Tú ya te resignaste y te dabas por muerta mientras que Rollo te llevaba de la mano por las calles de la ciudad, para ti era un hecho que el inquisidor te arrastraba al Palacio de Justicia donde te torturaran con distintos aparatos hasta que aceptes que eres bruja y te queme viva en una hoguera en la plaza central de la ciudad, en lo único que cambiaste la historia fue en adelantar tu muerte, incluso comenzaste a llorar en silencio, tal parece que no puedes huir de morir de manera dolorosa en ninguna vida.
Cuál fue tu sorpresa cuando al levantar la mirada lo que veías asomarse al final de la calle no era el enorme y tenebroso castillo donde se hace valer la leyes, si no la elegante y majestuosa catedral, lugar donde pasabas buena parte de tu tiempo cuando eras pequeña, ya era uno de los pocos sitios donde sentías que no eras juzgada por tu de cabello y ojos, los sacerdotes y monjas enseñaban que el cielo ama a todos por igual sin importar su aspecto físico o su posición en la sociedad, por eso es un refugio en donde las personas que son perseguidas injustamente pueden pedir asilo y no pueden ser sacadas bajo ninguna ley mortal, también fue el lugar donde conociste Rollo cuando eran solo niños... Ahí comenzó la historia de los dos.
-¿Por qué me traes aquí?- Preguntaste bastante sorprendida ya cruzando la plaza de la catedral que en el silencio y soledad de la noche se sentía más vacía que nunca.
-Si te refugias y pides asilo aqui, ningun policia, soldado o inquisidor te puede ponerse una mano encima- Indico Rollo con tono severo, pero porque estuviera enojado contigo, si no consigo mismo por el acto tan injusto que iba a cometer -_____... Yo... Estando cegado por la envidia y la rabia te hice algo imperdonable, no tienes idea de como me arrepiento- Dijo aun serio y sin atreverse a mirarte ¿Que encontraría en tu mirada? ¿Odio? ¿Decepción? ¿Tristeza? No quería descubrirlo.
El peli-blanco estaba tocando la puerta de la catedral con fuerza, esperando que el vigía de turno les abriera pronto, lo último que necesitaba para empeorar una noche ya de por sí mala sería quedarse puerta afuera y expuesto a que alguien más viniera a arrestar a _____, fue cuando sus golpes fueron detenidos por tus palabras.
-¿Me acusaron de bruja, cierto?- Preguntaste con tono triste y eso hizo que Rollo bajara la cabeza y detuviera sus golpes en la gran puerta delantera -Esta bien, sabía que un dia me iban a acusar aun que nunca hiciera nada, después de todo tengo las marcas del diablo... Tal vez todos tengan razón y si un demonio con piel humana-
-____ no digas eso... Tu cabello no es una marca del diablo o tus ojos.... Jamas para mi fueron marcas de eso... Pero yo... Yo cometí un error... Actúe por rabia y ahora ... - Dijo El inquisidor mirando al suelo sintiendo que lloraba.
-Esta bien Rollo, es humano equivocarse, nadie es perfecto- Dijiste separandote un momento de su agarre, pero acercarte a él de nuevo y tomarlo del rostro, descubriendo como los ojos del peli-blanco se empezaban a humedecer por el sentimiento de culpa que lo invadía y ver como tu le regresaba una mirada llena de ternura y comprensión, ya que estaba aliviada de que ahora Rollo estaba de tu parte, lo ponía aún peor de lo que ya se sentía.
-Rollo... ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?... Fue en estas escaleras ¿No? Tu y tu hermano tenían un trajecito negro de domingo y con una cara de enojo en tu rostro- Dijiste susurrándole tomando su mejilla.
-.... Y tú y tu hermana usaban uno azul claro con el cabello trenzado y cara de aburrimiento...- Dijo el chico recargando su rostro en tus manos.
-Aun tienes el traje negro, solo que ahora con dorado y rojo, pero tu cara refleja tristeza- Dijiste sin apartar tus ojos de él.
-... Y tú aún tienes el cabello trenzado, pero con un vestido blanco... Y una cara de perdón.... _____ yo .... - Rollo quería decirte algo, pero no sabía que exactamente, no se sentía digno de pedirte perdon, no creias merecerlo, pero traía tantos sentimientos en su pecho desde hace tanto tiempo, sentía que iban a explotar -.. _____ yo quiero decir que ... Que te-
-Awwww~ Que lindos son... Pero puedo saber ¿Porque tocan con tanta insistencia? Si es para casarse pueden esperar a la mañana- Dijo el pequeño diácono que había abierto una de las pequeñas puertas de la catedral, viendote vestida de blanco pensó que era una parejita de enamorados que se iban a casar y luego escaparse juntos al amanecer como en las nobles románticas que leen las novicias y el una que otra vez.
