Primera hoja de otoño 🍁| MIN...

By JiNi_95

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❝ El mismo chico los llevó a encontrarse, pero fueron sus sentimientos escondidos los cuales los hicieron ace... More

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By JiNi_95

15 de enero

Jeongin observó las fotografías que se había tomado con Minho en el carrusel la noche anterior. Esa cita había salido de maravilla, pero no entendía por qué Minho no se había comunicado con él hasta entonces, pese a que habían acordado salir en dos días.

Apagó su celular tras ver la hora y continuó dibujando. En ese momento Seungmin debía estar yendo al dentista con Hyunjin. Su amigo le había escrito muy feliz diciéndole que habían formalizado. A decir verdad, estaba más feliz por ellos de lo que en un principio creyó que estaría. Seungmin se merecía a alguien que se tomara el tiempo de prepararle una sorpresa sólo para pedirle que sea su novio... Aunque tampoco iba a negar que deseaba que algún día alguien lo amara tanto como Hyunjin amaba a Seungmin.

Suspiró y esta vez tomó una pequeña brocha para algunos detalles de su dibujo. Cuando buscó su lápiz favorito y protagonista de sus obras, se dió cuenta de que debía comprar una caja nueva.

— Bueno, al menos una razón para salir.

Se alistó, guardó su celular tras revisar que su bandeja de Instagram estuviera vacía y también metió su billetera al bolsillo. Se colocó su abrigo negro largo y salió del departamento. No podía evitar pensar en su cita con Minho; de alguna forma quería saber qué había hecho mal o por qué Lee no le había respondido su último mensaje. Se sentía tan estúpido por pensar en eso. Siempre era igual para él, era el único que se preocupaba y le veía potencial a sus relaciones.

— ¿Por qué parezco tan desesperado por amor? — se regañó a sí mismo mientras veía la pantalla de su celular sin notificaciones (a excepción de las de YouTube y likes en su cuenta de artista) — Olvídalo... Qué más da.

De repente escuchó los pasos de alguien corriendo en su dirección. Cuando quiso hacerse a un lado, sintió con claridad cómo el hombre le arrebataba el celular de las manos y se metía por el callejón más cercano. Después del shock, Jeongin reaccionó y lo persiguió entre gritos. Ese celular era su vida entera.

— ¡¡Maldito hijo de puta, regresa!! — vociferó furioso. Eso era lo único que le faltaba para saber que ese año tendría muy mala suerte. — ¡¡YAH!! — simplemente no podía perderlo de vista. No supo cuántos callejones se adentró, pero de repente comenzó a ver drogadictos y vagabundos alrededor y se detuvo de golpe. — Carajo...— lo estaban mirando, y lo peor es que el ladrón le entregó su celular a otro hombre que se veía incluso más aterrador. ¿Qué iba a hacer solo? Jeongin nunca fue bueno peleando. Odiaba las peleas, los golpes, los gritos — Está bien, quédatelo. Yo ya me voy...

— Alto ahí, niño. — habló la voz más grave que había escuchado en su vida. — Tu billetera.

Jeongin maldijo por lo bajo. No podía quedarse sin dinero. En ese momento se arrepintió por no haber llevado un poco de efectivo encima en vez de toda la billetera.

— ¿Podemos hacer un trato?

— ¿¡No me entiendes, pedazo de mierda!? Dame tu billetera ahora.

— Es que...

Pero antes de que pudiera continuar, el tipo se acercó a él con grandes zancadas y estuvo a punto de alzar su mano para golpearlo, pero entonces escucharon los quejidos del primer tipo que le había arrebatado el celular en primer lugar. Los dos miraron en aquella dirección; Jeongin había levantado sus brazos para protegerse, pero las bajó lentamente para ver a su ángel guardián.

— Hyuk, ya te he dicho que no hagas eso. — le dijo al ladrón tras propinarle una bofetada en el rostro. — ¿Acaso eres sordo, amigo? ¿Tienes retraso mental?

