CORAZONES MALDITOS|| Mattheo...

By Mar_Mesa

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Las mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Pa... More

Sinopsis
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
ALMAS MALDITAS

XI

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By Mar_Mesa

Capitulo 11

Hermano de otra madre.

Y le tiré toda la cerveza arriba de la cabeza.

—Ah. Y me caes mal.—Agregué con una sonrisa orgullosa.

La cara de Pansy estaba en completo shock. Sus manos tocaban su cabello mojado y pegajoso por la cerveza. Al igual que su ropa y cuerpo.

Sentí la mirada de todo el mundo centrada en nosotros.

—¡Vete a la mierda Potter!—Me insultó, empujándome.

El empujón de Pansy hizo que casi me cayera, pero Fred estaba atrás mío y me sostuvo firmemente para que no lo hiciera. En ese momento, sentí como las manos de Fred me tironeaba para que nos fuéramos de una vez. Pero yo no  tenía pensado irme y muchos menos con lo que dijo después.

—¡Controla a tu perra Weasley!—Grito enfurecida.

—Lu, vámonos ya.—Me susurró Fred al oído.

—No.—Dije seriamente y me acerqué a ella.—¡A ver si te libras tan fácil de esta perra!

Y le devolví el empujón mucho más fuerte del que ella me dio. Mattheo sostuvo a Pansy. Pero se veía que ella estaba dispuesta a rematar. En cuanto intento acercarse a mí, él la detuvo rápidamente.

—¡¡Suéltame Riddle!!—Dijo, mientras forcejeaba con él.

Mattheo trato de tranquilizarla y la alejo un poco de nosotros.

Mientras eso sucedía se podía escuchar los murmullos de todos al rededor.

Y entonces me empezó a surgir la risa involuntaria que había estado teniendo todo este tiempo.

—Z-o-r-r-a.—Deletree entre risas.

—¡Yo no soy una zorra! ¡Tú eres la zorra!—Grito a lo lejos mientras me señalaba con el dedo.

—¡Tú eres una puta zorra perra!—Le contesté ahora seria.

—Okay, ahora si ya vámonos.—Dijo Fred e hizo que soltara la cerveza que todavía tenía en la mano. 

Fue entonces cuando sentí unas fuertes manos que rodeaban mi cintura y me cargaban como si fuera una bolsa de papas.

Escuchaba los gritos de Pansy a lo lejos, pero no le preste más atención. En realidad no le estaba prestando atención a nada. Tal vez por eso no me di cuanta de que todo el mundo me estaba viendo.

—¡¡Fred!! ¡Ya bájame!—Proteste, mientras golpeaba su espalda.

Pero él no me hizo caso y siguió caminando hasta alejarnos de ese lugar.

—Bájame.—Le ordené.

—No.—Respondió.

—Bájame.

—No.

—¡Bájame!

—¡No!

—¡No te dejaré en paz hasta que lo hagas!

—Inténtalo, me crie con 5 hermanos y un gemelo. No creo que lo logres.—Señaló divertido.

Suspiré mientras mi cabeza daba vueltas y veía  la parte de atrás de los zapatos de Fred y el piso borroso. Intente levantar la cabeza, pero eso hacía que todo se pusiera más dado vuelta. Así solo dejé que esta se acostara en la espalda de Fred. 

Luego de un rato la música empezaba a sonar cada vez menos fuerte y vi que llegamos a unos de los pasillos donde se encontraban los cuartos. Por fin me bajo. Pero seguía sosteniéndome con el brazo cruzado por atrás de mi cintura para que no me cayera.

—¿Vi-viste como le arruine la fiesta?—Empecé a decir totalmente orgullosa de mi logro.

—Sí, lo vi. Creo que también todo Hogwarts lo vio.

—Esa zorra se lo merecía.

—Ajam. Ahora mejor siéntate aquí. —Dijo y me sentó cuidadosamente en un escaloncito que había.

Tire mi cabeza para atrás y la pegué justo con la pared. Suspiré pesadamente y miré para un costado. Ahí estaba Fred sentado al lado mío mientras me hacía compañía.

—Puedes irte a divertirte si quieres. Estaré bien.

—¿Y dejarte para que vuelvas a pelearte con Parkison? Mejor no.

Fred hizo lo mismo que yo y pego su cabeza a la pared. Giro para verme y se quedó así por un par de segundos. No saco la mirada de mí ni por un instante.

—¿Qué? ¿Estoy tan mal?—Pregunté bromeando.

