Invierno de colores✓

By Mari_p08

187K 15K 6.2K

LIBRO 3. SAGA «COX» Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos. Mack es... More

SINOPSIS.
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
EPÍLOGO

VEINTIDOS

3.5K 288 50
By Mari_p08

Maratón 3/3

22. ¿Está todo bien?

Estaba más feliz de lo que podría estar nunca.

Bueno, con Ethan siempre estaba feliz. En esta ocasión lo estaba más. Había pasado la mejor noche de mi vida, algo que nunca jamás podría llegar a olvidar, algo que me había hecho sentir mucho más de lo que ya sentía por él.

Estar enamorada era algo muy corto para describir cómo me sentía en estos momentos. Todo iba demasiado rápido y a pesar de eso, estaba muy segura de mis sentimientos.

Estaba muy segura de que él estaba igual de feliz que yo.

Que ambos estábamos igual de enamorados.

Por eso, cuando llegamos a casa de Wendy nos costó un poco más de lo normal despedirnos. Ethan me ayudó a bajar de mi asiento y nos dimos un corto beso que queríamos que durara más.

Antes de seguir con mi camino, sentí su mano buscando mi muñeca para devolverme a su pecho.

Solté una pequeña risa, sostuvo mi rostro suavemente

—Te busco más tarde —murmuró

—Vale —mi sonrisa era enorme—. Gracias por todo.

—Ya te dije que no tienes que darme las gracias, te las doy a ti.

—De todas formas —suspiré—. Fue todo... perfecto.

—Lo fue.

Me empiné y volví a juntar nuestros labios en un gesto que quería que fuese eterno. Al separarnos, nos sonreímos al mismo tiempo

—Será mejor entrar —susurré

—Adelante.

Lo solté, para dar media vuelta y subir los escalones. Al llegar a la puerta, volví a verlo y noté que no se había movido, y no había dejado de observarme. Tomé el pomo y lo giré para abrir de una vez por todas, mi mano se agitó en su dirección como despedida.

Una vez dentro, lo vi por los vidrios como se subía al auto y arrancaba

Volví a soltar otro suspiro

Digamos que ahora lo haría muy seguido.

—Vaya, vaya —escuché una voz canturreando. Me causó un respingo. Apenas giré, me topé con la figura de Wendy asomándose de la entrada de la cocina con una taza humeante en sus manos—. Alguien se ve muy feliz.

—Lo estoy —dejé mi mochila en el suelo, aproximándome a donde ella estaba—. Pasé la mejor noche de toda mi absoluta vida.

—¿Ah sí? —sonrió, al ver como me arrojé al sofá

—Sip —cerré un momento mis ojos, con las imágenes reproduciéndose—. Ethan es el hombre para mí, Wen.

—Lo sé, se te nota —escuché sus pasos y luego, se tumbó a mi lado—. Estás muy enamorada. Así que... supongo que algo bien habrá hecho.

Abrí mis párpados para mirarla

—¿Qué estás insinuando?

—Nada —se refugió en su taza

Me senté rápidamente en la superficie, tomando mi cabello para peinarlo en un gesto ansioso. Titubeé, entreabriendo mis labios muchas veces. Wendy arrugó el ceño por mi repentino actuar

—¿Qué pasa? —preguntó directamente

—¿Qué me dirías si te digo algo?

—¿Qué quieres decirme?

—Sólo es... es que no sé si deba contártelo.

—No, claro que debes contármelo —dejó la taza en el suelo para acomodarse y poder darme toda su atención—. Si no lo haces te echaré de mí casa, cuenta ya.

Pasé saliva

—Es que sí... pasó algo —revelé en un murmullo bajo

—¿Algo de eso? —abrió mucho sus ojos—. ¿Algo de eso que... pensábamos que sucedería en algún momento? ¿Algo de lo que... se hace? —juntó sus dedos en un toquesito que comprendí

—Eso —asentí con lentitud—. Bueno, primero charlamos. Fue agradable, comimos, empezó a hacer algo de frío así que entramos a la carpa.

—¿Y ahí fue? —se apresuró, ansiosa

—Obvio, Wendy, ni modo que fuese sobre un árbol —ironicé, soltando un bufido

—¡No me culpes! Somos vírgenes, ¿okey? —me miró de arriba abajo—. O al menos yo sí.

—Sh —la manoteé—. No lo digas tan directamente.