— Oh, joven amo Lee...

— ¿Lee? — preguntó Jeongin al aire mientras observaba con detenimiento al recién llegado. — ¿Lee Min Ho?

Cuando el tipo aterrador que tenía enfrente lo escuchó, no dudó en empujarlo con fuerza, por lo que Jeongin cayó al suelo sin previo aviso.

— ¡¡No digas su nombre!!

— ¡Ey, ey, tranquilo amigo! — exclamó Minho y se acercó a ellos casi corriendo. — Dame el celular, Park.

El tipo tenebroso, que ahora Jeongin sabía que se llamaba Park, le tendió el celular que tenía en manos sin rechistar. Minho le dió un par de palmadas en el hombro y Park realizó una reverencia.

— No vuelvan a acercarse a él, ¿entendido? Es mi amigo.

— Lo lamento, joven amo Lee, no sabía que lo conocía.

Minho se agachó y le sonrió a Jeongin, tras ello le entregó el celular, pero Yang seguía mirándolo perplejo.

— ¿Joven amo Lee? — cuestionó como si fuera una broma de mal gusto. — ¿Qué carajos significa eso? ¿Quién carajos eres?

— Señor, ¿desea que lo calle? — preguntó Park, pero Minho negó de inmediato.

— No, ya nos vamos.

— Yo no me voy contigo a ningún lado — sentenció Yang, le arrebató su celular de las manos y se puso de pie solo. — ¿Eres líder de los drogadictos o los delincuentes? ¿Acaso tú...— decidió no continuar y se fue por donde había llegado. Minho comenzó a seguirlo. — ¡Aléjate! — exclamó y aceleró su paso, pero Lee también lo hizo. — ¡Si sigues cerca te voy a denunciar!

— No hay razón para que lo hagas. No he hecho nada malo.

— ¡Conoces a esos tipos!

— Pero eso no me hace un delincuente. Si quieres puedes denunciar a Hyuk y a Park, no me importa. Pero al menos déjame explicarte...

— ¡No quiero hablar contigo! — cuando iba a tomar el callejón de la izquierda, Minho sujetó su muñeca, por lo que Jeongin se giró y se soltó de su agarre con brusquedad. — ¿¡Qué!?

— Es por el otro lado.

Jeongin suspiró y le hizo caso. Continuaron caminando con paso apresurado hasta que llegaron a la avenida. Yang olvidó por completo que debía comprar una nueva caja de lápices; sólo quería irse a casa.

— Yang, por favor.

— ¡Ni siquiera me has escrito y apareces de la nada en un maldito callejón lleno de ratas y drogadictos! ¡Y encima todos te guardan respeto y te dicen "joven amo"! ¿¡Cómo esperas que interprete toda esa información!?

— ¡Yang! — volvió a atrapar su muñeca y lo hizo girar para que pudieran mirarse fijamente a los ojos. — ¿Podemos ir al parque? Hay que hablar... por favor.

— No necesitamos ir a un maldito parque...

— Hay mucha gente aquí. — en realidad no pasaban muchas personas, pero Minho se sentía muy expuesto.

Tras insistir tomó a Jeongin de la mano y casi lo arrastró hasta el parque que se encontraba delante del edificio donde vivía el menor.

— Yang...

— ¿Tu familia se dedica al Narcotráfico? — preguntó con los ojos cristalinos debido a las lágrimas. — ¿Es eso? ¿Por eso te respetan? ¿Es así?

"Sí".

— No, claro que no, Yang. — Minho sonrió como si hubiera contado un chiste bastante ingenuo. — Lo que pasa es que... es que...

— ¿Qué cosa?

— Es que...

