí estará. Nada más. Los pensamientos intrusivos siempre quieren dominar la mente, pero la razón debe ganar por sobre todos ellos.
Beomgyu tiene un buen punto.
No deberíamos siquiera pensar en la posibilidad de que Jia no esté ahí.
—Tienes razón..
—La encontraremos, ya lo verás. — sonrió positivo. — Y cuando lo hagamos la traeremos de vuelta a casa.
Sonreí y lo miré a los ojos.
—Gracias Beomgyu.
Los minutos pasaron y la angustia iba en aumento conforme avanzaba el tiempo. Yoon regresó del baño poco antes de que el plan comenzara.
—¿Donde están? — preguntaba ansiosa. Ese hábito de morderse las uñas no la había dejado ni aún después del embarazo. —Dijiste que ellos saldrían temprano y los seguiríamos. ¿Donde están?
Beomgyu asintió.
—Solo se paciente. No deben tardar.
—¡Ja! Es fácil decirlo para ti. Espero que nunca tengas que estar en una posición como la mía. —respondió algo molesta.
El pelirrojo miró al suelo y no dijo nada más.
—Yoon, él solo se está preocupando. — toqué ligeramente su hombro.
—Eso debieron hacerlo desde antes. Solo traen personas a este lugar pero no las protegen de nada ni de nadie. Era obvio que algo así podría pasar.
Beomgyu y yo solo nos miramos en silencio.
Tiene razón.
A lo lejos escuchamos algunas voces, aquellas que escuchamos el día de ayer en lo más alto de la mansión así que rápidamente nos escondimos. Estaban planeando cómo salir sin ser vistos y, cuando todos estuvieron de acuerdo, salieron. Unos por la puerta principal y otros por detrás. No sabíamos hacia donde dirigirnos hasta que Beomgyu pronosticó que era más probable que los que saliera por la puerta trasera tuvieran una ruta de llegada sin tantos desvíos, como esas que hacen para evitar sospechas, así que los seguimos en silencio y en efecto, fue la mejor decisión. Caminaron entre la maleza durante algunos minutos hasta que finalmente llegaron a una camioneta y se subieron.
—¿Que haremos? — pregunté bajo al ver cómo la distancia entre nosotros iba en aumento.
—Los chicos ya están en eso.
Rápidamente volteé a verlo.
—¿Los chicos?
No pasó mucho tiempo cuando de repente ya estaban el resto de los chicos en una camioneta verde tipo Jeep.
—¿Por qué no se suben? — preguntó el de cabello rubio quien iba conduciendo. —No los alcanzaremos así.
—¿Este es su magnífico plan? — pregunté y mostré una sonrisa falsa. —¿No se imaginaron que así seremos más fáciles de detectar? Es decir, ¿cuántas personas pueden ir en Jeep en un apocalipsis zombie? Se darán cuenta de que los seguimos.
—Esto no es lo único — rodó los ojos. —¿Te vas a subir o no? El tiempo sigue corriendo. Tic, toc.
Hice una mueca y me subí al Jeep. Si bien su respuesta suena a no tener sentido, el pelirrojo asintió y me ofreció su mano para subir al auto aceptando con ello lo que se había dicho. Si él está de acuerdo con el plan de sus amigos, entonces quiere decir que no es todo el plan en si, debe haber algo más.
—Bien, pero apresúrate o los perderemos — respondí apenas me senté.
—Eso es lo que haremos, no nos digas que hacer.
Yoon se subió al auto después de mi y en seguida Beomgyu hizo lo mismo, solo que se sentó en el lado del copiloto. Estábamos apretados pero no podía quejarme. Enfrente iban dos y atrás cuatro.
El camino fue largo y tranquilo. Creí que por aventajarnos cinco minutos los habríamos perdido en su totalidad pero no fue así, los chicos nos mostraron las señales y todo en lo que ellos se basan para encontrar pistas o presas, así que a final de cuentas si pudimos llegar hasta cierto lugar. Después, seguimos caminando un poco más.