—Pero tengo razón, ¿o no?

Me mordí el labio inferior, temiendo de que fuese a gritar en cualquier momento. Al menos no lo hizo, pero sí abrió la boca como si quisiera que le entraran moscas.

—¿Cómo fue? —preguntó

Volví a sentir una sonrisa expandiéndose por mis labios

—Fue... grandioso —suspiré una vez más—. Jamás había conocido a alguien tan dulce, te lo juro. No sólo fue tierno y sensible, sino que... me trató como si fuese la joya más valiosa en el mundo.

Awwwwww —se llevó una mano al pecho—. No puedo creer que lo hayas pasado tan bien, eso es hermoso.

—Al principio sentí que estaba siendo algo... intensa, ¿okey? —revelé—. Digo, yo sí lo quería, pensé que era muy pronto y sabes que Ethan no es así.

—¿Y qué te animó?

—Que él me dijo que también lo quería. Wendy, me dijo que me quiere. Y sé que siente más que eso. Nos enamoramos.

Fingió un sollozo, echándose aire con la mano

—Esto es hermoso, joder. Son tan hermosos.

—Cree mis palabras, amiga —tomé una profunda respiración—. Ethan Cox y yo nos casaremos. Me voy a asegurar de no dejarlo ir por nada del mundo.

—¡Ay, sí! —aplaudió—. Y yo seré la madrina de bodas.

—Igual que yo seré tú madrina cuando te cases con Mike.

—Ese idiota ni siquiera me ha pedido ser su novia.

—¿No lo éramos ya?

Aquella voz me causó un respingo que casi me arroja al suelo. Con el corazón en la mano, giré mi cabeza y me encontré con Mike terminando de bajar el último escalón del segundo piso. Nos miró a la una y a la otra

—¿Qué haces aquí? —le pregunté

—¿Qué haces ahí? —le preguntó ella

—Sus gritos no me dejaron seguir durmiendo —respondió

—¿Tú y ella...? —los señalé a la una y al otro—. ¿Ustedes dos... pasaron la noche juntos aprovechando que la madre de mi querida amiga está de viaje y vuelve más tarde?

—Algo así —me sonrió la chica

La miré con reproche, y con los labios entreabiertos

—Con que virgen ¿eh? Mentirosa.

—Lo siento —murmuró, bajito

—¿De qué hablan? —Mike se fue tranquilamente a la cocina donde pareció servirse un poco de café—. Mack, ¿quieres?

—Sí, y... oigan, ¿qué hubiese sucedido si la dueña de esta casa hubiera decidido volver más pronto de lo planeado?

—Me hubiese visto dormir —me respondió él, saliendo y tendiéndome una taza que tomé entre mis manos. Este se sentó en el otro sofá—. Nuestra relación no es secreta.

—¿Relación? Wendy dijo que aún no son novios.

Estos dos se miraron

—No me lo has pedido —se justificó ella

—Pensé que no tenía qué hacerlo.

—Oye, te quedas varios días en mi casa, desayunas con mi madre, le cuentas cosas a mi madre como si fuesen los mejores amigos y no... ¿no me pides que sea tu novia?

—Lo siento, ¿quieres ser mi novia?

—Así no, imbécil.

—Eres un idiota —lo miré al negar con mi cabeza

—¡Es que no entiendo por qué es tan importante!

Wendy soltó un jadeo sorprendido, me refugié en mi taza yo esta vez

Interesante inicio del día

—Más te vale que te retractes o terminaremos en nuestro primer día como novios.

—Era una broma —intentó—. Lo juro. Lo tengo todo planeado, saldremos y te lo pediré. Sólo... finge que es una sorpresa, ¿sí?

—De acuerdo —se puso seria—. Quiero ver que has planeado.

—Lo amarás.

Y en el momento en el que me miró, no tuve que adivinar qué quería decirme, porque, en nuestra conexión de hermanos me hizo saber que se estaba viendo acorralado.

Pasamos un rato más allí en casa de Wendy y luego salimos juntos hacia la nuestra. Caminamos por las calles que lucían menos llenas de nieve, y nos aproximamos a nuestra calle sin problema alguno.

En el trayecto, Mike me habló

—¿Cómo crees que es una buena manera de pedirle noviazgo a Wendy sin que sea algo cliché y básico?

—Lo decía en broma.

—No, pero... creo que tiene razón. Soy un lento.