— Te conté que mi madre es drogadicta... Te conté que las drogas destruyeron a mi madre, mi infancia, mi niñez, ¡¡mi vida!! ¡¡Y estuviste ahí escuchando en silencio cómo algo que te da dinero destruyó mi vida!! — sus lágrimas escaparon sin remedio y se deslizaron por sus mejillas con hoyuelos. Minho tenía la costumbre de mentir automáticamente cuando alguien estaba a punto de descubrir la verdad de su familia, pero en realidad no quería mentirle a Jeongin, sentía que no lo merecía, no cuando Yang había sido tan honesto con él. Realmente honesto. — No puedo creer que me haya besado contigo...

— Mira, tienes razón. Perdón. — comenzó a dolerle el pecho por ver a Jeongin en ese estado. — Mi familia sí se dedica a eso, pero yo no, yo nunca lo he hecho ni lo apruebo y...

— ¡Cállate, miserable! — lo empujó con ambas manos y lo enfrentó con fiereza. — ¡Ya tienes más de veinte años! ¡Puedes hacer algo más que vivir de la fortuna de tu padre pero eso te gusta! ¡Te gusta usar ese dinero sucio! ¡Te gusta destruir la vida de las personas que consumen lo que tú en el futuro vas a comercializar! ¡Deja de ser tan hipócrita y al menos admite eso!

— Yang, por favor...

Jeongin miró el cielo y se secó las mejillas con de manera tosca. Se sentía tan pero tan estúpido. Por primera vez parecía que se iba a enamorar de un chico decente, pero terminó siendo la peor mierda de todas. Notó que ya estaba anocheciendo, pronto Seungmin estaría en casa, así que debía irse.

— No quiero volver a verte, Lee Min Ho.

— ¡Lo que hace mi padre no me representa! ¡Lo sabes, sabes que siempre he tenido problemas con él! ¡Te lo he contado, por amor de dios!

Pero Jeongin negó con su cabeza y se alejó de él con sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo. Minho hubiera seguido insistiendo, pero estaba cansado de intentar convencer a la gente que no era una mala persona. Nadie estaba dispuesto a apostar ni arriesgar nada por él.

Jeongin llegó a su casa con el semblante serio y, Seungmin, quien ya había llegado, lo escuchó tirar su abrigo al suelo y dejar sus zapatos tirados en la entrada, por lo que supo que estaba de mal humor.

— Voy a hacer ramen. ¿Quieres un poco?

— ¡No!

— ¿¡Y tú ahora por qué estás molesto!?

— ¡Déjame en paz!

Tras ello llegó a su habitación y cerró la puerta de golpe. Seungmin frunció el ceño y se preguntó qué le pasaba. De por sí Jeongin tenía un mal carácter, pero no se explicaba qué pudo ponerlo de tan malas. Intentó ignorar eso porque había llegado a casa de buen humor, ya que unas horas atrás se había quedado dormido con Hyunjin en el sillón. En ese momento deseaba haber decidido quedarse en vez de volver a su departamento.

Se acercó a la puerta de Jeongin y tocó un par de veces.

— ¡¡Dije que me dejes en paz!!

— Sólo un chico te puede poner así...— murmuró Kim con molestia. — O tu mamá. — cuando se asomó esa idea prefirió dejarlo solo. — Bueno, ¡si quieres hablar con alguien estaré en mi habitación!

Y efectivamente se metió a su dormitorio, justo en ese momento recibió una llamada de Hyunjin, por lo que se tiró a la cama con una sonrisa y contestó.

Al día siguiente, con unas enormes ojeras debajo de sus ojos tomó una siesta de un par de horas y luego se metió a bañar. Yendo a la ducha se encontró con Jeongin en el pasillo.

— ¿Qué te pasó?

— Me quedé haciendo un pastel toda la noche. — Seungmin bostezó y luego le preguntó — ¿Y tú ya te encuentras mejor?

— No, pero decidí que ya no va a importarme.

— Bueno... Ammm, no creo volver esta noche. ¿Está bien?

— Como quieras.