—Sí, estás muy mal.

Mi rostro se entristeció levemente al oír esa respuesta.

Agaché la cabeza y miré mi vestido celeste que ahora estaba manchado con cerveza. También me di cuenta de que mi cabello estaba hecho un desastre. Y no me mire al espejo, pero podía jurar que el maquillaje se me había corrido todo. Eso y que estaba descalza.

—¿En-enserio?—Pregunté algo desanimada.

Sentí la mano de Fred en mi mentón. Él me levantó la cabeza suavemente y me miro con esa dulce mirada que tiene.

—¿Te he dicho lo bien que te queda el celeste Lulú?—Preguntó, con una sonrisa—Porque cada vez que lo usas te ves hermosa. 

No sé si fue por lo que había bebido o si porque veía algo borroso a Fred. Pero una sonrisa se me salió, y no fue una común, fue como si esta vez fuera distinto. Hasta que creo que Fred sintió lo mismo, fue una sensación rara que se generó entre nosotros dos.

—El colorado también te sienta bien George.—Dije, y él se río con una carcajada.

—Fred.—Me corrigió.

—Son lo mismo.

—No, de los dos, yo soy el más guapo.—Dijo él con un total orgullo.

—¿A así?—Pregunto, levantando una ceja y acercándome a él.

Me acerqué al punto que podía sentir su respiración.

—Sí.—Respondió él, y sus ojos desviaron la mirada directamente hacia mis labios.

Podía jurar que nuestros rostros estaban a centímetros y la distancia entre nuestros labios era la misma.

Y de repente dejé de sentir solo su mirada en mis labios y empecé a sentir los suyos juntarse con los míos en un beso que al principio fue tierno y corto.

Cuando termino el beso entendí algo.

Me había besado.

Fred me había besado.

Fred Weasley me había besado.

—Lo siento, yo… Estoy borracho y no pude-

Él empezó a disculparse de todas las maneras posibles, pero lo interrumpí juntando mis labios nuevamente con los de él, esta vez haciendo un beso mucho más largo y apasionado.

Mis manos subieron poco a poco y empecé a tomar el rostro de Fred con ambas, pero luego las cambié de lugar haciendo que acaricien su cabello rojizo.

Podía sentir su mano derecha en mi cabello y la izquierda estaba bajado lentamente en mi espalda en dirección a mi cintura y parecía que lo iba a hacer más, pero de repente paro y se separó rápidamente de mí.

—Esto está mal.—Susurró.

Lo miré extrañada sin entender.

—Sé que solo haces esto porque estás borracha Lu.—Dijo, y me miro directamente a los ojos.

—¿Y? Tú también lo estás.

—Lo sé, pero no es lo mismo.—Señaló.

—¿Por qué no?

—Porque sé que te arrepentirás de esto en la mañana.

—¿Cómo lo sabes? ¿Y si no me arrepiento?

Él no respondió nada. Me observó por un momento y no dijo absolutamente nada. Agaché la cabeza y fruncí el ceño.

¿Por qué cada vez que beso a un chico pasa esto?

Estoy empezando a creer que en verdad beso mal.

—Olvídalo. Tienes razón.—Comenté a lo bajo algo molesta.

Me levanté como pude del escalón en el que estaba sentada y empecé a dar unos pasos para irme.

—Lu, espera.—Me pidió Fred.

—¡No, tienes razón! ¡Yo soy el problema! ¿Es eso no? —Dije mientras levantaba cada vez más el volumen de la voz.

—No es eso Lu.

—¿Y entonces qué es? ¿Que hay de malo conmigo?—Me gire para verlo y ahora él estaba parado en frente mío.

—No hay nada de malo contigo. Tú eres perfecta.

Podía sentir como sus ojos me observaban intentando que lo míos también lo hagan. Pero no lo mire, agache mi cabeza y sostuve la mirada en otro lugar.

—Sé que lo entenderás en la mañana.—Habló el mientras acercaba su mano a mi cabello para pasar unos de los mechones atrás de mi oreja. 

—Te juro que no lo haré.—Susurre y corrí su mano de mala manera.

Un silencio se sostuvo por un segundo. Pero sentía como pasos apresurados venían por detrás de mí. Mire para adelante para ver a Fred, pero él sacudió la cabeza y se llevó la mano a la cara. Su actitud me pareció rara, así que decidí mirar para atrás para ver que era lo que estaba pasado

Cuando mire para atrás vi como George se acercaba a nosotros con un bailecito mientras camina tambaleándose.