—Lo eres —asentí—. Bien, puedes pensar en las cosas que a ella le agraden. Algo que consideres que es especial, un momento especial.

—¿Cómo fue que el tuyo te lo pidió?

De inmediato sentí cómo empezaba a sonreír

—En la biblioteca de su casa. Fue hermoso y tengo todo lo que me dijo grabado en mi cabeza, creo que jamás lo olvidaré.

Mike me dio una pequeña sonrisa

—Luces muy feliz —notó—. Me alegra mucho, espero que sea así siempre.

—Gracias —le di un pequeño empujón—. Igual que tú lo eres con Wendy. Sabía que había una buena razón para que hubieses decidido volver en vacaciones luego de lo que pasó con papá.

Su sonrisa se borró lentamente

—Haber vuelto fue una buena opción a pesar de todo.

—No te aflijas —Intenté animarlo—. Él cambiará de opinión.

—¿Eso crees? —pareció soltar una risa seca—. Porque yo veo que es el mismo. Y eso me hace pensar, ¿cuándo le dirás que planeas seguir tus sueños y no los suyos?

Pasé saliva

—No se lo diré.

—¿Ah no? —enarcó una ceja, como si esperara mi respuesta

Pateé algo de nieve con desgano, ajusté mi mochila en mi hombro y luego guardé ambas manos en los bolsillos de mi abrigo enorme.

Solté una bocanada de aire

—Es arriesgado —murmuré

—No lo fue para mí.

—Tuviste que conseguir un trabajo y sé lo mucho que eso te costó.

—Pero estoy donde quiero, Mack.

—No como quieres —negué con mi cabeza—. Si yo no lo hago lo hará Jonas. Tengo la esperanza de que podré convencerlo de que yo tomaré el cargo de su empresa y no necesitará a nadie más.

—No tienes que hacer eso.

—Pero quiero —mentí—. Además... se pondrá feliz.

—¿Y tú estarás feliz? ¿Qué pasará en unas semanas? El año se terminará, las vacaciones también. Tendrás que decirle adiós a Ethan.

Me tensé rápidamente

«Decirle adiós»

Sorpresivamente, no lo había considerado.

Que inteligente, Mack.

—Ah, yo... —me corté a mí misma, en un carraspeo—. Existen las relaciones a distancia.

—Eso no funcionará —bufó

—Con nosotros puede que sí —intenté convencerme—. Nos queremos. Sé que él no renunciará a mí y yo...

—Tu sí lo harás —me interrumpió—. Con esto que estás diciéndome sólo quieres decir que renunciarás a tus sueños, a él, sólo... porque sí. Por alguien a quien no le importa.

—A mi padre le importamos.

—Sí —soltó una pequeña risa—. Yo también lo creí al inicio.

Me dejó sin argumentos.

Decirle adiós a Ethan podría ser como darle un fin a todo lo que habíamos vivido hasta ahora.

Porque sí, sabía que las relaciones a distancia funcionaban, pero no sabía cómo se iba a tomar que yo le propusiera algo así cuando él sabía que no quería quedarme. Yo quería ir a Nueva York y no por él, porque quiero ser doctora y eso es lo que deseo.

Si tan sólo... pudiera ser diferente.

Sacudí mi cabeza, volviendo de mis pensamientos

—Funcionará —asentí para mí misma—. Esto es distinto.

—Yo no apoyaré algo así. Lo siento, Mack.

—Yo también lo siento, Mike.

Caminamos en silencio hasta llegar.

Mike era un idiota la mayoría del tiempo, pero tenía razón. Y no teníamos una muy sólida relación como hermanos, pero al menos nos buscábamos cuando sabíamos que algo iba mal. Y ciertamente, si yo tomaba la decisión equivocada sabía que él no estaría del otro lado del teléfono cuando le pida ayuda.

Nadie lo estaría.

Y ese era el problema principal.

Dejé de pensar en ello al subir las escaleras de casa. Me convencí de que me preocuparía por eso más adelante y ahora simplemente disfrutaría de los días que nos quedan.

Ambos entramos a la vivienda, hacía un poco de silencio, y pude sentir el aroma a una bebida caliente que adoraba. Chocolate. Ingresé con confusión desbordada, pues se supone que mamá debe estar en la cafetería, y si aún olía a comida, quiere decir que no está en su trabajo.

Arrugué el ceño

¿Por qué estaría aquí?