Tras ello Jeongin lo dejó y se dirigió a la cocina, por lo que Seungmin se fue al baño. Tras un par de horas Kim salió listo del departamento.  Jeongin observó por la ventana que Hyunjin lo había ido a recoger.

Esa noche Seungmin no volvió.  Obviamente Jeongin no sabía que su mejor amigo se había quedado encerrado con Hyunjin en el armario. Yang revisó su celular y usó toda su fuerza de voluntad para no responder ni leer los mensajes de Minho.

Así pasaron dos días.

17 de enero

Por fin tenía su preciada caja de lapices en manos. Estaba regresando a su departamento para continuar dibujando, cuando de repente vio a lo lejos una silueta demasiado conocida que aceleró su corazón.

¿Esa era su madre?

Cuando la señora parecía tener la intención de acercarse desde el parque, Jeongin entró disparado a su edificio y tomó el ascensor con las manos temblorosas. Se aferró a su caja de lápices hasta que llegó a su departamento, dejó la cajita sobre la mesa y fue inmediatamente hasta el chat de Seungmin y le envió su código secreto de emergencia: "‼️‼️‼️".

Ella no podía encontrarlo, no podía, no podía, no, no, no, no, no, no, no, no, no...

Jeongin se tapó las orejas con sus manos y se sentó sobre el sillón con las piernas flexionadas. Rogaba porque Seungmin leyera su mensaje lo más pronto posible y llegara. Necesitaba a Seungmin. Necesitaba a su única familia.

Tras varios minutos llenos de ansiedad y tensión, estando atento a cada pequeño ruido que podía generarse en el exterior, escuchó que alguien colocaba el código en la puerta e ingresaba casi corriendo. El corazón de Jeongin se sintió aliviado al ver a Seungmin. Yang extendió sus manos, y cuando estuvieron cerca, el menor se puso de pie y lo abrazó con todas sus fuerzas.

— Estaba asustado — comentó Kim con la respiración agitada. — Perdóname por tardar.

— Creí haberla visto — murmuró Jeongin con la voz entrecortada. — Quédate conmigo, Seungmin, por favor.

Seungmin tomó asiento en el sillón y Jeongin se acomodó sobre él, de forma que adoptaba la posición de un bebé enorme sobre el regazo de su mejor amigo. Tras unos minutos se echaron, pero aún Kim lo tenía entre sus brazos para que Jeongin se sintiera protegido.

— Deberías hacer una denun...

— Sshh... No quiero hablar de eso.

— ¿Y Minho? Pensé que saldrías hoy con él.

— Tampoco quiero hablar de él. — dictaminó con molestia. — Es un idiota.

— De acuerdo. — murmuró Seungmin. Se sentía tan culpable por seguir pensando en Hyunjin a pesar de que debía tener la cabeza ahí, con Jeongin. — Ammm... ¿Quieres que te prepare algo?

Al final Seungmin terminó en la cocina preparando ramen para Jeongin. Una vez listo el almuerzo de Yang, intentó llamar a Hyunjin, este no atendió, pese a que lo hizo varias veces, por lo que optó por llamar a Jisung.

— Hola, soy Seungmin. He estado llamando a Hyunjin pero no responde. ¿Está contigo? — y mientras decía aquello, Jeongin ya estaba a medio tazón de su ramen mientras miraba la televisión y lo miraba cada cierto rato confundido. — ¿Sabes en dónde está?

— Hace como una hora intenté llamarlo, pero tampoco contestaba. Pensé que estaría contigo. — Le respondió Jisung en la llamada. Sonaba preocupado y eso preocupó aún más a Seungmin. — Iré ahora mismo a su penthouse.

— Bien. Si no está llámame cuanto antes. — demandó, y aunque Han pareció vacilar, finalmente aceptó.