—Huolaaaaaa ¡Con aquí estaban pilluelos!—Dijo divertido mientras se recargaba en el hombro de su hermano.

—¡Lu, eres una bestia, le hubieras tirado con la silla!—Me aconsejó mientras me pagaba un pequeño golpecito en el brazo.

—¿Tú-tú viste?—Pregunte algo apenada.

—¡Claro que lo vi! ¡Todo Hogwarts lo vio!

Sentí como mis mejillas se empezaron a enrojecer un poco de la vergüenza.

—¿Qué haces aquí? ¿Y Ron, Harry y Ginny? —Le pregunto  Fred.

—Ni idea.—Admitió tranquilo.

Fred soltó un suspiro pesado. Y otra vez se llevó la mano a la cara.

—No puedo creer que voy a tener que hacer de niñera.—Susurró de mal humor.—Vamos a buscarlos y vayamos de aquí.—Termino diciendo y agarro a su gemelo de la muñeca para que lo siga.

—Lu tú quédate aquí ¿Oíste? No te muevas, no tardaremos.—Me ordeno antes de que se vayan.

No dije nada y asistí con la cabeza obediente.

—Te quiero amigo, tú eres… Como mi hermano.—Susurró George mientras le daba un abrazo por atrás a Fred.

—Si yo también te quiero amigo.—Dijo Fred separándose de su abrazo y tomándolo de la muñeca para que vayan.

—¡Tú eres como mi hermano de otra madre!—Gritó con alegría su gemelo mientras lo seguía.

Y me quede sola.

Mire mis pies y seguía descalza. No recordaba a donde había dejado mis zapatos. Ni cuando me los había sacado.

Empecé a caminar por el pasillo en donde me encontraba. No había nadie, solo estaba yo sola. Lo recorrí como tres veces hasta que me aburrí. Pero la cerveza había
Echo que mis ganas de ir al baño aumentaran.

Recordé que Fred había dicho que no me moviera de ahí.

Y ese recuerdo duro un segundo, así  que me importo una mierda y comencé a buscar el baño con urgencia.

Encontré una puerta que estaba algo alejada de los cuartos que estaban en el pasillo. Así que por alguna razón muy estúpida supuse que ese era el baño.

Cuando gire el picaporte para abrir la puerta. Esta se abrió y vi todo estaba completamente oscuro. Entre dos pasos adentro y traté de buscar un interruptor o algo en la pared para prender la luz.

Luego unos segundos lo hice.

¿Adivinen? Eso no era un baño.

Parpadee un poco por la luz que se prendió y vi un cuarto con dos camas en cada extremo de las paredes y un pequeño escritorio al lado de unas de ellas. Me llamo la atención que en una de las paredes  haya un montón de pósteres de bandas que parecían ser muggles.

Me gano la curiosidad y entre un poco más para ver de qué bandas se trataban.

Sé que estaba mal hacer esto. Literalmente entre al cuarto de un desconocido solo para ver sus pósteres. Pero en fin, si me pongo a pensar no fue lo más loco que hice  esta noche, ¿no? 

Se notaba que algunos pósteres ya eran viejos y estaban algo rotos en las esquinas.

No conocía a muchas bandas Muggles, pero quién sea que dormía en ese cuarto se ve que le encantaban.

Mire a mi alrededor y había una gran diferencia entre una mitad del cuarto y la otra. Por un lado, en el lado de la pared de los pósteres, la cama estaba algo mal tendida y había un par de prendas tiradas. Pero por el otro, la cama estaba perfectamente tendida y no había absolutamente nada fuera de lugar.

Como si almas opuestas ocuparán el cuarto.

Se veía que lo único que compartían era el escritorio. Tenía una pequeña lámpara junto con un cuaderno arriba del mismo.

Fue ahí cuando reconocí algo.

Arriba del escritorio había un invisible. Era bastante parecido al que…

No, no, no. Ya estás muy borracha Lu.

Pero ese cuaderno también me sonaba familiar.

Una lámpararita  se me prendió arriba de la cabeza.

Mierda, ya sé dé quién es este cuarto. 

Me giré rápidamente para largarme de ese cuarto inmediatamente. Pero en cuanto lo hice la puerta se empezó a abrir y de ella vi como Mattheo entraba  besuqueándose  apasionadamente con una chica.

Yo la conozco… ¿Pero de dónde?

En cuanto entraron no se dieron cuenta de mi presencia. Me quede totalmente inmóvil sin saber qué carajos hacer.
Y fue entonces que Mattheo giro a la chica  hacia mi dirección para que ella se pegue más a su cuerpo.