Mike se aclaró la garganta

—¿Mamá? —preguntó

Esta se asomó con una sonrisa

—Hola, amores —pronunció

—¿Qué haces? —continuó, confundido

—Bueno, hay que celebrar. Estoy preparando algo delicioso, y un pastel de fresa como sé que les gusta a mis hijos. ¿Quieren? ¿Por qué no me cuentan cómo les fue?

—Bien —pronuncié, extrañada, dejando la mochila en el suelo

—No te oí salir, cielo —le dijo a mi hermano precisamente

—No, yo... —improvisó—. Fui temprano por Mack, quería ver a Wendy.

—Ya veo —asintió

—¿Entonces? —continué yo—. ¿Qué está sucediendo?

—Lo que ya les dije —ella permaneció con esa sonrisa en su rostro que no me dejaba muy tranquila—. Preparo algo para mis hijos.

—Ajá, ¿dónde está Jonas? —cuestionó Mike

Como si lo hubiese invocado, escuchamos muchos pasos bajando las escaleras. El enano fue el primero en tocar el suelo de la primera planta, pero no estaba solo. Y una persona especialmente bajó justo detrás de él.

Mike y yo pusimos la misma expresión de sorpresa

—Wow —mi hermana se rio—. Esperaba un mejor saludo.

—¿Jasmine? —pregunté, confundida— Tú... pero... ¿no que no vendrías a pasar las fiestas con tu familia?

—Nunca dije eso, exagerada.

—Lo insinuaste. Dijiste que tenías trabajo.

—Dije que tenía trabajo y que mi jefe está justo aquí. ¿Por qué no vendría? Después de todo, no siempre hay que trabajar. Los extrañé.

—Y nosotros a ti —Mike la abrazó primero—. Que gusto verte.

—A mi me da gusto verte —se separaron—. Tienes que contarme todo sobre la universidad, y cómo te va.

—Lo haré, claro.

Me apresuré yo también a rodearla con mis brazos. Era un poco más alta que yo, por lo que fue ella quien me devolvió el gesto, pasando sus brazos por mis hombros. Al separarnos, se fijó en mi cabello

—Es más amarillo de lo que recordaba —pronunció

—Qué graciosa.

Claro, ella era castaña al igual que Jonas y mi padre, mientras Mike y yo éramos rubios, un rasgo que compartíamos con mamá.

Y los cuatro tenemos casi el mismo color de ojos.

Una coincidencia, genética, supongo.

—Ahora entiendo por qué mamá quería hacer ese pastel —negó Mike—. Es tu favorito.

—Lo es. —sonrió

—Tu padre está feliz —escuchamos a mamá—. Se le ocurrió que podríamos ir a cenar esta noche todos juntos. ¿No es buena idea?

—¿Se le ocurrió? —enarqué una ceja

—En realidad, se me ocurrió a mí —se adelantó Jasmine, con las manos en sus bolsillos—. Al menos lo intenta, porque no me dijo que no.

—¿Y dónde está ahora? —preguntó el casi mayor

—En su despacho —señaló hacia las escaleras

—Así que tú llegaste —murmuré—. ¿Y esta es la bienvenida que te da? ¿No va a su oficina, sino que se queda en casa? ¿Cuál es la diferencia? De todas formas, está trabajando.

—Oye, tranquila —Jasmine me tomó del brazo suavemente—. Tenía razones para hacerlo, yo vine también por trabajo.

—Pero de eso no se trata.

—En gran parte sí.

Suspiré, desganada

Genial.

Apenas había iniciado el día y ya estaba de mal humor.

Supongo que hay personas que tiene poderes de verdad.

❄️

Comimos el dichoso pastel sólo los cinco.

Mi padre no se asomó ni siquiera para mirarnos la cara.

Estaba de verdad ocupado con su trabajo. Lo cuál me hizo también cuestionarme si se supone que iremos a la cena a charlar y pasar un rato juntos o lo veremos concentrado en su teléfono como normalmente hace.

Algo me dice que será la segunda opción.

Mamá no abrió hoy la cafetería porque estaba lo suficientemente ocupada recibiendo a su hija que vive lejos por el trabajo. Ella sí se lo tomó enserio, por lo que, se encargó de que el momento para Jasmine no fuera del todo malo a pesar de las circunstancias.

Y por supuesto, la convenció de que se quedara en las fiestas.