—Creo que estamos a las afueras de la ciudad. —dijo Yoon mientras la niebla comenzaba a limitarnos la vista. —¿Falta mucho?
—Ya casi llegamos —respondió Soobin seguro.
A los pocos metros de distancia la niebla comenzó a intensificarse hasta tal punto que no podíamos ver más allá de nuestra nariz. Temí perderme pues hablar no era una opción teniendo en cuenta que "estábamos encubiertos", así que comencé a hiperventilar debido a ello. Es algo que suelo hacer desde que tengo uso de razón y aún no logro controlarlo.
Beomgyu lo notó así que sujetó dulce mi mano.
—Todo estará bien, ya lo verás. — dijo cerca de mi oído.
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Un recuerdo de lo que parecía ser toda una vida había inundado mi mente de repente con dicha acción. ¿Es esto un Dejavú o de verdad lo viví? Mi memoria falla en este momento.
No pude formular palabra alguna así que solo le seguí. Cuando menos lo esperé ya estábamos frente a una enorme pared gris.
—Es aquí. —dijo seguro. —Vamos a entrar.
Yo solo pude asentir y entré detrás de él.
Y Yoon, detrás de mi.
El chico rubio y el pelinegro con bonita dentadura llamado Soobin comenzaron a adentrarse al edificio mientras que el de perfil griego y pelirrojo avanzaban con cautela justo detrás de nosotros.
—No se separen — indicó el cabello negro y bonita nariz. —Todo puede pasar así que no se separen ni hagan ruido.
Yoon y yo asentimos sujetando un poco más fuerte nuestras manos.
—Nos dividiremos — comenzó a decir el rubio apenas llegamos a una planta alta. —Hueningkai y Soobin irán por allá— señaló. — Beomgyu y Hayun por allá. Y Yoon y yo por el otro lado. Nos veremos aquí nuevamente apenas pasen 15 minutos, y si aún así no vuelven, entonces el resto deberá marcharse dejando de lado a los que no volvieron al punto de encuentro. ¿Alguna duda?
—Lamento molestarte — comencé diciendo. —pero, ¿dónde es el punto de encuentro?
Rodó los ojos.
—Aquí. — respondió con obviedad. —Bien, suerte.
Los chicos asintieron y cada quien se fue hacia su respectivo destino.
Volteé a ver a Beomgyu y éste me sonrió amable.
—Vamos — con su cabeza indicó el camino a seguir.
Había humedad y uno que otro charco de agua en las escaleras de metal, algo así como si hubiera llovido por dentro.
—¿Qué es toda esta agua? — pregunté.
—¿Ves esas máquinas? — señaló amable a lo que asentí. — Es el vapor que emana de ellas.
—Oh...
Seguimos caminando un poco más. La altura me hacía repensar respecto a la velocidad en la que íbamos caminando, un resbalón y hasta nunca jamás.
Poco a poco mi mente comenzó a aclararse y, a pesar de no haber estado aquí jamás, comencé a reconocer el lugar.
—Conozco este lugar —me detuve al instante en cuanto logré percatarme de ello. Beomgyu se detuvo unos pasos frente a mi.
—¿Cómo dices?
—Reconozco este lugar.. Yo.. — lo miré. —Ya había estado aquí. En un sueño. —Gyu me miró perplejo. — Se que suena a locura, pero estoy diciendo la verdad. Yo ya había soñado con este lugar.. Solo que era blanco, no gris.
—Pero —
—No lo sé, yo tampoco comprendo, pero estoy diciendo la verdad — por un momento temí que el pelirrojo no creyera lo que decía, o peor aún, me creyera una exagerada. Sin embargo, su respuesta fue otra.
—Entiendo.
—¿Ah? — lo miré algo confundida.
—Yo también había estado aquí, en un sueño. Mis amigos también estaban aquí, incluyendo a Taehyun...—me miró. Estaba tan confundido como yo. — Ahora lo comprendo todo, tú eres la chica que Taehyun lanza al precipicio en mis sueños...