Tanto tu como Rollo dieron un pequeño sobresalto por el susto, no se dieron cuenta de en qué momento abrieron la puerta, Rollo en particular estaba rojo como tomate por la sugerencia del chico, pero rápido recupero la compostura -No.. No es eso, la señorita necesita pedir asilo por un tiempo prolongado en la catedral ¿Será posible hablar con el obispo para explicarle la situación?- Habló recuperando la seriedad que requiere el momento.
-En este momento está durmiendo y conociendolo lo pesado que tiene el sueño, no importa lo que habla no lo podré despertar- Respondió el chico -Pero ella se puede quedar todo el tiempo que necesite, ya mañana después de la misa matutina podrán hablar con él, aún tendrá que pasar la noche en las bancas de la capilla, las camas que tenemos disponibles para los necesitados y refugiados están todas ocupadas- Explicó el muchacho cruzándose de brazos, ya que sabe por las fachas de ambos jóvenes que son de cuna noble y estarían conformes con ese trato, tal vez hasta le discutan.
-¿La habitación del campanero está ocupada?- Preguntó el inquisidor también cruzándose de brazos
-.... Tú debes ser el joven Rollo, me hablaron de ti... Solo el obispo y tú saben que esa habitación está vacía- Dijo el chico con tono más relajado -Aún no conseguimos campanero, así que está disponible, aunque son muchas escaleras para subir y bajar, y el sonido de las campanas tal vez moleste a la señorita-
-Oh no se preocupe por eso, a mi gustan el sonido de las campanas, además me falta hacer ejercicio- Dijiste animada, esperando que con eso el diácono no pusieran más objeciones
Por suerte tus palabras, así como la influencia de Rollo, sirvieron para que el chico los dejara pasar al campanario sin mayores contratiempos y hasta los dejo ir solos por que el inquisidor se conoce el camino de memoria, él escolto todo el trayecto cuesta arriba por las escaleras del campanario, como si quisiera asegurarse de que nada malo te pasara ahora que estás a salvo, de verdad que el pobre Rollo se sentía muy culpable, no tardaron demasiado para llegar hasta la cima del campanario.
-Muy bien, aquí arriba nadie te molestara y tienes la privacidad, aun no me imaginaba que tendría tanto polvo, parece que ya no son tan severos con los monaguillos encargados de limpiar- Dijo el inquisidor mirando de reojo la habitación, pero negó con la cabeza, su obsesión con la limpieza queda para después -Escúchame bien _____, no importa lo que pase, cuanto te amenacen o quien venga a verte, bajo ninguna circunstancia abandones la catedral, es más, no dejes el campanario, este sitio es ahora tu refugio del mundo, si sales otro inquisidor te arrestara y... No quiero ni imaginarme lo que te harían-
Rollo dijo eso último sintiendo como un nudo se le formaba en el estómago y a su mente venían imágenes horribles de los aparatos que guardan en el sótano del Palacio de Justicia, sabe de sobra como hacen confesarse a los sospechosos de brujería y _____ estuvo a puntos de pasar por todo eso.
-¿Pero qué haré entonces? ¿Puedo quedarme aquí en el campanario para siempre?- Dijiste mirándolo tomando su mano.
-No te preocupes por eso, demostraré tu inocencia, aun si eso me cuesta mi reputación- Rollo bajo la mirada tras decir eso -Es la única manera de expiar el pecado que cometí, condenarte sin juzgarte y sabiendo que eres inocente... También es lo menos que puedo hacer por ti, después de lo que hice...-
Rollo quiso soltar tu mano y alejarse de ti, que le tuvieras tanta compasión aun después de lo que estuvo dispuesto a hacerte le dolía, sobre todo porque sentía que no se merece tu perdón, ni tampoco que lo miraras con amor como lo hacías justo ahora ¿Por que tienes ser tan noble con un sucio pecador como él?
-Rollo yo...- Te acercaste a él para hablar o abrazarlo, pero sentiste un leve empujón muy preciso y terminaste dándole un beso rápido en la comisura de los labios al chico, rápidamente te alejaste sonrojada y mirando a otro lado - Y.. yo yo lo siento yo... yo quería decir... decirte -
Pero no pudiste decir otra cosa, por que el inquisidor te tomó del rostro y te plantó otro beso, solo esta vez no fue ningún accidente...
Continuara...