Las que, por cierto, ya se acercan.

Al terminar de comer el dichoso pastel, volví a mi habitación. Me enojaba un poco el asunto, pero más que enojo, sentía algo de decepción y digamos que por eso, se me quitaron las ganas de pasar un rato con mi familia. Mike incluso tampoco tardó mucho en volver a irse. Supongo que a buscar a Wendy.

Y yo busqué mi salvación.

La que observé por la ventana sentada en aquella silla. Estaba en el ático al parecer limpiando. Tomé mi teléfono y marqué su número mientras lo observaba. Al cabo de unos segundos, sacó el móvil de su bolsillo y sonrió, para después contestar

—Te estaba pensando.

—Igual que yo —sonreí—. Bueno, yo siempre te pienso.

—Somos dos entonces.

—¿Qué haces? —pregunté

Miraba un poco el ático. Mi abuela está buscando sus lentes, me dijo que los olvidó aquí cuando vino a limpiar ayer, y le ayudo a buscar.

—Ya veo.

Noté, desde la distancia como su expresión cambió a una extrañada

—¿Está todo bien, linda?

—Lo está —suspiré—. Mi hermana Jasmine llegó esta mañana.

Es una buena noticia. Significa que tu familia estará completa para recibir navidad y año nuevo.

—Algo así. Creo que iremos a cenar esta noche.

—Entiendo. Estarás muy ocupada como para vernos.

—Pero sí quiero verte.

Podemos vernos mañana.

—Me encantaría que vinieras conmigo a la cena.

Hubo un pequeño silencio. Noté cómo se puso nervioso

—¿Quieres que lo haga? —se rascó la nuca—. A mí también me encantaría estar para ti, pero sabes que no fui invitado y no me sentiría cómodo.

—Yo te invito.

Mack, es una cena con tú familia. No quiero incomodar.

—No podrías incomodar a nadie, quiero que vayas conmigo. Puedes conocer a mi hermana y pasar un lindo rato juntos. ¿No quieres verme?

Sabes que siempre quiero verte.

—¿Entonces?

Es que no sé... ¿quieres que sea sincero? No quiero que pasemos un rato desagradable. Estoy seguro de que a tu padre no le agradará mi presencia. No quiero arruinarlo.

—Mi padre no me interesa.

A mí sí porque no quiero que me odie. Quiero caerle bien algún día y que me acepte como tu pareja.

—Lo hará. Si yo te elijo a ti, ¿cómo podría negarse?

—¿Podría?

Sí, podría.

Yo tampoco quiero que él lo haga sentir mal de alguna forma.

Ethan tiene razón. Con una actitud como la de mi padre, es imposible que pasemos un rato agradable. Quiero que Jasmine lo conozca, pero tendrá que ser bajo otras circunstancias.

Después de todo, algo me dice que esta noche las cosas no saldrán tan bien como todos piensan.

—Te entiendo —murmuré finalmente

—¿Estás enojada?

—No, ¿cómo podría enojarme? Yo creo que tienes razón.

Tampoco quiero sonar como un cobarde, quiero... que la pases bien con tu familia, ¿hace cuánto que no salen así? Algo me dice que hace mucho. Puedes concentrarte en eso y no en mí.

Siempre tiene razón, no sé cómo lo hace.

—A pesar de todo voy a estar concentrada en ti.

—Y yo en ti.

—Qué bueno, porque entonces tendremos que hablar toda la noche para compensar el día que no pasamos juntos.

Yo encantado. Tendremos nuestra propia cita.

—Entonces tendrás que quedarte despierto por mucho tiempo.

—Mack, si es por ti, no sería ningún sacrificio.

De nuevo, volví a sentir esa sonrisa estirando mis labios

—Te quiero y mucho.

Yo a ti mucho más, Mackenzie Blythe.

—Te llamo después.

De acuerdo.

Entonces, le colgué. Pude ver a través del vidrio cómo él bajó el aparato manteniendo aquella sonrisa que lo caracterizaba y que yo también tenía.

Ladeé mi cabeza al observarlo.

Y de nuevo, volví a suspirar

—¿A quién le suspiramos así?

Me sorprendí tanto que mi cuerpo entero dio un brinco descontrolado. Sentí la silla tambaleándose hacia atrás, y si no hubiese sido porque reaccioné rápido, sosteniéndome del escritorio, me hubiera dado tan fuerte que lo más probable es que hubiera perdido la memoria.