Seungmin comenzó a caminar de un lado al otro, poniendo nervioso a Jeongin. Nunca lo había visto así antes, ni siquiera cuando tomaron el examen de fin de curso. Parecía pensativo y mantenía la mirada distante. Lo que Yang no sabía era que Kim estaba pensando en que no debió dejarlo solo, que quizá debió insistir un poco más en cuanto su hermano Jinyoung sólo conversó un rato con él y luego se fue, como si le hubiera dado una noticia importante y precisa, pero ¿de qué? ¿Tan malo había sido?

De repente su celular vibró.

— Aló.

— No está, Seungmin. — informó el mayor, se escuchaba agitado. — Pero su auto sí está aquí. Supongo que habrá tomado un taxi para ir a donde sea que haya querido ir.

— ¿Un taxi? — su corazón comenzó a latir acelerado. — Ammm... Jisung...

— Estoy en mi auto. Iré a buscarlo, tú tranquilo. — hizo el intento vago de calmarlo, pero Min negó, a pesar de que no pudiera ser visto.

— Yo también iré. — murmuró — Necesito que me des una dirección. Creo que sé dónde puede estar.

— Está bien, dime.

— ¿En qué cementerio enterraron a la madre de Hyunjin?

Mientras continuaba hablando se dirigía a la salida. Se despidió de Jeongin con un ademán de mano y salió del departamento.

Jeongin terminó de comer y lavó lo que había utilizado Seungmin. Su mejor amigo nunca lo había dejado solo en ninguna de sus crisis, pero había entendido que Hyunjin había desaparecido o algo así, por lo que trató de entender su comportamiento.

Al cabo de un par de horas ya se sentía bastante tranquilo. Cuando ya era de noche tuvo el impulso de leer los mensajes de Minho, pero entonces escuchó que tocaban la puerta, por lo que apagó su celular y lo colocó a un lado. Ahora se arrepentía de estar con las luces apagadas. Nuevamente tocaron la puerta con golpes fuertes y de paso sonó el timbre. Jeongin se sintió un poco ansioso al plantearse la posibilidad de que podía ser Minho. Se puso de pie y se acercó a la puerta sin hacer mucho ruido.

— Si es él, ¿qué le digo? — se preguntó a sí mismo con preocupación. — Cara de póquer, cara de póquer, cara de...— abrió la puerta y el asombro se apoderó de su rostro. Intentó cerrar la puerta de inmediato, pero los brazos de la mujer que le dió la vida se interpusieron, haciéndolo retroceder y adentrarse a su departamento asustado. — ¡¡Lárgate!! ¿¡Qué haces aquí!? ¡Dios!

— ¿¡Creíste que te podías escapar de mí, mocoso malcriado!?

Jeongin fue rápidamente al sillón, quería tomar su móvil y pedirle ayuda a Seungmin, pero cuando se movió su mamá lo siguió y lo atrapó con sus brazos huesudos.

— ¡¡Es hora de tu castigo, carajo!! ¡¡Te estuve buscando por demasiado tiempo, parásito asqueroso!!

— ¡¡Auxilio!! — exclamó entre lágrimas, y pese a que era más grande que su madre, pese a que tenía más fuerza y él mismo podía encargarse de ella solo, por alguna razón su cuerpo no le respondía y su miedo era más grande que cualquier otra cosa. — ¡¡Mamá, no, por favor!! ¡¡Déjame en paz!!

La señora lo lanzó al suelo y comenzó a propinarle patadas al azar. Jeongin se cubrió el rostro con sus brazos y se quedó llorando en silencio, porque si hacía bulla ella podría ir por una correa o un zapato con taco. Su madre sabría cómo hacer que su castigo sea más doloroso.

Se cubrió las orejas cuando la escuchó remover cajones y quejarse de que no encontraba nada de dinero. Golpes sordos de las sillas cayendo, ruidos ensordecedores de ella rompiendo platos y vasos de vidrios enojada, también entrando a la habitación y robando todo lo que podría necesitar en algún momento. Jeongin no pensaba abrir los ojos; no quería ver su horrible rostro demacrado, las secuelas de su mala vida y los restos de la cara que alguna vez conoció, el de su madre antes de que se convirtiera en el monstruo de sus pesadillas.