Y juro que pensé que lo había dicho en mi mente, pero claramente  no fue así.

—¡¿Cho chang?!—Pregunte casi gritando y me tape la boca con ambas manos rápido.

Ambos se dieron vuelta rápidamente asustados por mi grito. Mattheo me miro sin entender absolutamente nada, pero Cho me observó por un momento y luego miro a Mattheo enfurecida.

—Am, yo..hola.—Los saludé  amablemente.

—Vete a la mierda Riddle.—Dijo la pelinegra mientras le daba un empujón a Mattheo y azotaba la puerta de la habitación con todas sus fuerzas.

Mattheo no fue tras ella, miro la puerta cerrarse y luego giro para mirarme a mí. Nunca había visto una mirada de odio tan penetrante como la de él.

—Perdón por arruinarte tu follada semanal.—Me disculpé con una sonrisa—Si me disculpas, me voy.

Apenas intente llegar a la puerta, él se metió en medio de mi camino, dejándome imposible el pasar  por ahí.

—¿Tú siempre  entras a cuartos ajenos? ¿O te la pasas espiando a la gente?—Preguntó molesto.

—Lo siento. Yo buscaba el baño.

—¡¿En mi cuarto?!—Preguntó elevando el volumen de la voz y acercándose a mí.

—¡No sabía que era tu cuarto!

—Joder…—Murmuró mientras se llevaba las manos a la nuca— Es que tú me vuelves loco, siempre estás en todos lados, eres como una puta garrapa.

—¡¿Disculpa?!  ¡Escucha pedazo de animal, yo no soy una garrapa! ¿Okay?—Dije ahora acercándome a él con toda la furia posible—Y si tanto te molesta mi presencia ¡¿Por qué no solo te alejas de mí, eh?!

Él no dijo nada y solo me observó.

—¡Y.. Tú eres el que hace que me vuelva loca! Un día me hablas de lo más bien, al otro no. Luego no apareces por una semana. ¡Oh y luego apareces como si nada!

—¡Y solo te pregunté por un estúpido beso! ¿Y te enojas por eso?—Seguí hablando y descargándome mientras él solo mi miraba— ¡Yo no quise besarte! Sé que… Lo hice, pero… ¡Ese no es el punto!

—¿Sabes.. Sabes, —Empecé a decir mientras me acercaba más a él un poco mareada todavía—¿Qué fue lo malo de ese beso, eh? ¿Qué hice mal para que no quieras volver a verme? ¡Joder es eso! ¿Beso tan mal?

—No besas mal, Lu—Respondió.

—¡¿Y entonces qué fue?! ¡Dímelo para que pueda sacarte de mi maldita cabeza!

No hubo respuesta de su parte. Espere unos segundos. Pero él no dijo nada, se quedó parado en frente mío.

—Claro… Sabes que mejor me voy. Búscate otra para follar, quédate tranquilo, no te voy a molestar.—Comenté en voz baja y me acerqué a la puerta.

Pero Mattheo se metió devuelta en el camino y ambos quedamos frente a unos centímetros. Sus ojos ya no estaban con ese odio total que tenían hace unos minutos. 

Y fue entonces que nuestra distancia se hizo completamente nula cuando sentí unas de sus manos en mi cintura.

La jalo suavemente hacia él y su cuerpo y el mío quedaron completamente pegados. Haciendo que  sus labios se junten  rápidamente con los míos.

Me besó con una furia impresionante. Parecía como si todo su estrés o cansancio hubiera estado en ese beso. Sus labios sabían a cigarrillo y a cerveza, pero su cuello olía a una fragancia totalmente distinta.

Podía sentir como las mariposas revoloteaban  en mi estómago. Pero en cuanto sus labios dejaron el contacto con los míos, deje de sentir aleteos en mi panza.

Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro y vi como sus ojos cafés se tornaban completamente negros. Como si su pupila se hubiera dilatado de una manera increíble.

—Créeme que besas mejor que nadie.—Dijo en un jadeo por lo agitado del beso.



NOTA DE AUTORA:
Holaaa, ¿como andannn?
Esta vez tengo una excusa de por que tarde en actualizar.
Y es que chicxs la escuela me esta dando como cajón que no cierra:D Así que con tantos exámenes no tengo tiempo de escribir.  Disculpen si el próximo capitulo se sube tarde como este.

¡Gracias por leer!

Mar.

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