Sin exagerar.

Tomé una bocanada de aire, y volteé con mi pecho subiendo y bajando a una velocidad descontrolada, simplemente para encontrarme a Jasmine terminando de entrar, con una sonrisa tensa

—Upsi. —exclamó

—¿Qué te sucede? —bufé

—Sólo quería venir a ver qué estabas haciendo.

—Pero no causándome un infarto, loca.

—Exageras —resopló, aproximándose a lanzarse sobre mi cama sin importarle la mirada que le di—. ¿Qué? No me digas que aún tienes una obsesión con las arrugas.

—Odio las arrugas.

—Exacto.

Negué con mi cabeza, volviendo a acomodarme en la silla

—¿Cómo te fue con mamá?

—Me ha preguntado todo y le he dicho que va muy bien, así que supongo que fue bien. ¿Y tú? Hace mucho que no hablamos, ¿verdad?

—Hace mucho que no hablamos —Asentí—. Ahm... estoy segura de que estás aquí por algo así que dispara.

—Tu vecino ahora es tu novio.

—Ah... wow, sí —procesé, por lo directo que sonó eso. Pestañeé—. Eso me suena a mamá, por lo que deduzco que ella te lo dijo.

—Me dijo que estás muy feliz.

—Lo estoy —sonreí inconscientemente—. Él me hace feliz.

—Aw —hizo un puchero—. Eso fue demasiado.

—No te burles, tonta.

Se rio un poco

—Vale —se acomodó para verme—. Entonces asumo que es lo suficientemente serio. Eso me alegra, me gusta que tengas una sólida relación y no algo que no durará por mucho.

—Créeme, quiero que esto sea para siempre.

Asintió, torciendo sus labios

—Pero el chico es de Nueva York.

Mi sonrisa se fue borrando lentamente

—¿Mamá también te dijo eso?

—Está preocupada. No quiere verte llorando hasta la madrugada.

—No lloraré hasta la madrugada.

—¿Ah no? —elevó una de sus pobladas cejas

—No, porque... —me corté, en un resoplido—. Existen las relaciones a distancia. Y confío en Ethan, podemos tener una y vernos en vacaciones. Me gusta creer que el amor es para toda la vida. Y el que nosotros nos tenemos sí que lo es.

Vi algo de angustia en sus facciones

—No me mires así —me adelanté

—Es que no quiero que... renuncies a todo por algo que no quieres.

—He hablado mucho de esto, Jasmine, déjame olvidar el tema.

—No, enserio —soltó una pequeña risa—. Mike es feliz.

—Sí, ya sé que lo es.

—Tú podrías serlo. Yo te apoyo y lo sabes bien.

—Ya no hablemos de eso —me puse de pie—. En fin, ¿me ayudas a buscar un vestido? Creo tener unos, pero no sé cuál elegir. Y si tú no tienes, podría prestar alguno.

—De hecho, sí tengo.

—Qué bueno —abrí mi closet, pensando—. ¿Qué color se me vería bien?

—Mack —me llamó con ese tono de voz, el que me hizo girar hacia ella para escuchar lo que me iba a decir. Esta negó con su cabeza—. No vale la pena.

No le respondí.

Porque sabía lo que quería decir.

❄️

Al anochecer, los seis salimos de casa en el auto de papá. Los dos adultos iban en frente y los tres nos acomodamos, con Jonas rotando en las piernas de cada uno. Este, por cierto iba más malhumorado de lo normal y tenía esa cara de enfado que ponía con frecuencia.

El silencio era tenso.

Miré por la ventana oscura una última vez esa casa que estaba frente a la nuestra. Hubiese querido verlo antes de irme, pero no se asomó, y tampoco lo busqué mucho cuando el vehículo arrancó.

Tenía un extraño presentimiento.

Algo que me indicaba que las cosas podrían salirse de control.

Ojalá no pase nada o no quiero ni imaginar en cómo se pondrán la situación en general.

Suficiente tenemos con la actitud de cada uno, como si esta salida fuese obligatoria. Me mantuve en silencio, controlando mis pensamientos.

Por otro lado, Jasmine estaba a mi lado y lucía serena, como si nada estuviera sucediendo, y a la vez, todo estuviera a punto de suceder.

Mamá era la única que sonreía.

Tan feliz de tener a su familia unida.

No puedo creer que no apreciemos eso.