— ¡¡Mocosos de mierda, no tienen nada!! — regresó y pisó sus costillas con fuerza. Yang se encogió en el piso mientras temblaba. — ¿Y tú, puto de mierda, ya no sales con chicos ricos? ¿Por eso ya no tienes dinero?

— Vete, por favor — susurró temeroso. — Vete... Vete...

— ¿¡Cómo puedes hablarme así!? ¡¡Yo soy tu madre!! — fue por una silla y cuando quiso estamparla contra el cuerpo de su hijo, perdió el equilibrio y esta cayó cerca a sus pies. — Mierda, maldita sea, ya está haciendo efecto... Bien, bien, ya me voy. Pero regresaré, mi Jeonginnie, yo siempre regreso.

Yang se arrastró hasta el sillón cuando los pasos de su madre se volvieron lejanos y la puerta se cerró. Envió el mismo código de la tarde a Seungmin y luego lo esperó, al principio en silencio, tratando de asimilar lo que había sucedido... Luego sus sollozos fueron tan fuertes que el viento se estremeció.

Pasó más de media hora sentado en medio de la sala abrazando sus piernas flexionadas mientras lloraba desconsolado con el llavero de zorrito aferrado a sus dedos, cuando Seungmin llegó y lo abrazó con fuerza.

— ¿Qué pasó? — preguntó alarmado. — Dime qué pasó.

— Me encontró, Seungmin. Realmente lo hizo. — murmuró entre lágrimas. — Entró a la casa y yo no... Buscó dinero, le di todo lo que tenía y... No pude hacer nada. Lo siento. Se fue y dejó todo desordenado. Tu habitación la dejó desordenada, lo siento...

— No lo sientas. Está bien, no es tu culpa. — lo envolvió entre sus brazos y empezaron los sollozos. — No podemos elegir a nuestros padres... y es muy difícil escapar de ellos. Por mucho tiempo son nuestra vida entera. Imagínate lo complicado que debe ser deshacerse de tu propia vida.

"Es verdad... Tienes razón..."

— No podemos elegir a nuestros padres — susurró Jeongin pensativo y aún con las lágrimas congregadas en sus ojos. — Pero sí podemos elegir en quiénes nos vamos a convertir...

— Así es, por eso eres una buena persona, Jeongin. No eres como ella aunque tengas su sangre. Todo va a estar bien. — le dijo Seungmin en voz bajita. Su apoyo era primordial para Jeongin. Sus palabras le dieron más ganas de llorar. — No podemos quedarnos aquí por lo menos unos días.

— Tardaste en llegar — susurró el menor con cierta dificultad. — Te envié el mensaje hace más de media hora, pero no venías... No me dejes, Seungmin.

— Yo no te dejaré, Jeongin. Nunca lo haría.

Un par de minutos después, en donde se mantuvieron en silencio, Seungmin dijo que debía hacer algo y luego volvería. Jeongin al principio no quiso dejarlo ir, pero quería confiar en su mejor amigo. Se dirigió a la ventana para poder verlo desde ahí, vio a Seungmin conversando con Hyunjin, aunque algo le decía que estaban discutiendo. No supo exactamente cuántos minutos pasaron, pero Kim volvió, parecía estar al borde de las lágrimas, sin embargo le sonrió, lo abrazó y le dijo:

— Alista tus cosas. Vamos a ir donde mis padres unos días.

Holaaaa
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué opinan de la reacción de Jeongin?

Siento que, gracias a que en este libro estamos conociendo más de Jeongin, podemos entender ciertos comportamientos de Seungmin en Primera Nevada ♡

Gracias por leer ♡

¬|JiNi_95|¬

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