Al cabo de un rato, llegamos al restaurante donde teníamos una reservación gracias a mi hermana. El hombre de la entrada nos permitió el paso y todos ingresamos, ojeando de lado a lado.

Era un restaurante un tanto elegante.

Jasmine encabezó la marcha, siguiendo al hombre en busca de la mesa, Jonas se fue a su lado, Mike y yo íbamos atrás con mi brazo enganchado al suyo, y mamá y papá se quedaban de últimos, exactamente igual.

Me incliné un poco hacia mi hermano

—¿Qué está sucediendo?

—Jasmine está planeando algo —murmuró bajo para que mis padres no oyeran nada—. No sé qué es. Conozco esa cara.

—¿Será grave? —mi corazón latió rápido

—No lo sé, Mack. —negó

Ay no.

El mal presentimiento se intensificó considerablemente.

La mesa era grande, lo adecuado para seis personas. Mi padre la encabezó con mamá a su derecha, Jasmine se sentó a su izquierda, yo me senté junto a ella, Mike junto a mamá y Jonas junto a Mike.

Todo de nuevo en silencio.

Qué incómodo.

El mesero se acercó amablemente

—¿Desean ordenar ya?

—Una botella del mejor vino que tengas —pidió mi hermana—. Por ahora. Oh, y un vaso de agua.

—Con gusto —este asintió y partió

Miré a mi padre que estaba recostado en su silla, mirando de lado a lado sin muchas preocupaciones. Mamá nos miró al uno y al otro, sin dejar esa radiante sonrisa de emoción absoluta

—Me alegra que estemos todos juntos —pronunció—. Extrañaba a mis bebés.

—Yo también a ustedes —dijo mi hermana—. Fue mucho tiempo, ¿no?

—Creímos que no volverías —escuché el murmullo de Jonas

—Sólo...

—Sólo se hacía cargo de los negocios familiares —mi padre irrumpió—. Es lo que se debe hacer.

La indirecta fue para Mike que no le tomó importancia

De nuevo, otro pequeño silencio.

Me mantuve al margen.

Joder, cómo me gustaría salir de aquí si pudiera.

El mesero trajo lo que le habían solicitado. Cada uno de nosotros tuvo una copa en su lugar y Jonas el vaso de agua que casi se bebe de un solo sorbo.

Estaba actuando muy raro.

De nuevo, cada cosa me daba mala espina.

—¿Qué les gustaría cenar? —Jasmine tomó la carta—. Yo invito. Jonas, ¿te gustaría que te consiguiera una cajita especial? Me parece que tienen algunas figuras de acción dentro.

Mi hermano no dijo gran cosa, simplemente asintió

—Okey —suspiró—. ¿Alguien más sabe qué quiere?

—Así que tú pagarás —Mike habló por primera vez

—Sí, yo los invité.

—¿Por qué?

—¿Por qué? —repitió, confundida—. Quería pasar tiempo juntos. Me parece que hace mucho que no compartimos aunque sea una cena. No quería que mamá cocinara y decidí que podíamos salir.

—Eso no era problema, a mí me encanta cocinar y lo sabes —mamá le dio un sorbo a su vino

—Pero quería que todos vinieran —confesó, mirando a papá—. Y si nos quedamos en casa eso no será posible.

—Trabajé en casa hoy. —le contestó

—Sabes a lo que me refiero.

—Bien —soltó el aire—. Entonces hay que pedir y cenar.

Nuevamente, otro silencio.

Jonas no dejó de removerse. Aproveché que estaba frente a él y que nadie me prestaba atención para inclinarme un poco. Su atención recayó en mí

—¿Qué te pasa? —susurré, muy bajo

Este pasó saliva

—Oí una conversación —me respondió, negando—. Papá se enfadará mucho.

Mierda.

¿Por qué parece una maldita película de terror?

Los minutos pasaron en medio de la tensión que desprendían las personas en la mesa.

Cada quien pidió, algo sin mucho valor ya que supuse que al final nadie comería. Al partir el mesero, volvieron dos aproximadamente unos diez minutos después y repartieron la comida a cada uno.

Los únicos que comieron fueron papá y mamá. La última se limpió la boca con una servilleta, manteniendo el ánimo

—Está delicioso —murmuró, rompiendo el hielo

Papá revisó la hora en su reloj

—Se hace tarde, y tengo que organizar una reunión para mañana a primera hora.

—Papá —Jasmine se adelantó—. Si me das un momento me gustaría decir algo.

Este no lució muy feliz, pero volvió a recostarse

—Está bien.

La ansiedad causó que mis manos se apretaran entre sí.

Joder, joder, joder.

Miré a Mike, este negó hacia mí sin tener ninguna idea. Jasmine suspiró, paseando su vista a cada uno con una sonrisa que no le llegaba muy lejos.

Titubeó un poco, pero al ver que nadie más dijo nada, entonces se apresuró

—Hace un tiempo conocí a alguien.

—Ay, cariño —mamá la miró con ternura—. ¿Vas a casarte?

—¿De eso se trata? —preguntó el hombre—. Pues felicidades, ¿Nos vamos?

—No —mi hermana prosiguió—. Conocí al presidente de una empresa que tenía negocios con la nuestra. Negocios que se esfumaron cuando papá rompió lazos.

Este se vio más interesado ahora

Jasmine pasó saliva. Sus manos temblaban ligeramente.

Mierda otra vez.

—Hablé con él y me ofreció un contrato que podría darnos todo lo que estamos necesitando en este momento.

—Jasmine —papá advirtió con un tono de voz para nada sutil

—Las empresas están a punto de quedar en quiebra —reveló la chica—. Todo está saliendo mal, es por eso que la reunión de mañana es tan importante. Papá quiere asociarse con otra compañía que tiene negocios ilícitos.

—Ya basta —ordenó

—Yo firmé ese contrato —culminó, mirándolo—. Nos asociamos con los buenos, y no con quien tú querías. Tomé el mando tal como me lo dijiste desde que tenía dieciocho e hice lo que pensé que era correcto. Ya no puedes hacer nada de lo que pensabas, los papeles ya están firmados.

Un golpe en la mesa nos sobresaltó a todos

Mi padre se estaba conteniendo. Bastante.

Mucho, en realidad.

—Estás fuera —indicó—. Fuera de todo.

—Papá...

—No quiero que vuelvas a pisar mi casa, ¿has entendido?

—No puedes hablar enserio —mamá se entrometió—. Es tú hija.

—En lo que a mi concierne sólo tengo dos. Y espero que no me fallen igual.

Las palabras se repiten.

Exactamente lo mismo que sucedió hace años cuando Mike resultó siendo la oveja negra.

A Jasmine le estaba sucediendo lo mismo.

Ella, con los ojos llorosos y mi padre sin querer darle una mirada ni siquiera por rencor.

Nada.

Como si no existiera.

Maldición.

—Bien —Jasmine asintió—. Mañana recogeré mis cosas y tomaré un vuelo.

—No... —intenté tomar su mano

—Lo siento —murmuró, para después levantarse y salir demasiado rápido

Mi madre le dio a mi padre una mirada que no había visto antes

—Te estás pasando y vamos a hablar de esto —se levantó rápidamente y la siguió por donde había salido

Sólo quedamos los cuatro, aunque Mike también se fue, mi padre fue el siguiente en partir dejando mucho dinero sobre la mesa.

Y Jonas y yo nos miramos, sabiendo que, después de todo, la responsabilidad ahora caía sobre ambos.

Y un niño tan pequeño.

Este me miró, inseguro

—Se pondrá peor, ¿verdad?

—Tal vez.

Quizás debí haberle dado palabras de aliento, debí decirle que todo saldría bien. Pero ambos éramos conscientes, perfectamente, de que en realidad nada estaría bien. 

*

Este es el final de la maratón): pero, no te aflijas, tendremos más capítulos pronto(:

¡Espero te haya gustado!

Instagram: mar_.watt

<3

Continue Reading

You'll Also Like

1.5K 122 16
¿Imaginas que el chico con el que has discutido por meses en Twitter sea el guitarrista de la banda más famosa del país? Elizabeth sabe muy bien que...
138K 11.2K 73
Si estás listo, el corazón está abierto, estaré esperando, ven y encuéntrame. Si estás seguro del "para siempre", estaré esperando, ven y encuéntra...
59.6M 1.1M 13
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
6.3K 1K 17
𝗖𝗵𝗮𝗻𝗴𝗲 𝘁𝗵𝗲 𝗲𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴 ▎Cambiar el final ² Todos sabemos que el 'hubiera' no existe, pero para alguien que vieja en el tiempo sabe que el h...